{RMK: Don Silues dela Selua | La dozena parte del inuencible cauallero Amadis de Gaula.} {RMK: Pedro de Lujan.} {RMK: Sevilla | Dominico de Robertis |1549.} {RMK: Madrid | Biblioteca Nacional de Espan~a | R-865.} {RMK: Transcribed by Pablo Ancos | Ivy Corfis | David Hildner | David Korfhagen | Rocio Moiron | Andrea Sanchez Vicente.} [fol. 1r] {CB1. {MIN. Do Silues dela selua.} Comiec'a la dozena parte del inuencible cauallero Amadis de Gaula. Que tracta delos grandes hechos en Armas del esforc'ado Cauallero dn Silues dela Selua con el fin delas gue- rras Ruxianas. Junto conel nacimieto delos temidos Caualleros Esferamu- di: y Amadis de Astra. Y assi mismo delos dos esforc'ados principes Fortuni- an: y Astrapolo. Dirigido al Illustrissimo sen~or Don Luys ponce de Leon. Duque de Arcos / Marques de Zahara / Conde de Casares: sen~or dela leal villa de Marchena. &c.} [fol. 1v] [fol. 2r] {HD. Prologo. \ [.]ij.} {CB1. {RUB. Comiec'a el prologo dela pre- sente Hystoria. Dirigido al Illustrissimo sen~or don Luys Ponce de Leon Du- que de Arcos / Marques de Zahara / Conde de Casares. Sen~or dela leal villa de Marches. &c. mi sen~or.} {IN13.} POr summa felicidad y bienauenturanc'a, tenia los anti- guos Romanos: y cartagineses. Illustrissimo sen~or ha- zer cosas con q la fama se perpetuasse. La inmortalidad dela q<>l vnos ganauan por las armas / y otros por las in- mortales letras. Porque como dize aquel grande / y ver- dadero hystoriador Salustio. Amonestando con toda vehemecia alos mortales. Que si quiere apartarse dla naturaleza. y distinguirse dlos brutos animales. Procu- ren de exercitarse enlas inmortales sciecias: y resplade- cer enellas. Porque en otra manera seriamos como las fieras animalias del capo. Las quales solamente tiene su felicidad enla hartura desu vietre. Y esta distincio, no todos por cierto somos obligados a fazerla en vna mis- ma manera. Antes deprediendo diuersidades de artes, y sciecias: etre las q<>les las Armas: y letras son mas eminientes. Porq como dize el Jurisconsulto. No solamete conuiene que la republica sea adornada con armas. Pero tambie con le- tras, porque enel vn tiempo y enel otro. Conuiene a[ ]saber d paz: o de guerra la re- publica se pueda gouernar, quieta y pacificamete. Especialmente aquel sagrado dicho del Euagelio. El arbol que no frutificare, sera cortado y echado enel fuego y este fructo: no todos los arboles, y plantas lo da de vna calidad, color: y sabor Saluo: como su misma natura los quiso doctar: y ensen~ar. Porque no por cier- to deuemos de dar: no son deuidas menores gracias ala Enzina por dar las vello- tas asperas: que ala espiga por produzir el Trigo. Pues con vna misma volun- tad lo da: y produzen. y por esta causa en aquellos dorados siglos passados: los felices romanos tanta honrra dauan al Comico poeta, como al Tragedico: y al Orador: como al mas famoso poeta, dadoles ygual corona. Lo qual en nuestros tiempos: no solo falta: mas sobran murmuradores. Que los q otros cubria co hojas de yedra: descubran ellos con sus caninos dientes. Por lo qual determi- ne Illustrissimo sen~or de hazer lo que los romanos hazian a qualquiera figura de Illustre varon, o persona q muy grata les auia sido, y era que le llegaua y ayu- tauan vna vid de yedra: para que cercandola ala redonda la cubriesse, y ahermo- seasse, y maparasse ((y por cierto cautelosa y sabiamente)). Porque mirado la fer- mosura dela Vid, o parra d yedra se pudiesse ecubrir la tosca piedra q dbaxo es- taua. Assi pues Illustrissimo sen~or ha acotescido en mi: q viendo este simulacro o figura de mi obra ta tosca: y mal labrada. El mas cierto remedio que tome fue allegarlo ala sombra de vuestra Illustrissima sen~oria: poniendola debaxo d sus alas: y maparo: como Parra: y sarmieto itroduzido de tales cepas: y pimpollo. Salido de entre tales rosas, para que siendo cercada: rodeada: y mamparada dl} {CW. a ij} [fol. 2v] {HD. Prologo.} {CB1. fauor de vuestra Illustrissi[]a sen~oria: las lenguas delos maldizientes: y murmu- radores. No tendra lugar de llegar a roer, y maltratar esta piedra. Aunque por cierto muy tosca para llegarla: aque de tan subida vid recibiesse sombra. Porque en verdad q con justa causa puedo dezir lo q seneca dize. Ygn(~)ore mi propria ygno- racia y quado cayere sere contra mi acusador: y testigo. Porque yo busque vn vo- luntario temor para mi. Poniendome a hazer esta obra: siendo dexada delas ma- nos del noble Cauallero Feliciano de Silua. Delas gotas dela fuente del qual co razon puedo gustar. Aunq toda via no dexare de confessar, no carecer de gran osadia: meterme yo enla profundidad desta obra dode otros co mas justo titulo pudieran entrar. Si[ ]no confiara enel soberano maparo d vuestra Illustrissima se- n~ora. Cuya persona / vida y estado: nuestro Sen~or prospere por largos: y felices tiempos, con augmento de mayores estados. Vale. {RUB. Inuencion dela presente hystoria.} {IN8.} ENel tiempo que el sol se aposenta en Leo: haziedo gra calor Estado en vn heredamieto mio: riberas dla mar: me sali a[ ]pa- ssear. Y a q el sol comenc'aua de caer, por gozar dela soledad q las ondas mouidas con apazibles vientos hazia. Co gra suauidad me puse a pensar en que auian parado los hechos de aquellos principes griegos. Amadis de Gaula: y los de- mas: y tomauame gra desseo de saberlo. Y estado en mi pen- samiento. Vide venir por la mar dos donzellas q vn Barco con dos Remos guiauan. Las quales se pararon delante de mi y la vna me di- xo que si queria ver el fin de mi pensamiento, entrase con ellas enla Barca. Lo qual yo fize, y las donzellas fuertemente remando: me lleuaron al pie de vna al- ta roca y saliendo en tierra me meti por vna cueua q delate d mi vide: y al cabo de auer passado alguna escuridad, me halle en vna quadra ricamete obrada: que ta trasparente era como si de vn claro diamate fuera hecha: figurada de grades his- torias que eran todos los hechos del rey amadis: y delos principes de grecia q fueron de su linage. En medio dela rica quadra auia vn gra sepulchro quadra- do que bien tenia quarenta passos en quadro: cubierto de vn pan~o de oro: enl q<>l auia vnas letras que assi dezia. % Aqui yaze el rey Amadis con todos los Caua- lleros de su linage que nombre de immortales ganaron. Enla cabecera del rico se- pulchro estaua quatro sillas de marfil, y enellas estauan sentados los quatro sa- bidores Alquife / y Vrganda: Zirfeo: & Zirena. Los quales parecia dormir, de- lante de si tenia vn libro abierto de muy rica guarnicio. Y no curando delo d mas me puse a leer enel libro. Y viedo qu[ ]era del esforc'ado cauallero amadis de gaula Enel qual auia muchas cosas: hasta entonces nuca vistas. Y tomado lo me bol- ui muy alegre enla barca dlas dozellas d mi heredad ante q el sol se acabasse d es- conder. Y metido en mi retraymieto: me ley toda la historia. Puesto que en ara- bigo estaua. Y leyda me parecio que seria bie traduzirla para que todos partici- passen de tan dulce obra. Aunque en mi no aya la copia de vocablos q fuera me- nester. Mas suplico al benigno lector perdone mi error.} [fol. 3r] {HD. Dozeno de Amadis. \ Fo [.]iij.} {CB1. {RUB. Comienc'a la dozena parte del inue- cible Cauallero amadis de Gaula: que trata delos grandes hechos en armas dl esforc'ado cauallero don Silues dela Selua, hijo del Emperador Amadis de gre- cia: y dela reyna Finistea conel nacimiento delos bienauenturados principes: Es- feramundi, y Amadis de astra: hijos delos excelentes principes Don Rogel de grecia y princesa Leonida / y delos estremados Ajesilao, y princesa Diana: con los hechos de otros muy preciados caualleros, que enla muy cruel y no menos espantable guerra Ruxiana hizieron.}} {CB2. {RUB. % Capit primero de lo que los principes que estaua en cons- tantinopla hizieron despues q los ena- nos vuieron leydo la carta: y como em- biaron a pedir socorro a todos sus ami- gos y valedores.} {IN8.} ENla onzena pte d- sta historia se os ha contado como los doze enanos men- sajeros del gra rey de ruxia, leyero la carta de dsafio: an- te aquellos princi- pes: co la q<>l fue grande la cofusio q ene- llos qdo, pero como aquellos que en se- mejantes afrentas antes les crecia que menguaua su gradissimo esfuerc'o, no lo tuuiero en tanto como lo tuuiera otros q tales no fuera. Pero no por esso dexa- ro las princesas q presentes estaua de se- tir lo: perdiendo la encendida color de sus muy rubicundos rostros: en especi- al las desposadas: con pensar que la glo- ria de sus encendidos desseos se alarga- ua: pero nuestros principes no por esso oluidaron lo q deuia hazer: no confian- do se enla variable rueda dela fortuna antes luego entraro en cosejo pa deter- minar lo q en tal caso conuenia. y sobre muchos pareceres. Fue acordado por consejo dl preciado rey amadis de gau- la q se proueyessen las fronteras del im-perio:} {CB2. de gentes y bastimetos, con capi- tanes diestros: que supiessen bien ha- zerlo: y que todas las gentes delos lu- gares menos fuertes se acogiessen alos lugares mas fuertes, y dexassen los de- mas desamparados: y que se embiassen luego cartas a todos sus amigos y va- ledores. Lo qual luego fue hecho: des- pachando sus mensajeros: co prouisio- nes para todos cabos: y las cartas fue- ro escriptas y dadas a caualleros fieles pa q sin entremeterse en otra auetura / las diessen a q<>en era embiadas, su tenor delas quales es este. {RUB. % Carta.} {IN2.} NOs el rey amadis de gaula espla- dian y Amadis de Grecia con to- dos los reyes: principes y Caualleros enesta gran ciudad de Constantinopla ayuntados. Salud os embiamos & os hazemos saber como el enemigo del hu- manal linaje: ha metido en Corac'on al rey de ruxia que con pujante exercito: de ciento y sessenta Reyes coronados sin califas: soldanes, ta[m]borlaes: viniesse sobre nra ciudad d costatinopla por des- truyr al nobre de jesu xpo, y ensalc'ar al de sus falsos y vanos Dioses. Segun que por vna carta d desafio, a nosotros embiada mas largamente lo vimos. Y pues veys quan grade es el peligro: os rogamos & requerimos que defendays la llaue dela christiandad: con vuestros poderes, como christianissimos q soys} {CW. a iij} [fol. 3v] {HD. Dozeno. +} {CB2. enlo demas dareys fe alo que esse caua- llero de nuestra parte dixere. &c. % Deste tenor fueron embiadas mu- chas cartas: selladas y firmadas de to- dos los reyes christianos: que en su lu- gar diremos: mas largamete entrestas fue embiada vna al emperador de Ro- ma. Su tenor dela qual es este que se sigue. {RUB. Carta.} {IN4.} ALto Emperador de Roma. Nos el rey Amadis de Gau- la: tu especial amigo. Con to- dos los reyes: principes: y ca- uallos: ensta gra ciudad de Costatino- pla: ayutados. Salud te embiamos. A- uras de saber: q estado las bodas cocer- tadas dl esforc'ado principe tu hijo: con la fermosa reyna Darayda. Auiendo perdido el de Cleofila: a nuestro puer- to llego vna carta de desafio del rey de ruxia. El qual con ciento y sessenta re- yes orientales, sin otra mucha gente: y grandes sen~ores se apareja($u)[u]a venir so- bre nuestra ciudad de constantinopla. Y pues tu como firme pilar dla yglesia de dios: eres obligado a defenderla / y mampararla de semejates periclitacio- nes: te rogamos y requerimos: con la mas gente que puedas nos fauorezcas y al sanctissimo padre nos encomenda- mos. Despachados los mensajeros: los principes. Todos quedaron orde- nando lo que cumplia: y consolando a- quellas Sen~oras que de su esfuerc'o lo recebian ellas harto. Mas aquel mis- mo dia. Estado aquellos principes en el gran palacio / entro por el vna donze- lla. La qual puesta de ynojos ante el rey amadis: haziendo gra mesura a aq- llos grandes Sen~ores les dio vna car- ta que traya: besandola primero. La qual el Rey luego leyo / y dando vna} {CB2. palmada enla silla dixo en alta boz. Ha- ga Dios nuestro sen~or lo que fuere ser- uido / que al fin nascidos somos. Y lue- go dio la carta al Emperador Amadis de Grecia. El qual la leyo en alto que assi dezia. {RUB. % Carta del sabio Al- quife y sabidora Vrganda.} {IN2.} EL sabidor Alquife, y sabidora vr- ganda: vuestros vassallos altos / y esforc'ados principes: os hazemos sa- ber: como por causa d nuestra enferme- dad: no visitamos vuestra Corte enla presente aduersidad: y tambien porque a nosotros no es licito querer estoruar la voluntad del alto sen~or. No desma- yen. O pues valerosos prin(e)[c]ipes vue- stros fuertes corac'ones: porque quan- do el osso marino saliere dela Selua de ruxia. Los campos griegos tocare: y con encendido fuego. Su furia essecuta- re / auiendo el Leon grande, alos dos cueruos marinos. Quitado las cabe- c'as con ayuda del otro leon hijo delos mas brauos Leones. Seran escondi- dos con brauos y grandes bramidos en la selua de su salida. De donde no o- saran salir hasta que la Real aguila de las dos cabec'as siempre vencedora. Y el gallo con otras Aguilas pequen~as, y muchedubre de paxaros. Con pujan- te furia vendran: y daran tantas pica- das enlos Lobos marinos: que los sa- caran dela cueua que vsurpada tenian con muerte genral de todos. Y luego la Tortola couertida sera ayuntada a su engan~ador: siedo aparecida la paloma d apolonia: ensto altos sen~ores no pon- gays duda: q assi auedra como os he di- cho. Acabada de leer la carta. Puesto q todos recibieron gran espanto: pusie- ro lo enla voluntad de dios: y la donze- lla se partio con muchas encomiendas} [fol. 4r] {HD. de Amadis. \ [.]iiij.} {CB2. delos principes y princesas: para essos sen~ores: los sabidores: Alquife: y Vr- ganda la desconocida. Y todos queda- ron co mucha admiracion: en especial las princesas: haziedo todo lo que qual quier fiel Christiano es obligado, poni- endo la humana diligencia: encomeda- do lo de[+]mas a dios. Puesto que vuies- sen visto otras muy grandes armadas como la del rey Armato de persia: qua- do vino sobre Constatinopla. Todo lo qual dexaremos para su tpo: por cotar lo que mas a nuestra historia atan~e. {RUB. % Capitulo .ij. De co- mo en Constantinopla fuero apre- gonados vnos torneos: para las bodas delos principes / y lo que entre el principe Ajesilao: Dia- na passo.} {IN4.} GRade fue el pauor que aque- llas altas Sen~oras de oyr la carta delos Sabidores resci- bieron: en especial la Prince- sa Diana: que le fallecio el corac'on y ca- yo desmayada enlos brac'os dela Rey- na Lardenia. La qual con muchas la- grimas: comenc'o a regar su Rostro. Mas a esta hora llego alli Ajesilao: el q<>l tomadola en sus brac'os: le hizo tan- tos remedios. Junto con las lagrimas q de sus ojos hechos fuentes salian / q fueron bastantes a recordarla, y dan- do vn gran sospiro dixo. O Dios Se- n~or mio: ay como no nascio muger mas desdichada que yo en todo el mundo. Pues jamas puedo gustar sino triste- zas: que a[+]vn no vue salido de aquella torre: quado me veo con mil congoxas. Ajesilao viendo tal a su Sen~ora co la- grimas en sus ojos dixo. Ay mi sen~ora por Dios no os acuyteys tanto: si no quereys ver mi presta muerte: mirad mi} {CB2. sen~ora: que teneys al vuestro Ajesilao que conel fauor de vuestra gra hermo- sura: jamas temio peligro. Quanto mas mi sen~ora que de vuestra parte: son tatos, y ta estremados caualleros que no veen la hora que se ver con sus ene- migos. Esforc'ad por dios mi sen~ora: q mas muerte es la que recibo en me ver apartado d vos: que no la que mis ene- migos enel Campo: peleando me pue- den dar. Otorgadme mi sen~ora tal gra- cia: que pueda gozar de aquella gloria: que solo vuestro gra merecimiento me hizo merecedor. Pues debaxo de titu- lo de vuestro esposo: bien se sufre. Ay por dios mi sen~or y amigo dezia la prin- cesa Diana: no mirays por lo que tan presto podreys gozar sin ofensa mia ni de mi honestidad: de aquello que tan duido os es. Mirad mi sen~or que mas soy vuestra que mia. Ay mi sen~ora dzia Ajesilao: no pongays escusa enlo que en si no la tiene. Pero pues assi es vues- tra voluntad: ala qual la mia jamas de- xo de obedecer: hagasse como fueredes seruida. No en menos razones estaua, don Arlanges de Espan~a, y la reyna ga- raya su esposa: y don Florestan y su Da- rayda, y don Floralan y su Lucenia: po- niendoles el esfuerc'o que enellas salta- ua. Estando assi el principe Ajesilao: se leuanto de cabe la princesa su Esposa y fue a hincar los ynojos ante el Rey A- madis su ahuelo: y ante los otros Em- peradores y reyes su padres: suplica- doles le otorgassen vn don. El Rey lo leuanto por la mano, diziendo. Excelen- te principe: pedid lo que fuere vuestra voluntad. Lo que yo quiero mi sen~or dixo el es: que manden apregonar vn torneo para el dia de sant Marcos, que sera d oy en veynte dias, por todos los reynos comarcanos: porque nuestros enemigos cuyden que los tenemos en poco, y tambien porque a ellos vendra muchos Caualleros andantes, de di-uersas} {CW. a iiij} [fol. 4v] {HD. Dozeno +} {CB2. partes: delos quales se podrian bien ayudar: para en aquella guerra / el rey Amadis dixo que le plazia y con gran alegria de ver el esfuerc'o del prin- cipe Ajesilao. Dize Galersis que dixo tales palabras. O Dios y como exce- lente Principe. No podeys dexar de mostrar el esfuerc'o d aquella preciada Reyna Zahara junto conel dela sobe- rana Reyna Alastraxarea vuestra ma- dre: y besandole las manos. El princi- (ci)pe se salio con los otros caualleros / a concertar lo que se deuia hazer, y lue- go fueron escriptas Cartas / y embia- das por las partes comarcanas. A es- tas fiestas se ju[]taron muchos grandes sen~ores. Lo vno por gozar dellas: lo otro por fallarse en la gran batalla: con- tra los paganos. Aunque por entonces no vuo efecto: como adelante diremos: todo lo qual dexaremos para su tiem- po: por contar lo que mas a nuestro ca- so haze. {RUB. % Capitulo tercero como el Rey Bultasar d Ru- xia: sintiendose muy affrenta- do del principe Don Flori- sel. Entro en consejo sobre lo que haria: y lo que mas le aco- tescio.} {IN4.} YA se dixo enla onzena pte des- ta Hystoria, como el Rey de Ruxia Bultasar siendo ven- cido del excelente Principe Don Florisel, sobre la demanda dela reyna Sidonia fue embiado ala misma Reyna: & como el le pidio que quisiesse casar conel: y como ella lo desecho. Co- nel qual enojo hizo la grande armada para venir sobre la insula de Gindaya: y como por el esfuerc'o del excelete prin-cipe} {CB2. Don FLorisel, y el muy valiente A- jesilao, debaxo del nombre de Daray- da: y del exce[le]nte principe Don Falan- jes de Astra: y dela soberana princesa Alastraxarea. Fue su gente vencida: y el rey de Ruxia en vna sola barca pudo fuyr. El qual llegado a su tierra. no per- diendo la memoria: dela gra afreta res- cebida. El Corac'on le lloraua gotas de Sangre, jamas estaua sino el mas cuydoso Hombre del mundo. Tanto que a mas andar se yua ala muerte has- ta que vn dia: llamando a vn su mucho familiar, conde de Nesdo, le conto la an- sia que en su corac'on tenia. El qual co- mo malo fuesse: luego hallo la maldad del rey en su pecho cabida: y en su boca cosejo: el qual dixo. No me espato alto sen~or tener en tu memoria las muchas afrentas destos perros christianos res- cebidas sino como conellas no eres mu- erto, pues claramete sabes, y a[+]vn ayer fue. No solo tu padre: mas tu abuelo el buen Rey Breo del traydor de Don Florisel muerto: mas tu persona deson- rrada en ser con traycion dellos venci- do como lo fuyste sobre la demanda de Diana / porque tu soberana y esforc'a- da persona. En otra manera no podia ser sobrada. Y assi mismo quando so- bre la Ysla de Guindaya, fuyste co tus pujantes exercitos: y no solo esto. Pe- ro a[+]vn la traydora dela Reyna Sido- nia / no solamente oluidadas las gran- des injurias dellos rescebidas. Pero a- vn la ley de nuestros altos Dioses. Y bu[e]lta ala ley del crucificado: menospre- cio tu sagrado & alto matrimonio: & no solo esto: mas otras tantas tales y tan inumerables injurias: que solamente e pensar las el corac'on me llora continu- as gotas de sangre. Como aquel que delos tuyos mas lo siente: y no solame- te a nosotros / y alos de nuestra Ley continuamente hechas / pero a[+]vn en ver tus Dioses menospreciados des[+]-horrados} [fol. 5r] {HD. de Amadis. \ Fo .v.} {CB2. con tanto vituperio, no es ra- zon sufrir ya tantas ygnominias: que nuestros Dioses estan ayrados cotra nosotros: y nos las haze sufrir co justi- ssima causa: por no auer antes essecuta- do su justicia. Mueue pues tus reales llama tus vassallos: amigos: y valedo- res, y destruye estos Christianos ene- migos de los dioses. Oydas porel rey Bultasar estas razones, abrac'ando lo muchas vezes. Luego hizo llamamien- to a seys reyes sus amigos y vassallos. Los quales luego con otros grandes sen~ores vinieron al llamamieto del rey de ruxia: y del fueron muy bien rescebi- dos y muy honrrados. y auiendo des- cansado del camino: entro luego en con- sejo conellos, declarando les su inten- cion y voluntad. Todos dixeron ser muy justo y muy bueno aquel camino: saluo el rey de Cacidonia. El qual mie- tra los otros los pareceres dezia: auia estado llorando y mirando al cielo: de lo qual espantados todos los que alli estauan. El rey le dixo que dixesse lo q le parescia de aql hecho. El q<>l leuanta- do en pie llorando como antes dixo: al- to sen~or. Yo el rey de Cacidonia: el me- nor de tus vassallos: digo que no plega a jupiter: que a ti que eres mi sen~or lison- je en cosa ninguna: mas antes te digo. Que los que te han aconsejado que ha- gas tal cosa: o no quieren tu horra: o no saben lo que yo se: porque sabete Alto Emperador que si en tierra de xpianos passas: ni tu ni ninguno delos que conti- go fueren jamas tornara en ruxia. Por que todos seran muertos la sangre ru- xiana ten~ira los griegos campos: y los cueruos Marinos teniendo vsurpada la cueua delos mas antiguos & brauos Leones, seran della con crueles pica- das y muerte e muchos dellos, lan- c'ados con ayuda delos dos ossos mas sabios: y finalmente los paxaros blan- cos con el aguila real: y otras aguilas} {CB2. menores conel gallo coronado, vedran en ayuda delos afligidos Leones: con la qual venida se causara la final destru- ycion delos cueruos marinos. Y pu- es assi es / por los Dioses te ruego no hagas tal cosa: y no creas que temor de la muerte me haga dezir a mi esto. Pu- es jamas la temi enlas grandes guer- ras: quado el rey Armato fue sobre co- statinopla, con no menor poder que tu puedes lleuar: y porq creeme. O Rey q veo al dios marte en su oposicio co sa- turno co vna espada esgrimiendola co- tra ti: y si tanto te plaze la venganc'a de tus ijurias y nras: como d tus vassallos: aguarda otro mejor tiempo: y porque creas no lisonjearte aguarda q lleguen en medio de su oposicio: y veras mi fin ser venido: y conesto se sento lamentan- do todavia con mucha tristeza. Mu- chos vuo que eran del consejo, que el sa- bio rey de Cacidonia diera: auiendo es- perimentado su gran saber y otras mu- chas y grandes cosas, y en gran repu- tacion por su saber era d todos tenido. Mas los que mas mancebos gano- sos de ganar la habrienta honrra eran. Como en semejantes casos acontesce / tenian lo contrario del Sabio: y viejo rey de Cacidonia: diziendo que no era de dar credito a que los hombres mor- tales pudiessen por ningun arte saber / lo que los altos Dioses en su gran con- sistorio tienen ordenado de disponer. Entonces el gran rey de Ruxia por qui- tarla contienda y el escandalo que de alli podia suceder, mandadolos callar y haziendo sen~al de silencio / comenc'o a dezir. Nobles varones reyes vassa- llos y amigos mios: no os deue ser o- culto: quato mas ala honra y fama que no ha de perecer que ala misera vida, q al fin se ha d acabar, seamos obligados pues la vna perpetua vida nos prome- te: y la otra nos assegura la vida que ha d morir: pues mucho mas vale muerte} [fol. 5v] {HD. Dozeno. +} {CB2. con vida: que no vida co perpetua mu- erte: assegurando la que ha de perecer. Esto digo amigos / y vassallos mios / por lo que esse viejo loco de esse rey ha dicho / temiendo de perder la vida: no estando harto de biuir: pero ni sus pa- labras: ni falsos prodigios: me quitara que no tome venganc'a: de mis tan ene- migos: los principes griegos vsurpa- dores: de aquello que solo a mi era de- uido: como decendiete dela prefulgete sangre delos dioses. Y por tato los que me quisieren seguir aparejense que de oy en tres meses quiero partir. Todos dixeron que lo querian seguir con sus gentes y las de sus amigos. Ellos esta- do enesto, el viejo Rey de casidonia co- menc'o a reziar en su llanto: y encomen- dandose a sus Dioses. Alli dentro dla sala del consejo cayo muerto, de que[ ]no poco espato recibiero todos, poniendo lo por prodigio de mal sucesso: pero co- mo los mas fuessen macebos ganosos de ganar honra: y enemigos dlos xpia- nos no lo tuuieron en nada: antes ma- dando enterrar al viejo Rey alli: luego despacharo los enanos: q os diximos, q a Constatinopla fuero y embiaro sus cartas a todos los reyes: Califas: Ta- morlanes: Soldanes: c'afies dela paga- nia. Por este tenor desta. &c. {RUB. Carta.} {IN4.} AVos los honrados reyes, ca- lifas: soldanes: tamorlanes / del paganismo, esalc'adores d la secta d nros dioses. Destruy- dores dla fe dl crucificado. Yo el rey de Ruxia emperador de Costatinopla y trapisonda y roma, q espero ser rey dla gra bretan~a: gaula: rodas, y dlos otros reynos xpianos. &c. Os hago saber co- mo por inspiracion delos dioses: fue no- tificada vna sentecia: a mi en su alto co-sistorio} {CB2. dada. La qual mande yo como essecutor della notificar en Constanti- nopla: su tenor dela qual es este. Que los campos griegos con sus ciudades y gentes: sean abrasados: y metidos a cuchillo todos, y sus principes co crue- les y deshonrradas muertes muertos, para cuya essecucio me aparejo co mis poderes. Ruegos y amonestos que ve- gays a ser testigos dello: co la mas gen- te que podays: aqui enla mi gran Ciu- dad de ruxia: do os espero. Dada en mi consistorio / por comission delos altos Dioses. % E salidos del acuerdo / todos los Reyes y grandes sen~ores que enel con- sejo estauan: se fueron para sus tierras por proueer: y para venir con sus pode- res: como adelante diremos. Y el Rey de Ruxia qdo en su tierra madado pro- ueer todo lo que couenia para aquella guerra assi de aparejos para combatir como de tiendas y tendejones: nauios galeras: fustas: carracas como de basti- mentos: armas y tiros de poluora: y grandes Elefantes con castillos de ma- dera encima: y otras muchas cosas: se- gun que enel processo de nuestra histo- ria parecera mas largamente: boluien- do despues a nuestro comenc'ado pro- posito. Luego fueron conestas cartas despachados muchos caualleros que las diessen a quien yuan dirigidas: y e- llos lo hiziero como agora os contare- mos. {RUB. Capi [.i]iij. como los mensageros embiados del rey de ru- xia dieron las cartas que lleuauan: y a que Reyes las dieron, y como to- dos se aparejaua pa venir sobre Cos- tatinopla: y como se juntaron todos enla gra ciudad de ruxia co gra mul- titud de gente: assi de pie como de ca- uallo: y lo que mas acotecio.}} [fol. 6r] {HD. de Amadis. \ Fo .vj.} {CB2. {IN4.} PArtidos como os auemos di- cho los mensageros del gran rey de Ruxia con las cartas para todos los reyes, califas tamorlanes y grades sen~ores amigos: y vassallos y valedores dl rey de ruxia rogandoles, q viniessen con todos sus poderes: prometiendo a cada vno segu su calidad con los mensageros que las cartas lleuauan: grades sen~orios enla tierra delos christianos, todos los res- cibieron con muy gran plazer: y vnos con otros se llegauan y aparejauan co el mayor poder de gente que cada vno podia: vnos por mar en diuersas mane- ras de Fustas y Nauios, y otros por tierra. Que os dire sino que dentro de tres meses los campos Ruxianos con todos los montes y despoblados esta- uan llenos de tiendas: con tan innume- rables gentes: esperando a que todos se recogessen. Que ta gran exercito ja- mas se vio junto en vn cabo: y todos con tanta gana de yr cotra los xpianos que no veyan la hora de se ver conellos embueltos. Quien os contaria el ale- gria del rey de Ruxia: sino que estaua tan ledo con pensar la destruycion que creya hazer: viendose con tanta muche- dumbre de gente: que al no hazia sino aparejar la partida con la mayor pries- sa del mundo: los nauios: carracas: ga- leras: fustas y otros barcos en que la gente auia de yr: que eran tantos que passauan de ocho mil, que mas de seys leguas enla mar estauan repartidos: as- si delos que los Reyes auian traydo / como dlos que el rey de ruxia auia ma- dado hazer. El primero que llego / fue el Solda dela gra bulgaria que no era Gigante mas poco le faltaua para ser- lo, el qual truxo veynte mil Bulgaros de a cauallo gete bien armada, por cau- sa del mucho metal que en aquella tier- ra se cria: y caualleros todos en bestias como cauallos: muy domesticas y fero-zes} {CB2. en pelear: traya assi mismo cincuen- ta mil peones flecheros gete diestra en pelear: y tras el vino el Rey de Lande- co diez mil de a cauallo armados de ca- pellinas y corac'as, co lanc'as muy lar- gas a manera d ginetes: y traya mucha gete de peonaje / assi mismo vino el rey de Pilapela: que vn fuerte jayan era lla- mado Libranto: de gradeza increyble: traya consigo diez parientes suyos Gi- gantes muy ferozes: y traya d su reyno quinze mil de a cauallo: y muchedum- bre de peones. Assi mismo vino el Rey de Bulgaria Magna con treynta mill Bulgaros gente para mucho trabajo: y otra mucha gente de guerra de pie. luego vino el Rey de Bulgaria viejo muy esforc'ado, con doze mil hombres de a cauallo gente desarmada: co sola- mete hachas y capellinas, y vna tabla china de palo: consigo traya dos gigan- tes tan grandes como dos[ ]torres: pelo- sos como ossos, que pensaua conellos solos poder sojuzgar a todo el mundo. Assi mismo vinieron los dos reyes de Armenia mayor y menor, con sessenta mil armenios: aunque muchos desar- mados: sino co bastones: en especial el peonaje q no lleuauan numero: coellos vino el Rey de Georgi: con solos ocho mil de cauallo: mas muy bien aderec'a- dos de guerra: consigo traya dos Ja- yanes del[ ]linage delos cicladeos. Assi mismo el rey de Coria. Assi mismo el d Tartaria: el de cac'ana: el d[ ]Campestria el de Zaquia: el de catocia: el rey d assi- sica, el gran Rey de Moraria, el Cali- fa de mosquinter: el de mosconia, el rey de Rusia: el de Serena: el gran Califa de[ ]nor con quinze reyes coronados con tan gran poder: que trayan passados d dozientos mil combatientes: saluo que muchos dellos venian dsarmados. Vi- no el Rey de Tarisma con tres Jaya- nes: & mucha gente: y el rey de Testar- go / y el fuerte Rey de Taldas y el de} [fol. 6v] {HD. Dozeno +} {CB2. Caldea: con cinco reyes sus vassallos: y el de corala conestos venian muchos Gigantes de desmesurada grandeza vi- no el Solda de Alapa, y el de talmani. Tantos reyes y grades sen~ores vinie- ron: que mas a prolixidad / que a otra cosa seria recontado querello cotar, co ellos vinieron / passados de dozientos Jayanes: con tan grande poder: quan- to jamas fue visto / tan alegres con assi se ver: que ya se tenian por sen~ores dlos christianos: y repartian entresi los rey- nos que pensauan ganar / aunque por otra parte nuestros buenos principes no tenia descuydo elo que les cumplia en su defensa hazer / teniendo nueuas por espias que conellos tenian dlo que los enemigos hazian. Lo qual dexare- mos de contar por dezir los que mas ha- ze a nuestra historia. {RUB. % Capitulo .v. Como vino ala corte de Constatinopla vna dozella con vna estran~a auentura de vn yelmo: y quie era la dozella.} {IN4.} DIze nuestra hystoria que con grande animo / los exceletes principes griegos / esperaua sus enemigos con passados de cincuenta mil caualleros: esperado las ayudas dlos otros reyes xpianos: porque cada dia tenian nueua cierta de la venida dlos enmigos dela fe. Mas co todo esso no dexaua el excelete prin- cipe Ajesilao: y el principe don Arlan- jes de espan~a: y don Florestan con los otros principes de sentir tan mortales cuytas como antes: que tuuiessen en su poder alas causadoras dellas. En espe- cial do Felisel de mote espin. Que pue- sto caso que la infanta Anaxara lo ama- sse como assi: no le mostraua mas fauor de dezirle: que ella era cotenta de casar conel: con consentimiento del Rey su padre: y delos Emperadores sus sen~o-res,} {CB2. sola la hermosa princesa Leonida tenia assaz tristeza por el principe do ro- gel de grecia a quie tanto amaua, y cer- cada de mil congoxas dezia. O princi- pe don Rogel flor dla caualleria, y fer- mosura del mundo que es de ti. Mas ay de mi sin mi: por ti. Quan oluidada me tienes: no puedo creer sino que tus palabras eran falsas: mas no puede ser que en tata bondad: no sobrasse lealtad como aquella que enlos de tu linaje ja- mas falto. Estas y otras muchas co- sas, passaua etresi: la fermosa princesa esperando la venida del Principe don Rogel: q bien creya que sabida la guer- ra no dexaria de venir a fauorescer su tierra. Auino pues que estando las co- sas: enel estado que aueys oydo. Enla gran sala imperial: entro vna donzella sin alguna compan~ia: la qual venia rica- mete guarnida: en sus manos traya vn rico yelmo partido con oro: la mitad d la cabec'a de vn espejado azero: la otra mitad de fino oro: y llegando ante el es- trado delos Reyes y emperadores co- menc'o a dezir los ynojos en tierra: en alta boz. Alto rey dela gran Bretan~a Altos emperadores: y excelentes prin- cipes: como la alteza de vuestras haza- n~as: y alta fama: que hasta las estrellas llega / ami noticia llegasse, auiendo an- dado todas las cortes: de todos los re- yes, & grandes sen~ores del mundo / en busca del fin de mi auetura, porque aue- ys de saber que yo fuy hija de vn Caua- llero: sen~or de vn Castillo assaz bueno y vno dlos mayores sabidores del mu- do / el qual mayores sabiendo por sus artes co- mo me auia de ser tomado mi castillo / despues de su muerte, Hizo este yelmo y antes de su fin me lo dio, diziendo me q dspues que me viniesse mi infortunio me fuesse por el mundo en busca del ca- uallero macebo que por su alta bodad pudiere enlazar e su cabec'a este yelmo: y el cauallero q la vetura acabare me[ ]ha} [fol. 7r] {HD. de Amadis. \ [.]vij.} {CB2. de otorgar vn don y es que ha de yr co- migo para hazerme auer derecho d qui- en mi castillo me tomo. Buena dozella dixo el rey Amadis todos seriamos di- chosos que enesta corte vuiesse fin vue- stra auetura: porq hallassedes remedio a vuestra cuyta aqui antes q en otro ca- bo / y porque agora es tarde quedese la prueua para man~ana. Luego fue la do- zella madada muy bie aposentar, y to- dos quedaro hablado enel auentura dl yelmo. Agora os quiere contar la histo- ria quien era la Donzella, y la causa de su venida. Ya aueys oydo enla onzena parte desta gra historia como vino vna donzella ala insula de guindaya a pedir socorro y ayuda contra vn cauallero q le[ ]auia tomado[ ]vn castillo enla tierra dl duque de Arhenas, y como fueron con ella don Rogel y don Filisel de monte espin, y como estando para hazer la ba- talla don Filisel de mote espin se enamo- ro dela linda y graciosa Marfiria, y co- mo despues d subido enla cumbre d sus desseos fue tratado della con tato desa- mor que desesperado se vino a constan- tinopla. Cuenta pues nra historia q par- tido do Filisel de Athenas la linda mar- firia se qdo co tata pena por assi lo auer tratado q queria morir de pesar tanto q jamas dormia ni reposaua punto alguo y menoscabaua su gra hermosura. Ca- yo en vn lecho y d dia e dia crecia su en- fermedad: hasta que ya viendo se al fin de su[ ]vida: tomo a su donzella cardonia por la mano y con grandes solloc'os co- menc'o a dezir. Amiga mia cardonia bi- en sabes que jamas te encubri cosa d mi corac'on, y menos hare agora. Pues has de saber amiga mia que ni la razo de mi honestidad, ni la grauedad d mi hermo- sura: ni el desuio que coel valiente prin- cipe don Filisel tuue han podido tanto hazer que mas su hermosura no me ven- ciesse trayendo me al estado que me ve- es que ni ya soy parte para alargar me} {CB2. la vida: ni menos co tal cogoxa la quie- ro, vna cosa sola te ruego por la fideli- dad de q me eres deudora q despues de yo muerta tu me saques mi corac'o[ ]&[ ]ye- do a Costantinopla: o a donde don Fili- sel mi sen~or estuuiere[ ]se lo des para q ve- gue la san~a que de mi tiene en auerle pa- gado tan mal el amor que me tenia: con esto cayo amortescida enel Regac'o de Cardonia la qual la consolaua lo mas q podia, y trayedo aguas olorosas selas echo enel rostro / con las quales torno en si con grandes solloc'os. La dozella Cardonia ayudadole con las mismas lagrimas comenc'o a dezir. No cure la vuestra merced d tomar tata pena que no querra Dios nuestro sen~or que tan presto tanta hermosura perezca, y esfor- c'aos por Dios mi sen~ora que yo espe- ro hazer vuestro corac'on alegre, E dizi- endo le la manera que cuydaua tener d- xado la algo mas consolada se fue avna su tia gran sabidora que cerca de alli en vn castillo de Marfiria moraua le con- to muy por estenso todo el caso: pidien- dole su ayuda. La qual le dixo: amiga cardonia no creas que a mi es oculto el mal de tu sen~ora / y el remedio ya yo lo tengo fabricado. Cata aqui este yelmo conel qual tu yras ala ciudad de consta- tinopla: y tiene tal propiedad que si[ ]no fuere el principe don Filisel de Monte Espin: nadie se lo podra poner, y pedi- ras vn don al cauallero que la auetura acabare: y sera q se vega contigo: y par- tida co el lo trayras aqui a este Castillo yo te dire lo q despues has de hazer: co este recaudo q aueys oydo se fue la doze- lla a constatinopla. La q<>l no fue conos- cida por do Filisel: puesto q muchas ve- zes la vuiesse visto: porq la sabidora la- uandola co vn agua la auia tornado de otra forma, y aun con mas hermosura q ella tenia: porq le diesse mas volutad de venir conella. Lo q<>l dexaremos por co- tar como se prouo otro dia el auetura.} [fol. 7v] {HD. Dozeno +} {CB2. {RUB. Capitulo .vj. Como otro dia fue prouada la ventura por to- dos los principes y caualleros: y como don Filisel de monte espin la acabo / y como se partio con la donzella.} {IN4.} YA que la clara y luziete auro- ra acompan~ada delos luzien- tes rayos de febo auia salido y al mundo mostrado tal cla- ror como quando enel leon se aposenta- se leuantaron el rey Amadis co todos aqllos Emperadores: reyes: principes y grades sen~ores, y ricamente vestidos se salieron ala gran sala, donde ala sazo ya llegauan todas aquellas Reynas: & emperatrizes co tata majestad y sobra- da hermosura. En[ ]especial de aqlla res- plandeciente Diana: y la hermosissima Infanta Fortuna: donde luego vn Ar- c'obispo dixo la missa, La qual fue oyda con mucha deuocio de todos rogando a nro sen~or Jesu xpo les diesse victoria cotra aqllos infieles: y acabada la mis- sa. La dozella vino conel yelmo ela ma- no: y hincadas las rodillas ante el rey Amadis que como padre y sen~or de to- dos le era deuida aqlla reuerencia. Le suplico madasse prouar aqlla auentura y luego el rey Amadis tomando el yel- mo enla mano selo puso enla cabec'a. Pero tato os hago saber que como no era hecho para el no acabo la ventura: antes sintio el yelmo tan liuiano ela ca- bec'a que tal propiedad tenia que segun la bodad del cauallero que selo tocaua sentia la pesadumbre porq si por bodad de armas vuiera de ser: quie mejor que aquel esforc'ado Rey lo pudiera hazer. Boluiedo pues nro proposito del yel- mo salio tato respla[*d]or q era cosa muy estran~a: tanto que no se dexaua diuisar. Luego el rey Amadis lo dio a su hno el emperador esplandia. El qual tomado- lo enlas manos dixo cotra el rey Ama- dis su padre. Bie creo yo sen~or q dode} {CB2. vra merced faltare poca honrra podre ganar diziedo se lo toco enla cabec'a: pe- ro tato hizo como el rey Amadis su pa- dre, tras el tomo el yelmo el empador lisuarte: pero ni mas ni menos hizo que su padre. Luego lo dio al emperador a- madis d grecia su hijo diziedo. Mirad vos si es vra esta auetura, el qual toma- do lo enla mano dixo cotra el empador Lisuarte. Por dios sen~or q gra presun- cio seria querer acabar lo q en vra mer- ced ha fallescido, pero co todo esso se lo fue a enlazar enla cabec'a / y del yelmo salio tato resplador q cincuenta hachas no lo dieran tal, pero no le pudo armar Luego lo dio al excelente principe ana- xartes. El ql despues[ ]de muy rogado lo tomo: mas al tato hizo como los otros Luego lo dio al excelente principe don Falanjes d astra, El ql tomado lo en sus manos: y buelto cotra su amada sen~ora la infanta Alastraxarea dixo. Mi sobe- rana sen~ora sea la vra merced d me dar aql fauor q jamas[ ]negastes a este[ ]vuestro principe conel q<>l tengo pensamieto de dar fin a todas las auenturas dl mudo Soberano principe mi sen~or dixo la pn- cesa alastraxarea: jamas mis fauores se negaron ala vra merced y menos se po- dra negar agora: y co esto el principe se puso el yelmo. Pero lo mismo que los otros hizo: y con esto dado lo co mucho enojo ala donzella dixo. Por dios her- mosa dozella no se q me diga de vro yel- mo. Saluo q por hazer nos correr a to- dos lo aueys[ ]traydo. Soberano princi- pe dixo la dozella no se si se os acuerda las palabras q al principio dixe q si[ ]no fuesse cauallero macebo no podria aca- bar esta auetura: poresso no reciba vra merced pesar q bie sabida esta vra gra bodad por todo el mudo: assi me pares- ce buena donzella q me couiene[ ]hazerlo dixo el: y con tato dio el yelmo al princi- pe do Florisel de niquea, El q<>l[ ]lo tomo y poniendo los ojos ensu sen~ora Elena} [fol. 8r] {HD. de Amadis. \ [.]viij.} {CB2. lo quiso enlazar: pero al tanto hizo co- mo Amadis de grecia. Luego fue dado el yelmo a muchos & muy preciados ca- ualleros q alli estauan. Pero en alguos auia q no respladescia nada: y en otros mas. Segun la bodad de cada vno ha- sta que solamete quedo Ajesilao: y to- dos pensaro que el auia de dar cima aq- lla auetura. El qual buelto ala princesa Diana su esposa en cuyo regac'o estaua la dixo. Mi soberana sen~ora y esposa / agora son menester aqui vros sobera- nos fauores que ala vuestra darayda ja- mas negastes. Ella respondio mi sen~or y excelente principe como a Ajesilao os quiero hazer los fauores: que como a Darayda ya no se sufren. Saluo en el tiempo que con ta limpio amor dellos pudistes gozar, y co esto el principe Aje- silao tomo el yelmo: del qual salio tata claridad quanta jamas auia salido. Pe- ro no pudo acabar la auentura q el yel- mo quedo como antes. Luego tomo el yelmo don Filisel de monte espin: y mi- rando cotra la hermosa infanta anaxa- ra q ael miraua, tomado el yelmo lo ela- zo muy facilmente: pero no vuo enlaza- do. Quando el yelmo se abrio por don- de estaua partido co oro que por tal ar- te era hecho, muy grande fue el alegria que la infanta Anaxara vuo de ver aca- bada la auetura por su cauallero do Fi- lisel de monte espin y triste porque le co- uenia partirse. Luego la dozella fingen- do gran alegria se hinco de ynojos por besalle las manos pidiendole otorgase el don / el dixo leuantando la por la ma- no. Pedid mi buena sen~ora lo que man- daredes que presto estoy para cumplir Lo que yo pido mi sen~or dixo la donze- lla es que sin mas aguardar nos parta- mos para donde yo os lleuare. Plaze- me mi buena amiga dixo el. Luego le fueron traydas sus armas, y armado d- llas se despidio del principe Anastarax y[ ]princesa Siluia sus padres. Los qua- [l]es lo abrac'aro co lagrimas enlos ojos} {CB2. y assi mismo de todos aquellos sen~ores Los quales le rogaron q su venida fues- se cedo. En especial su sen~ora Anaxara que co los ojos le daua a entender qua- ta era su tristeza: y caualgando en su ca- uallo, y la donzella en su palafren tomo el camino que la Donzella quiso guiar. Lo qual dexaremos hasta su tiepo por contar lo que ala historia haze al caso. {RUB. % Capitu .vij. Como passauan gra pena el princ(e)[i]pe Ajesilao y don Falanjes por sus esposas, y como se viero conellas y lo q entre si passaro.} {IN4.} NI la nueua dela venida dlos turcos, ni menos los cuyda- dos q tenia el excelente[ ]prin- cipe Ajesilao: eran bastantes que no padesciesse ta mortales cuytas por su sen~ora: como enel tiempo q mas encedidos andaua sus amores llaman- do se darayda, porq co doblada passio era apassionada q antes: porq antes no sabia de mas d aqllo q natura pudo des- cubrir: pero despues dezia muchas ve- zes entre si amorteciendose. O cruel du- que porque no me dexaste a mi enla glo- ria q tenia, sin dexallo para q nadie fues- se acabado. O en quato cargo le fuera si siempre pudiera estar alli gozando de ta sobrada perficio. O qua poco te soy q agradescer: y co esto se amortecio mu- chas[ ]vezes: q ni los cosuelos de do arla- jes ni dela reyna Sidonia: ni gozar dsu sen~ora: la parte q alos desposados es co- cedida era parte, pa apartar su gran pe- na: q muchas vezes tomado las manos dela princesa su esposa co las suyas dzia No se mi sen~ora como puede vra cruel- dad cotra mi: que no ayays piedad d da- rayda, ya q de mi no la tegays. Mi se- n~or dixo ella. Si tal fauor como en[ ]daray- da se pudiere sufrir q no fuera e ajesilao yo fuera contenta. Mas ya de baxo de titulo de esposa no se sufre hasta que nu- estras bodas se celebren: y coesto la be-saua} [fol. 8v] {HD. Dozeno +} {CB2. en su hermosa boca: que para has- ta alli tenia licencia. La fermosa reyna darayda que cabe Diana estaua que bi- en auia oydo lo que Ajesilao y ella pas- sauan: aunq[ ]ella co no menores quexas de don Arlanjes: era molestada buelta ala princesa Diana co vna graciosa ri- sa dixo cotra ella. Mi[ ]buena sen~ora ace- temos el dsafio a estos caualleros. No nos tengan por tan couardes que no o- samos esperar / y pues ami es dado es- coger el campo, escojo enel Jardin pe- quen~o de nuestro aposento. Las armas escoged vosotros. Las armas mi sen~o- ra y hermosa reyna dixo ajesilao. Seran los tormentos que de parte de mi sen~o- ra Diana contino me atormenta. Las defensiuas sera mis lagrimas. A y por Dios sen~ora dixo diana no quiero ace- tar el campo que estoy muy herida pa- ra entrar en capo: donde yo misma me venc'a. No cale dixo la reyna que dar os conuiene el gaje / y quitando del cuello de Diana vna cadena con vn Corac'on de rubi: lo dio contra Ajesilao diziedo. Cauallero catad ay el gaje d nuestra ba- talla. Mirad si osareys emprender[ ]tan gran hecho. Ajesilao lo tomo y lo echo a su cuello, besando les las manos por la merced. Y buelta la reyna cotra don Arlanjes le dixo. Y vos don cauallero si osaredes aceptar el capo: catad aqui mi gaje, & luego le dio[ ]vn anillo de vn ri- co Diamante de gran valor: y el le beso las manos. Assi passaron estos princi- pes aquel dia con harto cuydado dela noche no viendo la hora que verla. La qual venida retraydos asus aposentos y el principe Ajesilao & don Arlanjes al suyo q juntos dormia, dexado reposar la gete. Ellos se leuataro: y abriedo vna puerta q detras delas cortinas estaua que al vergel q la reyna Darayda dixo decendia: porq aquel aposento en que posauan: era el que do rogel tenia quan- do estaua alli. Boluiendo pues a nue-stro} {CB2. proposito. El principe do Arlajes abrio el postigo por el qual decendiero hasta el jardin: y d alli se fuero a vna ve- tana de rexa que del aposento de diana alli salia: y alli esperaro. No me ayude dios dixo don Arlajes: sino tego de oyr lo q dentro se habla q lumbre veo: y au hablar oygo, y llegando se los Princi- pes ala vetana. Oyo como la reyna da- rayda dezia. Sen~ora pareceme q es ora q vamos al capo, porq ya nuestros con- trarios estara esperado nos, y no quer- ria q ganassen puto de honrra con noso- tras. Ay por Dios dezia Diana no va- mos: daldos a dios que son muy atreui- dos. A buena fe dixo la reyna lardenia ((q alli estaua)) q aueys de pelear mal q os pese: y con esto trauado la del brac'o tiro fuertemete cotra si. Cate dixo Dia- na esta queda. Lardenia que yo hare d grado lo q quereys y vamos: y conesto abriendo la vetana se pararo a ella con lubre delas antorchas, que[ ]dentro enla sala estaua: hallaro alos dos principes Los quales hincando los ynojos enel suelo estuuiero gra rato suspesos sin po- der hablar palabra: viendo delante d si tata hermosura. La reyna y pricesa ha- zia lo mismo. Mas la reyna Lardenia con vna graciosa risa: dixo cotra el prin- cipe ajesilao. Que es esto mi bue sen~or y en batalla ta peligrosa os falta el esfu- erc'o ta presto. No creays mi sen~ora di- xo Ajesilao que ay armas tan fuertes q con tan crueles flechas puedan resistir quanto mas aquien no piesa defendese por la gloria q de tal[ ]vecimieto me resul- ta, y co esto madado los ella leuatar co mucho amor les comienc'a a besar ellos sus hermosas manos: y co gra gloria d todos dode passaro aqlla noche co tato plazer, q les parescio muy chica. Hasta que ya la mesajera del sol los amenaza- ua con su acelerada corrida. Que ellos se boluieron asu aposento. Desta mane- ra con plazer passauan alguas noches} [fol. 9r] {HD. de Amadis. \ [.]ix.} {CB2. sin jamas consentir ellas otra cosa, ha- sta q vn dia ajesilao mirando bien el apa- rejo, antes que ellas saliessen ((como el tan suelto fuesse)) entrando por lo alto dela rexa: en vn punto fue dentro. Lo mesmo fizo don arlajes: que fasta q fue- ron de rodillas ante sus sen~oras. Ellas no los vieron, y ellos les certificaron quel sabio alquife viendo sus penas las auia metido alli, y ellos cierto lo creye- ron. Creyendo no auer lugar por do e- llos pudiessen entrar. Y al fin al cabo de muchas razones: defendiedo se ellas fueron en dos camas echados: co gran gloria de don Arlajes de que hasta alli no auia gozado: y no menos del prin- cipe Ajesilao. Aunque como la onzena parte desta gran historia se ha contado Enla torre dela duquesa de bauiera la auia ya gozado: hasta que venida la ma- n~ana. Despedidos con dulces y amoro- sos besos: ellos se fueron a su aposento gozando de aquella gloria lo ql dexare- mos por contar lo que al excelente prin- cipe don roger acontecio: yendo en co- pan~ia dla fermosa infanta persilea: que del castillo del sabidor la libro. {RUB. % Capitulo ocho co- mo yendo el principe don Rojel conla infanta persilea para persia: lo que pas- so conella sobre sus amores: y como por vn don que vna Donzella le pidio, vuo vna braua batalla con vn cauallero.} {IN4.} YA se conto: en la grade y terce- ra: parte desta gran historia / como el principe don Rogel de grecia: hijo del excelente[ ]y esforc'ado principe don Florisel de niqa se partio dela corte d gindaya en busca d sus aueturas: y como llego al castillo sabio sinistides. Donde muerto los ca- ualleros: y el sabidor con la bestia Leo- c'a: libro las tres donzellas. Las qua-les} {CB2. supo ser hijas del soldan de persia, y lo que despues con sardenia. Sen~ora d los quatro castillos passo. Cuenta ago- ra la historia que partidos el principe y las infantas del castillo dode se auia curado de sus llagas anduuiero seys[ ]di- as sin auentura hallar que de cotar sea Solamente en importunar ala infanta Persilea: la qual le daua muchos y gra- des[ ]desuios, de que mucha pena el prin- cipe tenia. Ay por Dios sen~or dezia per- silea: y quan bueno seria topar agora o- tra Donzella: como la del otro dia que os quitasse del cuydado que de mi tene- ys. Por vuestra fe sen~ora dezia el / no di- gays tal que me matare con mi misma espada, sin pensasse que por disfrac'ar mi mal, lo deziad(a)[e]s: y co estas y otras muchas quexas: passauan su camino. Bien es dixo la Infanta / que tuuiesse- mos en que fablar para no sentir el Ca- mino. Y con mu[c]ha gracia dissimulaua lo q el otro sentia enel anima hasta que vn dia a hora tercia por la carrera q venia. Vieron venir vna donzella, toda descabellada agramente llorado de sus ojos la qual como vido al principe don Rogel: dixo contra el. Ay buen Caua- llero acorredme por dios, que malame- te soy escarnida: y dadme venganc'a de vn mal cauallero que aca adelante que- da Guiad para alla sen~ora donzella di- xo do rojel, que yo pugnare, por daros derecho d esse, que tato os ha enojado. Ay buen sen~or dixo la donzella, de di- os ayays el galardon si de mi no lo vui- eredes. Y con esto dio del ac'ote al pala- fren, y todos tras ella a mas andar ha- sta que al[ ]cabo devna gran piec'a. Viero vn gra llano y enel vn cauallero: q dos donzellas le tenian asido: dela falda de la loriga fuertemente: y el las echaua d si quanto podia. La donzella que con don Rogel venia / desque los vido di- xo. Ay buen cauallero dadme el dere- cho que me aueys prometido: de aquel} {CW. b} [fol. 9v] {HD. Dozeno. +} {CB2. mal cauallero. Don Rogel se fue con- tra el cauallero. El qual estaua a caua- llo / y con su Lanc'a baxa venia para el y lo mismo hizo don Rogel: y enel me- dio del camino, se dieron tales encuen- tros quel cauallero delas Donzellas quebro su Lanc'a enel Principe Don rogel / y don rogel lo firio a el de tal ma- nera. Que metiendo le parte dl hierro por el escudo: y el Arnes lo llago mal E topandose delos yelmos y escudos El cauallero delas Donzellas, cayo en el suelo con su Cauallo / y el Principe don Roger fue tan desacordado / que le conuino abrac'arse al pescuec'o de su Cauallo. Pero tornando sobre si se a- peo desu cauallo: y embrac'ando su escu- do. Puso mano asu espada y fuesse pa su contrario que para el venia, y comien- c'an se a dar muy fuertes golpes. Tales que don Rogel dezia que si no auia si- do de su hermano Ajesilao / en su vida auia recebido tan fuertes golpes / y el Cauallero dezia que no podia ser si no Diablo: aquel que tales golpes daua. A esta sazon la donzella que con Don Rogel auia venido. Arremetiendo pa- ra las otras comenc'o a dezir assi. En mal punto para vosotras[ ]querays el ca- uallero que por mi sola fermosura sola yo merezco: y coesto aremete para las otras y las otras para ella: comiec'a v- na braua batalla tan cruel en su genero como la q los cauallos hazia enel suyo echado tatos cabellos porel suelo, q d- llos y delas[ ]tocas: lo tenia todo sembra- do: que las infantas no las podia dspar- tir: ni menos entender la causa por que ren~ian. Boluiendo pues a nuestro cu- ento. Aquella sazon eran tatos los gol- pes que los Caualleros se daua que se hazian ahinojar: & salir fuego delas ar- mas. Ya delos Escudos trayan poco / las carnes sentian los dulces hilos de- las espadas: pero el cauallero delas do- zellas era el que a esta sazon lo peor pa-ssaua} {CB2. por la gran bondad de Don Ro- gel. Pero no porque enel se sintiesse pu- to de ninguna flaqueza. Mas don Ro- gel mirando a la infanta Persilea la vi- do toda sin color de que recibio tata sa- n~a. Que alc'ando el espada: dio tan es- tran~o golpe a su contrario enel escudo que he(e)[c]ho dos partes vino al suelo, y al- c'ando otra vez el Espada / le dio otro golpe que si el Yelmo no fuera de tan- ta bondad no pudiera escapar. Que ju- to con la cabec'a no fuera hedido: pero no fue tanto que le no saltasse della: y el cauallero cayo enel campo d[ ]espaldas. Y tornando don Rogel a alc'ar el Es- pada por tajar le la Cabec'a. Dio vna gran boz diziendo: Ay mi buen Sen~or y amigo Don Brianjes: & quan fuerte es mi ventura: en toparos a tal tiepo. y sentadose cabel: luego le tomo la cabe- c'a cosus manos: & poniendola en su re- gac'o: lo procuraua llamar. A esta sa- zon las donzellas dexaron su batalla / bien aran~adas: y aun descalabradas de las caydas q d los palafrenes auia dado y tomando a mucho afan ellas todos sus palafrenes: se fuero cada[ ]vna por su carrera. Y las infantas y escuderos se apearon, y llegando a do Don Rogel estaua. Sabiendo quien era el Caualle- ro / terindo truxo vna poca de agua de vna Fuente que no muy lexos de alli es- taua y echaron se la a don Brianjes por el Rostro hasta que en poco rato torno en si con vn gran sospiro de dolor que d las llagas sentia, se fallo encima delas piernas de don Rogel: y con grade ale- gria dixo. A dios gracias mi Sen~or q ante de mi muerte os veo. ya no tengo en nada mi vencimiento ni muerte sien- do por tal mano. No digays tal mi se- n~or que la gloria dela Batalla vuestra es. Pues no dexastes de hazer lo que podistes / ni de vuestras manos sali tan libre / que no tenga harta necessidad de curarme. Dexemonos desso dixo} [fol. 10r] {HD. de Amadis. \ [.]x.} {CB2. Persilea, y entendamos en como bus- quemos do seays curados. y tomando de vnas rocas: conellas les apretaron las heridas: don Brianjes caualgo en el palafren de terindo: y Terindo enel cauallo de don brianjes. Y assi tomaro el camino en busca de donde fuessen cu- rados. Do los dexaremos: por contar lo que les acotecio. {RUB. % Capitulo nueue de como don Brianjes conto a Don Rogel la causa porque las Donzellas ren~ian. Y co- mo toparon co fraudador: & la burla q el les[ ]hizo: & lo que mas acontescio.} {IN4.} PArtidos como os auemos di- cho: el Cauallero delas infan- tas: que por tal nombre se ma- daua llamar. El principe don Rogel despues que las infantas traya consigo: conel principe Don brianges como os auemos contado: por buscar do fuessen curados de sus llagas. Assi anduuieron cerca de dos horas sin ha- llar poblado alguno / ni menos perso- na aquien porel pudiessen pregutar: ha- sta que a[ ]cabo de gran piec'a vieron ve- nir por el camino contra ellos vn Ca- uallero en vn cauallo morzillo arma- do de vnas armas jaldes, en que llega- do a ellos: ellos lo saludaron cortesme- te: y el les boluio las saludes. Buen se- n~or dixo don Rogel sabriades nos de- zir por cortesia algu poblado do pudies- semos este cauallero que comigo viene & yo ser curados. Sen~or cauallero dixo el cauallero jalde: por parecerme buen Cauallero: os quiero lleuar a vn mi ca- stillo donde sereys bien curados / a( )vn- que no conel amor que querriades. Pe-ro} {CB2. sera conel amor que a semejantes ca- ualleros yo acostumbro. Muchas gra- cias sen~or cauallero: dixo don Rogel: y si yo viuo no lo perdereys, a dios mer- ced dixo el Cauallero Jalde que delos buenos assi se espera. Pero por yr en mi copan~ia sen~ores caualleros os quiero auisar que os[ ]guardeys de Fraudador dlos ardides: que no querria que os hi- ziesse algun enojo. A dios merced dixo do rogel: q ami dende vna vez q me dxo a[ ]pie me dexo bien auisado. Assi os ca- le dixo el que el tiene ardides que al que vna vez engan~a: no para hasta tres: ha- blando enestas cosas. Vieron de lexos vn castillo, no muy bie obrado / al qual llegados salieron seys hombres de pie al azaguan / y el Cauallero Jalde dixo contra don Rogel. Sen~or cauallero a- peaos delos Cauallos que mietras yo les mando dar recaudo / podeys en- trar dentro. Lo qual luego fue hecho como el cauallero lo dixo: que siendo a- peadas las infantas. Y don Brianjes entraron al patio del castillo / que mas aposento de t(a)[e]laran~as que de hombres parecia / de que fueron marauillados. Mas luego se sintieron dar bozes de- la puerta del castillo. Y saliendo fuera por ver lo que era don Rogel y terindo Vieron al cauallero en su cauallo y los hombres enlos cauallos y palafrenes. Que es lo q mandays[ ]sen~or[ ]cauallero? dixo don Rogel: contra fraudador: que era el cauallero Jalde. Que dixo frau- dador?: qu[ ]estays mal:auisado, de frau- dador enla tierra desus ardides y por d- xaros mas auisado, quiero lleuar vue- stros cauallos: y palafrenes. Sen~or ca- uallero: dixo Don Rogel pensando de lleuar lo por bien, la burla es graciosa por dios: yo os prometo de me auisar: y de pagaros el auiso: y madad me dar mi Cauallo. O como huelgo Sen~or cauallero que seays auisado como vu- estra cormana Darayda y por princi-pio} {CW. b ij} [fol. 10v] {HD. Dozeno. +} {CB2. de paga del auiso que os he dado lle- uare vuestros cauallos: y para daros fi- niquito. Yo prometo de boluer por las armas / y pues quedays auisado nos quexeys si ya me quise pagar. Assi con esto boluiendo las riendas al cauallo / & los otros tras del se fueron al galope de sus cauallos. Grande fue el enojo q el principe tenia de ver lleuados sus ca- uallos que queria rebentar: y mas por don Brianjes que por si por verlo tan mal herido / y entrando dentro dixo. Para sancta Maria que somos burla- dos, como assi dixo don Brianjes. Co- mo el cauallero que aca nos[ ]guio es frau- dador delos ardides & nos lleua los ca- uallos & palafrenes. Mala ventura aya el q me ha burlado otra vez a mi co- mo agora. Si seso tuuieramos dixo la infanta persilea: bien lo conoscieramos q ate nos auiso: q dl nos guardassemos No me pesa por al dixo don Rogel sino por vos mi buen sen~or estar tan mal fe- rido: y por estas buenas infantas: y por esto yo que menos llagado estoy: me co- uiene yr tras el cauallero por ver si po- dre auer los cauallos y palafrenes que os doy mi fe que no se vaya de mi como se fue del rey amadis: y emperador A- madis mis sen~ores quado escapo enlo- dado y sahumado. Estado enesto se tor- naron a oyr llamar / saliendo todos fuera. Vieron que era el Cauallero Jalde: el qual les dixo. Acuerdome se- n~ores Caualleros que os dixe que os curaria en mi Castillo, & por que se me auia oluidado. Bueluo a deziros lo que no dexeys de poneros algunas telara- n~as de que ay asaz abu[n]dancia por que son buenas para restan~ar la Sangre y con tanto quedaos ala mala ventura q yo con mi buena me voy dexandos tan auisado quanto a mi para mas auisaros Y conesto dando delas Espuelas al ca- uallo: se fue al galope Tanto era el e- nojo que Don Rogel tenia que queria} {CB2. morir, pero viendo que mas no podia ser por ruego de don brianjes: tomaron el camino que al cauallero vieron yr co harto afan de don rogel: & d todos: en[ ]es- pecial de don brianjes: y por yr tan mal herido & delas infantas por no auer v- sado mucho aquel menester de aquella manera fueron vna gran piec'a, a ratos riendo dela burla: y a ratos regan~ando conel trabajo hasta que al cabo de vna gran piec'a vieron por la carrera que y- ua: venir vna donzella sobre vn palafre de que mucho holgaron por saber nue- uas[ ]de Fraudador: y llegando que[ ]llego la Donzella la saludaron: y ella les bol- uio las saludes. Sen~ora donzella dixo don Rogel, sabriades me dzir de vn ca- uallero que trae vnas armas de jaldes que adelate va. A dios merced sen~ores Caualleros: dixo la donzella que tan ay- na no hallarades quien nueuas os die- ra de esse Cauallero porque en vn casti- llo que alla adelante se haze: en esta Flo- resta lo vide agora entrar, y por[ ]parecer me honrrada copan~ia: os quiero guiar y dando les las gracias ellos tomaron su camino, y con muchas importunida- des de todos: don Brianjes por yr tan mal herido: subio alas ancas del Pala- fren dela donzella. {RUB. Capitulo decimo de como la donzella que guiaua los caua- lleros burlo a Don Rogel malamen- te / y como don Rogel burlo a Frauda- dor / y como se partieron por ser cura- dos de sus heridas.} {IN4.} NO vuieron[ ]andado muy gra piec'a por aquella Carrera. Quando la donzella que los guiaua dexando el camino: to- mo ala mao siniestra vna senda no muy} [fol. 11r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xj.} {CB2. ancha por la qual siguieron vna gra pie- c'a al cabo della vieron vn castillo de bu- en parescer muy bien almenado con v- na torre en medio del. Alli sen~ores Ca- ualleros dixo la donzella entro el caua- llero que demandays. y semejame que no sera cordura llegar a la puerta del ca- stillo que no os dexaran entrar. Pero si mandays aqui cerca se yo vna Mina vieja que en tiempo de guerra es entra- da para el Castillo: por alli podeys en- trar a vuestro saluo. Muchas merce- des sen~ora Donzella dixo don Rogel guiadnos alla: que yo espero pagaros lo que por mi hazeys. Y con esto la don- zella a poco trecho les mostro vna bo- ca de cueua: por donde sola vna perso- na podia entrar. Por ay sen~or cauallero podeys entrar dixo la donzella: y pues yo he hecho lo que me madastes a dios quedeys: q no me puedo mas detener. Conel vays Sen~ora Donzella dixeron ellos: y con tato la donzella se partio, y sin que ellos lo viessen por vna puerta falsa se entro enel castillo. Partida la donzella don Rogel se metio por la cue- ua y tras del terindo, que don brianjes por estar tan mal herido no fue alla: an- tes quedo sentado en la yerua co las in- fantas: rogando a Dios que librasse a don rogel. Entrando pues don rogel por la cueua como os auemos contado anduuo obra de veynte passos, con tan- ta escuridad que no sabia por dode yua hasta que sin saber como, dio en vn ce- nagal. Enel qual se hundio hasta me- dio cuerpo: tan hediondo y malo / que bastaua a matar con solo su olor: Terin- do hizo lo mismo. Quien os contaria el pesar de do rogel: saluo quel proprio se matara con sus Manos de assi se[ ]ver burlado ta malamente: terindo que as- si lo vido y se vido. Dixo contra su Se- n~or: que aunque no lo via lo oya bien. Por dios sen~or no se que quiere dezir es- to: pero como a paxaros co liga nos ha} {CB2. querido tomar aquella Donzella: a[+]vn tan ligados q no nos desligaremos tan cedo: y a[+]vn semejame que no huele a al- mizque. No pudo estar don rogel con lo que Terindo dixo que no riesse con to- do su enojo y dixo. Mal aya el caualle- ro: que ya diera los Cauallos por bien empleados con que no me viera puesto en vida enel infierno. Estando enesto vieron abrir vna pequen~a Ventana de rexa muy gruessa: y a ella se puso el Ca- uallero delas armas jaldes, la cabec'a y manos desarmadas: y sentandose en vna silla que alli le truxeron, dixo con- tra don rogel. Como sen~or Cauallero en tiempo de tanta paz me minays mi castillo. No se sufre en vn principe co- mo vos. y Cauallero tan esforc'ado co- menc'ar la guerra sin apregonalla p<>me- ro. Sen~or Cauallero dixo don rogel de- xad ya las burlas y dadme mis Caua- llos y palafrenes. No teneys razon di- xo el que ellos fueron ganados de bue- na guerra, y a mis enemigos no soy o- bligado a darles armas. Pero porque nos qxeys que minado mi castillo nos doy la contra mina, tomareys lo que ay va. Y conesto soltaron dos gruessos can~os de vn agua tan hedionda que no siento persona que sufrir la pudiesse ta- to que a poca de hora el agua les daua ala garganta. Entonces Fraudador se torno a parar diziendo. No es razon sen~or cauallero q quedeys sin lumbre pa ver a minar o alomenos sin ahuada para auisar a vuestros copan~eros del buen ardid que teneys hecho. y luego pusieron ala ventana vn brasero: y en- el muchas asquas: y piedra ac'ufre que daua tan mal hedor que a par de muer- te les era. Ay traidor dixo don Rogel y como tu me pagaras lo q a tatos bue- nos caualleros has burlado. No ten- gays enojo sen~or cauallero dixo Frau- dador: que pues os tengo tomado con la liga os quiero mostrar a parlar mie-tras} {CW. b iij} [fol. 11v] {HD. Dozeno +} {CB2. os pogo enla jaula como a vuestra cormana Darayda. Y conesto le truxe- ron vn laud: y el comenc'o a tan~er & can- tar / & los otros todos en corro ale res- ponder desta manera.(( )) % Buen sen~or pues que estays como paxaro tomado parlareys quando os veays aca dentro enjaulado pues venistes a minar este castillo tan fuerte lleuareys bien que lauar lo q es peor que la muerte. % Y conesto dauan grandes risadas / despues que vuieron cantado todos se fueron cerrando la ventanilla. y a[ ]cabo de vna gran piec'a: con ayuda de terin- do ((como estaua desarmado)) salio don rogel: & yendose para su compan~a, que como tales los viessen venir no pudie- ron estar que no riessen, en especial las infantas que grandes burlas sobrello passaron con tanto enojo de don Rogel que mas no podia ser, y viendo que alli no auia remedio y que era cerca dla no- che a vna fuente se fueron: donde ala co- rriente della. Don Rogel y terindo fue- ron lauados dela suziedad, porque aql era vn can~o antiguo por do yuan las in- mundicias del Castillo: & para lauallo por vnos atanores soltaua aquel agua De aquella manera passaron gran par- te dela noche con gran pesar de don ro- gel: y dolor delas heridas: que todas las tenia enconadas. En especial don Brianges que como muerto estaua del gran dolor que sentia. A esta hora se le- uanto don Rogel de sobre vna cama de hojas que estaua, y tomando su Lanc'a y su yelmo enlas manos: se fue hazia el castillo. Y escuchando por ver si pare- cia alguno, no sintio a nadie. y desarma- dose las piernas: ato las armaduras d- llas con la correa del espada: y arrima- do la Lanc'a al muro ((como muy ligero fuesse)) en vn punto fue arriba, y arman-dose} {CB2. las piernas. Fue por el anden del castillo hasta que topo vn Hombre, y dandole conel pie, el hombre desperto y dixo contra don Rogel. Quien eres tu: Quien os quitara la vida a todos dixo don Rogel: poresso dame las lla- ues y guiame donde esta Fraudador. El hombre que conoscio quien era el Cauallero: dio muy grandes bozes: pe- ro el principe le dio coel espada tal gol- pe enla cabec'a que hendida por medio dio conel muerto enel suelo: y tomado- le vnas llaues que enla cinta vido ((por- que con la lumbre dela luna lo pudo bi- en hazer)). Sefue por el castillo: a sazon que diez caualleros armados: venian a ver lo que el hombre auia. Pero Don Rogel que en vn corredor los vido ve- nir: se fue para ellos como vn leon san~u- do que no sentia las heridas que tenia y conosciendo al cauallero jalde entre todos. Se fue para el sin que nadie selo pudiesse estoruar: lo hirio de vn tal gol- pe que dio conel sin sentido enel suelo: y tras de aquel comenc'o a herir tan po- derosamente enlos otros/ que de tres golpes mato tres caualleros. querien- do herir a otro: vido como Fraudador yua huyedo: y los otros tras del: po an- tes que se metiesse en vna puerta de hie- rro por do fraudador entro y la cerra- ssen, mato otros tres: y viendo que no auia con quien pelear: ni menos reme- dio de poderles entrar: por ser la puer- ta de hierro muy fuerte: baxo abaxo co vna hacha enla mano encendida ((que en vn blando hallo)) y fue al establo: & o hallo sus cauallos y palafrenes, y ensi- lladolos: y assi mismo otros doze caua- llos: los mejores q alli auia. Arrojo la hacha en vn gran pajar que alli estaua: el qual comenc'o arder muy fuertemen- te y el castillo tambie a encederse, poco a poco. Y saliendo don rogel fuera: fue a donde su compan~a estaua: que fuerte- mente dormia / y despertolos diziendo} [fol. 12r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xij.} {CB2. Ea buenos sen~ores vamos de aqui ql Sen~or fraudador nos ha ebiado caual- gaduras: y tantas que nos sobraran. E- llas que despertaron y vieron tatos ca- uallos y palafrenes / fueron marauilla- dos. Juntamente co ver arder el casti- llo: y luego don Rogel les conto lo que le[ ]auia auenido. Semejame dixo la infa- ta Persilea: que no nos faltaran caual- gaduras/ y tantas q parezcamos mer- caderes que vamos a feria: Y con esto tomaron su camino enla Mano con gran plazer, viendo a Fraudador y a su gente co la priessa que andauan por a- pagar el fuego: hasta quelos perdieron de vista. A esta hora ya comenc'aua a- manescer: quando vieron de lexos vn buen castillo: y guiando para alla. Fue- ron bien recebidos del sen~or del casti- llo: que era vn cauallero viejo muy bue cauallero: que vsaua ospedar Caualle- ros andantes, y curados por vna Don- zella su hija: que aunque las heridas e- ran malas y peligrosas: ella les puso ta- les vnguentos que don rogel no tardo en sanar doze dias: y don Brianjes tre- ynta. Enel qual tiempo la infanta Per- silea fue muy importunada de don Ro- gel por su remedio / pero ella le daua es- peranc'a que en siendo enla corte de su padre: ella haria su voluntad. Assi pas- saron hasta que siendo guaridos de sus heridas, dado los doze cauallos y mu- chas joyas ala Donzella hija del sen~or del castillo. Despedidos del tomaron el camino del mas cercano puerto. {RUB. % Capitulo .xi. como partidos del castillo, les acontescio ci- erta auentura: por donde don brianjes se partio de su copan~ia, y como fue pre- so por vn gigate: y lo q mas acontescio.} {IN4.} Seys dias aduuieron aqllos p<>n- cipes & infantas, camino de vn puerto de mar que el huesped les auia dicho sin auetura ha-llar} {CB2. que de cotar sea. Al septimo dia co- mo a medio del vieron por la carrera q yua de trauiessa venir vna donzella llo- rando muy agramente y messando sus cabellos ((que ruuios era)) que a todos tomo gran compassion y gana de saber que auentura fuesse. En especial do bri- anjes, el qual rogo a don rogel q le dies- se aquella auetura, pues para el era mu- cha: y a el no acrescentaua en sus glori- as por grande que fuesse. don Rogel se lo otorgo. Y tomando su yelmo y su lan- c'a despidiose del, con acuerdo: que si el auentura fuesse poca: que el lo seguiria. Pero si fuesse tal que se pudiesse de- tener: que el yria ala corte del Soldan de persia: do lo cuydaua hallar. Y con esto dio delas espuelas al cauallo: y fue empos dela Donzella / la qual yua ya muy lexos: tanto que tardo dos horas grandes en la alcanc'ar: y llegando se a ella: que todavia no cessaua de su duelo le dixo. Sen~ora donzella dezidme vues- tra cuyta: q porla orde d caualleria que recebi de pugnar de daros derecho a to- da vra voluntad. Ay sen~or cauallero di- xo la dozella q mi mal no lleua medio / y enlos males q no sufren cura: solo el ol- uido es medicina: mas ay d mi q esse ol- uido no lo puede auer en mi, sen~ora do- zella dixo briajes. Mientras mas me encareceys vra pena: mas gana me da d saber vra cuyta pa remedialla si pudi- ere. Sen~or cauallo dixo la donzella pu- es que assi quereys. Aueys d saber q en vn castillo que enessa floresta esta: vini- endo comigo vn mi cormano: con otros tres caualleros sus amigos q a vn nro castillo yuamos. Topamos vn gigate el qual aunque se defendieron: los pre- dio y ami tambien: y lleuaron nos a vn castillo muy fortissimo: a donde vi por mis Ojos ac'otar ami Cormano muy cruelmete: y despues meter los en vna muy cruel prision / y el Gigate despues me forc'o a mi y me echo del Castillo di-ziedo} {CW. b iiij} [fol. 12v] {HD. Dozeno +} {CB2. que por el solaz que auia comigo auido no me auia hecho matar. Catad aqui sen~or Cauallero mi cuyta que no tiene remedio. Sen~ora donzella dixo don Brianjes guiadme a esse castillo q por la fe que a dios deuo: y ala orden d Caualleria que rescebi: que yo os haga vengada de esse gigante / o pierda la vi- da. Ay sen~or cauallero dixo la donzella de dios ayays el galardo dela buena o- bra que me quereys hazer / mas no en- tre en vos tan gran locura, que aunque fuessen ciento tales como vos no los ti- ene en nada. No cureys desso dixo don brianjes que alos malos su soberuia: y su maldad los castiga. Entonces mira- dolo la dozella: viendolo en son de auer enl toda bodad. Se metio porel camino que auia venido/ porel qual anduuiero tanto que enel camino les anochecio, y fue forc'ado aluergar aquella noche en la floresta: cenando de algunas cosas q la donzella traya: con bien poca gana d- lla & despues cada vno a su parte passa- ron aquella noche hasta la man~ana: la qual venida muy luziete: despues de esi- llados los cauallos & palafrenes sigui- eron su camino. Por el qual anduuie- ron hasta medio dia: pero aquella hora vieron el castillo: el qual era el mas fu- erte y hermoso que podia ser. Porque el era cercado de tres Cauas y en cada caua auia vna puente leuadiza: y entre caua y caua vna muy fuerte torre: el cas- tillo era grande y muy lleno de torres delante del castillo auia vn padron: y e el padron vn cuerno colgado de vna ca- dena. El qual tomo luego enla mano el principe do brianjes, y tocolo muy fuer- temete. Pero a[ ]poca piec'a quel cuerno vuo sonado / baxaron vna Puente le- uadiza la primera, por la q<>l do brianjes entro sin ningu pauor: hasta q fue enla tierra q entre ambas cauas se hazia. Y luego se abrio vna puerta dla peqn~a to- rre y porella saliero diez cauallos arma-dos:} {CB2. los quales sus Lac'as baxas. Se vinieron para el principe Don Brian- jes y el se fue para ellos / dandose enel camino tales encuentros que al que do Brianjes encontro / con vna brac'a de lanc'a dio dela otra parte con el muerto porel suelo. E sacando la lac'a de aql q sana le auia quedado: encontro otro en tal manera, q no vuo menester maestro mas los otros lo encotraro a el, de tal su- erte q por poco no lo derrocaro enl sue- lo. Pero el se tuuo fuertemente: metien- do la mano a su espada, comienc'a cone- llos vna batalla: d tal suerte que como Leon san~udo se reboluia entre ellos. Pero no pudo ser detal manera que no lo hiriessen a el en algunas partes de q rescibio tanto enojo, que alc'ando el es- pada de tres golpes echo tres caualle- ros mal heridos a tierra y comenc'o de cargar los[ ]otros de tales golpes, q les conuino: bueltas las espadas ecerrar- se enel castillo. Luego del sono otro cu- erno muy rezio / pero don brianjes no curando de aquello. Se metio por la o- tra puente: q ya la auian baxado y sali- do della, dela torre saliero diez villanos con hachas y capellinas: los quales se fueron para do brianjes. El qual viedo la muerte al ojo si[ ]no se defendia / se re- boluia entre ellos: d tal manera q ellos de lastimados: no se osaban llegar a el, po vno que mas cerca d si hallo, le dio tal golpe q la cabec'a co la capellina le fizo dos ptes y acudiendo a otro q de vn gol- pe d hacha lo auia ferido. Cogiedolo de lado: le corto la mitad dl cuerpo ((como no truxesse armadura)) y reboluiose en- trellos: d tal manera q tomado les la de- latera solos q<>tro le pudiero escapar: los q<>les subidos al castillo: sono vna trom- pa, y luego salio vn gigate / armado de fuertes hojas de azero: el qual dixo co- tra don Brianjes. Cauallero captiuo ve- te pa mi recibiras la muerte por auella dado a aqllos q yo tato[ ]qria, y luego fue} [fol. 13r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xiij} {CB2. abaxada la puete dla tercera torre: por la qual sin embargo ninguno do Brian- jes passo: y venido a do el gigate estaua le dixo. Gigante si tornandote a Dios del Cielo Jesu Christo dexares las va- nidades de tus ydolos yo sere cotento que la batalla sea escusada, soltado los presos que aca tienes dexado de hazer tantos males como hazes. O Apolo dixo el gigante: y como tu deydad deue de ser vana pues vn captiuo cauallero osa ante mi dezir tales locuras: pensan- do que en solo mirar me muriera: pero espera, y conesto alc'o vna fuerte mac'a de vn fino azero pensando partir la ba- talla con solo aquel desmesurado gol- pe. Pero el buen cauallero con mucho tiento se guardo del: hiriendo al Gigan- te con toda su fuerc'a, pero no hizo na- da la espada por ser tan fuertes las ar- mas del gigante. El qual torno alc'ar la mac'a otra vez y conella alta se fue pa- ra el Cauallero. Pero aquella sazon de la otra torre salieron doze. Caualleros los quales se abrac'aron con don brian- jes por detras de forma que no se pudo rebullir: y atando lo fuertemente lo lle- uaron al castillo donde el gigate lo ma- do desnudar y ac'otar cruelmente que no lo quiso matar: porque mas muerte penso que seria tenello assi muriedo en aquella vida: que era peor que la muer- te: assi mismo mando prender ala doze- lla y poner la con los otros presos: to- do lo qual dexaremos para su tiempo, por contar lo que al principe don rogel acontescio yendo con las infantas. {RUB. % Capitu .xii. Como yendo don Rogel y las Infantas ca- mino dela mar hallaron vna auentu- ra en vnas tiendas: y delo que mas alli les auino.}} {CB2. {IN4.} TOdo aquel dia q do Briajes se partio de do rogel fuero sin auetura hallar q de cotar sea fasta q a ora de tercia el siguie- te dia oyero bozes como de muger q fu- ertemete se quexaua: y atinado alla vie- ron dos caualleros que pugnauan con todas sus fuerc'as forc'ar vna hermosa donzella: la qual como vido a don Ro- gel dixo: sen~or cauallero por la horden de caualleria que recebistes: y por la co- sa del mundo que mas amays que me li- breys de estos malos caualleros: jura es essa dixo do rogel que yo no quebra- ria / aunque la obligacion a ello no me obligasse: y conesto se fue para los caua- lleros: diziedo: sen~ores caualleros por la horden de caualleria que rescebistes que a ello os obliga dexad la donzella: pues jurastes ampararla quando la re- cebistes/ dexaos desso cauallero dixe- ron ellos y dadnos dos dessas que nos semeja mas hermosas que esta: esso no hare yo dixo el si ya ellas de su volutad no quisiessen: sin su volutad dixo el vno delos cauallos, ni la tuya las auremos a nuestra guisa: y tu hermano mientras doy la paga a este cauallero procura te- ner las donzellas: y coesto echo mano ala espada. Pero don Rogel que assi lo vido dixo. Esperad dunos falsos que yo os dare la paga de vuestra traycion y dexando al que para el venia dio al q al palafren dela Infanta Persilea yua, tal golpe que el brac'o con que la rieda yua a tomar cayo enel suelo / y acudio al otro q vn golpe le auia dado y le dio otro q a cerce le corto vna pierna: y de- xado los assi tollidos se fue para la do- zella, la qual le besaua la halda de la lo- riga / y el la hizo subir en su Palafren. Rogandole que le contasse porque ca- usa aquellos la auian querido forc'ar: aueys de saber sen~or cauallo: dixo ella que yo soy hija de vn sen~or de vn Casti- llo que aca delante esta: y aquel Caua-llero} [fol. 13v] {HD. Dozeno +} {CB2. que ala postre matastes se fin- jo muy vencido de mi hermosura: tato que viendolo yo tan penado vue man- zilla del y: prometiedome el casarse co- migo esta noche me saco del castillo de mi padre co aquel cauallero: que su cor- mano era: y llegando alli me descindio del palafren y me dixo que fiziesse la vo- luntad de ambos a dos. yo que su mala intencio vi, no queriendo consentir me pararon qual veys: que si Dios por a- qui no os truxera no pudiera dexar de quedar deshonrrada: y ellos saliera co su intencion. Desta manera fueron ha- sta que a ora de tercia vieron venir con- tra ellos seys caualleros. Los quales sin nada dezir vinieron para don rogel y quebraron enel sus lac'as: que aun el yelmo no lleuaua puesto: pero al que el encontro: malamente llagado lo echo rodando porel suelo. La donzella que conoscio los seys caualleros ya q don Rogel boluia sobre ellos su espada en la mano: se puso delate diziendo ay por dios sen~or cauallero pues me hezistes tanto bien de me librar de aquellos tra- ydores: no mateys este Cauallero q sa- bed que es mi padre. Entonces el caua- llero auiendole su hija contado lo que passaua echado las armas quiso besar las manos a don Rogel: mas el no con- sintio / y assi con mucho plazer fueron camino de su castillo: donde siendo de- sarmados don Rogel fue tambien ser- uido como si en constantinopla estuuie- ra: y assi mismo las infantas en muy ri- cos lechos: hasta que venida la man~ana tornaron a su camino: por el qual siguie- ron, hasta que ya bie tarde viero vn cas- tillo: y delante del tres tiendas arma- das: y a vna dellas arrimadas muchas lanc'as y ala puerta colgados veynte es- cudos todos de vna diuisa, con vna le- tra que dezia ((la vencida dela vencida)) Luego vieron salir dela tienda vna do- zella: la qual caualgando en vn palafre} {CB2. se vino a don Rogel. y el la espero vien- do que venia con mandado: y la donze- lla llegando a el le dixo. Sen~or Caua- llero los caualleros dela vencida: q es la Reyna de Galdapa os manda por mi dezir que os couiene justar conellos segun la costumbre de sus escudos. Si por aqui quereys passar: y siedo venci- do: assi vos como las donzellas que co vos va couiene q vays a besar las manos ala reyna d Galdapa: dode no q os boluays por do venistes. Sen~ora donze- lla dixo do Rogel: como fuesse mesura- do dezid alos caualleros q sin razo ha- ze en estoruar a nadie los caminos que de si son francos: q en yr a besar las ma- nos a tan hermosa reyna poco se auen- turaua: pero que estas dozellas q mas suyas que mias son: antes creo que ten- dran por bien a rodear vna piec'a de ca- mino que no passar por su condicion: y conesto os podeys boluer a quien aca os embio. La dozella boluio la respues- ta ala reyna y alos caualleros de que mucho rieron: pensando que de couar- dia lo hazia: y mas porque lo viero bol- uer por do auia venido. Entoces vn ca- uallero que amaua[ ]ala reyna muy argu- lloso dixo: por la orden de caualleria q recebi que tego de yr a ver do huye aq- lla liebre si quiera por gozar d su couar- dia / y caualgado en su cauallo se fue pa- ra don Rogel que bien de espacio yua y dandole bozes le dixo atended couar- de cauallero no os penseys yr assi: don Rogel con mucha san~a boluio el caua- llo: & el cauallero le dixo conuiene don arlote q contra vuestra voluntad bol- uays al mandado de aquellas sen~oras y que vays cauallero al reues lleuado la cola del vuestro Cauallo enla mano y la lac'a arrastrando vuestro yelmo so- bre la cabec'a de vro cauallo y el escudo al reues alas espaldas. Sea co esta codi- cio nra justa dixo don rogel: sea dixo el cauallo: y co esto se buelue dlate las tie-das} [fol. 14r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xiiij.} {CB2. siedo ante la reyna confirmaronla postura: y sin mas dzir las lac'as baxas se vinieron a encontrar: de tal manera que el cauallero quebro su lanc'a / mas don rogel lo echo por las ancas del ca- uallo al suelo maltrecho rodando vna piec'a por el capo: no es tan malo como os parescia el cauallero dixo la dozella delas tiendas: si es bueno dixero ellos bien lo ha menester y conesto aguarda- ron por ver otro cauallero que yua pa- ra don Rogel: pero quebrando su lac'a le auino como al primero. Luego vino el tercero y q<>rto y quinto: y assi todos hasta que no quedo ninguno. Entoces don rogel se fue para el q primero auia caydo y poniendole la lanc'a q aun sa- na la tenia enla vista le dixo: ea do caua- llero cuplid luego la condicion si[ ]no[ ]mu- erto soys: pero el se dexo desto porque vido que los otros caualleros sus espa- das desnudas se vinieron para el: mas el con gran enojo au que como os aue- mos dicho enel principio dela tercera parte deste excelente principe era muy manso: pero quando se enojaua era ma- lo de desenojar. Boluiendo pues a[ ]nro proposito poniedo mano el principe do rogel a su espada se metio etre ellos da- do golpes a diestro y a siniestro lastima- dolos mal. Pero como eran muchos cargauanlo de crecidos golpes mas co- mo le creciesse la yra d dos golpes echo dos al suelo mal heridos: y metiedose entre los otros los lastimaua de arte que no se osauan llegar a el. Pero enton- ces salio la donzella que conel manda- do primero a el auia venido: yedose pa- ra don Rogel le rogo que no mal[+]tratas- se a sus Caualleros: que ella les haria cumplir la condicion. Entonces Don rogel como muy mesurado: en especial con Donzellas fuesse metiendo la espa- da en la vayna. Los caualleros muy la- stimados se apartaron. Y luego la don- zella mado que[ ]cumpliessen la condicio} {CB2. al cauallero. El qual con harta vergue- c'a lo hizo: poniendose como buen gine- te: de que no poco rieron todos: y don Rogel a peticion dela donzella se quito el yelmo: que muy espantados queda- ron todos de su hermosura: y sin se que- rer detener con las Infantas se partio con mucha alegria por su camino: enel qual le acontescieron muchas auentu- ras, al cabo delas quales llegaron a[ ]vn puerto de mar: y alli fletaron vn nauio pequen~o: enel qual metidos fueron por mar adelante: alos quales dexaremos por contar lo que a don Filisel de Mon- te Espin acontescio, en compan~ia dela donzella que con el engan~oso yelmo lo lleuo de constantinopla. {RUB. % Capitu .xiij. Como yedo co la dozella don Filisel de mo- te espin llegaron al castillo dela sabi- dora, y como lo encato y como Mar- firia gozaua de sus amores: y como la dozella q alli lo truxo, ordeno vna traycion cotra su sen~ora Marfiria y lo que mas[ ]acontescio.} {IN4.} YA os contamos como se par- tieron la Donzella, y el prin- cipe don Filisel de Monte Espin dela corte por la indu- stria del Yelmo encantado. Cuenta agora la hystoria, que partidos el prin- cipe don Filisel de Monte Espin y la donzella por su camino adelante: enel qual[ ]le acontesciero muchas aueturas delas quales por no hazer a nuestro cu- ento no hazemos espressa mencion: sal- uo que a todas dio buen fin: con aquel esfuerc'o que del excelente linage del es- forc'ado rey Amadis le venia. Pero quie saberlas quisiere lea las historias dlos soldanes de Niquea: que alli las hallara, lo qual dexado a parte, por ser nuestra intencion de hablar de aque-llos} [fol. 14v] {HD. Dozeno +} {CB2. a quien mas principalmente atan~e saluo: que como don filisel fuesse man- cebo & la donzella que conel yua hermo- sa, no pudo tanto ser que su hermosura no le venciesse: & assi comenc'o a hablar conella en cosas de mucho plazer y en- tre otras cosas le pregunto don Filisel que do yuan a hazer batalla / dixo ella convn fuerte cauallero: pluguiesse a Di- os sen~ora donzella que no me llagasse mas vuestra hermosura que el caualle- ro con quien he de batallar, y que llaga dixo ella os puedo yo hazer, es vna lla- ga dixo el, q si por vos no soy remedia- do cuydo cedo morir, podriamos ver essa llaga dixo la donzella. Si dixo don Filisel: mirado vuestra figura. Agora os digo: dixo la donzella sen~or Caualle- ro que encareceys muy mal vuestra pe- na: pues que la comparays[ ]a[ ]mi hermo- sura: es tata dixo don florisel quato cla- ramente con la esperiencia de mi muer- te muy cedo vereys si de vuestra mesu- ra no soy socorrido. Desta manera fue- ron hablando en sus amores con muy graciosas burlas. Muy vencida la don- zella dela hermosura de don filisel tanto que antes que la noche siguiente passa- sse la vuo a su voluntad: assi[ ]co muy gra- ciosa conuersacion fueron hasta vna le- gua del castillo dela sabia. La qual sabi- endo su venida por vn escudero dela do- zella: la mando venir: & venida hizo en- trar a don Filisel en vna camara que en vna quadra se hazia. Pero tanto os ha- go saber que en siendo detro quedo sin sentido: mas de passearse por la Cama- ra muy alegre comiendo quando se lo trayan: no viendo jamas la puerta por dode entrauan, donde era muy bien ser- uido: esto hecho la sabia embio a dezir a Marfiria: que luego viniesse a su cas- tillo: la qual con poca compan~a vino y entrada enla camara donde don Fili- sel estaua: porque os hago saber que si no con voluntad dela Duen~a sabia na-die} {CB2. podia entrar. Fue tanto el plazer q vuo de ver aquel que tanto auia dessea- do que sin ningu sentido se fue abrac'ar conel y el conella, y poniendola enla ca- ma con gra gloria passaron aquella no- che y otras muchas. Pero la fortuna que jamas dexa cosa alguna en vn ser / quiso hazer su oficio: y fue desta mane- ra. Ya os diximos como la dozella que a don Filisel auia traydo/ enel camino don Filisel la torno duen~a. Cuenta pues la historia que viendo esta Donzella co- mo su Sen~ora Marfiria gozaua delos amores de don Filisel: y que ella no po- dia gozar del: tomo en si tantos celos y tantos cuydados que no la dexaua sos- segar punto ni momento alguno. Hizo lo que agora oyreys. Enla ciudad de A- thenas donde aquel buen philosopho Anachersis: auia vna ley iuiolable que la duen~a casada que cometiesse adulte- rio a su marido muriesse quemada por ello. Viendo pues la donzella que otro remedio no auia se fue para la ciudad d Athenas: y alli hablo con vn cauallero mancebo llamado Patronio que cor- mano del duque de Athenas era en gra secreto. El qual auia mucho tiempo que amaua a Marfiria y jamas della auia podido auer el menor fauor del mundo diziendo le como su sen~ora Marfiria tenia amores con vn Cauallero juran- do se lo y afirmandoselo por muy cier- to / pero no le quiso dezir quien era ni donde. Desto recibio gran pena pa- tronio que cayo enel suelo como muer- to: y al cabo de vna gran piec'a con gran- des sospiros torno en si diziendo. Ay mi amiga Cardonia es cierto lo que di- zes. Si es cierto dixo ella y poned el me- jor cobro que vierdes pues soys discre- to que yo yrme quiero antes que me e- chen menos: q por el bie que os quiero os vine a dezir esto: y con tanto se fue & Patronio quedo sobre su lecho: el mas triste hobre del mundo tanto q cayo en} [fol. 15r] {HD. de Amadis. \ [.]xv.} {CB2. gran dolencia por seys meses y mas, pe- ro viendo vn dia que mietras mas yua mas se dibilitaua y llegaua ala muerte comenc'o a dezir entre si: como sera pos- sible que yo muera por la que tan desle- al ha sido: y conesto le crescio la san~a en tal manera que pidiendo de vestir se le- uanto tan bueno como si mal ninguno no tuuiera: & ricamete vestido se fue pa- ra el Duque su cormano. El qual hol- go tanto conel que mas no podia ser. Pero patronio hincando las rodillas ante el duque su cormano comec'o a de- zir. Alto y muy poderoso sen~or pues ni para gratificar los buenos ni menos pa- ra dar el pago alos malos te falta justi- cia ygual con todos te suplico mandes llamar alos de tu consejo / porque ante ellos te quiero dezir alo que soy veni- do. El duque entonces como aquel que mucho lo amaua lo leuanto por la ma- no: & haziendo lo sentar cabe si, mando llamar a todos los de su consejo. Los quales venidos Patronio puso acusa- cion a Marfiria de adulterio / porque su marido del qual no se ha hecho men- cion: gouernaua vna Isla del Duque y ella jamas auia querido yr conel por el amor que a don Filisel tenia: boluiendo pues a nuestro proposito: el duque man- do llamar a marfiria: la qual venida pa- tronio puso otra vez la acusacion ante e- lla, de que rescibio gran turbacion: pero como muger de gran corac'on desechan- dola de si con gran yra: dixo contra Pa- tronio. Si a tus maluados pensamien- tos, o patronio marfiria vuiera consen- tido, ni en ti vuiera lengua para leuan- tar tal maldad ni traycion para conde- nar mi limpieza. No cale Duen~a dixo patronio aqui palabras: que por juyzio se ha de determinar este negocio. Enton- ces el Duque mando poner a marfiria en vna torre: y entrando en consejo ha- llose que marfiria diesse vn Cauallero q por ella hiziesse batalla: y que si el tal ca-uallero} {CB2. de Marfiria venciesse: ella fue- sse libre, donde no que conforme ala ley fuesse quemada. Esto assi acordado, el Duque mando notificar a marfiria que dentro en seys dias diesse cauallero que por ella hiziesse la batalla donde no que seria quemada. Quien os podria con- tar la pena que marfiria tenia en pensar que le conuenia morir: o hazer cosa que a[ ]par de muerte le seria soltando a Don Filisel de monte espin. Rogando le hizie- sse porella aquella batalla, segun su bon- dad bien creya que no lo rehusaria y as- si embio a su tia la sabidora que lo hizie- sse, La qual lo hizo como agora oyreys {RUB. % Capitu .xiiij. Como don Filisel de monte Espin hizo la bata- lla por marfiria: y como se partio del du- que y lo que mas con vnos parientes de patronio le acontescio.} {IN4.} AViendo oydo la sabia el man- dado de marfiria junto con lo que enla corte auia pasado sin poner enllo dilacion: como ya no faltasse dl plazo sino solo vn dia se en- tro enla camara encantada de don Fili- sel, & hincando los ynojos ante el le pi- dio las manos. Don Filisel la leuanto por ellas. Mas la duen~a dixo contra do filisel: mi sen~or de aqui no me leuantare hasta que me otorgueys vn don. Yo os lo otorgo mi buen amiga / dixo Don fi- lisel: el don que me aueys otorgado dixo ella es que vos perdoneys a mi y a mar- firia en cuyo poder hasta agora aueys es- tado: & luego le conto todo como auia passado: deque don filisel fue espantado y luego le[ ]vino ala memoria como era la verdad lo q dzia la duen~a: & de su sen~ora la infanta Anaxara con todo lo de[+]mas & dio gras a dios e su corac'o por[ ]auerle dsptado d aql suen~o e q fasta etoces aui- a dormido y con muy alegre gesto dixo} [fol. 15v] {HD. Dozeno. +} {CB2. contra la duen~a pesame mi buena sen~o- ra q mi sen~ora marfiria desta manera d mi se aya seruido / q solo bastara para venir a su seruicio / oyr su madado y pu- es assi es no queda sino remediar enlo por venir, dando me mis armas y caua- llo. Assi se hara mi buen sen~or dixo la duen~a. E luego lo saco dela camara / ar- mandolo de vnas ricas armas que ella auia hecho y muy fuertes. Enel escudo q muy rico era tenia vna sola. M. muy enlazada: y caualgando en su Cauallo se salio del castillo metiendose por vna floresta se fue fazia la ciudad por yr mas encubierto / dando infinitas gracias a dios por assi auerles socorrido: y cerca de vna fuente passo todo aquel dia no q- riendo yr a la ciudad: hasta q Marfiria fuesse puesta enel cadahalso / aguardan- do al siguiente. El qual siendo venido Marfiria fue sacada dela Torre muy acompan~ada toda vestida de negro co gran hermosura / en compan~ia de mu- chas duen~as[ ]dela ciudad q muy amada era. Y subida en vn gran cadahalso to- do cubierto de negro / y cabe el vn cam- po cercado de cadenas, que el duque a- uia mandado hazer: & cabe el cadahal- so pusieron vn gran fuego donde Mar- firia fuesse quemada: si[ ]no viniesse caua- llero: o fuesse vencido el que ella diesse Luego los juezes y el Duque que dos ricos hombres eran delos de su consejo fueron subidos en sus miradores: y pa- tronio fue traydo ricamente armado y acompan~ado de sus parientes y ami- gos: y metido enel campo dode estuuo a[+]guardando gran piec'a: diziendo mu- chas soberuias y follonias: con gran an- gustia de Marfiria, pensando q don fili- sel con enojo era ydo pues q no venia: q ya ella sabia por vna su donzella lo que passaua. Pero a esta sazon assomo por la plac'a el cauallero dela .M. su yelmo puesto por no ser conoscido: y su lanc'a enla mano yendo antelos juezes: dixo} {CB2. que el venia a mantener el derecho de Marfiria por tanto quelo metiessen en el campo. Entonces los juezes dixeron a Marfiria si consentia que aquel caua- llero su derecho mantuuiesse. Si consi- ento dixo ella que bien conoscio a don Filisel de Monte espin. E luego don Filisel fue metido por los juezes enel ca- po. Hechas las cerimonias acostubra- das y partido el sol. Patronio dixo con- tra don Filisel, confiessa cauallero lo q digo ser verdad: & tu seras librado dela muerte: y aquella aleuosa sera quema- da. Agora veras lo que confiesso dixo don Filisel: y calada la lanc'a se fue para patronio que para el venia, y con la fu- ria de sus cauallos: se diero tales encu- entros que patronio quebro su lanc'a en don filisel, y lo hizo algo desacordar: pe- ro don filisel lo encontro a el de tal ma- nera que falsando le el escudo la lanc'a le entro por el guarda brac'o que todo selo falso y el y el cauallo fueron por el suelo, de muy grandes caydas[ ]y el caua- llo cayo sobre el que todo lo molio / & don filisel passo por el muy hermoso ca- ualgante: y boluiendo sobre el viendo que no podia salir de debaxo del cauallo se apeo del suyo / y fue a el que mucho trabajaua por salir, todos pensaua que yua por matarlo / pero otro era su pen- samiento. Antes quitando le el cauallo de encima lo ayudo a leuantar: ponien- do mano a su espada dixo. Agora Pa- tronio veras quan falsamente has leua- tado tan gran maldad / & con esto le fue a dar vn gran golpe sobre el yelmo / pe- ro Patronio alc'o el escudo enel qual recibio el golpe que fue tal que gra par- te le corto. E assi comienc'an entresi vna delas brauas batallas del mundo aunque Patronio estaua molido que buen cauallero era. Pero que va que lo auia con vno delos mejores del mundo descendiente de aquella sangre de A- madis de gaula. El qual lo cargo d tales} [fol. 16r] {HD. de Amadis. \ [.]xvj.} {CB2. golpes q muy dsatinado lo traya a vna parte y a otra: que mas procuraua d de- fenderse que de ofendelle. Entoces don Filisel se tiro a fuera: y dixo contra Pa- tronio cauallero confiessa ser mentira lo q has dicho si quieres escusar la mu- erte que tan cercana te esta y gozar dla vida / no plega a Dios dixo Patronio que de tal priuilegio goze con ta sobra- da infamia / y conesto fue a dar vn gol- pe a don filisel, pero el yua co ta poca fu- erc'a dado que el espada se le cayo dela mano: y co la mucha sangre vino al sue- lo como muerto / y don filisel fue sobre el, y quitandole el yelmo: todos pensa- ron que le queria cortar la cabec'a. Pe- ro el duque le dio bozes que no lo hizie- sse quel lo otorgaua por vecido y a mar- firia por libre. Entonces don filisel ca- ualgo sobre su cauallo y a mas andar se metio por vna floresta la mas cercana dela Ciudad, luego que don Filisel fue ydo marfiria fue sacada del Cadahalso con son de muchas trompetas muy aco- pan~ada: aunque con mucha pena de su don filisel, y patronio fue curado, todo lo q<>l dexaremos pues haze poco a nra historia: por contar lo que a don filisel acontescio. Dize pues el cuento que vie- do ocho Caualleros parientes de Pa- tronio el estado en que la batalla esta- ua: y q no podia dexar patronio de mo- rir con gran pesar se fueron a armar / y muy se(t)[c]retamente vinieron: y vieron el fin dela Batalla y por donde don filisel yua, y ellos lo siguieron hasta ser bien metido: enla Floresta: y viendo que era tiempo le dieron bozes pero el que bie cuydo lo que podia ser boluio el Caua- llo para ellos que para el venian bie cu- bierto de su escudo: aunque no tenia lan- c'a ninguna: y ellos lo encontraron to- dos rompiendo enel sus lanc'as: que en puntos estuuo de caer, pero no oluidan- do se de aquel gra linage que venia me- tiendo mano a su espada / y ellos alas} {CB2. suyas, comienc'an vna tal Batalla que no parecia sino de cien caualleros: pe- ro el se mantenia tan bien y los lastima- ua de tal arte q no se osauan llegar tato como d primero: q de dos solos golpes auia derrocado dos caualleros muer- tos: y metiendo se entre los otros: hizo tales cosas que de seys que quedauan los tres quedaron alli mortalmente he- ridos: y los otros dos se le escaparon por la ligereza de sus Cauallos: y el se boluio a do auia sido la Batalla / y to- mando vn Cauallero de aquellos hizo finta de cortalle la cabec'a. Ay por Di- os sen~or cauallero no me mateys pues jurad dixo el de dezir me porque me aue- ys acometido y hazer lo que os manda- re. Entonces los tres caualleros que viuos estauan lo juraron, y luego le con- taron todo lo que passaua y el les man- do que fuessen a presentar se ante Mar- firia de su parte: y ayudado los a caual- gar ellos lo hizieron, y don Filisel tomo su camino para constantinopla / donde llegado fue muy bien recebido en espe- cial de su sen~ora Anaxara, donde lo de- xaremos por contar lo que mas a nues- tra historia atan~e. {RUB. % Capi .xv. Como yedo don Rogel por la mar con la In- fanta Persilea hallaron vna estran~a a- uentura en vna Isla y lo que enella le a- contescio.} {IN4.} YA os auemos cotado como don Rogel con las infantas auiendo justado con los ca- ualleros delas tiendas: y lle- gado a[ ]vn cercano puerto fleto vna nao Enla qual co bue tiempo se metiero to- mado la derecha via d persia. Cueta pu- es agora nra historia q con gran bonan- c'a fuero seys dias, al cabo delos q<>les se leuanto vna tormeta q mil vezes los} [fol. 16v] {HD. Dozeno. +} {CB2. marineros pensaron ser muertos y ane- gados: porque las xarcias yua quebra- das: las velas rotas: las entenas per- didas solo enel timo tenian su remedio Pero la tormenta jamas desmayaua / antes de ora en ora crescia co tales gru- padas de viento: & tan grade escuridad con tantos y co tan desmesurados true- nos y relampagos: que parescia el mu- do querer se hudir: cada vno rogado a su dios lo librasse. Enespecial las infan- tas que tales yuan como muertas que ni bastauan los consuelos d don rogel ni cosa alguna para consolallas: a esta ora anochecio: & la tormenta crescio en mayor cantidad: en tal manera que fue parte para sola aquella esperanc'a de vi- da que tenia quitarles. Que vino vna grupada de viento y agua que quebro el mastel: & lleuo el gouierno con seys hombres que enel estauan: desta mane- ra con la gran escuridad fuero a dar en vna gran roca: y la nao fue hecha peda- c'os enella. Solo don Rogel con las Infantas en vn pedac'o dela popa dela Nao. E terindo y vn marinero pudie- ron llegar ala roca: & con gra fatiga sa- lieron en tierra dando muchas gracias los vnos a dios & los otros a sus dio- ses, donde estuuieron hasta la man~ana sin poder saber en que parte estaua: la qual venida se hallaron al pie d vna ro- ca que parescia ser hecha co la mano ta tajada estaua sin auer manera pa enci- ma poder subir / pero no vuieron esta- do mucho quando vieron las rocas a- brirse: & quedar hecho vn portillo por dode quatro caualleros juntos podian entrar: lo qual visto por don rogel con- siderando lo que podia ser: dixo contra la infanta Persilea. Mi buena sen~ora sea la vuestra merced de aguardarme a- qui hasta ver que es lo que la Fortuna querria ordenar. Mi buen sen~or dixo la infanta: no quiera dios que jamas os desampare porq mas segura sere siedo} {CB2. cerca de vos que quedado aqui: lo mis- mo dixeron las otras infantas, enel no- bre de dios dixo don rogel. Y tomando a Persilea por la mano se metio por la puerta delas Rocas: la qual luego fue cerrada: de que gran pauor sintiero to- dos saluo don rogel / antes le parescio aquella vna fermosa isla amarauilla to- da era cercada de aquella Pen~a tajada y muy llena de muchas y muy hermo- sas arboledas: sobre los arboles anda- uan muy diuersos animales: de diuer- sas suertes: ossos: tigres: dragones: ci- eruos, puercos y otros muy diuersos animales pero ellos andaua tan man- sos que ninguno hazia mal de q no po- co espato recebian. Enesto sen~ora dixo don rogel contra la infanta Persilea q le parece a vra merced: pues ate su gra hermosura los fieros animales se mue- stran a mi muy mansos viendo vuestra crueldad ser tanta, que por mucho que la suya sea en muchos quilates la vra sobrepuja. Mi buen sen~or dixo ella pe- se que co la tormeta desta noche auria- des perdido las mientes delo otro: y pa- resce que agora comenc'ays. La mayor tormenta dixo el que en mi Corac'on se aposenta: y llaga mi Anima /que es de vuestra hermosura: quita que no tenga en nada essotra que de sola la vida es poderosa a me priuar: hablando en es- tas cosas fueron vna piec'a: y al[ ]cabo de- lla sintiendo se muy cansados / y mas con no auer comido cosa alguna el dia antes: se sentaron cabe vna hermosa fu- ente: y alli comiero dela fruta quel ma- rinero les cogio que muy sabrosa era. Pero no vuiero mucho reposado: qua- do a su siniestra mano vieron vna gran boca de cueua, y dentro oyeron siluos y ronquidos muy grandes: de que gra pauor las infantas vuieron. Pero don Rogel las hizo subir: y a Terindo y al marinero sobre los arboles / temiendo no fuesse algua fiera, mas su pesamieto} [fol. 17r] {HD. de Amadis. \ [.]xvij} {CB2. no fue vano q no fue bien hecho. Quan- do por la cueua salio vn Lagarto: tan grandissimo como dos Bueyes juntos porel cuerpo: y tan largo como dos lan- c'as. El qual salio haziendo las mayores estran~ezas del mundo estendiendose el ala salida dela cueua. Miro a vna parte y a otra y viendo a Don Rogel dio vn terrible ronquido y con su gran boca a- bierta, se vino para el: pensando de tra- gallo / pero Don rogel santiguandose, viendo cosa tan dessemejada. Se fue pa- ra el ((como si vn Cauallero fuera)) y an- tes que el Lagarto lo pudiesse coger en- tre sus dessemejados dientes. Dio vn salto al traues: firiendole de vn gran gol- pe encima de vnas Conchas verdes de que era muy armado: pero la fuerc'a de su espada / no corto tanto que sen~al hizi- esse. De que don Rogel fue muy triste y tornando a herir le por encima dela Ca- bec'a el Lagarto reboluio sobre el con tanta furia que don Rogel no se pudo guardar: que no fuesse por el suelo roda- do & leuatandose. Comec'o conel lagar- to vna batalla tan cruel y tan dessemeja- da q<>l jamas otra fue enel mundo. Qui- en entoces mirara aqllas infantas bien las pudiera ver quasi muertas: viendo en tato peligro a aql cauallo, en q<>en te- nia su esperac'a dspues de dios: rogado a sus dioses lo quisiesse guardar d tanto peligro y afrenta. A esta hora nro buen cauallo y esforc'ado p<>ncipe andaua tan ligero acometiendo al Lagarto, de mu- chos golpes, q ya lo traya casado aunql muchas vezes co los golpes dela cola q le daua caya porel suelo rodado, po vie- do q tanto como nada hazia: co gra yra d si mismo comec'o a dzir. Ay d ti do ro- gel y quan poco es tu valor: pues a vna bestia no eres pa dar la muerte: no eres por dicha tu descendiente de aql valero- so cauallero amadis de gaula: q au ago- ra no dudara esta batalla colos muchos an~os que tiene, o mi buen cormano A-jesilao} {CB2. & como si vos aqui estuuierades ya vuierades acabado esta auentura. q por mi poco valor no soy para acaba- lla. O quanto mayor deuiera de ser aq- lla auentura del caualion q vos con tan- ta gloria vuestra acabastes. O Infanta Persilea y como tienes razon de no me preciar nada viendo mi poco esfuerc'o. Conestas cosas le crecio tato el ardime- to: que si ciento tales alli tuuiera delan- te, no les tuuiera en anda. Y embrac'an- do su escudo: cara a cara se fue para el lagarto ((que con su boca abierta lo espe- raua)) que no sieto cauallero: que tal co- sa osara acometer y sin en algo dudar se metio por la boca del lagarto, el qual lo trago sin ninguna dilacion: como si o- tra cosa mas pequen~a fuera / y conel se torno a entrar por la boca dela cue- ua. Alli fueron los llantos delas infan- tas pensando ser muerto: en especial de Persilea que d corac'on lo amaua Pu- es q<>en os podria contar lo q terindo fa- zia / las cabec'adas q se daua. Alos q<>les dxaremos por cotar lo q a do rogel aco- tecio / el q<>l quado dentro enel gra La- garto se fallo: le pecio estar detro e vna pequen~a camara: y enella estaua vn se- pulcro: cuya riqueza assi de Sepulcro como de la camara no se os podria con- tar, y dentro dl sepulcro q muy transpa- rete era. Parescia vn cauallo hermoso y vna fermosa dozella con coronas d o- ro en su cabec'a: q parecia dormir: enl se- pulcro parecia vnas letras muy bie ta- lladas d oro q dzia. Quando el brauo le- on decediete delos leones brauos teni- endo su vida elos estremos dlla el cerco dla encanta()da insula entrare: auiendo las pujates fuerc'as dl largarto passado y el sepulcro dlos amates vuiere tocado la insula parecera: q assi lo digo yo la sa- bia Orfea: sen~ora dlas pujates rocas. {RUB. % Capi .xvj. como do Rogel acabo el auent(n)[u]ra y como pare-cio}} {CW. c} [fol. 17v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. la insu(s)[l]a: y como se partieron de alli para persia.} {IN4.} LEydo q ouo el principe las le- tras. Dio vn gra golpe ela tu- ba coel pomo del espada q tu- uo tanta fuerc'a, q todos caye- ro conel tales como muertos. Assi don rogel como las infantas y todos los dla isla: y al cabo de vna piec'a q assi estuuo don rogel se leuanto en pie & vido cabe si en medio de vn prado: aquel cauallo mancebo & ala hermosa donzella y vna duen~a vieja: ricamete vestida q no bu- llia pie ni mano. E yendose para ellos don rogel: trauando al cauallo del bra- c'o luego fue despierto: hincandose d ro- dillas ante don rogel. O buen cauallo el mejor del mudo, de dios ayays el ga- lardo si yo no os lo pudiere pagar: y pa en sen~al delo mucho q os deuo os pido vras manos. Mi buen amigo dixo don rogel alc'andolo por las manos: a dios nro sen~or dad vos las gras: q sin su ayu- da yo no pudiera hazer cosa que algo valiesse y vamos a recebir a esta fermo- sa infanta y a esta duen~a. Y conesto la du- en~a y la Donzella llegaron por besar le las manos: pero el las rescibio muy bi- en: que bien penso que serian personas de gran merescimiento. Luego fue ha- zia la infanta Persilea y a sus herma- nas que para el venia con tanta alegria que no se os podria cotar, y don Rogel pusosse de rodillas ante la infanta persi- lea por besarle las manos. Pero ella e- chando le los brac'os al cuello: lo leua- to muy marauillada dela hermosura d la otra infanta y ella no menos dela de persilea: passando etre ellas palabras d mucho amor. A esta hora llegaron mu- chas compan~ias de hombres y todos besauan las manos al cauallero sabien- do que el los auia librado: y luego a sus sen~oras, porq os haze saber la historia q luego q el golpe fue dado, luego fue d- sencatada toda la ysla: & las rocas dsa-parecieron:} {CB2. qdando enella muchas po- blaciones de Ciudades, castillos, & ar- boledas y hermosos edificios / que an- tes no parecia. Luego fueron traydos cauallos en que todos fuessen fasta vna ciudad que poco trecho dalli parecia y despues de subidos en sus palafrenes y cauallos. El cauallero desencantado tomo a persilea dela rieda y don rogel ala donzella desencantada y otros ca- ualleros: que muchos auia acorrido de los mas p<>ncipales, tomaron las riedas alas otras infantas & assi fuero ala ciu- dad donde salian tantas compan~as a e- llos que no podia andar, todos ricame- te vestidos: porque del arte que estaua quando el encantamento se hizo dessa manera estaua entonces ni mas moc'os ni mas viejos q antes. Llegados pues que fuero alos palacios. Apeados y me- tidos enla gran sala: la qual era muy ri- camente aderec'ada: don Rogel fue ma- rauillado dela riqueza dellos. Y en espe- cial q todos los hobres y mugeres era muy hermosos, y daua gracias a nuest- ro sen~or q por su mano se ouiesse fecho tanto bie q luego vio ser xpianos porq enl camino auia cruzes: etrados pues co- mo hemos dicho, fue tata la gete popu- lar q ocurria: q fue necessario poner se a vna finiestra porq los viessen, y todos da- uan grandes gras a nro sen~or. Assi pa- ssaro aql dia en mucho solaz: recibiedo muchos seruicios, do rogel y las infan- tas d todos hasta el siguiente dia: el q<>l venido despues de dicha la missa, do ro- gel rogo al cauallo le contasse toda aql auentura: porq hasta alli no auia auido lugar co la gete: po la honrada duen~a q dlante estaua dixo cotra do rogel. Mu- cha razon es mi bue sen~or. Aueys d sa- ber q esta insula ha por nobre la insula dlas rocas por muy fermosas rocas q e- nella ay: es vna dlas buenas islas q enl mar ay: porq enlla ay buenas ciudades y villas & lugares todas sobre fermosos} [fol. 18r] {HD. de Amadis. \ [.]xviij.} {CB2. rios: & puertos de mar q en otro tpo so- lia ser mas cursada de mercaderes. El rey q enella reyna se llama de las siete rocas, porq ay siete rocas jutas: y en ca- da vna vn fermoso castillo. Pues desta ysla sen~or cauallo fuy yo legitima suce- ssora dspues dla muerte dl rey mi padre y al fin por importunidad de mis pari- entes oue de casar co vn cauallo: hijo d Balan / sen~or dela Torre bermeja. El q<>l a poco tpo d vna enfermedad murio qdado me solamete esta hija que belin- da ha nobre: y yo q de muchos fue d ma- dada: jamas me q<>se casar. Antes matu- ue mi reyno en justicia: hasta que mi hi- ja tuuo edad de diez y seys an~os q aporto aqui esta buen cauallo: q Valendos ha por nobre: y dspues de muchos seruici- os que nos hizo: diziedo nos q<>en era / yo tuue por bien dalle a mi hija por mu- ger eneste comedio: enesta insula mora- ua vna mala duen~a mi vassalla / la q<>l te- nia vn hijo no menos malo: & soberuio que ella: el qual no mirando que era mi vassallo: me mando pedir mi Hija por muger. Enlo q<>l no solo yo no cosenti: pe- ro aun muy asperamete la eche de mi d q ella fue tan san~uda: que estando apu- to de hazer el dsposorio encanto la ysla toda: y a nosotros conella: del arte q vi- stes: haziendo me ami mudar enl lagar- to q con vos mi sen~or peleo. Mucho fue alegre do rogel de auer oydo aqllo ala duen~a / y con mucho amor se leuato a abrac'ar al cauallero. Diziendole qui- en era donde los recibimientos fueron de nueuo. Luego por mandado de don Rogel vino vn obispo / el q<>l tomo las manos a Valendos co la infanta belin- da con mucha solemnidad: dode cotar las cosas que passaron / mas aprolixi- dad que a otra cosa seria reputado: sal- uo que don rogel estuuo conellos q<>nze dias. Al cabo delos quales dspedidos de valedos: & dela infanta belinda y dsu madre: con gra pesar de todos: se[ ]metie-ro} {CB2. en vna nao dlas q enel puerto estaua ((que antes no parecian)) muy bien bas- tecida con las infantas: dexando tanta tristeza enla ysla: assi en grandes como en menores: porel amor que le auian to- mado. Especial valedos que con nada se podia cosolar fasta q fue enl socorro d costatinopla: como adelate diremos. {RUB. % Capi .xvij. como ye- do do rogel co las infantas por la mar to- po co dos naos d cossarios y como libro de su poder al soldan de persia.} {IN4.} COn bue tiempo salidos dela ysla de las siete Rocas toma- ron el derecho camino de per- sia con gran desseo delas Infan- tas y de don Rogel / ellas por ver a su padre y el por la merced que la In- fanta le auia prometido. Pero la mu- dable fortua ordeno que la mar se ebra- ueciesse de tal manera que los pilotos ((q sabios eran)) no sabian remedio q se tomar en ta gran peligro. De aqlla ma- nera corriero dos dias y dos noches: al cabo delos quales toparon dos Naos que enlas sen~as de Moros eran / las q<>les enderec'aron contra la Nao del principe don rogel, po la grita dela gen- te dela nao del principe fue tanta que to- dos pedian a dios merced delas vidas tanto q vino a noticia dl pricipe y a mu- cha priessa se mando armar, y armado salio sobre la cubierta dela nao a sazon q las naos por los lados auian aferra- do pero don rogel dexo etrar los cotra- rios que bien serian treynta cauallos / los q<>les con gran argullo entraua ((vie- do q no auia defensa alguna, po el caua- llo delas infantas q vido q era tiempo no fue pezoso. Antes metiendo mano a su tajate espada. Se metio entrellos: ti- rado muy estran~os golpes / tales q de dos golpes mato dos caualleros: pero como eran muchos lo vuieron de retra- er hasta hazer espaldas enel castillo de} {CW. c ij} [fol. 18v] {HD. Dozeno. +} {CB2. popa: y comec'o a fazer tales cosas y dar golpes tan estran~os. Que malauetura- do era aquel que dellos gustaua: que a vno q mas se atreuio a qrelle dar vn gol- pe d hacha le dio tal golpe: que hedido fasta el pescuec'o dio coel muerto, y d vn reues q dio a otro q mas cerca d si vido por medio dela cintura acercen lo cor- to / y lo echo a sus p(u)[i]es muerto. Y vi- endo que alli arrimado: no hazia nada se metio entre los otros en tal mane- ra q amas andar se guardauan del: des- pues q tenia ya doze caualleros a sus pi- es muertos y mortalmete heridos / po el capitan delos contrarios ((q buen ca- uallo era)) que hasta alli no auia salido de su camara, pesando que no seria me- nester su ayuda para vn solo cauallero salio ala sazon, sabiendo la destruycion dlos suyos / y saltando enla nao dl p<>n- cipe se fue para el echando mano a su es- pada que muy rica era / en son de auer enel toda bondad diziendo. Tiraos a fuera vil gente dexadme a mi vengar d- ste Cauallero / y conesto los suyos se quitaron a fuera y el y el principe comi- enc'an vna braua batalla: tal que de .x. cauallos parecia. Pero como la bodad dl cauallo cossario ala dl pricipe no lle- gasse co gra parte: en poca de ora lo tra- ya tal pado que por mas d diez ptes le salia la sangre: mas poresso no mostra- ua puto de flaqza. En aqlla ora el princi- pe lo cargo d tatos & tales golpes q lo fa- zia reboluer a todas ptes y sus .xv. caua- llos q mas no auia se viene pa el princi- pe diziedo: muera este diablo q otra co- sa no puede ser pues cotra la bondad d nro sen~or ha durado: nro bue cauallo q en tal peligro se vido. Tomado la espa- da co ambas manos: dio tal golpe al ca- uallo co q<>en se cobatia q la fineza dl yel- mo fue parte pa escusalle la muerte, po no pudo ser tanto q el Yelmo no fuesse cortado y assi mismo hasta los caxcos y el cayo enel suelo sin sentido alguno: &} {CB2. de alli dio otro golpe al que primero ha- llo d traues que el brac'o que alto tenia para herille, juto con la Cabec'a fueron rodando porel suelo dela nao metien- do se entre los otros enemigos q procu- raua defenderse fasta entrar en su nao pero el principe q los entendio / no les dio tanto vagar q pudiessen fazer su vo- lutad. Antes tomandoles la delantera los paro tales: que dando con tres de- llos muertos por el suelo: los otros to- maron por mejor la clemencia q en tal cauallo creya no podia faltar que no la riguridad q tan experimetada tenian / y arrojando las espadas: todos a sus pies y hincando las rodillas ante el le pidieron merced dela vida: y el se la o- torgo: & luego mando a sus marineros que se apoderassen delas naos, lo qual luego fue fecho. A esta ora salieron las Infantas: marauilladas delo que por mano de vn solo Cauallero vian hecho Entre todas fue el alegria dela infanta persilea: la qual viendole las armas tin- tas de sangre: pensando q mal herido estuuiesse le dixo. Ay mi buen sen~or por dios q os desarmeys: apretaros ha las heridas: que me parece que deueys de estar mal llagado. Las llagas del cuer- po mi sen~ora son nada: en comparacion delas mayores que vra hermosura me haze: pero hagasse lo que mi sen~ora ma- days: mas antes quiero saber deste ca- uallero: quien son los que enla nao vie- nen: & porque assi nos acometieron: en- tonces vn Cauallero delos quatro co- menc'o a dezir. Aueys de saber sen~or ql cauallero q solo con vos peleo es el se- n~or destas naos, y es buen Cauallero: & hijo del rey de ruxia. Aquel que el gra ayuntamiento haze contra los xpianos y luego le conto todo lo q la historia ha duisado: el qual mientras las armadas se hazian para yr sobre constantinopla, con solas quatro Naos se metio por la mar en busca de naos de xpianos a qui-en} [fol. 19r] {HD. de Amadis. \ [.]xix.} {CB2. hazer dan~o, & la ventura que lo orde- no. Topo conel soldan d persia q de vi- sitar vna isla suya con sola vna nao ve- nia con doze Caualleros y saltando en ella los prendimos a todos. Porque pu- esto que de su Seta fuesse: era amigo de anaxartes y dla infanta alastraxarea y delos otros reyes xpianos. Catad aqui sen~or lo que passa sin faltar punto: qui- en os podria contar el gran plazer de- la infanta persilea y sus hermanas, sino que como fuera de si dixeron que luego fuessen a do su padre el Soldan estaua Pues guiadnos alla dixo do Rogel al cauallero / luego el cauallero entro en vna delas naos de que ya los marine- ros de don rogel estauan apoderados auiendo peleado con los marineros de las otras muy poderosamente. El prin- cipe con las infantas entraron tras del y luego el cauallero encendio vn antor- cha de cera enel Fogon y baxando alo mas baxo dela nao vieron al soldan: y conel sus doze caualleros metidos en gruessas cadenas, el qual luego fue co- nocido delas infantas y hincando los ynojos en tierra, fueron por besarle las manos. Pero el q co el enojo y fatiga d verse preso estaua como enuelesado ds- perto como quien recuerda de vn gran suen~o: y viendo a sus hijas ante si: & co- nociendolas dio vna gran boz diziedo O jupiter y es possible esto: o suen~o lo q veo ala infanta persilea, y a sus hras mis amadas y dsseadas fijas: y cones- to echando les los brac'os al cuello las abrac'aua y besaua muchas vezes, dizie- do palabras d mucho amor. Ay mis fi- jas dixo el soldan estays presas tambie vosotras como yo? Dezidm(o)[e] lo por dios no me tengays suspenso: dezidme si es este q a mi prendio: el que os robo de mi palacio. A todo esto las hermosas in- fantas no hazia sino besarle las manos Mi buen sen~or y padre dixo la infanta Persilea al soldan / hazed honrra a este} {CB2. cauallero: a quien dios sobre los de su tiempo estremo ql nos ha dado a todos la libertad. Entonces don Rogel le to- mo las manos para besarselas, pero el soldan las tiro assi: & abrac'olo con mu- cho amor: & luego las infantas le con- taron todo lo que passaua / y el soldan daua gracias a sus dioses, y grades a- labanc'as al principe. El q<>l estaua muy vergonc'oso: y luego mando q fuessen a- biertas las cadenas, lo que fue hecho y salidos fuera: y metido todo lo q me- jor hallaron en su nao: y echado todos los muertos enla mar, do rogel mando curar al cauallero con quien se auia co- batido primero: q en todo aquel dia tor- no en si y despues de puesto recaudo en todo mando dar barrenos alas naos d los contrarios: y luego fue desarmado d sus armas, por mano delas infantas y metido en vn rico lecho: que muy ri- cos los auia delos q el rey delas siete ro- cas auia alli mandado meter: fue cura- do de sus llagas por Mano dela Infan- ta Ganta: que mucho sabia de aquel me- nester. Siendo acompan~ado del Sol- dan de persia y dsu sen~ora: que no os po- dria hombre contar el gozo del soldan viendo perdida su libertad: y en vn so- lo punto cobrada junto con las perdi- das hijas: porq el soldan no tenia hijo alguno. Assi tomaron el derecho cami- no de persia con muy bien tiempo: tan- to q al cabo de quatro dias fueron a vis- ta dela gran ciudad de persia. La qual estaua triste por la perdida de su sen~or. {RUB. % Capitu .xviij. como fue recebido el solda d psia: dla soldana su muger, & dlas grades alegrias q se hizi- ero: & dlos muchos seruicios q alli do rogel recebia y delo q mas le acotecio.} {IN4.} LLegados que fueron el soldan y don rogel con las infantas. Luego salio vn cauallero de- los del soldan ((q duque era))} {CW. c iij} [fol. 19v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Y caualgando en vn cauallo q dela nao sacaron: luego fue conoscido de todos y comenc'arole a preguntar nueuas del soldan su sen~or / que ya sabian ser preso por vn hombre que enel batel dela nao escapo: pero el les dezia que fuessen a- los palacios q alla lo sabrian. Tanta e- ra la gente que tras del yua que a penas podia yr hasta que llegados al gran pa- lacio: y apeado. El duque subio suso a do la Soldana estaua todo cubierta de pan~os de duelo. Assi por sus dos hijas como porel soldan, el duque hinco las Rodillas porel suelo antella. Ay du- que dixo la soldana qu[ ]es de mi (se) sen~or el soldan. Mi sen~ora dixo el duq, a tan altas & soberanas nueuas: grandes de- uen de ser las albricias. Y luego le con- to como quedauan enel puerto con to- do lo que auia passado assi al soldan co- mo a sus hijas y como todos auian si- do libres por manos de vn solo Caua- llero Quien os contaria el plazer que la Soldana tenia sino que echando las manos al cuello del duque dixo Ay du- q es verdad lo que dezis. Si cierto mi sen~ora dixo el: entonces la Soldana sa- co vn anillo, y diole al Duque diziendo. Tomad duque en sen~al dlas mercedes que os tengo de hazer: el duque le beso las manos porello: y luego la Soldana sin aguardar caualgadura. Apie bien acopan~ada. Tomo el camino dla mari- na dode hallo ya al soldan co sus hijas y al principe don rogel que ya auia salido dela nao: y abrac'ado se conel: derrama- ua lagrimas de mucho gozo las infan- tas las rodillas hincadas por el sue- lo los despartieron, que le estauan be- sando las Manos y ella las abrac'aua con tantas lagrimas de amor / que no os lo sabria hombre contar. Cada vno puede pensar: lo que passaria. Mi se- n~ora dixo la infanta Persilea hablad a este Cauallero / que allende de su gran merecer. Es el mejor del mundo / y el} {CB2. que ha dado la libertad a todos noso- tros. Entonces la Soldana boluio la Cabec'a a don Rogel que con las hijas no lo auia visto que hasta alli auia esta- do de rodillas. Echando le los brac'os al cuello lo leuanto y el le beso las ma- nos. Mi buen sen~or dixo la Soldana viendo su gran hermosura. No puede ser sino que este cauallero sea aquel be- licoso dios Mars, o alguno delos nue- stros Dioses pues por su sola persona tanto ha podido fazer. Quien quiera q yo sea mi sen~ora dixo el principe, soy vu- estro: y conesto caualgado en fermosos palafrenes que alli les auia traydo / se fueron camino dla ciudad / dode era ta- ta la gete q por ver los salia: que no po- dian andar y tantos loores eran los q al principe dauan quel yua el mas ver- gonc'oso hombre del mundo desta ma- nera fueron hasta que con mucho afan llegaro al gran palacio: el qual hallaro tal qual conuenia a tan alto sen~or. Alli se comenc'o la mayor fiesta del mundo que con los muchos Menistriles no se podian oyr poco ni mucho: fasta que venida ya la hora del comer / despues de passados grandes recebimientos. Fueron puestas las tablas y el soldan y su muger y las infantas y el Principe se sentaron a vna tabla donde fueron ta bien seruidos: como a tal mesa pertene- cia y acabada la comida. La fiesta se comenc'o muy grande / assi de danc'as como de otras muchas cosas de plazer & don rogel se acordo del principe d ru- xia que el prendiera y suplico al soldan mandasse curar del / lo qual assi fue he- cho que el principe de ruxia fue sacado delas naos y puesto en vn bue aposen- to: y muy bien seruido co mucha guar- da. Puesto caso que no mucho tpo des- pues fue libre dla prision: & sabiendo la muerte del rey d ruxia su padre fue so- bre la insula d guindaya como a delate diremos y luego salio a danc'ar don ro-gel} [fol. 20r] {HD. de Amadis. \ [.]xx.} {CB2. conla infanta Persilea y enla danc'a le dixo. Mi sen~ora acuerdese vra mer- ced dela promessa, si[ ]no quereys que co la muerte os quite el cuydado de cum- plir la y co esto danc'aro, dando a todos mucho cotento de si. Assi mismo danc'a- ron las infantas co grandes caualleros los otros caualleros cada vno conla q mas le agradaua: Desta manera passa- ro aquel dia y mas de otros quinze. Sie- pre importunando do rogel ala infanta Persilea por su remedio: epero ella dis- simulaua lo mejor que podia. {RUB. % Capitulo .x[i]x. como don Rogel passaua en si mortales cuy- tas por la infanta persilea. Y como le es- criuio vna carta y lo q la Infanta persi- lea sobre ello passo / y como le fue a ha- blar por vna huerta.} {IN4.} MVcha era la pena que don ro- gel tenia por los Amores de la infanta persilea: no viendo la cotino como solia tato q al- gunas noches no dormia con aquel cu- ydado que por vna parte le fatigaua y por otra su sen~ora leonida que jamas la podia oluidar, y muchas vezes dezia. Ay de ti don rogel de grecia y q<>n cotra- ria te es tu ventura, en amar en tantos cabos. Como y no me valiera mas pa- decer por vna como mis sen~ores han fe- cho q tanta gloria por sus lealtades ha alcanc'ado: como por sus armas. Ay de mi que si oluidasse a mi Sen~ora Leoni- da si quiera mietras mi sen~ora persilea me combate. Pero si persilea me aque- xa leonida me da la cruel muerte. Y co- nesto drramaua tatas lagrimas: por su rostro: q terindo no era para cosolalle d- sta manera passo alguos dias sin poder alcanc'ar de persilea que del vuiesse pie- dad fasta q vn dia tomado tinta & papel escriuio vna carta a su sen~ora, y escrita la dio a terindo q la lleuasse a su sen~ora, el q<>l muchas vezes entraua enl aposen-to} {CB2. delas infantas: assi lo hizo aquel dia que entrando dentro la fallo sola co sus hermanas Gata / y Guinda, desechada dl todo temeridad. Hinco los hin(n)ojos ante persilea / y tomandole las manos selas beso. Diziendo mi sen~ora: si los muchos seruicios que del estremado principe don Rogel has recebido: son parte pa mouerte a[ ]copassion. Fermosa Infanta te suplico que sea agora, pues mejor q nunca lo ha menester como aql que muy cercano ala muerte esta, hazi- endo medianero de tanto bien. Acuer- date mi sen~ora que algua vez ha puesto su vida por la tuya en todo peligro: no seas ocasio q tal cauallo muera mira q<>n- tas vezes te tuuo en su poder y quiso sa- crificar su vida al encendido fuego de a- mor por saluar tu fama: q mayor cotine- cia pudo fazer aql magno alexandro co su hermosa catiua? E para q mejor veas lo que digo ser assi: toma esta carta. E co- nesto le dio la carta: mientras q Terin- do esto dezia jamas los Ojos dela her- mosa Princesa dexaron de manar grue- ssas perlas en especie de agua: sacadas delas fuentes de sus ojos: pensando co- nellas socorrer al encendido fuego que de parte de aquel hermoso y esforc'ado Principe le combatia. Pero aquello que ella para remedio sacaua: esso era como seca len~a enel muy encendido fue- go / y conesto despues d auer sacado vn desassossegado descanso de su pecho / torciendo sus Manos comenc'o a dezir. No dexo de conoscer amigo Terindo los seruicios de tu Sen~or recebidos ser merecedores: junto con su persona y grandeza de qualquier fauor. Pero ay d mi que mayores y mas fuertes son las leyes de mi onestidad:(:) & por guar- dar las sacrifico a mi como Fenis en mi mismo Fuego desecha. No creas tan poco que la bondad / & hermosura del soberano Principe: sea tan poca que con libertad de no amallo de dexe / no} {CW. c iiij} [fol. 20v] {HD. Dozeno. +} {CB2. por cierto antes por cuplir lo q ami y a el duo qrria la muerte: pues a el d sus pe- nas y ami dlo q a mi honestidad soy du- dora dxaria pagados: po ay d mi q mi- etra mas lo dsseo menos lo fallo. Ay q si el tomara forc'ado lo q a mi d fuerc'a sin forc'ar me sera forc'ado dar: a mi el triu- fo de aql gozo fuera atribuydo y mi fa- ma siepre fuera coseruada: y co esto de- rramado infinitas lagrimas, mado a te- rido q por la respuesta boluiesse dspues. y el lo fizo y yedo se pa su sen~or, el mas alegre dl mudo, cotadole lo q co la infa- ta auia passado muchas vezes jutos: co tata glia de do rogel q no se podia cotar al q<>l dxaremos por contar lo q acotecio ala p<>nc(i)[e]sa y a sus hras q por su pte pcu- raua todo el remedio pa do rogel q mu- cho lo amaua: las q<>les tomaro la carta y abierta vieron que dezia. {RUB. Carta de don rogel ala infanta persilea su sen~ora.} {IN2.} SI a tu mucha crueldad hermosa infanta y no ala mia d q las sem[e]ja- tes suele ser acopan~adas mirasse: y ene- lla no cofiasse, ni en mi auria sufrimieto pa sufrir tal: ni ta graue dolor: ni aunq q<>siesse la vida qrria dxarme co tal puile- gio si[ ]no fuesse pa mas muerte, la q<>l por otra cosa no pieso q tarda: sino por e vi- da mil vezes hazerse me gustar por tato creo no me puede faltar: faltadome tu clemecia: y co tato cesso co aql comedi- mieto q a tu gradeza duo besando tus hermosas maos: suplicado te por lugar dode sin embargo te las pueda besar. {IN2.} LEydo q vuiero la carta: las infan- tas co harta solenidad d lagrimas de todas tres hermanas d compassion q dl vuiero. Luego alli la princesa escri- uio la respuesta: la q<>l despues de venido terindo ((q no fue perezoso en venir)) se la dio diziedo le q alli yua la coclusio d su demada. Terindo la tomo, q bie peso por las sen~ales q en persilea auia visto} {CB2. q no yria la respuesta muy agra, y assi se fue pa su sen~or: el q<>l todo teblado la abrio que assi d(i)ezia. {RUB. Carta de persilea pa- ra don rogel de grecia.} {IN2.} NI lo q a mi honestidad y gradeza era dudora: ni aqlla alta sangre d donde vengo, excelete p<>ncipe pudiero resistir q los rayos de tu hermosura ju- to con tu alta bodad: no rasgassen mis etran~as: como d flaca dozella. Pues a tu Caualleria ni los jayanes ni fieras mas fuertes puede resisitr: po ay de mi y q<>nto mejor me seria cuplir lo que a ti y a mi gradeza soy deudora con la mu- erte que no sacrificar la vida a tu encen- dido Fuego: pero pues mis hados no consienten: te mado que vengas porel corredor detu aposento: ala puerta dmi jardin donde me fallaras tan vencida como tu vencedor dela jamas de otro vencida. {IN2.} LEydo q vuo do rogel la carta: tata fue su alegria q mil vezes la besaua y abrac'aua consigo: diziendo palabras de mucha alegria: y de alli se fue al pa- lacio, q todos conocieron estar ledo es- perando ala noche: no viedo la hora q verla venir: la q<>l venida tardado se mas dlo acostubrado e dar la media buelta por los seys signos q d aql emisperio ((asu pecer d do rogel)) despues de auer cena- do conel emperador se retruxo en su a- posento, y mandando a terindo q en si- endo hora lo recordasse: lo qual no fue menster: porque el no pudo dormir sue- n~o: antes en siendo hora tomando vn manto & su espada ((como muy ligero fu- esse)) por vn marmol d vn corredor q a- la huerta salia: asiedose a el salto lige- ramente: & de alli se fue derecho al po- stigo. Pero por presto que fue ya esta- ua alli las infantas. Las q<>les abriero la puerta / saliendo fuera a de don ro- gel estaua / el q<>l q<>ndo vido a la infanta} [fol. 21r] {HD. de Amadis. \ [.]xxj.} {CB2. Persilea hinco las Rodillas en tierra Tomado le las manos mojando se las co muchas lagrimas: sin poder hablar palabra dela mucha turbacion q sintio Lo mismo acotescio a Persilea que no fue poderosa de dar vn solo passo, ni ha- blar palabra desta manera estuuieron: estos dos amantes / hasta que passada aquella primera turbacion: la Jnfanta Persilea sintiedo las lagrimas de don Rogel, que como len~a en su fuego acre- centauan: le echo sus brac'os al cuello, leuantando le suso: mi sen~or dixo (Sin- daya)[Persilea] como ya agora os falta vro gran esfuerc'o: mi buena sen~ora dixo don Ro- gel no se espate vuestra merced si mi al- ma como trasportada desta presente vi- da y enagenada viedo tata hermosura sus potencias ante la mayor potencia ayan rendido sus fuerc'as, y conesto to- mando a su sen~ora por la mano hablan- do conella por de baxo de aquellos olo- rosos jayzmines que gra deleyte daua como fuesse porel mes d mayo: en muy dulces palabras. Las infantas que tan embeuecidos los viero los dexaro & se fuero a echar de baxo de vn rosal. Mi sen~ora dixo don rogel no se de que ma- yor gloria los mudanos podemos go- zar enesta vida que en quilates ala q yo gozo llegue / y con esto la tomo etre sus brac'os: besando la en su hermosa boca la torno duen~a. Ay don Rogel de gre- cia dixo ella y como creo que lo q dezis es fengido: pues assi os aueys atreuido a[ ]macular mi limpieza fiado me de vue- stra bondad. Dexadme por dios yr de aqui baste vuestra desmesura. Mucha pena sintio don R(e)[o]gel delo que la In- fanta dezia: y leuantado se en pie metio mano a su espada: y tomando la por la punta dando la Manc'ana a Persilea: dixo. Mi sen~ora tomad la emienda de mi: con cortar esta cabec'a que tanto os ha enojado: porque si vos no lo hazeys yo lo hare: y coesto tendio la cabec'a en} {CB2. el regac'o dela princesa. La qual no pu- do tato su enojo que no lo perdonasse temiendo no hiziesse de si algun mal re- caudo: assi estuuiero a gran solaz toda aquella noche: que si largo le parescio el dia a don rogel mas corta le parescio la noche: hasta que Apolo mando a su mesajera la aurora ensillar sus rubicu- dos cauallos. A esta ora viniero las in- fantas y los despartieron de su conuer- sacion con graciosas burlas / y don ro- gel se despidio de su sen~ora con dulces besos: y buelto asu aposento reposo gra parte del dia co mucho contentamieto suyo, hasta que venido el siguiente dia el se arreo ricamente: y salio al palacio dando gra cotento de si a todos, anda- ua el mas loc'ano cauallero del mundo gozado de noche co su sen~ora: y de dia en Justas y torneos: por cuya causa la corte estaua muy alegre. {RUB. % Capitulo .xx. como llego vna carta de Costatinopla a Per- silea pidiendo socorro / y como don ro- gel se partio, y lo que mas passo.} {IN4.} EN gran plazer estaua su ani- mo d do Rogel como os aue- mos dicho co la mas sabrosa vida del mudo, gozado de su sen~ora la q<>l ya se sentia pren~ada de que gra plazer auia do rogel. Estado pues vn dia enla gra sala entro por la puerta vn cauallo todo armado saluo las ma- nos y la cabec'a. El q<>l hincando las ro- dillas ante el Soldan le dio vna carta que traya la qual dezia assi. {IN2.} A Ti el gra Soldan de persia. Yo el Rey Anaxartes y mi soberana hermana Alastraxarea, salud te embi- amos / has de saber que el Rey de ru- xia amigo de tus dioses: y enemigo de jesu christo crucificado, sin preteder de- recho alguo al impio griego: ha ayunta- do y conspirado contra nos. La mayor parte delos adoradores delos dioses} [fol. 21v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Los q<>les no mirando su poca justicia vienen con gra poder. Por tanto[ ]te rue- go nos embies el socorro que de ti es- peramos. Pues en ti jamas vuo falta de justicia: puesto caso que de tu ley sea pues vienen contra derecho: mas obli- gado eres alo q a ti mesmo dues y a tu virtud: que no a otro alguo. % Leydo que vuo el Soldan la carta la dio a do Rogel diziendo. Excelente Principe leed essa carta: do Rogel la tomo y ley- da viendo lo que dezia con bue sembla- te se boluio para el Soldan diziendo. Si ellos vinieren en mal punto vendra que su poca Justicia sera su mismo ver- dugo. E luego boluio a hablar al caua- llero de Constantinopla que las manos le besaua leuatando lo suso. Luego fue mandado aposentar: y el Soldan man- do prestamete a percebir su gente, & ha- zer la armada que adelante diremos / gran pena sintio la infanta Persilea oy- endo aquellas nue(n)[u]as: & sabiendo que le conuenia a su bue amigo partirse for- c'adamente: & luego le hizo del ojo q fue- sse por su aposento. Lo qual don rogel hizo que ala hora acostumbrada entro dentro: y hallo a persilea ta llorosa con la partida adeuinado lo que auia de ser que no bastaua los consuelos de Don Rogel para cosolalla, ni prometelle de boluer muy presto: de aquella manera passaron toda aquella noche: hasta que venida la man~ana se vuiero de dspedir por que don Rogel se auia de partir aql dia. Quien os contaria lo que en aquel despedimiento passo: sino que no auria corac'on que no se quebrasse, viedo los desmayos que ambos a dos auian, ha- sta que compelidos dela parlera man~a- na de semejantes hurtos, Don rogel se fue a su aposento: y armadose de todas armas y conel el cauallo de costantino- pla se despidio del Soldan. El qual di- xo que no le penaua tato su partida co- mo le penara si[ ]no pensara verlo tan ce-do.} {CB2. De alli se fue a despedir de la Solda- na y delas infantas / que no vuo ningu- no q no sintiesse su turbacion. Todos pensaron que era con el amor q se auian tomado el tiempo que anduuieron jun- tos, y salido de alli casi sin hablar se pa- labra salio a do su cauallo estaua: y assi mismo el Soldan y sus caualleros que mucho lo amauan que lo acompan~aro hasta el puerto y metido e vna nao muy bien fornida: tomo el camino de consta- tinopla. {RUB. % Capitu[lo] .xxj. Como don Rogel se partio para con- stantinopla, y lo que enel cami- no le acontescio, y como llego ala insula de guindaya.} {IN4.} PArtido como os auemos con- tado don Rogel dela corte dl gran Soldan de Persia: y me- tido en su nao diero las velas al fresco viento, con tanta tristeza d do Rogel en apartarse dela hermosa Jn- fanta persilea: que jamas se quito dela cubierta hasta que perdiero la ciudad de vista. Lo mismo acontescio ala Jn- fanta persilea que subida en vna Torre estuuo hasta que ya la nao no se deuisa- ua: y baxada de alli con grandes sollo- c'os jamas entro alegria enella: en de- mas quando supo don rogel ser casado con la infanta Leonida como adelante diremos: solamente tenia su consuelo / con pensar que quedaua pren~ada y assi passo hasta que llego el tiempo del par- to q pario vna hija conel estremo d her- mosura: d que enla trezena parte desta historia se hara muy gran mencion: ala qual pusiero por nombre clara estrella porq assi su rostro era como vna estre- lla entre los humanos. Lo qual dexa- remos por contar lo que a don Rogel acontecio despues de partido de persia El qual con buen tiempo nauego cerca de ocho dias al cabo dlos quales el vie-to} [fol. 22r] {HD. de Amadis. \ [.]xxij.} {CB2. seles mudo muy contrarios delo que ante solia ser de manera que forc'ado hi- zieron su camino al traues delo que so- lian tres dias, pero al quarto dia estan- do don Rogel armado d[ ]todas armas sobre la cubierta dela nao: porque siem- pre acostumbraua el andar assi: oyo de lexos lloro: como de persona que algu- na fuerc'a recebia, y mouido a gra com- passion: mando a sus marineros q guia- ssen la nao a do los gritos dela otra so- nauan: y como el viento les era fauora- ble: en poco rato llegaron a vista d vna Fusta que veynte remos la guiaua: den- tro della sonauan las bozes, y don Ro- gel mando a sus marineros q llegassen su nao ala fusta: dentro dela qual venia vn gran Gigante de espantable grande- za: y luego don Rogel penso lo que po- dia ser. Pero por mucho que hizieron no pudieron tanto fazer que llegalla pu- diessen: de que don rogel recibio ta gra pesar viedo que la fusta se yua amas an- dar: por do qria por ser regida por los remos / y con gran desesperacion salto enel batel que la nao lleuaua y tras del Terindo y vn marinero: y desatando el Batel a gran priessa fue tras do la fusta yua: mas cola fuerc'a delos remos psto la perdiero de vista de q do rogel estaua ta san~udo q se queria dexar morir de pe- sar hasta que venida la noche la fuerc'a dela mar y ondas fue tanta junto co la escuridad y el vieto tan sobrado que no sabian donde estaua: ni menos q medio se tener esperando la man~ana si la tem- pestad dela noche con la vida los dexa- sse. La qual venida ellos se hallaro jun- to a vn Puerto no muy vsado, y dando don Rogel gracias a dios assi a pie por no tener Cauallo se metio por la tierra a dentro: y conel su escudero aunque con harto trabajo por causa dela espessura d la montan~a que mucha era: por la qual anduuo cerca de vna hora al cabo della oyo dar gritos a su mano siniestra: y vi-do} {CB2. que era vna duen~a que corriendo ve- nia huyendo de vn Cauallero que tras ella por alcanc'ar la venia su Espada sa- cada por matarla. Tate mal Cauallero dixo don Rogel no pongas mano enla duen~a que moriras por ello. Pero por presto que el quiso acorrella: ya el caua- llero le auia cortado de vn golpe la Ca- bec'a. Ay dios que mal Cauallero dixo don Rogel: y que gra maldad has come- tido: y conesto se fue para el y alc'ando su Espada le dio tan gran golpe que ha- sta la cinta lo abrio conla gran san~a que del tenia, y co lagrimas en sus ojos que de piedad dela duen~a muerta vuo Don Rogel y Terindo hizieron tanto que se- pultaron la duen~a muerta: y[ ]al Caualle- ro por su gran traycion dexaron assi pa- ra que fuesse mantenimieto delas fieras del campo y aues del cielo, porque el cri- men de traycion sobre todos los dl mu- do es aborrescido. O quanto pues se deuia preciar dela lealtad los que alos principes y grandes sen~ores siruen: pu- es con la vna gozan vida con perpetua fama: y co la otra muerte con perpetua infamia. Boluiendo pues a nuestro pro- posito luego don Rogel y Terindo to- maron el cauallo y palafren dela duen~a y del Cauallero muertos que juntos an- dauan. E sin poder saber cosa de aque- lla auentura: ni persona a quien porella preguntar fueron todo aquel dia habla- do enlo que auia acontescido con gran lastima dela Duen~a, y el otro siguiente por aquella aspera montan~a. Pero al quarto dia salieron a[ ]vn camino no muy vsado por el qual vieron yr hazia vn ca- stillo que no muy lexos parescia quatia de doze caualleros muy bien armados y delante de todos ellos vn gran Giga- t(o)[e] delos mayores de cuerpo que don ro- gel en su vida visto vuiesse: el q<>l por su grandeza yua a pie con vna gran mac'a al hombro q parescia vna torre, de tras dellos yua vn grande y hermoso Carro} [fol. 22v] {HD. Dozeno. +} {CB2. q seys palafrenes tiraua cubierto covn pan~o d terciopelo negro al drredor del carro yuan ocho villanos q lo guiauan dentro del carro sonauan gritos de mu- geres aunque muy roncas al parescer del mucho llorar: no me creas dixo do rogel a terindo si aquel Gigante no lle- ua forc'adas las que van enel Carro / a mi me conuiene socorrerlas. Ay por Dios dixo Terindo no querays a[+]co- meter cosa tan fuera de razon: mirad q es tentar a Dios. Amigo Terindo di- xo don Rogel, embalde auria recebido la orden de caualleria si tal cosa dexasse passar: y conesto dio fuertemente delas espuelas al cauallo por poder los alca- c'ar antes que al castillo llegassen. Pe- ro tanto os hago saber que no pudo ta- to: q antes no entrassen enl castillo que el mas hermoso del mundo le parescio a don Rogel: porq era cercado de tres hondas cauas: y en cada caua auia vna fuerte Torre con su puente leuadiza. Don rogel lo estuuo mirando vna pie- c'a pareciedo le muy fuerte amarauilla y llegado se a vn padron: del qual esta- ua colgado vn Cuerno. Lo sono muy poderosamente: y luego fue baxada la puente leuadiza dela primera Torre / y el passo porella. Pero dela torre salie- ron doze caualleros: los quales sus la- c'as baxas se vinieron para el: que no lo hallaron nada perezoso: antes los reci- bio muy poderosamete: y ellos quebra- ron sus lanc'as enel. Pero el encontro a vno de tal manera que co la lac'a dela otra parte dio conel muerto enel suelo y de aqui se metio con los otros su espa- da enla mano ta marauillosamente que malaueturado era aquel que cogia gol- pe a derechas que de muerto o mal he- rido no escapaua d tal manera que a so- los tres delos enemigos q quedaua bi- uos / les conuino por no recebir la mu- erte cumpliendo mas co lo que a sus vi- das que no a sus horras era deudores} {CB2. boluer las espaldas contra el Castillo por escapar delos poderosos golpes d don Rogel. El qual como muy ligero fuesse los siguio co su espada enla mano de suerte que solo vno le escapo q le de- mando merced[ ]dela vida: y sin mas agu- ardar se metio porel camino dela segun- da torre. Enla qual oyo sonar otro Cu- erno: y la segunda puente fue luego aba- xada: y Don rogel de Grecia se metio por ella adelante sin pauor alguno has- ta salir alo llano. Pero no fue salido qua- do le acometiero otros doze caualleros muy poderosamente: que aynas lo vuie- ran derrocado por no tener el Lanc'a, y lo llagaron ya quanto mas el no oluida- do se en tales tiempos: delo que auia de hazer auiendo cortado tres lanc'as, dio de traues a vno tal golpe que medio ho- bro con la cabec'a le derroco y de ay dio a vn Cauallero que vn cargado golpe le auia dado tal golpe sobre el yelmo que hasta los pechos lo hendio: y metien- do se entre los o(r)[t]ros hazia tales mara- uillas que no parescia hombre mortal: dando tan estran~os golpes que los ca- ualleros no lo pudiendo sufrir: quedan- do la mayor parte muertos los otros le pidiero(u)[n] mercedes delas Vidas, y sin mas[ ]se detener passo la tercera puen- te, y luego sono vna trompa: y al son de- lla salieron quinze Caualleros con ha- chas y mac'as enlas manos y otras ar- mas. Los quales se fueron para el esfor- c'ado Principe: y el los salio a rescebir co su espada enla mano / y metiendose entre ellos los lastimaua de tal suerte que no se osauan llegar a el: viendo sus estran~os golpes: pero algunos dellos que ganosos venian de le dar la muerte por vengar la que el a sus compan~eros auia dado, tomando lo en medio lo car- garon enel escudo a bueltas del yelmo de tan fuertes golpes que algu tato lo llagaron de algunas llagas: aunq muy pequen~as por causa delas muy fuertes} [fol. 23r] {HD. de Amadis. \ [.]xxiij.} {CB2. armas y lo hiziero desatinar. Mas co- mo par su bondad no tuuiesse: tornado sobre si dio al q primero vido tal golpe por vn ombro q todo aql q<>rto le derro- co y de alli dio a otro tal reues q la pier- na cercen se la corto. Pero no dexaua el poresso de recebir algunos golpes tan- to que si las armas tales no fueran, sin dubda algua el lo passara mal. Pero ha- ziendo espaldas ala torre se defendia lo mejor que podia, y viendo que nada ga- naua en estar alli metido / salio a ellos que como toro agarrocheado lo tenia y dl que delante de si hallo la cabec'a co el yelmo fue hendida: y de alli se metio entre los otros de tal arte que antes de media ora les tajo a todos las cabec'as y quedado muy cansado se sento vn po- co a descansar sobre vna piedra. Pero viendo que en tales tiempos no auia lu- gar el descanso hizo lo q agora oyreys. {RUB. Capitulo [.]xxij. como don Rogel entro enel castillo, y la batalla que con los gigantes vuo y como los vencio y mato / y libro ala reyna Sidonia y ala de Galda- pa y a don brianjes.} {IN4.} EL excelente principe no vuo mucho descansado / quando se leuanto y fue contra el ca- stillo principal assi apie / el qual hallo abierto sin guarda alguna / porque el gigante no se recelaua de na- die con quarenta caualleros q enlas tor- rezillas tenia / y entrando dentro enel Azaguan fue a dar en vn gran patio / & de alli oyo vna boz como d muger q de vna sala salia que dezia. Jayan haz lo q quisieres con quitarme la vida: sacrifi- cada a mi fama: que no querra los Dio- ses quel amor de mi morayzel sea falsa- do. Ay traydores dezia otra boz de muger. y pensays que Sidonia ni yo el} {CB2. amor que a Morayzel y a( )Jesilao tene- mos podamos falsar: oydo q lo vuo do Rogel dio vna boz diziendo. Por Di- os o yo estoy en[+]artado: o aquella es la hermosa reyna Sidonia, y con esto en- trando detro la vido sentada enel suelo y cabe ella otra hermosa duen~a que no conocio delas mas hermosas que en su vida visto vuiesse / enlas faldas dellas que muy llorosas estaua parecian echa- dos dos Jayanes armados de todas armas: saluo de yelmos con quie ellas passauan aquellas palabras: que aueys oydo. Bestias dessemejadas dixo do ro- gel, agora pagareys la desmesura q con- tra tan alta sen~ora aueys cometido / y vos mi sen~ora Sidonia no temays que aqui esta vuestro do Rogel de Grecia. Entonces vno delos Jayanes se leuan- to / y en[+]lazando el yelmo echo mano a vn gran cuchillo: diziendo agora vere- mos q haras q bien creo q a hurto has passado y no en otra manera por mis to- rres. Gigante dixo don Rogel: tus ca- ualleros han passado por la que tu no puedes escapar, y conesto se guardo de vn gran golpe que el Gigante le tiro da- do vn salto al traues / y el descargo vn golpe al Jayan que poco dan~o le hizo: por la fortaleza de sus armas, a esta sa- zon llego el otro Gigante con vna gran Mac'a de hierro por ferille por detras Pero la reyna Sidonia le dio vna boz que se guardasse: y el dio vn salto al tra- ues tomado los Gigates delante de si / que grandes golpes le tirauan. Pero quien os podria contar la ligereza del excelente principe. Sino que todos se los hazia perder: hiriedo los de todas partes. Mas no podia ser tato que sus carnes no sintiessen a vezes la pesada Mac'a del vno / a vezes el tajate cuchi- llo del otro, no porque punto de cansan- cio enel paresciesse, a esta hora salieron doze Villanos por vna puerta muy bi- en armados de Corac'as con hachas y} [fol. 23v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Capellinas. Lo qual viendo la reyna Sidonia y la otra reyna se metiero por do los villanos auian salido: temiendo de recebir algun dan~o: rogando a nue- stro sen~or por don rogel. O ymagen de aquel que assi me tiene couertida dezia Sidonia: y quanta es tu bondad q cier- to no puedes dexar de venir de aql mo- rayzel: en todo estremo estremado. Ay morayzel y como el triumphar de mi a ti es otorgado o a cosa tuya: no menos razones passaua contigo. La reyna de Galdapa pareciendo le enla dispusicio ala su Darayda: quando enla Floresta andando a cac'a la vido con sus caualle- ros pelear donde se enamoro della con pensamiento que era Hombre. Pero tornando a nuestro proposito viendo don rogel salir los villanos porque no le tomassen las espaldas se retruxo ala puerta por do las reynas auia entrado y alli con poca afrenta les defendia la entrada. Pero al cabo de vna piec'a vi- endo que no ganaua honrra ninguna / en estar alli encerrado se salio del posti- go, & tomando la espada co ambas ma- nos dio tal golpe al vn gigate que la ca- bec'a conel yelmo fue hecha dos partes y de alli dio a vn peo vn golpe que hedi- do por medio lo echo al suelo: y a otro alcac'o por las espaldas que todo lo a- brio: y buelto al Gigante que vna llaga en vn hobro le auia dado: le dio tal gol- pe enla rodilla que toda se la corto y al Gigante le conuino hincar las rodillas en tierra, pero do rogel que no dormia le dio vn puta pie que dio coel enel sue- lo d espaldas, y poniedole el pie enlos pechos le tajo la cabec'a / y de alli se me- tio entre los Peones de tal suerte que solo vno le quedo que no matasse / por que le demando merced dela vida. Lo q<>l acabado. El quedo tan cansado que le couino sentarse enel estrado por des- cansar del grandissimo trabajo. Pero aquella sazon salio la Reyna Sidonia} {CB2. y la otra hermosa Reyna. Las qua- les se llegaron al estrado diziendo. Mi buen sen~or por Dios que me digays si teneys alguna llaga que mucho os due- la. Do rogel viedo aqllas hermosas re- ynas se leuato en pie: y quitado el yel- mo hinco las rodillas ante la hermosa reyna Sidonia, y ella conosciedolo lo tomo entre los brac'os: besandolo enla faz con lagrimas enlos Ojos acordan- do se del Principe don Florisel: no me- nos lagrimas drramaua la reyna d gal- dapa: mirando a don rogel que tanto se parecia a ajesilao. El q<>l assi mismo le be- so las manos auiendole dicho la reyna Sidonia quien era muy pagada de su hermosura. Luego don Rogel se sento en medio dellas, y mando al hobre que sacasse los presos que enel castillo auia Lo qual luego fue hecho que tomando vna hacha de cera entro en vn silo al q<>l baxauan por cien passos: y abriedo los candados saco todos los presos dizien- doles como eran libertados. Bue ami- go dezia ellos harta libertad es la mu- erte que nos quieren dar que esto aue- mos desseado. Pero el hombre les afir- mo & juro que eran libres por mano de vn solo cauallero de que ellos recibie- ron tanto gozo que hechos vna proce- sion salieron del hondo sotano, cantan- do te deum laudamus. Todos flacos y amarillos q no parecian cosa biua: ha- sta que fueron ante don Rogel: que to- dos se echaron ante el por le besar los pies: diziendo les el hombre q aql era el que los auia libertado. Pero el les dezia que diessen las gracias a Dios / auiendo gran lastima de vellos tales q algunos que auia mas tiempo que esta- uan enla prision, no tenian con que cu- brir sus verguenc'as. Y otros que dela gran escuridad que auian sostenido en viendo el sol cayan enel suelo: y de ve- llos don rogel y las reynas de piedad llorauan: porq auia cien caualleros / y} [fol. 24r] {HD. de Amadis. \ [.]xxiiij.} {CB2. cincuenta donzellas y otros tantos es- cuderos. Pero al cabo de todos entro vn cauallero aunque muy dssemejado que luego fue conoscido por don rogel que era don brianjes de boecia: y leuan- tadose en pie los brac'os abiertos se fue para el diziendo: ay mi bue sen~or, y qua- to cargo soy a Dios en traerme a tiepo que os pudiesse librar de tal prisio, quie os podria contar el plazer de don Bria- jes dsque conocio a don rogel: sino que parescia estar sandio de gozo diziendo bien sabia yo mi bue sen~or q si por vue- stra mano no / por otra no podiamos ser libres para quien todas las buenas venturas del mundo estan guardadas. Porque solo vos soys socorro delos que poco pueden: de alli fue a besar las manos alas Reynas que muy bien lo recibieron. Porque la reyna Sidonia muy bien lo conoscia: luego fue manda- do curar delos presos: y desarmado de sus armas don Rogel fue curado d sus llagas que no era peligrosas por vn ho- bre delos que dela prision salieron que mucho sabia de aquel menester. Pero quie os podria contar el alegria de Te- rindo quado vido a su sen~or libre de tan gran peligro como auia passado q muy triste auia estado hasta que lo fueron a llamar. {RUB. Capitulo .xxiij. como do Rogel fue enamorado dela hermo- sa reyna de Galdapa, y lo que con ella passo: & como se partieron para la ciu- dad de Guindaya.} {IN4.} DEspues de ser curado do Ro- gel como os auemos dicho / y acostado en su lecho au que el no lo qria fazer por ser las llagas ta pequen~as. Pero la reyna lo importuno tanto que lo hizo, enel qual estuuo cinco dias: siendo muy visitado} {CB2. dela reyna Sidonia y dela de Galdapa de quien don rogel estaua muy enamo- rado / y ella assi mismo del no aguarda- ua sino tiempo para le poder descubrir su corac'on por causa de don Brianjes que jamas del se partia. Pero don Ro- gel le conto lo que con la infanta Persi- lea auia passado / y como estaua muy pagado dela reyna de Galdapa, hazed a vuestro modo dixo don Briajes que ya no os quiero dezir nada para que se- ays leal pues tan mal os paresce la leal- tad. Dad a dios essas sandezes dixo do Rogel que mientras pudiere no dexa- re de gozar: que aunque mi sen~or Ama- dis a Oriana no fuera ta leal: no la vui- era dexado de alcanc'ar por muger: alo menos dixo don Briajes no entrara el enla camara defendida: ni enel arco de los leales amadores, ni ganara el capi- llo y guirnalda delas flores / y sacara a Diana vuestra hermana del encatame- to. No esteys enesso dixo do rogel que tambien don Floresta su hermano pue- sto que no hizo essas prueuas / gozo de muy hermosas mugeres. Poresso di- zen: dixo do brianjes que cada loco con su opinion: y conesto se fue para la Rey- na Sidonia: porque la d galdapa se ve- nia para don rogel al[ ]qual dixo mi sen~or que tal os sentis: sientome tal dixo don rogel que cuydo morir cedo / no quer- ra dios dixo la reyna que tan cedo mu- rays: que mucho mal vendria al mudo Pero que llaga es la vuestra? es incura- ble dixo don rogel y en medio del cora- c'on y solo esta enla mano de vna duen~a su remedio: la reyna que bien entendio las palabras de don Rogel donde yua enderec'adas / parando se tan hermosa como otra q enel mudo fuesse, sonrrien- dose dixo contra do Rogel con mucha gracia: como que auia entendido el fin de sus razones: no recibays pena sen~or Cauallero que quien dio la llaga dara la medecina. Assi plega a dios del cielo} [fol. 24v] {HD. Dozeno. +} {CB2. mi sen~ora dixo el: y co esto le tomo vna de sus muy hermosas manos besando se la por fuerc'a. Pero a esta sazon llego la reyna Sidonia que las despartio, y comenc'aron a hablar en otras cosas d mucho plazer. Desta manera estuuo don rogel diez dias enel lecho hasta ser bien sano de sus llagas a peticion dela reyna: y suplicando por su remedio a- la reyna de Galdapa su sen~ora/ la qual se lo prometio lo mas cedo que vuiesse lugar mediante el qual tiempo, mando dar a cada vno dlos presos lo q le auia sido tomado, y despues repartio entre todos lo de[+]mas a cada vno segun su ca- lidad delos thesoros que los gigantes tenian que muchos era: y embiado los a todos muy contentos a sus tierras su- biendo los loores de don rogel / sobre las cumbres delas altas nuues: el qual vn dia ya que se querian partir dspues de comer, suplico ala reyna Sidonia le cotasse como auia sido presa. La qual le conto como yendo a visitar vna su vi- lla por cierto escandalo que auia auido enella que veynte leguas de ay era: con solos treynta caualleros saliero a ellos aquellos dos Gigantes, y las auia pre- so a entrabas: y muertos todos sus c(o)[a]- uallos q ninguno escapo que cotar pu- diesse la nueua: a dios merced que tam bien lo han pagado dixo don Rogel / y luego conto don Briajes a don Rogel todo lo que la historia ha deuisado / y como fuera preso / y conesto cada vno se fue a su aposento con determinacion del siguiente dia seguir la via de Guin- daya. Pero como el amor no reposas- se enel pecho dela Reyna de Galdapa causado dela gran hermosura de do ro- gel de grecia y viedo el poco remedio q con a( )Jesilao tenia a[ ]media noche se le- uanto sin que nadie la sintiesse: y echan- do sobre vna riquissima camisa vn ro- pon de oro aforrado en armin~os, toma- do vna vela de cera enla mano se fue pa-ra} {CB2. la camara de don Rogel donde dor- mia: y tocado passo ala puerta: don Ro- gel que ala sazon poco dormia con los cuydados que enla reyna tenia puestos tomando su espada enla mano y su escu- do al cuello: abrio la puerta dela cama- ra: pero desque vido ala reyna con gra gozo echo el espada porel suelo, y poni- endo la vela en vn candelero de plata q alli estaua: la tomo entre sus brac'os co tanto contetamiento que dezia. Ay mi sen~ora y hermosa reyna: con que paga- re ala vuestra merced tan grandes mer- cedes como de vos he recebido. Con q no me pagueys con desagradescimieto y me tengays en menos por lo q he he- cho: que si sandez hize echad la culpa al amor. Ay mi sen~ora dezia don rogel no digays tal por Dios que antes la vida me oluidara a mi: q yo os oluide a vos y conesto la besaua en su hermosa bo- ca: de muy dulces besos con mayor co- tentamiento que en su vida auia tenido por ser la reyna muy hermosa Duen~a: hasta que ya quado la hermosa herma- na de febo su claridad queria mostrar / con la venida de su resplandeciente her- mano: y los apolineos rayos la tierra querian cubrir / a esta ora se leuanto la reyna boluiendose a su lecho muy leda sin ser sentida de nadie: hasta que sien- do ora de caminar: todos fuero a caua- llo don rogel y don brianjes armados d todas sus armas, y las reynas en sus palafrenes / dexando en[+]comendada la guarda dela fortaleza delas torres que assi se llamaua: a vn cauallero anciano de su casa, que alli auia estado preso. {RUB. Capitulo .xxiiij. co- mo fraudador burlo a don Rogel y ala reyna Sidonia con vna graciosa burla: y como allegaron ala ciudad de Guindaya.}} [fol. 25r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxv.} {CB2. {IN4.} COn mucho plazer yuan porel camino la reyna sidonia y do Rogel de Grecia, con la her- mosa reyna de galdapa y do Briages / haziendoles[ ]en qualquier ca- bo que llegauan: grades recibimientos hasta que al cabo d ocho dias: yedo por vna floresta ellos solos, porque la com- pan~a yua delante: vieron porel camino que yua venir al mas correr de su caua- llo: vn cauallo armado de vnas armas verdes. El qual llegado cerca dlas rey- nas, do rogel le dixo: por cortesia sen~or cauallero: que me digays donde es vue- stro camino tan apressurado. Dexad me sen~or Cauallero, dixo el verde: que voy en busca del mejor cauallo del mu- do: para acabar la mas estran~a auentu- ra que jamas se vido. Y que auetura es essa dixo don rogel. E como dixo el ver- de y no aueys oydo el auentura, del se- creto del ajeno corac'on? No por Dios dixo don Rogel: si vos no nos lo dezis. Por parecerme buen cauallero, dixo el otro os dire lo que se dessa auentura: a- vnque me detenga algo. Que en bus- ca yua de vn[ ]Cauallero primo mio: que dizen que es el mejor cauallero del mu- do. Y es assi q enesta tierra ouo vn gra sabidor: el qual fue enamorado de vna muy hermosa dozella, natural dsta tier- ra. Y gozado ellos de sus amores / fue tal la ventura: que la donzella murio: y el Sabio rescibio gra pena dela muerte dela donzella. Y porel gran amor que le tenia: la encato enlo mas alto de vn cas- tillo: que aca delate esta. No mucho tre- cho: & fizo tal auentura: que la donzella parece estar biua: y a cada vno dize lo q tiene enel corac'o: aquel o aquella a qui- en ama o en cuya compan~ia va. Estra- n~a auetura nos aueys dicho ((dixo don rogel)) y mucha gana les tomo a todos de prouarla: en especial ala reyna Sido- nia, por su morayzel: y ala reyna de gal- dapa por dar a eteder a su do rogel el a-mor} {CB2. q le tenia: lo q<>l conosciendo do Ro- gel rogo al cauallo: que le mostrasse el castillo. Sen~or cauallero, dixo el Caua- llero verde: por parecerme personas q lo mereceys lo hare, aunque no lo tenia en volutad, por yr como voy de priessa muchas gracias sen~or cauallo dixo do Rogel: que yo entiedo seruiros lo. Y co- nesto se metieron al camino: yendo de- lante el cauallero que los guiaua: d ma- nera q salieron de aquella floresta: y en- trados por otra: quanto vna piec'a, vie- ron vn castillo: que les parescio a do ro- gel, y a don Brianges auerlo visto, pe- ro no se acordauan quando. Ay dentro sen~or Cauallero ((dixo el Cauallero ver- de)) podeys prouar el auentura: que yo no quiero subir suso: que hartas vezes he subido. Enel nombre d dios dixo do rogel: y conesto se apearon, el y don bri- anges de sus cauallos. Baxado las rie- das de sus palafrenes: los dieron a Te- rindo que los tuuiesse: y ellos se metie- ron enel castillo. Subiendo por vna es- calera a( )vn que no muy bie labrada. Pe- ro el cauallero verde que con Terindo auia qdado le dixo. Buen escudero por que no subis vos a prouar la auentura con vuestros sen~ores. Si soys enamo- rado, q yo os tendre entre tanto los ca- uallos: muchas mercedes sen~or caua- llo dixo Terindo que vn cauallo en es- ta tierra me tiene tan auisado: q jamas fiare los cauallos d quien no conozco: a dios merced dixo el cauallero. Que tambien auisado os dexo. Y conesto se llego a el: y en vn puto le desenfreno el palafren. El qual viendose sin freno da- do pernadas dio co Terindo enl suelo. Y el cauallero tomo los cauallos jutos como estauan, y dixo contra Terindo. Sen~or escudero: porque me parece que no soys bien auisado: os quiero dexar a pie porque auiseys: q en tierra d frau- dador: aueys menester mas ardides. Y conesto dio bozes al castillo: alas q<>les} {CW. d} [fol. 25v] {HD. Dozeno +} {CB2. se pararon don Rogel y don Briages y las reynas que ninguna cosa hallaua diziedo sen~or cauallero a( )ca nada halla- mos delo que nos dixistes, como no: di- xo Fraudador, y no sabeys que mi inte- cio es que quiero lleuar vuestros caua- llos y palafrenes porq me semeja bue- nos. Y por dxaros tan auisados como a vuestro escudero. Y tambien por prin- cipio de paga delo que de mi castillo me lleuastes, quando me pegastes fuego y quedad ala mala ventura: q yo me voy para procurar si puedo auer vuestras armas, para cumplimiento del valor d los Cauallos: y conesto se fue vn tre- cho, y dado los Cauallos a dos hom- bres suyos que alli estaua. Boluio con vn palafren de rieda: y dadoles bozes. Ellos se pararon ala puerta dl castillo: muy enojados dela burla. Sen~or caua- llero dixo do Briajes: dadnos por cor- tesia los cauallos: que la Sen~ora Rey- na os promete de daros dos tantos si a su ciudad vays. A esso boluia dixo frau- dador: sabiendo que mi sen~ora la reyna estaua aqui: la quise seruir con este pa- lafren / por no caer en caso de traycion y porq su merced co la sen~ora reyna de galdapa no vaya a pie: pues no son du- chas a caminar: pero por daros a vos algun trabajo. Y q tengays algo enque passar tiempo: os lo dare sin freno. Y co esto lo desenfreno: y arrojando los fre- nos de ambos palafrenes: se fue a mas andar de su cauallo: por do auia venido No pudo estar don rogel que no riesse aunq mucho enojo tenia. De Frauda- dor: no ay que quexar dixo don Brian- ges: que de mucha cortesia ha vsado en dexarnos palafrenes en que vayan las sen~oras Reynas. Mala ventura aya el dixo do Rogel: que tan mal rato me dio quando la mina de su castillo. Y luego coto ala Reyna lo que a el y a do Bria- ges y alas infantas auia acontecido: de que no poco rieron: y luego fueron ayu-dar} {CB2. a tomar los palafrenes a Terindo el qual les conto lo que conel cauallero auia passado: y al cabo de gran piec'a: y con gran trabajo los pudieron tomar. Y porque era ya tarde subieron las rey- nas enellos: & a importunacion dellas subieron ellos alas acas: hasta enel pri- mer lugar: do tomaro otros cauallos: d la gente dela reyna: que los aguardaua y assi fueron con gran plazer: riedo dla burla de fraudador: fasta que llegaron ala ciudad de guindaya. Ala[ ]qual llega- dos: la reyna mado al duque de alafon- te: q co toda presteza aparejasse: la ma- yor armada que pudiesse ser: para el so- corro de constatinopla. Lo qual se apa- rejo como agora diremos. {RUB. Capitul .xxv. como la reyna Sidonia, se partio en ayuda de constantinopla: con gran maldad y como la reyna d galdapa se quedo con tormeta en su reyno. Y como pa- rio vn fermoso infante: y como ellos tornaron la via que antes lleuaua.} {IN4.} A Mucha priessa mando la rey- na a[ ]pregonar grades sueldos enla insula d guindaya. Enla qual en breues dias fueron ju- tos treynta mil caualleros: y cincuenta mil peones. Y ella misma quiso yr en a- quel socorro. Y tambien por la gra sole- dad q de su diana tenia: y no menos d su moraizel: y luego fuero aderec'ados na- uios en q fuessen. Y vna fermosa carra- ca para las reynas: y para don Rogel y don brianges, que conellos auian d yr. Y metidos dentro con buen tiempo. Di- eron velas al viento que fauorable les era: pero al cabo d cinco dias se les mu- do con tan gran tempestad que no sa- bia que medio se tener. Porque puesto caso que la carraca enque las reynas y- uan fuesse muy buena: no dexaua d sen- tir el trabajo dela mar: e especial la rey- na de Galdapa por yr pren~ada. Que si} [fol. 26r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xx(xii)[v]j.} {CB2. por don Rogel no fuera: muchas vezes muriera: o mal pariera. Pero al cabo de seys dias que assi fuero: vi(ni)ero d lexos tierra: ala q<>l guiaro derechamente. Lle- gados cerca del puerto, los marineros marcaro la trra: y fallarose enl reyno d galdapa: de q gra plazer ouieron: en es- pecial la reyna d galdapa: por causa de su pren~ez, luego fizo saber ela ciudad d galdapa: que era aquello, como ella ve- nia alli: y luego salio gra caualleria a re- cebirlos. Siendo sacadas las reynas a tierra, por mano de don rogel y don bri- anges. Fue recebida la reyna de sus va- ssallos: con gran solenidad. Caualgado en muy ricos palafrenes: debaxo de vn palio de brocado q para ella sola truxe- ron: se fueron alos grandes palacios. Los quales hallaro ta arreados como conuenia: donde reposaron diez dias a mucho sabor: en especial d don rogel: q siempre dormia conla reyna. Y alli con- certaron que ella se quedase alli por es- tar pren~ada: aunque con gran angustia della: por don rogel. Pero sufriase vien- do que no podia ser mas: y luego dixo a la reyna Sidonia q ella queria quedar en su reyno: assi por sentirse mal dispue- sta: como por embiar gente enl socorro de costantinopla. Pues no menos ella era obligada a hazerlo / la reyna Sido- nia le dixo: auq sentia la causa. Assi me paresce que es bie mi buena sen~ora q lo hagays: mediante este tiempo llegaron al puerto todas las naos dela reyna Si- donia, que no falto ninguna: d que ouie- ron mucho plazer, y siedoles el tiempo fauorable: dspedidos dela reyna de gal- dapa, con muchas lagrimas d do rogel y suyas que en secreto auia derramado que mucho se amauan. Acompan~ando los la reyna de galdapa hasta el puerto se metieron enlas naos con buen tiem- po, tomando la via de constantinopla. A los quales dxaremos por contar lo q ala reyna de galdapa acontecio. La q<>l} {CB2. por ecubrir su pren~ez, se fue a vna casa d plazer suya. Donde passaua gran vicio hasta que venido el tiempo dl parto: pa- rio vn hermoso infante. En cuyo nacimi- ento aconteciero muchas sen~ales, d su alta caualleria. Especialmete que enlos pechos traya vnas estran~as letras: que assi dezia. % Quando los dos engedra- dos del leo: con la tercera engendrada se juntaren: el pequen~o infante cobrara su padre. Las q<>les letras por etoces no pudiero ser leydas: ni menos etedidas Hasta que como enla trezena parte des- ta historia cotaremos, parecieron muy claras. Porque no pequen~a mincion ha- ra de sus altas cauallerias. El qual fue dado a criar secretamente: a vn caualle- ro muy fiel criado dla reyna: descubrie- dole el secreto: co jurameto. Luego fue baptizado. Y pusierole por nombre do Argantes. El qual no solo fue rey d gal- dapa: pero d otros muchos reynos. Co- mo la trezena parte desta hystoria haze muy expressa mencio: lo q<>l dexaremos por cotar lo que mas a nro cueto haze. {RUB. % Capitu .xxvj. como las naos dela reyna sidonia aportaron ala isla del lago blanco con tormenta y como la reyna sidonia y don brianges fuero encatados. Y lo q mas acotecio.} {IN4.} COn gran plazer yua el princi- pe don rogel: por la mar ade- lante: e compan~ia dla hermo- sa reyna sidonia: en no lleuar consigo la reyna d galdapa por causa d su sen~ora Leonida. A quien el mucho a- maua. Pero como las cosas porel sen~or ordenadas: no pueden dexar de passar ni menos los hobres estoruallas. El vi- ento se leuato cotrario en tal manera q todas las naos jutas echo cerca d vna ysla cubierta de niebla, que casi no se d- uisaba trra, la qual ysla solo por vn ma- rinero fue conocida. Que era la ysla dl Lago blanco: de que mucho holgo don} {CW. d ij} [fol. 26v] {HD. Dozeno +} {CB2. rogel. Que grades cosas auia oydo de- zir de aqlla auetura: mietra la mar ama- saua suplico ala reyna q qria salir a ver aqlla tierra. La q<>l lo ouo de otorgar: a- unque con gra temor de perdello. Y assi mismo quiso ella salir en tierra y mado surgir las naos & de su carraca echaro vn gran batel: enl q<>l entraro doze mari- neros con doze remos y don rogel y la reyna y don brianges y el duque alafon- te: con otros pricipales caualleros dla hueste. Pero assi como comec'aro a re- mar. La mar se comec'o a ebrauecer de tal manera que pensaro ser anegados / porq a vezes los echaua las ondas tan altos / que parecia qrer comunicar co las altas nuues: a vezes ta baxo q la p- fundidad del mar les parecia ver. Tan- to q todos cayero amortecidos ela bar- ca: saluo el sin par don rogel. El qual to- mado dos remos elas manos: no le pe- sando nada de su vida. Saluo por aque- lla reyna y caualleros que alli venian: comenc'o a remar muy fuertemete / me- tiendose por la niebla a detro / pero mi- entra mas remaua / mas se yua la mar amasa[n]do: hasta que siendo del todo sos- segada, se fallo en vna ribera muy dley- tosa. Assi de fuetes q ala mar yua a dar como d hermosas arboledas: luego do Rogel tomado dl agua dla mar la echo ela cara a do Briages y ala reyna y aq- llos caualleros: los quales recordaro como de vn profundo suen~o. Dando gracias a dios por verse fuera de aquel peligro: y luego do briages y el duq de alafonte. Saliero en tierra sacando ala reyna Sidonia de brac'o, no vuiero sali- do. Quando el duq y do briajes: fueron bueltos en dos muy hermosos cieruos y la reyna fue tornada vna hermosa a- guila. O vala me dios dixo do Rogel: q mala ventura es esta / si por tal dsdicha tales personas assi se perdiessen. Pero no sera tal mi ventura: que yo no quede encantado, o los poga en libertad: y co} {CB2. esto quiso saltar en tierra: mas luego se sintio dar bozes: y boluiendo la cabec'a por ver lo que seria: vio que era vna do- zella sobre vn palafren corriedo por la mar: como si fuera sobre tierra: d que no poco fue espantado. E llegando la don- zella ala barca. y haziendo su acatamie- to contra do Rogel dixo. Sen~or caua- llero: vna persona q mucho vro bien ds- sea: os ebia esta guarnicion para q eche- ys a vuestra espada. Porque allede de su riqueza: tiene tal virtud que ninguna cosa os empecera trayedola / q de enca- tamiento o poc'on~a sea. Sen~ora dozella dixo do rogel: yo no se q<>e vro sen~or sea: pero el me ha socorrido a tal tiempo: q le soy por ello en mucho cargo: que yo espero en dios q selo podre seruir. Ta- bien me dio: dixo la donzella: esta carta q os diesse: y q no la abriessedes: hasta auer hallado la redoma del agua del se- pulcro. Y diziedole esto y dadole la car- ta: ella y el palafre se sumiero ela mar, de q don rogel qdo muy marauillado. E daua muchas gras a dios e su corac'o por a tal tiepo auerle socorrido, y guar- dado la carta muy bien: co vn martillo de que los marineros ada siempre pro- ueydos: quito la guarnicio de su espada Que puesto q muy rica fuesse, no tenia que hazer con la otra: assi en riqueza co- mo en virtud: porq toda era de vna pie- dra blaca trasparente como vn christal saluo el pomo, que d vna esmeralda era tan marauillosa como os auemos di- cho. Lo qual hecho: santiguandose do Rogel: quedado los otros caualleros que enla barca quedaua muy maraui- llados delo q auia visto, rogado a dios que le guardasse: porque pudiesse dar li- bertad ala reyna y alos otros: salto en tierra. La qual comenc'o a tremer muy fuertemete, y mietras mas por ella yua do rogel mas tremia: tato q a vezes caya hasta que llego a vna espessa arboleda de vnos arboles muy altos a manera d} [fol. 27r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxvij.} {CB2. pinos que tenia vna fructa como pin~as saluo que era como duras piedras. Pe- ro assi como el comec'o a etrar por ella a detro assi comec'o a llouer d aqlla fru- ta, tatas y tan fuertemete arrojadas: q todo lo atronauan debaxo del y el alc'o el escudo sobre la cabec'a: mas ellas ve- nia tan rezias que lo hazian ahinojar: y a vezes caer. Tato q todas las armas lleuaua abolladas y las carnes debaxo magulladas, con muchos cardenales: y el escudo rajado, pero tato sufrio alli: ((puesto caso q si por la virtud dela guar- nicion no fuera, no pudiera dexar d mo- rir)) q al fin vuo de passar del arboleda y la fruta delos arboles cesso d caer: to- do lo q<>l dl barco se parecia muy bie. O virgen maria dzian aqllos Caualleros guardad a ta bue cauallero. E cierto sa- lieran ayudarle: si pesaran poderle va- ler. Pero boluiedo a nro proposito aca- bado q vuo de caer aqlla amarga fruta don Rogel se hallo en vn verde prado. Y en medio del prado auia vn gra lago tan blaco como si vna muy quajada le- che fuera. En medio dl lago sin parecer tierra algua estaua fundado vn hermo- so castillo: que de oro fino parecia: dela puerta dl castillo ala trra: auia vna pu- ente muy estrecha a marauilla: todo a- ql prado estaua lleno d animales de mu- chas maneras: ossos tigres: leoes: dra- gones: serpietes: cieruos: puercos: to- dos ta masos, q ningu mal a nadie ha- zia, assi mismo muchas y muy fermosas aues, catado muy dulcemete q gran de- leyte tomo don rogel de ver la tierra ta hermosa. E luego peso que aqllas aues y aliman~as deuia de ser personas enca- tadas, por lo q ala Reyna y a do Bria- jes y al duq auia visto hazer y con gran desseo de darles la libertad: puesto que muy casado estuuiesse se metio camino del lago blaco: pero no vuo andado mu- cho, quado viniero para el dos cieruos muy hermosos: los quales parecian da-do} {CB2. gemidos: quererle besar las manos Assi mismo se sento sobre su yelmo vna hermosa aguila. La qual comenc'o a ca- tar muy dulcemete. Ay mi sen~ora dixo don rogel y mis buenos amigos: q bien cuydo quien eran, o yo morire o dare la libertad a vras personas: si la tiene. E co esto co gra ardimieto se metio por el camino del lago: al qual llego muy cedo por ser poco trecho. Y queriedo entrar por la puete: vido delate de si vn padro con vnas letras enel tajadas en griego q assi dezia. Quado el hijo del fuerte le- on aqui llegare, por su alta bodad sona- do la bozina: que al cato dela puente fa- llara. Y venciedo las guardas del enca- tado castillo / podra buscar el remedio delas encatadas animalias. Leydo q vuo don Rogel las letras: se llego al ca- to dela puete: y sono vn cuerno q alli hallo: a cuyo son las puertas dl castillo se abriero co gra ruydo: por ellas salio vn cauallero membrudo como vn giga- te: cauallo en vn poderoso cauallo: ar- mado d fuertes hojas de azero y vna la- c'a enla mano. El q<>l sin nada dezir se vi- no para don rogel: la lac'a erristrada al mas correr del cauallo por encontrarle Pero el dio vn pequen~o salto al traues: por no caer enl lago & hirio al cauallo d su cotrario por los pies traseros del ca- uallo que acerce se los corto: y cayo co su duen~o enel suelo, pero el gra caualle- ro salio dl: mas por presto q salio: ya do Rogel le auia dado dos golpes d espa- da muy cargados q dos llagas enl bra- c'o dl espada le auia hecho: el otro caua- llero embrac'ado su escudo puso mano a vn tajate cuchillo: q cen~ido tenia: y co- mienc'a vna braua batalla. Mas las fe- ridas: q el cauallero del castillo enl bra- c'o teia: no le dxaua dar los golpes muy fuertes, mas no dexaua de ser tales, que si vno le alcac'ara: su vida alli acabara. Nuestro buen cauallo andaua tan lige- ro: que no le podia alcanc'ar golpe nin-guno} {CW. d iij} [fol. 27v] {HD. Dozeno +} {CB2. el otro: y el heria al cauallero dla torre muy poderosamete, que ya lo tra- ya llagado por mas de diez lugares: y al cabo de vna hora q la batalla se come- c'o. El cauallero del castillo comenc'o a enflaquecer. Do rogel que selo sintio lo comenc'o a cargar de muchos y muy pesados golpes: retrayedolo por la pu- ente hazia el castillo / po assi como ala puerta del castillo llego. El cauallero desap(e)[a]recio y las pue[r]tas del castillo se abrieron: y por ellas salieron dos Leo- nes coronados muy grandes. Los q<>- les se vinieron para do Rogel y el vno le trauo del escudo que hecho rajas esta- ua / y entre sus fuertes vn~as, aunque d fino azero era lo dspedac'o todo: y el o- tro vino por asirle dl guardabrac'o: mas don Rogel le dio tal golpe: q la cabec'a con parte del pescuec'o le corto: y no pa- rado alli el golpe alcac'o al otro Leon en vna mano que a cercen se la corto: y queriendole el Leon asir con los dien- tes don Rogel le dio tal golpe que hen- dido por medio del cuerpo hecho dos ptes vino al suelo: y sin mas se dtener / se metio enl castillo. Pero como fue de- tro las puertas se cerraro con gran es- tampido: y el se hallo en vn portal rica- mente obrado: enl auia vna puerta abi- erta: por la qual entraua gra claridad: al rededor del portal vido do rogel mu- chas hystorias passadas, assi de bata- llas de vno por vno: como capales: y d muy estremados amores: pero no le die- ron esse lugar que mucho mirasse / que por la puerta dl patio. Entro vn gra sal- uaje armado de fuertes hojas de azero saluo la cabec'a: enla qual traya vna ca- pellina de vn huesso de serpiete. El se vi- no pa don Rogel con vna gra mac'a de hierro dado muy terribles golpes. Muy espantado fue don rogel de ver ta fiero diablo: y con mucha ligereza se guarda- ua: no le acertasse algu golpe: que bien conoscia que no fuera mas su vida, de} {CB2. quanto el saluaje algun golpe le alcac'a- ra, no dexando de herir de fuertes gol- pes al Saluaje quando podia. Desta manera anduuieron dos grades oras sin poderse vencer el vno al otro. Delo qual estaua don rogel muy desespera- do. E mas que las armas del Saluage eran tales que poco emprendia su espa- da enellas / y queriendo lo poner todo en auentura: con mucho enojo de si mis- mo hizo fincta de qrer aguardar vn gol- pe al Saluaje: y tan ayna como el Sal- uage dexo caer su mac'a: cerro conel co vna punta de espada tan reziamente: q metiendo le el espada porel vn ojo pas- so al colodrillo: po no fue ta limpio: que no le alcanc'ase el Saluaje conel astil: q atordido cayo don rogel enel suelo, y el Saluaje cayo del otro cabo muerto. {RUB. % Capi .xxvij. como don Rogel de grecia acabo el auetu- ra. Y como libro ala reyna y a todos los caualleros que estaua encanta- dos y como se partieron para costa- tinopla.} {IN4.} TAnto estuuo don Rogel cay- do del golpe dela gran porra del Saluaje gigante. Que ya la diosa noturna sus cauallos comec'aua apacentar: por la huyda ace- lerada de su resplandeciente hermano. Dando al mundo parte dela claridad que co su ausencia le faltaua. A esta ho- ra pues auiendo estado sin sentido: se leuanto el excelente principe don rogel medio aturdido. E viedo muerta aque- lla tan gran bestia cabe si: ala lumbre q delas paredes del portal salia, que e- ra tanta como si cien antorchas alli es- tuuieran: y assentado se ecima de vn po- yo que alli estaua / estuuo contemplan-do} [fol. 28r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxviij.} {CB2. aquellas figuras que alli via ((assaz cansado)) & mirando a todas partes so- bre la puerta: vido vnas letras latinas muy bie talladas: q assi dezian. Quado la pujate aguila sus reales alas vuiere te- dido: conuertida de su primera figura y el leon fijo del gran leon quebrantador de su lealtad tan antigua aqui llegare: a- uiendo rompido las fuerc'as de mis en- cantamentos: las perdidas figuras tor- naran en su ser, conel agua dla encanta- da redoma. De aquella manera passo hasta la man~ana sin osar dormir. La q<>l venida muy luziente apartadas las tini- eblas dela serena noche. El principe se leuato: y sin mas se detener: se metio por la Puerta que al patio salia / que muy grande & muy bien labrada era. Y en medio del auia vn hermoso chapitel ochauado: que de vn fino rubi parescia el qual se sostenia sobre ocho pilares de fina plata. Todo estaua cercado d vnos corredores a manera d cama d fino oro cada vna: con varas y heuilletas d[ ]oro q nada dlo de detro se podia parecer. To- do era engastado de ricas piedras: que conel sol que enellas: daua respladecia como el mismo sol: lo q<>l visto por el p<>n- cipe don rogel se llego alli a mas andar porque no vido otra puerta alguna por do al cabo pudiessen salir: y asiendo dla cortina la abrio. Pero no fue abierta q<>n- do vido vn rico sepulchro devn fino cri- stal: dentro del qual parecia vna peque- n~a arquita d oro cerrada con vna llaue. Encima del Sepulchro estaua vna gra serpiente echada: tan larga como qua- tro brac'as, y tan gruessa como vn buey porel cuerpo. Toda estaua eroscada la qual como vido al bue principe: desha- ziedo su larga cola poco a poco. Y sacu- diendo sus grades alas: salio de dbaxo delas cortinas al gran patio. E dando vn rezio siluo: se vino para el principe don rogel, que puesto que su esforc'ado corac'on nada pudiesse temer no lo dxo} {CB2. de auer entonces: y mas viedo que dan- do le vn gra golpe: su espada resurto pa- ra arriba: porque la sierpe era guarneci- da de vnas conchas verdes ta duras q no auia arma que pudiesse rompellas. La sierpe se va para el, pensando asirle co sus fuertes vn~as: pero el se puso de- tras de vna coluna delas del patio, y la sierpe asio della con tata fuerc'a, que vn gra pedac'o con sus vn~as se lleuo, y con esto daua tales y ta espantosos siluos: que todo lo atronaua al valeroso p<>nci- pe: procurado de cojerle entre sus vn~as pero era tanta y tan grande su ligere- za que por demas era: y quando mejor podia la heria, mas cierto poco valiera su gra esfuerc'o: si la virtud de su rica es- pada alli no supliera: porque como dixi- mos valia contra toda ponc'on~a, desta manera anduuieron cerca de dos oras sin que don Rogel pudiesse dan~o algu- no hazer ala sierpe: y ella lo heria co su cola de tales golpes que lo hazia desa- tinar: y a vezes daua enl patio que las lo- sas del hazia pedac'os. O virgen santa maria dezia do rogel fauoreceme aqui. O mi sen~ora Leonida valgame vuestra fermosura, que si ella no pieso fazer co- sa que algo valga. A esta sazo la sierpe se alc'o e alto por poderle coger etre sus vn~as: pero el q abatir la vido, puso su es- pada sobre el yelmo la punta hazia arri- ba: y hincado la rodilla enel suelo. La sierpe venia ta rezia que se lanc'o por el espada hasta la cruz: por medio dl cora- c'o q dos partes lo hizo. Y co la rauia d la muerte: cogedo a don Rogel debaxo le hizo mas de veynte llagas: po como la ferida fuesse tal luego murio: y do ro- gel se leuato: muy herido y quebranta- do: y tirado del espada la lleuo enla ma- no hinchendose el patio dela sangre de aqlla cruel Sierpe. La qual estaua tan grade que don Rogel que la vido: hin- cados los ynojos enel suelo: dio infini- tas gracias a dios, por auerle librado d} {CW. d iiij} [fol. 28v] {HD. Dozeno +} {CB2. aquella animalia ta dessemejada / y sin mas se dtener: torno do el sepulcro esta- ua, y entrando dentro, vido enel vnas le- tras que assi dezia. % Enel tiempo que el brauo leon las serpentinas y no fan- tasticas fuerc'as vuiere domado: co pu- jac'a delas suyas: sacado la redoma del secreto dela pequen~a arquita: aura fin lo q dessea, auiendo pues don rogel ley- do la( )s letras: sin mas se detener dio tal golpe enel sepulchro coel pomo de su es- pada: que todo fue hecho pedac'os: y to- mado la pequen~a arquita: abriola con la llaue q della colgaua: y dentro hallo vn cuerno de oro: y vn peqn~o libro muy bie guarnecido, y vna redoma llena de vn agua ta olorosa: que gran consolaci- on daua de si, tato que do rogel de solo su olor fue guarido de sus llagas: muy marauillado dlo que via: luego se acor- do dela carta que la donzella le auia da- do: y sacadola de su pecho vio que dezia assi. A ti don rogel de grecia corona de toda la cauallia del mundo: principe de los dos soberanos imperios. De la gra bretan~a y gaula. Yo el sabidor alquife escudrin~ador y magico dlas estrellas / co sus veloces cursos te hago saber: que estado yo y mi muger vrgada, pesando en tus cosas: hallamos el presente peli- gro que te estaua aparejado / y por essa causa te embie la puechosa guarnicio / co la virtud que mi dozella te declaro. Agora te auiso que quado la paloma d Apolonia vuiere su nido dsamparado co su subita y teprana muerte. La excele- te aguila: al quinto leon engendrador d la luziente diana, con perdon dela que- brantada fe: y en restitucio dlla sera a- yuntado. Y los lobos marinos co aulli- dos ahuyentados: dexando el antiguo nido pacifico: y los padres delos paxa- ros engendrados sera puestos en tini- eblas: para mayor gloria tuya: hasta q por mano del leon dela selua co toda le- altad engendrado: sea bueltos ala mor-tal} {CB2. luz. E creeme que assi vendra como te dicho tengo. Leydo que ouo la carta don Rogel de aquel gran sabidor: dan- do etera fe a sus palabras la guardo. E tomando lo que enla arquita estaua, sa- lio del castillo. E queriedo leer el libro para procurar d dsencatar ala Reyna y alos dos duques / y alos otros q en- cantados estaua: oyo gra ruydo porel ayre, y mirado por ver lo q seria / vido porel ayre venir vn gra carro d fuego q grandes relampagos y truenos del sali- an. Detro dl qual venia aql horado Al- quife y sabidora vrganda. Los quales venian dando bozes a don Rogel, que no hiziesse tal cosa: que a ellos couenia aquel oficio y con esto baxaro hasta do- de don Rogel estaua. El qual los abra- c'o con gran amor diziendo. Bien sabia yo q al tiempo d mis necessidades d o- tro q vos no podia yo recibir este soco- rro. O mi buen sen~or dixo Vrganda d- uda es q os duemos muy atigua. Porq si nos a esta sazon no llegaramos, y vos sonarades el cuerno, creedme q ni vos ni nadie delos que aqui esta encatados jamas salierades. Pero cuple que me dys vra espada: porq siedo ella presen- te: nada se puede hazer. La qual don ro- gel se dscin~o. E alquife por su arte en vn punto la puso sin ser d nadie visto ela ca- mara de don rogel / q enla carraca dela Reyna era, y buelto donde el y Vrgan- da estaua. Y sin detenerse ambos a dos los sabidores, se despojaro d todas sus ropas: y esparziedo sus canos cabellos por las espaldas. Encendidas vnas ca- delas negras comenc'aron a fazer tales signos y conjuros que la ysla toda tem- blaua. E don rogel estaua admirado de ver semejante cosa: y tomando el sabio alquife el libro que don rogel auia falla- do. Comenc'o a leer y vrganda a respon- derle: y auiendo leydo vna piec'a: dixe- ron a don Rogel: que tocase el cuerno. El qual el toco muy reziamente: & al so-nido} [fol. 29r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxix.} {CB2. del: todo aquel campo se poblo de aquellas animalias. Y el ayre de hermo- sas aues: y vn Aguila muy hermosa se sento sobre el yelmo d don rogel: y el sa- bio Alquife y vrgada: tornaro a leer en el libro: y echando la redoma del agua enl ayre: subito dio vn estampido como dislate de tiro de artilleria, quedado vn humo ta espesso: que nada se podia ver el sonido fue tal que todos cayero enel suelo amortecidos. Pero al cabo d vna piec'a / don Rogel acordo y hallo cabe si ala reyna sidonia y al duque y a don Brianges: con tan innumerables caua- lleros, y escuderos duen~as y donzellas que de dos mil personas passaua: y el la- go co la puete y lo demas desaparescio quedando en su lugar vna fuerte y her- mosa villa: y e medio d vn prado la gra sierpe muerta: que no era encantada si no verdadera. Assi mismo parescia por la ysla por etre las arboledas, otros ca- stillos y muy hermosos edificios: y mi- rando por los sabios: no los vido: por- que luego que el estampido dio: subien- do e su carro se auia buelto a su ysla no hallada. Boluiedo pues a nuestro pro- p(a)[o]sito. Luego que la reyna fue despier- ta del gra estampido: se vino a abrac'ar co don rogel diziendo. Ay figura de a- quel que solo pudo robar mi libertad, y como todas las glorias de Sidonia te son otorgadas. En lugar delas que mo- rayzel me era dudor: goza las pues que los dioses te las quiere otorgar. E con esto lo besaua a don Rogel elas fazes / co mucha infinidad de lagrimas: con la recordacio d aql su morayzel, que an- te ella de rodillas estaua / porque en es- tremo se parescia a don Florisel su pa- dre el principe don Rogel. Entonces llegaron don Brianges y el Duque y hincando don Brianges los hinojos en trra por le besar las manos dixo. Mi sen~or do Rogel: deme vuestra merced sus manos: pues son dignas de ser besa-das} {CB2. de quatos traen armas. Mi sen~or dixo don Rogel abrac'andolo: mucho tengo que agradecer a dios nuestro se- n~or: por poder hazer a mi sen~ora la rey- na algun seruicio: junto coneste honrra- do Duque. Al qual auia leuantado de tierra abrac'adolo: luego hablo alos ca- ualleros del armada que enel batel aui- an quedado: q sabiendo ser libre la sali- da: saliero en tierra porq el sabio Alq<>- fe y Vrganda dado el estampido subie- do en su carro se fueron y dixeron alos caualleros del batel que en tierra salie- ssen, assimismo hablo a alguos precia- dos caualleros que alli auia estado en- cantados. Pero quien os podria cotar los loores que todos le daua: sino que a el le pesaua de oyrse tanto loar. Mi se- n~or dixo la Reyna vamos a aquella vi- lla que alli paresce: porq seays curado de vuestras llagas: q me parece q vues- tras armas va ten~idas co rosicler d ta memorable hazan~a: vamos donde vue- stra merced madare ((dixo do Rogel)) puesto que no auia necessidad, porque como diximos, conel olor del agua fue- ron luego sanas, todas las llagas, ece- pto los gruessos cardenales que tenia y conesto mouiero contra la villa: pero enel camino estuuieron mirando la fie- ra Serpiente: que don Rogel auia mu- erto. Espantados todos della, porque assi muerta ponia demasiado temor. E partidos de alli fueron ala villa: que de hermosas y ricas casas era adornada, y antes q entrassen enla villa estaua el alcac'ar q de gran hermosura era. Assi d todas huertas como d fuetes y can~os de christalina agua: saluo q a psona nin- gua viero por donde cuydaron: q toda aquella ysla deuia de ser inabitable, o despoblada, entrando por la puerta de aquella hermosa villa q cercada era de muy fuerte muro y fermosas torres yua con gra deleyte: mirando la fermosura dlas casas fasta q llegaro alos ricos pa-lacios:} [fol. 29v] {HD. Dozeno. +} {CB2. donde en vna rica sala, hizieron vn hermoso lecho para don Rogel que assaz riquezas auia. Donde fue acosta- do porel quebrantamiento passado. {RUB. % Capitu .xxviij. como supieron de vn hobre dela ysla: la ma- nera de aql auetura / y como siendo guarido do rogel d sus llagas se par- tiero pa Constatinopla, y el gra res- cebimiento que les fue hecho.} {IN4.} VEynte dias estuuo don Ro- gel de grecia enla cama: cura- dose de sus muchos cardena- les. Enel qual tiempo jamas la Reyna sidonia: de dia: ni de noche se quito de cabe el curandolo: enel qual ti- empo de vn Hombre que alli auia sido encantado: supieron la manera del eca- tamento: el q<>l dixo desta manera. Aue- ys de saber sen~or cauallero q enesta ys- la: que primero el reyno de(s)[l ]ponto se lla- maua: vuo vn rey muy honrado llama- do Pontano. El qual jamas vuo hijo ni hija alguo: y viendose muy cercano de la vejez: muchos Caualleros del reyno procuraua ser reyes, sobre lo qual suce- dia muchas muertes. Tanto que el rey- no se perdia a mas andar: lo qual visto por el rey. Enla ciudad dl ponto q q<>nze leguas dsta villa es: hizo hazer vn cada- halso adornado de muchos y ricos pa- n~os de oro. E subido enel estado todos presentes los mayores dl reyno: come- c'o a dzir dsta manera, co vna cara muy ayrada. Espantado estoy de vosotros mis vassallos dela grade ambicio que en vosotros de reynar mora, siedo aun yo biuo. Lo qual por cierto no es de lea- les vassallos pues a a vosotros no era d elegir sen~or sino a mi. El qual de cierto os digo que os diera tal: co que biuiera- des pacificos y muy contentos. Pero pu-es} {CB2. vuestra ambicion es tal / yo os dare vn sen~or, que q<>nto yo os he sido de ma- so: os sea el de cruel y quato yo os he si- do benigno y amigable, os sea persegui- dor. Y diziendo esto: se baxo dl cadahal- so con vn rostro muy triste y entradose en vn retraymieto suyo. Obro d sus ar- tes en que era muy sabio, y conellas tra- xo aquella gran sierpe que sen~or matas- tes. La qual comenc'o a hazer tales co- sas enla ysla: matando a quantos auia que no pudiendolo sufrir. Todos se fue- ron a donde la vetura los guiaua: dexa- do la ysla desmaparada sin persona al- guna: enste comedio al rey le dio el mal dela muerte: y antes della: encanto esta ysla: dela forma q aueys visto, assi mis- mo dxo sus grandes thesoros, en vn te- plo que fuera dla ciudad esta: con tales encantamentos que nadie pudiesse ver lo que dentro sea. Del qual templo enla trezena parte desta hystoria se hara gra mencion. Catad aqui sen~or cauallo la forma desta auentura. Muy marauilla- dos fueron todos en oyr lo que el acia- no dezia. Y luego la reyna mando desso- llar la Sierpe: y henchir el pellejo de pa- ja, y meterlo enla nao. Todo lo qual fe- cho: siendo ya don Rogel del todo gua- rido. Suplico ala reyna que tomasse la corona dl ponto, pues no auia heredero a quie de drecho perteneciesse: porque todos aquellos encatados dixero que queria quedarse alli. Ay do rogel: dixo sidonia, yo cosiento pues mi ventura lo quiere que consienta: enlas glorias por vosotros cocedidas: y assi quedo acor- dado: pa de ay en ocho dias rec(i)ebiesse la corona de aquel reyno: co muchas fi- estas. E con gra solenidad fue hecho: d todos los q elas naos venia: que en tie- rra saliero, repartiedo delas riquezas que alli auia, a todos muy largamete. Mandoles q biuiessen enla ley de jesu xpo y porlas leyes d su reyno d guidaya po no se pudo fazer esto ta psto: q no se d-tuuiessen} [fol. 30r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxx.} {CB2. dos meses y mas alli: al cabo dlos q<>les la ysla estaua ta poblada d ge- te defuera: q sabiendo las nueuas auia venido: que no hazia mengua la que an- tes alli solia abitar / porq era muy rica tierra: y muy abundate de oro y pie- dras preciosas. Todo lo qual concluy- do: dexado por gouernador a vn caua- llero su pariente muy principal. Meti- dos en sus naos dado las velas al vien- to, q muy fresco y fauorable les era con mucha alegria de todos: en especial de la reyna Sidonia: por auer d ver ta psto a su morayzel, y de do rogel co desseo d la p<>ncesa leonida su sen~ora: nauegaron tato q vn dia por la man~ana: a[ ]cabo d o- cho dias, se hallaro enl puerto d costati- nopla: dode comec'aron a disparar tan- tos tiros de artilleria. Co sonido de tro- petas q era marauilla de ver: lo qual pu- so gran alboroto enla ciudad de Costa- tinopla: y luego todos fuero armados aquellos preciados caualleros que alli estauan, y en sus Cauallos: con toda su gente hecha vn haz. Salieron ala ma- rina por resistir la entrada a sus enemi- gos. Delante de todos yua el preciado rey amadis, y el emperador esplandia, y el emperador lisuarte: y el excelete p<>n- cipe don florisel de niquea: con aquel es- forc'ado emperador amadis de grecia: y el rey Anaxartes, con su hijo don Ar- lanjes: y el principe Anastarax: co su hi- jo do filisel de monte espin: y el sobera- no principe don Falages de astra: con la preciada princesa alastraxarea: y el excelete Ajesilao y el rey do Florarlan y otros muy preciados cauallos arma- dos de ricas y preciadas armas. Pero de vna carraca viero echar vn batel al agua. Y enl saliero algunos caualleros y al cabo saliero dos co vna fermosa du- en~a d brac'o. Las manos y cabec'as de- sarmadas: los quales luego fuero cono- cidos de todos / ser don Rogel de gre- cia y don brianges y la duen~a ser la her-mosa} {CB2. reyna Sidonia: d q todos recibie- ron gra alegria / en especial don Flori- sel de niquea y Ajesilao q no viendo la hora q a ella llegar, se metiero con sus cauallos por la mar vna gra piec'a fasta q llegaro al batel: lleuado los yelmos quitados: y sin aguardar saltaro delos cauallos dentro: hincado los hinojos ante la reyna sidonia, la q<>l puestos los ojos en do florisel comec'o a dzir, ay don Florisel y como en todas tus cosas q<>e- res ganar honra comigo, hasta ensto q a ti solo: y aql q tu engedraste, es dado gozar de mis triumphos librandome dos vezes dela conocida muerte, y ha- ziedo me reyna del ponto. Mi sen~ora dixo don Florisel: en mucho cargo soy a dios: en q yo o cosa mia: siepre os po- damos seruir e algo, por dode conoce- reys el amor q vos tego no ser falso, pe- ro la obligacio que a mi soberana espo- sa deuia me hizo errar, en lo que a ti era deudor: y conesto le beso sus hermosas manos. Lo qual la reyna consintio con graciosa risa diziedo, yo te quiero dxar gozar de tal preuilegio por la obligacio en que me eres / porel amor que te ten- go / pues en otra manera ni tu grande- za lo pedia: ni ala mia era deudora de tal acatamiento, y conesto tomo a Aje- silao etre sus brac'os que de rodillas es- taua besando en sus muy fermosas fa- zes y do florisel a do Rogel: passando a- morosas palabras: y dexandolo delos brac'os: hablo alos dos duques y a don Briages, con el qual mucho holgaron y ensto llegaron al puerto, y salidos de la barca: hallaro todos aquellos sen~o- res muy espantados dela gran hermo- sura dela reyna, que ala de Niqa ygua- laua: y a todas passaua: ecepto a Fortu- na: Leonida y diana: los q<>les la recibie- ron con aquella ceremonia de obras, y palabras, que acostumbrarse suelen en- tre tales personas. Lo qual todo se de- xa, porque mas a prolixidad que a otra} [fol. 30v] {HD. Dozeno. +} {CB2. cosa seria cotado querer por estenso co- tarlo. Saluo que cada vno lo puede pe- sar: lo qual passado fue traydo vn muy rico palafren: para la Reyna. La qual tomo de rienda el muy esforc'ado Rey amadis: y los otros cauallos e cauallos q les fuero dados se fuero fazia los pala- cios: y la reyna fue apeada e brac'os del rey y tomado la por la mano el y el epa- dor amadis, subiero alos grades corre- dores dode fallaro todas aqllas p<>nce- sas. Las q<>les era la reyna oriana: la em- patriz Leonorina: la emperatriz Onolo- ria: la empatriz Abra: la p<>ncesa siluia: la reyna onoloria de espan~a: la princesa diana la reyna Lardenia q por su mere- cimieto entre las princesas era cotada La princesa anaxara: y aqlla sin par for- tuna: que ya de edad de ocho an~os era: co do Silues dela selua, y assi mismo la hermosa Niquea co la princesa elena. Dode passaron tantos recebimientos q<>les podreys pesar. Especialmente en- tre Elena y sidonia, q las colores dlos rostros se les perdio: viedose la vna ala otra: pero fabladole co sen~ales d sobra de amor: la reyna sidonia tomo a diana etre sus brac'os, besandola en sus fermo- sas fazes, teniedola abrac'ada gra piec'a y couinole dxarla / y passo a hablar ala reyna lardenia: q como fija la amaua: y do rogel llego a fablar a su hrana diana auiedo besado las manos a todas sus sen~oras. En especial ala p<>ncesa leonida q vn rato estuuiero sin poderse fablar co la gra turbacio: pero tornado en si lo le- (le)uato por las manos del suelo. A esta sazo tomado la reyna sidonia ala fermo- sa Fortuna en sus brac'os, mirado su ta acabada hermosura. No se hartaua de besarla ensu fermosa boca: y assi mismo a do silues dla selua q alli estaua. Todo lo qual passado: se entraro por la gra sa- la: dode se comec'aro grades fiestas. E siendo hora las tablas fueron puestas dode fueron seruidos co la realeza q a} {CB2. tales mesas pertenecia. A dode acotes- cio lo que agora oyreys. {RUB. % Capitu .xxix. como aporto ala corte de costantinopla vn es- tran~a auentura: dla fuente medusa y en la gra turbacio q a todos puso: & como fue acabada porla reyna sidonia.} {IN4.} EN gran fiesta estauan todos a- qllos principes, cola venida d la excelente reyna Sidonia: y de don rogel de grecia: habla- do enlo q mas era su volutad. Quado entro por la gra sala vna estran~a auetu- ra: y fue q viero entrar por la puerta v- na hermosa donzella con corona d rey- na enla cabec'a: vestida de pan~os d due- lo: detras dela q<>l venia quatro leones d metal muy bie obrados: q encima d sus espaldas traya vna hermosa fuete d vn pretil de oro fino. En medio del pretil q lleno de christalina agua venia: se hazia vn pilar, q de plata muy bie obrado pa- recia: sobre el qual se hazia otra pileta muy rica d jaspe: y dlla salia doze can~os d agua q ala pila mayor caya. Toda es- ta agua procedia d vn medio cuerpo de muger q encima venia assentada d ala- bastro q natural parecia: d cuyas tetas salia dos can~os d agua no muy gruessos. En sus manos q muy hermosas y blan- cas era, traya vna harpa dl mismo ala- bastro: y en su cabec'a vna corona d oro muy rica amarauilla. Todos fuero muy marauillados dla estran~a auetura q via: y estuuiero callados por ver lo q la infa- ta: q dlate venia dzia: la q<>l hincado los inojos ate el estrado dlos Principes co- mec'o a dezir. Altos y muy poderosos principes: exceletes y hermosas pr[i]nce- sas. Aueys de saber q yo fue hija de vn rey llamado Tarnes d media. El q<>l so- lamete vuo a mi vnica hija d su amada muger: y fue muy sabidor elas artes: y por su gra saber alcac'o q dspues d sus di-as} [fol. 31r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xxxj.} {CB2. auia de ser deseredada de mi reyno. y hizo por su saber esta obra, madando me q dspues de su muerte me fuesse por el mudo en busca del cauallero: duen~a o dozella: que diere fin ami demada: y q primero q el auetura se prouasse pidies- se[ ]vn do: y fuesse la restitucio d mi reyno y diziedo esto murio: pero sus palabras no fuero metirosas: q vn cormano mio assi como murio: me q<>so matar y yo ca- ualgado e vn palafre me vin por vna flo- resta, huyedo por miedo del. Pero no vue adado quato vna milla: q<>ndo vide venir tras mi esta fuete, ni mas ni meos q aqui veys: y coesta auetura he adado la mayor pte del mudo, q jamas recau- do he hallado: ni q<>en le diesse fin: la for- ma dla auetura es esta: q si fuere cauallo ha d pmeterme vn do q<>l yo pidiere: y si duen~a o dozella: porq a ellas es tabien otorgada el auetura: ha d dar cauallo q lo otorgue por ella: y si el cauallero / o duen~a fuere poderoso: d q<>tar ala yma- ge dla harpa la corona dla cabec'a: la a- uetura sera acabada: por esso ved altos p<>ncipes, si qreys q mi auetura se prueue e vra corte. Fermosa infanta dixo el rey Amadis: porq a el como a padre era co- metido el respoder. Nosotros seremos dichosos: que en nra corte se prueue el auetura y se acabe: porq enella qdasse la gloria, y vos os fuessedes q<>ta d todo trabajo. Y por mi digo, dixo el rey ama- dis: q os otorgo el do: lo mismo dixero aqllas reynas y altas p<>ncesas. E pues primero lo otorgue dixo el rey amadis primero lo quiero prouar: y tomado a su amada Oriana dla mano: se fue pa la fuete. Pero ante q a ella llegasse vido ela frotera dlla vnas letras escriptas q assi dezia. Enel tiempo q la deseredada princesa, en remate de su demada: el co- rral dlos mas brauos leones indoma- dos topare: siedo e piedras co las fieras onc'as tornados co gra confusion: la ex- celete aguila engan~ada, siedole vn don} {CB2. por su egan~ador cocedido: podra la co- rona q<>tar y la fuente medusa qdara pa- ra desengan~o delos egan~adores. Auie- do leydo las letras: la reyna se llego a tomar la corona: a ruego dl rey amadis diziedo. Mi amada sen~ora: bien creo q si a lealtad de amores, la auetura ha de ser cocedida mas a vos q a nadie es otor- gada la glia della. Mi bue sen~or dixo la Reyna: no creays q menos sea abrasa- da al presente delos encedidos fuegos d vuestra fermosura q al tiempo q nros amores, segu q la prueua dla torre d nu- estros exceletes fijos Ajesilao y diana da testimonio: y con esto fue a tomar la corona. Empero la ymage comec'o a ta- n~er ta suauemete q la reyna qdo como enuelesada dla suauidad: pero no porq otra cosa sitiesse: y a poco d rato fue tor- nada piedra marmol, ni mas ni meos q ella era: delo q<>l fue muy turbado el rey amadis: tato q como sin sentido fue por tomar la corona ala infanta. Pero ella comec'o su tan~er: co tata suauidad q no pudo passar adelate y qdo como su ama- da muger. Gradissima fue la turbacio q en todos vuo: y madaua preder la don- zella, pesando q era traycio: po ella les certifico q no era nada: q en no qdando nadie e la sala q no vuiesse puado el a- uetura: luego la fuete saldria, y todos q- daria como ates: y pa mas certificarlos ella misma fue a tomar la corona: po as- si qdo como el rey amadis y reyna oria- na: tras dllos se leuataro muchos caua- lleros. Y vnos tras d otros prouaro el auentura: sabiendo que no auia en ella peligro: pero todos quedaua bueltos en piedras: porq el primero fue el Em- perador espladian y el emperador lisu- arte: con el excelete Amadis de grecia y todos los cauallos de quien esta hy- storia ha hecho mencion. Pero tato sa- bed, que como lisuarte y do rogel y age- silao quisiero prouar el auetura jamas pudieron, y conociedo todos que pce-dia} [fol. 31v] {HD. Dozeno. +} {CB2. aqllo delas espadas: porq como en el quinto libro desta gra hystoria: y assi mismo enl onzeno ha hecho mencio te- nia virtud contra los encantamentos. Pues conocido porellos se las quitaro: y las dieron a guardar y fueron por to- mar la corona. Pero cola misma musica qdaro como los otros. Tras dllos pua- ron el auentura todos los que ela sala estaua: que ninguno quedo: ecepto las emperatrizes y reynas: y princesas: las q<>les rogadose vnas a otras la empera- triz Leonorina tomo la mano, la q<>l que- do como la reyna Oriana tras dlla fue la getil y graciosa abra y la fermosa p<>n- cesa Niquea y la princesa Elena. Pero assi qdaro como las otras, assi vnas em- pos de otras. Diana y Leonida y lade- nia: todas prouaron el auetura: que no quedo sino solamete la hermosa reyna Sidonia: la qual leuantadose de dode estaua mirado su Morayz[el], dl q<>l aunque hecho piedra no dexaua de parecer los matizes de su gra hermosura: comec'o a dezir: ay do Florisel de niqa: y como fue- ra mejor a mi triste fortua que tu & yo q- daramos ela forma q agora estas para no recebir muerte cada dia. Pero ay d mi quel amor que te tengo me haze que- rerte dar la vida: porq si las letras son verdaderas: a quie co mas justo titulo que a mi sera cocedida esta vetura pues en amarte nigua me ygualo: y en falsar me el amor niguo te ygualo: y coesto se llego ala ymagen diziendo. Hermosa Reyna dadme essa Corona porque yo pueda gozar del bie: que del mal que de aquesta auentura resulta. Entonces la ymagen, poniendo la mano en su cabe- c'a: se quito la corona: y la puso enla dla reyna Sidonia: y luego comenc'o a to- car la harpa con tata suauidad, juto co el sonido del agua que todos aquellos principes y princesas, co los dmas[ ]que- daron desencatados, y la reyna quedo con tata hermosura: que ninguna auia} {CB2. en todas las princesas griegas que le sobrasse: saluo diana: y la sin par nasci- da fortuna, luego todos aqllos sen~ores la hablaro, dadole las gracias dela dli- beracion. Fermosa y pciada sen~ora di- xo el rey amadis: mucho os deueys pre- ciar de auer acabado ta estran~a vetura Excelete y esforc'ado rey dixo Sidonia si juto con la gloria de auerla acabado: se me otorgara: lo q a esta fermosa rey- na: enel capillo delas flores y camara d- fendida, tuuierades razon. Pero la sin ra- zon en la lealtad de don florisel: no lo co- siento: y conesto se fuero assentar todos en sus sillas como antes estaua: y mira- do ala fuete viero, como co el dulce son se mouio: y se puso en medio dela gra sa- la: donde estuuo queda corriendo aque- lla christalina agua, sin jamas cessar, pe- ro no porque nadie viesse que se fazia el agua que caya: y mirando las letras vie- ron otras: que assi dezian. Enel tiempo que mis artes pereciere ela ciudad grie- ga: para remedio dla deseredada infan- ta por mano de aqlla a q<>en el amor fue- re ingrato: la fuete qdara sin jamas se mu- dar, hasta q jutos sea los mas exceletes en esfuerc'o y fermosura dl mundo: fasta este tpo la blaca agua sera couertida en sangre: quado alguo con traycio enl lu- gar dela abitacio dela ymage entrare, y el son se mudara: en son de mucha tris- teza. Lo qual sera al contrario quando porel contrario vinieren. Leydo que ouieron las letras. Todos fuero muy ledos en ver la estran~eza del auentura. Y mas por la excelete propriedad q te- nia: a esta sazo se leuato la infanta y hin- cado los ynojos ante la fermosa Rey- na Sidonia dixo: hermosa y excelete y alta sen~ora: bie sabe vuestra merced co- mo esta tenuda a cumplir el do de mi d- mada: dandome cauallero que baste a restituyrme en mi Reyno. Pero queri- endo ella respoder: don Florisel se leua- to de donde estaua. E hincados los yno-jos} [fol. 32r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxij.} {CB2. ante la reyna comenc'o a dezir. No se a quien con mas razon: alta reyna la gloria d ser mandado de vos mejor que a mi sea otorgada. Y por tanto os supli- co mi sen~ora: que sobre el cargo en que vos soy este sobre mi echeys. E conesto le quiso besar las manos. Ay don flori- sel: dixo la reyna no te quiero negar la gloria: que de tus palabras me resulta, nadie ser tenudo ami seruicio: mas q tu por causa dla quebrantada fe que me di- ste. y pues tal fue mi ventura, que no pu- de gozar dello: porq gozasse esta fermo- sa reyna ((Mirando a Elena)) yo soy co- tenta que gozes de la gloria de mi serui- cio / yo te otorgo la licencia que me pi- des: para fazer a esta dozella alcac'ar su derecho: el le beso las manos auque no quiso, y dixo contra la donzella. Hermo- sa infanta: ved quando quereys que va- mos. Quado sea tiempo dixo ella: muy alegre: por el buen recaudo, yo vendre por vuestra merced: pues no razon q tal principe falte: en tiempo detanta ne- cessidad. Y con tato dspedida de todos se partio: dexadolos co mucha alegria por no auer lleuado a do Florisel. To- do lo qual dxaremos pa su tiempo por contar lo que mas acontescio. {RUB. % Capitu .xxx. como se aparejauan pa las bodas y como cessaro porla muerte dla linda elena} {IN4.} EN gra plazer estaua los prin- cipes dsposados por las ta so- lenes bodas que se esperaua celebrar. El dia de santiago q dende en seys dias era, si la fortuna re- boluedora d todos los casos: dadora d todo bie y de todo mal. Su rueda segu- ra tuuiera de dar tan gra buelta como dio. Pero como las cosas sea guiadas: por prouidencia diuina, fue assi Que es- tado aqlla fermosa Elena en su mayor triumpho: con su amado don Florisel a- vn que no sin millares de celos: dla fer-mosa} {CB2. reyna Sidonia. Vino a empren~ar- se otra vez, siendo ya la criatura de tres meses. Dela madre quebro tata sangre que ninguna sabidurria de medicinas: fue bastante a remedialla: como contra la del alto medico: nadie sea poderoso. Lo qual fue dicho al excelete principe don florisel. Del q<>l fue ta estran~o el do- lor que sintio: que dio cosigo sobre vna cama como muerto, y al cabo dvna gra piec'a: con grades remedios torno en si diziendo, y haziendo tales cosas. Que no dudo sino q el mas duro corac'o se q- brara. O mi sen~ora elena dzia, como ta presto me qreys dxar tan solo: lleuadme por dios co vos, no creo mi buena ami- ga q seays vos tal q no mireys al dema- siado amor que yo vos tengo, aued pie- dad mi sen~ora de mi. Y assi lamentado acompan~ado de todos aquellos princi- pes: fue al lecho donde Elena estaua: y sin palabra hablar tal como muerto: se tedio sobrella. Tato que todos mas por muerto lo contauan que por biuo: de a- quella manera estuuo dos horas gran- des, al cabo dlas quales recordo todo ban~ado en lagrimas. Y abrac'adose co Elena: le comenc'o a dzir: Esforc'ad por dios mi sen~ora: y lleuadme co vos no me dxeys, pues jamas dexarme podistes. Mirad q soy vuestro. Do florisel de Ni- quea mi sen~or y verdadero amigo ((di- xo ella)) no quisiera yo tan presto dexar vra dulce copan~ia, pero es me forc'ado hazer la volutad del que me crio, y pues assi es mi sen~or y amigo: no me hagays passar tatas muertes que sienta la mia y la vuestra. O sen~or dios y como si tu fueras seruido, yo no quisiera ta presto dexar el mundo, pero sen~or mi volutad sea dxada: y cumpla se la tuya muy san- tissima. O muerte y como alos que no te dessean vienes. y alos que te ama hu- yes. O mundo engan~oso: y mas enga- n~ado, quien en ti confia. Heziste me la mas bien andante del mudo, en darme} [fol. 32v] {HD. Dozeno. +} {CB2. tal cauallero y estremado principe, por sen~or y marido con tantos sen~orios: di- steme aquello d que mas los locos mor- tales se arrean: la mundana fermosura. No te niego yo que no era tuyo, y como tal te lo restituyo y torno a ti, pues lo re- cebi prestado / y ruego a mi sen~or Jesu Christo no me sea tomada cueta enel es- trecho dia de mi juyzio: y diziendo. Jn manus tuas domine comendo spiritu meu. Jutado su boca co la de do Flori- sel: q tal como muerto estaua: dio el ani- ma a su criador. E quando assi la vido cayo sobre ella como muerto: q todos pesaro serlo. y estado ya assi aqllos p<>n- cipes llorandolo: tomaron a el y a don rogel que no menos sentimiento por su madre tenia: diziendo tan grandes lla- tos de aquellas princesas sobre Elena. que era la mayor lastima dl mudo ver: porq la hermosa reyna Oriana: la epe- ratriz abra, la emperatriz niquea: la fer- mosa fortuna: Sidonia: la princesa Sil- uia: la infanta anaxara: co la ifanta leo- nida: y aquella sin par diana, con la pre- ciada Alastraxarea: y la reyna oriana d espan~a: madre del fuerte Ajesilao, con todas las otras reynas: y grades sen~o- ras hazia y dezia tales cosas: que no ay lengua que lo pueda explicar: saluo que cada vno lo puede pensar. Por otra par- te todos aquellos altos principes: ha- zia sobre don Florisel grades llantos / pensando ser muerto: el qual al cabo d mas de seys horas recordo. y diziendo dode esta mi sen~ora Elena: que se ha he- cho della, Es possible que ella sea muer- ta & yo biuo: no creo que mi fortuna tal cosa quisiesse consentir: se leuato como hombre fuera de sentido. Pero todos aquellos principes cosoladolo lo tuuie- ron: y luego fue aderec'ado el etierro ta sumptuoso, como a tal psona couenia / y siendo embalsamada y metida en vna caxa de oro: con todas las clerezias: y co gra pompa fue enterrada, enla Capilla} {CB2. delos emperadores. Y bueltos al pala- cio: dexadola enel lugar de su perpetua morada: se boluieron ta acompan~ados tristeza: q mas no podia ser: lo qual no faltaua enla Ciudad: que no auia ay tal hobre ni muger q xerga no truxesse. Don Florisel se entro en vna camara: y comec'o de nueuo su llato: pero a aque- lla sazon entraron por la camara todas aquellas sen~oras acompan~adas d due- lo. En especial la reyna sidonia, que to- dos se espantauan delo que auia hecho La qual sentadose sobre vn estrado de- lante del lecho de do florisel: y las otras sen~oras alli ala redonda: comenc'o a de- zir. Soberano principe muestrese aqui vuestro generoso corac'on: en tal golpe dela enemiga fortuna: como aqste. Mi- rad mi sen~or qu[ ]es mundo q con tal co- dicion recebimos vida co que auemos de dexar la, quado a Dios pluguiere, no querays ser homicida de vos mi sen~or: mamparaos co el duro y nuca domado escudo de vuestro corac'on: d tal golpe y tomadlo en paciecia. Muchas otras cosas le dezia aqllas sen~oras: pero mi- entras mas le dezia mas tristeza sentia en su corac'o. y como mejor pudo come- c'o a dezir. Mis buenas sen~oras: que es- fuerc'o es el q ha de bastar: a rescebir ta rezia prueua: ni que escudo ta fuerte / q no sea rajado con ta mortal golpe: q to- do el corac'on me ha abierto por medio sin remedio d jamas se sanar. Y coestas y otras muchas cosas: llorado siempre ta gra perdida. Passaron consolado to- dos a do Florisel: aunque mas auia de ser cosolados: segun de todos la prince- sa era amada. Hasta que acontecio lo q agora oyreys. {RUB. % Capitu .xxxj. como tuuieron nueua cierta dla venida de los enemigos: y como se aparejaua para recebirlos.}} [fol. 33r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxiij.} {CB2. {IN4.} TAnta era la tristeza que e to- dos reynaua que no solame- te las fiestas cessaro y los cre- cidos torneos q se auia d ha- zer. Pero aun las bodas tabien solo en lagrimas gastaron mas de vn mes. Al cabo del qual aporto vna galera al gra puerto de costantinopla de ginoueses. Los quales dixeron que ya el Rey de ruxia auia partido de su puerto con tal armada que la mar mas de veynte legu- as tomaua: lo q<>l oydo por aquellos al- tos principes no poresso mostraron pu- to de[ ]pauor antes mostraron grandissi- mo animo y luego madaron entrar to- da la gente enla ciudad. Assi del impe- rio como los dela reyna Sidonia que bien setenta mil caualleros seria: todos bien armados / delos quales hizieron tres hazes. La primera lleuaua do flo- risel de niquea: conel principe don Ro- gel: y ajesilao / y el Principe Don Ro- gel La segunda lleuaua el principe ana- xartes co el (el) excelente principe do fala- ges / con el yua su muger la preciada Alastraxarea, y don florestan: y don ar- langes d[ ]espan~a con otros muy precia- dos caualleros. La tercera haz lleua- ua el esforc'ado rey amadis: coel empe- rador amadis y coel emperador espla- dian y lisuarte de grecia con veynte mil hombres, y otros muy preciados Ca- ualleros. Assi del imperio como auen- tureros de gran estima. Sen~alando les a cada vno la vadera q auian de seguir: y donde auian de acudir. Esto hecho madaron alos peones fortalecer mas los baluartes, y por dedetro delos mu- ros, las mas cercanas casas llenas de pez y Resina y poluora y azeyte y enci- ma d grades fossas calderas llenas de- llo pa echar lo hiruiendo sobre sus ene- migos / enlos combates. Assi mismo fortaleciero las naos d tiros d poluora dardos: piedras y flecheros y d grades garfios / faziedolas llegar ala parte do} {CB2. la mar batia enel muro: porque sus ene- migos no les hallasen desapercebidos y esto hecho se pusieron a guardar los como agora contaremos. {RUB. % Capitu .xxxij. Como se ebarcaro los paganos y como vinie- ron camino de costatinopla y como lle- garon a vista dellos / & como el puerto les fue defendido & la gete q de ambas partes murio.} {IN4.} AL principio desta gran histo- ria os contamos como el rey de ruxia se aparejaua con tan gra hueste y los Reyes cali- fas y tamorlanes que en su fauor vinie- ron que de Reyes sin otros grandes se- n~ores auia passados de ciento y seten- ta que no guardauan otra cosa / sino el fauorable tiempo: el q<>l al cabo de veyn- te dias les hizo tal qual auia menester. y metidos en sus naos con tatas rique- zas q<>ntas jamas jutas se[ ]viero, tomaro la via de costatinopla: passadas d ocho mil velas de diuersas maneras. E siedo les siepre el vieto fauorable vna man~a- na llegaro ante aqlla gra ciudad / ya q febo sus hermosos cabellos comec'aua sobre el mudo a esteder co tatas formas d ystrumetos y tiros d poluora q la mar se hudia y vna gra piec'a antes d consta- tinopla: esperaro todas las vnas alas otras. Lleuado la dlatera el Solda dela gra burgaria conel d pilapela q era almirate dl armada. Pero a esta sazo no estaua mucho d vagar aquellos es- forc'ados p<>ncipes, antes con sus hazes muy ordenadas: llegaron ala playa a- la sazo q en infinidad d barcas los ene- migos qria saltar en trra: y comiec'a ala- c'arse tatos dardos: y saetas q la lubre del relubrate sol: amanera d[ ]espesso nu- blado q<>taua: cayedo infinitos muertos y heridos: po en aqlla sazo los dlas bar- cas llegaro a tierra y los vnos por salir los otros por dfender les la salida vie-rades} {CW. e} [fol. 33v] {HD. Dozeno +} {CB2. vna dlas turbadas batallas: po como aqllos ta esforc'ados caualleros estuuiessen por caudillos como Escudo y maparo dlos suyos: mataua tatos de los paganos q vn muro o dfensa ala o- rilla tenian fecha. Alli vierades los gol- pes del estremado don rogel: alli del es- forc'ado ajesilao q no daua golpes q no matauan cauallo o lo dxauan mal heri- do. Pues dlos golpes de don florisel / no ay q cotar q tato se metia en sus ene- migos q bie pescia no temer la muerte dado ta terribles golpes q alos enemi- gos atemorizaua y alos suyos ponia e- bidia y esfuerc'o pa qrer fazer otro tato pues don filisel y don briages no ay pa q contar lo q fazian los sen~alados gol- pes q dauan sino que naturalmente pa- recia el alto sen~or darles esfuerc'o pa fa- zer lo: pues querer cotar por esteso lo q cad(o)[a] vno hazia, seria hazer vna historia muy sin fin. Basta q solos setenta mill caualleros bastaua a vedar el puerto a toda la mitad delos enemigos que pa- ssados de quinientos Mil hombres se- rian sin peones que numero no tenian po viedo el rey d ruxia que era ya passa- do d medio dia fizo la otra mitad d na- ues que coel estauan: que passadas de cinco mil serian que llegassen a otro pu- erto: que legua y media de aquel era: y salidos en tierra: tomaron la via d cos- tatinopla a tpo q los enmigos q alli a- uia qdado ya q<>nto se auia retirado con las barcas: el rey bultasar comec'o a ferir elos xpianos por las espaldas q mas d xx. mil hobres mato antes q pudiessen tornar sobre si: y en tato los dlas naos en infinitas barcas saliero en tierra: to- mado los en medio: q cierto si por aq- llos extremados caualleros no fuera no ay dubda sino que todos murieran Pero solo ellos eran los q dauan es- fuerc'o alos suyos y eran como Escu- do y mamparo / pero era tanta la multi- tud delos enemigos que mal q les pe-so,} {CB2. se retruxeron hasta las puertas dela ciudad: sufriendo tanto aquellos prin- cipes y caualleros que no parecia ser si- no de hierro. Segun los muchos gol- pes dauan y recebian: sin jamas sentir puto de flaqueza: pero el esforc'ado rey amadis como aql en quien sobraua el es- fuerc'o: porque segu todos los historia- dores comunmete dizen. Ninguo dsus fijos se le ygualo en bondad ni esfuerc'o boluiedo pues a nro proposito. Vien- do el rey amadis cerca de si al rey de pi- lapela. Se fue pa el y comiec'a lo a[ ]car- gar de tantos y tales golpes que lo hi- zo desatinar pero alli le mataron el Ca- uallo. Y viedo que yua a caer dio tal gol- pe al rey que la cabec'a conel yelmo fue hecha dos ptes y apie con su espada en la mano se puso a dfender: faziedo dlan- te d si vn corro de gete que no podia lle- gar a el. A esta sazon todos los princi- pes se entraron detro dela ciudad sufri- endo gra trabajo coel ayuda que dlos muros recebia y siendo detro fallaron menos al esforc'ado rey amadis de gau- la. De que recebieron todos gran tur- bacion: jurado si muerto fuesse d vegar muy bien su muerte. A esta sazon les vi- niero a dezir delos muros q vn caualle- ro solo etre todos sus enemigos estaua peleando / y que no sabia quien podria ser luego todos aqllos esforc'ados prin- cipes y caualleros. Que passados de cincuenta serian / sin querer otra gente ((hechos todos vna Batalla)) salieron por la Puerta dela Ciudad contra los enemigos. Ya que la Diosa Noturna queria al mundo alumbrar no sin gran sospecha ser aquel el muy esforc'ado rey Amadis. Lleuando la delantera el em- perador Esplandian y Amadis de gre- cia y Lisuarte / con don Florisel y Aje- silao y Don rogel con Anaxartes / & la pciada reyna alastraxarea y do falages y el principe anasta(xar)[rax] q a pesar de sus enmigos fuero por todo el campo fasta} [fol. 34r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxiiij.} {CB2. llegar donde el sin par rey amadis esta- ua: tal que la espada la mano no podia rodear de cansado teniendo vn Muro de hombres muertos delante de si que no poca ayuda para con los Cauallos le fue: lo qual visto por el principe aje- silao se arro(~)jo de cauallo abaxo y to- mado al rey en sus brac'os lo puso so- bre su cauallo: coel ayuda de los otros principes / q no sabria hobre dezir los golpes q daua que no auia ninguo que no matasse cauallero de cada golpe: v- nos hendidos por medio: otros atra- uessados ((como no trayan armas)) tan fuertes y a pesar delos enemigos soste- niedo gran trabajo pudieron llegar al reparo delos muros, a sazon que la no- che del todo auia cerrado. Muy ale- gres por auer librado al rey y metidos detro los enemigos se retiraro por en- teder elo que les cumplia: y los princi- pes pusieron muy buenas guardas en los muros y alegres por no faltar caua- lleros delos principales auque hartos delos otros muriero: se fuero para los palacios dode fueron desarmados: por manos de aquellas sen~oras y curados de sus llagas por buenos maestros. En especial el rey amadis que estaua muy mal ferido como aquel que sufrio mas trabajo: que jamas cauallo sufrio lo q<>l dxaremos por cotar lo q los enemigos fiziero dspues de passada la batalla. {RUB. % Capi .xxxiij. como vuieron los enemigos su consejo de co- batir la ciudad / & como se aparejauan pa el combate. Y assi mismo los dla ciu- dad: & como fue dado el combate y co- mo fueron resistidos por los de dentro y lo que mas acontescio.} {IN4.} VEnida la noche muy escura como auemos dicho: los ene- migos se retruxeron del com- bate muy tristes por el estra- go q los suyos auia recebido y d algu-nos} {CB2. grandes sen~ores que auia sido mu- ertos y luego acabaro de salir delas na- os toda la gete y comenc'aron assentar su real en torno dela ciudad que toda la cercauan ((ecepto por la mar)) dode fue- ro puestas tatas y ta ricas tiendas, ten- dejones: alfaneqs / choc'as. Que era cosa espatosa / porq por cada cabo q el real tomassen tenia tres leguas d acho y todos los peones lo fortalecieron de baluartes / contramuros / b(e)[a]stiones, y cauas: q puesto q fuessen tatos no lo pu- dieron hazer ta presto q primero no pa- ssassen tres dias q enllos en nada no se entedio: sino en curar delos heridos al cabo delos quales el rey de ruxia man- do llamar a su tieda como capita gene- ral a todos los grades sen~ores dla hues- te: los quales vinieron. Y sentado cada vno segu su estado conuenia / el rey de ruxia comenc'o a dezir. Esforc'ados se- n~ores del paganismo Reyes: soldanes tamorlanes: califas. Aqui ayutados / bie sabeys nuestra venida a estas par- tes aque fue que es a dos cosas. La pri- mera y principal por ensalc'ar el nobre de nuestros Dioses. Y la segunda a to- mar vengac'a de nuestros enemigos los principes griegos que no ay aqui tal q pariete suyo: o padre / o hermano: o su propia persona no aya sido muerta: ve- cida o dsonrada y pues a esto fue nra ve- nida. Conuienenos hazer de arte q a e- llos dexemos castigados y a nosotros veguemos y alos por venir sea exeplo y a ellos[ ]escarmieto: poresso sen~ores her- manos mios ruegoos vros peceres me deys dlo q se dua hazer. Todos diero la mano al rey d cac'ana como mas ancia- no: el q<>l leuatadose en pie comec'o a de- zir. % Si la fama soberano principe y principes en su trra cada vno pudiera ganar. No ay dubda sino que el venir aqui con tanta pujanc'a: fuera escusado pero pues auemos elegido / antes la vi- da trabajada dla guerra que la holgan-c'a} {CW. e ij} [fol. 34v] {HD. Dozeno. +} {CB2. dela paz solamete en mi nombre y de todos estos sen~ores te pedimos q nos pongas dode nras[ ]fuerc'as y el desseo d nras vengac'as podamos[ ]executar y co esto se[ ]sento. El rey de ruxia les rindio las gras dlo q auian dicho: y luego alli ordenaron el combate: y fiziero los ma- yorales del y dela manera q auia de ser Salidos[ ]de cosejo / luego se apregono por los reales q todos se apejassen pa- ra el combate del siguiente dia. No me- nos cuydado tenian nros buenos prin- cipes enla ciudad d defenderse porque sabido por las espias lo que passaua fi- zieron aparejar todas las dfensas dlos muros. Assi de peones como de caua- lleros: y ala puerta aguilen~a fue puesto don rogel y ala puerta del pozo Ajesi- lao: co diez mil caualleros pa socorrer alas necessidades. Pero no porque pen- sassen salir fuera contra la multitud de sus enemigos, confessandose y comul- gando todos los que lo podian hazer esperauan al siguiente dia. El qual veni- do, ya que las lubrosas estrellas auian dado su claridad al mudo: por la buel- ta de febo que tornando a boluer con nueuos matizes las nuues pitaua. Aui- endo se leuatado la hermosa Aurora d cabe su viejo marido, comenc'aua a ha- zer arreboles. Reberuerando enlas co- cauidades del primer cielo. A esta ho- ra pues se[ ]leuataro todos los reyes pa- ganos. Armados de ricas / fuertes y muy luzidas[ ]armas sobre[ ]poderosos ca- uallos: acaudillando su gente. Que e- ra tata q hazer la en batallas era impo- sible: y en bue son Se fueron contra la ciudad: lleuando quinientos elefantes con castillos de madera en cima de si: y sobre los Castillos yuan en cada vno veynte hombres bien armados: con ar- cos fuertes enlas manos. Pero no ha- llaron alos de dentro desapercibidos antes con toda voluntad d defender su Ciudad y vender bien sus vidas. y lle-gados} {CB2. los enemigos comiec'an vna llu- uia de saetas que la claridad al sol q<>ta- uan, aun que muy respladeciete ala sa- zon estaua co su espessura: pero q<>en pe- or lo passaua era los de fuera: por cau- sa dl reparo delos muros y si algu dan~o rescebian era delos castillos que junto ala caua estaua luego los peones pa aq- llo deputados: que mas de quatro cien- tos Mil serian. Comienc'an a echar tie- rra: y palos y otras cosas por cegalla y los Christianos por defender que no la cegassen comienc'an vna muy braua batalla. Cayendo tantos delos peones muertos que eran gran parte para q la caua se cegasse: pero tanto no pudieron fazer que la caua no fuesse cegada y los Elefantes llegaro por aquella parte co los castillos yguales conel muro. Ta- to que peleauan co las espadas que ci- erto la Ciudad fuera entrada: si por el fuerte don Florisel y los otros Princi- pes no fuera: que cada vno con mil ca- uallos. Andaua socorriedo a do auia necessidad: q<>tando vnos y poniedo o- tros que ala sazon q los elefantes llega- ron al muro aportaron aqlla parte don rogel y el principe ajesilao: los quales juntos comienc'an a hazer tales cosas que mas de mil hombres que enl muro estauan subidos dlos enmigos los ma- taron todos con ayuda de sus caualle- ros. Pero que va que por las puertas d los castillos subian tantas gentes que no hazia mengua los muertos, porque no todos podian pelear / sino solamen- te los que estauan de delante. Mas a- quella sazon llego alli el muy Esforc'a- do emperador Espladia, con Lisuarte de Grecia. E haziendo tomar dela pez y resina que todo heruia en muy gran- des calderas la lac'aro por aquella par- te sobre los Elefantes. Los quales co- mienc'an a hazes tales / y tan grandes vascas / que los hombres y los Casti- l[l]os echauan muy lexos de si. Lo qual} [fol. 35r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxv.} {CB2. visto y la gran destruycio q fazia los de detro hazen llegar muchas Escalas al muro. Pero los que las trayan y ellas con grandes cantos eran muertos: tan encedida andaua la pelea q muchos de ambas partes morian: aun q mas fal- ta hazia vno dela ciudad que ciento del real. A esta sazon no estaua de vagar la flota ante como muy bien guardada y so el mamparo delos muros estuuiesse echaua algunas delas cotrarias naos al fondo: defendiedose co gran Animo echado muchas granadas d Fuego so- bre sus enemigos que mas de cien naos ardian: que si[ ]no tuuiera auiso de barre- nallas[ ]todas fuera qmadas. A esta sa- zon el combate estaua en su mayor vi- gor y fuerc'a q cierto bien q<>sieran aque- llos preciados caualleros poder salir asus enemigos, mas que no estar alli en- cerrados. Mas la gente delos contra- rios era tanta: que no podian cuplir su volutad. El rey d ruxia q[ ]vido la gra ma- tanc'a q enlos suyos se fazia. Mando lle- gar las mantas y que picassen el muro Las quales venian sobre ruedas de hi- erro, y con gruessas vigas y planchas encima de baxo venian treynta mill ho- bres piqueros con picos enlas manos los quales se juntaron con el muro que aunque les[ ]quisieron hazer dan~o del no pudieron y los piqueros comenc'auan a picar el muro ta fuertemente que me- nos de vna hora dieron co vn lienc'o en el suelo, y tomando debaxo la mata: y q- brado las ruedas sobre que se sostenia mato mas de seys mil psonas. Lo q<>l vi- sto del real / acudio luego alli el rey de cac'ana co quareta mil hobres: po por de dentro acudiero aquellos principes sobresalientes co diez mil hombres: y comienc'ase abiuar el cobate en tal ma- nera que infinitos delos enemigos que auian entrado y querian entrar murie- ro que mas[ ]fuerte muro hallaron enlos corac'ones d aquellos preciados caua-lleros} {CB2. que no enlos dela ciudad por fu- ertes que eran: tantos eran los[ ]que mo- rian que quasi el Portillo estaua tapia- do: pero el rey de cac'ana ((que gigante era)). Tomando vna mac'a de fierro en la mano, se va para los caualleros: di- ziendo. Quitad catiuas criaturas ve- reys como yo solo basto a etrar ela ciu- dad y quitar la vida a esta catiua gete q tanto se nos defiende. y passando dela- te de todos: quiso entrar por el portillo Pero el fuerte Ajesilao se le puso delan- te y guardandose de vn golpe quel Gi- gante le yua a dar con mucho tiento. Le dio tal golpe quel yelmo aunq de fi- no azero era y muy gruesso fue hedido y la cabec'a juto conel hecha dos peda- c'os: y cayo enel suelo y co aquel golpe los enemigos cobraro gra temor y los christianos mucho animo. Tanto que mal que les peso los arredraron dl mu- ro: y tambien por que febo queria escon- derse y acabar su jornada. Quitando les la lumbre que hasta alli para poder pelear les auia dado. Lo qual visto por los enemigos se retiraron a su real con gran perdida de su gente q por mucha que era no hazia mengua alguna aunq tristes porel Rey de cac'ana que murio y por otros grades sen~ores y luego fue alc'ado por rey de cac'ana vn fiero giga- te: hermano del otro con muchas tron- pas el qual luego juro en su ley de ven- gar la muerte de su hermano: y assi se fu- ero poniendo buenas guardas a repo- sar aunque los del Real poco miedo te- nian alos de dentro confiado en su mu- chedumbre. Lo qual enlos de dentro era al contrario que mas en dios tenia su confianc'a q no en su fortaleza. Los quales viendo a sus enemigos retray- dos del cobate. Antes q se desarmassen cerraron el portillo fuertemente y alos cabos mas Flacos pusieron valuartes cauas: y cotra muros lo qual hecho. Se fuero alos palacios dode fueron desar-mados} {CW. e iij} [fol. 35v] {HD. Dozeno. +} {CB2. por mano de aquellas sen~oras que todo el Dia auian estado en ora- cion y curados de sus llagas se echaro en sus lechos. Lo qual ajesilao y Don Rogel no hiziero: antes toda la noche passaro en visitar todas las estancias, y poner recaudo alos Lugares flacos del muro con gran vigilancia y en fazer enterrar en grades fossas los christia- nos muertos en lugares sagrados has- ta que venido el siguiente dia acotescio lo que ahora oyreys. {RUB. % Capi [.]xxxiiij. como los Christianos[ ]dieron sobre los paganos de noche: y del estrago que enellos hiziero.} {IN4.} EN todo el siguiente dia no se entendio enel real delos pa- ganos, sino en eterrar los mu- ertos: y curar delos heridos que muchos eran: con mucha priessa y lo mismo fazian enla ciudad. Pero co- mo los fuertes animos de[ ]aquellos se- n~ores: no consintiessen estar cercados. Antes desseassen morir peleando enel campo: luego entraron en cosejo sobre lo que deuian hazer. Y fue acordado q siendo de noche se armassen los que pu- diessen tomar armas, y fuessen a dar en el real por tres puertas hechas tres[ ]ha- zes de sus getes: que por sus copias te- drian passados de quareta mil caualle- ros sin mucha gente de pie. Lo qual as- si concertado con mucho silencio man- daron a[ ]cada capitan menor q se junta- ssen con sus sen~as mayores y que Don Rogel y don Brianges saliessen por v- na puerta con diez mil caualleros y por otra puerta do florisel y Ajesilao y don Falanges con la preciada Alastraxa- rea por la otra puerta. Salieron Ama-dis} {CB2. de Grecia / y Anaxartes / y Don Arlanges d[ ]espan~a: con otros muy pre- ciados caualleros. Y esto assi concerta- do cada vno se aparejaua d lo q mas a- uia menester / esperando la noche. La qual venida con la escuridad que para execucion de todo aql hecho conuenia a aquellos esforc'ados Principes / en buena ordenanc'a: salieron por dode te- nian concertado. Lleuando con sigo muchos ystrumentos y muy callada- mente fueron hasta que amadis de[ ]gre- cia sin ser sentido. Llego a dar enel real con tata furia que no vuo ay tal que no matasse mas de seys hombres. En espe- cial aquel preciado principe Anaxar- tes, que desdichado era aquel que en sus manos caya y no menos el que en- las de Don Arlanges de espan~a su pre- ciado hijo que juntos andauan pues el emperador Amadis no ay que hablar sino que destruycion era de sus enemi- gos. Los quales quando en si tornaro auian recebido gran dan~o: pero los ca- pitanes Paganos que los sintieron. Mandando tan~er sus An~afiles en vn punto se juntaron mas de dozietos mil hombres. Pero ala sazon que reconos- cieron quan poca gente eran: y fueron a dar enellos llego don rogel y don bri- anjes que por la puerta del drago auia salido con tan gran estruendo de trom- pas que vn gradissimo exercito parecia Tomado los por las espaldas: faziedo enllos vn muy grade & incurable dan~o esto sin salir ninguno de su ordenanc'a Pero don Filisel que vido vn Jayan que vn Cauallero auia muerto. Se fue para el, y el Jayan le dio vn fuerte gol- pe que mucho lo aturdio. A esta sazon llego por alli el principe don Rogel de grecia con la espada y armas tintas de sangre delos muchos enemigos que a- uia muerto / viendo al Principe Don filisel de motespin su cormano en tal pe- ligro ((como mucho lo amasse)) dixo.} [fol. 36r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxvj.} {CB2. Quitaos a fuera mi buen cormano di- xo Don Rogel dexadme conesta bestia y diziendo esto le dio vn golpe muy car- gado: po viendo que no era tiempo de a- lli se detener. Alc'andose enlos estribos le dio vn tan fuerte golpe sobre el hom- bro en descubierto del escudo q todo a- quel quarto fasta el corac'on le abrio. Y metiendo se entre los otros co los prin- cipes ((quen su compan~ia venian)) hazia grande marauillas. Pero a esta sa- zon ya acudian alli muchos delos E- nemigos & la gente de don Rogel se re- traya: si don florisel conel excelente aje- silao y el soberano anastarax & don Fa- lage y alastraxarea no allegaran co su haz tomando les de lado: haziendo tan- ta matanc'a enellos que no vuo tal que dos o[ ]tres no matasse: derrocando tien- das: poniendo fuego por donde podian Tanto que los enemigos aunque mu- chos mas eran / viendo se acometidos por tantas partes: no sabian donde se a- cudir: tan turbados andauan. Lo qual conoscido porel rey de ruxia, apartan- do se a vna parte. Hizo tan~er sus an~afi- les haziendo juntar alli su gente que fu- eron passados de seyscientos mil hom- bres / lo qual conocidos por los capi- tanes christianos cada vno toco vna tro- pa qu[ ]era sen~al de recoger y co muy bu- en son. Hechos todos vna haz se bolui- ero camino dla ciudad co muy bue son peleando con los enemigos hasta q de los Muros comenc'aron a llouer otro Mana mas agro quel que dios embio alos judios enel desierto haziendo los algo retraer. Especialmente por la vir- tud de aquellos preciadissimos Caua- lleros: los quales eran escudo delos su- yos / y temor delos enemigos: y assi se metiero por las puertas, cerrando las con sus alamudes. Matado desde las torres mas de mil hobres dlos cotrari- os. Los otros se boluieron a su real co gran enojo del dan~o que auian recebi-do} {CB2. haziendo juramento de no parar fa- sta que ouiessen metido a todos los de dentro por el filo del espada en especial los parientes de aquellos Jayanes q mas de diez auian sido muertos lo qual auia porel contrario enla Ciudad que no faltaron quinientos Caualleros de los que auian salido y ninguno delos preciados y poniendo las guardas ne- cessarias: se fuero a reposar vn poco: ya que queria amanecer siedo rescebidos de aquellas sen~oras con tato amor q<>n- to podeys pensar: muy alegres del ven- cimiento esperando el socorro que les auia de venir para dar les batalla. Lo qual todo dexaremos para su tpo por contar lo que los enemigos hizieron. El siguiente dia: el qual venido los ma- yores Capitanes, entraron en consejo y al cabo de diuersos pareceres. El nue- uo rey de cac'ana se leuanto en pie. Y di- xo. Altos y poderosos reyes bien sabe- ys todos las continu(i)as injurias: q yo & los d mi linaje auemos dstos christia- nos recebido, sin jamas auer auido ven- ganc'a alguna. E assi mismo veys la in- finidad de muertos que ay. Mi pares- cer seria embialles a pedir treguas: por quatro dias: porque yo tambien quie- ro hazer vn desafio por mi & por mi cor- mano Modrago a dos dlos christianos si osaren aceptarlo. A todos les pares- cio bien el consejo del rey: viendolo tan grade / & dessemejado que por alta que fuesse la tieda mas alto era el & su corma- no no menos. Pero aun mas valiente que el: al rey llamauan Monleo y a su hermano Mondrago el feo: porque te- nia las vn~as delas manos tan tajantes como vn leon: que muchas vezes auia hecho Pedac'os vn Hombre Arma- do coellas & luego llamaro a vn enano del rey de ruxia muy feo y dadole el rey de ruxia vna carta de creencia para las treguas con las seguridades acostum- bradas. Y el Rey de Cac'ana Monleo} {CW. e iiij} [fol. 36v] {HD. Dozeno +} {CB2. otra carta para lo dela Batalla con las seguridades y comission de concertalla Poniendo en vna vara vn pan~o Blan- co. Se fue para la Ciudad y luego le fue abierto y diziedo que queria fablar alos capitanes. Fue lleuado al gran pa- lacio: a sazon que todos estaua muy ale- gres por lo que la noche antes auian he- cho, el enano entro & sin hazer mesura ninguna comenc'o a dezir. % El gra rey de ruxia: que dios salue y guarde empe- rador de constantinopla, y trapisonda: con todos los reyes paganos / os man- da por mi dezir quel por alargar mas vuestras vidas: os q<>ere alargar ocho dias de vida. Por los quales pone tre- guas: si soys dello contentos. Para cer- tinidad dlo qual leed essa carta: la qual leyda: vieron que era de creencia. Ami- go dixo el Emperador Esplandian. Vos podeys esperar mietras auemos consejo: y salido el enano. Al cabo de al- gunos pareceres: fue determinado que las treguas se otorgassen / y madando llamar al Enano del Rey de Ruxia le dixero que ellos otorgauan las tregu- as: mas por que viessen ellos en quan poco los tenia que por otra cosa. Ago- ra lo vereys dixo el Enano, y dando o- tra carta de desafio: que era del rey mo- leo: y diziedo al enano que dixesse lo q quisiesse comenc'o a dezir. El gran giga- te monleo y su valiete cormano modra- go el feo. Os madan dezir q si ay entre vosotros algu bue cauallero: o dos / o tres juntos que cotra cada vno dellos ose tomar capo q estara man~ana con la seguridad dla tregua esperado la bata- lla ante esta ciudad: dode no, creera q por miedo no osays salir. Amigo dixo el rey amadis dzid a vro sen~or q su nobre poco nos espata: alos q sus obras aue- mos prouado q si el viniere no faltara q<>en le respoda: y co esto se fue el enano dla sala a su real dode llegado. Y dada la respuesta dlas treguas. Todos passa-ro} {CB2. aql dia en aderec'ar lo q mas couenia Assi en sus psonas como en sus reales. {RUB. Capi .xxxv. como pa- sso la batalla etre el gigate moleo: y aje- silao y el gigate modrago & do rogel y los gigates fuero muertos, y lo q auino} {IN4.} AL tpo q faeton la merced a su padre Febo de sus dorados rayos auia pedido: siendo le cocedidos los cauallos indo- mables qria domar. No vsando d sus a- monestamietos, enl vsurpado oficio de febo muy rutilate se qria mostrar: q<>tan- do[ ]la escuridad dla diosa noturna / da- dora del suen~o. Mostrando las flores su hermosa color a todos los mortales se leuantaro los cauallos paganos el rey d cac'ana y su cormano y armados d ricas y fuertes hojas d azero: caualle- ros e dos elefantes muy ligeros: acopa- n~ados d todos los sen~ores moros se fue- ro a poner ante la ciudad. Y el rey tomo vn gra cuerno d marfil, & tocadolo ta te- rriblemete q claro enl imperial palacio se oya comenc'o a dezir. Si ay algun ca- uallo q q<>siere salir a[ ]pelear comigo y co mi cormano: aq<> estamos enl capo & si[ ]no osays. Por hercules os juro d pfac'aros por el mudo. Salga aq<> el que ami hro el rey ata gra traycio mato pa[ ]tomar dl algua pequen~a veganc'a. Todo lo qual siedo oydo por aqllos principes do ro- gel y ajesilao. Fuero armados de ricas y fuertes armas: aunque co harta pena de diana y leonida por verlos yr en tal peligro & acopan~ados d todos los otros cauallos q no estaua feridos saliero ala puerta dla ciudad, y les fuero puestos los yelmos a ajesilao le pusiero el dl dia- mate q d lisuarte era. Porq como ela se- tima pte dsta historia se dixo: tenia muy grandes ppiedades allende d su riqza: y a Don Rogel otro no menos bueno que Esplandian gano enla pen~a dela dozella encantadora: como enlas ser-gas} [fol. 37r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxvij.} {CB2. y quinta parte se conto: y toman- do dos fuertes lac'as y escudos de fino Azero: muy marauillados dela grande- za delos gigantes: q aunque cada vno dellos muchos vuiesse muerto: ningu- no ygualaua ala estran~a gradeza dstos en especial Mondrago que mucho ma- yor era q su cormano. Cotra el endere- c'o don Rogel: y llegandose passo a pas- so a ellos. Ajesilao dixo contra los Gi- gantes. Si el precio de vuestras vidas gigantes quereys comprar co vuestro proprio prouecho yo os certifico de to- maros por amigos boluiedo os ala fe d nuestro sen~or jesu christo: donde no, de- baxo del amparo de nuestra propia ju- sticia protestamos dexar vuestros cuer- pos eneste campo para mantenimieto delas fieras bestias y Aues del Cielo. Mucho has hablado dixo mondrago mas dime por tu vida si eres juglar en- tre los christianos o pedricador suyo / q por mis dioses te juro q por la gra co q lo dizes ates te haga mercedes q dan~o alguno. Dexaos desso dixo Ajesilao q si somos juglares o no agora lo vereys y boluiendo sus cauallos se hiziero ya quato a fuera: y los del real comenc'aro a dar gra grita, pensando q huyan: de q los principes rescibieron tanto enojo q boluiedo se a sus enmigos co sus lac'as mouiero para ellos. Lo mismo hiziero ellos sobre sus elefantes sus lanc'as ba- xas: y no falta[]do ninguno de su encuen- tro Monleo encotro Ajesilao de tal su- erte q vn troc'o de lac'a le echo dela otra parte: pero auino le bie q fue por entre las armas, y el cuerpo aunq algun tato le llego / pero el encotro a su contrario d[ ]tal suerte q falsandole el escudo le me- tio vn pedac'o d asta por la loriga aun q no llego ala carne, pero del gran encue- tro el cauallo de Ajesilao fue muerto, y el elefante tropec'o enl y dio co su sen~or tal cayda q cayendo sobre el troc'o dela lac'a lo llago muy mal. Lo mismo auian} {CB2. hecho do Rogel y Mondrago enel ca- mino encotradose don rogel y su caua- llo viniero al suelo: ya quato llagados enel lado derecho dela lac'a del gigante pero el gigate hizo lo mismo co la fuer- c'a del encuetro: leuatadose todos qua- tro se va los vnos para los otros echa- do mano los gigates a dos grades ma- c'as de hierro: y los cauallos asus espa- das y comiec'a vna aspa y descomunal batalla, porq era tantos y tales los gol- pes q los gigates daua: q si alguo alos Principes a[+]certara la fineza de sus ar- mas[ ]no prestara: ni los yelmos ser encan- tados para q juto co las cabec'as fuera hechos mil piec'as. Pero ellos andaua co[ ]tato tiento saltando a todas partes / q dos aues parescia aquien los miraua segu su gra ligereza cada vno por estre- marse mas quel otro: hiriendo a sus co- trarios por dode mejor podia trayedo los tan atormetados con los grandes golpes q auia dado co las mac'as en va- go echando espumarajos por la boca porq bie auian ellos pesado de vn solo golpe acabar su batalla. La q<>l auia cer- ca de dos grades oras q era comec'ada sin auer mas mejoria: dela ligereza dlos principes, mas q los otros gigates tra- ya: lo q<>l visto por Mondrago penso dar vn golpe a do rogel, y el hizo finta delo aguardar / viendo lo decedir no tinien- do tato lugar d se guardar: tedio la ma- no coel escudo sacando solamete la ca- bec'a: el golpe fue tal q lo hizo infinitas rajas: y el brac'o de do rogel dl gra gol- pe quedo adormido: y la mac'a decedio ala rodilla dl gigate q sela fizo pedac'os no pudiedo tener la pierna hinco la en el suelo: y echando espumarajos por la boca renegando de sus Dioses arrojo la maza: y metio mano a vn gran cuchi- llo que solo por vn cabo cortaua de gor- dura de vn palmo y medio, y comenc'o lo a esgrimir cotra do rogel echado hu- mo por la visera: diziedo no me fara los} [fol. 37v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Dioses oy tato mal q no tome esta peq- n~a venganc'a de ti le quiso dar vn golpe Pero don Rogel desuiando se y a qua- to dexo passar el desuariado golpe / y d toda su fuerc'a hirio al gigante con su es- pada sobre el yelmo / y la espada fue he- cha tres pedac'os: quedando le la em- pun~adura enla mano, ya podeys pen- sar la tristeza que porello todos aqllos principes sentirian: sino que se consola- uan con que el gigante, conel gran gol- pe dela Mac'a no se podia menear de hincadas las rodillas, pero sin compa- racio fue la tristeza de aquellas sen~oras en especial dela Infanta Leonida vie- do lo sin espada. Mas el que par en li- gereza no tenia, en vn puto fue a tomar la gran Mac'a del Gigante: y buelto lo comienc'a a cargar de tales golpes con ella que lo traya desatinado / y querien- do dar fin a aqlla cruel batalla alc'ando se sobre los pies: dio tal golpe al gigan- te que dio conel de espaldas desacorda- do / & yendo sobre el le quito los lazos del yelmo y tras del la cabec'a co su pro- prio cuchillo: y sentandose muy cansa- do sobre el cuerpo del Gigante: viendo a Ajesilao andar toda[+]via en vna gran Batalla conel rey Monleo: sin poder se vencer guardando se con tanto tieto como vn gauilan delos duros golpes d su cotrario: que muy fatigado andaua viendo que no podia cumplir su volun- tad, y tomando la mac'a con ambas ma- nos dio tal golpe a ajesilao sobre el yel- mo que si[ ]no estuuiera algun tanto can- sado el brac'o dela Mac'a / y el yelmo no fuera tan bueno sin dubda ninguna muriera: pero no pudo ser tan poco que fuera de todo sentido no fuesse al suelo con gran angustia dela reyna Sidonia y dla hermosa Diana que siempre auia junto con las otras Princesas estado mirado la batalla que como muerta ca- yo enel regac'o de Niquea / y Sidonia quedo dela misma suerte. Enel dela em-peratriz.} {CB2. Leonorina: pero aquella sazo el Gigante se fue para Ajesilao: y do ro- gel q en tal estrecho lo vido pesando q muerto fuesse, se fue pa el coel cuchillo del otro muerto, pero a esta sazo se leua- to Ajesilao y reconosciedo el estado en que auia estado se fue para el Jaya dizi- endo cotra don Rogel. Sen~or herma- no quitaos afuera dexadme fenecer mi batalla con este Diablo. Lo qual Don Rogel hizo con gran alegria viedo ser biuo que mucho debaxo dl yelmo auia llorado, porque estos cormanos se ama- uan endemasia / segun hara mencion el processo de nuestra historia. Pues bol- uiendo a nuestro proposito queriendo Don Rogel y Ajesilao dar fin aquella batalla, con mucho enojo dlo que auia acaescido hizo finta de esperar al Giga- te vn golpe: y cerrando conel con la es- pada le passo las Hojas de azero / y le echo gran parte del espada por la bar- riga: y antes que el gigate lo cogesse en sus brac'os salio convn reues que todo el muslo le corto haziendo le vna gran herida: que no pudiendo se tener en aq- lla pierna hinco aquella rodilla enl sue- lo echando grandes espan~adas de san- gre por la herida del Cuerpo: y dela pi- erna / y de alli le comenc'o a cargar de tales heridas que mucho lo desatinaua aunque co vn cuchillo enla mano echa- do la mac'a se defendia: renegado d sus Dioses diziendo. O falsos traydores y que es esto que solos dos christianos ayan hecho lo que cien Caualleros no hizieran. Derreniego de vuestro poder falsos traydores malos fementidos: y diziendo esto assi delas dos heridas co- mo delas otras cayo enel campo muer- to: yendo sobre el el Principe Ajesilao le corto los lazos del Yelmo: y tras de- llos la cabec'a: con tato plazer delos su- yos como pesar delos enemigos en es- pecial de sus gentes: que si por algunos de aquellos reyes no fuera cierto el rey} [fol. 38r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxviij.} {CB2. de ruxia como falso que era hijo de aql Rey Breo en quien vuo toda maldad las treguas se quebrantaran. Pero lue- go el Principe Don Rogel y Ajesilao fueron sacados del Campo por todos aquellos principes con son de muchas trompetas y llegados al alcac'ar: sien- do don Rogel desarmado por mano de la princesa Leonida aquien tanto ama- ua / y Ajesilao dela hermosa Diana / y echados en sendos lechos fueron cura- dos de algunas heridas aunque pocas y de algunos cardenales que trayan / dando don Rogel a[ ]guardar su buena empun~adura de su espada para echarle otra hoja que le emperatriz abra le dio que del Soldan su hermano auia sido muy buena. Lo qual dexaremos por cotar lo que mas acontescio en ambos Reales. {RUB. Capitu .xxxvj. Como auiendo los paganos gran pesar de la muerte delos dos gigantes hizie- ron vn desafio de veynte por veynte y como fue acetado y quien entraro enel de ambas partes.} {IN4.} QVanta alegria tenia enla ciu- dad aquellos altos principes tanta tristeza tenian los ene- migos. Los quales bueltos a su real entraron en su acuerdo en vna tienda para aqllo deputada donde vuo diuersos pareceres: y al cabo dellos no contentando ninguno al rey de Ruxia como aquel que tenia gran san~a, y olui- dando se le como auia sido vencido de don Florisel, leuantadose en pie come- c'o a dezir assi. Altos y esforc'ados prin- cipes no os marauilleys / ni vuestros magnanimos corac'ones reciban pesar si nuestros enemigos han escapado de nras mano pues alas vezes los Dio- ses consienten los hombres ser leuan-tados} {CB2. para que den mayores caydas. Quanto mas que nosotros somos to- dos tatos y tales que nuestros enemi- gos no nos podran durar enel Campo porque alos osados ayuda la fortuna y alos temerosos aborrece de mi dede aq<> os juro de no boluer jamas en ruxia Sino de quedar en Grecia o muerto: o sen~or della y para que ellos vean en q<>n poco los tenemos mientra las treguas dura quiero hazer les vn desafio de ve- ynte de nosotros contra veynte dellos para apocar los / que mientras menos enemigos mas presto cocluyremos nu- estros negocios: & yo quiero ser el pri- mero: todos aprouaron el consejo por bueno: pero no consintieron q el entra- sse enel desafio: diziendo que no era ra- zon que su persona por tan poco interes- se se auenturasse, pero tanto hizo que lo vuiero de cosentir. E luego tomado tin- ta y papel escriuio vna carta q assi dzia. {RUB. Carta.} {IN2.} BVltasar rey de Ruxia emperador de Grecia y Trapisonda y Roma Rey dela gran Bretan~a Gaula y Ro- das sen~or absoluto de todo lo q el alum- brate sol rodea. A vos los constatinos Principes salud embia: para que cone- lla la obligacion de mi venganc'a sea e- xecutada junto con la obligacion que a mi alta sangre soy deudor. Esparziedo la vuestra con mi tajante espada en ven- ganc'a delos dan~os y deshorras: porvo- sotros cometidas contra mi: porq los Dioses delos altos cielos o tiene assi permitido si osaredes hazer lo que os quiero dezir: y sera q queriedo auentu- rar vuestras personas cotra veynte ca- ualleros delos mas principales de mi hueste: siendo veynte de vosotros. Lo qual si osaredes hazer el Campo de mi parte os asseguro: las armas cada vno las que quisiere. El capo ante esta ciu- dad / el dia a vosotros lo dexamos.} [fol. 38v] {HD. Dozeno +} {CB2. % Escrita la carta la dieron al enano: el qual se fue co seguro ala ciudad y lle- gando al gran palacio entrado dentro mirando a todas partes: dio la carta al Emperador Esplandian. El qual auien- do la leydo alto que todas la oyeron / mado salir fuera al enano. Entrado en acuerdo fue acordado que el desafio se acetasse. Y el emperador Amadis d gre- cia tomo el cargo dela respuesta / y to- mando aderec'o escriuio vna carta q de- sta manera dezia. {RUB. % Carta.} {IN4.} AMadis de grecia Principe de los dos soberanos imperios dela gra bretan~a y gaula. &c. En nobre delos soberanos y constantinos Principes. A ti Bultasar rey de Ruxia solamete. Salud para que teniendo la rescibas el pago que tus ds- cortesias merescen / y tu poca justicia demanda: no pudiendo hazer menos q descendiente dela sangre de aquel falso Rey Breo. Dizes[ ]que los Dioses esta enojados de nosotros, essos creo yo & mas principalmete Dios del cielo estar enojado de ti: y poresso te truxo a[ ]cabo donde pagaras tus maldades / y porq mejor enel campo co la espada de mi so- berano hijo te[ ]sera demandado / como aquella que sabes tu bien como corta / cesso con a[+]cetar el desafio. El campo y las armas sera como tu dizes. El dia pu- es a mi lo dexas sera man~ana: assegura- do te el Campo de todos. Sino delos veynte con aquella seguridad q de nue- stras manos podras sacar. % Escrita la carta la dio al enano, dizi- endo que alli yua la respuesta d su dma- da. El qual se fue y dando la al Rey de Ruxia: fue muy enojado y juraua otro dia vengarse muy a su voluntad: y lue- go entre muchos que le pedian la bata-lla} {CB2. escogio veynte los quales son estos El rey de Ruxia: y el Soldan de Bul- garia que era Gigante llamado Armo- te, y el Rey de Corde que era vn fuerte cauallero: y el rey de Pilapela que vn esquiuo Jayan era llamado Librado y dos cormanos suyos: el fuerte rey de Mora llamado Moranteo el Rey de Taldas. Assi mismo fueron sen~alados dos cormanos del rey dela menor Bul- garia Jayanes pelosos ta fuertes que muchas vezes lo auian visto deshazer entre las manos Ossos leones: y muy fuertes Tigres. Assi mismo el rey de Parosita Jayan con dos cormanos su- yos Jayanes: el rey de Rosia con los dos Califas de[ ]noy y de mosquiter que fuertes caualleros eran: con otros sie- te Jayanes muy fieros: que no auia tal dellos que no paresciesse vna gran tor- re. Y esto assi concertado todos se fuero aderec'ar lo que el siguiete dia auia me- nester: assi de armas como de cauallos y otras muchas cosas: co harto desseo de otro dia vegarse: aunque no menos desseo tenian los principes christianos de apocar sus enemigos. Los quales suplicaro al rey Amadis, que sen~alasse los caualleros que a el pareciessen: ro- gando alos que quedauan que no resci- biessen enojo: que assaz auia en que mo- strar sus fuerc'as: sen~alando los siguie- tes. El primero el Emperador Esplan- dian: el Emperador Lisuarte: el empe- rador Amadis de Grecia: el Principe don Florisel de Niquea: el qual dende que la hermosa Princesa Elena murio siempre anduuo vestido de Armas ne- gras en sen~al de duelo. Assi mismo el fu- erte rey Anaxartes: y don Arlanjes de Espan~a su hijo conel excelente rey don Falajes de astra: con la preciada y fuer- te reyna alastraxarea su muger q[ ]no qui- so en ninguna manera dexar de acom- pan~ar los a todos aquellos principes en aquella jornada: assi mismo a su ma-rido} [fol. 39r] {HD. de Amadis. \ [.]xxxix.} {CB2. y hijo: tambien fue sen~alado el fu- erte principe Anastarax Solda de Ni- quea / don Filisel de Mote Espin / do Florestan de roma / don Briajes de bo- ecia / y el excelente principe Ajesilao q aunque estaua mal herido por esso no quiso dexar la Batalla: y el valiente do Galdes Rey de Rodas: don Floralan de Tracia y Artaxerxes hijo del Rey Gradamarte que vno delos buenos ca- ualleros de su tiempo era. Todos los quales tuuieron aquella noche vigilia enla capilla del Emperador: y confessa- ron se de sus pecados y por la man~ana rescibiero el sanctissimo cuerpo de nue- stro sen~or Jesu Christo armando se de defensiuas para el anima. {RUB. Capi [.]xxxvij. Como passo la braua batalla delos veynte por veynte, y como los Christianos fuero vencedores quedado los ene- migos muertos y vecidos enel cam- po.} {IN4.} SIedo armados aquellos ex- celentes Principes delas ar- mas defensiuas dl anima: lue- go adornaro sus cuerpos de las armas que a ellos pertenescia: por manos de aquellas hermosas Sen~oras sus amadas mugeres y esposas: y dlas otras Princesas siendo adornados de muy sanctas reliquias, y acopan~ados delos otros Principes y caualleros q les lleuauan las armas, salieron al ca- po con son de muchos menistriles dela- te / siendo puestas en vna torre todas aquellas princesas para ver la batalla dando cargo al duque d Alafonte q co diez mil Caualleros tuuiesse seguro el campo que juez era: y dela otra vn gran sen~or delos paganos: y siedo metidos dentro. Luego vinieron los cotrarios con grandes alaridos en su gete, porq los diez y seys eran Jayanes de increy-ble} {CB2. gradeza: y los otros quatro fuertes caualleros todos sobre diuersas besti- as que cauallos no bastauan a sufrir ta gran carga. Metidos enel campo los Juezes les partieron el Sol cerrando los con gruessas cadenas que el dia an- tes auian los moros cercado. Y ponien- do se vnos enfrente de otros: el rey A- madis dixo si queria que justassen vno a vno porque se pudiessen bie ver y lue- go todos juntos comenc'arian su bata- lla. Lo qual plugo alos jayanes y a los otros pensando cada vno dellos q no solo a aquellos: pero a diez tatos daria la muerte: y con gran argullo salio ade- lante el gigante Bastrondo Solda de Bulgaria: y las lac'as baxas se viniero a encontrar tan furiosamente que no so- lo fueron hechas piec'as: pero el Jaya cayo enel suelo mal herido: y lo mismo el rey por la fuerc'a dela bestia de su co- trario: y apartandose a vna parte salio el Emperador Esplandian / contra el vino el rey de Lande que vn valiete ca- uallero era, y encontrandose enel cami- no el Emperador vuo vna pequen~a lla- ga / pero al rey le parescio vn troc'o de lanc'a dela otra parte, de que recibiero gran pesar los enemigos / y el empera- dor Esplandian se aparto a vn cabo / y luego delos Enemigos salio el Jayan Ditrado que rey de Pilapela era muy fortissimo Jayan. Pero contra el salio el Emperador Lisuarte sus lanc'as ba- xas, y en medio del camino se dieron ta- les encuentros quel Jayan cayo enel campo muy gra cayda, y el emperador Lisuarte passo porel muy apuesto ca- ualgante, y apartandose a vna parte: salio delos paganos vn fuerte Rey de Moraria: y a el salio el eperador Ama- dis de Grecia como vn brauo Leon en- contrando se enel camino el rey vino al suelo, el escudo passado y la lanc'a se de- tuuo enla loriga q muy fuerte era: y el eperador amadis de grecia passo porel} [fol. 39v] {HD. Dozeno. +} {CB2. muy hermoso caualgante, y apartado se a vn cabo luego salio vn gigante pri- mo del rey de Pilapela: contra el salio do Rogel de grecia, pero encotrado le por la vista le echo vn troc'o de lac'a por la otra parte de la cabec'a: y el tambien fue al suelo herido del fuerte encuentro y luego salio otro cormano deste Jaya con gana de vengallo: pero Ajesilao se le puso delante: y el Jayan del encuen- tro vino al suelo mal herido / y lo mis- mo hizo el Cauallo de Ajesilao con su sen~or y leuantandose del suelo se puso a vna parte dl campo: luego salio el rey de Taldas que poco para jayan le fal- taua: y contra el salio el fuerte Anaxar- tes: y enel camino se dieron tales encu- entros que ambos cayeron enel suelo Mas por euitar prolixidad todos ju- staro desta misma suerte: sin que ningu- no d ambas partes mas muriesse / y a- cabada la justa lo que estauan a caua- llo se decendiero dellos: yedo los vnos para los otros los escudos ebrac'ados saluo el rey amadis y esplandian y don Rogel que delas lanc'as fueron sus co- trarios muertos: y comiec'an juntando se a darse tales golpes que rajas saca- uan delos escudos y delas lorigas con tanta crueldad que no parescia sino vn gran exercito: segun los golpes que se dauan y la ligereza que trayan en espe- cial los principes que muchos golpes hazian perder a sus contrarios, co tan- ta biueza los dauan: y se guardauan de los otros. Desta manera anduuieron cerca de dos oras sin que se conosciesse mejoria alguna Pero el emperador a- madis de Grecia que conel fuerte Rey de Moraria andaua envna graue bata- lla le dio tal golpe sobre la cabec'a que le hizo hincar vn ynojo enel suelo. Pe- ro el valiente rey le boluio la respuesta que no muy bie se sintio della: y de alli se cargaro de tales golpes que al cabo d dos oras el rey no traya raja de escu-do} {CB2. y andaua assaz llagado / y arrojado lo que del Escudo quedaua fue dar vn gra golpe a Amadis de Grecia que am- bos ynojos hinco enel suelo, y leuatan- do se con sobrado enojo esgrimiedo su espada contra su cotrario le dio tal gol- pe que el yelmo y la cabec'a le hendio / y mirando vido como vn Jayan auia echado a don Galdes mal herido enel suelo, & yua a dar con vna gra Mac'a al rey Amadis enla cabec'a. Pero el sele puso delante / y con gra fuerc'a lo hirio en vna rodilla q vna mala herida le hi- zo: & hincando la enel suelo le dio otro golpe en vn hombro que hasta lo hueco le entro el espada / y el Jayan cayo mu- erto. A esta ora el rey amadis auia mu- erto al Jayan con quien se cobatia a po- der de muy pesados golpes: y puso se a ver lo que los otros hazian / que delos suyos solo el duque era muerto / y dlos contrarios solamente quedauan ocho que los otros eran muertos. Lo qual visto porel rey de Ruxia que con aque- lla preciada reyna Alastraxarea hazia su batalla / comenc'o tanto a desmayar que la espada en la mano se la boluia sin poder mampararse delos golpes dela reyna / que auiedo perdido mucha san- gre cayo enel suelo como muerto / y la reyna se puso a mirar la Batalla delos otros cuydando que muerto fuesse a[ ]sa- zon quel principe don Falanjes de as- tra auia muerto otro Gigante se quito a fuera: los que quedauan viedo durar tanto su batalla: y que solos aquellos les quedaua comec'aron aquexar los tanto q sin auer ninguna defensa todos murieron a sus manos: con gra gloria suya que hombre no quedo q no fuesse muerto: con tan grandes llatos delos enemigos que parecia el real hundirse tanta era la bozeria / y porel contrario con tata alegria de aquellas princesas que bien las hermosas colores de sus rostros daua a enteder la gran alegria} [fol. 40r] {HD. de Amadis. \ [.]xl.} {CB2. de sus corac'ones mudada con algunos amorosos sobre[+]saltos cuydando estar mal heridos, & luego fueron sacados dl campo con soberana gloria suya: y lle- uados ala ciudad con son de muchos in- strumentos dexando buenas guardas enlos muros, y llegados al gra palacio siendo desarmados con gran gloria su- ya por manos de quien mas amaua / y don Rogel dela infanta Leonida ala qual dixo muy passo que nadie lo oyo. Mi sen~ora si ala llaga mas peligrosa la vuestra merced fuesse seruida de poner la medicina: q[ ]ta deuida me es y mereci- da tengo: que delas menores no tengo cuydado, que poco peligro dellas me puede resultar. Sino es el q causarme puede vuestra gra hermosura. Mi bue sen~or y amigo dixo la Infanta ya tengo a vra merced dicho: que otro no sera se- n~or de mi libertad si don rogel no: si con el yugo de matrimonio cumpliendo co- migo: y con mi honestidad la vra mer- ced fuere seruido. O mi Sen~ora dixo el besando la vna de sus manos que en su ombro tenia desarmandole sin q nadie lo sintiesse: saluo el rey amadis que cer- ca estaua, y dende alli tomo pensamien- to de hazer lo que adelante oyreys. Si essa sola esperanc'a d vida no me queda- sse. como Fenix en mi proprio y encedi- do fuego seria quemado: & conesto sien- do acabados de desarmar algunos de aquellos principes los que mas lo aui- an menester fuero echados en sus ricos lechos: y curados de algunas heridas aunq pequen~as no peligrosas por ma- no d muy buenos maestros: y los otros Principes no quisieron estar enlos le- chos por ser las heridas muy pequen~as Los quales eran el esforc'ado rey ama- dis de Gaula: y el Emperador Esplan- dia: y el Principe Lisuarte de Grecia y el Emperador Amadis de Grecia / y el Principe don Rogel: con la precia- da reyna Alastraxarea. Estando todos} {CB2. con tanto plazer como si[ ]no estuuieran cercados. Lo qual dexaremos por co- tar lo que los enemigos hizieron. Los quales ydos aquellos valerosos Prin- cipes entraro enel campo, y sacaron to- dos los Gigantes: y grandes Sen~ores para enterrar. Pero el Rey de Ruxia siendo le quitado el yelmo luego torno en si que no era muerto: saluo que dela mucha sangre estaua d aquel arte: y vi- endo todos aqllos caualleros y Gigan- tes muertos. Le tomo tal desmayo q por poco muriera y sin acuerdo fue lle- uado al real y curado, y los otros reyes en[+]balsamados lleuados a sus tierras quedado tata tristeza enel real: por ser tan sen~aladas personas: aunque queda- uan tantos que poca mengua hazian / puesto caso q por amor delos xpianos los llantos cessaron. {RUB. Capi .xxxviij. Como los reyes paganos entraron en consul- ta, y juraron de morir o auer la ciudad y como beuieron sangre humana.} {IN4.} MVcha era por cierto la triste- za de q los enemigos era aco- pan~ados co la perdida de ta- les caualleros y jayanes co- mo alli auian muerto, aunque algun co- suelo les daua la vida del rey Bultasar de ruxia general capitan de toda la hue- ste. Que ya no les quedaua sino solos tres dias del plazo delas treguas. E ju- rauan y perjurauan de morir: o entrar a sus enemigos y no dexar ninguo a vi- da: mediante este tiempo llegaro al pu- erto de costantinopla en su ayuda dos soberuias armadas: la vna era del gra rey de Tartaria con cincuen(u)[t]a mil ho- bres, la otra del rey de cora con mas de treynta mil que algun plazer dieron en el real: especialmente que aunque la ge- te Tartarea son casi gigantes son gran- des flecheros. Trayan consigo cincuen- ta Gigantes los mas fuertes y fieros q} [fol. 40v] {HD. Dozeno. +} {CB2. podian ser especialmete dos llamados Bracino el grande y Bracafeo el feo / los quales fueron bie recebidos dl rey de ruxia q algo mejor estaua, y con gran pesar de ser vencido: aunque si el supie- ra serlo dela mano d aquella excelente Alastraxarea, no tenia porque le pesar Pero los dos gigantes le juraua q ellos solos sin que nadie del exercito peleasse bastauan a destruyr los xpianos porq ellos eran mas altos que la cerca dela ciudad: & no caualgaua en cosa alguna por su increyble gradeza: assi passaron hasta dos dias delas treguas passados que por la mala dispusicion del Rey no se entendia en nada / pero ya que se co- menc'o a leuatar en vna gran tienda pa- ra esto deputada / hizo juntar a todos los grades sen~ores de su exercito: y sie- do todos callados y assentados segun su estado / leuantandose en pie el Rey de ruxia: y despues sentandose comen- c'o a dezir. Si los inmortales Dioses nobles caualleros nos dieron algu ser y vida no creays que fue para mas d sa- crificallo, a aquello e que la fama fuesse mas aumetada y no desminuyda: aun enlos hombres de poca manera quan- to mas nos obliga y somos obligados nosotros a ello: y a conseruar aquella que nuestros passados co gloriosa me- moria nos dexaron conel aumento que nuestras personas son deudoras. Esto digo altos y esforc'ados principes por traeros ala memoria el desseo dela ven- gac'a destos perros xpianos q assi nos tienen injuriados: porque no ay aq<> tal que del linage del rey Amadis no aya recebido algun gran dan~o que muerto padre hermano o pariente: que Amigo q otras muchas y soberanas injurias que nos obliga a vengarlas de la misma forma q nosotros mismos somos deu- dores o pagar cola vida ala fama lo que nuestras fuerc'as no pudiero, y co esto se sento. El rey de Tartaria entoces se} {CB2. leuanto en pie: y con vulto muy sereno comenc'o a dezir. Las palabras por ti: o soberano rey dichas no ay duda sino que no carece de toda bondad, pues el rey de Tartaria mi Padre fue muerto sobre esta ciudad y enestos mismos ca- pos. Quando el rey Armato de persia co la misma empresa que nosotros ve- nimos vino / y ansi lo ha sido otros mu- chos d mi linage: y creo que no menos delos vuestros / en cuya venganc'a aca somos venidos, con no menores exerci- tos que los q el gra capitan artaxerxes traya: y con no menor justicia que los Griegos sobre Troya lleuaron demi digo que estoy presto de morir y assi lo juro por mis Dioses de morir primero que dar vn passo a tras, y pagar con la vida lo que ala fama se deue / y conesto se sento. Y luego todos los otros reyes se leuantaron jurando por sus Dioses la venganc'a: y para mas conformacion hizo el rey de ruxia lo que el fuerte cati- lina enla gran conjuracion de Roma q tomando sangre humana de ciertos ca- ualleros captiuos: mezclada con vino la dio a beuer a todos / y el beuio el pri- mero: porq aquella era la mayor liga q podia hazer beuer el vno la sangre del otro, como q se mezclauan envn amor y concordia. Boluiendo pues a nuestro proposito siendo hecha la Cerimonia / todos quedaron tan ganosos de su ven- ganc'a quanto adelante parescera / y or- denaron que la gente se hiziesse en seys partes en cada vna dozientos mil hom- bres de cauallo con ynumerables peo- nes: y que los peones fuessen delate co las mantas / y en c'aga quinientos Ele- fantes con castillos en seys hazes repar- tidos / porque en seys partes se diesse el combate: porque mietras los ac'ado- neros picauan el muro los delos Casti- llos defendiessen q no se pudiesse echar ninguna cosa delos Muros: y que los Elefantes no llegassen al muro temien-do} [fol. 41r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xlj.} {CB2. la pez y azeyte, y esto assi acordando: ya q querian salir del consejo les vinie- ron a dzir: como vna gran armada auia llegado en su fauor: y que enlla venia la hermosa reyna patasilea amazona: rey- na y sen~ora delos grandes motes dela india, conlo que el rio Ganjes co sus sie- te corrientes riega: y de grades reynos comarcanos. La qual ala sazo era muy nin~a que no auia sino solos .xij. an~os: co tanto estremo de fermosura: que ningu- na en su tpo le passo ni ygualo: si[ ]no fue la muy hermosa infanta fortuna. Cone- lla venia su madre la reyna calpendra, que muy fuerte enlas armas era. Consi- go traya siete reynas de que era sen~ora muy hermosas: co quarenta mil muge- res todas armadas de oro, que era me- tal de que en aquella tierra auia assaz a- bundancia / en cuya venida los reyes recibieron gra plazer, por ser gete muy fuertes enlas armas y rezias en pelear, muy grandes enemigas dla reyna cala- fia y pintiquinestra. De quien esta his- toria ha hecho gran mencion. E hara adelate: luego las fueron a recebir con todos los grandes sen~ores dla hueste: y sacadas e vnas fermosas bestias muy prietas: en que todos caualgaua: fechas las cerimonias acostumbradas: entre tales sen~ores fuero al real. Y luego fue- ron sacadas las tiendas dela hermosa reyna Patasilea: y armadas a vna par- te. Porque ella no quiso estar dode ho- bre alguo vuiesse: dexado a todos muy presos de su gra fermosura: saber y gra- cia y discrecio y fortaleza, que tuuo de que vuo mas hedad: porq puesto caso q ella aduuiesse armada, de ta preciadas armas que no tuuiessen valor: segu las muchas piedras y perlas que porellas estaua sembradas, no por esso peleaua saluo su madre, porque en su tiempo na- die le passo: saluo el sin par don Silues hasta que los dos luzeros respladecien- tes al mudo salieron. Todo lo qual de-xaremos} {CB2. para su tiempo, por contar lo que mas acontecio. {RUB. % Capitulo .xxxix. del inaudito combate: que ala ciudad se dio. E como los de dentro resistiero y las marauillas que los principes alli hizieron.} {IN4.} SAlidos del consejo aquellos grades sen~ores paganos. Des- pues d auer recebido ala rey- na patasilea: como auemos di- cho. Luego hizieron apregonar por los reales el combate del dia siguiente. El qual venido: ya que el summo pintor el mundo queria hermosear: con las colo- res del cercano y venidero sol al mudo ya que arreboladas las prefulgetes nu- ues: con la rubicunda color. A los que el combate queria dar / les parecio ser prestigio dla mucha sangre: q auian de derramar. Las gentes dlos reales fue- ro puestas en concierto: y ordenanc'a q el dia antes auia concertado: y con gen- til son: no sin falta de muy grades alari- dos. Llegaro cerca dela caua dela ciu- dad: q otra vez estaua limpia: y los peo- nes de su parte comienc'an a qrer la ce- gar. Y los caualleros de detro a vedar lo: dode vierades comenc'ar a llouer ta- tas saetas: que gra sombra causaua con su mucha escuridad: quebradose infini- tas vnas con otras en medio del cami- no, pero en aquel menster quie mas da- n~o hazia: era las mugeres Indianas / dela hermosa reyna pantasilea: consus doradas flechas: que tatas era las que tiraua: & con tata presteza que era ma- rauilla. Desta manera comenc'o el com- bate por todas seys partes dla ciudad poniendo los que gran aprieto / pero aq- llos exceletissimos principes no estaua de vagar, que bien pensaua vender sus vidas: coel precio dla sangre de sus ene-migos:} {CW. f} [fol. 41v] {HD. Dozeno +} {CB2. q luego se repartieron tres en cada cabo: por podr socorrer & animar mas los suyos. Pero donde mas ence- dida andaua la batalla: era donde el es- forc'ado rey amadis y don rogel & ajesi- lao estaua / por estar alli las amazonas dela reyna pantasilea. Pero no era tan- to q los enemigos pudiessen cegar la ca- ua: por aqlla parte: y mucho mas quisie- ran los principes hallarse enl campo q no cercados por poder exercitar mejor su san~a enlos enemigos. Pero como via que no podian sufrianse conlas riedas dela razon. A aquella sazon no pudiero tanto: que por la parte que el excelente principe don arlanges y Anaxartes: co la preciada reyna alastraxarea andaua la caua no se cegase y llegassen los dos gi- gates que como torres delante dlos su- yos venia, que no aprouechaua cosa co- tra sus armas ((ta gruessas era)) y co dos espatables mac'as de hierro enlas ma- nos comienc'a a herir enlas almenas: q en vn puto deshizieron mas de quatro: sin poder ser resistidos. O virgen san- ta maria: dezia el principe Anaxartes li- branos: q estos no son hobres sino dia- blos del infierno: q vienen a contraliar nos: y co esto dio al vno vn golpe sobre el yelmo: el gigante tedio la mano por tomarlo y preder lo: mas la pciada rey- na Alastraxarea: le dio ta gra golpe so- bre aquella mano que dos dedos le cor- to: y sintiendo de aquello gra pesar. El gigate tomo la mac'a con otra mano: pe- ro no pudo ser tan presto, que vn ojo la infanta Alastraxarea, no[ ]le qbrasse con la punta de su espada, y con gran dolor: el gigante se aparto fuera: y los del mu- ro tuuiero lugar de pelear co aquellos diablos q no podian en ninguna mane- ra y conesto el cobate: aunq auia mas de tres oras y media que andaua: no se conocia mejoria Mas de caer dlos ene- migos muchos muertos enel capo, por estar sin reparo: que tantos era q basta-ua} {CB2. casi a cegar la gran caua, pero poca mengua hazia porq q<>nto podian teder los ojos. Tanto estaua lleno de enemi- gos, a esta sazon solo enel vigor dlos es- forc'ados capitanes se sostenia el coba- te: que era ya passado de medio dia. Pe- ro a esta ora fue tata la len~a y lo de[+]mas que echauan: co ayuda dlos q enlos ca- stillos venia sobre los elefates: q como estauan yguales co los del muro, aunq aptados: tenia lugar de matar muchos dlos dla ciudad. Pero a esta ora crecio tanto el animo enlos enemigos: viedo se tantos: q sin ningun pauor llega dos oras antes dela noche: la manta al mu- ro: porla parte que Esplandian y Lisu- arte y amadis estaua: y comienc'a mas de treynta mil peones: q detro venia a hazer vn portillo: q vna carreta cabia porel. Mas a aqlla sazo acudiero alli aqllos tres pciados principes co otros alguos cauallos: y saliedo porel porti- llo: diero enlos q las matas trayan, de tal suerte q los hiziero boluer mal de su grado. Y ellos se pusieron alli: supliedo con sus fuertes corac'oes: la falta q las piedras hazia: haziendo tales cosas: q no ay lengua ni pluma q lo sepa cotar: lo mismo acotecio por la pte q el princi- pe Anastarax y don filisel estaua, q por fuerc'a llegaron: y comec'aro a picar el muro d suerte q vn liec'o ropiero / pero aqllos tres p<>ncipes de sublime bodad lo hiziero ta bie: q quebraro las ruedas sobre q la mata con grades vigas se sos- tenia: y la mata cayo y mato todos q<>n- tos debaxo estaua: por la parte q do flo- risel y don floresta: y do brianges anda- uan poco ganaua los enmigos, q no po- dia hazer su volutad: pero por la parte q do florarla y do galdes y el p<>ncipe ar- taxerxes andaua: ya la ciudad se come- c'aua a aportillar: pero q aprouecha: q lo q las piedras faltaua suplia sus per- sonas: a esta sazo ala estacia dl rey ama- dis llegaro al gra portillo tres gigates} [fol. 42r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xlij.} {CB2. pensando entrar por alli: pero aquellos tres cauallos sin par, el viejo y los mo- c'os les dieron lugar para etrar: y teni- endo los dentro: mietras ellos se pusie- ro a pelear co los gigantes. Los otros caualleros preciados que en su compa- n~ia estauan se pusiero a defender el por- tillo: pero ellos lo defendian lo mejor q podia / mas tantos dlos enmigos car- garon por entrar, pensando ser la Ciu- dad entrada por los gigantes: que mal de su grado les hazia perder el portillo Lo qual sentido porel Rey amadis / q co vno delos gigates peleaua le dio tal golpe sobre el yelmo. Que[ ]hedido fasta los pechos dio coel enel suelo muerto. Algunos historiadores quiere dezir: q fue don rogel: pero sea se quien se fuere Baste que viedo aquel golpe los otros dos principes cargaro tanto alos con- trarios, q desmayando les cortaro las cabec'as, y luego acudiero al portillo a tiempo que era bie menester su ayuda. Y ellos comec'aron a herir elos enemi- gos d tal suerte: q brac'os piernas: cabe- c'as, piec'as de armas hazia bolar porel ayre. En tal manera que algo yuan per- diendo delo que auian ganado: hasta q llegaron al portillo / y alli vierades tra- uada vna rezia pelea, los vnos por no sa- lir. Los otros por echarlos: especial- mete q auia doze gigates: por cuya cau- sa por aquella parte la batalla en todo su vigor y fuerc'a era: a aqlla sazo auiedo la diosa diana mazilla, delos q assi mo- rian: truxo al mundo sus acostubradas tinieblas / con tanta escuridad: que los vnos alos otros no se via: pero por esso no cesso el cobate como agora diremos. {RUB. % Capi [.]xl. como ve- nida la noche el cobate se cotinuo: y co- mo los xpianos fuero retraydos fasta el alcac'ar: y metidos detro y los enmigos sen~ores dla ciudad y lo q mas acaecio.}} {CB2. {IN4.} AVnq la diosa diana con copas- sion de tanta sangre derrama- da: a su hermoso hermano ro- go. Su carrera apressurasse, y ella se mostro muy escura y muy n~ubla- da: no poresso los enemigos se aparta- ron dla pelea ni afloxo, antes crecio en mucho grado, dadose ta mortales gol- pes. Los vnos co su muchedubre por etrar, los otros co su gra fortaleza por resisitr la entrada, que ya los portillos estaua casi cerrados delos muchos mu- ertos: que de ambas partes auia: y esto no solo dode el esforc'ado rey Amadis estaua: mas en todos los otros cabos: dode las mantas auian aportillado. A- lli era el clamor delas feridas la grita d los q peleauan, q poco ni mucho no se oyan, lo q<>l visto por el rey Amadis: no cessando de pelear: bueltos sus ojos al cielo comec'o a dezir, hinchiendo su ros- tro d lagrimas. O sen~or dios por tu pie- dad: aue misericordia de tu pueblo. Se- n~or no cosientas que perezca a manos delos enmigos de tu sancta fe. Sino q biua y se couierta, bien conozco sen~or q nuestros pecados son muchos: y muy graues: po mayor es sen~or mio tu gran- dissima misericordia. Y coesto se fue pa- ra vn gigante: que por detras yua a dar a do rogel vn golpe de mac'a: q co vn su cormano peleaua, que hendida la cabe- c'a dio conel enl suelo. E lo mismo hizo do Rogel a aquel con quien se comba- tia, que era tatas y tan grandes cosas las que el y Agesilao hazian, que no ay cuenta ni libro / ni lengua que contallo pueda: porque con la gra escuridad no pudo galersis ((puesto q quisiesse ver lo tan especificamente)). Pero boluiendo a nuestro pposito: y cueto. Tatos fuero los enemigos que cargaron alos porti- llos, que los que guardaua los muros vuiero de acudir alli y desamparar sus estacias: lo qual visto por los delos ca- stillos: se llegaro en vn punto al muro.} {CW. f ij} [fol. 42v] {HD. Dozeno +} {CB2. Vnos por vna parte y otros por otra, q antes q fuesse la media noche auia enla ciudad delos enmigos mas de ciet mil hombres: matando & hiriendo. Lo q<>l visto porel emperador Esplandian, vi- endo q su mal no lleuaua medio lloran- do de sus ojos. Tomando consigo a do rogel y a do galdes: y a don Brianges se fue a meter enl alcac'ar: por defender alli las vidas de aquellas sen~oras: que delas suyas no tenian cura, lametando las vidas de aqllos principes, q ya cuy- daua ser muertos: pues su brauos y fu- ertes animos: antes recibieran la muer- te q no faltar vn punto delo que deuian q<>ndo llegaro fallaro mas de mil caua- llos q detro entrauan: co vn gigate: pe- ro los q con Esplandian venia matan- do & hiriendo como hombres dsespera- dos les quitaro las vidas: y Espladian se fue para el gigante: con el qual come- c'o vna braua batalla: mas viendo el em- perador q los enemigos crescian cada ora, no queriedose mucho detener: dio tal golpe al jayan por[ ]medio del cuerpo q atrauessado en dos partes lo echo en el suelo. Y de alli se metio con sus caua- lleros enl alcac'ar: y poniedo mil y qui- nietos por guarda delos muros: dexan- do a don Brianges y a do Galdes con ellos, saliero al alcac'ar en busca de aq- llos principes, por ver si los hallarian a[+]vn biuos: y por do q<>era q andaua yua matado y hiriedo: de muy pesados gol- pes a quantos topauan: hasta que por fuerc'a de armas en medio de vna gran plac'a: vieron catorze caualleros, cerca- dos de inumerables getes: que estauan por darles la muerte. Pero el Empera- dor Esplandian, assi a pie se metio por medio: derrocando cauallos y peones y Anaxartes tras del y sus mil y quini- entos caualleros: que aql dia ganaron hora: por dode sus muertes quedaron en perpetua vida: ropiedo a pesar d sus enmigos: hasta que ala luz que la luna} {CB2. dauan: pudiero conocer aquellos precia- dos principes de rodillas: algunos de- llos: espaldas con espaldas: teniedo de- lante de si vn baluarte de hombres mu- ertos, q los cauallos no podian llegar cotandose ya por muertos, que tato a- uian aquel dia trabajado: como si tatos como los cotrarios fueran: los quales como conociero el ayuda no fueron pe- rezosos en tomarla. Antes pareciendo les que comenc'auan por entonces[ ]a[ ]pe- lear: comiec'an a romper por sus enemi- gos como rayos lleuando consigo por guia aquella luz dela caualleria del mu- do Amadis de grecia que assi hazia ca- rrera por do fuessen: como si nadie se lo impidiera. Pues aql esforc'ado don flo- risel: el qual siepre andaua armado de armas negras. No ay lengua que os lo cuete: saluo que cada vno lo puede ima- ginar lo que harian para vender sus vi- das pues guardallas no querian viedo su ciudad entrada: y aquellas princesas sus sen~oras: q bien cuydauan ser muer- tas. Y a esta sazo ya delos mil y quinie- tos caualleros, no qdaua sino la mitad co los quales pudiero llegar ala puen- te dl alcac'ar que luego les fue echada: sabiedo quien eran, y ellos se pusieron enla puete peleando tan brauamente q delante della auia mas de tres mil caua- lleros muertos, hasta que ya el sol vien- do su pertinacia en pelear: quiso tornar a mostrar seles co cara muy turbia y co- lorada. Al tiempo que ya no podia ma- dar las espadas enlas manos: no auie- do dexadoles descasar punto: las tenia ya llenas de mellas y botas: y tambien no hallando co quie pelear quel rey de ruxia los auia madado retirar: porque no matassen los principes: q dezia que los queria biuos, para dalles muertes mas deshonradas. Luego se fue toda la gete por la ciudad: matando y robado: forc'ando dozellas: y casadas. Faziedo mil ynominias. Por las quales merecie-ro} [fol. 43r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xliij.} {CB2. el castigo dela diuina mano que a de- lante vuieron porque si dios sufre al pe- cador sufrelo: porque se enmiende y co- uierta: y si es ptinaz castigalo. Boluie- do pues a nuestro pposito, luego el rey de ruxia hizo aposentar la mas gente q cupo enla ciudad: y los otros enel ca- po ta sin concierto como aquellos que tenia su hecho por acabado. Lo qual d- xaremos por cotar lo que enel alcac'ar acotecio bueltos los caualleros a den- tro como os auemos contado: cerrado bie por de dentro y alc'ado la puente le- uadiza, dexado alos caualleros q den- tro estaua: que seria tres mil co los que poco a poco se auia recogido: haziendo curar de todos los mal heridos y dexa- do por guarda los otros, subieron do- de estaua aquellas sen~oras ta llorosas que no os lo sabria hombre contar vie- do su ciudad perdida / donde fueron re- cebidos con tantos clamores como o- tras vezes con alegrias: pero tanto os hago saber que la reyna dela fuente me- dusa comenc'o a tan~er muy dulcemen- te dado a entender q aquellos hechos auian de venir a buen fin. Pues boluie- do a nro cuento, algo fueron consola- das aquellas sen~oras: viendo no faltar ninguno dlos preciados cauallos sus maridos y esposos: y luego fuero dsar- mados de aqllas armas: q tan rotas y despedac'adas estaua: q bie parecia no auer estado holgado mucho tiepo y cu- rados de sus llagas fuero todos arma- dos de vnas armas bermejas, co vnas cruzes coloradas, q fueron las propias q sacaro del encatamento. Como enla septima parte dsta gra historia se ha he- cho larga mencio, quado estuuieron en poder de vrgada. Y armados dllas fue- ro a proueer lo necessario Lo q<>l dexa- remos por contar lo que mas acotecio. {RUB. % Capitulo .xlj. como salieron los principes a dar enlos ene-migos}} {CB2. {RUB. y como el alcac'ar fue etrado / y ganado y dl no pesado socorro q les vio} {IN4.} LOs dias estuuiero aqllos ex- celetes principes ecerrados enl castillo, sin que de ningua parte se mouiesse cosa algua: porque el rey de Ruxia dezia que los q- ria tomar por hambre. E assi era la ver- dad: q ates d seys dias les faltara el ma- tenimieto: po como sus fuertes animos no pudiessen sufrir estar encerrados a- uiedo entrado en consejo: acordaro de salir la noche siguiete a dar en sus ene- migos: porq no durmiessen tan a suen~o suelto, y esto assi acordado: todos aque- llos principes co todos sus caualleros dexado al principe Artaxerxes q guar- da se la fortaleza co muchas lagrimas d sus sen~oras: en especial de do rogel: leo- nida q gra amor le mostraua. Baxada la puete se fuero por la gra plac'a / pero no pudo ser ta secreto: que no fuessen sen- tidos dlos enemigos: luego sonaro mu- chas trompetas y clarines que los ene- migos tenia: mas no pudo ser tan pres- to que primero no vuiessen muerto tan- tos dlos enemigos que arroyos de san- gre corria por las calles: pero antes de media hora fuero passados de .xx. mill hobres enla plac'a y hechos vna gra ba- talla arremete alos principes. Los q<>- les no los dudaro: ates como escudo de los suyos se pusieron delate, de suerte q no podia llegar a ellos: ni ellos desman- darse por no perderse: q assi tenia acor- dado de hazerlo: pero el rey de ruxia q bie vido q poca gente podia quedar enl alcac'ar / tomando q<>ntia d tres: o q<>tro mil cauallos: fizieron como q se yua re- trayedo contra la puerta. Lo q<>l visto por do galdes pesando q era los suyos mado baxar la puente y abrir las puer- tas, que no sintio lo que era hasta q fue- ron dentro y qriendo les cerrar las pu- ertas se puso ala puerta. Mas los que auian entrado, y los de fuera: aquexa-ron} {CW. f iij} [fol. 43v] {HD. Dozeno +} {CB2. d tal arte q a el le couino retraerse hasta el aposento delas princesas: q sin color fueron viedo tanta gente armada contra don galdes: mas el queriendo veder su vida: q por perdida cotaua: se puso ala puerta dl aposento dado tatos y ta estran~os golpes: q mas de diez te- nia muertos, po dos gigantes q por ca- pitanes venia de aquella gente passan- do delate el vno: dio a do galdes tal gol- pe q puesto caso q por ser el yelmo muy bueo no fue muerto cayo enl suelo mal herido y luego los gigates se fuero pa- ra aquellas sen~oras que dado bozes es- taua rasgado sus vestiduras y tomado las las encerraro en vn palacio: q<>les po- deys cuydar. Dode las dexaremos por contar como dios nuestro sen~or fue ser- uido de librarlas. Y fue dsta manera: sa- biedo por sus artes el sabidor Alquife y su muger Vrgada enel estrecho q aq- llos principes estaua. Tomado su gran carraca delas torres: se metiero detro co passados de diez mil ximios delos d su ysla dela ximia: porq como ya otras vezes se os ha dicho, en especial e la sep- tima y decima parte: hazian dellos lo q queria / y metidos dentro llegaron ala ciudad de Costatinopla: entrando por medio de toda el armada echando desi la gra carraca tatos gru(o)[e]ssos tiros de poluora: haziendo tales cosas q passa- das de .xx. naos delos enemigos echo afondo: porq delas otras no llego a nin- gua y muy pacificamete se llego ala pa- red dela cerca del gra palacio dode ba- tia la mar, y vsando de sus artes fuero tornados en dos fieros gigates co dos mac'as enlas manos dela misma mane- ra se tornaro todos los diez mil ximios q enla carraca venian: y dende la popa q ygual dla cerca estaua saltaro los dos jayanes y tras dllos mas de seys mill ximios en figuras d jayanes. Como os hemos dicho: y adado por la roda dela cerca del alcac'ar: a vnos despen~aua a} {CB2. otros mataua: q ninguno auia q de sus fieros golpes se podiesse maparar: ta- les era hasta q vnos porvna parte, y o- tros por otra: llegaro ala puerta del al- cac'ar ta brauos / q en menos de media hora: no auia en todo el alcac'ar co qui- en pelear, sino los dos jayanes que co las princesas estaua: rogado ala empe- ratriz Niquea y ala reyna sidonia q los tomassen por sus amigos. Los quales como viero venir los otros jayanes co- tra si las armas en sangre ten~idas sin sa- ber lo que queria se leuataron, pensan- do q era delos suyos diziedo. Amigos escojed en essotras q estas nosotros las queremos. No dunos traydores dixe- ro los otros dispuestos jayanes q aq<> pa- gareys vra maldad y alc'ado las mac'as las dxaro caer sobre sus cabec'as q como no tuuiessen yelmos fueron hechas mu- chas piec'as: y sin quitarse los suyos hi- caro las rodillas ante aquellas empe- ratrizes y princesas, y el vno delos Ja- yanes dixo. Mis sen~oras esfuerce las vuestras mercedes y no tegays temor q libres soys desta afrenta: y el alcac'ar q perdido estaua: esta por mi Sen~or el emperador Esplandian: porque somos los mayores seruidores suyos. Ay mi bue amigo dixeron oriana: y leonorina de dios ayays el gualardon, que si lo q vos dzis es verdad: y mi sen~or el rey A- madis co sus hijos es biuo: vos sereys galardonado. Al tato dezian las otras princesas abrac'adolos con gran gozo. Pero los dos gigantes se despidieron dellas: diziedo que yuan a poner recau- do enel alcac'ar: y salidos no quedando ninguno delos enemigos dentro. Los sabidores hizieron: de forma que en to- das las almenas pareciero infinitas lu- minarias con la bozeria dlos gigantes que gra plazer fuera de oyr / a quien no estuuiera muy triste. Pero tanto os ha- go saber: que como los sabidores etra- ron ela sala. El agua dela fuente medu-sa} [fol. 44r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xliiij.} {CB2. que hecha sangre co los enemigos a- uia estado se torno como leche y la doze- lla toco la harpa con gradissma melo- dia por dode las princesas creyero ser verdad lo que los gigantes dezian. Lo qual dexaremos por contar lo que los principes hiziero. los quales ((que como escudo y mamparo delos suyos eran)) tres horas se matuuieron contra todos sus enemigos: pero fue tanta la gente q cargo sobre ellos q sin poderlo sufrir / auiedo pdido casi todos sus cauallos sin pderse. Algunos delos principales se quisiero retraer al alcac'ar: pero ala sazo que llegaron ala caua: la puente es- taua por los enmigos / de q ellos vuie- ron ta gran pesar que por poco no mu- rieron: pero determinaron vender bie sus vidas y hechos vna muela se defen- dieron cerca de dos horas / hasta que q- ria amanescer que oyeron el ruydo de- la bozeria y vieron las muchas lumina- rias. De que rescibieron estran~a triste- za y como lobo hambrientos se metie- ron etre sus enemigos: que parescia no auer hecho nada en todo el dia: pero a la sazon echaron la puente y porella sa- liero dos disformes jayanes y tras de- llos passados de tres mil delos otros: cotra los quales los principes se fuero pero los jayanes que del alcac'ar auian salido, no curandose dellos se meten en- tre los otros que montones de muer- tos hazia. Mis sen~ores dixeron los dos jayanes mayores contra los principes entraos detro en vuestro. Alcac'ar que por vosotros esta: el q<>l a penas lo vuie- ro dicho quando se mezclaro entre sus enmigos: y el rey amadis y los otros se recogero al alcac'ar: q bien lo auian me- nester, aunq con gran trabajo tan ecar- nic'ados enlos enmigos estauan: y los jayanes tras dellos: y metidos detro / el vn jaya toco vn cuerno: a cuyo son to- dos los jayanes se recogero al alcac'ar dexado hecho gran destroc'o en sus ene-migos} {CB2. le subieron enla cerca, haziendo tales cosas de que los enmigos recibie- ro grade enojo y los principes se subie- ron ala gran sala donde hallaron aque- llas sen~oras que co gra plazer los resci- biero, y con aquellas palabras q cada vno puede pensar, y antes de todas co- sas el bue rey don galdes fue curado. y luego las princesas contaron lo que pas- saua. Ay mis bueos amigos dixo el rey amadis, perdonad mi descortesia, por q- reros conocer por fuerc'a y luego quito el yelmo al vno dlos jayanes: el q<>l fue co- nocido: ser el honrado sabio alquife co vn libro y vna vela de cera enla mano. Lo mismo acontecio a Esplandian con el otro jayan / quedando en Vrganda la desconocida / que en vna piec'a de su poder, no pudieron salir ni entrar del / de aquellos Principes y Princesas: no hartandose de rendilles las gracias. Y ellos les cotaron la forma de su venida echadoles todos muchas bendiciones a ellos: y primeramente a dios que tal saber les auia dado. E siendo certifica- dos: el castillo estar muy a recaudo fue- ron desarmados por mano de aquellas sen~oras y curados por las de aqllos sa- bidores: recibiedo mucho cosuelo colo q los sabios les dzia. Especialmete por saber do Galdes estar fuera de peligro y tambie con saber que tan presto tenia el ayuda delos reyes christianos: no te- niendo lo en nada todo: pues alli tenia consigo los sabidores. Donde los dexa- remos estar / por contar lo que mas a- contescio. {RUB. % Capitu [.]xlij. como los Reyes Christianos se juntaron enla montan~a defendida / co todos sus valedores y como aportaron an- te Constatinopla con gran alegria y lo que mas auino.}} {CW. f iiij} [fol. 44v] {HD. Dozeno +} {CB2. {IN4.} YA os contamos al principio desta historia / como sabida por los principes Griegos la venida del rey de ruxia ebio sus cartas pa todos los reyes christia- nos pidiedo les su ayuda y todos ellos viniero de muy buena gana: pero no pu- do ser tan presto que primero no vinies- sen los enemigos y vuiessen fecho lo q aueys oydo, pero el primero que vino fue el rey do Galaor y traya consigo su amada Briolanja con muchas naos y gete muy bien armada de su reyno de SObradisa, y fue muy bie recebido del buen almirate Frandalo, que enla mon- tan~a dfendida estaua. Tras el venia el rey de cerden~a don Florestan con su a- mada muger: y diez mil caualleros dla insula de cerden~a y el empador Arqui- sil co passadas de quinientas naos bie fornidas, vino el socorro de Trapison- da q el emperador Lisuarte y amadis auia embiado a demadar con infinitas naos bien fornidas / assi mismo vino el rey de yrlanda: el de Bohemia: el de es- cocia: y el bue rey de Espan~a suegro de Anaxartes, el rey Norandel de tesifan- te / y el de sansuen~a / el de Norgales: el de Suecia: el de Napoles: el buen vie- jo Angriote de estau(au)s co su sobrino sarquiles co la gente de bretan~a: el rey Agrajes que traya consigo a su muger olinda para fallarse enlas bodas de aq- llos principes: passadas las guerras el bue Gigante balan del val temeroso / y su sobrino brauarte, do fruelus de aus- tria co mucha gete de su gra ducado: y rey don Bruneo rey de Arabia: y la ex- celente Emperatriz Axiana co su ama- do marido Lucecio y su padre perion de gaula, trayendo consigo a su muger Gricileria reyes de turquia co vna pu- jate armada de muy bien armados ca- uallos, el principe brimartes vino: aun que co gran tristeza: por la muerte dela fermosa Elena su hija: con todas sus na-os} {CB2. cubiertas d luto assi mismo vino O- lorius de Espan~a, con su amada muger y con la fermosa Oriana madre de do Arlages principe de espan~a: co su abue- la la fermosa luciana: tabien vino su ma- dre de luciana muger de do Florarlan / con mucha gente dela insula de Darda- nia: y la hermosa Reyna Arlanda em- bio de su reyno de Tracia: vna gran ar- mada, co todos los principes. Que la historia ha fecho mincio: ecepto las dos reynas Calafia y Pintiquinestra: con sus dos amados maridos Perion y ta- lanque. Que vinieron a tan buen tiem- po: como adelante diremos: que fuero causa delos christianos vencer, que os dire sino que en menos de vn mes: fue- ro jutos tatos reyes y grades sen~ores que la mar cubrian con las grandes flo- tas de getes inumerables: recibiendo se todos conel amor que siempre se tu- uiero: y viendose tantos: que passados de quatro mil naos tenia: haziendo les el vieto prospero: quisiero passar la via de Costatinopla: y haziendo se alo lar- go viero tres armadas: po la vna muy pujante: las quales como vieron las de los principes que auemos nombrado: comienc'an a disparar tantos y tan gra- ues tiros de poluora: y con gra grita d- zia: la vna q la mayor era. Persia persia por costatinopla: la otra dzia guindaya guidaya: lafertil lafertil: por el dlas tres torres: y dspues de juntos los vnos co los otros que mas de seyscientas naos traya: tomaro la via de costantinopla: que muy poco trecho era: como se os ha dicho: y antes que fuesse noche llegaro a vista dela ciudad: tocado tantos an~a- files: duc'aynas: trompas: atabales q gran alegria puso enlos principes chris- tianos y temor enlos infieles / oyendo los y viendo los juto co las muchas lu- minarias: porq vnos dezian: Roma ro- ma: trapisonda: trapisonda: babilonia: babilonia, turq<>a: turq<>a: apolonia: apo-lonia:} [fol. 45r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xlv.} {CB2. Persia, persia: Espan~a, Espan~a, Arabia: arabia: francia: francia: Yrlan- da: yrlanda: boemia boemia: escocia: es- cocia, cerden~a, cerden~a: sobradisa, So- bradisa: napoles, napoles, sansuen~a: sa- suen~a: suecia: suecia, tesifante: tesifante Con otros tantos y tan grandes apelli- dos: que seria gran prolixidad querer los contar por estenso. Saluo q todas aquellas naos juntas surgieron delate Costatinopla, para otro dia fazer dan~o enlas del(a)[o]s contrarios. Los quales vi- endo su hecho que ta por acabado teni- an perdido con la venida de tan gra so- corro, entraro en su acuerdo: y fue acor- dado que todos fuessen a su real y dxas- sen la ciudad essenta, porq los enmigos no los hallassen repartidos. y embiaro cincueta mil hobres que estuuiessen en las naos: y esto acordado assi lo pusie- ro por obra: pero primero pusieron fue- go ela ciudad por infinitas partes: pe- ro Alquife y Vrganda: hizieron por su arte venir tata agua que el fue muerto. Todo lo qual dexaremos por contar lo que mas acontecio otro dia. {RUB. % Capitu .xliij. como los caualleros que elas armadas ve- nian destruyeron el Armada delos enemigos: y como tomaron tierra y los enemigos selo defendia y lo que mas acontecio.} {IN4.} MVy gra plazer por cierto era el ql rey amadis: co todos los otros principes, ouiero cono- ciedo el grandissimo socorro que les venia, y toda aquella noche pas- saron en mucho solaz / mirando como los enmigos salian dla ciudad: y como los sabidores mataro el fuego: y luego salieron del Alcac'ar con infinitos de a- quellos gigates del sabidor, y tomaro todas aquellas torres y puertas dla ci- udad: aderec'ado los portillos muy re-ziamente.} {CB2. Hasta que venida la muy fer- mosa y luziente man~ana: acompan~ada de mucha fermosura. Como quier que era por santiago: vieron las naos de aq- llos principes christianos llegar co gra furia y grita a jutarse con las delos pa- ganos. Lanc'ado tantas y tan innume- rables saetas: que la vista quitaua. Ju- to con grandes tiros de poluora / q pa- recia el mundo hundirse y la mar come- c'aua a dar su testimonio, mudada su co- lor antes blanca: y agora rubicuda pa- recia: delos muchos muertos que ene- lla cayan, y sangre q por los emborna- les salia. Pero la carraca que junto al Alcac'ar co mas de quatro mil Ximios estaua: que no auian mudado su figura se mouio / y puesta delante dela flota d los christianos: comiec'aua lanc'ar tan- tas saetas enlos enemigos: y con tata fuerc'a que hasta las plumas entrauan no prestando armadura ninguna. Jun- to conesto se sabia tambien guardar / q ninguo dllos moria. Por otra parte el buen Code frandalo: que aunque muy viejo assaz experimetado era en semeja- tes negocios: se dio tanta priessa en lan- c'ar grades garfios de hierro: junto con aquellos tan animosos caualleros: que dudo enel mudo poder se hallar tales. Y hazia tal destruycio que nadie les po- dia resistir, que no fuesse derribado, sin perder mucha de su gente, no queriedo tomar alguno a vida: pero el sabio Fra- dalo que ta experto elas cosas dla gue- rra: especialmente por la mar era: y con el bue aparejo que para ello traya lan- c'aua tanto fuego griego y de alquitran enlos enemigos / q por muchas partes su armada en biuas llamas comenc'o a arder sin poder ser resistido. Que os di- re q d passadas d ocho mil naos, no es- caparo dozietas q no fuessen abrasadas y quemadas, saluo alguos caualleros que enlos bateles se escapaua / por do la vetura los queria guiar: de q los ene-migos} [fol. 45v] {HD. Dozeno. +} {CB2. recibiero tanto pesar y desmayo que no sabiendo en que se poder saluar: si la ventura les fuesse contraria sin co- cierto alguo yua todos ala marina: que mas d dos leguas ocupaua su multitud esperado que los reyes y caualleros dl armada dsembarcassen, los q<>les no te- miedo su muchedubre: en muchas bar- cas saltaro: passados de dozientos mil y llegados a trra vereys vna delas po- derosas: y trabajosas lides del mudo. Los vnos por salir, los otros por dfen- der la salida / que la mar co su color pa- recia llorar los muchos hijos q alli per- dia, q era tanta la crueldad desta lid: q arroyos de sangre por do quiera corria en gran abundancia / y esto solamente delas muchas saetas que de vna parte a otra venian / que eran tantas que el sol co su muchedumbre perdia la clari- dad: y el dios Eolo parecia co sus vien- tos: auer armado vna gran pendencia: segun el ruydo que enla mar hazian, to- pando las vnas co las otras: quebran- tandose enl medio camino: coel mucho impetu. Pero a esta ora llegado las bar- cas mas cerca: comienc'a a pelear d sus espadas: hachas y porras. Mas aqllos preciados Caualleros q enel armada venian era como amparo y escudo: y vl- timos defensores delos suyos: pero no porque mucho pudiessen ganar: mas el principe olorius: y el valentissimo Rey de turquia perion: fueron los primeros q tomaron tierra. Y tras ellos Brimar- tes y do florelus: y el bue Gigante Ba- la sen~or dla torre bermeja. y todos los otros reyes y grades sen~ores de quien auemos hecho mincion: pero era tan- ta la gente que concurria: y las maraui- llas que algunos delos preciados caua- lleros dlos enemigos hazia: que no sa- bia hobre cotar qual lleuaua lo mejor. Saluo que a esta sazo auiendose desem- barcado delas naos passados de cient mil caualleros. Lo q<>l visto por los prin-cipes:} {CB2. que enla ciudad estauan: no sufri- endoles sus valerosissimos corac'ones a estar ecerrados, lo dixero al sabio. El qual tomado quinietos gigates delos suyos: y muy luzidos cauallos se va pa- ra los enemigos. Tomandolos en me- dio: q como sin concierto los hallaron mataua tantos que q<>ndo en si tornaro por ver el dan~o q recebia: ya no podian passar con los muchos muertos: q en el suelo estauan: porq aqllos valerosos principes: qriendose vengar de aqllos perros descreydos hazia cosas q no pa- recian hombres mortales: por lo qual los enmigos afloxaron hazia la mar / y diero lugar a los que qdauan que dsem- barcassen: mezcladose la batalla: de tal arte, q no sabria hombre dzir: saluo q se mataua sin piedad: q no auia por dode andar, saluo por cima de hobres muer- tos, cierto la batalla con general venci- mieto fuera aquel dia, si porel Dios Fe- bo su rostro no fuera escodido: con gra copassion que rescibio de ver tantos ho- bres muertos: q no viendo como pele- ar cada vno se fue para su real: y aqllos principes se recibiero con aquel amor: y volutad que siempre se tuuieron: y la gete delas naos fue acabada de salir: y junto ala ciudad etre ella y el otro real fuero armadas, muchas & infinitas tie- das: porque los sen~ores del socorro di- xero q no qria entrar a ver aquellas se- n~oras: fasta auerles dado vegac'a d sus enmigos: y la otra gete fue aposentada en infinitas tiedas: y tedejones, alfane- qs: choc'as: q gra marauilla era d ver. Luego el empador lisuarte y amadis d grecia: coel rey amadis, etrado en mu- chas barcas fuero ala nao e q todas aql- llas sen~oras venia mugeres d aqllos al- tos principes: y siedo recebidas co aq- lla magestad: q a sus altezas couenia. Y tomadolas consigo en muy ricos pala- frenes: fueron camino del alcac'ar: don- de fuero tabie recebidas d aqllas sen~o-ras} [fol. 46r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xlvj.} {CB2. y con tata alegria d verse las vnas alas otras: que algunas no podian ha- blar: pero al fin abrac'andose con aque- llos acatamietos, que cada vna a su es- tado era deudora / passaron toda aque- lla noche. De todo lo qual no hazemos mencion: por dos cosas, lo vno por eui- tar prolixidad, lo otro por fablar dl estran~o nacimiento dlos principes amadis de astra, y Esferamundi: de quien es nro intento hablar. Todo lo qual dexado a parte. Es bien contar lo que en ama- bos reales passo. {RUB. % Capitu .xliiij. como recogidos a sus reales, ouiero su acu- erdo y las cartas de desafio q el giga- te Astrobando y sus dos hermanos alos principes griegos embiaron.} {IN4.} COn gra pesar se[ ]retruxero los enemigos a su real viendo q<>n mal sus hechos se hazia, espe- cialmete viedo sus naos per- didas en q el rey de ruxia pesaua tener su saluacio, aunq en lo publico mostra- ua mas alegria que no tenia elo secreto y aql dia entraron en acuerdo sobre lo q duia fazer: y vuo diuersos pareceres po al fin fue acordado q se diesse la ba- talla, y q para esto embiassen mensaje- ros alos xpianos pa sen~alar el dia, con- fiado mas en su muchedubre q no en su justicia, por dode siempre parece la ver- dad: y luego el rey d ruxia escriuio vna carta y dadola al enano: dixole q la lle- uasse al real dlos xpianos: etoces el rey de tartaria se leuanto en pie: pidiedo li- cencia para hazer cierto dsafio, la qual luego le fue otorgada: y el dixo al enano q de su pte dsafiasse al rey amadis y em- perador amadis d grecia, sobre la muer- te de furior cornelio y de sus parientes y para aqllo le dio vna carta: pero tato} {CB2. os hago saber q la reyna calpendra: ni su hermosa hija patasilea jamas en na- da delo passado se quisieron hallar por parecerles injusta la guerra. Lo qual d- xado a parte: el enano se fue al real a sa- zon que auian llegado todos aquellos Principes y Emperadores que como de nueuo se auian recebido, con grades cerimonias, a esta sazon llego el enano: y ellos se metieron en vna tienda y sen- tados todos enella: q muy rica y fermo- sa era el enano comenc'o a dezir. El rey de ruxia sen~or vniuersal del mudo por los dioses costituydo mada por mi de- zir: que el huelga del socorro que os ha venido para mayor vegac'a suya que ve- ays quado qreys la batalla para mas justificacion de su justicia: y luego ten- dio vna carta que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN2.} BVltasar rey de ruxia procreado d la alta prosapia delos altos dioses sen~or vniuersal delo que el sol con su ar- rebatado curso rodea: a vos los injus- tos defensores de mi sen~orio y sus vsur- padores dl: como a su soberano sen~or d- uido. Salud para que con ella la razon de mi vengac'a aya entera execucio: jun- to co la delos que a vuestro socorro ha venido por quitarme del trabajo que d yr los a buscar auia de recebir. Digo q si a vos bie visto fuere: de oy en quatro dias os quiero dar la batalla d exercito a exercito pa demostracion de mi justi- cia para lo qual doy entero poder de se- n~alar a esse mi enano. Enano dixo el rey Amadis assaz soberuias dize vro sen~or nosotros respoderemos a su carta. Pu- es a vos Rey dixo el enano viene esta carta y tendiendo la mano le dio otra q assi dezia. {RUB. % Carta.}} [fol. 46v] {HD. Dozeno. +} {CB2. % Yo el gigate Astrobado sen~or dla pe- quen~a tartaria: y grade co sus prouinci- as: dotado dlos dioses juto co la grade- za de mi estado. Salud a vosotros ama- dis d gaula rey d la gra bretan~a y a voso- tros amadis d grecia y do florisel de ni- qa: pa q coella enl capo dla paga dla ve- gac'a q mi corac'o dessea / por la muerte del bue Furior cornelio y sus parietes de nuestro linaje: si osares tomar la ba- talla d tu persona ala mia y d otros dos de tu linaje cotra otros dos el mio co la seguridad de mis gentes: ela vida de la qual en mi no tedras: para q co vra muerte alguas de vras glorias puedan las mias acrecetar: y enciendo os: aunq enlas mias muchas poco puede fazer. El dia sera man~ana: las armas y capo sera a vuestro escoger: los juezes de mi pte. La estremada reyna Calpedra: co la no menos fermosa reyna Pantasilea su hija. % Leydo que vuieron la carta. Todos se marauillaron dela gra sober- uia dlos paganos: y luego entraron en su acuerdo: y fue acordado q el sobera- no rey Amadis co su gran discrecio res- pondiesse lo q le paresciesse: el qual to- mado el cargo dello, escriuio vna carta para el rey de tartaria: y otra pa el rey de ruxia: y llamando al enano le dieron la carta: diziedole q alli lleuaua respues- ta de su ebaxada. El qual se fue para el real: y dado la: luego las cartas fueron leydas que assi dezian. {RUB. % Carta. %} {IN2.} LOs soberanos p<>ncipes griegos co todos los principes y cauallos: an- te esta gra ciudad ayuntados. Salud a ti el rey: solamente de ruxia: para que coella recibas el pago q tus obras me- recen. Vna carta tuya nos fue dada por la qual co soberuias nos quesiste dar a entender: poder mas delo que tus ma- nos pueden / no se para q quieres para amatar el encedido fuego que aca te ha} {CB2. traydo de tu desordenada codicia sacri- ficar la sangre de tus gentes, innocetes vassallos y caualleros por que mejor d tu persona, o otra q<>l quisieses se auia d mostrar que no en otra manera. Pero pues assi q<>eres: la batalla sera quando tu la q<>sieres con la poca seguridad que tu nos das. &c. % Mucho fueron enoja- dos aquellos caualleros y Gigantes y grades sen~ores, que passados d trezien- tos eran. Que no auia tal que no fuesse rey: o tuuiesse sen~orio de rey co la carta del rey amadis: y juraua de presto ven- gar se a su volutad. Luego el rey de tar- taria leyo la suya que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN4.} AMadis de Gaula Rey de se- n~or dela gran Bretan~a, y A- madis de Grecia Empera- dor d trapisonda principe de Constantinopla: y dela gran bretan~a y gaula: y do florisel Principe delos dos soberanos imperios dla gra bretan~a y gaula. Ati el rey d tartaria. Salud para q conella puedas recebir la desculpa d la muerte d tus parietes: pues como ca- ualleros enel campo murieron hazien- do lo q deuian, dizes nos tus victorias ser muchas: assi nosotros lo creemos y poresso nos sera mas glia vencer tu p- sona junto co las de tus primos ta vale- rosos, porq sean ayutadas co las pocas nras pues elas tuyas muchas ta poco puede fazer. La batalla acetamos como tu pides coel dia q tu sen~alas las armas dlas q mejor te supieres apuechar. El capo etrestos exercitos: por juezes d nra pte sen~alamos ala justicia: y por copa- n~era dssas fermosas reynas: ala sobera- na princesa alastraxarea: pues pa tales personas: otra q la suya no pertenecia. % Leydas q fuero las cartas. Luego en abos reales fue apgonada la batalla para de ay a quatro dias q dia de sen~or Santiago era, y assi mismo el Rey de Tartaria con sus primos se aderec'aro} [fol. 47r] {HD. De Amadis. \ Fo [.]xlvij.} {CB2. para el siguiete dia, lo mismo el esforc'a- do rey amadis de gaula / y el empador amadis de grecia, y el principe do flori- sel: sabiedo co q<>en lo auian de auer. {RUB. % Capitu .xlv. como passo la batalla entre amadis d gre- cia y el empador amadis y don flori- sel de niqa coel rey de tartaria y sus cormanos y como fuero vencidos y muertos.} {IN4.} (N)[A]Ntes que el alubrador de to- do el mudo rodeado porel in- ferior emisperio a nros atipo- das su lubre vuiesse acabado d comunicar: qriedo al principio d nra zona nacer: para tornar a su acostubra- da muerte: dlo quel su mesajera con sus rubicudas mexillas daua sen~al los ca- uallos de febo qriendo vnir, a esta ora se leuantaron aquellos soberanos prin- cipes y jutos acompan~ados de alguos principes y princesas que ela ciudad es- taua fuero ala imperial capilla: oyendo missa co mucha contricion: despues de ser confessados recibieron el sacratissi- mo cuerpo d nro sen~or jesu xpo: y arma- dos de muy resplandecietes armas sa- liero al real dlos xpianos. Donde ha- llaro todos aqllos altos principes q en el socorro auia venido esperadolos y co gra magestad saliero al campo q hecho estaua entre abos exercitos porq al rey amadis lleuaua las armas el rey do ga- laor y do floresta sus hermanos: al p<>n- cipe amadis d grecia lleuaua las armas Espladia su ahuelo y su padre Lisuar- te de grecia. A do florisel de niquea lle- uauan las armas del emperador de ro- ma Arquisil y el principe don rogel de grecia. Yedo delante la muy fermosa y preciada reyna alastraxarea armada d todas armas. Co son de muchos ystru- metos altos y baxos d todas maeras. Desta manera fueron hasta q llegaron} {CB2. al campo: que de gruessas cadenas esta- ua cercado dode los dsafios y batallas passadas auia sido: y metidos por vna puerta puestos .xxx. mil hobres por gu- arda dl capo. Viniero el rey d tartaria con sus dos primos acopan~ados de to- dos los grades sen~ores del exercito ar- mados de ricas y fuertes armas caua- lleros en elefantes, porq su grandeza / otra caualgadura no pmitia. Delante d ellos venia la reyna calpedra co su her- mosa hija patasilea caualleras en dos fermosos vnicornios, guarnidos d per- las y piedras pciosas, armadas d armas q no tenian valor: segun su gran rique- za: saluo que la fermosa infanta panta- silea no traya yelmo: ni escudo: ni espa- da por no auer recebido la orde d caua- lleria: su madre traya enl escudo pinta- das dos sierpes: q juntas auia muerto muy feroces. Los gigates no traya en los escudos: sino vna espada sangrieta co vna letra q dezia: vegac'a / y co gran magestad de[ ]tropetas: duc'aynas an~afi- les fuero metidos enel campo con gra espato delos enemigos, dla estran~a fer- mosura dla excelente reyna Alastraxa- rea q dllos por diuia era reputada: y no menos los xpianos: dla estremada fer- mosura de pantasilea: de cuyo valor es- ta historia hara gra mencion: luego los juezes pusiero a cada vno en su lugar. Fermosa infanta dixo la Reyna Alas- traxarea contra Pantasilea: por mas dudosa tengo la victoria destos princi- pes contra estos caualleros viedo ago- ra vuestra presencia co las llagas d vu- estra fermosura que no las que ellos de sus enmigos espera recebir / soberana reyna dixo Pantasilea no creo que en esso nos duemos mucho, que vos trae- ys co vos tanto desso para llagarnos a todos: que no creo que mi fermosura ante la vuestra algo valga. Fermosa in- fanta dixo do florisel en mas tendria yo los golpes de vra fermosura q no los q} [fol. 47v] {HD. Dozeno +} {CB2. destos caualleros podria recebir: sobe- rano principe dixo patasilea: por los dio- ses te juro q otros te parezcan los gol- pes de mi espada quado fuere tiempo y co esto dexandoles el sol partido y las puertas cerradas co sus cadenas se sa- lieron fuera madando apgonar por to- do el real q nadie en dicho / ni en hecho diesse algu fauor alos caualleros: y pue- stos en sus assientos al son de vna trom- pa mouiero los vnos contra los otros. El rey amadis contra el rey d tartaria y amadis de grecia cotra brusin el gra- de: y do florisel con bracafeo el feo: que dos dedos tenia menos, como enl com- bate passado hemos hecho mecio y en el camino se diero tales ecuetros que el rey amadis fue a tierra co vna peque- n~a llaga elos pechos: pero el rey de tar- taria vuo falsado el escudo y la lac'a en- tro por el cuerpo / q mas de vna brac'a salto dela otra parte: de que gran turba- cio ouieron los suyos: y plazer los xpia- nos pero a el le auino bie q la lanc'a no entro por lo hueco antes rasgado algu quanto dela carne passo en soslayo dla otra parte y leuantadose en pie echado el gigante tartaro el troc'o dela lanc'a d si metio mano a vn gra cuchillo y comi- enc'anse a herir de grandes golpes a es- ta ora se auian encontrado el empador amadis de grecia y Brusino el feo y die- ronse tales encuetros que Brusino fue al suelo y amadis de grecia hizo al tato y do Florisel y Bracafeo hiziero lo mis- mo y leuantados del suelo: comiec'an a hazer la mas fiera batalla del mudo da- do se crueles golpes los gigantes con dos hachas, y los principes co sus espa- das: pero ciertamente si la ligereza alli no les valiera dspues de dios no pudie- ran escapar de quedar alli su sangre ju- to do sus vidas en testimonio dela ba- talla: pero era tanta la ligereza q traya en especial aquel valentissimo rey dela gran bretan~a: assi en hurtar los pesados} {CB2. golpes de su contrario como en herirle muy diestramente que la fermosa infan- ta pantasilea / dize Galersis auer dicho tales palabras. O soberanos dioses y de quanta bodad qsistes dotar a este es- forc'ado Rey y alos de su linaje / q to- das las glorias a el quesistes coceder: que ya a mi nada me qda que ganar / q porel o los de su linaje / no sea coquista- da: pero por vuestra dydad: juro de no recebir la horde de caualleria: sino d su mano: si biua desta batalla escapo. Her- mosa princesa dixo alastraxarea vos te- neys razo de dezir lo que dezis que cier- to enl linaje deste Rey sin par ay toda la bodad del mundo: y esto es del arreo de que yo me precio mas q no quando pensaua el dios mars ser mi padre, que tal me parece: el que alli esta juto co mi soberano hermano don Florisel de Ni- quea. Ya los dioses: dixo la hermosa pa- tasilea, no me quitaran: que con tan fer- mosa y preciada reyna como vos: mi co- mienc'o de caualleria no sea comec'ado E dende aqui os prometo que la prime- ra vez que armas haga sea con vos: assi por preciarme de auer hecho tan sobe- rano comiec'o de caualleria: como por si la fortua fauorable me fuere poder triu- phar de vuestras gloriosas vitorias, co aquello le dio el canto dla rica loriga q vestida tenia en sen~al d batalla: y la rey- na la tomo diziedo. No quiero a mi for- tuna negar ta soberano triunfo: como se le apareja en auer de hazer armas co- mo cauallero: co aquella que todos los del mudo saldran de sus manos venci- dos. Y conesto tedio la manga de su lo- riga. La reyna Calpendra q toda la pla- tica auia oydo, pesandole que su hija to- masse tal batalla con persona tan afa- mada enel mudo dixo contra la sobera- na princesa alastraxarea: fermosa infan- ta: por cierto mas quisiera yo q essa ba- talla fuera comigo que con mi hija: pe- ro pues ella q<>so tomar la mano yo soy} [fol. 48r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xlviij.} {CB2. muy cotenta. Soberana reyna dixo Ala- straxarea no teneys d q recebir pena q yo os pmeto: q si biua salgo d hazer en esso vra volutad satisfecha y co esto bol- uieron a mirar la batalla q dos grades horas auia que se comenc'o sin rescebir vn solo punto de descanso dandose des- mesurados golpes q todo q<>nto alcac'a- ua yua al suelo: pero los gigates era ala sazo los q peor lo passaua co su mucha pesadubre q el capo y las vdes yeruas estaua tinto de sangre mudada su color de verde en colorado: y la tierra al drre- dor estaua arada delos desmesurados golpes q se daua. Pero por mucho q el rey amadis se guardaua: no pudo ser ta- to q su escudo: aunq d azero fuesse: no es- tuuiesse hecho rajas todo, q solas las em- brac'aduras qdaua: y las armas rotas e alguos cabos: y viedose tal le crecio ta- to la san~a: q se fue pa su cotrario q co su espada alta se venia pesando hazerle la cabec'a dos partes: pero dexado el rey amadis passar el golpe q fue tal q la espa- da etro porel suelo: puesto q muy duro estuuiesse, hasta los postreros tercios y forcejado por la sacar. El esforc'ado rey le dio tal golpe sobre la mun~eca: q la ma- no le echo en el suelo: viedose el rey assi maco de aql brac'o dando vna gra boz: tedio la otra mano por tomar el cuchi- llo: pero el rey le dio otro golpe que assi mismo fue al suelo la otra mano: y qrie- dolo acabar de matar el rey le demado merced dela vida: y oyedolo los juezes el rey amadis se tiro a vna parte del ca- po: y el rey de tartaria fue curado dlas otras heridas siedo sacado del, por ma- dado dlos juezes, y el rey amadis se pu- so a ver lo que los otros hazia: q ala sa- zo el empador Amadis de grecia y don florisel d niquea traya muy qbratados aqllos gigantes con quien peleauan: ca- uallero dixo el vno delos gigates, cotra amadis d grecia. Descasemos vn poco} {CB2. q tpo aura para dar fin a nra batalla. Gigate dixo Amadis de grecia bien se q si tu me tuuieras enl estado en q yo te tego q no vsaras comigo d cortesia, pe- ro no quiero dexar de ganar contigo to- das las glorias q pudiere, y coesto se ti- ro ya q<>nto a fuera: y lo mismo hizieron don florisel y el otro gigate: los q<>les co- mo viessen al rey vecido: y las manos alli enl suelo. Rescibiero tata angustia, q sin mas se dtener echado las mac'as porel suelo rodado, co q hasta alli se a- uia cobatido, metiero mano a sus muy tajates cuchillos: que no auia ninguo q tres hobres dl suelo pudiessen leuatar: y coellos comienc'a vna brauissima ba- talla, q la de primero no era nada en co- paracio de estotra seguda: q las armas y carne yua porel suelo: pero como los gigates lo vuiessen con aquellos que ja- mas temiero peligro alguno: ni tuuies- sen par en bondad: traya los tales q en poca d ora en ambos escudos no auia d- fensa. E las armas padecian: y assi mis- mo las carnes, pero viendo el empera- dor amadis de grecia: q el rey amadis auia acabado su batalla: haziendo sele verguec'a turarle tanto vn solo cauallo le crecio ta gran yra: viedose ate la flor dlos principes y caualleros del mudo, q apretando su espada enla mano muy fuertemete dio tal golpe a su contrario en vn muslo: que no presto armadura q no fuesse cortada: co gran parte dl hue- sso: y conel mortal golpe el jayan cayo enel suelo, y a poca de piec'a fue muerto Que os parece mi sen~ora dixo Alastra- xarea dela bondad destos caualleros. Semejame dixo pantasilea que es ygu- al ala hermosura d aquellas duen~as: q alli veo assentadas. Sen~alando a todas las princesas: q sobre vna gra torre dla ciudad estaua muy alegres dla vitoria delos principes, y conesto baxaron al campo: porque el excelente principe do florisel auia dvn golpe muerto al otro gi-gante} [fol. 48v] {HD. Dozeno. +} {CB2. y luego fueron sacados por aque- llos hermosos juezes del capo con gra solenidad: dandoles la vitoria dla bata- lla: dode fuero lleuados ala ciudad co aqllos caualleros q dentro posauan y desarmados por mano de aqllas sen~o- ras y curados de sus llagas q no muy grades era estado en mucho solaz porq los maestros dixero que podia entrar enla batalla: q de ay a tres dias auia de ser. Lo qual dexaremos para su tiepo: por contar lo que mas acontecio. {RUB. % Capitu .xlvj. como vuieron gran pesar los enemigos co el vencimiento de aquellos caualle- ros y como la hermosa patasilea es- criuio alos principes pidiendoles se- guro co vna dozella suya y lo q mas acontecio.} {IN4.} FEnecida la batalla, como os auemos contado de aquel va- lerosissimo Cauallero Ama- dis de gaula: y los otros prin- cipes: con los otros gigantes: luego el rey de armenia fue curado d sus llagas y los otros enterrados co gra pena de ellos: de ver que sus cosas yuan empeo- rado: en especial el rey de ruxia acorda- dose del buen rey de Cacidonia: que le auia vedado la venida: pero no porque el mostrasse sentimieto alguo por no po- ner desmayo en sus getes. Antes daua a enteder que no lo tenia en nada: dizie- do q enla batalla se veria quie era cada vno: y coesto andaua muy alborotada su gete. Pero el rey de tartaria assi ma- co se partio pa su trra envna sola barca q pudo auer y alla fue rescebido co gra tristeza de su muger: q dlas mas sabias elas artes era, y dede a poco tpo murio dexado dos hijos suyos, muy valietes en armas. Puesto q no era jayanes: los quales juraron de vengarlo: de donde} {CB2. procedio lo que enl fin dsta dozena par- te, y enla trezena hara larga mencion. Lo qual dxaremos para su tiempo, por contar lo que la hermosa princesa Pa- tasilea hizo. Pues otro dia ya que las es- trellas: por la venida del que su claror suele quitar: el cielo auia desamparado E la diosa Yris su hermoso arco, cerca- do de mil colores, para sen~al de bonan- c'a enl cielo mostraua: se leuanto la rey- na calpendra con su hija: que como dixi- mos: su real tenia a parte: y con muy ri- cas ropas, acopan~adas d sus mugeres se fueron al real del rey de ruxia que en su tienda co todos los grandes sen~ores estaua entendiedo enlas cosas dela gue- rra: y fueron dellos tambien recebidas quanto a sus altos estados pertenecia y sentadas: la hermosa Reyna calpen- dra, comenc'o a dzir. % A todos es no- torio soberano Rey de ruxia Bultasar y soberanos Principes, como nuestra venida fue en vuestro fauor. Puesto ca- so, que d nuestra ayuda jamas ayays te- nido necessidad guardadola para qua- do mas a la vuestra cumpliesse: agora a nosotras conuiene fablar ciertas cosas conlos principes griegos: lo qual sin vu- estro fauor no podia ser: qual pido que me deys dandome seguro firmado d vu- estros nombres: y luego callo. Y el Rey de ruxia leuantandose en pie: y tornado se assentar comenc'o a dezir. Estremada y alta reyna y soberana pricesa a todos nos es notoria vuestra soberana ayuda a nosotros hecha. Por enxalc'amieto d nros dioses y de su ley & acrecentamie- to d vuestra fama y por lo q a nosotros toca: os rendimos ynumerables graci- as enlo de[+]mas del seguro vosotras lo teneys / y nosotros lo damos para to- do lo que quisieredes fazer: y luego fue- ron fechas las cartas d seguro: y firma- das de todos las diero ala reyna, y ella y la princesa su hija muy acompan~adas se boluiero a su real: y los reyes q cone-lla} [fol. 49r] {HD. de Amadis. \ [.]xlix.} {CB2. viniero: se boluieron al suyo y la rey- na tomado vna dozella dlas suyas toda armada ((ecepto del yelmo)) con su arco al cuello la embio con vna carta a Con- stantinopla: cauallera envn Vnicornio en que todas andauan: como quiera q enlas indias mayor abundacia dellos aya: la q<>l se fue pa el real dlos xpianos y llegada ala tienda donde todos aque- llos principes y sen~ores estauan. Pre- guto si estaua alli el esforc'ado rey ama- dis. Buena donzella dixo el Empador de roma: el esta enel lecho dlas heridas q del Rey de tartaria rescibio. Pues a mi me conuiene hablalle dixo la donze- lla: & luego mandaron yr coella dos ca- ualleros: y etrados a do el rey amadis con todos aquellos principes y prince- sas estaua arrimado a su lecho: hazien- do vna gra mesura le dio vna carta que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN2.} PAntasilea: princesa y sen~ora de to- dos los montes que la gran india cercan / con todos los sen~orios que el rio ganjes con sus siete corrietes riega A ti el rey amadis rey dela gran Breta- n~a / gaula. &c. Salud para que conella tus grandes Cauallerias: alas quales ningun mortal ha podido llegar, ayan el su deuido augmento. Sabras que la fama d tu inmortal nobre: q por todo el vniuerso / hecha pgonera en tu loor an- da junto con lo que mis ojos en confir- macion de su verdad ha visto ha llega- do a mis orejas y enellas ha hecho tal sonido que del cudiciosa ya que en tu persona no puedo las glorias de tus ha- zan~as alcanc'ar: pues a ningun mortal tal triumpho e cocedido: alo menos q<>- ero gozar de aquella que segun tu gran- deza: no me puedes negar. Qu[ ]es dar- me la orde de caualleria aq<> en medio d} {CB2. ambos reales / para lo qual esta mi do- zella te dara las seguridades necessari- as / ala qual daras entera fe. % Leyda que ouo la carta / el rey ama- dis dixo contra la Donzella ((que asaz era muy hermosa / y dispuesta parecia armada)) no se lo que ende sera. Sen~o- ra donzella: pero muy poca seguridad se puede hallar ela de vuestra Sen~ora segu del retrato de vuestra hermosura enla suya: man~ana podremos ver, & yo respondere luego a su merced. Por tanto os podeys salir vn poco a fuera y luego do rogel muy pagado dela don- zella y de su hermosura y do filisel se sa- lieron conella por hazerle copan~ia: yen- do ella muy marauillada dla soberana apostura delos principes griegos: y de la hermosura: sin par delas princesas. Especial de Dia(y)na, Darayda, Leoni- da, Garaya y delas otras. Pero mas lo fue dela Infanta Fortuna que doze an~os tenia ala sazo. Siedo pues salida la donzella: el rey amadis tomando tin- ta y papel comenc'o a escreuir vna car- ta y escrita: llamado la donzella sela di- eron: y haziendo sus mesuras. Acom- pan~ada de aquellos caualleros mance- bos hasta que salio dela ciudad y d alli se fue a su real y dando la carta ala rey- na y a su hija: ellas le pgutaron: di An- dresia que te parece delos principes, y princesas Griegas pues todo lo deues de auer visto. Pareceme dixo ella que los dioses se quisieron estremar en ha- zer en estremados a todos los d aql lina- ge que os dire. O sen~oras mias dela a- postura delos caualleros y hermosura de donzellas. Sino que mas es pa juz- gar d cerca: q para mirar de lexos q por cierto q no parece otra cosa sino la cor- te dlos dioses q esta alli junta y conesto les coto todo lo que le auia acotescido y luego la princesa tomando la Carta la leyo ((porque bien sabia hablar el gri- ego: y otras muchas Lenguas[))]: la qual} {CW. g} [fol. 49v] {HD. Dozeno. +} {CB2. dezia desta manera. {RUB. % Carta.} {IN2.} AMadis de gaula, rey y sen~or dla gran bretan~a: y Gaula. &c. A ti la Reyna calpendra y excelete y hermo- sa Princesa pantasilea: Reynas y sen~o- ras dela gran india y delo que sus en- cumbrados montes rodean: con todo lo quel rio ganjes con sus siete corrien- tes riegan. Salud para conella gozar de aquella Gloria que a mis hazan~as a- tribuyes: la qual por ser de tal mano ve- nida, consieto y en otra manera no con- sintiera, pues si ellas algo son en ser en vuestro acatamieto aceptadas reciben su justo valor quedando obligadas / y yo conellas ala paga que de tan grades mercedes puede resultar no q<>ero por cierto dexar de gozar y triumphar d ta soberana gloria como me concedes, ni despreciarme de darla orden a tan pre- ciada y hermosa infanta por la gloria q delas hazan~as que de tus manos espe- ro me puede resultar. Lo qual sera qua- do dizes co la poca seguridad que de tu hermosura podemos tener. Leydo que vuieron la carta: luego se aparejaro las cosas a aquel acto necessarias: coel triu- pho que contaremos esperando el si- guiente dia. {RUB. % Capitu .xlvij. como el siguiente dia fue dada la orden de ca- ualleria ala estremada pantasilea y co- mo fue cocertada la batalla, etre la rey- na calpendra y ajesilao y la reyna Ala- straxarea y la hermosa pantasilea.} {IN4.} EL tpo q febo co sus rayos pre- fulgetes qria mostrar sus her- mosos cabellos peynados ya q sintiedo los indomados ca- uallos la no acostubrada carga q traya su ferocidad comenc'auan a mostrar sie- do muy d man~ana leuatadas la reyna calpedra y su fija subiero envn riq<>simo} {CB2. Carro triumphal: todo de fina plata y oro labrado de hermosos follajes que quatro Elefantes lleuauan el carro. Era arreado de todas partes saluo de delante: y dentro auia seys gradas y en- cima dos sillas q precio alguo no tenia en q se sentaro. La reyna calpedra & la princesa su hija y enlas gradas se senta- ro las cinco reynas todas armadas de muy ricas armas aun q par no tenia co las armas dela hermosa infanta patasi- lea: elo alto del carro do los arcos se ju- taua, yua vn dios cupido muy natural- mete figurado de bulto d fino oro & mu- chos reyes y eperadores ante sus pies drrocados, al derredor del carro: se pu- siero treynta dozellas co diuersos instru- metos altos & baxos: & todas sus muge- res armadas de guerra. Que como di- ximos: eran quarenta mill, las veynte delante y las otras veynte de tras. De- lante de todas ellas yua otros muchos ministriles: y assi mismo atrechos y des- ta manera mouieron de su real con gra hermosura de mirar: como el sol daua enlas riquissimas armas que trayan q no se dexauan ver q todas eran llenas de piedras preciosas de gra valor y lle- gando al medio del camino encontra- ron con todos aquellos principes grie- gos: y los que al socorro auian venido todos armados de respladecietes ar- mas saluo d escudos y armadura d ma- nos: los q<>les llegaron hasta el Carro, haziendo se las mugeres vna processio muy marauillados dela estran~eza dela venida d aqlla reyna: aunq vuiessen vis- to la dla reyna calafia y dla reyna pinti- q<>nestra q<>ndo vino a constatinopla. Co- mo ela septima pte dsta historia se fizo mecio y la dla pciada reyna zahara y a- lastraxarea q<>ndo e ayuda d do lucidor dlas vegac'as viniero. Assi mismo ela .x. pte se os fizo mecio: llegados al carro las dos reyna y p<>ncesa calpedra y pata- silea se leuantaro. Y abaxadas las gra-das} [fol. 50r] {HD. de Amadis. \ [.]l.} {CB2. se hizieron ya quanto a fuera / assi mismo aquellos principes a ellas: lue- go subieron arriba por las escaleras de marfil que al carro subian espantados dela muy sobrada fermosura dla Ma- dre y dela hija. Haziendo se aquellos acatamietos que entre semejantes per- sonas se acostubra hazer: estado como suspensas la reyna y su hija dela estre- mada hermosura d aquellos principes Siendo testigos de su fortaleza, especi- almete dela de aquella hermosa prince- sa Alastraxarea: la q<>l venia armada d muy luzientes armas. Y auiendo passa- do muy graciosos razonamientos en- tre todos la preciada infanta pantasi- lea. Hinco las Rodillas: luego el Rey amadis le dixo sen~ora y hermosa infan- ta qreys recebir la orde d caualleria se- gun la costumbre de vuestra tierra os da licencia. Si quiero dixo ella pues ju- rad de defender a todos aquellos que vra ayuda ouiere menester: especialme- te a duen~as y donzellas. Si juro dixo la infanta y luego el rey Amadis. Sacan- do el espada y esgrimiendo la: le dio vn golpe pequen~o sobre el hobro: y echan- dole el escudo al cuello le calc'o el espue- la diestra y le dio paz enla boca diziedo Agora estremada princesa teneys la or- den: el espada podeys tomar de quie q<>- sieredes. A vos estremada reyna alas- traxarea dixo ella: q<>ero dar yo esta hon- ra pues coella antes d mucho tpo ta ma- la obra aueys de recebir: entoces la pci- ada alastraxarea tomado la espada: te- niedo en poco las palabras de pa[n]tasilea con aquel su fortissimo y indomito cora- c'on: aunque bien las entedio co mucha gra le cin~o el espada diziendo. Plega a dios sen~ora q os faga tal q ami algua ho- rra dela q me days me quepa aun q del mal no me curo y luego comenc'aron a sonar tantos y tan diuersos instrumen- tos / que el campo se hundia con su mu- cha deuersidad y cessando el ruydo. Lu-ego} {CB2. fueron puestas ricas sillas en q to- dos se sentaron y las quarenta mil mu- geres se hizieron dos hazes / baxando a capitanear las siete reynas. Yendose las vnas para las otras: comienc'an vn hermoso torneo. Quebrando las Lan- c'as y tirando saetas. Saluo que todas bolaua por alto que era vna cosa de ver enlo qual anduuieron vna gra piec'a da- do de si gran contentamiento y luego se tornaro a[ ]poner ellas mismas enla or- den q auia venido. Sonado los instru- mentos. Luego la princesa pantasilea se leuanto en pie: lo mismo hizieron to- dos los principes y caualleros y come- c'o a dezir con muy sossegado semblante Bien se te deue acordar preciada her- mosa infanta alastraxarea, como estan- do mirando la batalla del rey amadis y sus hijos conel Rey de tartaria y los dos gigantes entre nosotras vuo gaje d batalla. No por enojo q etre nosotras vuiesse, sino solamete cola cudicia que yo dela fama de tus grandes hechos te- go. Y por querer la ami atribuyr, lo q<>l por entonces fue de ningun valor por no estar enel grado en que agora estoy puesta y pues entonces no pudo ser a- gora de nueuo te pido la palabra que d la Batalla me diste / y dela mia te doy este Gaje tendiendo vna delas Luas Muy marauillados quedaron todos delo que la princesa pantasilea dezia. Pero la soberana princesa alastraxarea que en su generoso corac'o jamas temor hallo aposento: con mucha grauedad la que a su alteza pertenecia comenc'o a dezir. Hermosa infanta bien se me acu- erda por cierto todo lo q dizes ser assi & mucho me pesa tu querer porfiar ene- llo. Pero pues al no puede ser yo d nue- uo acepto la batalla para man~ana aqui eneste lugar conla seguridad que d am- bas partes se requiere y con aqllo. To- mo el guante en sen~al de gaje d batalla y la princesa alastraxarea se sento. Y assi} {CW. g ij} [fol. 50v] {HD. Dozeno +} {CB2. mismo todos los otros y la reyna Cal- pendra se leuanto en pie y dixo. No es razon estando trabajando mi soberana hija: yo este holgando. Y por tanto q<>en quisiere mi Gaje / helo aqui y echo vna manopla enel suelo y el principe Ajesi- lao se leuato en pie, y tomando la mano- pla dixo. Vuestras Mercedes sean de me perdonar el atreuimieto: de yo auer tomado la batalla sin vuestra licencia / pues a mi mas que a nadie conuenia la compan~ia de mi soberana madre. To- dos le rindieron las gracias delo que d- zia: y despedidos dela reyna y de su hi- ja. Muy enojados desu demanda aunq no lo mostrauan con grandes acatamie- tos se fueron ala Ciudad y ella a su real esperando el siguiente dia. {RUB. Cap .xlviij. como pas- so la batalla entre la infanta panta- silea y la preciada reyna Alastra- xarea y agesilao: y la reyna calpe- dra, y como se cofederaron co gra amistad, & lo que mas acotecio.} {IN4.} EL siguiente dia venido muy resplandeciente: como para ta insigne batalla couenia. Se leuantaro todos: assi los del real como la reyna y su fija y todos los principes xpianos & los que la batalla auia de hazer. Fuero armados de luzie- te armas y la reyna alastraxarea se ar- mo delas espirituales, y assimismo A- jesilao: y acopan~ados delos otros prin- cipes que les lleuauan las armas. Sa- liero al campo donde vieron que ya ve- nian la reyna calpendra y su hija sobre el carro que antes vinieron armadas d otras Armas muy fuertes / y estran~as porquel yelmo de pantasilea era hecho amanera de vn dragon muy fiero. Lle- gados los vnos alos otros, se recibie-ron} {CB2. como si[ ]no vuieran enojo alguno y luego las mugeres dela Reyna hizie- ron vn corro de seys ordenes: amanera de palizada: y a vn lado qdo abierto co- mo puerta y luego la reyna Calpendra sen~alo por juez de su parte vna de aque- llas reynas sus vassallas y alastraxa- rea al esforc'ado rey amadis: y luego am- bos reales concurrieron a ver la bata- lla. Estando todos en mucho silencio los juezes metiero ala reyna y a su hija y assi mismo ala pciada alastraxarea & a su fijo ajesilao enel capo y poniedoles los yelmos enlas cabec'as. Partido el sol por mandado de los juezes: se tan~o vna tropa muy fuerte y la reyna calpen- dra se vino para ajesilao, con tres Sae- tas enla Mano / y tiro le la vna quel escudo y las armas le passo: mas no le hirio y soltando las tomo la lac'a que a- trauessada traya: & al mas correr se fue- ron a encontrar de muy poderosos en- cuentros que la reyna quebro su lanc'a en ajesilao sin mouerlo dela silla. Pe- ro al tiempo del encontrar ajesilao al- c'o la lanc'a por no herirla. Lo mismo que a el acontescio q la infanta Pantasi- lea encontro ala Reyna de todo su po- der de vn poderoso golpe que vna estri- bera perdio / porque la infanta pantasi- lea: era dela altura de alastraxarea y a- un antes mas que menos: que parecia ambas muy bien armadas. Pero bol- uiendo a nuestro proposito: la Infanta alastraxarea alc'o la lanc'a tambien al ti- empo del juntarse por mostrar su gran esfuerc'o. Reyna Alastraxarea dixo pa- tasilea. No vses comigo de tales genti- lezas porque no te lo agradezco que no pienses con mayor Gloria tuya querer ganar la mia. Hermosa princesa dixo Alastraxarea: hazed lo que quisierdes que no quebrare la presuncion que a- tan hermosa princesa es deuida. Y con esto metieron mano a sus espadas. Lo mismo auian hecho la reyna calpedra} [fol. 51r] {HD. de Amadis. \ [.]lj.} {CB2. con Ajesilao & comienc'an a dar gran- des y fuertes golpes a sus contrarios. Los quales ellos tomauan enlas espa- das y escudos lo mejor que podian. Agora veras dio pantasilea q te apro- uechan essas getilezas reyna de colcos y conesto la comienc'a a herir / y ella re- batir los golpes: dando le de quado en quando de llano sobre el Yelmo. Pero los golpes dela princesa eran tan pesa- dos: que en su vida mayores la infanta no los rescibiera ((ecepto de su Corma- no do Florisel de niquea quando con el se combatio)). Pero aquella sazo ya an- daua la estremada Alastraxarea algun tanto herida del Espada de la Infanta Pantasilea: la qual le fue a dar vn gran golpe sobre el Yelmo que vn hinojo le hizo hincar enl suelo: mas el Espada se le boluio ela mano y fue hecha tres pe- dac'os. Co gra plazer de todos los prin- cipes que algo dudaua aquella vitoria: viedo la estremada bodad de patasilea y que la reyna alastraxarea no le tiraua golpe que dan~o le pudiesse fazer. Pero boluiendo a nuestro proposito. La fer- mosa pantasilea que sin espada se vido peso arremeter ala reyna Alastraxarea para venir abrac'os: aunque en aquello alastraxarea le tenia gran ventaja por ser de mayor edad y Pantasilea muy ni- n~a. Pero como la reyna alastraxarea le sintio su intencion haziedose ya quato a fuera: tomando la espada por la punta dixo contra ella. Soberana muy her- mosa princesa, si tanta gana la vuestra merced tiene de derramar mi sangre: os suplico que conesta mi Espada hagays el sacrificio q a solas vuestras manos es deuido. No plega alos Dioses di- xo patasilea, que dos vezes me venc'a a mi / la p<>mera enlas armas: y la seguda enla cortesia. Pues ellos tal gloria de mi te tienen otorgada: rescibe de mi es- to que de mi espada me ha quedado en sen~al de mi vencimiento: pues no es mu-cho} {CB2. que lo sea yo dela que todos los dl mundo no lo merecen ser: & conesto fin- co los ynojos en tierra & lo mismo hizo la infanta alastraxarea dando se la vna ala otra la honrra dela batalla: confir- mando se entre si tan gran amistad que para siempre les duro / como adelante se os dira. Vamos dixo Alastraxarea a quitar aquellos caualleros por librar ami engendradora dela Mano de vue- stro engendrado. Vamos dixo Alastra- xarea, aun que a todos es notorio la ve- taja que la estremada Reyna Calpen- dra vuestra Madre a mi hijo tiene. E conesto llegando la Reyna que anda- ua cargando de Golpes Ajesilao y el de[+]fendiendo se quanto mas podia / y tan cansada que todos conocia que no se podia tener enlos pies. Estando el principe el escudo deshecho y el asaz lla- gado y luego se metieron en medio am- bas princesas sin par: rogadoles que por su amor dexassen su Batalla, pues etrellos de ay adelate mas amor y ami- stad que otra cosa auia de auer. Luego Ajesilao se quito a fuera. Y hincado las rodillas ante las princesas dixo. Yo soy contento soberanas sen~oras de dexar la batalla pues a todos es notorio el be- neficio que rescibo. Como quiera que no menos que dela vida sea, y luego fue a dar ala Reyna Calpendra el espada La qual con muy semejante cerimonia le offrecia la suya. Abrac'andose con mucha concordia, y demasiado amor: & sobrado plazer de todos. Viendo he- chas las pazes y con mucho plazer ha- blaron aquellos principes y a su petici- on se fueron conellos a curar ala Ciu- dad, embiado sus Mugeres a su Real de donde no hizo mudanc'a en mas de no ayudar a ninguna delas partes. Y llegados ala ciudad. Fueron Alastra- xarea y Ajesilao desarmados: y cura- dos y Pantasilea muy bien rescebida de todas aquellas Princesas viendo} {CW. g iij} [fol. 51v] {HD. Dozeno +} {CB2. la tan nin~a. Que a la sazon no auia sino doze an~os y tan valiente y esforc'ada y de tan sobrada fermosura. Pero aqui en mejor parecio fue al hermoso Principe don Silues dela selua: porque el dios cupido no queriendo le perdonar en ta tierna edad. Le tiro vna de sus mas a- morosas flechas: con el dorado caxqui- llo: haziendole vna llaga tan cruel y po- c'on~osa que ninguna humana medicina fue bastante a sanarla. No dexando tan libre a aquella fermosa princesa, de sus leyes. Que siendo herida conla misma saeta: no pagasse a do silues enel mismo amor. Como nuestra historia en su pro- cesso dara etero testimonio: co las mor- tales cuytas ql vno por el otro passaro. Todo lo q<>l dexaremos para su tiempo: por contar lo que los enemigos hiziero, de que viero el amistad dela reyna y pri- cesa con los ch[r]istianos. {RUB. Capi .xlix. como los enemigos vuiero gra enojo d las amistades: y la carta que los tres gigantes delas yslas cicladas Embiaro ala reyna Calpedra y a su hija. y como la Batalla fue aceptada: & lo que mas acontescio.} {IN4.} NOs podria hobre contar el e- nojo q los enemigos vuieron viendo la amistad d aqlla rey- na calpendra: y de su hija pan- tasilea co sus enemigos. Y luego aquel dia entraro en cosulta y enella se quexo mucho el rey de ruxia dela reyna calpe- dra q auiedo venido a ayudarle, auia q- brado la fe que le auia dado. y que si aq- llo quedasse sin castigo: sus enemigos rescibirian mucho plazer. Entonces se leuanto el soldan d noy ((que vn valien- te Cauallero era: delos mejores de su tiempo)). Tomando dos cormanos su- yos: por las Manos, quasi Jayanes /} {CB2. muy valientes caualleros en Armas. Que tal auia que auia muerto tres esq<>- uos jayanes juntos en vna batalla. Le- uantado en pie por ser tan gran sen~or / se torno assentar, y comec'o a dezir. Si la fortuna en sus cosas de derecho nom- bre gozara d fortuna, ni a nuestros ene- migos tanto enxalc'ara: faziedo sus co- sas prosperamete: & lleuando las nues- tras tan al cotrario. Si ya no fuesse pa- ra teniendo los en lo mas alto de su rue- da fazer les dar mayor cayda: esto digo poderosos sen~ores valietes y esforc'ados caualleros: no por temor q a nuestros enemigos tengo, ni tengamos ni aun d- uamos tener: porque ni nuestros esfor- c'ados corac'ones lo consiente ni la mu- chedumbre de nuestra gente & gra exer- cito lo permite: yo espero enlos dioses que de oy en quatro Dias la verdad se manifieste. Sola vna cosa os pido: y es me dexeys hazer vn desafio ala Reyna calpendra: y a otro Cauallero y a su hi- ja: pues la gran villania hecha a ello me combida: que no es razon que ta falsas personas queden sin castigo que no bas- ta auer recebido la orden d caualleria d mano d nros enemigos. Sino sobre to- do auer hecho paz: y alianc'a conellos y luego callo y se sento en su lugar co mu- cha grauedad: y el rey de Ruxia le rin- dio las gracias y le fue dada la licencia colas cartas de seguro: y el soldan tomo vn cauallo suyo, y dando le vna Carta se fue al real dlos xpianos, y d ay ala ciu- dad: dode le fue dicho q la reyna calpen- dra estaua y entrado enel palacio sin ha- zer mesura. Se fue a ella como aql que la conocia y le dio la carta: la qual fue lu- ego leyda en alto que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN4.} VAlendos gra califa de noy, a- gora nueuamete fecho: por la sucessio de mi real hro. Cuya venganc'a todos los Ciclos} [fol. 52r] {HD. de Amadis. \ [.]lij.} {CB2. me piden del griego campo q su sangre possee: ati calpendra reyna & sen~ora de las asperidades delos motes dela gran india con sus reynos, y todo lo quel rio ganjes con sus siete corrietes riega, in- justa posseedora de real Corona: como falsaria de su fe. Salud: para que cone- lla pagues el aleue cometido por ti y la quebrantada fe. Haziendo te con nues- tros enemigos: y ayudando les contra lo que a los Dioses y a nosotros eras o- bligada: no teniedo respeto ala alta san- gre de aquella Pantasilea: cuyas haza- n~as sobre la troyana ciudad: por el mu- do suenan con perpetua fama: por tan- to digo que tu heziste aleue y maldad, y que yo y mis dos primos / Balarte / y Baluerde os lo combatiremos, a vos y a vuestra hija pantasilea. Para quitar la del trabajo, de mas vsar las Armas y a otro Cauallero qual quisieredes, el capo sera etre estos exercitos: el dia: ma- n~ana: las Armas las acostumbradas / con las seguridades queste mi Caualle- ro os dara para mayor seguridad d nu- estra victoria co nuestra mucha justicia y menos dela vuestra cola vuestra muy poca. Mucho enojo ouo la Reyna Cal- pendra y la fermos(o)[a] pantasilea dela car- tar del califa, y dixo contra el Cauallero Amigo mal ha pensado essos sen~ores q porlos dioses te juro q no tenia pesamie- to d fazer: ni porla vna pte: ni porla otra au q fazia mal en dxar d ayudar ala justi- cia y luego alli mado a vna muger dlas suyas que alli estaua que fuesse asu real y mandasse a sus Mugeres de su parte q assentasse el real juto ala ciudad y ma- dando salir al Cauallero fuera. Quiso responder ala carta: pero el principe do silues dela selua que a la sazon de cator- ze an~os era: tan parecido a Amadis de Grecia su padre: en cara y costumbres y en cuerpo y enlo de[+]mas: y enla mara- uillosa sen~al del espada. Se fue a hincar de ynojos ante el excelente Emperador} {CB2. amadis de grecia su padre: y le pidio le otorgasse vn don. El qual por el empera- dor Amadis con mucho amor le fue o- torgado ((como aquel q lo amaua mu- cho)). El do mi sen~or q me aueys d otor- gar dixo el: es que me deys licencia pa- ra recebir la orden de caualleria de ma- no de aquella hermosa princesa pantasi- lea: para que como tercero enesta bata- lla las pueda ayudar. Ay don silues di- xo el Emperador pesando le mucho de- lo que le auia otorgado. No veys q vu- estra edad os niega lo que vuestro esfor- c'ado corac'on os permite. Mi sen~or di- xo don silues, no es razo q la figura de tan alto principe dexe de mostrar los q<>- lates de su valor / y assi lo espero en Di- os. El emperador mirado lo tan grade y bien hecho: besandolo enla faz dixo. Plega a dios mi hijo ((que siepre assi lo llamo aunque lo secreto no se sabia)): que vuestros hechos sea testimonio de vuestro soberano nacimiento. Y assi rue- go a esta preciada Princesa os de esta honrrada orde: porq de su gran hermo- sura os pueda venir algun fauor. A mu- chos plugo de ver armado cauallero a- quel principe de quien tantas cosas es- tauan profetizadas. Y aquien mas peso fue ala reyna d tebas finestea su madre Pero viendo quel emperador su sen~or lo tenia por bien, se sufrio como su volu- tad ala suya siempre obedesciesse. Pe- ro la hermosa patasilea. Tomando bi- uas colores en su hermoso rostro que acrecentaron su hermosura, y mas aui- endo conoscido algo dela volutad que aquel tan hermoso principe le tenia, si- endo ambos de vna edad no qdado su corac'on muy libre delos encedidos fue- gos de amor respondio. Hermoso prin- cipe otros ay aqui de quien esta orden con mas justo titulo pudierades resce- bir. Pero pues vos assi quereys: yo no quiero dexar d gozar d ta soberana glo- ria. El principe don silues hincado los} {CW. g iiij} [fol. 52v] {HD. Dozeno. +} {CB2. ynojos por fuerc'a le beso las manos. y siendo escrita la carta fue dada al men- sajero: el qual buelto coella a su real fue leyda alto, que assi dezia. {RUB. % Carta. %} {IN2.} CAlpendra y pantasilea / reynas y sen~oras delos ensalc'ados reynos dela gra India: con sus encumbrados montes y todo lo quel rio Ganjes con sus siete corrientes riega. Justa possee- dora de su possessio A ti el califa de noy salud para que conella resciba yo aque- lla vengac'a que tus falsas palabras me son deudoras y yo a mi real obligacion soy obligada: porque si por palabras o- uiesse de responder. No podria tan pre- sto acabarlo: dxo por mejor te lo poder escreuir con la pluma de nuestras espa- das mojada en tu Sangre. El dia sera quando dizes: las Armas y el campo dode quereys. La seguridad de suyo se esta: muy enojados quedaron: el solda y sus primos con la carta: y jurauan de hazer marauillas para el siguiente dia Lo qual dexaremos para cotar lo que mas acontescio. {RUB. Capi .l. Como fue ar- mado cauallero el principe don Silues dela selua: y como se hizo la batalla con el califa de noy y sus primos y como fueron vencidos y muertos.} {IN4.} PArtido q fue el mensajero dl real: co la carta q os tenemos cotado. A poco rato la Diosa noturna, viendo delante de si quitado al dador d claridad: enmigo d sus tinieblas. Sus negros cauallos a- dornados de hermosas estrellas come- c'aua apacentar con gran silecio y repo- so. El principe don Silues dela Selua fue ala capilla real dl empador, acopa- n~ado dla reyna Oriana y d todas las} {CB2. otras reynas y eperatrizes: q por fazer le horra le q<>siero fazer copan~ia y arma- do de todas armas, estuuo toda la no- che rogado todos a dios lo fiziesse tal: q las profecias delos sabios alquife y vr- gada que alli estaua con las de[+]mas pfe- cias q dl estaua escritas se cupliessen, su- plicadolo a nro sen~or con mucha deuo- cion donde passaron aqlla noche cotan- doles los sabidores muchas cosas que de todos como vnos grades principes eran tratados hasta q ya los cauallos dela noturna diosa. Siendo bien apa- centados en su acostubrado pesebre: se acogia para q los rayos de febo pares- ciessen en el mudo con gran resplandor. A esta hora se leuataron todos los prin- cipes: y assi mismo la reyna Calpendra y la muy hermosa pantasilea: armadas de ricas y preciadas armas se fuero ala imperial capilla: donde vn Arc'obispo dixo la missa muy solemne. y acabada: la hermosa y preciada pantasilea se lle- go al donzel don silues y pregutole, bue dozel quereys ser cauallero. No desseo cosa mas dixo el. Pues enel hombre de- los dioses dixo ella, y co aquello le dio vn golpe enel hobro conel espada, y be- sandole enl por su honestidad: le echo el escudo al cuello. Tomandole los jura- mentos acostumbrados le calc'o el es- puela y le dixo. Ya soys cauallo: tomad el espada de quien quisieredes. Plega a los dioses que sea para honrra mia y a- crecentamiento dela casa de grecia. Es- so creed vos mi Sen~ora dixo el que sera para vuestro seruicio como quiera que sea. Y assi os suplico sen~ora me reciba- ys por vuestro Cauallero, y la platica cesso, porque por mandado dl rey ama- dis. La muy hermosa infanta Fortu- na le cin~o el espada, co aquel amor que como hermanos siempre se tuuieron. Y luego los menestriles comenc'aron a so- nar con muy gran ruydo: aunq nada le peso ala infanta Pantasilea de aquello} [fol. 53r] {HD. de Amadis. \ [.]liij.} {CB2. puesto que aunq quiso no pudo respon- der le porque todos hablauan al prin- cipe don Silues dela Selua. Y luego assi como estaua las princesas y todos en sus palafrenes fueron a los mirado- res que sobre la cerca cayan: de donde la batalla se podia muy bien ver lleuan- do de rienda la princesa. Patasilea ala Infanta Fortuna, cuya hermosura fue tanta / que basilisco dela natura huma- na fue llamado como enesta historia pa- rescera mas largam(a)[e]te: y passando gra- ciosas palabras llegaron hasta los mi- radores: y ellas puestas enellos: la rey- na Calpendra y Pantasilea, y el hermo- so don Silues de la Selua salieron fue- ra al campo acompan~ados d aquellos soberanos principes que las armas les lleuaua: a tiempo que ya los enemigos venian con todo su real por ver la bata- lla, y las mugeres dela reyna fuero pu- estas por guardas del campo. Luego los juezes metieron al califa y a sus cor- manos enel campo: y despues ala rey- na y a su hija y a don Silues dela Sel- ua: marauillados de ver lo ta nin~o y ta grande de cuerpo y de tan estran~a her- mosura / y luego el sol fue partido por yguales partes y puestos sus yelmos. Los juezes salieron del campo cerran- do las puertas, y dando sus pregones estando todo sossegado: como si nadie alli estuuiera sono vna trompa y al son della la reyna y el califa mouiero el vno para el otro / y la reyna tiro la flecha al Califa que vn brac'o le passo y de alli se dieron tales encuentros que las lanc'as fuero hechas piec'as y jutaron se delos cuerpos y escudos tan duramente: que ambos vinieron al suelo de grades cay- das / y luego se quitaro a fuera por ver juntar los otros / y sono la trompa: y el otro cauallero llamado balarte mouio para Pantasilea: pero ella le dio co la flecha tal golpe que vn muslo le passo / de alli tomando la lanc'a se dieron tales} {CB2. encuentros, que Balarte herido enlos pechos vino a tierra / y el Cauallo dela hermosa pantasilea arrodillo: y ella sa- lio del ligeramente: & quitando se a fue- ra: la tropa sono: y baluerde que el mas fuerte era se vino para don Silues dela Selua / y sin herrar los encuent[r]os la lanc'a de Baluerde fue hecha muchas piec'as enel Principe sin mouer le dela silla que muy gran justador era. Pero en encontro a su enemigo de tal manera que mal herido dio conel y con el caua- llo enel suelo: tomando le el cauallo de baxo vna pierna, passo porel muy her- moso caualgante: y apeado de su caua- llo se fue para el Jayan: y picando al ca- uallo q sobre el estaua y dandole la ma- no lo hizo poner en pie, q a gra cortesia y sen~al de su alta caualleria fue tenido: dexando muy contento a todos en es- pecial ala estremada Patasilea: la qual se junto con su contrario: y la reyna con el suyo: & comienc'an vna aspera y cruel batalla dado se mortales y crueles gol- pes. Pero pantasilea y don Silues de la Selua andauan tan biuos y acome- tedores, en especial don Silues que por entonces delos mejores del mundo era que mucho hazia dudar su batalla a sus enemigos / a esta ora la reyna Calpen- dra andaua muy embuelta coel califa d noy: el q<>l como fuesse muy estremado cauallo traya ala reyna al cabo de vna hora algo casada: y como selo sintiesse alc'ando el espada fue a dar tan gra gol- pe ala estr(a)[e]mada Calpendra: que cier- tamete la vuiera muerto si[ ]no fuera por el buen don Silues dela Selua, el qual como mas mirasse por la princesa y rey- na que por si mesmo / por lo qual siem- pre andaua cerca dellas: y temiedo no la matasse / dio tan gran golpe al Ja- yan con quien se combatia enel escudo a bueltas dl yelmo que ambos ynojos le hizo hincar e trra: y biuas cetellas sal- taro y qdo dsacordado: y viendo venir} [fol. 53v] {HD. Dozeno +} {CB2. el golpe dexando aquel con quie pelea- ua se puso delante: y cojo el golpe enel escudo que fue tal q rajado vno al sue- lo: y el espada decendio al yelmo, y hi- zo poner a do Silues el vn ynojo en tie- rra, y leuan(r)[t]andose don Silues le dio tal golpe al Califa enla rodilla q la cho- quezuela le corto que no se pudo tener enel pie: y tras de aquel le dio otro enel brac'o que vna herida le hizo: con q gra fuerc'a perdio: y esto fue tan presto que antes que su enemigo llegasse fue co el cargando le de duros golpes: teniendo el ojo en su sen~ora Pantasilea con mu- cho plazer de ver la andar tan biua y a- cometedora. Pero la reyna calpendra a esta sazon cargo de tan mortales gol- pes al Califa su contrario con la buena ayuda que don Silues le hazia que dio conel a sus pies: y en vn punto le tajo la cabec'a: y de alli se puso a mirar la bata- lla de su hija y la de don Silues precia- do lo mucho en su corac'on: no pesando le porque amasse a su hija: viendo le co- mo cargaua de golpes y se guardaua de los que su contrario le daua. Pero Ba- larte que con pantasilea peleaua como mayores fuerc'as tuuiesse: por ser jayan y ella muy nin~a y no estar ensus fuerc'as que despues muy grades fuero: entran- do conella la abrac'o pugnando de dar coella enel suelo. Lo q(n)[u]al visto por do Silues como vn leon rauioso arreme- te a Balarte / y le dio tal golpe q el yel- mo le hendio junto co la cabec'a co las poderosas fuerc'as del amor y dexado lo muerto boluio para su cotrario blan- diendo su espada muy reziamente: y co- mienc'an vna batalla mas cruel q la pri- mera dando se mortales golpes, hazie- do pedac'os las armas, faltando la de- fensa que enlos escudos auia quel cam- po era sembrado de mallas dela loriga y sangre delas heridas. Pero quie pe- or lo passaua era Baluerde por causa d la mucha ligereza del Principe Don} {CB2. Silues dela Selua: que los mas delos golpe le hazia perder: firiedolo sin pie- dad como aquel que mucho dela esgri- ma sabia. Assi delo que del buen Empe- rador Amadis de grecia su padre enla Isla desabitada: deprendiera, como de lo que excelenctissimos maestros tales como a el pertenescian le mostraron. Pues boluiendo a nuestro comec'ado proposito: ya auia grandes tres horas q la batalla se comenc'o: y jamas casan- cio en do Silues dela Selua se sentia: el qual viendo los otros muertos: y que solo aquel cauallero tato le duraua: co crecida yra comenc'o a dzir. Ay de ti do Silues dela Selua y como lo que de ti se esperaua ha salido falso / pues vn so- lo cauallo tato te ha podido delante tu sen~ora durar. O sabidores Alquife y Vrgada y como enesto vuestra sciencia ha salido no cierta. O mi sen~ora Pan- tasilea flor dla hermosura y esfuerc'o dl mundo y como tienes razo de tener me en poco: pues a vna sola Batalla, q a tu gra esfuerc'o fuera nada: no soy podero- so de dar fin: y conesto le crescio tato el ardimiento que cargo a su contrario de tantos y ta espessos y esquiuos golpes que lo hizo venir a sus pies: y sin piedad ningua le corto la cabec'a. Luego vinie- ron los juezes y los sacaron del campo co gradissima horra y diuersidades de instrumentos fueron lleuados ala ciu- dad: lleuando consigo de camino aque- llas altas princesas: y llegados al gra palacio: fueron echados en sus lechos y curados de sus llagas que tales eran que bien se podrian leuantar: y fallar en la batalla q era de ay a tres dias passan- do muchas burlas etre todos. Lo qual era al contrario enlos enemigos, q con gra tristeza fuero los cuerpos sacados del capo: y quemados como su costum- bre lo reqria, y ley selo madaua esperan- do el dia dela batalla co pensamieto de vengarse como agora diremos.} [fol. 54r] {HD. de Amadis. \ [.]liiij.} {CB2. {RUB. % Capitulo .lj. Como los enemigos ordenaron sus ha- zes y salieron al Campo / assi los christianos como los infieles y lo que mas acontescio.} {IN4.} SAcados que fueron el Califa de Noy y sus Cormanos del campo: y quemados como he- mos dicho en todos aqllos tres dias siguientes no se entendio en otra cosa / sino en aderec'ar Armas y Cauallos. Assi los del Real delos ene- migos como delos christianos co tan- ta bozeria y grita assi delos vnos como delos otros: cada vno viendo lo que le faltaua assi de heuillas como dlo d mas visitando sus Arneses teniendo lo to- do apunto: para la gran Batalla que el siguiente dia era: y aquel dia el Rey de Ruxia hizo de su gente tres hazes: y en cada vna trezientos mil hombres de ca- uallo, sin los Peones q ynumerables gentes eran / poniendoles diestros ca- pitanes. Enla primera batalla yua cin- cuenta gigates muy fieros: y assi otros muchos enlas otras batallas que pas- saron de quatro Mill muy ferozes que pensauan poder sojuzgar a todo el mu- do y no solo a sus enemigos. Assi mes- mo aderec'aro quatro mil Elefantes q auia con sus Castillos enlas espaldas cinchados: y en cada Castillo muchos flecheros que gran dan~o hizieran: si no fuera remediado. Estos lleuauan la de- lantera. Esto assi concertado esperaua a sus enemigos / por otra parte los xpi- anos sabiendo lo que los enemigos ha- zian hizieron sus hazes: y en cada vna pusieron cincuenta mil hombres. Enla primera haz yuan Lisuarte y Amadis de grecia y don Florisel de Niquea que desde la muerte dela princesa Elena ar- maua armas negras / y don Rogel de grecia y Ajesilao y la preciada Alastra-xarea} {CB2. conel soberano principe don Fa- lanjes d Astra / y Anaxartes: y la muy preciada pantasilea: y el esforc'ado prin- cipe don Silues dela Selua armado d muy riquissimas armas q siempre yua a su lado. Enla otra haz yuan Arquisil Emperador de Roma y don florestan don Brianjes de boecia: y el principe don Galdes / y otros muy preciados Caualleros de soberano valor. La ter- cera haz lleuaua el esforc'ado rey Ama- dis y don Florestan y Galaor sus tios: don Quadragantes de Yrlanda / y ba- lan sen~or dela Torre bermeja: y todos los otros caualleros viejos d sobrado esfuerc'o de que auemos hecho mencio conel emperador Esplandian. Todos con tanta gana de destruyr sus enemi- gos quanta adelante parescera. Enten- diendo todos en mirar lo que les falta- ua. Pero como por sus espias supiero lo que passaua delos elefantes y que ba- staua a perdellos Hiziero aparejar aql dia quatos carros se hallaro / y llenos de grandes llamas de Fuego de len~a: y las quarenta mil mugeres dela Reyna con las cinco reynas que tuuiessen car- go delos Elefantes: lleuando consigo cien mil peones de partesanas solamen- te para desbarrigallos: debaxo de muy diestros capitanes: y q todos los otros peones fuessen hechos dos hazes & fue- ssen alos lados delas batallas para q<>n- do fuessen menester, y desta manera pa- ssaron aquel dia cofessandose de todos sus peccados: los que podian hazer lo esperado al siguiente dia co gra animo. {RUB. % Capitulo .lij. como los Exercitos salieron al Campo donde la batalla se auia de dar: y como los capitanes hizieron sus oraciones a sus gentes y como to- dos estauan con gran animo.}} [fol. 54v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {IN4.} EL siguiente dia venido q aql alumbrador de todo el mun- do con su lumbre auia salido assaz turbia ((sen~al dela gran mortandad que auia aquel dia d auer)) todos saliero a aquellos grandes cam- pos sus hazes bien ordenadas: y en mu- cho concierto sus vanderas tendidas: con diuersidades de Armas juntadas que como el sol daua enellas parescian tan hermosas. Todas aquellas getes junto con los relinchos delos cauallos y diuersos sonidos de trompas: enlos Corac'ones delos que auian de pelear conel temor delos que las tan~ian, hazi- an otro son muy diferente del que soli- an hazer que pauor ponia enlos fuertes corac'ones. Estando puestos antes que la Batalla se mezclasse. Cada capitan general de su parte comenc'o a animar los suyos: porque el rey de Ruxia subi- do en vn lugar alto comenc'o a dezir. % Bien sabeys varones vassallos y a- migos mios como por justa permision de nuestros Dioses, somos venidos d nuestras tierras dexando nuestras mu- geres & hijos y descansado biuir. So- bre estos perros xpianos enemigos de nuestros Dioses: para vengar prime- ramente la injuria a ellos hecha: y des- pues las de nuestras personas que son tantas que querer las recotar seria ga- star el tiempo para nuestra venganc'a / por los Dioses costituyda, no os deue espatar su muchedubre, porq nosotros somos en catidad muchos mas, especial- mente co la justicia que de nuestras par- tes tenemos. Ea pues varones pospo- ned la vida presente ala gloria venidera porque los que enesta guerra tan justa murieren seran con los dioses en los ca- pos eliseos aposentados: y alos que bi- uos quedare no les faltara assaz rique- zas de n(n)[u]estros enemigos: y reposo en que siempre biuays: mirad quantos tra- bajo auemos passado que co solo este} {CB2. presente y vltimo lo tenemos todo he- cho: no querays por coseruar vna vida quedar en perpetua seruidumbre: y co esto baxando de alli comenc'o a poner su gente enla orde que conuenia, no en menos razones estauan los christianos Que el valiente rey Amadis como ca- pitan mas sabio: y padre mas antiguo comec'o a dezir cercado de todas aque- llas gentes que bien lo oyan con muy a- legre y hermosa cara, que a todos daua mucho esfuerc'o. Los antiguos roma- nos hijos amigos y hermanos mios / no por otra cosa ganaron el renombre de famosos fuertes y de inmortal fama sino solamente por cobdicia de fama a- cometer las cosas mas arduas y peli- grosas: como aquel Mucio ceuola que sacrifico su brac'o al encedido fuego cu- ya hazan~a fue bastate a descercar el ro- mano pueblo: y como aquel que enla en- cendida boca dl Vulcano por librar su patria se lac'o no por otra cosa sino por la perpetua fama: pues aquel Anibal q dezisiete vezes desbarato los cartagine- ses: co muy poca catidad de getes y co solos cinco mil hobres no lo pudiero ve- cer y desbaratar la multitud dlos roma- nos ta espertos ela guerra: y esto porq aquella sola vez saliero a pelear, no con codicia de vencer, sino de sen~orear. Lo qual al presente es en nuestros enemi- gos que su poca Justicia sera su misma muerte, como quiera que otro zelo sino de Sen~orear no los mouio. Mirad o muy altos sen~ores y esforc'ados Prin- cipes y valerosos caualleros, quanto nosotros mas que ellos somos obliga- dos a poner las vidas y gastallas res- cibiendo la muerte: porque ellos sola- mente peleauan por ganar fama y hor- ra. Pues pensauan que en ello solamen- te consistia su gloria y bienauenturac'a y que despues de muertos el animo no gozaua de cosa algua. Mas nosotros peleamos por defensa de nra fe y cotra} [fol. 55r] {HD. de Amadis. \ [.]lv.} {CB2. nuestros enemigos peleamos por nue- stros hijos / y mugeres peleamos por nuestras haziedas: peleamos en fin por perpetua fama: y al cabo esperamos ser colocados enla soberana gloria con nu- estro sen~or Jesu christo. Enlo de[+]mas yo os doy las riquezas: y despojos de los enemigos para repartir lo entre vo- sotros ygualmente / otra cosa no resta sino darles a entender que puesto q sea- mos pocos en numero, somos muchos enel valor de nuestras personas. Lo q<>l espero que oy mostraremos: y que vue- stros corac'ones suplira lo que los mu- ros auian de suplir. Acabado que vuo el excelente rey Amadis aquella tan su- bida y excelente oracion, todos queda- ron tan animados y confortados / que no vian la hora de verse con sus enemi- gos: tata era la gana que lo tenia, y lue- go los capitanes se pusieron en sus lu- gares: y los preciados Caualleros to- maron la delantera. Pero por los dos lados etre ambas batallas paresciero apartadas dos hazes de gentes sin se- n~as alguas: enla vna auria veynte mill de acauallo muy luzida gente a maraui- lla: y ricamente armados / y enla otra auria hasta veynte cinco mill hombres muy luzidos: cada vna dlas partes los quisiera para si. Pero ellos se pararon sin hazer mudanc'a alguna de ayudar a ninguna delas partes: & luego las trom- pas sonaron como agora oyreys. {RUB. % Capitu [.]liij. Como fue comenc'ada la sangrieta y bra- ua batalla y como conel ayuda q las excelentes Reynas Calafia y Pintiquinestra y de don Galta- sar de Tarsis fueron las batallas vencidas y los Enemigos todos muertos: y los christianos siguie- ron el alcance.}} {CB2. {IN4.} SOnado que vuiero las muy temerosas trompetas las ha- zes se juntaron las vnas con las otras con tan gran impe- tu como el Dios Eolo con sus podero- sos exercitos suele hazer: que el suelo temblaua, el Cielo reten~ia: y todas las cosas tenian tan gran Peligro porque jamas tan grandes Exercitos juntos se hallaron: y en medio de sus corridas yendo muchos y esforc'ados Caualle- ros: delante de ambas partes / dieron tan poderosos encuentros que el pol- uo fue tal y tan alto / y la Bozeria tan grande: que no ay hombre que cotallo pudiesse, alli vierades salir gran quan- tidad de cauallos: y otras bestias por el campo sueltos sin sen~ores. Assi el que vna vez caya jamas se podia leuantar q el impetu delos Cauallos los mataua a todos. Alli no vuo cauallero delos preciados que no Matasse mas de cin- cuenta delos enemigos: antes que las lanc'as quebrassen: y de alli metidos en- tre sus cotrarios vierades las grades marauillas que hazian. Pero a aquella sazon los Elefantes quisieron llegar. Mas las mugeres dela reyna salieron al encuentro: con los carros del fuego y comienc'an vna lluuia de saetas ta gra- de que la claridad del cielo eran basta- tes a priuar con su muchedumbre / pe- ro como los Elefantes viessen el fuego comienc'a a huyr sin poder ser deteni- dos por los que los regian. Los cient mil peones los desbarrigauan: y cayan muertos: y los que salian dellos: delos castillos trauaua batalla co los enemi- gos. Pero como las estremadas ama- zonas anduuiessen tambien armadas: fuertes y ligeras junto con ser tan die- stras en pelear trayan a sus Enemigos a su volutad: dando se y recibiedo mor- tales golpes. La cosa andaua en fin tal y tan rebuelta: tan juntos vnos y otros y con tanta gana de[ ]vencerse q Galersis} [fol. 55v] {HD. Dozeno +} {CB2. no pudo ver lo tan especificamente lo q passaua. Pero alo menos dara cuenta dello lo mas y mejor que pudiere: passa- dos pues los primeros encuentros aq- llos esforc'adissimos principes: se metie- ro por la batalla derrocando cauallos y cauallos brac'os piernas: y cabec'as como q<>era q fuessen dsarmados los ene- migos alli vierades las porras dlos gi- gantes: hazer gra destruycio elos xpia- nos: que todos huyan ante ellos como ante la muerte: en cuya virtud no se co- noscia mejoria ningua ni podia perder ni ganar punto del campo. Pero el em- perador Esplandian que lo conocia to- mando consigo a Lisuarte, y Amadis y a todos los otros preciados caualle- ros, mouieron para los gigantes y co- mienc'an a hazer tal destroc'o en ellos q mas de quinze mataron / y del alli se me- tieron por la batalla adelante: que no si- ento Lengua ni escritura que contallo pudiesse, especialmente del nouel Don Silues que tres Jayanes auia muerto y total destruycion de sus enemigos: era doquiera que yua. Pues dela her- mosa Pantasilea no ay que pensar sino que auiendo muerto vn Gigante se me- tio entre sus enemigos haziendo mara- uillas. Pues dela soberana Princesa Alastraxarea: y de don Falanjes que ju- tos andauan acorriendo las priessas: y haziendo ancha carrera por do quiera que yuan: no ay que poder dezir pues sus bondades dan testimonio delo que sus personas aquel dia harian: tanto hi- zieron que los enemigos yuan perdien- do el capo: que ni sus capitanes lo po- dian estoruar ni euitar, si ala sazon la segunda batalla delos pagaos no moui- era en su fauor. Lo qual conoscido ma- do el rey Amadis al Emperador Arq<>- sil mouer con la suya con tan gran ruy- do que los abismos parescian resonar y enel camino fueron tales los encuen- tros: las poluaredas: los cauallos sin} {CB2. sen~ores, que dize Galersis. O dioses si por vosotros me fuesse concedida vna nueua lengua con tanta gracia que pu- diesse lo menos que siento escreuir: que todo: seria impossible pues ni para ello si las arenas dela libia se tornassen pa- pel y la mar tinta no bastarian. Boluie- do pues a nuestro comenc'ado proposi- to: de aquella hecha cayero mas de tre- ynta mil hombres: soltado se los caua- llos con los pies delos quales: luego eran muertos, pero passado el furor de las lanc'as: era tatos los golpes delas mac'as martillos y hachas Espadas q se dauan: que no parescian sino el dios Vulcano auer alli puesto sus hornazas con pujante numero: y gran priessa de seruidores: alli quien Dozientos mill ojos tuuiera aun no pudiera ver los he- chos de todos aquellos caualleros tan estremados sus tajates espadas como cortaua alli los poderosos cuchillos de los Jayanes sus Mac'as y hachas: el estrago que hazian: muy doloroso fue a- quel dia para todo el vniuerso mundo que a todo el, venia dan~o de aquella cru- el batalla: que tan grandes eran los ar- royos de sangre que ala mar corrian q bastauan a boluer su color en otra muy diferente y colorada. Estando la tierra tan mojada que muchos enella resbala- uan, quien nunca ta cruel y espantable cosa vio ser gran parte dela mar ensan- grentada: con la crueldad delos Hom- bres? Pero boluiendo a nuestro comen- c'ado proposito. La hermosa patasilea y don Silues dela Selua se metieron tanto en sus enemigos, haziendo tales cosas: que mas de treynta mil hombres los cercaro: y matadoles los cauallos apie se comenc'aron a defender: hazien- do al derredor de si vn cerco d muertos tan grades que los cauallos no los po- dian llegar a tropellar. Pero ellos an- dauan tan cansados, que cierto si socor- ridos no fueran no dexaran de morir.} [fol. 56r] {HD. de Amadis. \ [.]lvj.} {CB2. Pero la reyna Calpendra que los ha- llo menos tomado aquellos principes se metieron hiriedo y matando por do les dixeron que peleauan, y al cabo de gran piec'a: con gran trabajo los halla- ron. Pero como estauan cercados de tantos muertos al derredor de si / con mucho afan llegaro / y a pesar de sus e- nemigos haziendo les subir en dos ca- uallos, comenc'aron a discurrir en sus enemigos: matando y hiriendo: hazien- do tales cosas que mas ala voluntad d nuestro sen~or Dios que lo permitia que sus christianos no peresciessen siedo re- demidos por preciosissima sangre: que no a sus humanas fuerc'as lo podemos atribuyr. Desta manera pues se estaua la batalla en peso / hasta que ya el Sol en medio de su carrera yua: sin conocer se mejoria alguna. Tanto q de muy can- sados de matar como nueuos enel tra- bajo y muy nin~os. Don Silues y pan- tasilea fuessen: se salieron dela Batalla y viero que sus quarenta mil mugeres auian muerto: todos los Elefantes y a los q enellos venian: sin auer rescebido mucho dan~o: por estar tabien armadas y recogedo las todas. Tomado otros escudos ella y Don Silues dieron por vn lado dela batalla tan brauamete en los enemigos q co la fuerc'a dlas saetas muchos cayan muertos: siguiendo sie- pre a su Princesa y sen~ora hizieron tan- to, que no lo pudiendo sufrir los enemi- gos se retrayan a mas andar. Lo qual visto por aquellos principes con tanta braueza los acometieron haziendo ta- les cosas que amas andar se perdieran Si la batalla en que el rey de Ruxia co dos mil Jayanes venia no los socorri- era. Pero el Rey amadis como muy sa- bio fuesse en aquel menester / luego mo- uio co la suya. Que si las dos llegadas primeras fueron muy crueles mucho mas lo fue esta tercera / tanto dolorosa que muchas madres perdieron alli mu-chos} {CB2. hijos, y muchas mujeres sus dul- ces maridos: y muchos hijos sus ama- dos padres: y muchos hermanos sus caros hermanos. Porque fue tanto el impetu delos vnos y delos otros q las astillas que bolauan parescian quitar al Sol su claror como vna nuue quado passa: q buen rato duro el quebrar y llo- uer astillas, de alli se metiero aquellos tan preciadissimos Caualleros en sus enemigos: dando a diestro y a siniestro que no auia tal que no matasse o llaga- sse cauallero a muerte: de qualquiera d- llos. Pero el rey de pilapela que vn va- liente Gigante era. Porque delos mu- ertos sen~ores enlas batallas passadas auian ya alc'ado sus gentes: alli Reyes los mas cercanos: y aquien con dere- cho los Reynos pertenescian. Este pu- es fortissimo GIgante Rey de pilapela andaua con Treynta gigantes sus pa- rientes: haziendo gran matanc'a enlos Christianos. Lo qual visto porel Rey Amadis tomando consigo todos aque- llos principes sus hijos, y esforc'ados caualleros / arremeten para ellos muy valientemente y comienc'an vna braua Batalla: y a esta sazo fue la mayor prie- ssa. Los vnos por sus sen~ores: los otros por sus Jayanes: que infinitos cayan muertos d ambas partes: que como pa- lizada estaua al derredor delos que pe- leauan con los Jayanes, y la Infanta Alastraxarea, y el rey Amadis: y Don Rogel: y don Arlanjes de Espan~a pe- leauan a pie en vna aspera batalla, que cierto si aquella sazon la hermosa Pan- tasilea conel buen don Silues dela Sel- ua por alli no llegara sin dubda ningu- na todos ellos murieran segun la gran multitud delos enemigos q sobre ellos estauan: o alomenos lo passaran muy mal. Pero con la llegada de aquellos valerosos principes Don Silues y pa- tasilea, tuuieron lugar aqllos cauallos de dar la muerte aqllos co quie peleaua} [fol. 56v] {HD. Dozeno. +} {CB2. A esta sazon vn fuerte jayan que rey de Taldas era se vino para Pantasilea / y le dio vn golpe d mac'a en descubierto del escudo que si el yelmo tan bueno no fuera la vuiera muerto. Lo qual visto por don Silues como hombre desespe- rado, se fue tras dl y co su espada le dio tal golpe: qual hombre de su hedad ja- mas se vio dar que todo vn lado sin pre- star le armadura ninguna que truxesse fue hedido hasta la cinta: delo qual cre- cio tanto esfuerc'o en todos que como Leones rauiosos se meten en sus ene- migos. Do Silues se llego a su sen~ora Pantasilea / y dixole mi buena sen~(a)[o]ra como se siente la vuestra merced. Bue- na dixo ella alos Dioses gracias pues tam[ ]bien vengada quedo de quien dan~o me fizo: y conesto se mete etre los otros que Lengua ni Pluma ((que no casasse)) bastaria a recotar los insignes hechos que hizieron los golpes estremados q dauan. Pero la batalla estaua en peso sin a vna parte ni a otra acostar se la vi- ctoria, por causa dlos muchos jayanes que dela parte de ruxia alli auia / aunq muchos auian sido muertos. El esfor- c'ado rey Amadis que lo sintio con to- dos aquellos caualleros: se salio dela Batalla / y assi como salieron comen- c'aron los suyos a perder campo / pero recogendo todos los que no peleauan y las mugeres dela reyna: dan con tata furia en sus enemigos por vn lado, que por aquella parte ya perdian el campo a mas andar. Mas a aquella parte acu- dieron el rey de Ruxia: con todos sus Gigantes y reyes sus aguardadores / y comienc'ase alli a abiuar la batalla: la mas braua que en todo el dia auia sido don Florisel de Niquea que al Rey de Ruxia conoscio se fue para el como vn Leon san~udo, diziendo aguarda Rey de Ruxia que yo te hare que no tengas mas cuydado delos amores dela sobe- rana reyna Sidonia. No piense yr te} {CB2. me alabado como ya otra vez te fuyste El rey de ruxia que enlas palabras lo conocio no paresciendo le bue cosejo a- guardar mucho sus duros golpes / se metio entre los suyos: y alli acudio tan- ta gente, que don Florisel no pudo exe- cutar su voluntad por entonces: metie- do se cada vno por do mejor podia apro- uechar se de sus enemigos: sin punto ja- mas descansar: que las armas trayan tintas de sangre todas assi d fino rosi- cler delas suyas: como dela mucha que delos enemigos auia derramado: que casi andar no podian: sobre la multitud delos hombres muertos que tendidos estauan. Pues quien podria contar lo que el buen rey don Galaor, con do flo- restan: Angriote d[ ]estraus: Olorios d Espan~a: el buen Sarquiles: conel bue Emperador de Roma: Arquisil hazia Sino que si en toda su vida honrra al- guna no vuiera ganado: entoces gana- ua assaz para toda su vida: que cosa nin- guna se les mamparaua delante, y la ba- talla no hazia mudanc'a alguna, y la no- che se venia amas andar: no auia saluo alguos buenos hechos q se hazian. La mucha gente q moria: la mar que testi- monio dela crueldad delos hobres da- ua. Mas a esta sazon las dos batallas q como os diximos en el recuesto esta- uan, comenc'aron a desplegar sus sen~as conosciendo ser menester su ayuda: y a tocar infinitos menestriles, discurrien- do con gran alarido por la ladera aba- xo diziendo. Sifornia sifornia. Califor- nia california. Saba saba. Tarsis tarsis Arabia arabia. Porel Rey Fulertin co- mienc'a a dar en sus enemigos: porque los que alli venian, eran don Galtasar hijo del rey Fulertin de Tarsis Saba y arabia, y las excelentes reynas Cala- fia y Pintiquinestra, con sus amados Maridos: de quien esta gran hystoria a hecho gran Mencion, con Veynte mil mugeres delas suyas blancas y ne-gras} [fol. 57r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lvij.} {CB2. como supieron la necessidad de su ayuda con sus mugeres entraro en na- os y vinieron a costantinopla y enel ca- mino encotraron el armada dl Rey de saba y llegaron a sazo que bien fue me- nester su ayuda, porque las mugeres d las reynas comec'aron a lanc'ar tatas flechas en sus enemigos que infinitos cayan por aquel suelo. Poniedo les gra tristeza / y alos Christianos gran ale- gria: porq cada vno esperaua aquel a- yuda para si. Pero boluiedo a nuestra hystoria, aquellos principes, q la sobe- rana ayuda conoscieron. Comienc'an con nueuas fuerc'as / y corac'o y mayor osadia a pelear. Pero el rey d ruxia co sus gigates estoruaua la victoria que so- los ellos sostenia la batalla / lo qual ya visto por el emperador amadis con to- dos aquellos caualleros se fue por aq- lla parte peleando como Canes rauio- sos sin tomar descanso alguno / hasta q llegaron a do los Gigantes peleauan. Arremetiedo a ellos con las lanc'as ba- xas / el rey amadis y don galaor mata- ron aquellos con quien encontraron. Al tanto hizieron algunos delos otros principes, y luego colos otros. Comiec'- a vna braua batalla, que pa cada chri- stiano auia dos gigantes & infinitos pa- ganos. Pero la reyna calafia y pitiqui- nestra con sus mugeres / y la esforc'ada Reyna Calpendra / aportaron por alli q cosas estran~as auia hecho. Que sola ella auia muerto cinco jayanes: y en lle- gando: deshizieron la priessa dela gente pero el principe don florisel de Niquea que enel rey de ruxia tenia el ojo. Arre- metio para el, su espada enla mano que sin poder el huyr: lo alcanc'o. Buelto el vno para el otro / comienc'a vna dura batalla ((como el rey d ruxia fuesse esfor- c'ado cauallero)) si su poca justicia no se lo estoruara. Aquella sazon fue alli la mayor priessa dela batalla. Los vnos por fauorecer asus reyes. Los caualle-ros} {CB2. christianos a don Florisel d niquea que infinitos eran los que cayan muer- tos de ambas partes. Pero con la lle- gada delas tres preciadas reynas ama- zonas la batalla se mezclo demas de do- zientos mil hombres cayendo monto- nes de muertos: y por aquello diero lu- gar aquellos principes d matar todos los jayanes que quedauan: y con gran furia se meten por la priessa. Hiriendo a todas partes: sin jamas recebir vn so- lo punto de dscanso fasta que con assaz trabajo pudieron llegar a donde Don florisel peleaua. Derribando Caualle- ros y cauallos: jayanes / peones q hen- didos por medio que brac'os piernas. Tanta era la furia que lleuauan que do Florisel que sintio la buena ayuda que le hazian. No fue perezoso en delibrar se del rey q por fino quel yelmo era: fue hecho dos piec'as junto conla cabec'a / y co gran alarido dan enlos enemigos Los quales como sin caudillo se vies- sen ni persona de quien ouiessen vergue- c'a. No quedando de passados de noue- cientos mil caualleros Dozientos mil se comienc'an a retraer poco a poco / y los christianos a seguir su victoria: aca- udillando los mas holgados. El Rey amadis arremete conellos asus enemi- gos con tal impetu: que sin resisitencia al- guna. Comienc'an a seguir el alcance, y los otros a huyr quedando tantos mu- ertos que no lleuauan numero. Pero los christianos: no queriendo dexar de conseguir su gloriosa victoria. Dieron tras dellos con tanta furia: matando y hiriendo que por do quiera que yuan / dexauan tantos muertos que los que a- tras venian trompec'auan y cayan ene- llos muchas vezes. Pero a esta hora la diosa Diana temiendo de ver ta gra crueldad su hermosa cara, auia escondi- do con espessos Nublados, auiendo al Mundo venido acompan~ada dela dio- sa: dadora de suen~o. Pero no la veni-da} {CW. h} [fol. 57v] {HD. Dozeno +} {CB2. dela noche. Fue parte para que los christianos dexassen el alcance. El qual siguieron toda la noche matando y hi- riendo / quando la man~ana vino no aui- an escapado diez mil delos enemigos / pero el Rey Amadis auia mandado al conde gandalin que recogiesse el ca- po dlos enemigos: y lo guardasse todo el qual lo hizo, haziendo recoger el oro y plata / que fue tal y tanto que jamas se vido otro tato juto enel mudo por ve- nir tales reyes como vinieron: y traer consigo todas sus grandes riquezas ((q assi lo acostumbran los infieles a ha- zer)) pero boluiendo a nuestra historia. Venida la man~ana los Christianos se hallaro mas de diez leguas apartados dela ciudad de Constantinopla: junto a otra que se dezia Coron. Y reconoscie- do se: hallaron que no faltaua caualle- ro delos principales: pero delos otros quedaron muertos passados de ciento y cinquenta mill que si la lastima de ver tantos christianos muertos: no templa- ra la vitoria: cierto recibieran gran ale- gria: pero con todo esso dieron grandes gracias a Dios porque no faltaua nin- guno dellos. Cada vno puede pensar el gozo que sentirian, viendo se libres de tan grandes peligros. Y viendo se tan mal llagados: determinaron de entrar en aquella ciudad cercana: pero antes acontecio lo que agora oyreys. {RUB. % Capitu [.]liiij. como el sabidor Alquife y vrgada la ds- conocida vinieron a do los prin- cipes estauan, y como fueron res- cebidos. y la estran~a manera co que vinieron: y como fueron cu- rados de sus llagas: y lo q mas acontescio.}} {CB2. {IN4.} YA os contamos como el con- de Gadalin quedo enel real el qual luego hizo saber la vi- ctoria alas Princesas. Pe- ro ellas ya lo sabian por los dos sabi- dores / los quales le dixeron como los Principes estauan lexos de alli que si qrian yr alla que en aqlla Ciudad seri- an curados hasta que pudiessen venir a constantinopla: delo que ellas rescibi- eron gran plazer. y dando grandes gra- cias a dios que siempre auian estado en oracion. Vistiendo se ricamente saliero al patio en hermosos palafrenes para yr y los sabidores / Vrganda: y Alqui- fe las metieron en vna nuue. Y assi fuero hasta do todos aquellos principes aca- bauan de abrac'ar ala hermosa Calafia y Pintiquinestra y a don Galtasar de Tarsis: hijo del Rey Fulurtin. Que como diximos al socorro vino: los qua- les queriendo mouer para la ciudad. Vieron por vn recuesto venir vn exer- cito de gente con passados de quatroci- entos mil hombres al parescer que to- dos aquellos Verdes campos cubri- an con su muchedumbre y en el muchas y muy diuersas maneras de Imperia- les armas dela gra tartaria: y otros se- n~orios de moros con tan gran grita q mucho pauor pusieron elos principes. Y comenc'aron a recoger la gente del al- cance que alli se hallo: que hasta veyn- te mil hombres serian: y otras tantas a- mazonas. y puestos ellos delante sus escudos embrac'ados, esperaron a sus enemigos: que lo mismo parescian que- rer hazer / pero queriendo encontrar al tiepo del juntarse, nada viero delan- te de su. De q no poco espantados fue- ron, mas a poca piec'a vieron venir con- tra ellos vna nuue echando tatos true- nos y relapagos: que parescia que a to- dos quantos estauan alli dauan / pero ningun mal hazian a nadie y al cabo de vna gran piec'a la nuue se abrio: y ene-lla} [fol. 58r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lviij.} {CB2. pareciero aquellas hermosas prin- cesas, y el honrrado viejo Alquife y la sabidora Vrgada la desconocida. Qui- en os podria contar el plazer de todos aqllos principes: sino que hallo mi len- gua tan torpe y mi pluma tan grossera, que no oso meterme en narrar ta exces- siua alegria: dexola al juyzio dl muy dis- creto lector: poder conoscer lo que sus animos sentirian: viedose salidos de ta peligrosa guerra y todos juntos. Alli se recibieron: los q aun no se auian vis- to de aqllos p<>ncipes y princesas espan- tados de aquella estremada hermosu- ra dela infanta fortuna: dela fuerte pan- tasilea. Y luego fuero camino dela ciu- dad con mucho solaz, dode fueron bien rescebidos. y metidos enel alcac'ar dla ciudad ((que muy ricos y arreados los auia)). Luego fueron desarmados Ca- da vno por mano de aquella que mas a- maua. Mi sen~ora dixo la infanta fortu- na contra la infanta pantasilea. Yo qui- ero quitaros las Armas con que a to- dos los caualleros sobrays: pues las de donzella con que a todos venceys / no puede ninguna tener presuncion de venceros con las suyas. No teneys mi sen~ora dixo la princesa pantasilea enes- sas segundas de que os quexar. Pues tales y ta ofensiuas las teneys: que ami con ser donzella las primeras y segun- das bastan a romper y destruyr. Y con estas y otras muy graciosas burlas fue- ron puestos en ricos lechos: y curados por mano delos sabidores alquife y vr- ganda la desconocida: con muy suaues vnguetos. Que algunos auia que esta- ua muy mal heridos: passando mietra enlas cama estuuiero muy graciosas bur- las. Pero quien mas pena ala sazon te- nia era la reyna Cidonia: viendo como la fortuna si quisiesse la podria poner e- nel mayor triumpho de su victoria. Lo qual dxaremos para su tpo y lugar: por cotar lo q ala hystoria haze al caso.} {CB2. {RUB. Capitulo .lv. como es- tando enl lecho el Principe do Rogel passo muchas cosas con la princesa leonida: y como con- certaron que la pidiesse en casa- miento. Y lo que don Florisel y la Reyna Sidonia passaron.} {IN4.} CAtorze dias estuuieron enlos lechos aquellos principes, to- dos en vna misma sala por to- mar mayor plazer: curandose de sus heridas: passando todos gracio- sas burlas: en especial delos Sabios que con sus artes procuraua dar les el mayor plazer que podian. Especialme- te don rogel y su padre don florisel que en encendidos fuegos eran abrasados: viendo delate de si: el vno ala hermosa infanta Leonida su sen~ora y el otro ala hermosa reyna Sidonia que no fue tan- ta parte el amor que a Elena tenia / que viendo se della apartado: y sin esperan- c'a de[ ]mas verla no le abrasasse el psente porque el ausente desuanece: y el presen- te crece. Fue pues assi que halladose vn dia la reyna Sidonia cerca de su lecho sin que nadie cosa alguna pudiesse en- tender. Temblando como si conel res- to del mundo vuiera de pelear acordan- do se como pudo oluidar tan hermosa Reyna: puesto que della ya estuuuiesse perdonado sacando de su pecho vn pro- fundo sospiro comenc'o a dezir. Si algu- nos seruicios reyna y sen~ora mia d vro Morayzel aueys rescebido / sea basta- tes a q del os dolays: y de ta crueles pe- nas como por vos padezco: o si no ha- gasse el sacrificio q de sen~ora tenia- des ordenado. O principe Ajesilao y como fuera mejor co tu soberana forta- leza, cuplir el do q a esta reyna tenias p- metido: que no con tal engan~o entregar me para mayor dan~o mio. O vida para mayor muerte o muerte pa mayor vida} {CW. h ij} [fol. 58v] {HD. Dozeno +} {CB2. o muerte tardada pa mas crecida muer- te venida pa mayor vida si viniesses. Es- to dzia con tantas lagrimas, que no me- nores las hazia destilar de sus ojos ala reyna Sidonia. Antes en gran abudan- cia: pero con desassossegados descasos. Sacados de su pecho: comenc'o a dezir. Ay morayzel y por mejor dezir don flo- risel: quebrantador delas honestas Le- yes d mi reyno & mayores dlas mas de mi honestidad. Como pides misericor- dia a dode no la tuuiste: como pides pie- dad: donde hallandola no la supiste go- zar: & como quieres que quiera / lo que no puedo ni deuo poder, porque ni las leyes de mi honestidad. Ni la grauedad real a do florisel puede conceder lo que morayzel a Sidonia nego ni ati la sobe- rana princesa Elena deue ser tan presto oluidada / ni menos a mi obligacion es deuido dar tal fauor, debaxo de titulo / que menos que esposo sea. Lo qual pu- es quado quise no pudo ser. No querra los dioses q aunq quiera pueda: y con esto callo & don Florisel no con menos passion que antes Tomando le las ma- nos comenc'o a replicar: ban~ando selas en lagrimas diziendo. No deue de po- ner vuestra merced culpa alo quel cuer- po haze: si el anima no hierra: pues pa- ra saluar la vida del excelente Princi- pe don Falanjes de astra: co no menos cautela que aquella se podia ni sufria fa- zer, por causa delas castissimas leyes d vuestros muy soberanos reynos. y pu- esto caso mi sen~ora / que tornados a mi ley, yo quisiera cuplir lo que a vuestra real obligacio era deudor de baxo de ti- tulo y yugo de verdadero matrimonio No podia ser por entoces: por ser au bi- ua mi soberana esposa Elena. Lo que mi sen~ora os suplico es q ayays piedad de vuestro don florisel: y lo que entoces no pudo ser sea agora. Pues bastate im- pedimiento para ello no hallo: y en se- n~al desto me deys vuestras muy her-mosas} {CB2. manos: ay don Florisel dixo Si- donia: y como los dioses te (n)[d]otaron de no menor discrecion que Hermosura. Ay de mi que ya no se sufre lo que ento- ces sufrimiento tenia en quanto a ser tu esposa pues los dioses no lo pmitiero q<>n- do con justo titulo y razon fuera tuya. Que mas precio ser tu sen~ora por respe- to dela obligacion en que me eres que no muger del principe do florisel y en se- n~al dste sen~orio te quiero hazer merece- dor de besar mis manos. Y enesto le pu- so vna de sus muy hermosas manos en la boca: con mucha gloria de don Flori- sel, y plazer de ajesilao que parte delas platicas auia oydo. Y tenia pensamien- to de hazer lo que adelate oyreys todo lo qual dexaremos por contar lo que a don rogel y la princesa Leonida passa- ron mientras enel lecho estuuo. Que era tanto que no os lo sabria Hombre contar: importunando le el cotinuame- te por su remedio, y ella defendiendo se le. Dissimulando hasta que vn dia estan- do ya el mejor y teniedo mas lugar que antes. Sintiendose mal aquexado del amor de Leonida comenc'o a dezir con muchas lagrimas en los ojos / toman- do las manos dela Princesa Leonida colas suyas. Soberana princesa mi sen~o- ra, si lo menos dlo mucho que sieto ma- nifestaros pudiesse. Por el mas biena- uenturado delos nacidos me ternia, po ay de mi que siento lo que no puedo ma- nifestar. Ay de mi sen~ora que muero sin ser remediado: vuestra sobrada hermo- sura y gracias me combida. Mi poca di- cha me despide. Amor me cobate / vues- tro gran desamor la resiste. Ay que soy combatido, y no tengo mamparo nin- guno: sino el fuerte Escudo de vuestra piedad. Dela qual mi sen~ora os pido q vseys de piedad tomando me por vues- tro esposo: si[ ]no quereys que aqui haga las sen~ales que el Cisne haze denun- ciando su Muerte: con su triste y dulce} [fol. 59r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lix.} {CB2. canto. Antes que venga: y conesto ca- llo besandole sus muy hermosas Ma- nos muchas vezes con abundancia de gruessas lagrimas: que no menos fuer- c'a tuuieran: quel agua echada enla ar- diete fornaza para acrecentamiento dl fuego. Assi del todo rindio aquella her- mosa infanta las llaues dela fortaleza de su honestidad, ante la hermosura de don Rogel. Y con boz muy turbada co- menc'o a dezir. No teneys de que os q- xar mi sen~or y amigo principe don Ro- gel, pues no menos padezco que vos pa- deceys. Y no menos resisto con las ar- mas de mi honestidad que vos resistis. No menos sieto vuestro mal que el mio proprio: y pues vos mi sen~or con tanta onestidad y limpieza mi amor quereys. Dende aqui me otorgo por vuestra le- gitima muger y esposa. Y don Rogel co gran alegria de su anima la recibio por tal con mucho plazer / besando le sus hermosas manos: quedando concerta- do lo publico para en Constantinopla. Y luego otro dia se leuataro todos muy ricamente atauiados / y ordenaron su partida para el siguiente dia co mucho plazer de todos: y aquel dia do Silues dela selua: con la hermosa Pantasilea se salieron escondidamete dela ciudad por hazer lo que adelante oyreys: los quales se amauan mucho: pero no por que la infanta Patasilea nada le diesse a entender a don silues. Lo qual dexa- remos para su tiempo: de que gra cuen- ta haremos: por contar lo que mas aco- tescio. {RUB. Capi [.]lvj. como par- tidos para constantinopla aquellos principes vuieron justa co dos caua- lleros, y lo que enella les auino y co- mo llegaron a costantinopla / y lo q enel camino les acontescio.}} {CB2. {IN4.} VEnido el siguiente dia co gran claridad ((tales como e aquel mes lo suele hazer)). Y aquel dios Apolo su aposento e vir- go hazia. Auiendo salido dela casa de leon, y ahuyetadas todas las tinieblas co nueua claridad los principes fueron puestos sobre sus Cauallos Armados todos de ricas armas / y muy nueuas que eran estos. Amadis de Gaula y el Emperador Esplandian / Lisuarte de Grecia: y Amadis de grecia: do florisel de Niquea: don Rogel de grecia / y el principe Anaxartes: don Falages d as- tra: la muy preciada alastraxarea ((que armada quiso yr)) y el principe ajesilao do Arlages de espan~a: Anastarax: sol- da de niqa: don Filisel de Montespin, y don Galdes: do Florarlan de tracia: do Brianjes: don Lucidor Rey de Fran- cia: el Emperador de Roma: Arquisil: do Florestan: y el Rey Brimartes: don Galtasar de tarsis: y el rey don Flores- tan, y don Galaor: y Perion de Gaula / el Emperador de babilonia, Lucencio. E assi mismo Talante: y Maneli: y el buen Perion con las fuertes Reynas Calafia: y Pintiquinestra. Y los otros reyes principes y emperadores: de qui- en esta hystoria ha hecho mincion y las Princesas fueron puestas en el Carro triumphal dela reyna Calpendra: que tan riq<>ssimo como hemos dicho era sen- tadas en hermosos estrados, sin poder rescebir calor ninguo: y co mucha orde tornaron el camino dela gra ciudad de costatinopla ((que no mas de vna jorna- da d alli era)) co mucho plazer de todos Ya que el hermano de Proserpina con su caminar mas fuerc'a en si tomaua pa- ra su camino: y cotidiana jornada cum- plir. En vna Floresta se apearon cabe vna fuente: y alli les fuero puestas las mesas: donde con muy gran solaz. Co- mieron: y con tanta alteza como si en Costantinopla estuuieran a Sombra} {CW. h iij} [fol. 59v] {HD. Dozeno +} {CB2. de muy hermosos arboles: pero vien- dolos los sabidores tan metidos en su solaz por acrecentar mas la fiesta. Fizie- ron salir delo mas espesso dela floresta dos leones, los mas grandes y hermo- sos q podian ser, los quales se pararon a mirar la gente, y el rey amadis q los vido dixo. Hermosa auentura senos a- pareja. Pero el que fuere enamorado si- ga los leones: y el que la cabec'a dellos truxere presentandola a su amiga, ella sea obligada a darle vna joya: y assi lo pongo por ley / lo qual oydo por todos aquellos caualleros que alli estauan q seruian alguas damas. A mucha pries- sa demandaron sus cauallos. Pero pa- resciendo le a don Rogel demasiada tardanc'a, sin aguardar el yelmo. Se va para los leones: su espada enla mano: pero ellos que lo vieron venir: erizado las crines, se vinieron pa el, mas el p<>n- cipe do rogel rescibio al primero ta[ ]bie q de vn golpe le corto amas las Ma- nos, y el Leon le asio del escudo, y el o- tro le salto encima. De que se vido en harto peligro por no tener yelmo. Pe- ro el le dio tal golpe con la punta del es- pada por la barriga quel corac'o le par- tio, y cayo muerto, y el otro leon con la otra mano le fue a asir: pero el le dio tal golpe por los lomos. Viedose ate su se- n~ora y ta preciados caualleros: que he- cho dos partes vino al suelo, y de dos golpes les corto las cabec'as, y toman- dolas por los cabellos, se fue a hincar d ynojos ante su sen~ora leonida dizien- do. Suplico a vuestra mesura mi sen~o- ra me perdoneys por auer tenido osa- dia de manifestar mis pesamietos / pu- es no lo osara hazer: si[ ]no me valiera vuestra mesura. Principe don Rogel di- xo la Infanta Leonida. Yo agradez- co ala vuestra merced el don: y mas de tal principe como vos. Yo cumplire el mandado de mi sen~or el Rey y con aq- llo besandole el las manos le echo vna} {CB2. cadena de Diamantes: que a su cuello tenia al de don Rogel, con gran gloria suya: y plazer de todos: especialmente del principe Anastarax, y dela princesa Siluia, teniendo por bie casada a su hi- ja: si con tal principe casasse pues en su tiepo mejor no lo vuo, en esfuerc'o. Co dotes de tan grades estados, y a quien mas plugo fue al principe do filisel de motespin su hermano: y conesto siedo cayda la fiesta. Tornaron a su acostu- brado camino: en dmasia alegres: pero a poca piec'a que vuieron caminado, vie- ron vna hermosa ribera de vn Christa- lino rio: porque todos los muertos as- si Christianos como paganos auia sido mandados enterrar y qmar ((cada vno segun su ley y costumbre lo mandaua)) en medio del rio auia vna Puente muy bien obrada y al cabo dela puente esta- uan dos caualleros armados de todas armas y vnos Soles muy pequen~os sembrados por ellas, puestos cabe vna tienda muy rica / ala qual estauan arri- madas muchas lanc'as de roquetes. Y luego viero como hablauan co vn escu- dero: el q<>l caualgado en vn Palafren: se venia para ellos llegando ante ellos dixo. Sen~ores caualleros: mis sen~ores aquellos caualleros delos soles os ma- dan por mi dezir: que ellos guarda este passo a todo hobre que Armas trayga por amor se sus sen~oras y que por no in- juriar a tatas hermosas duen~as como enel mundo ay quellos no dize que sus sen~oras son las mas fermosas dl mudo: po q es mas su hermosura dlas dos her- manas sus amigas que la bondad d to- dos los caualleros del mundo. y sobre esta razon passara cada vno dellos tan- tas Carreras hasta que vno cayga / y quel que cayere no pueda pedir Bata- lla de Espadas / y que por precio dela Batalla y hermosura de sus Sen~oras quedaran los Cauallos delos caualle- ros caydos. Assi mismo los cauallos d} [fol. 60r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lx.} {CB2. mis sen~ores si ellos cayere. Amigo di- xo el rey amadis los caualleros deuen ser mesurados y buenos pues tato gu- ardan la honrra delas duen~as y donze- llas. Y pues assi es dezildes q aqui ha- remos lo que quisieren: por no yr a bus- car agora otro passo, con las condicio- nes que demanda. Y con aquello se bol- uio el escudero: luego se puso el vno de- los cauallos en son de justar y a el salio el code Gadalin, pero al primer encuen- tro fue al suelo. En el nombre de dios di- xo Busendo el enano de don florisel q es- tos caualleros ya se comienc'an a mos- trar a bolar, y luego salio cotra el caua- llero: el principe do Galdes: po tabien dexo su cauallo. Luego salio don Bria- ges, pero ala segunda carrera fue a pie tras el salio don Filisel de Montespin y dieron se muy grandes encuentros / po ninguno se mouio dela silla como si fuera vna pen~a, y assi hizieron las segu- das carreras: pero alas terceras don fi- lisel fue al suelo: y el otro Cauallero fue tan desacordado: que aynas cayera / y todos los principes lo tuuieron en mu- cho por auer derrocado tan buen caua- llero como era don Filisel de Motespin: mas el otro cauallero delos soles no co- sintio a su compan~ero que mas justasse y puesto el enla carrera espero a que vi- niessen a el los cauallos dlos cotrarios y luego salio el principe don Florestan. Mas alas primeras carreras cayo en el suelo. A dios merced dixo la prince- sa siluia: q segu me semeja, ya alos caua- llos les sobrara cauallos: pero callaro porq salio ala justa el preciado principe Artaxerxes. El qual corrio dos carre- ras: pero ala tercera se hallo enl suelo. Que dire sino que por no ser prolixo: antes que fuesse de noche fueron derro- cados mas de .l. Caualleros delos pre- ciados. Entre los quales fue Arquisil: y Gradamarte: y Perion de Gaula, y otros muchos Caualleros muy precia-dos.} {CB2. Muy espatados todos dela estra- n~a bodad delos dos caualleros dlos so- les, en especial del segundo y con gran risa por dissimular dixo la reyna Oria- na contra la reyna calpendra. No fue- ra malo sen~ora si truxeramos otro car- ro para estos caualleros que me seme- ja que les conuendra caminar a pie: per- ro aquella sazon el Emperador Ama- dis con mucho enojo: salio contra el ca- uallero: y al tiempo del encontrar: el ca- uallero alc'o la lanc'a: y el emperador fi- zo lo mismo: y el cauallero quito el yel- mo. Quedando co su estremada fermo- sura, y luego fue conoscido que era don Silues dela selua: y el cauallo que pri- mero justara, era la hermosa princesa Pantasilea: de que todos fueron muy marauillados. Siendo muy bien resce- bidos del Rey Amadis dixo el riedo. A vos hermosa princesa y buen princi- pe se deue agradescer en daros a conos- cer a estos caualleros el yr a Cauallo. Que si[ ]no a pie les couiniera caminar: y con tanto por ser noche: quedaron a- lli con gran alegria de todos. En espe- cial del empador amadis: que bien cuy- daua q don Silues era su hijo y delos otros principes en auer tan estremado cauallero en su linage con ser tan nin~o: y tambien dela bondad dela hermosa pantasilea. Pero sobre todos era el ale- gria dela buena Reyna Finistea, hasta que el siguiente dia venido. Llegaron ala ciudad: dando infinitas gracias a Dios por verse alli fuera de tantos pe- ligros: y trabajos como hasta alli auia passado. {RUB. % Capi .lvij. como sie- do llegados ala ciudad de Costantino- pla fuero desposados don Rogel, y leo- nida: y otros caualleros. Y del do que do Rogel: y Ajesilao pidieron a do flo- risel y ala reyna Sidonia, y lo que mas acontescio.}} {CW. h iiij} [fol. 60v] {HD. Dozeno +} {CB2. {IN4.} EN gran solaz passaron aque- [l]los principes aquella noche hasta que fue hora de retraer (e)a sus aposentos: e los q<>les resposaron hasta el siguiente dia. El q<>l venido co muy gran hermosura, como conuenia. Se leuantaron todos fermo- sa y ricamente atauiados: como atal fie- sta couenia: y siedo dicha la missa muy solemne. Se fueron a comer enla gran sala siendo tan altamente seruidos co- mo atal mesa pertenescia. Y acabada la comida / estado gran ruydo de menstri- les. El rey amadis rogado q le oyessen comenc'o a dezir. Soberanos y altos principes mis hijos amigos deudos y parientes: bien se os sera notorio como el soberano principe don Rogel mi nie- to / hijo de don Florisel de niquea: ligit- mo sucessor delos dos imperios esta sin muger: y como seria razo dar sela: y tal con que el sea contento: pero para ellos pido el consentimiento de su padre y as- si mismo de todos los dmas principes para hazer ciertos casamientos que te- go acordado de hazer. Todos les res- pondieron que hiziesse su voluntad de todos ellos como de cosa suya que era. Entonces leuantadose el rey Amadis tomo a don rogel y lleuandolo ante la princesa Leonida. Tomando la por la mano dixo. A vos hermosa princesa su- plico que tomeys este cauallero por vu- estro esposo y marido. Ella fincado los ynojos en tierra le beso las manos, y as- si mismo a sus padres y la infanta Leo- nida dixo q ella no podia fazer: sino lo q le madaua y luego fuero dsposados por mao dl patriarca d costatinopla. Y assi mismo por[ ]mao d el rey amadis fuero ds- posados: do Filisel d motespin co la in- fata anaxara y el p<>ncipe artaxerxes co la reyna lardenia ((q vna dlas fermosas dozellas q se podia fallar enl mudo era[))] Co solaz d infinitos instrumetos: y mas dlos p<>ncipes dsposados: estado cabe} {CB2. sus esposas. Gozado d aqllo q alos des- posados es pmitido gozar. Estado pues las cosas enl estado q aueys oydo, el p<>n- cipe do Rogel de Grecia y Ajesilao: se leuataro en pie: y tomados por las ma- nos se fuero a fincar d inojos ate la her- mosa reyna Sidonia y Ajesilao come- c'o a dezir assi. Fermosa y alta reyna mi sen~ora: pues enel primer do q a vra alte- za pedi: tabie la fortuna me q<>so fauores- cer. Suplico ala vra merced no me nie- gue el segudo: pues la estrema necessi- dad a ello me copele, y coesto ellos le be- saro las maos: y ella los leuato diziedo q pidiessen lo q fuesse su volutad, q ella lo otorgaua. Y leuatados d alli fiziero lo mismo ante do florisel d niqa, el q<>l di- xo lo mismo: pues lo q nosotros qremos dixero ellos. Es q la vra merced y mi se- n~ora la reyna sea dsposados luego: pues ta bie viene este casamieto. Mucho fue- ro todos marauillados de aql don: y el rey brimartes le peso siedo la muerte d su fija ta fresca po dissimulado lo mejor q pudo callo: y la reyna sidonia dixo co- tra ajesilao. O soberano Dios y como vros secretos son marauillosos y gran- des: q q<>sistes q sidonia d morayzel fuesse egan~ada: y q su cabec'a por mis pprias manos d muerte fuesse reuelada pa ma- yor dan~o mio: q agora co tata hora fues- semos ayutados. Ay d mi q ni se q faga ni q emieda tome: mi hora me pide vega- c'a: mi real presencia me la niega, po mi palabra no puede ser falsada. O p<>ncipe ajesilao y mejor darayda pues siepre en ti como darayda falle cosejo: suplicote como a tal p<>ncipe: y ruegote como a da- rayda melo ds tal q<>l d ti lo espero, la rey- na darayda: q briolaja solia ser. Leuan- tado se e pie: fue a fincar los ynojos ate la reyna sidonia diziedo. Mi sen~ora no es razo pues yo gozo dl nobre de daray- da otro goze dlas obras: y pues vra mer- ced a darayda pguta darayda respode q lo q por los soberanos p<>ncipes esta} [fol. 61r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxj.} {CB2. acordado y hecho. Esta muy bie hecho y a ellos suplico que no suelten la pala- bra: pues assi es dixo la reyna diga el va- leroso principe don Florisel su parescer que el mio con la fuerc'a de mi palabra, presto esta ala obra. Que tengo yo de dezir dixo do Florisel: sino q rescibo la mayor merced que recebir pudiera en esta vida: y que estoy muy presto de cu- plir la. Y luego por mano del Arc'obis- pos con gra gloria suya fueron desposa- dos: acrescentado el solaz en gran ma- nera con demasiada gloria dela reyna, viendo aquel hecho tanto a su horra a- cabado: luego alli fue acordado que el dia de sant Juan, que dende en quinze dias era: fuessen celebradas las bendi- ciones de todos aquellos principes: y que fuessen apregonadas grandes fies- tas: por causa dlos desposorios: assi pa- ssaron aquel dia danc'ando los desposa- dos con sus esposas: con gran desseo de ver venido el dia d su gloria, aunque do Arlanjes y Ajesilao las mas delas no- ches la gozauan. Lo qual dexaremos por cotar lo que enla corte acontescio. {RUB. % Capitu .lviij. como vino ala corte la estran~a auetura dela gloria delos leales: y deslea- les amadores: y como fue proua- da y como el Rey Amadis la aca- bo: y lo que mas acontescio.} {IN4.} OTro dia venido siendo leua- tados los desposados co gra desseo d ver a sus esposas los que dellas no auian gozado / y aun tambien los q la fruta de sus tra- bajos auia cogido, porq dode ay amor no lo disminuye la conuersacion: antes es como len~a en muy encendido fuego auiedo oydo missa co gra deuocio. To- dos estado en gra solaz: entro por la pu- erta dela sala vn pequen~o castillo sin q nadie lo traxesse, saluo q todo era muy ricamete obrado de piedras de mucho} {CB2. valor: lo q podia parescer. Delante te- nia vna puerta cerrada: y enella vna al- daua de oro: sobre la puerta del castillo auia vna tabla d oro y enlla esculpidas vnas letras labradas co ricos esmaltes que assi dezian. % Quando el brauo le- on de bretan~a co la sobrana onc'a con sus bramidos: las puertas del castillo tocare: queriedo la gloria de amadores etrar: sera la presente auetura acabada en baxo destas auia otras letras q assi dezia. % Esta es la gloria dlos leales y purgatorio de deslealtad: ninguno que al amor aya sido traydor: sea osado de prouarla. Sino aq<> seles auisa co dsigu- al tormento. Muy espatados quedaro todos dl auetura ta fermosa / y auiedo leydo las letras a muchos peso de ver la. Y maldezian a quien la auia hecho no sintiedo en si tanta lealtad como fue menester, y otros las bendezia por po- der mostrar a sus sen~oras: quanta era su lealtad, desta manera pelearon fasta que vuieron yantado. Luego quisiero prouar el auentura, y quie mas ahinca- ua enello era la reyna Sidonia por po- der mostrar a su esposo do florisel qua- to amor le tenia: y luego el primero de todos fue el empador Arquisil: el q<>l lle- gadose al castillo: tomado el aldaua to- co coella. Y luego enel castillo sono la mas suaue musica del mudo co tata me- lodia que a todos tenia embelesados, y mas al epador, y la puerta fue abierta co muy dulce sonido, y el se fallo en vna sala ta rica q precio no tenia / enla qual estaua vn trono en estremo riquissimo: y enl subido aql dios cupido: como los antiguos lo pinta: al drredor dl co har- pas. Estaua todos los passados q leal- mente amaro: y coellas hazia la dulcis- sima musica q aueys oydo, pero assi co- mo entro subiendo por las gradas. Le fue puesta vna Guirnalda de muy her- mosas Rosas, y conella contra su vo- luntad fue lanc'ado fuera del Castillo /} [fol. 61v] {HD. Dozeno. +} {CB2. muy espantados todos de verlo co aq- lla hermosura y olorosa Guirnalda: y ellos le preguntauan lo que auia visto: pero el les dezia que lo prouassen ellos y tras dl luego salio el muy valiete bri- martes: y tocando el aldaua el castillo fue abierto con semejante Armonia de gradissima dulc'ura: y entrando dentro Se hallo enla sala de Cupido: gozando dela suauidad de aquella gloria, que ja- mas de alli quisiera salir, pero hincan- do las rodillas ante cupido. Fue coro- nado de rosas algo mas hermosas que las de Arq<>sil, porque cada vno era re- munerado como amaua, y sin saber co- mo: se hallo fuera y la Musica cesso, y tras del prouo la auentura aquel buen rey don Florestan. Pero como el alda- ua sono se comenc'o a hazer vna musica muy triste la mas que en su vida oyo: y el castillo fue lleno d biuas llamas que parescia arder se: tantas y tan grandes eran: y el se hallo en vna quadra negra como el carbon: y alderredor della mu- chas sillas y enellas sentadas muchas personas: assi hombres como mugeres que fueron desleales, aquellas a quien amauan, y de sus cabec'as salian aque- llas llamas q aueys oydo que el casti- llo cercauan, y en medio dela sala esta- ua el Dios jupiter: como el mas desleal delos antiguos Dioses, tanto era el ca- lor que el rey don Florestan alli sintio q sin lo poder sufrir se torno a salir con vna guirnalda enla cabec'a que alli ga- no ta negra como la pez: de que mucho rieron todos: por mi fe mi buen sen~or, dixo la hermosa Reyna Briolanja su Muger: que bien desengan~ada estaua yo de vuestra lealtad: sin que me quisie- sedes desengan~ar. Mala ventura aya dixo el quien el auetura hizo: q a tatos buenos caualleros como aqui esta que fuera tenidos por leales: desengan~ara tan presto e sus pesamientos: y toma- do la guirnalda negra dela cabec'a la fi-zo} {CB2. pedac'os co mucha san~a: y plazer de todos viendo su enojo que por no ser le- al tenia. Tras el prouo el auetura el bu- en rey don Galaor. El qual con la me- moria de su Briolanja se fue al castillo: la musica sono muy dulcemete con gra melodia, y el entro enel castillo gozan- do de muy gran gloria: y siendo corona- do de hermosas rosas fue lanc'ado fue- ra del castillo muy alegre: y la reyna su muger no menos por conoscer su leal- tad, por no ser prolixo. Todos quatos principales caualleros enla sala estaua prouaron el auentura: a vnos auinien- do mal: y a otros bien: vnos gozando de gloria: y otros de pena. Hasta que el Emperador Esplandian entro: que ci- erto si a su amada leonorina cosigo lle- uara: y del fueran entedidas las letras a nadie con mas razon fuera otorgada. Lo mismo acontescio al buen empera- dor Lisuarte, pero Amadis de Grecia jamas la quiso prouar / por no caer en tanta afrenta. Los mismo hizo el buen principe don Florisel de Niquea. Pe- ro do Rogel que se atreuio mas a su es- fuerc'o que a su lealtad: quando fue cer- ca del castillo: las llamas comenc'aron las mas brauas del mudo, y el salio del castillo con vna guirnalda no muy fres- ca, antes negra como la pez: de que reci- bio gran enojo: y maldezia los encanta- mentos y a quien los hazia. No teneys razo mi buen sen~or dixo el Sabidor Al- quife, porque antes merece mucho bie que si vos fuerades leal, sacarades co- forme vuestra corona. Pero pues assi es poneos a vos la culpa y no alas artes, y conesto el Principe Ajesilao se lle- go al castillo / y la Musica se comen- c'o tan suaue que nunca tanto hasta alli auia sido / y el salio del Castillo coro- nado dela mas hermosa Corona / que hasta alli se auia dado. Tras del entro don Arlanjes de espan~a: y lo mismo le acotescio que a Ajesilao: y co la misma} [fol. 62r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxij.} {CB2. suauidad: entro don Brianjes: y siedo recebido con la musica: salio coronado co guirlanda de no mucha color. Pero do Filisel de mote espinos digo: q salio co la corona dela forma que la de Don Rogel era y ta negra / auiendo gozado delas llamas co gran pesar de Anaxa- ra: pero el les certifico que era d antes que a ella conosciesse. Assi prouaron to- dos aquellos Reyes principes y Em- peradores. Saluo el excelete rey Ama- dis que fue el postrero: pero primero quiso que prouassen el auetura las due- n~as y dozellas, porque confiaua tanto en su gran lealtad, que tenia por cierto acabar el auetura: y por ser ya muy tar- de lo dexaro para otro dia: passando a- quel en mucho solaz: y assi mismo la no- che cada vno se fue a su aposento: dssea- do aquellas altas y hermosas reynas Infantas y princesas: prouar el auen- tura: por dar a conoscer a sus amigos el grande y verdadero amor que les te- nian, pero ya que el dador dela luz no apressurando su corrida porel desseo de- llas. Antes co su diurno mouimieto el claror del mundo cocedia: leuantados aquellos principes y princesas: auien- do oydo la Missa que muy solemne se dixo. Se fueron ala gran sala / y luego el auetura fue prouada: de algunos ca- ualleros que el dia antes auian queda- do: y el postrero dellos fue aquel valie- te principe don Silues dela Selua: que mirando a su sen~ora pantasilea con vn muy apressurado passo llego ala puer- ta del castillo. La qual fue abierta y el entro detro y la musica sono / y el salio al cabo de vna piec'a coronado con vna corona de flores coloradas como vna fina escarlata, auiendo gozado de gran gloria: con lo qual salio tan hermoso q gran contentamiento dio de si. En espe- cial ala princesa Pantasilea y salido. % Luego la prueua se comenc'o entre aquellas Duen~as y Donzellas de tal} {CB2. manera: que todas diero las muestras del amor que tenian aquellos aquien a- mauan. En especial la graciosa y gentil Abra: la hermosa Reyna Sidonia: la Emperatriz Niquea: la princesa Leo- nida: y la hermosa Diana: y otras mu- chas. Saliendo tan hermosas con guir- naldas de biuas colores: que gran pla- zer diero a aqllos a quien amauan: sal- uo la Reyna Finestea que saco las ro- sas blancas: por la gran lealtad de sus amores y la hermosa Fortuna: porque aun no amaua a nadie. Lo mismo la rey- na Calpedra auiendo entrado: fue assi mismo coronada: porque ella amo en estremo al estremado principe Zayr hermano dla emperatriz Abra, de quie esta cronica hizo tata mencio: y del vuo aqlla princesa pantasilea. Assi que so- brina era dela graciosa y linda Empe- ratriz Abra. Auiendo prouado todas el auetura. La excelete reyna Alastra- xarea: y pintiquinestra: y calafia: y pa- tasilea. Se leuantaron asidas por las manos y despues de muy rogadas. A- lastraxarea entro la primera de todas: y siendo recebida con soberana musica salio con vna hermosa Guirnalda. Lo mismo hizo Calafia y pintiquinestra. Pero llegandose la hermosa pantasilea ala puerta: mirando a su amigo don Sil- ues dela Selua: a quien en estremo a- maua. Entro dentro con tanta suaui- dad de musica que parayso terrenal pa- recia: y salio coronada de vna guirnal- da de las mismas flores: a manera d co- rona: de que gran plazer don Silues d la Selua rescibio que bien cuydaua, se- gun los continentes dela hermosa prin- cesa pantasilea que lo amaua. Tras de- lla entraro a prouar la auentura: todas las duen~as y dozellas d alta guisa q en el palacio imperial estauan hasta q fue hora de yantar: ya que el Sol en medio su orizonte yua. Entonces la prueua ce- sso y las tablas fueron puestas, siendo} [fol. 62v] {HD. Dozeno. +} {CB2. seruidos como couenia q tales p<>ncipes lo fuessen: y siedo leuatadas las tablas. El rey amadis se leuato en pie: y toma- do ala Reyna Oriana su muger por la mano, se fue fazia el castillo diziedo mi buena y amada sen~ora / si a lealtad esta ventura a de ser otorgada a nadie con mas justo titulo deue ser concedida pu- es el capillo delas flores: y camara de- fendida / y arco de apolidon deuen de ser testigos con otras muchas prueuas para mas a finar los quilates d mi leal- tad. Mi buen sen~or dixo la reyna Oria- na a mi y a todos vuestra gra lealtad es conocida / y si bien mirays a nosotros es prometida esta auentura: y conesto llegaron ala puerta del castillo y sonan- do el aldaua: el castillo se abrio a mane- ra de Tabernaculo: pareciendo la sala dentro conel trono de Cupido: y enlo alto del castillo muchas donzellas con harpas y otros instrumentos que gra sonido hazian: y luego Amadis y oria- na entraron dentro: todos los que den- tro estauan / aquellos antiguos y lea- les Amadores hincando las rodillas ante ellos en sen~al d obediencia: desapa- rescieron todos / y luego el Cupido se leuanto a ellos: y coronados de dos im- periales coronas de vnas flores ta olo- rosas que todo lo tracendian. El dios Cupido y todo lo de[+]mas desaparescio: y en lugar del Castillo quedo vna carta la q<>l tomada por el rey Amadis luego fue leyda que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN2.} ARlendos gran sabidor enlas ar- tes Magicas alcance por mi gran- de saber la estremada lealtad / que en- los Principes deste Griego Imperio auria / y por tanto fabrique la presente obra a demostracion de mi gran saber / assi auendra, que el Cueruo negro ven-dra} {CB2. y con pujantes fuerc'as de su saber las palomas griegas robara y lleuara do humano esfuerc'o: ni saber sacar las pueda hasta que el brauo Leon con no- bre de cordero las mas peligrosas puer- tas de su prision quebrante: y aprisione alos fuertes Leones con los rezien nas- cidos Leocicos y onc'as: y esto assi ven- dra sin dubda. Todos rescibieron gra espanto: y mas los sabidores Alquife y Vrganda: y mas de ver que auia mas de mil an~os q era escripta: y la letra es- taua aun fresca: pero dexado las cosas a nuestro sen~or Dios con gran alegria esperaua el dia de sen~or sant Juan en q las bodas se auian de celebrar. {RUB. Capi .lix. como fue- ron aquellos Principes velados con muy gran fiesta y las inuencio- nes que sacaro: assi ellos como ellas y lo que mas acontescio.} {IN4.} MVcho desseo tenia todos aq- llos principes d ver passados aquellos doze dias que para sus bodas estauan dputados pero como jamas aya plazo por largo que sea que no llegue. Passados aque- llos dias con mucho solaz la vispera de sen~or sant Juan fue llegada, y todos aq- llos principes y princesas passaron aq- lla tarde en prouarse ropas para salir / el siguiente dia cada vna la mejor arrea- da que podia / y lo mismo ellos hazien- do seles aquella noche mucho mas lar- ga que las otras les auia parecido, has- ta que venido el siguiente dia: ya q las flores y rosas se comec'aua a fermosear demostrado sus matizes: dados por ma- no del sumo pintor: verdegueando las yeruas co mucha ga, corriedo aql dli- cado ayre q en semejante man~ana suele correr ta saludable a toda humana cria- tura: no auiedo dormido las princesas} [fol. 63r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxiij.} {CB2. suen~o alguno adornando se de vestidu- ras que a tal acto pertenescian esperan- do a que los principes saliesse: los qua- les salieron riquissimamete atauiados en especial los desposados que eran es- tos don Rogel / y Ajesilao / don Flori- sel de Niquea / don Arlanjes de Espa- n~a / don Florestan de Roma: don Fili- sel de Monte Espin / don Galdes rey de Rodas / y el principe Artaxerxes / don Floralan rey de Tracia. Tan riqui- ssimamente atauiados que me parece q seria cosa muy corta dexaros de contar los arreos que sobre si trayan o alo me- nos parte: assi dellos como dellas porq con rogel salio co vnas calc'as d tercio- pelo pardo: aforradas en tela de plata muy rica y acuchillado el terciopelo so- bre ella: y guarnecidas las cuchilladas de gruessas perlas y piedras y aljofar. El jubon era dela misma suerte co ta ri- ca pedreria que mas no podria ser, el sa- yo era de tercio pelo blanco acuchilla- do sobre vn Brocado pardo, haziendo vnas .L. muy enlazadas y los lazos to- dos de oro, la capa era de tela d oro par- da aforrada en otra telilla blanca muy en estremo hermosa, con su rica espada cen~ida. El principe Ajesilao salio todo vestido de brocado verde y el aforro co- lorado con tantos carbuclos y esmeral- das que gran lumbre de si echauan acu- chillado lo verde: y sobre lo Colorado haziendo vnas hermosas rosas co gra primor y artificio obradas, y enla cabe- c'a vna gorra de brocado colorado con vna hermosa pluma verde, su rica espa- da cen~ida: don Arlanjes salio vestido de brocado azul sobre el vna red de oro y en cada n~udo dla red vna gruessa per- la: dsta manera lleuaua el sayo y las cal- c'as, y el jubon con todo lo de[+]mas tan rico y apuesto que gran contentamien- to dio de si, y vn rico plumaje de oro en la gorra puesto. Tras del salio el excele- te principe do Florisel de Niquea co so-berana} {CB2. apostura vestido de vn ceti mo- rado de muy biua color todo acuchilla- do sobre vn brocado prieto: y las cuchi- lladas tomadas con cabos de oro, las calc'as eran de terciopelo morado bor- dadas de plata muy ricamente: la capa era dela misma manera del sayo. Don Filisel de monte Espin salio vestido de carmesi pelo sin acuchillar: saluo q en la capa y sayo y jubon en lugar de guar- nicion era bordada d perlas y piedras de gran valor con vnos hermosos req- mados de oro que mucho parescian bi- en. Tras el salio don Florestan princi- pe de Roma: vestido de brocado negro aforrado en brocado blanco con tatas piedras blacas assentadas por el sayo que gran claridad dauan de si: el jubon era blanco aforrado sobre blanco: y las calc'as negras con el aforro blanco, y la capa era dela misma calidad del sayo. El principe Artaxerxes salio vestido d vna ropa roc'agante de fino brocado: y todo assi mismo / saluo que el brocado era morado. Do Galdes salio todo ve- stido de damasco naranjado acuchilla- do sobre damasco negro y las cuchilla- das releuadas con oro hazian vna her- mosa .G. por amor de su esposa Guinda- ya: con todos estos principes nouios salieron todos los otros principes sus padres y sen~ores llegados ala gra sala saliero luego todas aquellas altas rey- nas y hermosas princesas / y tras ellas las nouias: porq la primera q salio fue la resplandeciente Diana con tanta her- mosura / que la verdadera Diana ante ella ningua vetaja le podia hazer, porq traya vna saya d brocado verde como su esposo acuchillada sobre brocado co- lorado y sembrado de hermosas Pie- dras: la saya hazia vnas puntas de ma- gas hasta el suelo / con vna Camisa sa- cada en tres papos porla saya tan rica que no tenia precio alguo, con vn muy riquissimo Collar de tantos Rubies /} [fol. 63v] {HD. Dozeno. +} {CB2. y esmeraldas que no se dexauan mirar sus fermosos cabellos lleuaua sueltos y muy encrespados, que en medio dela cabec'a hazia a manera de vna guirnal- da: y al cabo sueltos co vna redezilla d oro muy sutil co tatas perlas q mucho la hermoseaua, todos quedaron espan- tados de ver tan acabada fermosura y juzgaua a Ajesilao por bie auenturado por tener tal donzella por muger: el rey Amadis y don Falajes de Astra la to- maro de brac'o: tras ella salio la no me- nos fermosa Leonida con tan sobrada fermosura: que a todos dexo atonitos porque venia toda vestida de brocado pardo acuchillado sobre brocado blan- co, tomadas las cuchilladas co cabos de oro de martillo de mucho precio: las cuchilladas hazian por muy buen arte vnas erres: la cortapisa era bordada d vnas letras que dezian. Sola conel so- lo: las letras eran de oro de martillo / las mangas era hechas de tres ruecas y muy cen~idas: y las ruecas todas gol- peadas, traya collar de ombros sobre sus muy blancos pechos: de tato valor que valia mas que la ciudad de consta- tinopla, ela cabec'a traya vn tocado gi- tano todo de sus muy hermosos cabe- llos, tomadas las bolas del tocado co cintas muy riquissimas, y lo otro suel- to. Luego el emperador Esplandian y Lisuarte la tomaron de brac'o: y tras de- lla salio la fermosa reyna Sidonia con tata beldad: que aun mas fresca que su hija diana pecia: vestida de vn ceti mo- rado como don Florisel: acuchillado so- bre brocado prieto: y tomados los n~u- dos co cordones de oro esmaltados de pardo, las magas eran de punta: traya vna gorguera de oro muy sotil / por do sus blacos pechos se parescian: sobre su cabec'a no traya cosa alguna sino sus tocas muy honestas / traya vn manto por mas honestidad de tafeta blaco co mucha aljofar por el sembrado. Lue-go} {CB2. salio la reyna Garaya muger de don Arlanjes de Espan~a: vestida de vn bro- cado Azul: y sobre el assentada vna red d oro, y en cada n~udo dla red vna grues- sa perla de mucho valor: la cortapisa to- da era de piedras muy ricas: las man- gas era dela misma manera que al nas- cimiento era muy angostas: y despues muy achas: las mun~ecas se hazia assi mismo angostas: y todas muy acuchi- lladas: y las cuchilladas tomadas co clauos d oro: y al fin de cada clauo vna perla: lleuaua vna cadena al cuello to- da d zafiros muy rica a marauilla: sobre la cabec'a traya vna guirnalda de her- mosas flores y esmaltadas muy ricame- te sobre oro que muy perfetas parescia a marauilla. Luego la tomaro d brac'o Amadis de grecia: y el Empador Ar- quisil de Roma. Empos della salio la estremada reyna Darayda: vestida de vna saya de tela de plata acuchillada so- bre tela de oro, que las cuchilladas ha- zian vnas .F. vnas co otras enlazadas muy marauillosamente / con tan estra- n~as guarniciones de oro y piedras: que la vista deslubraua: sus hermosissimos cabellos lleuaua sueltos / y sobrellos vna riquissima corona: fixada por am- bos lados, con dos lazadas de sus her- mosos cabellos: y delas lazadas colga- uan dos ricos joyeles / de inestimable valor. Las mangas eran de oro texido muy justas a los brac'os. Luego la to- maron de brac'o don Galaor y don FLo- restan. Tras ella salio la princesa Luce- nia de dardania / muger de don Florar- lan de tracia muy riquissima[+]mente ata- uiada / y no menos la princesa Guinda- ya con la reyna Lardenia: que en cuen- ta delas princesas Griegas fue puesta por su saber y gra, valor y hermosura. Y tomando las delas manos aquellos altos principes con muy gentil conci- erto fueron camino dela yglesia mayor caualgando en muy hermosos palafre-nes} [fol. 64r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxiiij.} {CB2. aderec'ados dela misma suerte q e- lla y ellos en cauallos ricamete guar- nidos y llegados ala yglia: la missa fue dicha co muy gra solenidad: dandoles las bediciones dela yglesia. conel mes- mo concierto se boluiero alos palacios que auian venido: y puestas las mesas se sentaron a comer de tantos y tan pre- ciados majares como podeys cuydar que quando delas tablas se leuantaron era muy tarde / y todo el resto del Dia passaro en dac'as y bayles con tato ruy- do de menestriles: que era gloria oyrlo especial dela fuete medusa: q co la har- pa hazia tata melodia: que no os lo sa- bria hombre contar: dexado los torne- os para otro dia, en que auia de entrar todos los principes y caualleros d gra valia: assi de Grecia como los que al so- corro auian venido. Lo q<>l dexaremos para su tiempo por contar lo que mas a nuestro caso haze: venida pues que fue la noche los nouios fuero retraydos a sus aposentos: con tanta gloria dellos gozando de aquellas q tanto amauan / especial de do Rogel / y de su padre do Florisel que no sabria hombre cotar su gozo: tornando duen~as a aquellas que de aquella gloria no auian gozado: las quales dexaron pren~adas delos infan- tes: de que nuestra historia adelante ha- ra mencion. {RUB. Capitu .lx. como el siguiente dia estando mirando los torneos todas aquellas sen~oras fueron robadas por muy estran~a auentura.} {IN4.} NO se due pesar ni menos cre- er sino q aquellos principes nouios les parescio chica la noche: porq querer por esteso contar lo que con sus esposas passaron mas seria querer hazer vna muy proli-xa} {CB2. obra, q no abreuiar como es mi inte- cio de hazerlo: venida pues ya la man~a- na, assi ellos como ellas se leuataro: au q muy vergonc'osas, y acopan~ados de los otros p<>ncipes y princesas ya muy tarde oyeron vna missa rezada: porque ala tarde auia de ser los torneos, y lue- go se sentaron alas tablas con gran so- laz de menistriles: pero tanto os hago saber q jamas los sabidores quisieron comer: porq sus aios adiuinaua el gra mal que les estaua aparejado, y siendo acabadas las fiestas d la comida, subie- do en sus palafrenes se fuero alos mira- dores: que ricamente estauan aderec'a- dos, y luego todos los desposados / y los otros principes entraron enel cam- po ricamente armados: assi los viejos como los macebos: porq dela vna par- te era Capitan don Florestan principe de Roma: y conel yuan todos los prin- cipes macebos: que no auia tal que no fuesse principe o infante de gran valor. Dela otra parte era capita el empador Arquisil su padre conel esforc'ado rey Amadis: don Galaor: y don Florestan co todos los otros principes que mas de ciento de cada parte serian / y luego sonaron las trompas: y al son de ellas los caualleros se vinieron a encontrar los vnos co los otros que cosa hermo- sa era de ver: y encotrandose en medio del camino las astillas delas lac'as: sal- taron muy altas: porque era todas ho- radadas de roquetes: y sin putas: y sin que nadie dllos cayesse: tornaro sobre si y metiero mano a vnas espadas que para aquello aquel dia se auian cen~ido botas de filos comienc'an vn hermoso torneo a vna / y a otra parte que era la cosa mas hermosa del mundo: co gran passatiempo de todos: pero como la re- boluedora fortuna de todas las cosas quisiesse mostrar su poder aqui: amena- zado los a todos con tal cayda / como les dio, auiedoles librado de manos d} [fol. 64v] {HD. Dozeno +} {CB2. sus enmigos, dadoles a alguos dellos las cosas dl mudo q mas amaua, q era aquellas princesas. O quanto quisiera aqui hazer fin a esta obra / y dar silecio a mi mal cortada pluma: y q mas ayna quedara estos grades hechos en escu- ridad: q no contar lo q cuento. Pero como ay a hobre de dxar d cotetar assi por cotetar a otro: por cuyo mandado la presente historia traduxe. Hare prin- cipio, no sin abudancia de lagrimas de mis ojos fue pues assi. Que estado aq- llos principes como os auemos conta- do en su torneo, casi como d burla el cie- lo comenc'o a escurescer se con algunos espesso n~ublados, y gran escuridad / y vnos truenos y relampagos comec'a- ron a sonar muy fuertemente. Pero no porque nadie fuesse osado de su lugar se mouer q de ora en ora comenc'o la mas espessa niebla del mudo q vnos a otros no se vian. Pero luego vieron por la re- gio del ayre descedir vn carro muy gra- de de color dl cielo: detro del q<>l venian vn gigate viejo: y vna giganta, assi mis- mo muy vieja, al carro venian atadas con cintas de oro veynte y quatro don- zellas muy hermosas, co harpas enlas manos con que muy dulcemete tan~ian. Saluo que dela cinta abaxo parescian tener colas de muy espatables serpien- tes a marauilla. El carro traya vn co- bertor dl mismo metal: y sobre el cober- tor estaua vna fortuna muy al natural. El qual carro descendio co tanta velo- cidad: que en vn puto estuuo ecima de los miradores / y saliendo del los dos viejos jayanes tomaron al sabidor Al- quife y a Vrgada la desconoscida sin q} {CB2. de su saber aprouechar se pudiessen / y en vn puto deciede conellos en medio dela plac'a: y sacando dos libros leyero vn rato, y haziendo otras cosas pares- cio vn fuego que su altura co las nuues comunicaua, en medio del fuego estaua dos colunas: ecima delas quales pusie- ro alos viejos sabidores: y poniedoles dos tajantes espadas enlas manos les dixeron ay estareys hasta que el hijo dl brauo Leon salido dela selua de ay os saque: estando su vida casi perdida / y saliendo se los dexaro q con gran cruel- dad se daua el vno al otro crueles heri- das: y cerca dellos dexaron quatro ca- nes q los mordia cruelmete. Assi q de- llos salia tata sangre q todo aqllo rega- ua y esto hecho se fuero alos miradores y en vn puto metiero detro enel carro todas aqllas duen~as y dozellas: q alli estaua las mas principales dsde Oria- na hasta todas aquellas de quien aue- mos hecho mecion, y esto hecho sin po- der nadie delos principes presentes ha- blar palabra: en su mismo carro lleuan- do las princesas se boluiero donde ade- lante la historia hara mencion, q cierto fue gra mal. El q entoces se causo. Pe- ro ya me paresce que sera bie amaynar las velas / y echar las ancoras en tan tempetuoso mar como hasta aqui he na- uegado para dar comienc'o ala segun- da parte desta grade y dozena histor[i]a. {RUB. % Fin del primer li- bro.}} [fol. 65r] {HD. de Amadis. \ [.]lxv(j).} {CB1. {RUB. Comienc'a la seguda parte dl dozeno libro de Amadis de Gaula que trata delos grandes hechos en armas: y estremados amores del principe don Silues dela Selua: y delas grandes aueturas que passo hasta dar libertad a todas las princesas griegas. E como gano las armas encan- tadas de Jasson: juto conel nacimiento delos bienauenturados principes Esphe- ramundi y Amadis de astra: y como recibiero la orden de caualleria. Con los he- chos de otros muy preciados Caualleros que en aquella demanda hizieron.}} {CB2. {RUB. Capitu .j. como sien- do las Princesas desaparecidas y ro- badas, todos los Principes Griegos salieron en su busca: & quien fueron los que las lleuaron.} {IN8.} DEla manera q os auemos contado fueron lleuadas a- quellas altas prin- cesas por el ayre en el carro dlas doze- llas dela suerte q la cometa suele yr deleznado por la regio del ayre, dado e- llas tatos gritos y gemidos: q gra lasti- ma era d oyr que casi muertas yua: las que lleuaron son estas o alguas dllas la reyna Oriana, la Reyna Sardamira y Briolanja Leonorina: la Emperatriz Abra, la emperatriz Niquea: la Reyna Sidonia, la infanta Leonida: la prince- sa Diana: la Princesa Anaxara: la prin- cesa Siluia: la Emperatriz de roma: la reyna Lardenia: la hermosa Darayda la hermosa reyna garaya, la infanta lu- cenia de dardania: la princesa Fortuna Onoloria muger de Brimartes: la rey- na Finistea: co otras muy preciadas rey- nas: que por nuestra prolixidad aqui no contamos. Las quales fueron puestas donde adelante diremos en crueles pri- siones. Todo lo qual dexaremos por cotar lo que aqui aquellos principes hi- zieron hauiendo en si tornado, que cier-to} {CB2. si alli la buena y prouechosa Espada de Lisuarte, o la de don rogel, o d agesi- lao estuuieran. Los encantametos no tuuieran poder alguno. Pero tornado a nuestro comec'ado proposito. Recor- dados en si los principes: mirado alos cadahalsos: y no viedo sino alguas mu- geres de no mucha cuenta. Quie os po- dria contar el gra pesar que todos vuie- ro: sino q legua humana no os lo sabria contar: llorando todos su general perdi- da, por gran piec'a sin saberse dar conse- jo. Pero aql esforc'ado rey Amadis: en quie jamas falto animo comec'o a dzir. Mis buenos sen~ores altos y poderosos principes, no os dueys de marauillar / por lo q fortuna haze pues enello vsa su oficio: q es d jamas tener firmeza en co- sa alguna desta vida. Pero no dexare de confessar la presente angustia, ser la ma- yor de todas. Pero enlas semejates es dlos buenos caualleros proueer: q los fuertes corac'ones enla aduersidad mu- estran los quilates de su valor que en las prosperidades: qualquier es fuerte Esto digo porque pues ya el dan~o es he- cho busquemos el remedio, y sera q ca- da vno por su pte nos vamos en busca destas princesas: que no sera la fortuna ta descomedida: que no nos otorgue el beneficio d poder las hallar y que tam- bien algunos vaya a poner cobro ensus sen~orios. A todos les plugo delo que el esforc'ado rey dezia y luego ala hora: los vnos tomaron el camino de sus tierras y los otros en busca dlas princesas que} {CW. i} [fol. 65v] {HD. Dozeno +} {CB2. fueron estos. Amadis de gaula Rey de la gra bretan~a: el rey don Galaor su her- mano: el emperador esplandian: y [l]i- suarte de grecia, y el emperador amadis de grecia, el principe do florisel d niquea co harta soledad dela hermosa reyna si- donia: don Rogel de grecia el principe Agesilao: q ver las cosas que hazia y de- zia: no os lo sabria hombre cotar: el prin- cipe Anaxtarax y don florestan d roma en busca de la hermosa Darayda su mu- ger el principe don Brianjes: por causa dela Reyna Timbria su madre: q su pa- dre Zayr se fue a su reyno hasta q dspu- es fueron juntos. Como adelante dire- mos. Assi mismo el valiete principe ana- xartes: co soledad de su hermosa reyna artaxerxes. Tambie fue el valiete y el so- berano principe don Falanges de astra que en busca dela preciada alastraxarea se partio: y assi mismo el soberano prin- cipe don Silues dela selua: d cuyas ha- zan~as mas que de otro: enesta segunda parte haremos mencion. Todos estos se partieron con gran angustia dela per- dida d aquellas princesas: y pesar d no poder valer a aql honrado alquife y vr- gada la sabidora enel encantamento en que estaua. Todos los otros principes y reyes se fuero para sus tierras y d alli se metiero por la mar alguos dellos en busca de aquellas princesas, aquien to- dos tenia tato amor. Assi mismo se par- tio do Galtasar de tarsis con su gente. y assi mismo las reynas Calafia y Pinti- q<>nestra co sus amados maridos y las siete reynas dlas amazonas vassallas d la reyna Calpendra se fueron a Trapi- sonda hasta que sabida la libertad dlos principes: vinieron a costatinopla. Co- mo en su tiepo y lugar diremos. Todo lo q<>l, assi dlos vnos, como delos otros dexaremos yr su camino. Por cotaros quien eran los que aquel dan~o tan gra- de hizieron. Ya se hos ha contado enla} {CB2. onzena parte desta gran historia: como el Rey de ruxia embio ala insula d guin- daya quatro sabidores sus vassallos pa que tomassen alas princesas, y las lle- uassen: & como por la venida dl sabidor Alquife y vrgada no vuo efeto su mala intencio. Antes alli murieron los doze Gigantes: y los quatro sabidores: y assi mismo enl primer libro dsta dozena par- te: os contamos las grandes guerras q este rey de ruxia co los christianos ouo Cueta agora Galersis: que enlos mas desabitados dsiertos de ruxia: moraua dos viejos sabidores, marido y muger en vna cueua: q jamas hobre alli apor- taua: sino por volutad delos sabidores Estos moraua ta en apartado: por me- jor poder vsar sus artes con mas sole- dad y aparejo. Estos pues tuuiero qua- tro hijos grades sabidores: que assi mis- mo jayanes era como ellos. Los qua- les fueron los que enla insula de Guin- daya, muriero: que puesto que por sus padres fuessen auisados: no quisiero d- xar aquel camino. Sabida pues su muer- te delos viejos sabidores. Ellos fuero los que embiaron a dezir al rey d ruxia q comenc'asse la guerra cotra costatino- pla Saliendole su intencion: tan al con- trario como auemos contado. Dela qual ellos se sintieron tan lastimados & con tan crecida gana de vegarse en espe- cial de Alquife: y Vrganda que viniero dela manera que os auemos contado No queriedo matar los a todos, que bi- en lo pudieran hazer / y lo primero que hiziero fue hurtar las espadas de do ro- gel y Lisuarte y Agesilao, de dode esta- ua: que las auian dxado para el torneo las q<>les guardaron hasta q los princi- pes Amadis de astra y Espheramundi fuero armados caualleros: y luego cau- sando aql escuridad lleuaro a las prin- cesas, con tanta pena dellas: y mas con dzirles los sabidores mil denuestos: en hazerlas ciertas q los principes todos} [fol. 66r] {HD. de Amadis. \ [.]lxvj.} {CB2. eran muertos: de que sentia tan gra an- gustia: que no siento tan cruel corac'o: q no vuiera gran lastima dellas, lo q abra- c'adas vnas con otras hazian. Pero qui- en mas las consolauan, era la preciada Alastraxarea y la hermosa Patasilea co la reyna calpendra: y Calafia y pin- tiquinestra. Pero los sabidores no teni- endo su hecho por bie seguro alli: toma- do vn dia su carro las metieron detro: y enel ayre se fuero alos ynabitables dsi- ertos d libia, y metidos ela mar en vna ysla q jamas alli criatura humana apor- to hiziero fuertes encatamentos, y me- tiero alli las princesas delas quales ha- remos larga mencio a su tiempo: y assi mismo ellos se quedaron alli a biuir tra- yedo sus libros: muy alegres de que su- pieron q las princesas Leonida & Dia- na: y las reynas, darayda: y garaya: y la reyna Sidonia: y lardenia y Lucenia estaua pren~adas: y assi mismo anaxara y la princesa Gindaya: con pensamien- to de matarles lo que pariessen y assi se lo dezian. Lo qual quedara para su ti- empo por contar lo que aquellos Prin- cipes: todos passaron, por la libertad d aqllas princesas: como todos fuero en- catados y puestos por guardas del cas- tillo dela insula mal hadada: que assi se llamo de ay adelante. {RUB. Capitulo .ij. como se partieron aquellos principes y quales yuan en compan~ia y como la donzella d la fuente medusa lleuo a don florisel de niquea consigo.} {IN4.} DEla manera que el luziente fe- bo apartado dela tierra que da en perpetua escuridad ha- sta su venida: desta manera q- daron aqllos soberanos principes vien- dose ausentes de aquellas que tato ama- ua: & sin mas detenimiento el excelente} {CB2. rey amadis y el emperador. Esplandia dexado gouernadores se partieron jun- tos y assi los otros todos de dos en dos y de tres en tres. Pero estando assi to- dos para partir se sin auer se desarmado llego vna donzella ricamente atauiada La qual luego fue conocida ser la infan- ta Griada q la fuente medusa traxera / la qual sin mas detenimieto se fue antel excelente principe do florisel de niquea hincando los ynojos antel comenc'o a d- zir no se si me conoces excelete don flo- risel de niquea / o si te acuerdas d mi per- ro si[ ]no has de saber q yo soy la desdicha- da infanta de media hija del sabio Rey Tarnis d media q por su saber mediate dios alcac'o todo lo q ha acotecido y me mado venir conla fuente medusa q enel imperial palacio por memoria qdo y as- si mismo me mado q oy a esta propia ho- ra llegasse aqui q os hallaria ela mayor congoxa, q jamas vros animos fueron y q os diesse esta carta & luego saco vna pequen~a arquita de marfil y de detro d- lla vna carta. La q<>l fue leyda q assi dzia {RUB. % Carta.} {IN2.} YO el rey Tarnis de media gran sa- bidor elas artes por diuina gracia q d ellas dotarme quiso, por mi saber al- cance, no solo la perdida de mi Reyno y el como seria cobrado: mas la presen- te calamidad, en que altos y soberanos principes estays: que cierto es grande pa cuya cosolacion: por el remedio q la dseredada infanta dl griego leo dla flor auia de recebir: dexe escrita esta carta y creedme q assi auedra como os digo q delos ruxianos desiertos saldra los mayores dragones del vniuerso, y estos co rauia de sus despedac'ados hijos por vras manos: embiaran los Ruxianos exercitos sobre los griegos campos, pa- ra mayor gloria dllos: y destruycio dlos dos dragones. Los q<>les viendo tal per- dicion: dando mortales siluos saldran y} {CW. i ij} [fol. 66v] {HD. Dozeno +} {CB2. para mayor muerte, las innocentes oue- jas lleuaran: dexado en cruel guerra los Sen~ores dela magica. La qual guerra no podra ser acabada, fasta q estado enl vltimo fin. El leon y el cordero hereda- dor del primer nobre mas conjutos en sangre, conel vltimo fin dela vida: para remedio dlla la magica lengua: sobreue- dra: siedo ya las ouejas blancas, q ago- ra enlas secas arenas: dela mas ynabi- table libia, en poder delos dragones es- tan encerradas, libres porel nacido co verdadera leal(d)[t]ad, & innocecia d su pa- dre y madre: sin etero conocimieto d su engendrador: auiedo sobrado, los mas brauos leones dl vniuerso q por guarda estara: en copan~ia dl gallo coronado, sa- lido dlos dsiertos y mas espessas seluas dela galia: y no cureys mas pesar ensto que solamente os digo q debaxo del sig- no de picis: al cabo d su clima fallareys lo que buscays. Auiedo leydo la carta del sabidor: todos quedaron espatados de su escuridad, y muy alegres sabiedo a que parte se enderec'aua su dmada, pe- ro la infanta Grianda de media: que assi auia nobre tornado a fincar los ynojos ante el principe do florisel: le suplico cu- pliesse el don que porla reyna sidonia le auia prometido, y fuesse luego sin mas dilacion conella, plazeme mi buena ami- ga dixo el, y dspedidos delos otros pri- cipes: fue el camino q la dozella q<>so gui- ar. Donde lo dexaremos por contar lo que mas acontecio. {RUB. % Capitulo .iij. como partido el principe anaxartes: y do fala- ges de astra de constatinopla, libraron vna donzella de poder de dos gigantes y la batalla que conellos vuieron.} {IN4.} PArtidos: como os auemos contado aquellos esforc'ados principes, con la passion q po- deys pesar vnos en copan~ia} {CB2. d otros por diuersas ptes: el fuerte prin- cipe Anaxartes, y don Falages de astra Tomaron por vna floresta con proposi- to de buscar algu tato por la tierra: y ds- pues meterse porel mar adelate, auien- do caminado todo aquel dia sin descan- sar puto alguno: ya que el sol yua decli- nado hazia el setentrio auiedo salido de vna aspera floresta a[ ]vn llano pequen~o: oyero detro de vnos arboles: q ala ma- no siniestra se hazia gritos como d pso- na no poco menesterosa: llamado a dios y a nra sen~ora santa maria q la fauoreci- esse. E boluiedo pa alla las riedas d sus cauallos a mucha priessa: entraro enla espessura: y viero dos grades jayanes: q dos dozellas tenia por los cabellos asi- das para cuplir conellas su volutad y ellas daua las bozes q aueys oydo: co ta gran angustia: y mucho mas las arre- ziaron / despues que al principe don ro- gel vieron con tatas lagrimas: que mo- uieron a gran compassio alos principes y a gra enojo delos gigates, y puesto q conociessen que en semejate linage: bon- dad ninguna jamas se hallo, se llegaron a ellos: y don falages dixo caualleros por la orde de caualleria q a ello os obli- ga: que dexeys d acometer cosa co que tato vuestra fama se escurece: yendo co- tra lo q aueys jurado: y principalmente cotra la obligacio de vra propia virtud Cauallero sandio dixo el gigante: vete d aqui: ates que tu cabec'a pague lo mu- cho q tu lengua ha sido osada a hablar q porel dios jupiter te juro: q estoy ma- rauillado auer podido sufrirte tato tie- po: auiendo me estoruado de gozar tan presto tato solaz: como conesta falsa es- peraua. Pero yo cumplire mi volutad conella: y despues ambos sereys qma- dos: conellas. Gigate dixo el Principe Anaxartes dexate de hablar tantas so- beruias: que pro ningua te tienen. Y to- ma presto del campo lo que quisieres: antes q assi como estas te d la muerte q} [fol. 67r] {HD. de Amadis. \ [.]lxvij.} {CB2. con semejates q vosotros ningun buen comedimiento se deuria vsar, & conesto enlazado los yelmos: los jayanes que muy grades era: sin aguardar a tomar los cauallos se va para los Principes mas la vna delas donzellas: que vido la batalla trauada, dixo cotra la otra her- mana. Por vra vida q nos vamos de aq<> antes que aquellos demonios maten a aquellos caualleros: q aqsta sazo ya se auian apeado muy ligeramente de sus cauallos al suelo, hermana dixola otra no hare yo tal cosa dexar aquie por mi se pone ala muerte quato mas que ven- taja ningua los jayanes les hazen. Her- mana dixo la otra dozella pues assi quie- res yo me voy a nuestro castillo: q cier- to mejor consejo sera: y conesto sobre su palafre se fue camino dsu castillo al mas correr quedado la otra alli: pero a esta ora estando los principes apie que por no tener ventaja alos jayanes se auia a- peado: comenc'aron vna muy braua ba- talla / porque los Gigates eran ligeros y de grades fuerc'as: y si en descubierto los cogia: haziales sentir los filos dlos cuchillos. Pero lo q mas alos principes valia: era su dmasiada ligereza: co que hazia perder los golpes a sus enemigos hurtdoles los cuerpos con su mucha presteza / como aquellos que grandes sabidores eran de aquel arte passada d vna ora anduuiero sin q mejoria se sintie- sse y el sol yua muy alto casi al fin de su acostubrado trabajo: de q los principes recebian grandissima pena y enojo: cre- ciendoles la san~a: comienc'an a aquexar a sus enmigos en tal manera q muy ca- sados se sentia los jayanes. Lo qual vi- sto por don falanges de astra: tomando el espada con ambas manos: fizo fincta de herir a su enemigo sobre el Yelmo, y el gigate se embarac'o con aquello: alc'a- do su escudo. Pero don falages q otro era su pensamieto, lo hirio por vna pier- na encima del muslo: de vna ferida de q} {CB2. le salia gran abundacia de sangre: y de alli lo comenc'o a cargar de tantos y ta- les golpes q el Gigante desatinado jun- to conla gran herida, y gran copia d san- gre que le auia salido: no podia ya casi mandar el pesado cuchillo en su mano. Lo qual sentido por don falanges le dio tata priessa: que sin poder lo soportar se tedio como muerto enel suelo y el le dio tal golpe ela gargata q la cabec'a fue ro- dando porel suelo: diziendo. Alla yras cabec'a de soberuia, dode esta tu sen~or lucifer esperadote / y conesto se sento so- bre el cuerpo del gigante: a mirar la ba- talla que etre Anaxartes y el otro giga- te passaua, q a todo su sabor lo traya da- dole muy cargados golpes a marauilla sin jamas dscasar vn solo rato, y desque vido q ya don Falages auia dado fin a su batalla. A el le crecio tato su yra: y a su enemigo tal desmayo q a poca piec'a Anaxartes dio conel a sus pies: & corta- dole los lazos del Yelmo tras ellos le corto la cabec'a: con ta gran plazer dela dozella que no os lo sabria contar. La qual les queria besar las manos / pero ellos jamas se lo consintieron: y apreta- das las llagas por mano dela donzella que mucho d aquel menester sabia, pre- guntadole por la otra Donzella: ella les conto lo q passaua: y les rogo que a vn su castillo se fuessen que cerca d ay esta- ua: y ellos lo aceptaro d muy buena vo- lutad y caualgando en sus cauallos, y la dozella en su Palafren: tomaron la via del castillo: y enel camino quisieron saber la causa porque los Gigates assi las maltratauan, y la donzella comec'o a cotarlo desta manera. Aueys d saber sen~ores caualleros: que yo y la otra do- zella, somos hermanas. Sen~oras de vn bue castillo: que aca adelate esta, y esta man~ana saliedo por deportarnos: topa- mos aquellos dos diablos: que contra nuestra voluntad nos quisiero forc'ar q cierto si por vosotros no fuera: ellos cu-plieran} {CW. i iij} [fol. 67v] {HD. Dozeno. +} {CB2. su mala voluntad: y enesto lle- garon al castillo, siendo ta bien recebi- dos como podreys pesar, que ya los te- nian llorados por muertos y la donze- lla demando perdon alos Principes d la poca confianc'a que dellos tuuiera: y ellos la perdonaron con gracioso conti- nente: y echados en ricos lechos fuero curados de mano dela dozella: y no es- perado aun a ser guaridos: con la gran ansia que lleuaua, caualleros en sus ca- uall(er)os: auiedose despedido dela don- zellas, armados de todas sus armas: to- maro el camino que la ventura los qui- so guiar: alos quales acontecio lo que agora os contaremos. {RUB. % Capitulo .iiij. como Anaxartes y don Falages de astra por engan~o fueron presos en vn casti- llo y lo que mas acontescio.} {IN4.} POr vn desuiado camino toma- ro el excelente Principe don falanges de astra: y Anaxar- tes. Aunque hombre no os sa- bria cotar la tristeza que lleuauan: de- sta manera fueron dos dias / sin auentu- ra hallar que de contar sea. Siempre co- tra la mar: por buscar algu nao: enque yr ala parte do la carta dl sabio Tarnes les dixera, pero al tercero dia ya que el sol comenc'aua co gra hermosura y ma- gestad a tenderse por el vniuerso, dado la color alas cosas que la noche les auia quitado / vieron por la carrera q ellos venian: venir vna donzella agramente llorando de sus ojos. La qual como cer- ca fue, luego fue dellos conocida: que era la infanta grianda: que a do Florisel auia lleuado. Ay mi buena amiga dixo el principe don falanges de astra dezid me por dios: dode esta el cauallero que} {CB2. co vos lleuastes: y como venis tan tri- ste. Ay mis buenos sen~ores dixo ella / que a noche fuemos a aluergar a vn ca- stillo: donde el fue preso porel mayor en- gan~o del mundo: y por la mas falsa due- n~a del co vna trampa que ante la puer- ta del castillo esta. Buena amiga dixo Anaxartes guiadnos alla: q nosotros pugnaremos por su libertad. De dios ayays el galardo buenos sen~ores dixo ella no conociendolos / con aquello se metio al camino: con tata priessa que an- tes de hora y media llegaron alla al ca- stillo: q bueno y bien torreado era: y lle- gandose ala puerta el Principe don fa- langes toco vn aldaua: que enla puerta estaua colgada, y al sonido dlla: se puso vn hobre entre las almenas diziendo. Quie anda yuso. Por cortesia dixo A- naxartes, dezid ala sen~ora del castillo q nos dexe entrar alla: que tenemos mu- cho que hablar conella. Entonces se pa- ro alas almenas vna duen~a mas vieja que honesta / y auiendo conoscido ala Infanta Grianda: que con los caualle- ros venia: haziedo fincta de no conocer los dixo. A mi me plaze mis buenos se- n~ores de oyros lo que madaredes: que tales me pareceys a mi q no pedireys cosa injusta: y luego mando abrir la pu- erta. Muy pagados los caualleros de sus palabras, pesando ser assi como ella las dezia: y siendo la puerta abierta la duen~a dixo cotra los caualleros. Apea- os buenos sen~ores si mandaredes. Lo qual ellos luego hizieron. Pero ella co- mo falsa, viendo que ellos se guardaua del engan~o dela puerta: no q<>so vsar del Antes con muy getil auiso los subio a lo alto dl castillo: y alli los hizo assentar rogadoles que se quitasen los yelmos. Esso no haremos nos dixo don Falan- jes: si primero no me days el cauallero que alla teneys preso. Sea como man- daredes sen~ores dixo ella que la hora q me dispuse a meteros en mi castillo, me} [fol. 68r] {HD. de Amadis. \ [.]lxviij.} {CB2. dispuse a complazeros en todo lo que fu- esse vuestra voluntad. Porende catad aqui las llaues, yd lo vosotros mismos a sacar co este hombre mio que os guie Los principes tomaro las llaues: muy marauillados dela cortesia dela duen~a. Pero no poresso se confiauan mucho de- lla: antes siguiero el hombre el qual ba- xandolos al patio. Los lleuo hasta vn soterran~o, que vna puerta tenia: vn te- cho detro en vna cueua y la puerta era muy angosta: ay sen~ores dixo el villano podreys hallar el fin de vuestra dema- da si entrays dentro. Ami me parece di- xo el principe anaxartes: que no entre- mos entrambos dentro: porque mien- tras entramos: no nos cierre la puerta Pero yo me quedare y vuestra merced podra entrar sin miedo: que traycio se nos haga aqui, y conesto do falanjes se puso ala puerta: que en medio dela cue- ua se fazia, y el villano se salio al patio: y dlo alto soltaron vna puerta colgadiza que la puerta primera cerro: quedado don Falanges encerrado: y al sonido sa- lio anaxartes. Para sancta maria dixo don falanges que somos asi dos que ce- rrado nos ha la puerta: mal aya tan ma- la duen~a dixo Anaxartes: y conesto co gra fuerc'a quisiero abrir la puerta col- gadiza. Pero jamas pudieron hazerlo antes con gra enojo a[ ]cabo de vna pie- c'a se metieron por la cueua a detro: y a- uiendo andado quanto veynte passos: oyeron vna boz de hombre que dezia. Quie anda ay: mas luego lo conociero que era el esforc'ado don Florisel de Ni- quea: y danosele a conocer: le contaro como estaua presos: y la forma como a- uian venido: y el pesar seles doblo a to- dos: assi estuuieron fasta que ya cerca d la noche, metieron conellos ala Infan- ta Grianda: con que seles acrecento mu- cho mas su passion en especial co las co- sas que la infanta hazia viedo los de aq- lla manera creyedo que el remedio que} {CB2. del principe don Florisel esperaua ta ce- do: junto co las vidas de todos fenece- ria: tato que no aprouechandole los co- suelos de aquellos principes: mil vezes se amortecia, desta manera estuuiero to- do el resto del dia sin ver persona ningu- na hasta que venida la noche ya bie tar- de: la mala duen~a se puso porvna rexa q en lo alto d aquella cueua: o mazmorra estaua, & sonrriedose: dixo cotra los ca- ualleros. Como sen~ores caualleros no acabays de sacar a vuestros amigos. Pero creo que tan poco deueys de po- der salir. Buena sen~ora dixo anaxartes no se porque razon nos teneys aqui en- cerrados. Pues mejor de nosotros en otra manera vos podeys seruir. Dexa- os desso dixo la duen~a, y dadme las ar- mas si quereys comer: q despues yo os dire porque os tego presos. Buena se- n~ora dixo don falanjes ((pensando con- vecerla por aquello)) cata aqui nuestras espadas: y luego con vn hilo atadas las subiero arriba: y la duen~a les embio de cenar bien poco y ruyn: que bien lo aui- an menester: que tal auia que tres dias no auia comido bocado alguo: y assi re- posaron aquella noche: con bie poco sos- siego: hasta que el siguiete dia la duen~a los mado sacar dela prision: a doze ca- uallos y veynte peones: dsnudos: a sen- dos pilares los mado atar: diziendoles mil injurias: los mado quemar. Como adelante diremos. {RUB. % Capitulo .v. como yendo el rey Amadis y el Empe- rador Esplandian: por la mar ade- lante. Encontraron vna donzella en vna Barca y lo que conella a- contescio.} {IN4.} AVnque con su muy fuerte ani- mo: vsado de semejantes afre- tas. El soberano rey dela gra bretan~a: quisiesse encubrir la} {CW. i iiij} [fol. 68v] {HD. Dozeno +} {CB2. presente tristeza: no podia tato ser que sus ojos co las espessas lagrimas: no di- esse sen~al dlo q su muy apassionado co- rac'o sentia y el juto conel esforc'ado em- perador esplandian: tomando vna bar- ca dela ribera co solos quatro marine- ros se metieron detro dando las velas al viento: por do la vetura guiarlos qui- so sin querer lleuar camino cierto: pero toda via enderec'ado quato podian: pa- ra el reyno de libia / por lo que la carta del gran sabidor dezia. De aquella ma- nera fueron ocho dias: sin hallar auetu- ra que de cotar sea: ni mudarseles el vi- ento de como primero / pero ya q el no- ueno dia venia / ya que con gra silencio el dios del suen~o al mudo co su mortal ysopo auia rociado, cargando el suen~o a todas las gentes: haziedo la noche al- go escura co las nuues interpuestas ala mucha claridad dlas estrellas: no dor- miedo el emperador Espladia oyo cer- ca de si lloros como de muger q mucho se quexaua. E llamado vn marinero le dixo q si sentia el q vozes fuessen aqllas. Si sen~or dixo el marinero: que barca es aqlla q para alla va: pues guianos para ella dixo Espladia, y luego el marinero tomado el gouierno guio la barca: don- de esplandian le mando: como el viento les fuesse fauorable en poca piec'a, oye- ro las bozes mas cerca, y mirando vie- ron q era vna donzella con dos marine- ros: que vna barca guiaua y ella era la que hazia el llato. Luego mando el em- perador Esplandia a sus marineros, q llegassen la barca, a esta sazo recordo el rey Amadis, y saltado ambos ala bar- ca dela donzella. El emperador esplan- dian dixo sen~ora dozella la compassion que de vos he auido me ha hecho segui- ros: porede dezidme vuestra cuyta que si remedialla puedo: por la orde que re- cibi os juramos de enmendar qualqui- er tuerto que ayays rescebido. Ay mis buenos sen~ores dixo la Donzella que} {CB2. no se como tan grande desdicha os pue- da contar: y ya que pueda no pieso d ja- mas auer remedio a ella. Y pues tanta compassion de mis trabajos aueys res- cebido os lo dire aunq no sea por al de porq en contar mi pena: recibo algu des- caso. Aueys de saber que yo soy donze- lla dela hermosa Reyna de Silenia / la q<>l fue casada co vn honrado cauallero muy gra sen~or y muy valiete por su per- sona. Acotecio pues a ser que al reyno de mi sen~or llego vn cauallero de gentil parecer: que hijo dla duen~a dela isla ho- da era muy buen Cauallero en armas. El qual assi como vido a mi sen~ora fue muy vencido de su amor. Pero no por- que nadie le osasse descubrir: de su pesa- mieto: y vn dia ordeno la mas maldita traycio que hombre pudo pesar. E fue que andado mi sen~or el rey a cac'a puso en obra delo matar. Pero la duen~a dla insula hoda: como por su saber lo alcan- c'asse: pesandole dela muerte del Rey: & maldad dsu hijo: como buena fuesse en- cato el bosque, y enel encanto al Rey: y ala reyna, q nada se puede ver. Mas d que todo el bosque se parece arder en biuas llamas: y el cauallero su fijo puso por guarda del bosque: que sola vna en- trada tiene: diziedole. Ay quedaras ha- sta que el leo amador vendra: librando los encantados leones: para mayor ca- tiuerio suyo. E diziedo esto lo dexo alli q siempre esta armado a cauallo: guar- dado la entrada. E dexando ciertas le- tras. En vn padro nos dixo a todos los del reyno que no recibiessemos pena y mado a veynte donzellas de nosotras que fuessemos porel mudo en busca de algun buen Cauallero que el auentura prouasse. E puesto que muchos caualle- ros ayan ydo / algunos dellos ay que solamete no han osado entrar: & otros que han entrado. Jamas ninguno ha sa- lido ni buelto de alla detro. Catad aqui mis buenos sen~ores la causa d mi triste-za} [fol. 69r] {HD. de Amadis. \ [.]lxix.} {CB2. que es sin medio: y sin remedio. Ay buena amiga dixo el Rey amadis. No os deueys acuytar: pues por mano de cauallero ha de ser libre / por alguno ha de ser. De nosotros os digo que no dxa- remos de prouar nuestra vetura por co- sa ninguna: porende mandad guiar pa- ra alla. De dios ayays el galardo dixo ella: y metidos todos enla barca dla do- zella tomaron el derecho camino de el Reyno de Silenia con gran alegria de la donzella paresciedole q lleuaua tales caualleros para su demada: y assi cami- naro seys dias con buen tiempo: al ca- bo delos quales se hallaro enel puerto de Silenia: ala parte do el Bosque ardi- ete caya, vna legua dl, y saltando en tie- rra armados en sus armas y cauallos en sus cauallos se fueron ala cibdad co proposito de otro dia prouar el auentu- ra echandoles todos mil bendiciones porque puesto que sus blancas baruas y cabellos diessen testimonio d su edad su hermosa y graue psencia daua sen~al de su mucha autoridad: y esforc'ado ani- mo y valiente corac'on siendo seruidos muy bien aquella noche. Pero antes q el triton de Neptuno: el silencio notur- no alas ondas quitasse con la venida d febo se leuantaron y armados desus ar- mas: en sus buenos cauallos: tomaron el camino del bosque. Al qual llegaron vna hora de dia que fueron muy mara- uillados de ver la fiereza del huego tan cruel que tales sonidos a manera de ce- tellas hazia, que gra pauor pusieran en el animo de qualq<>era fuerte Cauallero Pero el emperador Esplandia, santigu- andose: se metio por la carrera que les dixeron que al padro delas letras yua. {RUB. % Capitulo .vj. como el emperador Esplandian prouo el el auentura & como el esforc'ado rey Amadis la acabo y como se partie- ron de alli por la mar adelante.}} {CB2. {IN4.} COn aquel corac'on acostum- brado a no temer peligro al- guno se metieron los fuertes leones porel camino adelan- te contra el fuego y a[ ]cabo de vna piec'a vieron vn padron y enel vnas Letras muy bien talladas que assi dezian. % Enel tiempo que el brauo Leon las fuerc'as del fuego con la mayor que a el abrasa quebrantare: rompidas las fu- erc'as de mi saber librara los leones a- qui escondidos con doblado catiuerio suyo, fasta que el Leon salido dela Sel- ua los ponga en perpetua libertad. % Leydo que ouieron las letras. Que- riedo abos jutos passar adelate jamas pudieron mouerse punto alguo: y cono- ciedo de que podia proceder el Empe- rador Esplandian passo adelante. Pe- ro no vuo passado. Quado de entre lo mas encendido del fuego salio vn caua- llero armado de todas armas sobre vn cauallo de fuego todo el ardiendo en bi- uas llamas con su lac'a baxa: saluo que ala puta dela lanc'a traya vna llama de fuego y Espladian y el se encontraron en tal manera que(l) el Emperador qbro su lac'a enel cauallero que en tocando a el luego fue hecha ceniza. Pero assi co- mo el cauallero lo encontro a el con la lac'a luego se comenc'o a arder en biuas llamas de gra ardor y sin detinimiento se metieron el y el Cauallero porel ardi- ente fuego con gran pesar del muy es- forc'ado Rey Amadis de gaula. E[l] qual sin mas aguardar se fue para el caualle- ro que para el se venia a todo correr de su cauallo con otra lac'a: ni mas ni me- nos que la primera y baxando las Lan- c'as. El esforc'ado Rey amadis, encon- tro al cauallero que rodando lo fizo yr por el suelo pero a el le couino hazer lo mismo sintiendo en su gran ardor. Pe- ro leuantandose ambos con mucha ale- gria delos que mirauan que bien pensa- uan q acabaria el auentura por ser el pri-mero:} [fol. 69v] {HD. Dozeno +} {CB2. que al cauallo drroco. Pero bol- uiedo a nro proposito leuantandose el rey amadis del suelo se fue para su con- trario: que para el venia su Espada en la mano y comienc'an vna braua bata- lla. Pero que va que assi como el rey se llegaua al cauallero parecia quemarse dentro delas armas y poresso no osaua llegarse tato y conesto recebia tanta co- goxa q como vn leo san~udo se fue para el & dadole vn golpe encima del yelmo la espada dl rey fue fecha ceniza porque tal era la fuerc'a del encatameto delo q el rey rescibio mucha pena viendose sin espada y quel cauallero blandia la suya cotra el muy fuertemente. Pero no por esso perdio su gra animo y haziendo fin- ta de esperar el golpe encubierto d su es- cudo: cerro co el muy pstamete y echan- dole los brac'os encima anduuiero vna gra piec'a sin poderse derribar: mas en fin de ella el rey Amadis con gra afan: porque sus armas ardian en biuas lla- mas puso las manos enel yelmo a su co- trario. Pero no las vuo puesto: quado el cauallero cayo tal como muerto enel suelo porq tenia su fuerc'a los encan- tametos y passando mas adelante no curando del el rey amadis se metio por el gra fuego con sobrado corac'on pare- ciendole entrar porel mas deleytoso lu- gar del mudo de mas espessa floresta y por el anduuo vna gra piec'a al cabo de la qual topo conel rey y co su muger q desencantados venia, porque assi como el cauallero cayo enl suelo: luego torno en su acuerdo que hasta alli caydo auia estado: conel venia muchos caualleros en abito de cac'adores: y entre ellos ve- nia el Emperador esplandian con vn sa- bueso: assi mismo venia con otros muy alegres: puesto que bien se acordaua lo que auian passado el principe don Fili- sel de mote espin: el principe artaxerxes don Florarlan de tracia, el rey do gala- or y el rey don Florestan de cerdenia: y} {CB2. el principe don galdes, de q mucho pla- zer el rey amadis vuo viedo auer hecho tan gra fruto: pero muy mayor fue el de aqllos pricipes en verse libres por ma- no de aquel rey amadis y con gran pla- zer los vnos a los otros se abrac'aua di- ziedo palabras de grande amor. Pero quien os diria lo que el rey y la hermosa reyna Silenia hizieron queriendo besar las manos al rey amadis. Lo qual el ja- mas consintio: antes se fuero camino d la ciudad. Pero tato os hago saber que assi como el cauallero torno en si sin cu- rar de aguardar caualgado en su caua- llo se fue hasta vn puerto do jamas pare- cio hasta que los encantametos dla ys- la dela insula honda vuieron fin. Como enla trezena pte dsta historia haremos mincion quando plaziendo a dios salie- re a luz. Lo qual dxando a pte el rey fue rescebido delos suyos con gran amor q le tenia haziendo grades fiestas al rey y emperador: auiendo ellos dicho qui- en era, a cuya peticion se detuuieron o- cho dios al cabo delas q<>les en vna bar- ca se metiero todos juntos por la mar Adelante dode los dexaremos hasta q sea tiempo: por contar lo que a don Ro- gel acontecio salido de constantinopla. {RUB. Capitulo .vij. Como salido el principe don Rogel de gre- cia de costatinopla: dio drecho avna duen~a de vn mal Cauallero que a su marido qria matar: y lo que mas a- contescio.} {IN4.} POr vna ancha carrera se me- tio solo el principe do Rogel plan~iendo ta gra desuentura maldiziedo ala fortua que ta presto de tan gran bieaueturac'a lo auia apartado: seys di(o)[a]s sin auetura hallar que de contar sea. Pero al septimo dia llegado delate de vn castillo, oyo gritos} [fol. 70r] {HD. de Amadis. \ [.]lxx.} {CB2. doloridos como de persona puesta en gra necessidad: y boluiendo las riendas al cauallo aunque lleuaua presupuesto de no etrar en poblado se fue hazia el ca- stillo y hallado abierta la puerta se en- tro al patio y detro vido diez cauallos y otros tatos villanos que a vn caualle- ro tenian atado a vn pilar y co cuerdas muy rezias lo lastimaua y otro caualle- ro que alli en medio del patio pugnaua de cumplir su volutad con vna hermo- sa duen~a que era la que los gritos daua Ay mal cauallero dixo don Rogel con- tra aquel cauallero dexa la duen~a no co- metas tal aleuosia q moriras porello. Agora lo veras dixo el cauallero y enla- zado el yelmo que alli tenia se va para el Principe y comienc'a conel vna aspe- ra batalla que bue cauallero era de su persona si sus obras no desdorara todo lo demas. Pero si el vino brauo / no ha- llo perezoso a nuestro bue Principe an- tes con doblado esfuerc'o lo hirio d dos golpes, d que se sintio mal pero aesta sa- zo los otros diez cauallos sacado sus espadas: assi juntos se vinieron para el diziedo muera el mal cauallero, que as- si quiso empreder la muerte estoruado nuestra voluntad. Vosotros soys los q morireys dixo don rogel y coesto ellos lo cargauan de muchos y espessos gol- pes: pero el se desemboluia etre ellos d tal manera que bien les daua a enteder en q<>n poco los tenia. Pero estando assi enesto etraro por la puerta del castillo, otros diez caualleros, y delante vno di- ziendo. Aqui mis caualleros muera el que tato se defiende porq el principe te- nia ya a sus pies quatro dlos primeros Pero viendo su muerte al ojo: determi- no de bien vender su vida & haziendo es- paldas a vna pared: se comenc'o a dfen- der d tal manera q por su mal llegaua q<>- en mas allegar se atreuia. Pero a esta hora el cauallero atado que la duen~a le auia cortado las ataduras salio arma-do} {CB2. de todas armas y como bue caualle- ro que era, comec'o a herir en sus cotra- rios por detras con q algo de do Rogel se descuydaro, lo qual conocido porel: d dos golpes echo al suelo dos muertos y jutando ambos las espaldas ala pa- red se defendia lo mejor que podian: de mas de treynta caualleros pero crecien- dole el enojo al buen principe: no curan- do del mamparo salto en medio dellos haziendo tales cosas que no por hobre sino por dmonio era dllos juzgado: por que de solos quatro golpes echo muer- tos y mal heridos quatro enl suelo y de alli se metio etre los otros conociendo su temor, yendose para el cauallero con q<>en primero se auia combatido que mu- cho le aqxaua: alc'ando el espada le dio tal golpe / que el yelmo junto conla ca- bec'a fueron hechos dos partes / y de otro golpe acudio a otro cauallero que ala postre auia entrado, en vna pierna que toda se la corto a cercen: cayedo en el suelo, de alli con ayuda del otro caua- llero que con los peones peleaua, tenia muertos todos los caualleros saluo se- ys peones que le demandaron merced dela vida: y siendo todos despachados el cauallero y aquella duen~a que su mu- ger era se echaro a sus pies por besarse los pero el los leuato preguntandoles la causa porque assi los tratauan aque- llos muchos caualleros. Mi buen se- n~or dixo la duen~a. Aueys de saber que este cauallero es mi marido y somos se- n~ores deste castillo, & siendo yo Donze- lla fuy muy requeria de parte d aquel mal Cauallero co quien primero os co- batiades que vn castillo aqui cerca tie- ne. Pero yo jamas nunca quise enello consentir. Porque puesto que fuesse bu- en cauallero: era sus obras muy malas que por ellas fue por mi desechado: ca- sando me coneste buen Cauallero / cu- yas obras mas me pluguieron, delo q<>l en Norcas el feo / que assi ha nombre} [fol. 70v] {HD. Dozeno +} {CB2. aql cauallero que alli yaze muerto, ouo gra pesar y mando me amenazar y por esso me guardaua yo: pero mi ventura q lo quiso: oy el y aquellos diez caualleros hallaron la puerta del castillo abierta y todos los dl desarmados y a nosotros comiendo entraron y prediero nos a to- dos haziendo la crueldad q sen~or vistes a mi marido: q cierto si por vos no fuera el fuera muerto yo dsorada: pero gra- cias a dios y a ta bue cauallo como vos q de tal afrenta nos librastes: muy espa- tado quedo don rogel de oyr la maldad de Norcas el feo: y con mucho plazer d auer estoruado tan gran traycion, y sien- do soltados todos los dl castillo do ro- gel y el cauallero fueron desarmados y echados e sendos lechos muy ricos sie- do curados d sus llagas por mano d q<>e mucho sabia d aql menster dode estuuo seys dias al cabo dlos q<>les se ptio dspe- dido del sen~or del castillo encomendan- dolo a dios tomado su camino por do la ventura lo quiso guiar siguiendolo mas que podia el camino q yua ala mar por que alli pensaua fallar mas presto el fin de su desseo. {RUB. Capitulo .viij. como partido don rogel del castillo vuo bata- lla con don Silues dela Selua por a- mor de vna Donzella y como al fin se conocieron.} {IN4.} PArtido como os auemos co- tado don Rogel del castillo d la duen~a y cauallero que auia librado: no aguardado a gua- recer sus llagas, camino todo aquel dia sin auentura hallar que de contar sea. Pero el siguiete dia a hora de prima vi- do por la carrera que el venia: venir vn cauallero y vna donzella: el cauallero d- zia contra la donzella. Por dios sen~ora no se para que os acuytays tato: por lo q no os dare ni de mi aureys: q antes no pierda la vida: nos cale don caualle-ro} {CB2. dezia la Donzella que cumplir aue- ys del do que prometistes: pero como vi- do a don Rogel: dixo contra el. Ay se- n~or cauallo por dios dadme derecho d- ste mal cauallero que ta mal me ha bur- lado: no queriedo por su couardia cum- plir vn do que me prometio. Sen~or ca- uallero dixo do rogel cotra el otro / mal hazeys en no cuplir el do q ala dozella pmetistes cuplid lo luego: si no comigo soys ela batalla: pluguiesse a dios caua- llero q no tuuiesse en mas dixo el otro el cuplimieto d mi don q el hecho de mi batalla contigo q de grado lo tomaria. No cale al dixo don rogel cotra el otro que cuplir lo teneys si[ ]no tomad del ca- po a vra guisa. Esso me plaze mas a mi di- xo el otro q no estar cotigo en palabras y conesto se arredraro el vno del otro y sus lac'as baxas se vinieron a encotrar de tata fuerc'a q las lac'as fuero hechas piec'as y ellos y los cauallos se encotra- ro: en tal manera delos yelmos y escu- dos q cada vno cayo a su pte sin acuer- do alguo: pero al cabo de vna piec'a am- bos recordaron aunque bien quebrata- dos: que auque muchos encuetros do rogel vuiesse recebido nuca otro tal re- cibio y metiedo mano a sus espadas co- mienc'a entre si la mas braua batalla q de dos caualleros dezirse podria porq las rajas delos escudos: las mallas de las lorigas yuan porel suelo rodado en tan gran abundancia: que el campo de- llas estaua sembrado sin parecer punto alguno de couardia: enlos que se com- batian ni rescebia vn punto de descanso Tanto que tres grandes horas estuuie- ron en aquella porfia: que de muy casa- dos sin palabra algua se hablar se apar- taro a fuera poniedose de pechos sobre sus mismas espadas pa dscansar. Muy marauillado cada vno dela gra bodad dl otro / y creciedoles gra enojo al vno del otro, tornaron a su primera batalla co doblada fuerc'a dadose mas crueles} [fol. 71r] {HD. de Amadis. \ [.]lxx(i)j.} {CB2. y esquiuios golpes q de primero pugna- do cada vno por auer lo mejor dela ba- talla viendo que sus fuerc'as les eran bi- en menester segun el rezio cotrario que delante tenian cada vno dellos, pero ya a esta seguda batalla: lo que primero la- staua las armas passaua sus carnes por que ya el suelo mostraua sus matizes co la rubicuda sangre porel derramado co- rriendo porlas armas abaxo. O santo di- os dezia el principe don rogel y sera ver- dad q aqui aya de perder la vida sin po- der poner libertad ami sen~ora a manos de vn dmonio: porque otra cosa no pue- de ser q si hombre fuera ya fuera muer- to o vencido. O mi sen~ora leonida y co- mo no soy dino dl grado en que vuestra gran mesura me puso: que esperanc'a ten- dre yo d poder poner vuestra psona en libertad q<>ndo vn solo cauallero me tie- ne tal parado y con aquello co doblada yra comec'o a herir a su contrario al q<>l no fallo nada perezoso: antes lo recibio co no menores golpes q el otro le auia dado d tal suerte q ya enllos no auia al q la muerte si Dios milagrosamente no lo hiziera que dando don Rogel vn gol- pe su contrario tan fuerte que los yno- jos le fizo hincar enl suelo: la espada fue hecha dos pedac'os, qdandole enla ma- no solamete la empun~adura, dela qual el otro cauallero vuo crecido plazer: y al- c'ado la espada para herir a don Rogel don rogel cerro ta presto conel, que sin poderlo herir vuieron de venir alos bra- c'os en vna piligrosa lucha d suerte que cerca de media hora anduuieron enella pero echadose las maos alos yelmos porlos tiracoles cadavno dellos tiro ta fuertemente para si / que el vno lleuo el yelmo del otro, y alc'adolos por herir se coellos: do rogel conoscio al otro caua- llero con quien peleaua: que era el bue do Silues dela selua q auiedo deshecho alguos agrauios auia aportado por alli y con gran amor se abrac'aro: q en estre-mo} {CB2. se qrian junto conel gra deudo que tenian. Entonces don silues tomado el espada por la puta la daua a don rogel diziedo: tomad mi buen sen~or esta espa- da en sen~al dla honra dla batalla: al ta- to hazia don Rogel / pero la dozella q la batalla auia visto despartida: llegadose a ellos, comenc'o a dezir. Ay cuytada d mi q ta falso cauallo es el vno como el otro q prometiedome vengac'a deste ca- uallo no mela q<>ere dar. Amiga dixo do Rogel: bie vistes q no fue mas en mi ma- no porq si mucho porfiara sin duda mu- riera. No cale dixo la dozella q por todo el mudo etiedo de profac'aros a ambos a dos: por falsos y femetidos: qbratado- res de su fe. Ay mi sen~or dixo do Silues cotra do Rogel coplid por dios vra pa- labra en dar mi cabec'a a ta desonesta do- zella como es esta. Essa palabra no se cu- plira si yo puedo dixo el: po dzidme por dios q es lo que la dozella os pide q vos le negauades: entoces don silues come- c'o a dezir. Aueys d saber mi sen~or q ye- do yo por esta floresta esta man~ana eco- tre coesta dozella: la q<>l segu dize fue ta pagada de mi hermosura q mi pidio vn do sin saber yo lo q me pedia: me dema- do mi amor: lo q<>l no le diera por cosa al- gua dl mudo / catad aqui sen~or la causa de nra batalla & agora os pido cumpla- ys vra palabra dadole mi cabec'a: mi bu- ena amiga dixo do rogel: pedid lo q q<>sie- redes: o tomad mi cabec'a y no dmadeys cosa q yo no haria. Pero jamas cola do- zella lo pudiero acabar. Antes caualga- do ella en su palafre y ellos en sus caua- llos comec'o de seguirlos diziedoles mil denuestos y vituperios co proposito d q- xarse a quantos topasse. {RUB. % Capitulo .xj. Como don rogel y don silues fuero libres dl do por vna ventura y como libraro a vnos caualleros y donzellas q de vn castillo querian quemar.}} [fol. 71v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {IN4.} JAmas dexo vn solo punto la dozella en todo aql dia de de- nostar los cauallos y ellos ca- minado co tata passio de sus llagas q grandes era: hasta que venida ya la noche les conuino: apeados d sus cauallos aluergar debaxo devnos arbo- les donde assi mismo la donzella se apeo no cessando en toda la noche su gra por- fia: de desonestarlos / hasta que venida la man~ana, muy clara y hermosa: ellos se leuantaron y assi mismo la dozella: fa- sta ora de prima: q viero assomar por la carrera que ellos venia ocho cauallos: los q<>les trayan vna donzella en vn pa- lafren que fuertemente plan~ia, dando le con los cuentos delas lanc'as. Ay se- n~ores caualleros dixo la dozella, q con don Rogel y don Silues venia: conos- ciendo la otra: librad por dios aqlla don- zella que es mi hermana: de mano de aqllos caualleros tan falso: que yo os su- elto el don que me prometistes. Lo qual oydo porlos principes, sin mas guardar sus lanc'as baxas se van para los otros caualleros: que para ellos todos ocho venian dela misma suerte, y los quatro encontraron a don Rogel: y los otros q<>- tro a don Silues dela selua, quebrando todos sus lanc'as en ellos. Pero las do- zellas que libres se vieron: la vna y la o- tra al mas correr de sus Palafrenes: se va por vna floresta huyendo no tenien- do mucha confianc'a enlos dos caualle- ros q co los ocho pudiessen: a esta hora don Rogel y don Silues boluieron so- bre los seys q qdauan sus espadas elas manos de tal suerte, que antes d media hora les dieron a enteder q<>nta era su bo- dad, no dexando ninguo a vida q no mu- riesse, y dando gracias a dios por verse libres dela donzella, metiendo las espa- das enlas vaynas se fuero por aquella misma carrera, por ver si hallaria algu poblado dode poder ser curados d sus llagas. Pero antes de gra piec'a: viero} {CB2. por etre los arboles parecer vn castillo y enderec'ando para el oyero a poca pie- c'a sonar vna bozina: & saliedo a lo llano viero que dl castillo salia veynte caua- lleros: y otros tatos peones, y que en- tresi lleuauan tres caualleros y vna do- zella desnudos en camisa: co sendas so- gas alas gargantas: y que los lleuaua a echar en vn gra fuego que alli estaua fecho. Los caualleros y dozellas: fuero luego conocidos de don Rogel: y d do Silues dela selua, q eran el principe don florisel de niquea y Anaxartes: y el prin- cipe don falanges de astra. Ay sancta maria que veo dixo don Rogel, y mi se- n~or do Florisel es este con mis sen~ores don Falages y Anaxartes: y con aque- llo baxando sus lanc'as: se van para los caualleros todos veynte: q para ellos venia co sus lac'as: y enel camino los ca- ualleros qbraron las lac'as enlos dos Principes / de tal suerte: q por poco no los vuiera derribado: pero: alos que e- llos encontraron con las lanc'as / dela otra parte cayero al suelo muertos: y boluiendo con las lanc'as que sanas les auian quedado: sobre los otros. Los veynte peones les mataro los cauallos y ellos salieron dellos lo mas biuamen- te que pudieron / y haziedo espaldas el vno coel otro: sus espadas elas manos por guardarse delos d a cauallo que no los tropellassen. Pero lo que mas les valia: era que los cauallos delos enemi- gos se espantauan delos otros que esta- ua muertos: & no osauan llegar pero de los peones, ya estauan de ynojos, rogan- do a dios q librasse aquellos cauallos Pero la Infanta Grianda, que la doze- lla que sacaua a qmar era. como quie- ra que estuuiesse suelta: con vna hacha que cayda hallo ella enel suelo les auia cortados las fuertes ligaduras con gra presteza a do florisel d niqa: y el las qui-to} [fol. 72r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxij.} {CB2. a don falanges y anaxartes y toman- do sendos escudos y capellinas y ha- chas delos peones q muertos estauan dado de tal suerte elos otros q mas de seys mataro y con aquello vuo lugar d dexar algo alos dos principes. Lo qual visto porellos que mas de seys caualle- ros auian muerto los comiec'an a aque- xar en tal manera que bien parecia qua- ta gana de destruyllos tenia que en me- nos d media hora no auia cauallero de los enmigos que armas pudiese tomar saluo dos peones que demandaro mer- ced dla vida, lo qual visto por la duen~a sen~ora del castillo sin detenencia algua se lac'o enel fuego que para quemar los caualleros tenia hecho no sin gra admi- racio de todos y plazer de don florisel y Anaxartes y don falanges de astra co- nociendose los vnos con los otros dan- do gracias a nuestro sen~or por assi los auer librados y marauillados dla alta caualleria de do silues dela selua se bol- uieron al castillo: donde hallaron veyn- te caualleros delos mas principales de la corte q aquella mala duen~a auia pre- dido co sus engan~os y dando la tenen- cia del castillo a vn cauallo muy fiel: ar- mados de todas sus armas todos jun- tos en copan~ia tomaro el camino dela mar. Dode los dexaremos por cotar q<>- en era esta tal falsa duen~a q tantas mal- dades hazia y ta mal qria alos Princi- pes griegos. Dize pues nuestra historia que era tia dl rey de tarsis aquel que en guindaya murio como enla onzena par- te dsta historia se dixo: y sabiedo la mu- erte de su sobrino por vegarse poco a po- co delos caualleros Griegos y assi mis- mo delos principes tomando mucho auer se vino a grecia y compro aquella possession para dende alli hazer mucho dan~o / lo qual hiziera si Dios nuestro sen~or no se lo estoruara embiando por alli aquellos dos caualleros como aue- mos contado.} {CB2. {RUB. Capitu .x. Como yen- do don silues dela selua co los otros principes encontraron vna estran~a ventura que venia por la mar y Don silues dela selua la acabo y se partio dellos y lo que mas acontescio.} {IN4.} PArtidos aquellos principes como os auemos contado dl castillo dela mala duen~a fue- ron ocho dias en copan~ia por la via que ala mar guiaua sin auentura hallar que de contar sea enmendado al- gunas fuerc'as delas quales co las gue- rras passadas todo el imperio estaua lleno: pero al cabo dellos saliendo vna man~ana devna floresta se hallaron ribe- ras dla mar y por alli determinaro d yr hasta hallar algu puerto: o nauio dode poder embarcar: y estado pesando ene- sto viero lexos por la mar venir vn muy crecido fuego echado grades dislates d artilleria de si y esperado por ver lo q seria viero que el fuego enderec'aua co- tra ellos cada rato pareciendo mas cla- ro: tato que quando junto a ellos llego viero que era vna grade y hermosa bar- ca a marauilla sin remo ninguo ni per- sona ninguna: saluo que en lugar de ma- stil tenia vn pequen~o pilar de jaspe y enl vna espada atrauessada de parte a pte y en baxo del espada vna tabla d oro co vnas hermosas letras. La barca llego ta junto de tierra que bien podian con poca dificultad entrar, Por dios dixo do Florisel no dexe yo de prouar de entrar dentro a ver si puedo dar fin a esta aue- tura pues tan buen aparejo tengo delo que querria no sera razon passar adela- te. Assi me semeja dixo don Falanges y conesto todos saltaron enla barca y vie- ron hazia vna parte vn rico lecho enel es- taua echada vna hermosa Donzella to- da cubierta de seda que muerta parecia} [fol. 72v] {HD. Dozeno +} {CB2. estar ala otra parte estaua otro Lecho enel no auia otra cosa sino vn lio cubier- to de vn xamete verde y queriendo des- pertar la donzella jamas pudieron: por donde creyeron estar encantada, pero a su cabecera hallaro vna carta, la qual siendo leyda vieron que assi dezia. {RUB. % Carta.} {IN4: con tinta roja.} ZIrfea reyna y sen~ora d argi- nes y babilonia: sen~ora dela magica arte dstruydora dla seta dlos dioses e cuya cegue- dad antes biuia acrecetadora dela xpia- na fe a vosotros los constatinos princi- pes ela ardiete barca ayutados. Salud para q conella el fin d vra demada aya su deuido efecto como q<>era q las cosas porel alto sen~or ordenadas alos hobres no sea dado estoruallas y puesto q quisi- essemos: no podriamos. Ami noticia vi- no el robo dlas esclarecidas princesas: juto co la de mi Anxiana: para cuyo re- medio hordene esta barca ela qual sola- mete podra yr el q la espada dl padron sacare cobrado esta dozella su habla pa su seruicio poresto nadie se marauille q porel alto sen~or assi esta hordenado. % Leyda q vuieron la carta cada vno dellos tenia codicia de prouar el auetu- ra si pudiesse y luego el principe anaxar- tes asio dela manc'ana del espada: pero por mucho q pugno jamas la pudo mo- uer de donde estaua. Ya desta hecha di- xo don Falanjes no yreys vos enla bar- ca sin pagar el flete. Assi me semeja ami dixo el: y pues a vno d nos es otorgada co- pan~eros he de tener: y luego do Florisel llego y leyo las letras: que assi dezian. % Enel tiempo que el brauo leon enge- drado en lealtad contra las leyes della sin macula d amor tocar ala espada co- brara el poder que hasta alli tenia pdi- do de cobrar las palomas encerradas y} {CB2. librar los fuertes leones: cobrando los perdidos paxaricos. Auiedo leydo las letras asio del espada. Pero tanto hizo como nada. Por dios sen~or dixo Ana- xartes vn buen compan~ero tego en vos para ayudarme a pagar el flete. Assi me semeja dixo el: y luego don falanges de astra asio dl espada: pero no le valio na- da su sobrado esfuerc'o para d alli la mo- uer vn solo punto y apartadose a fuera don Rogel la quiso prouar: con miedo que si don Silues la prouasse primero a- cabaria la ventura: pero no quiso tener mucha embidia alos otros y no pudien- dola sacar muy enojado se aparto avna parte, y luego don Silues asio del espa- da y muy liuianamete la saco y luego se dio vn sonido tan grande que todos fue- ro fuera de sentido por vna piec'a y al ca- bo della do Florisel: y anaxartes y don Falanges y don Rogel se hallaron ori- llas dela mar sobre sus cauallos y halla- do menos a don Silues: luego cuydaro que el vuiesse acabado el auentura: y ca- ualgando en sus cauallos se fuero a vn cercano puerto: tomado alli vna peque- n~a nauezilla se metieron dentro por do- de la ventura los quiso guiar. dode los dexaremos: hasta su tiempo, por contar lo que a don silues dela selua acontecio el qual recordado del estampido se ha- llo enla barca muy metido ela mar sin ver nadie que la gouernasse saluo aque- lla donzella q antes viera que yazia dur- miendo, & aquella sazo despertaua. Mi buena sen~ora dixo don Silues contra e- lla sabriades me dezir q auetura es esta Buen sen~or dixo ella si dire si vn do me otorgays. Yo os lo otorgo dixo don Sil- ues. Pues aueys de saber mi sen~or que aueys otorgado de andar vn an~o comi- go sin salir de mi madado porq assi me lo mando mi sen~ora la reyna d argines y mas me dixo que no tuuiessemos cuy- dado dla barca q ella nos lleuaria don- de fuesse necessidad. Muy marauillado} [fol. 73r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxiij.} {CB2. quedo do Silues dela selua del saber d la reyna: aunq mucho del auia oydo de- zir. Y desemboluiedo ello que sobre el otro lecho estaua, vieron enel vnas ar- mas todas blacas muy fortissimas a ma- rauilla, en especial el yelmo q co su riq- za no tenia valor. Al rededor del esta- uan vnas letras muy bie talladas que dezia. Que al cauallero que lo traxesse no empeceria encantamento ninguno, y tenia otra virtud las armas: a[+]vn que do Silues no lo supo por estonces, que no podian ser falsadas, hasta que adela- te perdiero la virtud: como en su lugar diremos. Enel escudo tenian figurada muy sutilmente vna fortuna con su rue- da muy ricamete obrada. Muy alegre fue don silues con las armas q fuertes le parescieron: y co mucho plazer yua por la mar muy enamorada la infanta del: sin faltarles cosa alguna que menes- ter ouiessen. {RUB. % Capi .xj. como yen- do por la mar adelate Ajesilao y do Arlanges: hallaro enla mar vn estra- n~a auentura: y como fuera muertos si[ ]no fueran socorridos: y quien los socorrio.} {IN4.} NO se puede escreuir la gra an- gustia quel principe Ajesilao por su soberana esposa Dia- na lleuaua: ni menos do arla- ges por la muy fermosa Garaya su mu- ger. Antes como hombres fuera de sen- tido siempre llorando sin poder tomar consuelo. Mas dsseosos dela muerte q dela vida: llegaron ala mar: y alli meti- dos en vn pequen~o barquillo sin fallar auentura de que contar sea. A vezes co buen tiempo a vezes con malo: camina- ron passados de diez dias: tato que ya el mantenimiento les yua faltando q muy poco tenia y menos dello tomauan: q si no fuera por ser homicidas d si mismos no tomara alguno: antes se dexara mo-rir:} {CB2. pero al cabo destos diez dias sintie- ron cerca de si bozes como de gentes q muy reziamente le quexaua, y mirando por ver lo que seria. Viero que era vna gran fusta y dentro della parescia tres gigantes taman~os como sendas torres y dentro dela fusta sonaua las bozes q aueys oydo. Lo qual visto por ajesilao luego cuydo q alli yua q alguna fuerc'a rescebia: y lo mejor que pudiero ederesc'o su barca alla: mas por mucho que hizo el y don Arlanges con sendos remos remando quanto podian: todo era nada que la fusta corria muy rezia- mente: y ellos siguiendo la cola mayor priessa que podian. Desta manera fue- ron todo aquel dia y la noche hasta que otro dia se hallaron cabe vna ysla: bue- na al parecer dode los gigantes auian desembarcado, & ya se auian acogido a vn castillo: que dentro enla ysla pares- cia. Lo qual visto por ajesilao: y do Ar- lages: saltaron en tierra. Y caualleros en sus cauallos, quisieron mouer para el castillo. Pero delante seles pusieron doze cauallos diziedo. Sed presos si[ ]no muertos soys: pues aueys sido osados de entrar sin licencia del gigante maga- do el brauo. Esso no sere yo d vosotros dixo Ajesilao: y tomando la lac'a sobre mano. Dio a vno dellos tal golpe que la lac'a le passo dla otra pte: y lo mismo hizo do arlages a otro cauallero: y d a- lli qbrando las lanc'as: se metiero etre los caualleros de tal suerte q bie po- ca piec'a de hora tenia los ocho muertos y dlos q<>tro q qdaua. Vno q mas ligero cauallo traya / fue a dar madado al cas- tillo alos gigantes: a todo correr de su cauallo. Los quales como lo oyeron co- mo psonas fuera de seso. Salieron siete gigates: cada vno taman~o como vna to- rre y mas de cincueta caualleros cone- llos q todos era hros / y haziedo gran- des brauezas. Tomaro la via dla mari- na enl camino ecotraro a ajesilao y a do} {CW. k} [fol. 73v] {HD. Dozeno +} {CB2. arlanges d[ ]espan~a: que con gran priessa venia camino dl castillo sin lac'a ningu- na: los q<>les como vieron los gigantes no dexaron de temer la muerte sus bra- uos corac'ones: mas no porq puto d co- uardia mostrassen. Antes bien cubier- tos d sus escudos los esperaro y el giga- te magado q delate venia, co vna boz te- rrible y ronca comenc'o a dezir contra Ajesilao, y a don arlages d[ ]espan~a. Ca- tiuos Caualleros daos a mi prision pa- ra q muriendo biuays por la gran osa- dia que aueys tenido d[ ]entrar en mi tie- rra, & matar mis caualleros. Gigate di- xo ajesilao: dexate desso & dame los xpi- anos q tienes presos, y tornandote ala ley de mi sen~or Jesu Christo: tu y esso- tros: yo soy contento de soltaros la ba- talla: en otra manera creed que vuestra vida junto co vuestras malas obras fe- neceran. O apolo dixo el Gigate & co- mo vuestra deydad me ha tanto apoca- do. Consintiendo que vn solo cauallero tales dsuaneos me dixesse, pero no sera tanto q mis manos en tal vil cosa ensu- zie: & luego mando a sus cincueta caua- lleros q fuessen contra los dos Princi- pes. Los quales los aguardaron: bie cubiertos de sus Escudos / por pagar- les la deuda de su muerte conel precio de su sangre. Los caualleros los enco- traron de tal manera, vnos por vn cabo y otros por el otro: que mas de diez lla- gas les hizieron y los cauallos fueron tan heridos q arrodillaron conellos. Pero los buenos principes no oluidan- do su gran esfuerc'o. Salieron a ellos lo mas presto que pudiero y con sus espa- das enlas manos se comienc'an a defen- der: po que vale q assi los gigates como los cauallos: los aqxauan en tal mane- ra, q sin duda murieran si[ ]no fueran por nro sen~or dios socorridos como agora diremos. Ya os auemos contado enel capitulo passado: como auiedo sido la- c'ados dela barca encatada do florisel y} {CB2. don rogel / y don falanges de astra: y el fuerte anaxartes. Siguiero por la ribe- ra del mar: hasta q metidos en vna bar- ca con dos marineros: la dexaro yr por do la ventura la quisiesse guiar. Pues assi fue que con buen tiempo corrieron dos dias / al cabo delos quales comen- c'o a correr vna tormenta tan terrible q mil vezes pensaron ser anegados: creci- endo la tormeta de hora en hora: en tal manera: que la barca subiendo vnas ve- zes alas nuues: parescia decedir otras vezes alos profundos abismos. Sola- mente tenian por remedio de socorrer a aquel solo refugio: q jamas a nadie ds- mamparo que a el se encomendasse con puro corac'on Jesu christo: y asu precio- sa madre que vuiessen misericordia de sus animas: pues los cuerpos estauan en ta gra peligro. Desta maera fue tres dias: mas al quarto dia se hallaron ca- be de vna ysla muy fertil al parecer: y d- lante della cerca del puerto se hazia cer- ca vn buen castillo bien obrado a mara- uilla. Y delante del Castillo auia passa- dos de q<>renta caualleros, y seys jaya- nes: que contra solos dos Caualleros peleaua, q delante de si tenia diez caua- lleros y vn jayan muertos: pero los o- tros los tenian ya tan llagados que no auia defensa alguna enllos. O valame dios dixo do florisel y que desigual ba- talla es aqlla. No estare q no vaya a so- correr dos tan buenos Caualleros co- mo aquellos. Que a gran traycion son muertos. No me creays dixo don fala- ges d astra / si el vno no me toca a mi y el otro a este cauallero por Anaxartes: que segun las sen~ales del Escudo el v- no es Ajesilao, y el otro don Arlanjes. Assi me semeja a mi dixo Anaxartes q no sin causa Dios nos truxo por aqui y con tanto. Ellos sin mas aguardar mandaron a sus marineros que llegas- sen la barca a tierra co mucha psteza lo q<>l luego fue fecho y los p<>ncipes saliero} [fol. 74r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxiiij.} {CB2. Sacando los cauallos saltaro enellos y a todo correr se van para los caualle- ros que dla primera llegada q<>tro echa- ron muertos enel suelo. Y metiedo ma- no alas espadas, se fueron contra los gigates que muy mal aquexaua alos ca- ualleros y conellos comenc'aron vn as- pera batalla el gigante magandon q en suerte a don falanjes cupo: y los otros Jayanes que de no menos fuerc'a eran. Comec'aro la mas cruel batalla que po- dia ser: dandose mortales golpes co ta- ta presteza q no parescia sino que vulca- no sus herrerias alli auia ayuntado co sus crueles artifices: pero los dos caua- lleros quel ayuda sintieron. No fuero perezosos de tomarla: antes contra vo- luntad de sus enemigos en dos Caua- llos delos que alli andaua sueltos / co- mienc'an a hazer tales cosas: q parecia en todo el dia no auer hecho cosa algua que en menos de vna hora tenian muer- tos y mortalmente heridos la mitad d los caualleros. Mas a esta sazo ya los quatro caualleros q dla barca saliero auian muerto quatro jayanes delos co que peleaua: & co los otros dos adaua en aspera batalla dandose mortales gol- pes: quel cielo y el ayre resonaua. Pe- ro la ligereza dllos era tanta q los jaya- nes no los podian alcanc'ar golpe nin- guno a derechas: porq si[ ]lo alcanc'aran no vuiera menester maestro: y los giga- tes co su demasiada gradeza, colos gol- pes q dauan en vazio: estauan tan casa- dos q ya no podian menear los cuchi- llos elas manos: lo qual conocido por los principes los aqxaron tanto. En es- pecial don falanges de astra, q sintiedo quel gigante magando estaua cansado amagandole vn golpe alos pies le acu- dio vn reues porel yelmo que quasi to- das las q<>xadas le corto. & dalli le cargo d tantos y tan crecidos golpes q dio co el a sus pies: & cortandole los lazos del yelmo le corto tras del la Cabec'a y sin} {CB2. mas aguardar se fue a meter etre los ca- ualleros q a don arlanges y ajesilao te- nian cercado y con su llegada hizieron tanto q quando don florisel y don rogel y anaxartes acabaron de matar los gi- gantes con quie peleauan. Ya no quasi era menester su ayuda, y llegados ellos todos fueron muertos / que ninguno a vida quedo que[ ]no fuesse muerto o mor- talmente herido. Y de alli no curando de recebirse a todo correr, se fuero al cas- tillo. A tiepo que querian ya cerrar las puertas: pero no lo pudieron fazer tan presto: que primero los principes no en- trassen dentro & siendo dentro: al encue- tro les salieron veynte villanos con ha- chas y capellinas. Los quales como d- sarmados estuuiessen de presto fueron muertos y entrando al gran patio del castillo. Vieron salir de vna sala: vna ja- yana vieja con dos nin~os pequen~os de dias enlos brac'os: la qual se subio alo alto del Castillo sin hablar palabra al- guna: sino llorado y dando grandes au- llidos. Se subio alos corredores, y e- chose dellos abaxo: q por poco del gol- pe matara al principe Anaxartes. Mu- cho peso dela muerte dela jayana a to- dos: pero viendo que no auia remedio alguno se dexaron dello por andar por el Castillo en busca de los Presos mas primero cerraron el Castillo / y en vna Camara alta hallaron los dos peque- n~os nin~os que la giganta traya / que a- vnque era de vn an~o. Eran tan grandes de cuerpo q parecian de seys an~os: los q<>les los dieron a criar a vn ama gigan- ta que enla ysla estaua, aunque mas va- liera que murieran para hazer el mal q despues hiziero. Todo lo qual dexare- (re)mos por cotar como los principes a- uiendo hallado los dos nin~os gigates enlo baxo del castillo hallaron vn peq- n~o husillo hazia abaxo: cerrado co vna puerta y quebrando la con vna hacha: entraron por ella a dentro vna piec'a.} {CW. k ij} [fol. 74v] {HD. Dozeno +} {CB2. y al cabo oyero muchos gemidos d ge- tes muy dolorosas: y quebrando otra puerta fallaron passados de cincuenta caualleros muy mal tratados y otros no tanto: porque auia poco que esta- ua presos. Mas era tanta la escuridad q no se vian poco ni mucho. Amigos di- xo el principe don florisel cotra los pre- sos. Salid fuera los que desseays li- bertad. Como puede ser esso dixeron ellos: que lo mas cierto que ten(en)emos es quado la suerte venga, para ser sacri- ficados alos ydolos del gigante maga- don. Sed ciertos dixo don Arlanges que todos soys libres por mano d vnos caualler(s)[o]s. Luego todos a vna boz co- menc'aron a catar el psalmo de laudate dmum omnes gentes: laudate eu omnes populi. Y sin mas detenimiento saliero todos al patio / hincadas las rodillas dieron muchas gracias a Dios: y des- pues quisiero besar las manos alos p<>n- cipes. Especialmente sabiendo quien era y que ellos los auian librado y lue- go los que mas rezios estauan: fueron proueydos de armas para guardas dl castillo. Pero no fue menester que to- dos los dela ysla: vinieron a su obedie- cia, quedando por Ajesilao hasta que otra cosa se proueyesse y curados d sus llagas. Assi jutos se metiero en vna bue- na fusta con proposito de yr con do flo- risel a hazer cobrar su derecho ala In- fanta Briada. y de ay ptirse en busca d sus auenturas. Todo lo qual dexare- mos agora, por contar lo que al excele- te principe Amadis de grecia y a su pa- dre Lisuarte acotescio partidos de cos- (s)[t]antinopla: pues dellos no auemos fe- cho mencion. {RUB. % Capi [.]xij. como Li- suarte y su hijo Amadis de grecia, con tormenta fueron lanc'ados en vna ysla y la estran~a auentura que alli hallaro y lo que en su siguimiento les acontecio.}} {CB2. {IN4.} RAzon sera hablar alguna co- sa dl soberano principe Ama- dis de grecia. El qual conel eperador Lisuarte su padre. Assi mismo con la cuyta q cada vno pu- ede pesar por sus sen~oras abra y niqa: se partiero ela demada delas princesas, mas desseosos ambos dla muerte q no dela vida. Y enesta demanda anduuie- ron algunos dias haziendo estran~as co- sas en armas: buscando por la tierra el fin de su desseo. Pero como viessen los dos exceletes principes su trabajo ser escusado y no tener remedio alguno. Tomaron vna barca de vnos pescado- res y pagandosela sin marinero alguo q los guiasse. Tomaro el camino q los variables vientos darles quisiero: no vsando de certinidad por no ser su de- mada cierta y a vezes con buen tiempo a vezes con el contrario, caminaron ve- ynte dias. Al cabo de los quales se leua- to vna tormeta ta peligrosa: que como personas, que puesto que mucho ouies- sen nauegado mil vezes se querian ane- gar con la poca experiecia que d aquel oficio tenian. Pidiedo a nuestro sen~or misericordia de sus animas estado los cuerpos en tata aduersidad: pero nues- tro sen~or dios como padre de piedad: que jamas desmampara a nadie q a el se encomieda de puro corac'on fue ser- uido que al[ ]cabo deste tiempo amasan- do algun tato la tormenta y a fuerc'a d los furiosos vietos. Ya que la diosa d tres nombres sus hermosos cabellos co gra magestad sobre los mortales te- dia y la noche comenc'aua a escurecer. Se hallaron cabe vna tierra muy dley- tosa de arboledas: y auiendo salido d la barca: y dado grades gracias a nro sen~or. Se metieron assi armados sin ca- uallos: que por ser el barco peqn~o no cabia: entre vnas arboledas: y[+]a que la noche se cerraua por descansar algun tato del gran trabajo passado, pero ya} [fol. 75r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxv.} {CB2. que los cauallos noturnos apacetado se medio hartos estaua veciendo: mas al principe Amadis de Grecia, la sole- dad de su sen~ora Niquea no el tra- bajo corporal que la mar le auia causa- do. Mirando la hermosura d[ ]estrellas que al Cielo afermoseauan: con el silen- cio dela noche que mas acrecentaua su tristeza comenc'o a dezir. Ay de ti ama- dis de grecia como creo que tus traba- jos jamas ha de auer fin. O mi sen~ora Lucela y como estays vegada de vues- tro Amadis de grecia. Si sus grandes infortunios sabeys: o mi sen~ora Niqa y como no me hablays / si estays biua no lo creo q biua seays: y sola vna hora sin mi podays estar. O quanto me fue- ra mejor q vos mi sen~ora niquea me de- xarades en aquella soledad con la mi fi- nistea hazer mi penitecia, si co tales pa- gas de tantos trabajos la fortuna me auia de paga. O fortuna para mi segu tu nombre fuerte: porque no me quitas la vida: no creo que me dexas conella si- no pa hazer me gastar tus amargos xa- ropes: estando enesto el soberano prin- cipe oyo cerca de si bozes como de mu- ger que mucho en estremo se qxaua: di- ziendo tantas lastimas que no os lo sa- bria hobre cotar, y mirando vido ala lu- bre dela resplandesciente Diana. Algo apartado de donde ellos estauan venir por el camino vn muy fermoso y gra ca- rro todo cubierto de seti velutado con muchos clauos y guarniciones de oro y quatro cauallos que le lleuauan: den- tro del sonauan las bozes que aueys oy- do, delante del carro yuan dos Gigan- tes muy dessemejados apie: que por su gradeza no auia cauall[er]o que sufrir los pudiesse y dtras venia otro mucho ma- yor que amenazado venia alos que los grandes gritos dauan. Por lo qual el Emperador Amadis conoscio que de- uia de lleuar el gigate forc'ados los que enel rico carro yuan. y llamando al em-perador} {CB2. Lisuarte de Grecia su padre, muy quedo le dixo lo que passaua, y am- bos a dos enlazando los yelmos. To- maron el camino que el carro lleuaua: pero el yua con tanta priessa que no lo pudieron alcanc'ar tan presto, que pri- mero no lo viessen entrar en vna fusta. Ya ql sol comec'aua a mostrar su rostro tan cerca dellos que pudo conoscer los que enel carro yua que eran la fermosa reyna de francia: y la hermosa Lucela con su gran hermosura: y el principe lu- cendus: que era de edad d quinze an~os fuertemente ligado: con ta sobrada fer- mosura / que a todos los de su tiempo passaua y por esso le pusieron por nom- bre Lucendus: que es cosa que da luz. Y pues que Galersis aqui pone sus fay- ciones. No sera bien dexallas yo en si- lencio: porque segun el cuenta el era de tanta grandeza, que ni su altura de gra- de dsproporcionaua: ni de chica dexaua de tener su entera perfecion, las manos fuertes y muy hermosas: el cuerpo al- go robusto. Sus cabellos como made- xas de oro: las mexillas coloradas con la color vn poco triguen~a, su condicion muy amigable a marauilla: y persona q muy de repete se ayraua: y tarde se dese- nojaua, era de tan grandes fuerc'as co- mo el processo de nuestra hystoria con- tara, pero boluiendo a nuestro cuento muy marauillado fue amadis de grecia de ta estran~a auetura. Y dando vna boz dixo. O dios sen~or mio y q es esto q veo mi sen~ora Lucela es aqlla: es possible: no lo creo q ella sea / sino que yo estoy en algu fuerte encatamento: y que enel me es notificada la figura dela muy fer- mosa Lucela para mayor pena mia. O mi sen~ora y como las penas y trabajos solos son otorgados a hazeros seruici- os a vuestro amadis de grecia: y el triu- fo de gozaros: no me pudo ser otorga- do pero bienauenturado yo que lo que yo no meresci ninguno lo merescio.} {CW. k iij} [fol. 75v] {HD. Dozeno +} {CB2. Pero viendo que la fusta se queria par- tir Lisuarte y el comenc'aro a dar muy crecidas bozes: mas los gigates poco curaron con la priessa que lleuauan. Antes con buen tiempo tomaro la de- recha via de su tierra: pero quie os po- dra contar el pesar que elos principes quedo. Especial a Amadis de grecia q por poco eloquesciera: o se echara enla mar si[ ]no fuera por pder el anima: y por los consejos que el emperador Lisuar- te su padre le daua. El qual le dixo que tomassen su barca que no muy lexos de alli estaua: y que enella podrian seguir los Gigantes / conel qual consejo algo fue amadis de grecia consolado. Lue- go fuero por la ribera dela mar vna gra piec'a: hasta que hallaron el barco: y de- satandolo, metiendose dentro remaro fuertemente diuisando la fusta algun ta- to. Tomaron la via que lleuaua: lo qual dexaremos por contar lo que mas acontescio. {RUB. % Capitu .xiij. como viniendo por la Mar adelante Don Florisel de niquea y los otros princi- pes encontraron co vna fusta en que venia tres Gigantes / y lo que con ellos les acontescio.} {IN4.} YA os auemos cotado como salidos los principes: don flo- risel y Anaxartes y don fala- ges con los otros principes dela ysla delos siete gigantes: metidos en vna buena fusta, tomaron el camino del reyno de Media por dexar alli ala infanta Grianda y de alli boluer ala de- mada delas princesas. Pues assi acon- tecio: y al cabo de seys dias que vuiero nauegado. Se les mudo el viento algo al traues conel qual corrieron seys di- as: al cabo dlos q<>les cotra la parte que} {CB2. ellos venia. Vieron venir vna fusta bue- na y grade, y enla popa della venia tres grandes gigantes sentados: armados de todas sus armas: dentro enla Fusta oya gritos como de muger q mucho se quexaua. No me creays dixo don Flo- risel: si aquellos gigantes no lleuan al- guna persona forc'ada. Assi me semeja a mi dixo ajesilao. Y luego mandaro ade- rec'ar su barco contra la fusta que con- tra ellos venia co proposito de catiuar los. Y aferrandose la vna con la otra / ajesilao y don Rogel saltaron enella: y tras dellos el excelente Principe do Falanjes de astra: diziendo contra los gigantes. Caualleros dad nos cuenta que gete es esta que aqui detro oymos lamentar si[ ]no quereys morir mala mu- erte / el vno delos gigantes el mayor y disforme / que hermanos eran respon- dio. Y que pro te tiene ati catiuo caua- llero saber lo que yo en mi fusta tray- go: si no es yr en prision donde murien- do biuas. Pero por el dios jupiter te juro: por verte ta osado de darte mayor acostamieto que a ninguno delos mios si comigo quiere biuir. Gigante dixo ajesilao: dexate desso y bueluete ala ley d mi sen~or Jesu Christo y haziendo es- to yo te quiero tener por amigo: donde no dime quie son los que aqui traes for- c'ados. Agora te digo dixo el gigante q de mi blado hablar: te ha crecido a ti el osadia. Pero espera veras como casti- go tu locura y conesto el Gigante me- tio mano a vn gran alfange muy corta- dor y co el comienc'a a esgremirlo en la mano muy fuerte[+]mente cotra ajesilao: mas el que poco le temia. Puso mano a su espada y lo mismo hiziero los otros dos gigantes con don rogel y don Fa- lajes de astra, y los dela fusta co don flo- risel y el principe Anaxartes y Don ar- langes de espan~a donde vierades vna muy fuerte y peligrosa batalla para ser en medio dela Mar. Pero muy presto.} [fol. 76r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxvj.} {CB2. toda la otra gente dela Fusta delos Gi- gates: fue muerta y los otros principes do florisel y anaxartes se pararo a mirar la batalla que era tan braua: quanto ja- mas se vido. Porque alli no tenian lu- gar de guardarse tambien como en tier- ra. en tal manera que do quiera que se alcanc'aua yua al suelo escudo y armas y abueltas la carne / sin poder resistir cosa alos pesados cuchillos dlos giga- tes: que solo vna ventaja le tenian los principes y era ser muy diestros enel es- grima con que reparauan y heria a sus contrarios lo mejor que podian tato q al cabo de dos horas q la batalla tura- ua. Ya los gigates daua sen~al de su ve- cimiento y dela mejoria que los princi- pes sobrellos tenian: mas no sin falta d sangre que todo estaua lleno della tato que por los embornales dela fusta pas- saua, saliendo a dar diferente matiz ala cercana mar. Estando pues la batalla enel estado q aueys oydo, parescio por la mar vna barca en q dos caualleros venia: los quales como la fusta vieron el vno ebrac'ado el escudo, dio vn salto enla fusta: la espada enla mano y tras el el otro cauallero, pero el principe Don (E)[F]lorisel de niqa y Anaxartes que aque- llo vieron, pensando que en fauor delos gigates venia: sele pusiero delante sus espadas enlas manos: y comienc'a vna cruel y aspera batalla quanto jamas se vido. Dando se mortales golpes que a vezes arrodillaua: a vezes cayan: que os dire sino que la fusta toda cruxia co los desmesurados golpes que se dauan resonando el hecho dellos con la ma- yor sonoridad del mundo por las con- cauidades dela mar. Pero a esta sazon ya el principe don rogel auia dado con el gigante con quien peleaua a sus pies cortandole las enlazaduras del yelmo y la cabec'a. Se paro a ver la batalla q entre los otros passaua: espantado de ver cosa tan fiera quato jamas lo viera} {CB2. porque ya los quatro caualleros tra- yan, los escudos rajados: las lorigas rotas: las armas sin defensa algua: los yelmos abollados enlas cabec'as y las cabec'as debaxo heridas atronadas de la gra crueldad de su requesta. Pero ya en los dos gigates auia tan poca defen- sa por las muchas feridas q de ajesilao y de su padre auia rescebido que en bre- ue fueron muertos, y los quatro Caua- lleros andauan en aqlla batalla tales q al sino la muerte esperaua. Segun la fu- erc'a y la crueldad con que se heria, pe- ro era tanta la yra que Amadis de gre- cia traya quel: y Lisuarte eran los que enla barca venian que les cegaua la ra- zon. Y a esta hora auia passadas de tres horas que otra cosa no hazian sino darse muy crueles golpes sin piedad ni- guna. Tanto que de muy casados: an- si dela Sangre perdida: como del gran calor quel Sol hazia: se apartaron los vnos dlos otros por tomar huelgo, sin hablarse palabra alguna con gra pesar delos otros principes: que bien cuyda- uan que su vida haria alli fin / segun la aspereza de su batalla, pero el Empera- dor Amadis que algo le dexo la san~a. Miro y vido cerca de si los dos gigan- tes muertos y cayedo lo que podia ser pensando no fuessen algunos de sus pa- rientes y amigos aquellos, pues en o- tros no auia tanta bondad dixo con- tra don Florisel con quien se combatia. Por dios cauallero que me digays co- mo passa esta auetura: porque quic'a no hierre contra vosotros: que mucho me da el corac'on que soys personas con- tra quien no deua alc'ar el espada: don Florisel que al principe su padre oyo fa- blar: conociendo lo enla boz. Arrojan- do el espada enla fusta: fue a hincar los ynojos antel diziedo por dios mi sen~or que me perdoneys, que la ygnorancia nos escusa. E luego quito el yelmo con gran alegria de todos dsque conocie-ron} {CW. k iiij} [fol. 76v] {HD. Dozeno +} {CB2. y quitados los yelmos se demada- uan perdon, no pudiedo sossegar el ani- mo del principe Amadis, se metio por la fusta a detro en busca dla princesa lu- cela y en vna camara la hallo a ella: y a la reyna de Francia su cun~ada: llorado de sus ojos: rogando a dios diesse victo- ria alos suyos: que bien auian oydo la buelta y pensauan que era el rey do lu- cidor su desseado marido y Hermano: pero que os dire quando la hermosa lu- cela vido al Emperador Amadis de Grecia delante de si: sino que sin acuer- do ninguno se cayo sobre vn lecho que en aquella camara estaua. Y el empera- dor quedo tan triste y tan ledo y sin co- lor como vn hombre muerto que en vna piec'a palabra no pudo hablar. Pero tornando algun tanto sobre si, hablo a la Reyna. Y assi mismo los otros prin- cipes: diziendo le quien eran: y ella les hablo con aquel acatamiento que a sus estados conuenian y trayendo vna po- ca de agua la echaron enel rostro dela princesa Lucela. La qual torno luego con muy gran verguenc'a delo acontes- cido, que no quisiera que su honestidad diera sen~ales de tan crescido amor co- mo a amadis de grecia tenia: y dissimu- lando lo mejor que pudo. Hablo a to- dos aquellos altos principes. Pero no porque claro de todos no fuesse co- noscida su enfermedad Del Empera- dor Amadis de Grecia os digo que es- taua tan turbado que palabra alguna no podia hablar / y luego fue buscado el principe Lucendus por la fusta, y en lo mas baxo fue hallado muy aprisio- nado. Y quitadas las prisiones sabien- do en cuyo poder estaua con mucha a- legria y gra acatamieto les hablo a to- dos y ellos a el co mucha mesura. Muy espantado de ver aquellos principes q a ninguo sino a amadis de grecia cono- cia despues que de poder del Gigante Matroco lo libro. Como enla onzena} {CB2. parte desta hystoria se os ha contado. Del qual fue muy bien recebido: allen- de de su merecimiento y de ser tan alto principe por ser ymagen dela princesa Lucela su sen~ora que en estremo le pa- recia. Todo lo qual dexaremos por co- tar como el principe Lucedus de Fran- cia fue armado cauallero por mano del emperador Amadis de grecia. y como el rey don Lucidor de Francia aporto por alli con sus Naos que en busca de- la reyna su muger: y princesa venia y lo mas que acontecio. {RUB. % Capitu [.]xiiij. como Amadis de Grecia / y los otros principes: se partieron dela reyna de Francia, y del Principe Lucen- dus y de Lucela por la venida del Rey don Lucidor: y como Lucen- dus fue armado cauallero y del desafio que a Amadis de Grecia hizo.} {IN4.} SAlido que fue el principe Lu- cendus, como os auemos co- tado. Jamas los ojos de A- madis de Grecia partia, muy pagado del mas que de persona que vis- to ouiesse. Pero con gran san~a de ver lo que su tia continuamente padescia a su causa comenc'o a dezir. Pluguiera a di- os valeroso principe Amadis de Gre- cia que la obligacion en que te soy no fuera en dos vezes auerme librado de- la muerte / porque el principio de mi ca- ualleria diera testimonio con tu venci- miento dela gran deslealtad que con- tra mi sen~ora Lucela cometiste: toma- do de ti aquella venganc'a que era obli- gado. Pero ay de mi que por vna parte los seruicios a mi sen~ora Lucela y ami dos vezes hechos, y por otra razon} [fol. 77r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxvij.} {CB2. dela cruel venganc'a pelean: lo q el vno mada el otro veda: solo estoy entre dos estremos, pero puesto caso que esto sea no quiero negarte el fauor que ensto la ventura te concede con que quiero que aqui luego me des la orden de caualle- rias. A todo esto los ojos del esforc'ado Amadis de grecia y d Lucela parescia manatiales fuentes de sus lagrimas vi- endo quata razon en aquello tenia Lu- cedus. Pero lo mejor que pudo el em- perador respondio. Principe Lucendus no quiero negaros la razon que de mi teneys: para por parte demi sen~ora Lu- cela quexaros: por la razon de amor si enel algua se halla, pero yo estoy al pre- sente tan pagado con lo mucho que pa- dezco y he padescido, que en alguna co- sa mi sen~ora Lucela me queda deudo- ra / pero ay de mi que la hermosura de mi Niquea aquie estaua ya mi ayunta- miento por el alto sen~or prometido: tu- uo tato poder: que dela gloria de mi se- n~ora Lucela me hizo apartar, assi que quato a este cruel dan~o, que de vuestra alta caualleria: me podia resultar: yo q- do bien pagado: enlo de[+]mas yo soy co- tento de hazerlo. El que acabaua dezir aquello por la mar assomaua passadas veynte velas con las armas reales de Francia de que mucho plazer vuo Lu- cela: que mucho temor tenia de yr coel Principe amadis de Grecia porque ca- da vez que lo via: boluia alas primeras ansias de sus amores y mientras q las naos llegauan, el Principe Lucendus fue armado de vnas armas de vn caua- llero de aquellos muertos / y el Empe- rador le dio la orden de caualleria que fue enel ta[ ]bien empleada como adelan- te contaremos: y la espada rescibio de su tia Lucela: la qual sela dio llorando biuas lagrimas: aunque mucho peso a la Reyna de ver a su fijo tan moc'o en a- quel trabajo: pero viendo que al no po- dia ser sufriose lo mejor que pudo: aca-bado} {CB2. que fue de hazer aquel acto las na- os francesas llegaron a do ellos yuan: y enla delantera venia el Rey don luci- dor. El qual como conoscio alos prin- cipes griegos / y vido los gigantes mu- ertos con muy gra plazer salto enla fus- ta: donde fue tam[ ]bien rescebido como podeys pesar: assi de su muger como d su hermana y hijo: auiendole dicho co- mo era cauallero: muy alegre porq de tal mano auia tomado la orden de[ ]caua- lleria: haziendo se muchas fiestas, por las naos por la cobrada dela princesa: pero viendo que alli se partia el camino de francia y del reyno de media: donde era su voluntad de yr no pudiendo aca- bar el Rey Lucidor otra cosa conellos prometiendo le de entrar enla demada delas princesas en boluiedo a su reyno despedidos los vnos delos otros con grandes ofertas y tristeza de Amadis y Lucela, el Rey & Lucendus: y la rey- na: y la infanta tomaron la via desu rey- no: donde los dexaremos fasta su tiem- po, y assi mismo alos otros principes, que en vna barca todos jutos: tomaro la via del reyno de media, por dxar alli ala infanta griada: y de alli boluer a su demanda: por contaros por qual auen- tura: la reyna y la infanta: y Lucendus fuero presos: ya enla nouena parte des- ta gran historia os auemos hecho me- cion: como la reyna madre de don Lu- cidor: y la infanta lucela fueron presas porel gigate sen~or de la isla ciclada por tray(i)cion: diziedo tener derecho ala isla de Sicilia: y como fueron muertos: y ve- cidos porel emperador Amadis d gre- cia q dela ardiente espada se llamaua: y como alli vuieron principio los amo- res suyos: y de Lucela ta memorados en todas estas partes. Cuenta pues la historia q de aquel gra gigate auia que- dado tres hijos, cada vno ta dessemeja- do como el padre: los q<>les a aqlla sazo andaua en busca de sus auenturas en q} [fol. 77v] {HD. Dozeno. +} {CB2. tardaron algunos dias: al cabo delos quales bueltos a su isla: y sabida la mu- erte de su padre y madre determinaro de vengarse, pero jamas lo pudiero ha- zer, estando siempre en vna floresta ha- ziendo quantos males podian hasta q vn dia acerto el rey don Lucidor a ve- nir por alli a cac'ar con su muger y hijo y hermana, y apartado con sus monte- ros: los gigantes con ocho caualleros saliero a do la reyna estaua: y sin hazer mal a nadie tomaron ala reyna y ala in- fanta y al Principe. E metiendo los en vn carro que alli estaua en que auian ve- nido / se fueron camino dela mar: q fue el carro que Amadis de grecia vido ya casi ala madrugada, y metido enla mar cierto salieran con su mal proposito / si aquellos Principes no aportaran por alli aquel tiempo. Todo lo qual fue he- cho saber al rey don Lucidor: y lo mas presto que pudo, en algunas naos que estauan prestas los comenc'o a seguir: hallando la cosa enel estado que aueys oydo / & tomando los consigo se fue a su reyno que no muy lexos era dode fue muy bien rescebido: y con grandes ale- grias. Todo lo qual dexaremos para su tiempo: por contar lo que mas haze a nuestra historia. {RUB. Capi .xv. como ye- do por la mar adelante Amadis de Grecia y los otros principes fueron encantados enla motan~a mal hada- da: y lo q alli les acontescio.} {IN4.} TAnta era la tristeza q el prin- cipe Amadis de grecia cosigo lleuaua q no os lo sabria hom- bre cotar viendose apartado de su sen~ora Lucela: y sin poder le ha- blar vn solo punto: que mil vezes se mal- dezia entresi mismo / que por mucho q todos lo consolaua, poco le aprouecha-uan} {CB2. los consuelos: antes yua mas des- seoso dela muerte que no dela vida de- xando siempre yr la barca do los muda- bles vientos lleuarla querian: pero la tormenta fue tanta y tan grande: y las ondas creciero en tal manera q la mar con su braueza hazia muy crecidos mo- tes: pensando cada mometo ser anega- dos: pero como nuestro sen~or Dios ja- mas desampara a quien con puro cora- c'o lo llama. A cabo de ocho dias sin ces- sar la tormeta, diero en vna pen~a al pie de vna alta montan~a: y la barca fue he- cha mil piec'as, y ellos lo mejor q pudie- ron saliero a tierra sacando ala infanta Griada que tal como muerta estaua dl gran temor dela mar: y assaz mojados aunq todos con sus armas: y alli estu- uiero todo aquel dia: hasta que la mar menguo q no con poco peligro pudiero llegar al pie dla alta motan~a: y por ser noche se pusieron a reposar cabe vn ar- royo ya que no tenian que comer: por gozar dela dulc'ura del agua y de su sa- bor dode passaron toda aqlla noche fa- sta que venida la man~ana lo mejor que pudieron subiero porel arroyo arriba: que dela montan~a decendia: y a hora d tercia llegaron a vna fresca montan~a / cabe vn christalino can~o d agua q salia de vna piedra q<>drada. En la qual vnas letras estauan que assi dezian. % Esta es la fuente delas desdichas de la montan~a mal hadada, do ningu ja- mas vino que bie le fuesse: saluo aquel q en bondad y lealtad solo llegara aq<>. Entonces por los principes dela ardi- ente barca siendo su sangre vertida. El auetura sera acabada co la libertad ge- neral de todos. Muy espantados fue- ron todos, delas palabras del padron pero no porque ninguo vuo que las en- tendiesse. Saluo pensar que era dl p<>n- cipe don Silues dela Selua: porel aue- tura dela barca encantada que le auia acontescido. Pues boluiedo a nuestro} [fol. 78r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxviij.} {CB2. proposito, no a[ ]cabo d mucha piec'a que alli estuuieron viero descendir por el va- lle abaxo vn cauallo envn cauallo mor- zillo y delante del vn puerco muy her- moso / el qual como vido alos caualle- ros se fue a meter entre ellos. Pero el cauallo dl cauallo morzillo no dexo de le tirar el venablo y matar lo. Pero a don Florisel le parescio: que auia muer- to ala Infanta Grianda de que vuo ta gran san~a / que leuantando se del suelo su espada desembaynada: se fue para el cauallero diziendo. Agora don malua- do cauallo pagaras tu maldad en auer muerto tan cruelmete a esta dozella: pe- ro el cauallero bueltas las espaldas se torno a yr por do auia venido: y do Flo- risel y do Rogel tras el dando bozes: pero nada de aquello les parecio alos otros: saluo que el cauallero buelto vn saluaje muy disforme abrac'ado con la infanta Grianda, la comenc'aua de lle- uar. O valas me Dios que maldita ti- erra dixo don Falanjes y luego el y A- jesilao lo comienc'a de seguir porla mon- tan~a arriba. Apenas esto vuo passado quando vieron venir los que ala fuete quedauan vn disforme Saluaje a mara- uilla al mas correr: delate del venia hu- yendo vna hermosa donzella. Mas el villano alli delate delos caualleros la mato. De que los principes recibieron vn pesar nunca oydo, y luego Amadis de Grecia y Lisuarte de Grecia / y los otros: siguieron por donde el Villano vieron: y a todo esto Anaxartes y don Arlanjes de Espan~a estauan muy ma- rauillados, no sabiendo que se dezir de tal auentura. Pero por la montan~a vie- ron venir dos fieros Leones que dos nin~os rezien nacidos lleuauan enla bo- ca llorando los nin~os muy agramente y ellos lo comenc'aron a seguir porla montan~a arriba. Alos quales dexare- mos por contar lo que a Don Florisel de Niquea partido dela Fuente acon-tecio} {CB2. en siguimiento del cauallero que el venablo auia tirado y muerto a su pa- rescer ala Infanta Grianda, que como hobre desesperado lo seguia por poder lo alcac'ar: mas su trabajo fue en vano: que por mucho que corrio jamas lo pu- do alcanc'ar / antes casi en medio dela montan~a lo perdio de vista. Lo mismo hiziero los otros cada vno empos delo q yua, y porque auemos adelante de fa- zer mencion de todo no diremos agora mas / de que todos viniero a parar en lo alto en vna cueua: donde acaesciedo les marauillosas cosas quedaron enca- tados. Hasta que el principe don Sil- ues dela selua a ellos y a otros muchos dio la libertad: como mas largamente contaremos en su tiempo. Todo lo q<>l dexaremos por contar lo que al rey A- madis y alos otros principes acontes- cio, que mucho ha q dellos no auemos hecho mencio: ya os auemos hecho sa- ber enlos capitulos passados: como a- uiendo librado el excelente Rey Ama- dis alos principes que enla montan~a ardiente estauan: como se partiero por la mar adelate en vna buea barca muy alegres pensando de hallar el fin de su auentura. Jurado de jamas boluer en grecia si[ ]no fuesse colas princesas: pues assi fue que no lleuando camino cierto vn dia vieron vna gran motan~a que co- mo isla les parescio a ellos que era: cu- ya altura juto con su espessura parecia querer llegar alas altas nuues: y ende- rec'ando lo mejor que pudieron la bar- ca a aqlla parte ya cerca dla noche: lle- garon a vn deleytoso prado pequen~o: q al pie de vna montan~a se hazia. Donde determinaron de passar aquella noche cabe vna fuente de estran~a hermosura: cubierta por cima de vn chapitel que d plata parescia muy ricamente obrado dela pila corrian doze gruessos can~os d agua: mas ya era tan noche q no podi- an quando ala hermosa fuente llegaro} [fol. 78v] {HD. Dozeno. +} {CB2. diuisar lo que seria: pero al cabo devna piec'a que alli estuuiero: oyero ruydo d gente cerca de alli, que fuertemete se co- batia / y tomando sus Yelmos fueron hazia aquella parte que el ruydo oyan mas no vieron cosa alguna: saluo q de cada ora crecia el ruydo: y lo oya mas lexos: tanto que toda la noche siguiero hasta la man~ana que se hallaro enlo al- to dela motan~a, entre su mayor espessu- ra: y alli vieron como en vna pen~a taja- da se hazia vna boca de Cueua no muy grade: mas de q<>nto vn cauallero arma- do porella podia entrar: y por alli aden- tro oyeron entrar el ruydo: y el rey A- madis se metio de tras dl: y assi mismo los otros preciados caualleros: qdan- do encatados / hasta que fueron libres como adelante diremos, por mano del principe don Silues dela Selua: de aql cruel encantamento. Lo qual dexare- mos por contar que lugar era este, y co- mo fue hecho. Dize pues Galersis q esta era la montan~a desdichada: o mal hadada: dode Amadis de grecia y los otros aportaron. La qual tenia vn bue castillo: que aunque entonces no pares- cia estaua sumido debaxo de tierra: de donde fue sen~or vn gran sabidor enlas artes llamado Astradoro el mago. El qual como de su intencion fuesse malo: obro este encantameto: y mas sabiedo por sus artes parte delo q auia de acon- tescer, ordeno alli aqlla auentura: por que con su saber alcanc'o que de su lina- je auia de suceder el rey de Ruxia: y las guerras que auia de auer: y destruycio que porellos auia de venir, co pesamie- to que siendo alli encantados: aquellos principes: ellos y las princesas jamas cobrarian libertad. Lo qual ciertame- te auiniera: si[ ]no fuera por las armas: y espada que do Silues enla infernal bo- ca gano. Lo qual dexaremos para su lugar, y agora sera bien contar algo del que ha mucho que lo dexamos.} {CB2. {RUB. % Capitu .xvj. Como don Silues dela Selua enla bar- ca encantada aporto ala isla cru- el: y como prouo el auentura y la acabo.} {IN4.} ENlos capitulos passados os hezimos mecion de como do Silues dela Selua se partio enla barca encatada: dla rey- na de Argines en copan~ia dela dozella debaxo del mandado dela qual no auia de salir porel do que le prometio fue pu- es assi: que la barca comec'o luego a mo- uer cobrando su primer fuego: pero no porque los de dentro perjuyzio alguno recibiessen. Antes hallauan muy abun- datemete todo lo que tenia necessidad porque la barca era muy grade, y auia enella muy buenos aposentos, passan- do a mucho vicio, pero no que por her- mosa que la donzella fuesse: do Silues jamas le hablo cosa de amor: porque el que a su sen~ora pantasilea tenia era tan grande que no le daua lugar, y assi pue- sto que todo lo demas a su padre Ama- dis de Grecia paresciesse, no semejo en la lealtad: porq do Silues fue muy leal cauallero, puesto que algunos historia- dores q en diuersos lenguajes esta hys- toria escruiuieron, quieren dezir que no. Pero boluiendo a nuestro cuento de aq- lla manera caminaron cerca de veynte dias. Al cabo delos quales la barca co- menc'o a tremer y dar vnos rezios tro- nidos: y saliendo don Silues dela Sel- ua al bordo por ver lo que era. La don- zella le dixo que saliesse en tierra: y que no se detuuiesse mucho q assi le era ma- dado. Lo qual luego el Principe hizo armandose delas armas q alli hallaro co la fortua enel escudo: y saliedo sobre la cubierta vido vn caudaloso rio q ala mar yua a dar todo de sangre muy fina} [fol. 79r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxix.} {CB2. a marauilla, el qual salia por medio de vnos arboles que su color era amarilla y tenia la fructa colorada dela qual go- teaua muy mucha sangre, muy espata- do fue de aquella auentura el principe don Silues dela Selua: y de tan gran- de crueldad como alli se hazia, y deter- minando de saber el fin del auetura, to- mo la vera del rio: y mientras mas yua mas anchura tenia el rio: tato que alos arboles llego: y alli hallo delate vn pa- dro con vnas letras muy bie talladas que assi dezian. % O tu cauallero que aq<> con tanta osadia has llegado: yo te amonesto que te bueluas si[ ]no quieres recebir la cruel muerte: que enesta cru- el insula no te puede faltar. O valas me Sancta Maria dixo don Silues dela Selua: y esta es la insula cruel que tan mentada es enel mundo por ningua co- sa del dexaria de prouar el auentura: si quiera por librar tales dos amantes d tal crueldad. Pero agora antes q mas hable nos quiere contar la historia que auentura fue esta dela Insula cruel / la qual en otro tiempo se llamo Malta y enlla auria cincueta an~os reyno vn rey muy bueno y muy justiciero / que solo vn hierro en toda su vida muy notable hizo y fue este. Que en su reyno vuo vn gran hombre: assi de hazienda como de estado el mejor del. El qual tenia vna hija llamada Filida cuya soberana fer- mosura assi era como la del sol, de quie en estremo fue enamorado: vn hijo del Rey llamado Leopando de gran bon- dad en armas: y muy mancebo y sin sa- ber lo su padre se desposo conella en se- creto. Lo qual siendo ygnorado del pa- dre: comec'o a amar a su nuera de ta su- zio y desordenado amor, q oluidados todos los negocios del Reyno: y lo de- mas solo enella era su pensar, y todo su conorte: haziendo le grandes promes- sas y dadole excessiuas dadiuas. Lo q<>l la donzella dixo al Principe Leopan-do} {CB2. su dulce amigo: deque el vuo tato pe- sar que su padre tuuiesse tal locura que quiso hazerle entender como su traba- jo era perdido: por ser ya suya y vn dia estando conella mando llamar a su pa- dre. El qual venido y viendo lo abrac'a- do con aquella que tanto queria resci- bio tan gra pena que como hombre fue- ra de sentido, sacado su espada: no que- riendo matarlos: pero dalles pena que les fuesse peor que muerte: puso mano a su espada y vsando de sus artes: en q era muy sabidor les metio assi jutos el espada porel cuerpo, y los encato co to- da la isla del arte que oyreys. Boluien- do pues a nuestro proposito: auiendo leydo las letras. Se metio el principe por la arboleda adelante vna gran pie- c'a ribera del caudaloso rio. Pero a po- ca piec'a se hallo en vn gran llano dode auia la mayor crueldad del mudo: por- q parecia vn lago todo de sangre d echa- dura de tres arcos: de donde procedia aquel caudoloso rio, todo el lago esta- ua cercado a manera de Muro: de infi- nitos hombres descabec'ados: vnos so- bre otros puestos, dlos quales salia ta- ta sangre q bastaua a causar el lago con aquel gran rio que a manera de fuetes jamas dxaua dlos cuerpos de salir: en medio dl lago auia vn castillo pequen~o que sesenta passos tedria en quadro q de fino oro brun~ido parescia encima de la torre relumbraua vn chapitel ricame- te obrado: q sobre q<>tro pilares se soste- nia: todo el chapitel era cercado de vna gra llama d fuego, y en medio dl fuego parescia aqlla hermosa Filida co el pri- cipe Leopando, quexandose muy fuer- temete abrac'ados y passados cola mis- ma espada: diziedo cada vno dellos las mas lastimeras palabras q ser podian mas no porq do silues cosa algua pudie- sse oyr: saluo auer dellos muy gra lasti- ma: que muchas vezes auia oydo dzir de aquella Auentura / y con desseo de} [fol. 79v] {HD. Dozeno. +} {CB2. darle la libertad si pudiesse se llego ala vera del gran lago sangriento donde vi- do vn pequen~o barco, enla popa del q<>l que llana era estauan escriptas vnas le- tras latinas: las quales don Silues le- yo que assi dezian. % O tu cauallero q co tanta porfia aqui has osado llegar / si al castillo cruel passar quisieres aqui te conuiene entrar: pero auisote con do- blada pena si la auentura no acabares: muy poco se le dio a don Silues delas amenazadoras letras: antes con gran compassion de aqllos cuerpos que alli auia se metio enel barco. El qual come- c'o de mouerse, y el agua a embrauecer se: y junto con su braueza a crecer vnas llamas tan altas que al cielo queria lle- gar, que mil vezes peso ser muerto: por vna parte ahogado: y por otra quema- do de aql tan encendido fuego: porque vnas vezes parescia el barco sumirse de- baxo del agua: a vezes parescia estar en medio del fuego: pero con todo esto na- da el valiente cauallero temia: como hi- jo de aql que jamas auentura por peli- grosa que fuesse temio: antes con gran animo se sostenia lo mejor que podia / por no ser trastornado en medio del la- go: y lo q mas alli le valio fue su encan- tado yelmo: que cierto si por el no fue- ra el quedara alli encantado. Lo que mas pena le daua / eran vnos grandes pescados de diuersos generos y colores que dauan tales encuentros enel Bar- co que parecia hazer lo mil pedac'os ta- tos era que todo el lago estaua lleno de- llos con su muchedumbre. Mas tanto hizo nuestro buen Cauallero: que a pe- sar d todos llego a vnas gradas q alas puertas dela torre se hazian: y dando vn salto encima: toda la tempestad del lago cesso: y queriedo llegar alas puer- tas, delante se le puso vn gran Centau- ro con tres saetas enla vna mano / y en la otra vn arco. Co el qual le lanc'o vna Saeta. Pero el cauallero dela fortuna} {CB2. que la vido venir se guardo lo mejor q pudo y antes que otra pusiesse enel ar- co lo hirio de tal golpe que fasta donde se juntaua el cuerpo de hombre: co el de cauallo fue hecho dos ptes. Y llegado alas puertas que de hierro parescian / sono vna aldaua el sonido dela qual pa- rescio ser de vna trompa: y al son della se paro entre las almenas vn hobre de vna muy espatable catadura amaraui- lla. El qual co vna boz orrible dixo con- tra el principe. Captiuo cauallero quie- res entrar en nuestra morada dode sie- pre auras que llorar. Amigo dixo don Silues abreme tu / que de al por agora no me curo. Pues espera dixo el hom- bre. Y luego las puertas con gran ruy- do fuero abiertas, y el principe sin mas aguardar se lanc'o dentro con gran pre- steza. Mas luego saltaron conel dos Leones los mas fieros que podian ser que con sus vn~as y dientes lo comenc'a- ron a tratar mal. Pero el que sintio la burla: dio al vno cola punta del espada por vn ojo que le passo el colodrillo / y acudiendo le con otro golpe, que aun q con sola la punta le alcanc'o le degollo. El otro Leon lo tenia tan fuertemente abrac'ado que no lo dexaua menear: pe- ro el metio mano a vn estoque: y coel le dio por la barriga tales golpes que mu- erto lo hizo tender enel suelo. No que- dando el poco cansado de aquella Ba- talla / pero viendo que no era tiempo d tomar descanso. Si[ ]no fuesse entero del todo se metio por vna pequen~a puerta que alli vido que a vn pequen~o patio sa- lia, en medio del qual estaua vn gra Gi- gante con vna fuerte mac'a de hierro a- menazado a q<>ntos por la puerta q<>sies- sen entrar. Don Silues que lo vido co bien poco pauor y embrac'ado su Escu- do se metio por la puerta: y el Gigate dexo caer la mortal mac'a. Pero el li- gero p<>ncipe q la vido venir, no osando aguardar tal prueua de su vida / dio vn} [fol. 80r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxx.} {CB2. salto al traues, y la mac'a dio vn terri- ble golpe enl suelo: d suerte q fue hecha poluo, y el gigante dando vna espanta- ble boz dsaparecio: quedando muy ale- gre don Silues dela Selua: por verse librado de tal Diablo / y mirando enel patio vido al canto vn escalera de Hu- sillo que alo alto subia, por la qual el co- menc'o a subir. E luego se sintio herir de crecidos golpes sin poder ver a quie se los daua ni con que. Pero el porfio tanto que al cabo de vna piec'a con gra afan y cansancio. Se hallo enlo alto dl escalera: y por vna puerta etro alo alto del Castillo. Donde los dos amantes estauan: y primero que a ellos llegasse: estaua vn Padron / y enel vnas letras talladas en arauigo ((que bie entendia el)) junto con otras muchas leguas que Amadis de grecia su padre: en la Insu- la solitaria siendo nin~o le mostrara: las quales porel leydas vido q assi dezian. % O tu cauallero que aqui has llega- do. Hagote saber que si la espada dlos dos amantes sacares / podras acabar el auetura hecha en[ ]venganc'a de la mal- dad del hijo: contra el padre cometida. Leydo que vuo las letras del Principe don Silues dela Selua, se metio por el fuego adelante sin ningun pauor: y tra- uado por la espada: que alos principes atrauessaua: muy facilmente la saco. E luego se dio vn estampido tan grande q en muchas partes del mundo se oyo / y el Principe don Silues dela Selua ca- yo amortecido enel suelo sin sentido al- guno: y leuatandose al cabo de vna pie- c'a se hallo cabe la hermosa donzella Fi- lida: y cabe el principe Pandonio / los quales puesto q vuiessen estado encan- tados, no dexaua de conoscer el estado en q al presente estauan: y abrac'ados el vno conel otro: dezian palabras tan las- timeras con la grade alegria que tenia que a Don Silues dela Selua que del mismo fuego era abrasado: con la recor-dacion} {CB2. de su sen~ora pantasilea: le hazia sentir parte de su alegria. Desta mane- ra estuuieron vna gran piec'a hasta que viendo al principe don Silues dela sel- ua bien cuydaron que el los auia liber- tado: y luego lo fueron a abrac'ar co gra amor, espantados de ver su gran fermo- sura pensando que era algun Angel em- biado del cielo para su remedio. E lue- go se entraron enla gra sala: porque os hago saber que assi como el grande esta- pido se dio en lugar del lago sangrien- to / parescio vna hermosa y grande ciu- dad que Malta auia nombre: de don- de todo aquel Reyno tomaua denomi- nacion: y en lugar dela torre quedaron los palacios en que don Silues: y pan- donio / y Filida estauan. Y los cuer- pos muertos de que corria tanta San- gre: quedaron tales como antes que el encantamento fuesse hecho. Que eran todos los hobres y mugeres dla isla, y los pescados fueron tornados en mas de quinientos caualleros: que la auen- tura auian prouado: y no pudiendo la acabar quedaua alli encantados. Los quales todos entraron enlos palacios por ver al que les auia dado la libertad. Diziendo tanto en sus loores: viedolo ta nin~o y hermoso y esforc'ado, que no sabian que se dezir. Saluo que vnos le besauan las manos: otros la falda dela loriga: cadavno como mejor podia, que os dire sino que la fiesta se comec'o muy grande. Y luego a peticion de don Sil- ues dela Selua Filida y Padonio fue- ron desposados y alc'ados por sen~ores dela Isla con mucha fiesta. Pero vien- do do Silues dela Selua que no se po- dia alli mucho detener: diziendo al rey quien era acompan~ado del: y de todos los caualleros que del encantamento auia salido con gran tristeza de todos. Especialmente de Pandonio y de Fili- da co muchas lagrimas. Se metio enla su ardiete barca enla qual fue muy bie} [fol. 80v] {HD. Dozeno +} {CB2. rescebido dela donzella Sardinia que assi auia nombre y la barca comenc'o a mouer, encendiendose el fuego que os auemos contado: donde la volutad de la reyna de Argi(u)[n]es era de lleuarlo. {RUB. % Capitu [.]xvij. como don Silues dela Selua con tormeta fue lanc'ado enla roca infernal / y lo que ala entrada le acontescio con la espantable serpiente.} {IN4.} MEtido enla barca el principe don Silues dela Selua co- mo os auemos contado por su mar adelate enla barca en- cantada sin jamas la barca parar vn so- lo punto / ni saber donde guiaua hasta que al cabo de este tiempo: con vna gra tormenta / aunq mas por el pesar dela reyna de Argines: se hallo vn dia ya q Febo comenc'aua a hermosear se al pie de vna alta pen~a de inestimable altura: que parescia alas nuues comunicar: do- de la barca paro / y luego don Silues salio della por mandado dela donzella, y rodeando la pen~a toda ala vna parte Hallo vna pequen~a puerta a manera d cueua: delante dela qual parescian mu- chos huessos de hombres: y queriendo entrar porella, vido vn gran dragon to- do enroscado: que ala sazon se comec'a- ua a dsenroscar, ta grade como vn buey por el cuerpo de inestimable gradeza q puesto que el esfuerc'o de do Silues fue- sse muy grande, no dxo de temer la mu- erte que de aquella auentura se espera- ua, y mas que auiendo lo visto el drago se venia para el: dando siluos. Lo qual visto por don Silues encomedado se a dios, ebrac'o su escudo y puso mano al espada. Mas el dragon vino ta desate- tado por coger lo co la hambre q tenia que del encuentro lo derroco porel sue- lo, pero el que no perdia el tino, al pas- sar lo hirio de vn gra golpe: que puesto q fuesse muy grade poco presto q la es-pada} {CB2. resurtio para arriba muy reziame- te: porque era toda cubierta de vnas co- chas verdes pintadas mas fuertes que ningu azero. Lo qual viedo do Silues no pudo tanto su esfuerc'o que no temi- esse la muerte, y comec'o a dezir. O vir- gen sancta maria librame de tan gra pe- ligro en que estoy. Aue merced de mi anima q el cuerpo aqui quedara sacrifi- cado ala immortal fama. O mi sen~or Rey Amadis y como si vos en semeja- te peligro os hallarades / no desmaya- rades tanto: y conesto vierades vna de las mas esquiuas y dscomunales bata- llas del mundo. El golpear que el Dra- gon con su gran cola hazia. La ligereza de don Silues / pero cierto si las armas tales no fueran. Sin dubda el muriera porque de cada golpe que el dragon le daua le molia el cuerpo y los huessos to- dos: y a vezes le cogia enla boca y for- cejaua por despedac'arlo. Pero con la virtud dlas armas nada aprouechaua su braueza: saluo magullar le las carnes todas: delo qual don Silues andaua ya tan casado que solamente llamaua a Dios y a sancta Maria por postrime- ro socorro & ayuda: pero viendo que to- do lo que hazia auiendo ya passadas se- ys horas que la batalla se comenc'ara: no aprouechaua nada: poniendo lo to- do ala ventura: vna vez que el dragon arremetio para el echando fuego conla boca. Don Silues le metio el espada por ella con todo el brac'o, y el dragon apreto tanto hasta que el espada entro por los sesos, y con la rauia dela muer- te: tomo a don Silues de baxo de si: ha- ziendo tales cosas que aunque no lo hi- rio lo dxo sin sentido: todos los huessos quebrados enel cuerpo / pero en aqlla ora la dozella Sardinia salio en tierra co vna redoma de agua enla mano que solo para aquel efecto fue hecha: y dan- do a don Silues della a beuer / le echo la otra por la cara que tan olorosa y co-fortatiua} [fol. 81r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxx(i)j.} {CB2. y de tanta virtud era: que lue- go torno en si ta sano como si mal ningu- no porel vuiera passado: y leuantando se y viendo el fiero dragon muerto, dio muchas gracias a dios por tan sobera- na merced como aquella: y a ruego dla infanta y porq era muy tarde se boluie- ron ala encantada barca: y acostado en su lecho: passo fasta el siguiente dia q ja- mas la barca de alli se mouio el qual ve- nido don Silues dela selua se armo de sus armas: y saltando en tierra se fue ca- mino dela cueua: donde hallo la sierpe muerta: marauillado de sus manos po- der salir tan grade obra. Lo qual fuera imposible: si dios nuestro sen~or no fuera seruido: y llegadose ala puerta dela cue- ua: se metio por ella adelate quanto cin- cuenta passos: con tata escuridad / que mas boca de infierno que otra cosa pa- recia. Hasta que llego a vna puerta que d fierro toda era. La qual estaua abier- ta y dentro parecia lumbre: y entrado el principe vido como la lubre procedia por vna boca redoda q elo alto, dla cue- ua sobre la roca se fazia: que ta alto era que quando abaxo la lumbre llegaua: si no era enel medio del dia: no parecia lu- bre algua. Ala vna pte estaua vna gran cama: la q<>l luego penso don Silues que era del dragon: & la otra pte vido vna es- calera de husillo: ta honda y escura: que al abismo le parescia dscendir. A la bo- ca que muy pequen~a y redoda era esta- ua vna pen~a tosca. y enlla vnas letras ca- uadas, las quales siedo leydas por el principe don Silues dezian assi. % Enel tiempo que el engedrado sin culpa dlos padres aqui llegare: las fuerc'as dela in- fernal morada aura su fuerc'a pdida / si- endo porel la mas preciada joya de su d- mada ganada. Muy alegre quedo don Silues, pensando que dezia por su sen~o- ra pantasilea. que aqlla era la mas pre- ciada joya: que el pensaua ganar cuyda- do que aquel lugar fuesse dode estauan} {CB2. encantados: q cierto si esto el no pensa- ra no entrara detro, Que no siento ho- bre dl mudo que tal osara cometer mas el con el mayor esfuerc'o, que jamas: ho- bre tuuo: hizo lo que agora oyreys. {RUB. % Capitu .[x]viij. Como entro don silues dela selua enla infer- nal boca: & las espatables cosas que enla entrada le acontesciero: y como gano las marauillosas armas d jaso.} {IN4.} MIl lenguas: si tantas pudie- ra: quisiera tener: para cotar tan grande hecho como este. Qual cauallero jamas tal fe- cho osara cometer. O dios dize Galer- sis, y como quisiera que de ta sutil y del- gada pluma me dotarades: que osara co- mec'ar do no ay comienc'o. Assi fue: que auiendo leydo las letras, el principe do Silues. Sin mas aguardar por vna es- calera de husillo se metio: que alo baxo decendia / dando tantas y escuras buel- tas / q mas alos abismos que a otra p- te le parecia descendir, que mas de vna gra hora tardo. Pero al cabo della ha- llo vna gra sala q d otra lubre no parti- cipaua: sino solamente dela lumbre que dela fortuna: q en su escudo traya, y dla q delos ojos d vn fiero vestiglo: q alli es- taua podia salir. Pero a vna pte estauan vnas puertas d rexas de fierro, y qrien- do para ellas mouer do Silues. El ve- stiglo se le puso delate: con vna mac'a de fierro: echado fuego por la boca y ojos q demonio parecia, dado tales golpes: q don Silues se sentia mal dllos. Pero no porq ninguo al vestiglo pudiesse co- ger qdaua tales aullidos: y fazia tales co- sas: q no dudo biuiera psona q d miedo no muriera, po el principe q d tal mane- ra se vido acometer: y quel corac'o le en- flaquecia, acordandose en su corac'on d su sen~or pantasilea: y llamando a dios} {CW. l} [fol. 81v] {HD. Dozeno +} {CB2. cerro los ojos, y dio tal golpe al vestiglo por cima dela cabec'a: que dando vn te- meroso baladro: desaparecio: y don Sil- ues de muy cansado se sento enel suelo cobrando algu huelgo: pero viedo que no era para alli mucho descaso, se torno a leuatar, y llegadose alas puertas d fie- rro las abrio con vna gran llaue q to- das aquellas rocas parescia venir a ba- xo empero por esso no dexo de etrar den- tro. Mas aun no vuo entrado quando passados d mil vestiglos como el prime- ro: le comec'aro a dar ta grades golpes q todo lo molia diziendo: dale dale que este es el que nos ha de echar de nra ta antigua morada. mas el muy valiete principe: encomendadose a dios nro se- n~or, hiriendo a todas ptes: entro detro dela puerta por mucho que la etrada le defendiero: y siendo detro todas las bo- zes cessaro: y el con gra ruydo tal como muerto se seto enl suelo: pesando como auia entrado donde jamas pesaua salir q segu aquello mas le parescio aquella morada infierno que otra cosa. Pero no porque el yelmo dela cabec'a quitase q assi fue auisado dela dozella Sardinia q<>ndo dla barca salio que lo fiziesse. Bol- uiendo pues a nro cuento, estando alli el principe, sin saber dode yr, ela pared se hizo vn gra agujero: porel qual vido salir vna hermosa dozella: de tan sobra- da hermosura, como quantas vuiesse vi- sto. La qual se vino para el trayedo de- tras della passadas de treynta dozellas pero como mas cerca fue, luego le pare- cio a don Silues que via a su sen~ora Pa- tasilea / y todas las otras princesas: q fuero robadas: y como enajenado de si fue a hincar los ynojos ante ella dizien- do. Ay por dios sen~ora perdone la vue- stra merced en no auer venido antes a libertaros: q la ygnorancia dl lugar me escusa. Mi verdadero amigo dixo la en- gan~osa dozella, yo soy bie satisfecha dl} {CB2. gra amor que me teneys: y co tanto pro- curaua quitarle el yelmo dela cabec'a. Mas en aqlla sazo do Silues se acordo delo que la dozella Sardinia le auia di- cho: y echo rezio las manos al yelmo di- ziedo. Tate sen~ora no hagays tal cosa: que nos perderemos. Lo qual no lo a- uia bien dicho, quado dado vn grito la engan~osa dozella: ella y las otr(o)[a]s se tor- naron dessemejadas culebras: y la don- zella que abrac'ada estaua co don silues se le comenc'o a cen~ir porel cuerpo. Pe- ro el buen cauallero que en aquel tiem- po vuo menester su esfuerc'o: la tomo co ambas manos: no qriendo meter espa- da enella: por auerle parecido ates mu- ger: y la apreto tato, q la culebra lo vuo de soltar: y a pesar de otras muchas q cercado lo tenia, se metio por el agujero que ellas auia salido: aunque con har- ta pena. Por causa que ellas la entrada le defendian. Pero toda via vuo de en- trar quedando ellas defuera, y el aguje- ro se torno a cerrar, y el se hallo en vna rica q<>dra de muy estran~as labores to- da ella labrada. En medio de aquella ri- ca sala: estaua vn monumeto con vn co- bertor de oro encima: y delante del vna coluna y junto al sepulchro estaua echa- dos dos grades leones. Enla coluna es- taua escriptas vnas letras que assi dzia % Yo la sabidora medea sen~ora dla ma- gica arte la mayor que en tiempo ouo y dspues aura, obre el presente encatame- to: para mayor gloria dl soberano caua- llero, q passadas las fuerc'as de mi gra saber: con las mayores de su gra esfuer- c'o la presente auentura acabare ganan- do el virtuoso anillo: por mi cruel jasson a mi dado cotra todo encatameto, por mi fabricado. Muy marauillado fue do Silues: en saber aquella obra ser ta an- tigua: y oculta ala gete: como desde me- dea: q mas d tres mil an~os auia: y muy triste viendo que aun le quedaua mas trabajos por passar. Pero viendo que} [fol. 82r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxij.} {CB2. menos no podia de alli salir mouio con- tra el sepulcro, y los leones q cabel esta- ua, que hasta alli dormidos parescian estar, se leuataron erizando el cerro en dos pies: y arremetiero contra el buen principe: que si lo cogiera lo matara co sus tajates vn~as: que el encatamento d su yelmo no le valiera cosa algua por ser tan antiquissimo el de Medea pero el se guardo lo mejor que pudo: y dexado los passar porel vn lado dio al vno tal golpe en vna mano: q cercen vino al sue- lo. E buelto cara con cara alos leones, el leon dela mano cortada: dado vn bra- mido: le quiso asir porel escudo: mas el le dio tal golpe sobre la cabec'a que el le- on qdo de piedra como verdaderamen- te era. Pero a esta hora ya el otro leon le auia roto las armas y llagado algun quato y dandole otro golpe como el pri- mero se torno assi mismo d piedra. Y de- xado los assi se llego al sepulchro. Y enl vido vnas letras muy bie talladas: en legua caldea. Las quales siendo porel leydas assi dezia. % Aqui yaze los dos fijos dl cruel jasson: por su dsapiadada madre muertos: en vengac'a del cruel padre, con oluido delos soberanos be- neficios della recebidos. E auiendo ley- do las letras, asio dl cobertor y alc'ado lo. Vido dos nin~os pequen~os como d cinco an~os cada vno ta grade que de di- ez parecia muy hermosos: dgollados & despedac'ados: el vno cabe el otro, de q gran manzilla ouo don Silues y torna- do a cubrir el sepulcro como antes esta- ua: luego dsaparecio: y el se salio de aq- lla sala a[ ]vn hermoso patio muy claro y ricamete obrado: que enla sala se hazia sin corredor alguo: en medio del patio estaua vn gra arbol, del tronco del qual salia vn gruesso can~o d agua y d vna re- zia rama estaua colgado aquel velloci- no dorado ta memorable etre todos los poetas, con tata hermosura que era co- sa de[ ]ver. Lo qual visto por don Silues} {CB2. luego quiso mouer pa alla: pero de vna puerta que enel troco del gran arbol es- taua. Salio vn cauallero de gra cuerpo armado todo de vnas armas blancas, llenas todas de estrellas de oro: enel es- cudo traya figurado aql vellocino do- rado: dela manera que do silues enel arbol lo via: y al tiepo que Jasson lo ga- no estaua: el qual echando mano a vna muy rica espada amarauilla: se vino pa- ra el sin palabra ningua le hablar: y do Silues le aguardo bien cubierto de su escudo su espada enla mano, y juntan- dose el vno conel otro: comiec'a la mas fiera batalla que jamas se vido dado se crueles y mortales golpes / dode don Silues conocio la bondad de jasson q<>n- do enel mudo anduuo: ser mayor delo que del se dezia. Porque daua ta pode- rosos golpes, que tales do Silues en su vida no los recibiera: sino fue del prin- [ci]pe don rogel d grecia quando conel se combatio. Mas don Silues andaua ta biuo: q puesto que Jasson muy ligero fuesse. Don Silues le passaua aun q era muy moc'o: con que le hazia perder mu- chos golpes delos que le daua a el Jas- son. Pero ya las armas de do Silues de poco valor era que alli fenecio su vir- tud. Lo qual era al cotrario en Jasson que sus armas eran tales, que poco ni mucho la espada de do Silues enellas cortaua. Delo qual andaua ta enojado el principe. Y mas sabiendo que se com- batia con ta estremado cauallero de q<>- en el mudo estaua lleno / que como vn san~udo leon estaua. E si alguo dixere di- rele que aquella figura de Jasson: las mismas fuerc'as tenia. Que jasson enel tpo q mayores las tuuo por la fuerc'a d las hechizerias d medea: q ta sabido es- ta ser la mayor nigromatica del mudo Pues boluiendo a nuestro proposito ta corajoso andaua el buen principe do sil- ues dela selua: y ta lleno de yra: viendo se tan herido y que su espada enlas ar-mas} {CW. l ij} [fol. 82v] {HD. Dozeno +} {CB2. de Jasson no emprenda, que agu- ardando vn golpe y soltado el espada d la cadena se abrac'o co jasson: y Jasson conel ta fuertemente: q no eran sen~ores de si porque cada vno dellos tenia casi yguales fuerc'as: aunque las de don Sil- ues. Puesto que no fuessen enteras, por ser tan nin~o: era algo mayores, con las q<>les tenia trauada el espada de jasson y jasson la suya: mas tato fizo don Silues que a pesar de su contrario: le lleuo el es- pada dela mano dexando la suya en su poder. Pero como la fuerc'a del encata- mento estuuiesse alli: luego jasson cayo enel suelo y desenlazadole el yelmo do Silues: hallo ser solamente las armas todas puestas sin cosa algua detro. De q fue muy marauillado de ver las gran- des cosas que alli le acotecia. Cabe la armas hallo vn pargamino: con vnas le- tras de Oro escriptas que assi dezian. % O tu cauallero: q las fuerc'as de mi cruel y desamorado amate pudiste pas- sar. No tengas en poco las armas y es- pada por ti ganadas, porque fueron fa- bricadas por mi gra saber: y sin las qua- les: la auetura del dorado vellocino no vuiera fin ni menos lo aura la presente. Porque te couendra pelear con los cul- tores dela tierra amasandolos y pel[e]an- do con la sierpe, siedo la tierra arada: y los serpetinos dientes sembrados / sal- dran los hijos dela gran madre, la san- gre delos q<>les no siendo vertida: el aue- tura aura fin, para mayor gloria tuya. Muy alegre fue don Silues conel don delas armas y espada, que era la mas ri- ca y prouechosa que enel mundo auia. Aunque la de lisuarte d grecia: co las d- mas etrasse. Porque el saber d Medea muy mayor que no el de apolido fue: y quitandose todas sus armas: en vn pu- to fue armado delas del vellocino dora- do y cin~endose el espada: cuya riqueza no tenia precio ninguno: co la multitud de piedras: q enella estauan sembradas} {CB2. dexado las suyas alli / quiso mouer co- tra el arbol. Pero por la puerta del tro- co: vio salir dos grandes Toros / con los cuernos d vn agudo y espejado aze- ro. Por la punta delos quales lanc'aua infinito fuego y por la boca tabien. Los quales salieron ta brauos contra don Silues: que por poco el corac'o le falles- ciera viendo cosa tan fiera. Mas embra- c'ado su escudo: y muy rica espada enla mano los espero: y los toros arremetie- ro a el por cogerlo. Mas el hurto el cu- erpo al vno, y al otro lo echo enlo alto De tal manera: que de su cayda que dio se sintio muy quebratado. Y leuantan- dose, con muy gran presteza se fue para los toros. Los quales con toda braue- za andaua por cogerlo en sus azerados cuernos Pero el muchas vezes les hur- taua el cuerpo a vezes acertadole ellos de suerte que mal se sentia dla burla. Lo qual visto porel se llego al arbol, y toma- do en su mano vna gruessa cadena que alli junto vido se asio delos cuernos dl vno delos toros d tal suerte: que por mu- cho quel toro pugnaua por desasirse de las manos del buen don Silues. Y el o- tro con gra impetu lo encontraua. Pe- ro poresso don Silues no dexo de alle- garlo ala cadena: y poniendosela al pes- cuec'o: quedo tan manso como vn muy casado buey: y boluiedo al otro hizo lo mismo: aunq co muy gra trabajo pudo acabarlo. Quedando ambos muy ma- sos a marauilla: y tomado vn yugo d o- ro q alli hallo. Atadoselo con sus coyu- das: y poniedo vn arado en medio: te- niendo el dela mazera. Aro toda aque- llo al deredor del arbol: y siendo acaba- do de arar. Los bueyes se metiero por dentro del arbol: y do Silues qdo muy cansado sentandose enel suelo: por des- cansar. Pero del descanso le turo muy poco que por la boca de aql gra Arbol salio vna sierpe muy grade a marauilla La qual se vino para el Principe don} [fol. 83r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxiii.} {CB2. Silues: y el la aguardo su Espada ela mano, y el serpetino animal se venia pa- ra el con gra furia: guardandose quan- to mas podia: de que no le hiriesse coel espada. Pero no pudo ser tanto que do Silues no le alcac'ase vn golpe conel es- pada: a cabo de gra piec'a, que la sierpe quedo como muerta. Puesto que verda- dera fuesse: como vuiesse tatos an~os que el encatamento fue hecho. Lo qual vi- sto por don Silues: le saco todos los di- entes y muelas dela boca muy facilme- te, q tres ordenes tenia: y en cada orde mas de cincuenta. Y tomado los todos los sembro ela tierra que estaua arada Pero a poca piec'a que los dietes fue- ron sembrados, comec'o la tierra arres- quebrajarse: y parecer putas de hierro d lac'a: y luego astas: y salidas las astas pareciero yelmos. Hasta que poco a po- co nacieron tatos caualleros armados que el patio hinchia. Hasta que poco a po- co nacieron tatos caualleros armados que el patio hinchia. De q no poco fue don Silues marauillado. Los quales todos cercado a don Silues dela selua comienc'an a cargarlo, de fieros golpes de lac'as y espadas: cada vno como me- jor podia. Pero el se metio enellos d su- erte que muy presto mato mas de seys Pero que va: que dela sangre que dellos al suelo corria / salieron otros doze: d ca- da vnos dos. De q don Silues fue muy triste / pero acordadose delo que la car- ta dezia: de alli adelante se guardo d he- rillos mas. Saluo d llano. Y assi como so- bre los yelmos les daua, la trra se abria y los tragaua: mas no pudo ser ta pres- to esto: que primero no fuesse noche cer- rada. Quado todos fueron acabados de vecer: y el arbol desaparecio don sil- ues dela selua determino esperar hasta la man~ana enla sala del sepulchro: y en- trado dentro se sento en vna rica silla q alli estaua, que bie se via todo como si d dia fuera: co la estran~a lumbre que dela espada de don Silues salia: junto con la claridad que las piedras d que la cama-ra} {CB2. estaua adornada daua: y don Silues su mano enla mexilla, no con mucha se- guridad, se puso a pesar en su sen~ora pa- tasilea: y enlas otras princesas: & como no podia dellas saber. Pensando de po- der descansar aquella noche, de tantos trabajos como el dia auia passado. Pe- ro su pensamiento fue vano como ago- ra diremos. {RUB. % Capitu .xix. Como don silues dela selua: acabo la auen- turas dela cueua infernal ganado el preciado anillo: y como se partio de alli en su barca encantada.} {IN4.} YA que la hermana de febo su lumbre alos del inf(i)e[r]ior emis- perio mostraua: dexado el su- perior con toda escuridad: do Silues dela selua. Metido enla sala del sepulcro se sento en vna silla que alli fa- llo muy rica. Pensando en su sen~ora co- mo hemos dicho: cuydando descasar d los trabajo diurnos. Pero no le auino como pensaua que siedo y la noche en peso vido entrar vna compan~a de muy fieros vestiglos a marauilla: todos co llamas d fuego cercados: y co bastones elas manos. Los quales lo comec'aron a herir sin alguna piedad: echando lla- mas d fuego por los ojos y boca: q mas copan~ia de demonios q otra cosa pare- cia: mas metiedo el principe mano a su espada. Se comenc'o a defender dellos q assi como la vieron: no osaro mas alle- garse a el. Antes apartados d alli, le fazia tales visajes y gestos: q si otro fuera de solo espato muriera: pero el no fazia entendiedo la virtud de su espada: sino poner la delate de si hasta que todos se fueron. Pero no porq mil generos de es- patos: y engan~os no le hiziessen por po- der auer su espada, mas el puto dsu ma- no la soltaua, hasta q siendo ya mas de} {CW. l iij} [fol. 83v] {HD. Dozeno +} {CB2. media noche. Oyo gran ruydo don Sil- ues: y no tardo mucho que enla sala vi- do entrar vna gran compan~a de demo- nios. Los quales todos trayan en me- dio de si vna duen~a muy hermosa a ma- rauilla: y vn cauallo assaz dispuesto: co coronas ardiendo enlas cabec'as dado les tatos generos d martyrios: q era ma- zilla, y ellos venia haziendo tales lame- taciones que a gran piedad a don Sil- ues dela selua mouia: y viendo que no tenia remedio: no se mouia a fauorecer los. Porque cierto si cuydara tenerlo, nolo dexara de hazer por ninguna cosa del mundo pero sufriase: oyendo lo que dezia, porque la duen~a comenc'o a dezir Ay de mi: mas ay d ti desamorado Jas- son / como pudiste falsar aquel gran- de amor q le tenias: o fingias tener. A- cordaraste que viniedo a mi ysla de col- cos: por ganar el dorado vellocino: fue- ras mil vezes muerto, Si mis artes no te fauorecieran, acordaraste que oluida- dos mis padres, y amada tierra, Tuue por bien yrme sola cotigo. Acordaraste que con gra trabajo: a tu viejo padre de viejo torne moc'o: acordaraste de otras muchas cosas: que por ti dsamorado hi- ze. Ay de mi q co animo cruel: tome ve- ganc'a de mis ynnocentes hijos sin cul- pa: siendo despedac'ados, y mirado por el sepulchro y no lo viedo, comec'o a ha- zer el mas amargo llato del mudo. Por otra parte jasson dezia otras muchas la- stimas diziedo. Ay medea como no tie- nes razon de culparme, y alas leyes dl amor los mortales ha d obedecer: ay q el amor d creusa me hizo cotra ti errar. Pero ay de mi que culpa tengo yo a tu crueldad. Bien conozco los beneficios de ti recebidos. Pero no fue mas en mi de obedecer las leyes del soberano cu- pido, que en mi reynaua. Bien conozco tu auerme librado muchas vezes: dela} {CB2. muy cruda muerte: pero otro sen~orea- ua mas a mi que no yo el que sobre los dioses tenia poderio: que culpa te tego yo a tu crueldad: que tata pena porella merezca: y co esto aquellos ministros los heria y hazian grandes vituperios que no os lo sabria hombre contar. Sa- liedo dela sala que toda la noche: el bu- en don Silues dela selua estuuo enesta confusion passados grandissimos mie- dos, sin dormir suen~o alguno: aguarda- do ala man~ana, conel mayor desseo del mudo: la q<>l a su parecer se tardaua mu- cho, mas delo que auia acostumbrado. Assi paso aquella noche: aun q con ma- yor trabajo q hobre podria cotar hasta q ya la man~ana muy fresca comec'o a[ ]ve- nir con gran hermosura: y do silues se le- uato: donde con harto temor auia esta- do, y salido al patio: vido enel vna otra puerta: que antes no auia visto muy ri- camente obrada, contra la qual se fue y enella vido vnas letras de oro q assi de- zia % El mas que valiente y esforc'ado cauallo, que hasta aqui osare llegar en- tre en la gra sala si el anillo dela virtud ganar quiere, y dste infernal l(a)[u]gar salir porque solo este vltimo trabajo le que- da: alos muy muchos passados. Ley- das q fueron las letras don silues fue a las puertas: y ellas se abriero de par en par: entrado detro se hallo en vna sala de ynestimable grandeza, que sobre ve- ynte y quatro pilares se sostenia: los pi- lares era veynte y quatro Gigantes, fu- ertemete armados: y enlas manos ar- cos de azero y muy duras flechas. La sa- la era la cosa mas rica y trasparete que jamas se vio: en medio dela sala estaua vn castillo pequen~o q<>nto vna psona de- tro podia caber todo d oro. La puerta abierta y ecima dla puerta vnas letras que assi dezian. % Guarda dl tesoro dl castillo. En todas las paredes dla sala estaua muy al natural labrados. Los amores de Medea y jasson con otras} [fol. 84r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxiiij.} {CB2. historias ta naturalmente figurados: q biuos parescian que gra rato puso don Silues por vellos: y queriendo mouer para el castillo. Los veynte y quatro ja- yanes comenc'aron a lac'ar en do silues tatas saetas q a el le parecia que lo pas- sauan todo de parte a parte auque mal no recebia: y venian con tanta presteza que en breue todo el cuerpo tenia passa- do por muchos lugares. Pero el q tal se vido a su pecer herido d muerte: se la- c'o por la puerta dl castillo y los Gigan- tes cessaron de tirar y el hallo ta bue- no y sano como si mal alguno recibiera y en medio del castillo vio vn arq<>ta pe- quen~a cubierta con vn riquissimo pan~o de brocado: y abriendo la hallo dentro vna corona de tata riqueza, que par en el mudo no tenia: y vn anillo con vn dia- mate: de que gran lumbre salia: y vn es- pejo ta marauilloso: q qualquiera auen- tura que vn hombre quisiesse acometer la hallaua alli junto: con la manera que se auia de acabar: y miradose enel vido alli toda el auentura que el auia acaba- do: con lo demas y tornadose a mirar vido enel ala princesa pantasilea, conla Reyna Oriana: y todas las otras prin- cesas: ni mas ni menos que estauan, de que rescibio gran alteracion y saco las tres joyas: que detro enel arquita esta- ua. Pero a penas fueron sacadas: qua- do se dios vna estampido ta grandissimo. Que do silues cayo enel suelo tal como muerto: y la roca co todo lo demas, sal- uo la sierpe: dsaparecio, y la dozella sar- dinia salio dela ardiente barca, que con gra desseo estaua de don Silues rogan- do a dios porel: que lo q<>siesse librar de aquel peligro: viendo el auentura aca- bada salio fuera con algunos remedios con los q<>les hizo tornar a don Silues dela selua: en su entero acuerdo / halla- dose armado delas armas y espadas q alli ganara, y cabe el las otras suyas: y espejo y corona y anillo. El qual metio} {CB2. en su dedo: guardando el espejo que mu- cho adelante enlas nueue auenturas le aprouecho. Como cotaremos a su tiem- po & luego se metio enla barca metiedo las armas. La barca comenc'o a mouer co la mayor presteza del mundo todo: y don silues tomando alguna refecion se echo en su lecho. Passando muy gracio- sa conuersacion con la donzella Sardi- nia & lo mas del tiempo en contemplar enel espejo la figura de su sen~ora: q si[ ]no era fortuna otra no le ygualaua: con ta- to desseo de hallarla q no via la ora que verse embuelto en aqllo que alli pares- cia y mostradoselo a la infanta sardinia La qual que parte d su mal conocio, lo cosolaua: muy herida de su hermosura auque esto poco le aprouecho: como a- delante diremos. Antes vuo vna hija del Principe Lucedus que en estremo fue hermosa. Dela qual la treze(r)[n]a parte desta historia hara mencion. Boluien- do pues a nuestro pposito. El principe don silues le conto todo quato alli le a- uia acotecido: que hasta oy dia paresce las grades rocas aunque no lo otro / saluo los grades huessos dela muy es- patable serpiente. Por ser todo lo otro hecho por encatamento. Todo lo qual dexaremos por contar lo que a don Sil- ues enla ysla mal hadada acontecio. {RUB. % Capitu .xx. Como don Silues dela selua llego ala ysla mal hadada & como dio libertad a to- dos los principes que alli estauan a- cabando los grandes encantamen- tos della: y como se partio en su en- cantada barca.} {IN4.} COn gran plazer de do Silues dela selua yua por la mar ade- lante el y la infanta Sardinia pesando de presto poder ver} {CW. l iiij} [fol. 84v] {HD. Dozeno. +} {CB2. a su sen~ora: que la ora que enel espejo se dexaua de mirar no estaua en si, saluo q a alguna de aquellas infantas via con vnos infantes alos pechos, lo qual era como adelante diremos: de aquella ma- nera fueron passados de cincueta dias Sin jamas la barca parar en algun ca- bo tato que ya don Silues dela Selua yua enojado dela mar. Pero al cabo de- ste tiempo: vna man~ana se hallo junto a vna tierra que vna motan~a: muy espessa era ta aspera que a duro parecia porella poder andar: y luego don Silues dela selua que muy enojado dela mar venia quiso salir e tierra: y assi mismo la infan- ta Sardinia que muy fatigada assi mis- mo venia. E luego saltaron en tierra: to- mado riberas de vn christalino arroyo por ver de donde el agua procedia: y a poca piec'a llegaron cabe vna fresca fu- ente: de que vn gruesso can~o de agua sa- lia muy blanca. Gra sabor tomo ala do- zella sardinia d beuer: pero no vuo aca- bado de beueria. Quado quedo tal co- mo muerta: de que do Silues rescibio tanta pena. Que despues dela perdida de su sen~ora Pantasilea otra tal no vuie- ra. E assi se puso a plan~irla. Pero de tra- ues vino vn gran centauro medio hom- bre y medio cauallo, tan grade como el mayor gigante que ser podia: co vn gra alfange cen~ido: el qual sin que don Sil- ues dela selua lo viesse echo mano dela hermosa dozella Sardinia que enl suelo como os diximos estaua / pero assi co- mo el Centauro la tomo. Recordo da- do muy grandes gritos: viedo se lleuar de aquella dessemejada bestia, a don Sil- ues dla selua que la socorriesse. El qual con su espada enla mano: comec'o a cor- rer tras del Centauro que a la Infanta sardinia lleuaua alas ancas asida, mas la ligereza del Centauro era tata. Que puesto que do Silues dla selua corries- se: el peso delas armas no le dexo. Que tal como muerto cayo enel suelo sin hu-elgo} {CB2. alguno y tornandose a leuatar: a- uiendo perdido al centauro de vista: co- menc'o a seguir por donde lo vido huyr maldiziendo su ventura: que enel princi- pio de su caualleria: tan contraria se le mostraua, mas tata era la espessura de las ramas: subiendo porel monte arri- ba, que con la espada le couenia cortar las: y el sol ardia tato: que mucho se fa- tigaua, y con gra trabajo ala sumidad del monte pudo llegar: y siedo alli vido el centauro, que con la donzella Sardi- nia por vna gran cueua a dentro se me- tia, de que don silues ouo mucho plazer pensando que alli lo tenia seguro de po- dersele yr y a toda p<>essa: se llego ala cue- ua por la qual etro a mas andar. Pero delate se le puso el gran Centauro / con vn tajante cuchillo enla mano esgrimie- dolo contra don silues. El qual lo resci- bio con su espada enla mano con gra sa- n~a y desseo de vegarse del dando se gra- des golpes, pero los del centauro eran tales, que si su escudo dl vellocino dora- do alli no le fauo(c)[r]eciera juto con su gra ligereza, no le escusara la muerte. Don Silues que la mucha fortaleza del cen- tauro sintio. Haziendo fincta de aguar- darle vn golpe al Centauro: saltando al traues cerro ta preso conel que el espa- da le parecio auerle metido porel cuer- po: y mirado vido cabe si vna donzella atrauessada con su espada d vna estoca- da. La qual con la lumbre que d su espa- da salia: pudo ser conocida del: que era la infanta Grianda hija del sabio Rey Tarnes de media: de que vuo muy gra pesar. Pensando que muerto la vuiesse tato que muchas lagrimas debaxo de su yelmo derramo / y do silues se metio por la cueua a dentro, a vna pte y a otra sin jamas poder ver lumbre. Hasta que al cabo d vna piec'a, se hallo cabe vna pe- quen~a puerta, que con vna llaue estaua cerrada y auiendola abierto: etrado de- tro: se hallo cabe vna sala toda de color} [fol. 85r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxv.} {CB2. de vn negro azanche muy fino. Por las paredes del palacio estaua: figuradas quantas desuenturas enel mundo aui- an acontecido: y quantos casos tristes. Porque alli pudierades ver, a ysifile a- horcada: a Dido muerta y atrauessada con vn espada: a Medea ensangrenta- da: dela sangre de sus hijos, a filomena la lengua cortada: a Tereo muerto, a Progne buelta en golondrina: Leadro ahogado ela mar: a ypolito: despedac'a- do por su Luxuriosa madrastra: a Ari- adgne en vna desabitada tierra dexada por su cruel amate teseo. Con otras mu- chas y muy memoradas historias. En medio dela sala auia passados de cincu- enta cauallos todos armados saluo d yelmos con sus espadas enlas manos. Dadose mortales golpes: sin que san- gre ninguna dellos saliesse. Que era la mayor crueldad que enel mudo podia ser: mas don Silues dla selua aun no fue bien dentro. Quado los caualleros fue- ron conocidos por don Silues dela sel- ua. Que era el emperador Amadis: y el emperador Esplandia: y Lisuarte, & Amadis de grecia. co todos los otros Principes & caualleros que en busca d las Princesas saliero. Porque esta era la insula desdichada, donde ellos auian quedado encantados de que do Silues dela selua: por vna parte ouo gran pla- zer por poderlos librar, y por otra lasti- ma de verlos tal parados, y luego miro su pequen~o espejo que consigo traya, y vido que el auetura no se podia assi aca- bar. En conociedo la manera se cubrio d su escudo, y se metio por la sala, dode los Caualleros estauan. Pero todos aque- llos caualleros assi como estauan se va para el cargadolo de mortales golpes y tomadolos el en su escudo: pugnan- do de salir por otra puerta: que ela sala auia. Pero los excelentes Principes: no sabiedo el remedio que el esforc'ado do Silues dela selua les traya: no le d-xauan} {CB2. salir poco ni mucho. Que cierto alli se vio ela mayor priessa que en toda su vida estuuo: por auerlo con toda la flor dela caualleria del mudo. Mas el hizo tanto: que lo mejor que pudo se sa- lio por la otra puerta: y los principes y otros caualleros tornaro a su primera requesta: dandose tan mortales golpes como antes: y do Silues dela selua se hallo envna hermosa huerta d muy olo- rosos arboles por la qual se dio a andar contra vnos jazmines de gra suauidad oyendo las cantilenas delas aues que alli estauan: con tata suauidad de melo- dia: que al parescer de don Silues dela selua: mas parayso terrenal que otra co- sa semejaua: que cierto si la encatada es- pada consigo no lleuara, toda via el en- gan~o del jardin vuiera enel efecto. Pe- ro el se dio a andar porel jardin a todas partes/ hasta que llego a vn llano: que en medio del jardin se hazia. En medio del qual auia vn pequen~o estanque de agua muy hermosa a marauilla. Que gra dleyte rescibio don Silues dela sel- ua dlo ver: y el agua del estanq se come- c'o a mouer y hazer vn remolino. Por el qual salio vna donzella hasta la cintura que mas no parescia. De tanta beldad quanta jamas otra viera. Sus muy hermosos cabellos tendidos sobre sus espaldas: y ensus hermosas manos vna harpa. La qual comenc'o a tocar la har- pa: concertada con su boz. Que don Sil- ues dela selua estaua como suspenso. E cierto si su virtuosa Espada en su mano no tomara, alli muriera: siendo adormi- do. Pero a aquella sazon del estanque o lago salio vn(a) gra cauallero armado de todas armas. El qual asio dela her- mosa Serena que catando estaua: y con vna espada desnuda hazia fincta de que- rella matar, la q<>l comenc'o a dar bozes a don silues: y el rescibio tato enojo q se lac'o por medio del agua: hasta que lle- go al medio del Estaque: y el y la Se-rena} [fol. 85v] {HD. Dozeno +} {CB2. y cauallero se hudiero de baxo dl agua: paresciendole a don Silues q de baxo dl agua le tiraua dlos pies: hasta q fue a dar en el patio, d vn grade y bie hecho castillo: marauillado d ver tal o- bra que bie pudo presumir ser debaxo de tierra: y mirado vido alas quatro es- quinas del patio, q<>tro ymagines de do- zellas: con arcos enlas manos: apunta- do cotra el cauallero que cotra vna sala que alli se hazia quisiese entrar, pero do Silues no poresso dexo de mouer: y las ymagines soltar las flechas las quales todas passaron por medio del cuerpo a don silues y fueron a dar elas puertas dela sala, pero no porque sen~al alguna elas armas quedasse / y las puertas se abrieron con tan gra ruydo que no pa- recio al principe sino q todo el castillo venia abaxo: y la sala qdo toda de muy rica obra obrada, y en medio dlla sin o- tra cosa algua, vna tuba de color de cie- lo, tan trasparente que de vidrio pares- cia: detro della estaua vna redoma del mismo metal dela tumba sobrevn pan~o de oro cabe la tuba estaua vna sierpe d el mayor grador: que enel mudo podia ser toda cubierta de vnas cochas muy hermosas verdes: la q<>l se vino para do Silues por cogerlo ela boca pero el sal- tado al traues le dio vn golpe co su pro- uechosa espada ala sierpe: mas no le v- uo tocado coel espada, q<>ndo la terrible Sierpe quedo en figura de vna donze- lla: que era la Infanta Sardinia que el Centauro auia traydo / y desque Don Silues la conocio que era la Infanta Sardinia fue tan alegre de auer la co- brado, que muchas vezes la abrac'aua y llegadose ala tuba la alc'o. Tomando la christalina redoma, y luego como la vuo tomado: se hizo vn tan gran ruydo Que la infanta Sardinia y do Silues dela selua quedaron amortecidos, y al cabo de vna gra piec'a se leuanto: y el sa- liendo de aquella sala: no viedo otra co-sa} {CB2. sino ala dozella y la redoma, se fue co- tra vn azagua. Donde hallo los caua- lleros en su primera batalla / porque to- do aquel castillo estaua sumido d baxo d tierra. Y echado la redoma en medio dllos: se hizo vn humo muy espesso que vna hora turo y siedo deshecho. Todos aqllos principes y caualleros, se halla- ron desencantados: y a don Silues dla selua delate de si: que las manos les be- saua, y ellos le abrac'aua y besauan en su hermoso rostro co tato amor: como podeys cuydar / espatados de su alta caualleria: y de verle armado de aque- llas fuertes y ricas armas dl dorado ve- llocinio diziedo tatas cosas, que no os sabria ningun hombre humano contar. Saluo que cada vno lo puede conside- rar / pero la dozella de don Silues de la selua le dixo que les couenia partirse sin que alli mas se dtuuiessen: pues que no auia alli mas que hazer: & luego se sa- liero fuera del castillo, el qual les pares- cia muy hermoso amarauilla por de fue- ra y ala salida hallaron ala gentil y apu- esta Infanta Grianda de Media que encantada auia estado. Que fue co- mo os hemos dicho el Centauro que a la donzella Sardinia lleuo dela fuente y saliendo fuera: vieron q alli junto sin parecer motan~a estaua la mar y la en- catada barca de don Silues dela selua el qual por mandado de su donzella sar- dinia. Le conuino partir enla encanta- da barca: despedido de todos aquellos altos principes. Con tanta tristeza de verlo partir tan cedo de su presencia: y sin mas alargar razones se fueron de- rechos para la barca: y se metieron de- tro: y la encantada barca co su acostum- brado fuego: con tanta velocidad mo- uio: como quando vna saeta es tirada d la ballesta. Al qual por agora dexare- mos por contar lo que alos Principes griegos acontecio: & como fueron to- dos encantados enla ysla auenturosa} [fol. 86r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxvj.} {CB2. donde las princesas estauan. {RUB. % Capitu .xxj. Como partidos los Principes griegos de aquella insula: que la montan~a desdi- chada se[ ]solia llamar aportaro al rey- no dela infanta Grianda: y como la donzella se dio a conocer a ciertos ca- ualleros que su partido tenian.} {IN4.} PArtido don Silues dela sel- ua enla encantada barca: co- mo os auemos contado por su mar adelante: el rey Ama- dis de gaula, y el emperador esplandia y Lisuarte con los otros altos Princi- (ci)pes que os auemos cotado: enla bar- ca que alli vinieron. Se metieron todos tomado el derecho camino del Reyno de Media por poder restituyr ala In- fanta Grianda en su sen~orio: que cone- llos yua. Aunque la hystoria no ha he- cho mencion. Pero la fortuna lo ordeno tambien / que en veynte dias que co bu- en tiempo caminaron se hallaron en vn puerto del Reyno de Libia. El qual si- endo de todos conocido: ouieron mu- cho plazer. En especial la infanta Gria- da: pensando de poder cobrar muy pre- sto su Reyno: de donde muy injustame- te auia sido lanc'ada: y con gran plazer se echo alos pies de don Florisel de Ni- quea. El qual la leuato suso: prometien- dole de hazer todo su poder: assi mismo todos aquellos caualleros le prometie- ron sus ayudas. Que era estos, el rey Amadis de gaula: el emperador Espla- dia, & Lisuarte de grecia: & Perion de gaula: el Rey don galaor: y el Rey don Florestan de Cerdenia, el Emperador Amadis de grecia y don Florisel de Ni- quea don Rogel d grecia, y Anaxartes don Arlages de espan~a. don Falanges de astra: y Agesilao, Anastarax don fi-lisel} {CB2. de Monte espin: el principe Arta- xerxes, don Florarlan de tracia do Flo- restan principe de Roma el Empera- dor Arquisil, y otros preciados Caua- lleros. Los q<>les en busca dela infan- tas auia salido. Todos estos sen~ores pro- metieron fauorescer ala Infanta grian- da. E co aquello ella se fue desconocida ala gra Ciudad de Media: en cuyo pu- erto estaua y sin parar en cabo ninguno se fue a casa de vn hombre el mas princi- pal del reyno: como aquella que bien la sabia que Dardin auia nombre: y llega- da: en lo mas secreto de su casa: cofiada de su fidelidad. Le dio cuenta desu veni- da a aquella tierra: y como en su fauor traya los griegos principes: co cuyo fa- uor: no solo a aqllo pensaua de dar sali- da. Pero aqualquiera auentura, aunq fuesse la mas peligrosa del mundo: de que Dardin ouo mucho plazer: porque de corac'on desamaua al Rey tyrano: y amaua ala infanta Grianda / como aql que sabia ser sen~ora ligitima de todo el reyno. Luego le beso la mano: y ella lo recibio con todo amor / prometiendole grades promessas, y el le juro de hazer todo su poder: y mas le dixo quele pare- cia que venida la noche: todos aquellos principes se entrassen en su casa. Don- de podria estar escondidos con todo se- creto. Y esto assi hordenado Dardin em- bio a llamar todos sus parietes y ami- gos: y alos q el conocia seguir la parcia- lidad dela Infanta Grianda, para otro dia que sin ningun alboroto ni compa- n~ia viniesse asu casa. E venida la noche el assi apie solo se fue ala marina: donde hallo a aquellos altos Principes desar- mados, y lo mas secreto que pudo los lleuo a su casa: y metidos en vn secreto aposento les q<>so besar las manos: y ellos se lo agradecieron mucho: y los recibie- ron bien: y auiendo cenado muy cupli- damente: fueron acostados en muy ri- cos lechos / dode reposaro hasta la ma-n~ana:} [fol. 86v] {HD. Dozeno. +} {CB2. la qual venida. Todos los parie- tes y amigos de dardin fueron juntos sin saber para que eran llamados en v- na gran sala: y esto assi hecho Dardin se leuanto de entre todos: q mas de do- zientos los mas principales del reyno era. E comenc'o a dezir. No os deue ser oculto sen~ores amigos y parietes: co- mo murio el bue rey Tarnes de glorio- sa memoria de quie tales y tatos bienes todos y todo el Reyno recibio y como el dexo vna hija la Infanta Grianda nuestra soberana sen~ora y vnica reyna y como el tirano rey q agora teneys su hermano la tiene deseredada a sin justi- cia de su reyno / delo qual ya Dios no es siruido: querria de vosotros saber si seria bueno que embiassemos secreta- mente a buscar ala Infanta Griada nu- estra sen~ora. Resituyendola en lo suyo y para esto solamente os he hecho a- qui venir: porende cada vno me diga lo que mejor le estuuiere. Auiendo habla- do dardin. Todos los otros / diero sus vezes a vn cauallero viejo muy horrado y sabio ((y por tal d todos estimado)) el qual comenc'o a dezir. % Entre los ma- yores vicios, nobles Caualleros no ha- llo otro mayor ni mas peor vicio / q el dla ingratitud. Del qual no solo vn mal procede: pero muchos siedo no solo a los hombres pero a dios muy desapazi- ble. Esto digo porq las buenas obras / del bue Rey tarnes recebidas. Sin ra- zon seria no pagar las ala Infanta Gri- anda nuestra sen~ora. Siendo como es vnica y legitima heredera dl reyno que tiranizado le tienen. Porende por mi digo dende aqui que se haga lo que el se- n~or Dardin dize / sin mas dilacio que es- toy presto de fazer todo lo que a su resti- tucio conuenga. Hasta recebir la muer- te: por mi legitima sen~ora: como lo es. Acabado de hablar aquel viejo caualle- ro y ta leal vassallo a su sen~or la Infan- ta Grianda. Todos dixeron lo mismo:} {CB2. que tal voluntad tenia que ya lo quisie- ra ver: & puesto por la obra. Lo qual oy- do por Dardin: luego les declaro en pu- ridad: como la tenia en su casa ascondi- da con tales Caualleros, que puesto ca- so que tal no fuera su voluntad. Ellos solos bastauan a restituyrla en todo el mundo: que suyo fuesse. Diziedo como era el Rey Amadis y todos los Prin- cipes griegos sus hijos. De que recibie- ro todos aquellos leales Caualleros mucho plazer: y dauan mucha priessa: por verla, & luego Dardin etro en vn re- trete que enla sala se hazia: dode ella co todos los cauallos estaua: muy alegre de ver la voluntad de sus tan leales vas- sallos. Y luego salio fuera y dlate todos aqllos Principes. Besandoles las ma- nos todos aquellos caualleros: prime- ro alos principes: y despues a ella: que menos no consintio la Infanta Grian- da, con toda gracia y hermosura. Que vna delas hermosas donzellas q en gra parte se podia hallar era. Dando a to- dos gra contento de si, en especial a maraui- lla estaua della viedo su beldad. Pero boluiedo a nuestro comenc'ado propo- sito, siedo todos sentados. Al cabo de muchos pareceres. El principe do Ro- gel se leuato en pie. Queriedo en aque- llo hazer algun seruicio a su sen~ora la in- fanta Griada. Y en breues palabras di- xo. Que lo mejor serian que en siedo de noche: entrasse enel real palacio: y ma- tassen a su cormano dela Infanta Gria- da el injusto Rey de Media: y que des- pues d aquello hecho todo se podia co- cluyr en muy breue espacio de tiepo. Y que esto haria el y Agesilao y don Flo- risel de Niquea, y que todos los otros Principes y caualleros, que alli esta- ua, estuuiessen puestos a punto para fa- uorecerlos. Esto siedo assi concertado. A todos aquellos Caualler(e)[o]s parecio bien el parescer de don Rogel: y la In-fanta} [fol. 87r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxvij.} {CB2. selo agradecio mucho, q ya tenia ela cabec'a vna rica corona que dardin lo dio, co que estaua muy hermosa: y es- to assi concertado: todos se salieron de su acuerdo: hechos jurametos de fide- lidad. Yedose cada vno a su posada agu- ardado la noche co gran desseo sin dllo dar parte a nadie q fue con tato secreto y fidelidad: que jamas fue sentido fasta que fue hecho: o quato deuen ser los re- yes mansos y benignos: porque solo es- to les haze reynar: y la crueldad los a- lanc'a de sus reynos. Lo qual aqui aco- tecio. Que por ser el padre bueno la hi- ja hallo etero amor y lealtad en sus vas- sallos, y porel cotrario y por ser tyrano aquel traydor fue muerto. Como ago- ra diremos. {RUB. % Capitu .xxij. Como el tyrano del Rey cormano dela in- fanta griada fue muerto a manos de don Rogel y ella fue coronada por reyna con consentimiento de todos sus vassallos.} {IN4.} COn gra plazer: y desseo de la Reyna, esperaua todos la no- che en especial do Rogel q ya ala infanta Grianda auia da- do a enteder: como la amaua: con pen- samiento de hazer tales cosas: que que- dassen por exeplo a todo el mundo. Pe- ro como fuesse ya tarde: su desseo no se tardo mucho que la noche fue venida. Tal qual ellos la auian menester / con toda escuridad. Y luego do rogel y age- silao y do Florisel, fueron armados de todas sus armas, y cubiertos de ricos mantos: se fueron al real palacio: al q<>l llegados Fuero detenidos por los por- teros: que muchos tenia el traydor del rey. Porque qual quiera que mal ha he-cho.} {CB2. Siempre biue con sospecha que su maldad le de el pago: que sus obras me- rescen. Lo qual enel bueno es al contra- rio, que jamas tiene temor: d que nadie cotra el piense mal alguno. Pues bol- uiedo a nuestro proposito: siendo dteni- dos por los porteros. Ellos les dixero que hiziessen saber al rey: como ciertos embaxadores estauan alli de lexos tie- rras. Lo q<>l sabido por el rey hermano dela Infanta Grianda, los mando en- trar dentro enel palacio creyendo que con ta gra guarda como tenia, nadie se- ria osado d hazerle mal alguo, y assi los tres principes entraron detro. y sin ha- blar palabra algua don Rogel se llego a el: y echado mano dela corona se la q<>- to dla cabec'a como a traydor y dadole vn gra golpe lo mato a pesar de q<>ntos se lo defendia: diziendo esta es traydor la embaxada que te traygo: q couiene que vayas a dar la cueta d tu mala vida alos infiernos, pero a esta sazon no esta- ua de vagar los tres principes que ela- zadose en vn puto los yelmos echando los mantos con que cubria las Armas sus espadas enlas manos se comiec'an a reboluer por aquella sala: etre mas d dozietos hobres de armas: que por gu- arda de aquel traydor estauan: de suer- te que al derredor de si hazian corro de muertos pero la bozeria fue tan grade que en breue por todo la Ciudad reso- naua: y luego todo el pueblo como ami- go de nouedades comenc'o a discurrir por las calles y plac'as contandolo ca- da vno de su manera: socorriedo todos con las mas armas que podia lleuar a los palacios reales / con tato ruydo q la ciudad se hundia: y toda estaua ta cla- ra co las muchas lumbres que por las puertas: vetanas y ac'oteas ponia: que como enl medio del dia parecia. Pero no tardo mucho quel ruydo dlas bozes juto con la mucha gete q de vna parte a otra adaua no llegasse a do los otros p<>n-cipes} [fol. 87v] {HD. Dozeno +} {CB2. y caualleros: co quatro mil caua- lleros estauan guardando delos que se auia juntado. Los quales todos se fue- ron para los palacios: con tanto ruydo de ministriles, y tata lumbre que era co- sa de ver: y etrados detro hallaro alos tres Principes: q ya eran sen~ores del alcac'ar: como todos los mayores fuesse de pte dela Infanta Grianda: y tuuies- sen al rey poco amor y etrados detro to- do el pueblo cocurrio alli: q ya la parle- ra fama: les auia cotado todo el hecho diziedo que queria ver ala Reyna su se- n~ora: que se la mostrassen: y luego co in- finidad de hachas: siedo cerradas las puertas del Alcac'ar porel fastidio dela gete la paro a[ ]vn corredor: dadoles las gras de su lealtad, dardin en nombre d su sen~ora la reyna luego alli por mao dl Rey Amadis y delos q de aquello car- go tenia. Fue coronada y jurada por rey- na de media d todos sus vassallos y etra- da enel palacio real. Luego fue etrega- do el cuerpo dl traydor dsu hermano / pa ser quemado, con son de muchas tro- petas y pregones, q por tal lo publica- ua. Y los de[+]mas fueron enterrados / q mas de dozientos era. E la reyna se sen- to en su silla real / teniedo cortes. Lue- go aquella noche cofirmo los preuilegi- os que el rey su padre auia dado / y hi- zo otras muchas mercedes a aqllos ca- ualleros que ta leales auia sido. En es- pecial a Dardin que muy bien lo auia merecido: y esto acabado cada vno ya cerca d media noche se retruxo asu apo- sento y enel camino do Rogel dixo ala reyna Grianda. Sea la vra merced: pu- es que a todos haze mercedes de no ol- uidar me a mi que tato las he menester Mi bue sen~or dixo la reyna riedose: cu- remos os d vuestras llagas q me pares- ce que venis mal llagado q elas de[+]mas no faltara remedio: y co aquesto fue cu- rado de alguas llagas muy pequen~a q tenia: y assi mismo don Florisel y Age-silao} {CB2. que tales era: que no estuuiero por ellas dia alguno enla cama. {RUB. % Capitu .xxii[j]. como don rogel estado muy enamorado d la Reyna Griada le suplico por su re- medio. y lo quella respodio: y como quedado por pacifica sen~ora desu tie- rra y reyno se partieron todos aque- llos principes: & lo q mas acotecio.} {IN4.} MVy poco durmiero aquellos Principes. En especial do ro- gel porque amores dela rey- na Grianda, no le daua algu sossiego. Hasta q venida la man~ana to- dos se leuantaron vestidos de ricas ro- pas: q la reyna les auia embiado y salie- ron ala gra sala. Dode ya hallaron ala reyna Griada: de ricas ropas adorna- da: acopan~ada de muchas duen~as y do- zellas de gra valor & siendo rescebidos della con tan gra acatamieto: como q<>n- do vna pobre donzella era / la missa fue dicha con gra solenidad. Y siedo acaba- da: las mesas fuero puestas: y ellos fue- ron seruidos como a semejante mesa y personas pertenecia, y siedo las tablas alc'ada: la fiesta se comenc'o muy gran- de de que toda la ciudad resonaua, con las grandes alegrias: y la reyna procu- raua: de dalles quato plazer podia: mas do rogel se llego ala reyna: que mucho conel holgaua: y tomado le las manos se las beso secretamete q nadie lo vido diziedo. Mi sen~ora sea la vuestra mer- ced de sanarme. Pues por vuestro serui- cio ta mortalmete soy herido: que gran razo es, pues que de vos me vino la lla- ga: de vos me vega el remedio. Mi bu- en sen~or dixo la reyna Grianda: no se q llaga: tanta pena os pueda causar, ni co- mo puede ser yo aueros llagado. Pu- esto que bie ouiesse entendido el fin de las palabras d do rogel, y dellas no le} [fol. 88r] {HD. de Amadis. \ [.]lxxxviij.} {CB2. pesasse puto. Mi buena sen~ora dixo do rogel: vuestra crecida hermosura: ha si- do causa de mi mortal llaga pues tal es ella faltadome la medicina: no faltara dixo la reyna griada: si envos sobra leal- tad no vego yo de linaje dixo don rogel dode no sobre esso q mi sen~ora dzis: y co esto no hablaro mas, por causa dla mu- cha gete passando aql dia en mucho so- laz: si los principes soberanos enel cora- c'o lo tuuiera. Pero tato era su desseo d verse ya fuera de alli por coseguir el fin de su demada: que nada les parecio bie Lo q<>l dexaremos para su tiempo, por contar lo que la reyna hizo. Siendo ve- nida la noche, y recogidos cada vno en su aposenta puesto en su cama e toda la noche pudo reposar: herida del amor d do rogel. Antes como vecida que esta- ua: tomando vn antorcha enla mano. Lo mas passo q pudo, se salio de su apo- sento: y como aquella q bien lo sabia se fue para el de don Rogel q solo dormia y tocado ala puerta por qdo q toco, pre- sto fue oydo de don rogel que poco dor- mia conel pensamiento: que enla reyna tenia puesto, y leuantandose en camisa su espada ela mano y el escudo embra- c'ado, abrio la puerta. Mas assi como do rogel vido ala reyna echo d si el espada y escudo, & hincado los ynojos ante ella le beso las manos: que palabra algua d cortado no podia hablar: y cerrandola puerta la fizo sentar sobre la cama toda temblando delo que auia hecho. Mas tornado sobre si: dixo contra do Rogel mi bue sen~or no me culpeys por dios en auerme assi puesto en vras manos pues vra gra hermosura ha sido parte: q cau- sando e mi vn mortal fuego no lo pudie- se resistir / de tal suerte que me encedio toda si pensamiento que jamas del me podria librar, y conesto y co las a- morosas palabras q hombres os sabria contar. Don rogel la torno duen~a / con tata gloria suya / que el resto dla noche} {CB2. les parecio muy poco conforme a su de- sseo. Aunq bien se puede piadosamete creer / que no faltaria algunos enojos de parte dla reyna: fingedo estar enoja- da. Hasta que la luziente man~ana veni- da, la reyna se retruxo asu aposento: co- certado que do Rogel fuesse de ay ade- late ala camara dela reyna: por ser mas honesto. Desta manera passaro quinze dias. Mediate el qual tiempo: la Rey- na Griada fue pacifica sen~ora de su tie- rra. E luego aquellos principes dieron priessa en su partida, sin ser parte do ro- gel ni la reyna ni otra persona algua pa- ra poderlo euitar. Antes conuino apar- tar prometiedole do rogel: de jamas ol- uidalla: aunque con hartas lagrimas: & metidos e vna barca: todos tomaro la via que la fortuna darles quiso. Los q<>- les dxaremos yr su camino: hasta su tie- po: por contar lo que ala reyna griada acotecio. La qual se sintio pren~ada: y a su tiempo pario vn infante: de cuyas ca- uallerias la trezena parte desta historia hara gra mencion. El qual pusiero don Ruxia de media. Siedo criado en todo regalo dela reyna su madre. Como aql que solo consuelo d su padre ausente e- ra Hasta q despues fue a costatinopla: como adelate enla trezena parte mas largamente contaremos lleuado consi- go a su hijo don Ruxian de media. {RUB. % Capi .xxiiii. Como partidos aquellos altos principes y Caualleros: dela Reyna Griada de Media con muy gran tormenta fueron lac'ados: enla ysla auenturo- sa. Donde aquellas Princesas y Reynas estauan encatadas: & como ellos quedaro encatados y puestos por guarda dela auentura.}} [fol. 88v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {IN4.} DEspedidos todos aqllos ca- ualleros dela reyna de media como os auemos contado: to- maron el camino, que la vetu- ra los q<>so guiar: sin buscar cosa cierta. Pero como ella sea mudable y ningua cosa cierta tega ni possea: assi se les mu- do el tiempo de tal suerte: que no tenia remedio alguo saluo el d dios lo vno por la gran tormeta, y lo otro por no lleuar marinero: que nunca lo quisieron: cone- sta tormenta corriero bien ocho dias: al cabo dlos quales: el viento q largo era los lleuo: a do su dsseo se ederec'aua: ha- zia las partes dla libia, en vn cabo do ja- mas nao ni cosa alguo aporto: y esto se- gun se cree mas fue guiado por el saber diuino: que no por otra cosa algua. Bol- uiedo pues a nuestro pposito: vna ma- n~ana se hallaron cabe vna ysla: que fue- ron muy marauillados de ver la gra es- tran~eza: por que toda era cercada d vn altissimo: & fuerte muro. Como si vna ciudad fuera: y lo que mas era d mara- uillar. Que estaua fundada ela misma agua, y la mar batia enl sin tener funda- mento alguno: de que todos quedaron admirados, y luego les dio volutad de ver que auetura fuesse aquella: y rema- do se fuero al rededor del muro hasta q vieron vna gran puerta, que enel muro estaua hecha, y lo que mas a esta cer- ca hermoseaua. Era tener a sus trechos vnas hermosas torres. Llegados pues aquellos Principes ala puerta que os auemos contado. Luego saltaron den- tro della, mas no viero otra cosa: saluo que aqlla puerta yua entre dos cercas a manera de callejon. Por la qual se die- ron andar cotra la mano derecha: porq a otra parte no podian / que todo era como calleja sin salida: saluo q ala otra vada acabado d adar ala redoda torna- ua ala parte que ala isla entraua. Bolui- endo pues a nuestro primer cuento: por entre ambos muros se dieron a andar} {CB2. hasta que llegaron a vna dlas torres: q veynte era todas cada vna desta suerte fudada sobre vn arco. E por aquel arco passaua adelante, pero como alli llega- ron, todos passaron, saluo don Galdes rey de rodas: que alli se quedo encanta- do. Pareciendole no poder passar ade- lante, y lo mismo parescio alos otros / que el muro se auia por alli atajado / y co mucha tristeza por auer los perdido[s] passaron adelate: & a otro trecho halla- ro otra torre. Enla qual dela misma su- erte: quedo el principe anastarax. Que os contare sino que por euitar prolixi- dad en todas las veynte torres: queda- ron veynte caualleros, que enla barca venian encantados. Por esta orden enla Tercera el Principe Artaxerxes: enla quarta el Emperador arquisil d Roma que muy bue cauallero era. Como la d- zena parte desta historia aueys visto: en la quinta torre: quedo don Florestan d Roma su hijo, enla sexta don Florarlan de tracia: ela setima el Rey don galaor enla octaua el Rey don Florestan enla nona Don Filisel de monte espin: enla decima don lucencio emperador de ba- bilonia marido dla hermosa axiana: en la onzena el fuerte Anaxartes: ela doze- na don Arlanjes de espan~a su hijo enla trezena: don Falanges de astra: enla ca- torzena el Principe Agesilao: enla quin- tadecima el esforc'ado Rey Amadis / enla decima sexta se quedo el buen Em- perador Esplandian / enla decima septi- ma Lisuarte d grecia / y elas otras tres quedaron, el excelente Emperador A- madis de grecia, & don florisel d niquea ela postrera don Rogel de grecia. To- dos estos quedaron aqui encantados. Que tal auia que si truxera su virtuo- sa Espada. Todo aquel encantamento aunque era el mas peligroso, q en ningu libro se halla escripto fuera bastate a ds- hazello. Pues boluiendo a nuestro pro- posito: como las cosas porel alto sen~or} [fol. 89r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]lxxxix.} {CB2. hordenadas no se puede escusar: queda- ron alli encatados. Todo lo qual dexa- remos por contar que lugar era aquel y quien los encanto. {RUB. % Cap .xxv. como las princesas algunas dellas parieron algunos Infantes y que ysla era aq- lla donde los principes fueron enca- tados.} {IN4.} AGora os quiere contar la hys- toria quien eran los que aque- llos principes encantaron: y que ysla era aqlla. Ya os ha contado pues la hystoria como las pri- cesas fueron robadas: estando miran- do los torneos: por vn gigante y vna gi- ganta grandes sabidores, en vengac'a de sus hijos que enla ciudad de guinda- ya murieron, y dl dstruymieto del rey de ruxia: y como enel carro delas Sere- nas las lleuaron alas Princesas a su cueua: y puestas alli / estuuieron cerca de vn mes: pero viendo que alli no las tenian muy seguras: se fueron conellas lleuando todos sus libros ala isla mas desabitada que ela Libia seca pudiero hallar, donde jamas persona aporto, y alli por su muy gra saber y sus artes fiziero grandes encantamentos y echa- do sus juyzios, q por vn cauallo dla ca- sa de grecia auia de ser deshecho: orden- aron: sabiendo que los principes to- dos venian en aquella barca traerlos alli con aquella tormenta que con su sa- ber hizieron: y todos los pusieron por guarda delas cinco auenturas que de- tro estauan. Como mas largamente en su lugar haremos espressa mincion: sin dello dar parte alas princesas / que en su libre poder las pusieron en vn muy deleytoso jardin: como adelate se dira. Tomadolas mucho amor por sus bue-nas} {CB2. maneras y condiciones, y mas sa- biedo que las hermosas princesas Dia- na: y Leonida y la reyna sidonia: y la apuesta reyna Darayda: la reyna Ga- raya: y la reyna Lardenia: co la reyna Grindaya estauan pren~adas. Las qua- les de dia en dia les crecia el vietre has- ta que el tiempo porel muy alto Sen~or hordenando vino / que con ayuda de la Sabia que mucho seruicios les fazia con mucha tristeza de sus Madres / en vna misma noche parieron Diana vn hijo: de todo estremo de hermosura: y leonida otro no menos: pero antes si se compadece d mayor beldad: y la reyna Sidonia vna hija de tanta beldad dota- da, que a todas las de su tiempo passo. Como ela trezena parte dsta gra hysto- ria mas largamente se contara, al hijo de do Rogel pusiero por nombre Esfe- ramundi: por vna esfera que en el lado siniestro tenia sobre vn mundo muy re- dondo: tan blanco que ala mayor blan- cura de sus carnes: sobraua de ta lindas perfeciones qual otro jamas tuuo: a hi- jo de Ajesilao q no menos estremo de beldad y valentia tuuo: pusiero por no- bre Amadis de astra: por causa dl vale- tissimo principe su abuelo don falanjes de astra, ala hija dla reyna Sidonia pu- sieron por nombre policena: porque en beldad fue otra segunda Policena y en estremo parescia ala fermosa ifanta for- tuna. Que ala sazon estaua con tanto estremo de hermosura. Que con gran razon adelante fue llamada Basilisco de natura humana. La qual era muy a- mada delos sabios, y jamas dela com- pan~ia de la hermosa infanta pantasilea se partia, tan conformes era ambas en fermosura. Y co esto assi mismo pariero la reyna garaya: esposa de don arlages vn hijo muy hermoso que en su tiempo fue muy estremado cauallero. Al qual pusieron por nobre Don Arlante de es- pan~a, la reyna Darayda pario de su es-poso} {CW. m} [fol. 89v] {HD. Dozeno. +} {CB2. don Florestan vn hijo: al qual lla- maron Florenio de Roma: que assi mis- mo fue muy buen cauallero: la Reyna Grindaya pario vn fijo. Al qual llama- ron Lindanarte. La princesa Lucenia de dardania: esposa de don Florala pa- rio otro llamado Dardanio. La reyna lardenia tuuo otra hija de su esposo Ar- taxerxes: ala qual pusiero por nombre Elisena por causa dela reyna Oriana / que assi lo rogo: la qual no fue menos hermosa que las damas. Siendo cria- dos estos principes por sus mismas ma- dres: lo vno por el amor grande que les tenia: lo otro por la falta de amas con tanto amor delos sabidores. Que olui- dadas todas enemistades, las seruian en todo lo que era su possibilidad coso- landolas, con dalles cierta esperanc'a de su libertad: que si pudieran deshazer lo que tenian hecho: sin duda lo hiziera muy admirados dela estran~a hermosu- ra delas dos princesas Pantasilea / y Fortuna que mil vezes las abrac'aua di- ziendoles grandes cosas: a manera de prophecia delo que les auia de acontes- cer. Todo lo qual dexaremos para co- tar lo que mas acontecio a don Silues en su encatada barca: partido dela In- fernal boca. {RUB. Capitu .xxvj. Como don Silues aporto al reyno de Fra- cia, y como en vna floresta hallo vna Donzella que le pidio vn don: y co- mo se lo otorgo.} {IN4.} EN la encantada barca. Como los auemos cotado: partio el buen do Silues dela selua, ca- mino de donde la volutad de la reyna d Argenes fuesse, passados d treynta dias. Al cabo delos quales v- na man~ana / se hallo cabe vna floresta muy viciosa de todas arboledas, dode la dozella Sardinia le dixo que saliesse y que no se detardasse mucho. Porque} {CB2. assi le fuera madado: lo qual do Silues le prometio. Y luego assi a pie salto en tierra: tomado vna pequen~a senda que alli hallo, por la qual comenc'o a subir alo alto dela floresta. Ya que el sol yua al occaso: sin tomar camino cierto mas de yr por vna deleytosa arboleda hasta que fue a dar a vn pequen~o arroyo de agua q por entre los arboles corria de muy delicada agua. Riberas del qual don Silues comenc'o a subir por fallar la fuente de donde aquel agua venia: ta- to que le conuino de andar vna gra pie- c'a. Al cabo dela qual entre vnos arbo- les oyo sonar vna harpa muy dulceme- te, junto con vna muy delicada voz de muger, concertada co la harpa que en- tonces comec'aua a cantar vn romace en lengua Francesa que don Silues bie entendia que dezia desta manera. {RUB. % Romance.} % Como la cierua herida de muy cruel cac'ador va a buscar la fuente do amanse su dolor assi siendo yo herida dela saeta de amor voy a buscar la fuente do mitigue mi dolor que es aquel don Rogel el mi cruel robador. % Esto yua dicho con tantos sospiros y lagrimas dela donzella que muy her- mosa era q a mucha piedad fue mouido don Silues dela selua. A aquella solem- nidad le ayudaua otra duen~a, assaz her- mosa: q cabella estaua, tato q mouido don Silues a mucha piedad. Determi- no salir a la fuente: y vido aquellas dos mas principales: que acompan~adas es- taua: y otras diez donzellas sobre vn ta- pete de terciopelo carmesi: las q<>les as- si como a don Silues dela selua vieron la que cantaua dixo contra el. Sen~or cauallero sentaos aqui co nos vn poco} [fol. 90r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xc.} {CB2. si dela frescura del Agua quereys go- zar. Muchas mercedes dixo don Sil- ues y a peticion delas donzellas se qui- to el yelmo, que muy espantadas qda- ron dela hermosura del cauallero dl do- rado vellocino: y luego las dozellas ma- daro alas suyas q le diessen d comer de lo q consigo traya. Lo qual ellas hizie- ron y despues de auer comido don Sil- ues suplico alas Donzellas le declaras- sen la causa de sus sospiros por si porel pudiessen ser remediados: la donzella que tan~ia dando vn gran sospiro dixo. Ay por dios sen~or cauallo que me cau- sa inestemable dolor deziros lo que me aueys preguntado. Pero porque vea- ys qua poco remedio a mi cuyta pode- ys dar. Aueys de saber que yo he nom- bre Sardinia: y soy Sen~ora delos qua- tro castillos: aquella que biue en tanto engan~o de don Rogel de grecia solo co- rrompedor de mi honestidad / y luego le coto toda la hystoria de sus amores. Como enla onzena parte desta historia esta ya diuisada: y como andaua en bus- ca de do Rogel, y que queria yrse a Cos- tantinopla por aguardar le alli y todo yua con tatas lagrimas dicho: que al hobre de mas duro corac'on del mundo bastara mouer a compassion / quanto mas a do silues que tata esperiencia dl cruel amor tenia: acabado ella de con- tar. La otra duen~a comenc'o a dezir / aueys de saber sen~or cauallero que yo he nobre Erinda, fuy casada co vn bue cauallero de fracia: q duque de borbon era. El qual por mis pecados biuio muy poco tiempo, este mi marido tenia vn fi- jo bastardo muy buen cauallero: saluo q era muy soberuio a marauilla: y mu- erto el duq yo quede por su ligitima he- redera por su testamento: pero el tray- dor de mi entenado q Dodrino ha nom- bre. No mirado que hijo bastardo no puede heredar enel Reyno de Fracia me tiene tomado todo mi Ducado de} {CB2. Borbon sin jamas querermelo restitu- yr: ni solamente dar vn Castillo en que biua: aunque muchas vezes por mi ha sido requerido. Sobre lo qual me fuy a quexar al Rey don Lucidor despues q vino de Constatinopla entrado en con- sejo, siendo llamado mi contrario me madaron que dentro devn mes, que de aqui a dos dias se cumple diesse Caua- llero que mi derecho matuuiesse. Don- de no que tuuiesse pdida toda la aucio: de derecho que al ducado tenia: y jamas he podido hallar q<>en mi derecho quisie- sse mantener: saluo el principe Lucen- dus. Contra el qual mi enemigo dixo / que no tomaria armas por ser su sen~or natural. Catad aqui sen~or Cauallero mi pena dixo ella: que el termino se cu- ple de oy en tres dias. Y entiendo que- dar deseredada: y conesto comenc'o a llorar muy agramente. Mouido a[ ]com- passion el buen don Silues dela selua, le prometio su ayuda contra Dondri- no: y ella selo agradecio muy mucho / aunq lo vido muy nin~o. En son de auer enel toda bodad: assi passaron toda aq- lla siesta hablando en muchas cosas en- tre las quales don Silues pregunto: si auia lugar de llegar ala corte. Si mi se- n~or dixo ella: que de aqui ala ciudad de Paris no ay sino diez millas y esta no- che podremos llegar. Assi passaron fas- ta que siendo hora de caminar don Sil- ues a peticion dela Duquesa por no te- ner cauallo: subio alas ancas de su pa- lafren. Tomando el derecho camino d la ciudad de Paris: con mucho plazer dela Duquesa: por parecerle q lleuaua buen recaudo de su demanda. {RUB. % Capitulo .xxvij. co- mo don Silues dela Selua ouo ba- talla con ocho caualleros. Y como llego ala Ciudad de Paris y desa-fio}} {CW. m ij} [fol. 90v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. a Dondrino y lo que mas le acon- tescio.} {IN4.} EN mucho plazer yua don Sil- ues dela Selua con las don- zellas con toda priessa por lle- gar de buen hora ala ciudad de paris. Quando porvna carrera que al traues de aquella se hazia: vieron sa- lir ocho caualleros bien armados / los q<>les como co don Silues dela selua: y las donzellas emparejaron. Comenc'a- ron a reyr muy de rezio, viendo a Don Silues alas ancas dela Duquesa y el vno dellos se llego a el, viendo lo ta fer- moso y le dixo. Dezime sen~ora Donze- lla por vuestra fe, que necessidad ta gra- de os ha hecho tomar armas: q por la horden de caualleria que rescebi: si mi amiga qreys ser vos dsagrauie de q<>en os vuiere fecho algun enojo. Sen~or ca- uallero dixo don Silues: hareys mejor de yr vuestro camino mucho en buena ora y dxaros de profac'ar a nadie. Para sancta Maria dixo vno delos otros a algu cauallero a hurtado las armas: y el cauallo no lo pudo auer. A todo esto don Silues callaua / y los Caualleros dzia otras mil injurias: tato que ya ala Duquesa le pesaua de auerlo traydo. Pensando que de couarde lo hazia: mal diziendo su couardia. Mas el vno dlos Caualleros viendo el espada de Don Silues dixo contra el. Para sancta ma- ria aquel espada me semeja mejor que la mia, y aunque sera en mi mejor em- pleada. Y con aquello se fue a don Sil- ues. diziendo. Dad aca sen~ora donzella essa espada: pues tal abito no es pa vos. Don Silues que ya muy san~udo yua. Assi como el echo mano al espada por tomarla: le apan~o del brac'o: dado con el por el suelo del cauallo abaxo: y devn solo salto subio sobre el cauallo del Ca- uallero caydo. Y sacando el Espada le dio tal golpe que la cabec'a le hendio, y} {CB2. luego se metio entre los otros. De tal suerte que dos dellos echo al suelo mal heridos: y acudiedo a vno de vn reues le lleuo todo el hombro: y los otros pu- sieron en trabajo de saluar sus vidas a sus mismos Cauallos: y no queriendo los don Silues dela selua seguir sobre el cauallo dl p<>mer cauallero que muy bueno era. Todo su camino en compa- n~ia dela duquesa y de Sardinia: sen~ora delos quatro Castillos: muy espanta- dos de su alta y estremada bondad. Y alegre la duquesa quanto antes yua co- rrida: paresciendole muy couarde: que veynte vezes estuuo por hazerle apear del palafren en que yua. Desta manera fueron toda aquella tarde hasta que ya cerca dela noche llegaron ala Ciudad de paris, y por ser el postrer dia del ter- mino de presentar la duqsa cauallero q porella hiziesse la batalla con las otras donzellas, lleuandolo dela mano el ca- uallero del vellocino dorado subieron ala real sala dode estaua el rey y la rey- na y la hermosa Infanta Lucela, y el principe Lucendus: y haziendo su aca- tamiento al rey y ala reyna. La duque- sa le suplico, mandasse llamar alli a Do- drino, porque ella traya cauallero que mantuuiesse su derecho. El qual lue- go fue llamado, con mucha alegria del rey por traer la duquesa tan buen caua- llero como aql parescia, que mucho la amaua. Y si[ ]no fuera por ser Dodrino ta emparentado: teniendo tanto derecho la Duquesa al ducado, el no selo quita- ra: ni lo pusiera en juyzio de batalla. Pues boluiendo a nuestro proposito luego vino Dondrino: oyendo el man- dado del rey diziedo que queria ver al Cauallero que tal mentira queria man- tener: que cierto conella deuia hazer maldad en deshora dl duq su padre. Pu- es batalla tan injusta tomaua. Tu mie- tes como mal cauallero: dixo don Sil- ues, y ya q por otra cosa no fuesse, solo} [fol. 91r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xcj.} {CB2. poresso tomaria la batalla contigo. Y cata aqui mi gaje: que yo digo que tu fa- zes como aleuoso y malo en q<>tar su du- cado ala sen~ora duquesa de borbo / y la batalla pues agora no puede ser: sea lu- ego por la man~ana. Dondrino tomo el gaje ta ayrado que palabra no pudo fa- blar. Luego el rey mado a dos duques que fuessen juezes y tuuiessen el campo seguro: y al cauallero del dorado vello- cino mando muy bien aposentar. Que por mucho que le rogo jamas se q<>so qui- tar el yelmo de la cabec'a: delo qual jun- to con su gradeza y proporcion de mie- bros. El principe don Lucendus penso que era el emperador Amadis de Gre- cia su padre: porque como otras vezes auemos dicho se le parescia mucho. Y mas viedo que assi se encobria. Y peso de aguardar el fin q la batalla auria: co pensamiento que si se encubriesse de yr empos del: y auer batalla conel, hasta conocer si era el principe don Lucedus. Lo qual assi acontescio despues de pas- sada la batalla como en su lugar hare- mos mencio. Todo lo qual dexaremos agora por contar como passo la batalla entre el principe don Silues dela Sel- ua y Dondrino. {RUB. % Capi .xxviij. como passo la batalla entre Dondrino y don Silues dela selua / y como Dodrino fue muerto, y la duque- sa restituyda en su estado: y como don Silues dela Selua se partio sin despedirse de nadie, a do su bar- ca estaua.} {IN4.} TOda la noche passo don Sil- ues dla selua: pensando en su sen~ora: hasta que leuantando se muy deman~ana: se confesso} {CB2. de todos sus pecados. Rescibiendo el sanctissimo sacramento: porque esta era costumbre delos principes griegos quando auian de hazer algun desafio / y luego por mano dela duquesa y de sar- dinia. Fue armado de sus ricas y fuer- tes arma(a)s dl dorado vellocino: y aco- pan~ado delos juezes. Fue lleuado a vn campo, que ante los miradores estaua hecho y puesto alli. Luego los Jue- zes fueron por Dondrino: el qual vino acopan~ado de muchos caualleros Fra- ceses: que las armas le traya. Y co mu- chos de menestriles altos: porque don- drino era buen Cauallero: si delas de- mas virtudes fuera ayudado: y luego fue metido enel campo. Estando el rey y el principe con la Reyna y la Infan- ta Lucela: a vnos miradores por ver la batalla. Y siedo partido el sol por los juezes Al son de vna trompa: el vno vi- no contra el otro. A todo correr de sus cauallos y enel camino: se dieron tales encuentros: que Dondrino quebro su lanc'a: pero don Silues lo encontro de suerte que Dondrino vino al suelo: y as- si mismo el cauallo de don Silues: por que se le hinco por la frente el armadu- ra del cauallo de Dodrino: y el salio dl muy ligeramente: y echando mano a su espada. Se fue para dondrino y dondri- no para Don Silues. De suerte que se dieron dos grandes golpes. Alli se comienc'an a herir muy asperamente. Pero que va que la bondad de Dodri- no: no llegaua ala bodad del bue caua- llero don Silues dela Selua: con mu- chos quilates. Especialmete siendo ar- mado delas fortissimas armas del fuer- te Jasson contra la fortaleza delas qua- les la espada de Dondrino poco apro- uechaua. Y desta manera anduuiero dos horas que otra mejoria: no se cono- cia. Saluo que dodrino andaua muy la- so: y don Silues dela Selua porel con- trario. Tan ligero como al principio} {CW. m iij} [fol. 91v] {HD. Dozeno +} {CB2. que la batalla se hiziesse de q el rey don Lucidor estaua muy marauillado, y la muy hermosa princesa Lucela confir- mo mas en su Corac'on: ser el Empera- dor Amadis de Grecia: y con aqllo dr- ramaua de sus fermosos ojos muy gru- essas lagrimas con gran abundancia. Haziendo entresi diuersas esclamacio- nes: porque este principe: assi ela ardie- te espada / como enlo demas parescia mucho al emperador amadis de grecia su padre. Pero el principe Lucendus que aquello vido consolandola quan- to pudo. Se salio delos miradores don- de el rey don Lucidor y la reyna cola princesa Lucela estaua. Y por vna puer- ta falsa caualgando en vn Cauallo / lo mas dissimulado que pudo, se fue al ca- po donde la batalla se hazia. Que bien vido que dodrino no podia de alli esca- par sino muerto / o deshonrrado. Y lle- go a sazon que estaua enel feruor de su batalla. Mas don Silues dela selua q vio que vn solo cauallero ante tan alto principe sele defendia / cobrando muy gran yra. Lo comenc'o a herir de tales golpes que Dondrino comenc'o a desa- cordarse / y no dar tales golpes como al p<>ncipio: & ya no procuraua d al sino de defenderse, mas que de ofender a do Silues dela selua. El qual vn solo pun- to de descanso no le daua. Saluo de he- rirlo de crueles / y mortales golpes a marauilla. Tanto que dondrino vien- do se elo vltimo de su vida: cobrado co- rac'on y nueuas fuerc'as. Co la rauia de la muerte, alc'o el espada y dio tal golpe a do Silues dela selua que el espada no pudiendo cortar, le hizo hincar los ino- jos en tierra y ella fue hecha tres par- tes. Y don silues con gra yra la dio tal golpe en cima del yelmo: que como fue- sse descubierto de su escudo: y estuuies- se muy abollado, Fue hecho dos peda- c'os, junto con la cabec'a: y Dondrino vino al suelo muerto. Y limpiando el es-pada:} {CB2. se llego al Cadahalso y pregunto alos juezes si auia mas que hazer, para el derecho dela duquesa, y ellos dixero que no. Que assaz auia fecho y dlate dl restituyeron ala duquesa en su ducado con las cerimonias en tal caso acostu- bradas: y luego don Silues dela selua se despidio della, diziedole con jurame- to quien era, y assi mismo ala sen~ora de los quatro castillos: de quien enla tre- zena parte hara mencion / y assi mismo al fin deste libro, y salio dela ciudad: pa- ra do su barca auia dexado: por causa delo que ala donzella auia prometido. Al qual dexaremos por contar lo que el principe Lucendus hizo, viedo par- tido al principe do Silues, pensando ql emperador Amadis de Grecia fuesse. {RUB. Capitulo .xxix. como el principe Lucedus fue en busca de don Silues del selua pensando que era Amadis de Grecia y la batalla q entre ambos passo, y como al fin se conociero: y cofirmaro su amistad.} {IN4.} ACabada que fue la batalla de don Silues dela selua con do- drino, el principe don Lucen- dus, ((q desconoscido estaua)) mando a[ ]vn escudero que le lleuasse las armas ala Fuente del moral. Lo qual fue hecho: y lucedus se armo: y al mas correr de su cauallo. Fue por donde do Silues yua: sin poder lo alcanc'ar. Pas- sadas de dos horas, tanto que don Sil- ues tuuo lugar d llegar a vista d su bar- ca: ya quasi al medio dia, y queriedo en- trar dentro: se oyo dar bozes d vn caua- llero de vnas armas blancas muy fuer- tes: y enel escudo vn basilisco de Oro y Don Silues aguardo por ver lo que el cauallo del Basilisco le queria. El qual parescia tam[ ]bien armado que gran de- leyte dio a don Silues dello. Pero el cauallero del basilisco dixo contra don} [fol. 92r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xcij.} {CB2. Silues. Conuiene cauallero que bolua- ys comigo al rey mi sen~or que por vos me ha embiado. Sen~or cauallero dixo do silues: poco seruicio faria en boluer yo al mandado de tan alto Rey. Pero yo tengo ala sazon q hazer en otros ca- bos. Por tanto os ruego que me descul- peys con su merced. No os cale don ca- uallero dixo el del Basilisco: que comi- go aueys d boluer. Esso sera por mi gra- do dixo don Silues. Sera contra el / y porel mio dixo el cauallero del Basilis- co. Y sin mas aguardar: se apartaron el vno del otro / y las lanc'as baxas. Se vinieron a encotrar en medio dela car- rera: de tales encuentros, que las lan- c'as bolaro porel suelo hechas muchas piec'as. Y lucendus fue algun tanto he- rido: y ellos se encontraron delos cuer- pos y delos Cauallos / en tal manera que ambos cauallos cayeron muertos y los caualleros assi mismo vinieron al suelo muy desacordados. Enel qual es- tuuiero vna gra piec'a sin sentido alguo tanto que la infanta Sardinia: que de- tro enla barca estaua los tenia por mu- ertos: y lloraua mucho de sus ojos: pe- ro el que primero se leuanto, fue Don Silues: el qual se fue para su contrario y a sazon que se comenc'aua a leuantar muy quebrantado dela cayda. E metie- do mano a sus espadas, comienc'an la mas cruda y aspera batalla del mundo dandose muy crueles golpes, tato que la cercana mar y pen~as resonaua co gra sonoridad. Que os dire sino que era la mas braua batalla que hasta alli enl mundo auia sido: que las rajas dlos es- cudos: y malla dla loriga de Lucedus saltaua porel suelo: con la gran fuerc'a dela buena espada del buen don Sil- ues. Lo qual era al contrario enel Ca- uallero del basilisco: q las armas tenia rotas por algunos lugares. Pero no porque punto de flaqueza enel se sintie- sse. Antes andaua tan ligero, y acome-tedor:} {CB2. que muchas vezes hazia a don sil- ues temer la batalla. Tata era la esqui- uidad dlos golpes: que las rodillas fin- cauan enel suelo: y las cabec'as debaxo delos yelmos se atronauan. Que os di- re sino que la infanta Sardinia estaua marauillada d tal crueldad: y si ella pu- diera sin duda partiera la batalla. Pero tanta era la braueza que ambos traya q creya q no faria cosa algua por su rue- go: tanto pues en conclusion enduraro la batalla que don Silues estaua muy cansado. Y la noche comenc'o a escures- cer / Lucendus ya daua muy floxos golpes: y menos veya a cobatirse. Mas enla barca se comenc'o a enceder vn fue- go tan grande que a su lumbre los Ca- ualleros tornaron a su porfia. Mas ci- erto el buen Lucendus poco pudiera durar enla batalla: si ala sazo la Reyna de Argines no remediara a tpo q luce- dus adaua por caer: q cierto do Silues no le sobrara tan presto: si[ ]no fuera por la gran ventaja de armas y espada que le tenia. Co la qual el no recibio ferida. Boluiendo pues a nuestro proposito: el fuego dela barca comec'o a crecer de rato en rato: y cubriedolos todos don silues se hallo solo enel campo. El mas enojado hombre del mudo en auerle tu- rado tanto tiempo: y Lucedus fue me- tido enla barca y curado dla infanta co muy suaues vnguentos le dexo dormir que para aquel tiempo la sabia reyna le auia proueydo: y saliendo dla barca, se fue para don silues por besarle las ma- nos, y el como muy comedido fuesse: la recibio muy bien a marauilla y a su pe- ticion se metio dentro en su barca cura- dole la donzella de alguos cardenales que tenia: tan triste que casi no se que- ria desnudar ni acostar. Y dadole de ce- nar: reposaron todos aqlla noche muy sossegadamente sin saber el vno del o- tro hasta la man~ana. La qual venida la Donzella Sardinia se leuanto: y se fue} {CW. m iiij} [fol. 92v] {HD. Dozeno. +} {CB2. para la camara de don Silues dela sel- ua: el qual la rescibio muy bien y se pu- sieron a hablar sobre muchas cosas. Al cabo delas quales: la donzella se hinco de ynojos ate el, besandole las manos le pidio vn don: y do Silues selo otor- go de muy buena voluntad. El do que me aueys otorgado mi sen~or dixo la do- zella. Es que perdoneys al cauallo del Basilisco el enojo que conel teneys, que no es razo que conel tengays recor al- guno: pues tanto parentesco teneys co el. Que sabed que es hijo dl rey do Lu- cidor: sobrino dela princesa Lucela / y su nombre es Lucendus y tabien que el no os siguio: saluo por ver si erades el empador Amadis ((como q<>era que le parezcays mucho)) y no por rencor que conel ni con vos tenga. Mi buen ami- ga dixo el principe do Silues. Puesto caso q muy mal me aya enojado: el Ca- uallero del Basilisco por vuestro amor allende de ser persona con quien no de- uo de tener enojo, ni enemistad alguna le quiero perdonar: y luego quiero que lo vamos a ver: pues dezis que esta en esta barca. La ifanta le beso las maos por lo que dezia: y luego fue vestido de vnos ricos pan~os: y el y la Donzella baxaro a vna camara: que enla proa se hazia: y abriendo la puerta la Donze- lla entro dentro, y abrio vna pequen~a ventana, que ala mar salia. A sazo q el cauallo despertaua: conel dolor grade que delas heridas sentia. Mi buen se- n~or dixo don Silues que tal os sentis: pero Lucendus que bien conoscio que aql era el cauallero del vellocino dora- do: a quien dios nuestro sen~or de tanta bondad auia dotado. Oluidado todo rencor le hablo muy amorosamente: y siendo sentado. Comenc'aron a hablar en mucha cortesia: diziendo le don Sil- ues dela selua quien era. Agora no me espanto dixo el principe Lucendus si- no como de vuestras manos sali biuo /} {CB2. que harto de buena ventura me puedo cotar: solo en auer osado tomar armas ante vos, y co aqllo se tornaron a abra- c'ar: confirmando entresi tanta y tan grande amistad que para siepre les tu- ro mietras biuieron, y con aqllo yuan por la mar adelante contando la doze- lla a Lucendus los grades y muy estre- mados hechos de don Silues dela Sel- ua. Mejorado cada dia en sus llagas co la dulce conuersacio del estremado p<>n- cipe don Silues dela selua: a do la barca con la voluntad dela Reyna de Argi- nes que le regia, los quiso echar. {RUB. % Capitu .xxx. como con tormenta fueron lanc'ados enla Ciudad del Cayro del gran Soldan y como enel camino hallaron vna es- tran~a auetura: y lo que les acotescio.} {IN4.} COn gran amistad y mucho vi- cio yuan aquellos altos prin- cipes Don Silues dela selua: y do Lucedus por la mar ade- lante: passados de dos meses sin auen- tura hallar que de contar sea, a mucho vicio. Tanto quel cauallero del Basilis- co yua ya bueno para tomar armas q por bien curado que fue antes no lo pu- diera hazer. Al cabo delos quales oye- ron vna noche ela mar: bozes como de persona que agramete se quexaua, mal diziendo su ventura, por serle tan esqui- ua. Luego alos caualleros tomo codi- cia de ver que cosa seria: y ala lumbre q del aridente Barca salida / claramente vieron dos Donzellas que con solos dos Marineros en vna barca venian / haziendo el mayor duelo de todo el mu- do. Ay Dios dixo Don Silues dela Selua y aquellas dozellas algun agra- uio deuen de auer recebido: y desseaua} [fol. 93r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xciij.} {CB2. que la barca enderec'asse para alla. La qual conforme a su volutad no paro ha- sta llegar ala barca delas dozellas que gran temor tenia del fuego: q dela bar- ca delos principes salia: y mas de verle venir sobre el agua: hasta q vieron alos principes. Los q<>les les preguntaro la causa de su llanto: viendo ser dos apues- tas donzellas assaz hermosas, vestidas al trage africano: prometiedo les su a- yuda si menester les fuesse. Diana os d el galardo sen~or cauallero, dixo vna de las dos dozellas. Si nosotras no pudie- remos y pues tata gana de oyr nras pas- siones teneys, aunque no sea para mas de contando las descasar con dezir nues- tras quexas: os las quiero contar. A- ueys de saber que esta donzella & yo so- mos hermanas, la q<>l a esta sazon llora- ua mucho: y somos ambas hijas del gran Xarife legitimas sucessores dspu- es de su muerte. Estando pues enel rey- no de nuestro padre aportaron ala gra ciudad de c'afi do nosotras estauamos ala fama de nuestra hermosura: dos ca- ualleros hermanos hijos del Soldan del Cayro / muy buenos caualleros en armas y muy apuestos. Los quales fin- gieron ser vencidos de nuestras hermo- suras: y haziedo nos quatos seruicios podian ((bien quatro an~os)). Al cabo d los quales ellos nos dclararo su volu- tad. Que era de tomar nos por esposas y legitimas mugeres: y nosotras como donzellas vencidas de sus hermosuras y teniendolos por leales: nos salimos conellos vna noche en vn nauio: gozan- do ellos de nuestras hermosuras, bien veynte dias: al cabo delos quales co so- los estos marineros estando nosotras durmiendo nos passaron a este barco y ellos se fueron: que assi nos lo han con- tado estos hombres. Mirad por Dios sen~ores caualleros si tenemos razo de hazer esto y mas delo que aueys visto. Muy marauillados quedaro los prin-cipes:} {CB2. dela gran aleuosia y traycion / y mucho desseo les tomo de vegar las do- zellas: y assi el buen principe do Silues dela Selua les respondio. Por dios se- n~oras donzellas a mucha manzilla nos han mouido vuestras lagrimas y gana de vengaros, y por tato por la orden de caualleria que rescibi os juro, que este cauallero & yo vamos detro enl cayro a desafiar los dos hermanos: y si[ ]no os quieren rescebir por sus legitimas mu- geres sobre ellos morir: o matar los enl capo. Del cielo ayays el galardo sen~or cauallero, dixo la otra donzella, y con aquello les quisieron besar las manos: lo qual jamas consintieron: y sin dete- nerse mandaron alos Marineros que fuessen contra el Xarife. Lo qual ellos jamas quisieron hazer / por lo que ade- lante os cotaremos: a aqlla sazon se co- menc'o tal tormenta: que al Galeon ar- diente les conuino a todos passar, por no ser anegados enel pequen~o Batel en que las dozellas y marineros venia, mas por mucho que co los marineros porfiaron, jamas coellos pudieron aca- bar que dentro enla ardiente barca en- trassen. Antes creciendo la tormenta a vista de todos fuero hundidos y aho- gados: y vuieron el castigo dla diuina mano que sus malas obras y traycion merecian: y luego el galeon comenc'o a correr con gra presteza por la mar ade- lante passados de quinze dias sin auen- tura hallar que de contar sea: ni menos la barca parar en cabo alguo hasta que siendo la voluntad dela reyna de Argi- nes cuplida: vna man~ana ya que el sol se comenc'aua a tender porel vniuerso a- hermoseando co biuas y hermosas co- lores los verdes capos, se hallaro enel puerto de vna ciudad muy hermosa: la mayor que don Silues dela Selua vie- ra. Y della viero salir mucha gente que ala marina corria por ver el fuego que enla Mar parescia enel muy ardiente} [fol. 93v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Galeon muy admirados: y luego viero salir al principe don Silues dela Sel- ua: y al principe Lucedus: y alas infan- tas paganas dlas manos, preguntado que tierra era aquella: fueles dicho q el Cayro, de que muy alegres fuero todos en especial las dos hermanas por estar en tierra de sus amigos: y guiando los la mucha gente: que por vellos salia: el cauallero del vellocino dorado: y el dl Basilisco: con las dos hermanas dela mano, subieron al gran palacio donde hallaron al Soldan y a su muger bien acompan~ados de caualleros. Assi mis- mo a sus dos hijos todos cargados de luto: los quales assi como alas ifantas vieron como hombres sin sentido que- daron, sin poder hablar vna sola pala- bra: pero el buen principe don Silues dela Selua hincando los ynojos ante el Soldan comenc'o a dezir. Alto y po- deroso sen~or auras de saber: que noso- tros somos Caualleros christianos: de muy luen~es tierras: q andamos en bus- ca de nuestras auenturas: y viniendo por la mar: topamos estas fermosas do- zellas, haziendo esquiuo duelo / y sabie- do la causa: y ser hijas del gran Xarife nosotros les prometimos nuestra ayu- da: porende si eres seruido danos segu- ro para hazer qualquier desafio a qual- quier persona de tu palacio. Donde no buscaremos dode mas derecho nos ha- ga. Cauallero de vellocinio yo os doy la licencia dixo el Soldan: y por Jupi- ter prometo de la tener y guardar y cu- plir: & que agrauio no sea hecho alguo. Muchas mercedes dixo don Silues dela Selua: y con tanto le besaron las manos / suplicando le mandasse venir alli a sus hijos. Lo qual fue hecho que ellos se leuantaron en pie, temblando de mucho gozo de ver aquellas que ta- to amauan: y el buen Principe don Sil- ues dela Selua dixo contra ellos: co- nosceys sen~ores caualleros estas sen~o-ras} {CB2. donzellas. Si conoscemos dixeron ellos. Pues nosotros dezimos dixo do Silues. Que hezistes como malos y falsos caualleros: siendo ta altas don- zellas dexallas assi burladas y engan~a- das, y sobre esso entraremos contra vo- sotros en campo, con condicion que si fueremos vencidos: ellas se buelua por donde viniero, y si vos fueredes venci- dos, que os caseys conellas como lo te- neys prometido, y para esto catad aq<> nuestros gajes: tediedo la maga delas lorigas. No quiera Dios sen~ores caua- lleros: dixo el vno dlos hermanos, que con vosotros en tal batalla entremos / porque cierto si la verdad supiessedes junto con lo que en su ausencia auemos passado, no os marauillariades si no co- mo podemos biuir: porque ciertamete durmiendo nosotros las hallamos me- nos / y con la pena que podeys cuydar las buscamos passados de quinze dias hasta que vn sabidor desta tierra nos a- parescio en nuestra nao: y nos dixo que aqui nos boluiessemos / porque antes de mucho llegarian a esta ciudad. Assi mismo nos dixo que los marineros era nigromaticos: y por robar las nos pu- sieron suen~o a todos. Catad aqui sen~o- res el fin desta auentura. Lo que quere- mos es tomallas por mugeres y espo- sas como lo son. Muy alegres fueron el principe don Silues dela Selua, y el principe lucendus dela respuesta dlos Caualleros: teniendo los por buenos: y leales. E luego alli fuero desposados segun la costumbre de su tierra con gra fiesta y alegria que aquella noche tuuie- ron: honrrando todos alos dos princi- pes que no sabian plazeres que les ha- zer, a cuya peticion les dixero q<>en era de que rescibieron mayor gozo: assi pas- saron aquel dia, con determinacion de partirse el siguiete dia: y aquella noche reposaron en muy ricos lechos hasta que ya cerca dela man~ana ala puerta d} [fol. 94r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xciiij.} {CB2. la camara oyeron llamar: y leuantado se por ver lo que seria vieron que era vn hombre no muy bien arreado. El qual puesto que dellos no fuesse conoscido / el se hinco de ynojos ante ellos: dizien- do. Bien se mis buenos sen~ores que no me conoscereys, pero a penas vuo ha- blando: quado fue conoscido del princi- pe don Silues dela Selua: el qual dan- do vna boz dixo. Ay dios mi sen~or don Brianjes: y como es razon dar por bie empleado todo trabajo: auiedo sacado tan buen fructo / y con esto le echo los brac'os al cuello. Los mismo hizo lucen- dus: aunque no lo conoscia: mas d por la fama de sus hechos. E luego do Bri- anjes les coto como yendo por el rey- no D[ ]esparta: por ver su esposa: en vna barca auia sido captiuo de ciertas gale- ras de infieles: y conesto don Silues, y lucendus le vistiero con mucho plazer de auer hallado tan preciado cauallo, y salieron al palacio donde don Silues dela Selua pidio por merced al Solda aquel captiuo. El qual no solo aql pero a todos quatos enel Cayro auia dio li- bertad: de poderse yr a do su voluntad fuesse. Lo qual assi fue cumplido: y be- sandole las manos por todo aquello, y despedidos los principes: dexando mu- cha tristeza: en su encatado galeo se me- tiero: tomado la via que el quiso lleuar en su acostubrado fuego: que nunca el Soldan ni sus hijos dela marina se par- tieron: hasta ver los desparescidos. {RUB. % Capitu .xxxj. como el principe don Silues dela Selua: y el principe Lucendus aportaron a vna Ysla y lo que enlas encatadas torres de Febo y Diana les acotes- cio: y como dieron fin ala auentura.}} {CB2. {IN4.} PArtidos como os auemos co- tado el principe don Silues dela Selua y el principe Lu- cendus de francia con do bri- anges de Boecia: dela gran ciudad dl Cayro con tan buen tiempo / que gran deleyte les era caminar. No os podria hombre contar el sobrado plazer que el principe don Silues dela Selua lleua- ua en auer cobrado al principe do bria- ges de Boecia: sacandolo de donde estaua captiuo. Desta manera fueron quinze dias enla encantada barca: a do- de el saber dela sabia reyna de Argines guiarlos queria: passando su tiempo en muy graciosa y dulce conuersacion, co la hermosa donzella sardinia. Median- te el qual tiempo: a ruego del principe don Brianges de boecia: el principe do Silues les mostro el encantado espejo que enla roca infernal ganara: y siendo abierto porel principe Lucedus, y mi- randose enel, vido la ysla auenturosa y todas aquellas princesas que enlla a- uian sido encantadas, muy espantado de ver tanta hermosura, como alli pare- cia, en especial de aquella dos luzien- tes estrellas sin par Pantasilea y For- tuna, que debaxo de vn hermoso rosal las via estar sentadas, de que fue ta ven- cido dela hermosura dela muy hermo- sa Infanta Fortuna: que como enuele- sado le estaua mirando: comenc'ando el sutil cupido a roballe poco a poco su libre corac'on: con la vista de aqlla her- mosa infanta que alli via: sin punto que- rer dexar el espejo. Todo lo qual dexa- remos para su tiempo: por cotar como vn dia. Ya que el sol los estremos limi- tes de su orizonte cercaua, quado de su hermana Diana su fermoso rostro ecu- bria: llegaron a vna hermosa ysla, a su pecer la mas fertil q jamas viero toda llena d verdes y sublimados arboles: car- gados de fermosas frutas: y por ser tar- de no q<>siero salir en trra: ates auiendo} [fol. 94v] {HD. Dozeno. +} {CB2. cenado delo que enla barca auia / muy abundatemente echados en sus lechos como fuesse por mayo & hiziesse gra ca- lor. El principe Lucendus se leuanto y salio sobre la cubierta dela barca por gozar dela marea y frescor dela noche: mirando cotra la isla vido la mayor ma- rauilla del mundo: q apartados todos los arboles: parescieron dos castillos muy hermosos el vno en frente del otro no muy lexos: quanto echadura devna ballesta. El vno delos castillos era to- do ricamente obrado de fino oro / y el otro de plata brun~ida: sobre los quales parescian vn Sol y vna luna muy gran- des que enel ayre se sostenian. Enel ca- stillo de oro el Sol y enl de plata la Lu- na, que tanto resplandescia que toda la Isla estaua tan clara: como quando el verdadero Febo por sus grados sobre ella se aposentaua / y lo que mas era q la claridad de Sol: ala luna no ofusca- ua su claridad, muy marauillado fue de- sta auentura el Principe Lucendus, y queriendo saber el fin della se armo de todas sus armas, sin a nadie dar cueta dello. Dexando a don Silues dela Sel- ua, y don Brianjes durmiendo en sus camas: salio dela barca enla isla, toma- do el camino derecho dl castillo del sol que tan claro parecia como quando en el medio del emisperio acrecetado mas color alos humanos llega: tanto andu- uo hasta que llego ala puerta del Casti- llo de Febo, y enlas puertas que de vn fino diamante era, hallo talladas vnas letras que assi dezian. % Quando los dos en bodad mas noueles alas torres de Febo & diana llegaren: estando en su mayor resplandor. Haran eclipsi vni- uersal sobre todas las bodades dl mu- do. Porende ninguno sea osado alas puertas tocar: saluo si primero la boca Infernal vuiere tocado con su pujante esfuerc'o. Muy marauillado fue Luce- dus delas letras del castillo de Febo: y} {CB2. bien conoscio que eran dichas por don Silues dela Selua, porque el auia en- trado enla roca infernal: como os aue- mos contado: pero por esso no dexo de querer tentar su fortuna, llegando a to- car las puertas febeas: pero assi como al aldaua toco. Sin saber como: fue lan- c'ado muy lexos co gra impetu, y muy quebrantado: y leuantandose. Tomo el camino dla torre de Proserpina que con gran hermosura, vna lanc'a de alto del castillo se mostraua: y llegado alas puertas q d muy rico marfil era, vio an- te ellas vn padron, que co la claridad q Diana daua se podian bie deuisar vnas letras enel bien talladas q assi dezian. % Enel tiempo de Diana enel signo del grande Basilisco entrare: hereda- do del primero nombre del basilisco co la fermosa Diana puesta en conjucion su respladeciete hermano: las obras dl sabidor aura su fin. Auiendo leydo Lu- cedus las letras del Padron: se llego a la puerta: y tocando la coel pomo de su espada. Las puertas se abrieron de par en par: y el principe Lucendus se entro dentro sin mas aguardar / y el se hallo en vn portal: muy rico: obrado de diuer- sas hystorias a marauilla / y entrando por el al encuentro le salio vna muy es- patable culebra. Que era aquella que Diana huyendo de Pluton su marido pisara, por lo quel el Dios Pluton la mando poner enel infierno para su mu- ger. Donde despues fue sacada porel Duque Theseo a ruego de su madre la Diosa Ceres ((si algun credito alas poe- ticas ficiones nos es otorgado dar)). Boluiendo pues a nuestro proposito / esta culebra o quimera era muy grade a marauilla con siete Cabec'as: por las quales echaua espantables llamas de fuego: sostenia se toda ella sobre dos pi- es, armados de fuertes y tajates vn~as con las q<>les raspado enla tierra muy reziamete y co gra furia arremetio pa} [fol. 95r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xcv.} {CB2. el principe Lucendus la mayor delas bocas abierta: por la q<>l echaua espada- n~adas de fuego muy grades. Lucen- dus que vido cosa ta dessemejada se en- comendo a Dios: y su espada enla ma- no bien cubierto desu escudo lo aguar- do, pero el quimerino animal se fue pa- ra el: y lucendus saltado al traues lo fi- rio en vna delas cabec'as: que toda sela corto muy ligeramete: pero en lugar de aquella le salieron tres mas disformes. O virge Maria dezia Lucendus ayu- dame contra este diablo que bien pien- so que otra cosa no puede ser: y de alli a delate se guardaua de mas herirle: que os dire sino que la batalla era tan cruel que no os lo podria lengua ni pluma co- tar, y lo que mas al buen Lucendus va- lio: era la ligereza co que andaua: pero no porque valer se pudiesse, ni saber co- mo se auia de auer con la quimera: enlo qual, parte dela noche passo sin poder hazer cosa alguna: porque la fuerc'a del encantamento estaua enlo que adelate diremos. Ya os diximos como el Prin- cipe Lucendus se partio dela barca en- cantada, dexando durmiendo al princi- pe don Silues dela Selua: y lo que le acontescio hasta combatirse conel qui- merino animal. Cueta pues la historia que no mucho espacio despues desper- to el buen Principe don Silues dela Sel- ua. Y mirando por Lucendus que am- bos juntos dormian: y no lo viedo: lue- go el corac'on le dio lo que podia ser / y leuantandose sobre la cubierta, vio la gran marauilla del Sol y dela Luna, y espatado della se armo de sus armas: pe- ro Sardinia que lo vido armar: le dixo que no conuenia que fuesse armado de aquellas armas. Saluo delas otras d la fortua que en aquella barca hallara. Lo qual luego fue hecho: dexando las armas dl dorado vellocino salio en tie- rra. Tomado el derecho camino dela torre del Sol: al qual en poca piec'a lle-go:} {CB2. y auiendo leydo las letras toco al aldaua muy fuertemete: y luego las pu- ertas fueron abiertas, y don Silues en- tro dentro: pero a penas vuo entrado / quando vido delante de si vn Gigante de tan grande grandeza que era mara- uilla: con vn espejado escudo delate de si sin otras armas algunas todo desar- mado. El qual era tan grande: que por alto q fuera el primer portal era el muy mayor. Enel escudo traya vna letra q solamente dezia. El gigante encelo que con los Dioses oso tomar contienda y de Febo con su radiante rayo fue muer- to. Algun pauor rescibio nuestro bue cauallero de ver ante si aquel Diablo: pero poniendo mano a su espada: se fue para el Gigante / que para el venia con vna gran Mac'a de hierro al hombro / y descargo vn tan terrible golpe: que si don Silues no saltara al traues: no ay dubda sino que mil piec'as fuera hecho pero la gran Mac'a dio enel duelo tal golpe que se hizo vn gran horado: por el qual el Gigante se sumio, y el aguje- ro quedo como antes: y don Silues de la Selua subio por vna escalera arriba que alo alto dela torre subia, q no muy grade era: y a pocos passos se hallo en vna sala. De todas las riquezas dl mun- do adornada. Enla qual auia diuersas historias figuradas de muy hermosas colores. Que todas eran las faciones que los poetas finge. Febo y los otros dioses auer hecho. Admirado de todo andaua don Silues dela selua: viendo lo. Al qual dexaremos por contar del principe Lucendus: que con la bestia peleaua hasta la sazon que el Gigante dio el golpe: conel qual la chimera per- dio todo su vigor: y en vn mesmo pun- to fue consumida: y en su lugar quedo vna muy pequen~a cueua sin manera pa- ra lo alto del castillo subir: y enla puer- ta dela cueua vnas letras muy bien ta- lladas en vna piedra que assi dezian.} [fol. 95v] {HD. Dozeno +} {CB2. % El basilisco y el leon enlo vltimo de sus vidas siedo puestos el eclipsi d dia- na siendo hecho porel luziendo febo. El auentura hara su fin. Auiendo leydo el principe Lucendus las letras: se metio por la cueua adentro: por la qual andu- uo tanto hasta q vino a salir por la otra boca dela cueua: dentro de vn hermoso Castillo: y a su siniestra mano vido vn escalera que alo alto subia. Luego fue conoscido por Lucendus ser aql el Ca- stillo de Febo: porque el lugar por don- de salio era por dode el Gigante encelo se auia sumido / y tomado porel escale- ra arriba subio ala quadra de febo: y es- tado vn poco alli mirando las figuras se subio alo mas alto dela torre: no fue arriba: quando vido vn cauallero que con su espada enla mano lo salio a rece- bir y puesto q muchas vezes se ouiesse visto: el encatameto era tal que no se co- nosciero: porque el cauallero que enci- ma dela torre de febo estaua: era don sil- ues que miraua la hermosura de Dia- na que enla otra torre via, junto con ta estran~a auetura como aqlla: auiedose pues visto / cada vno dellos cuydo ser el otro por encantamento hecho, y co- mienc'a la mas braua y cruel batalla q podia ser dadose mortales y crueles gol- pes: desmallando sus lorigas: rajando sus escudos / tanto que si mucho tura- ra: la muerte de ambos no se podia es- cusar. Pero como el termino de aqllos encatamentos fuesse llegado. La luna que sobre la torre de plata / y el sol que sobre don Silues dela Selua y Lucen- dus estaua / mouieron el vno contra el otro muy poco a poco: tanto que quan- do llegaron cerca: ya estauan tal para- dos los caualleros q cosa sana en si no tenia. Entonces Diana se puso ante la cara de febo: y se hizo vn eclipsi ta teme- roso: que todo quedo muy escuro: y aca- bado de eclipsar se dio vn estapido tan estran~o y marauilloso que ambos ados} {CB2. principes cayeron enel suelo amortesci- dos, y las torres y lo demas fue deshe- cho: por q solo en aquello estaua la fuer- c'a y vigor delos encantamentos, muy gra piec'a: pues estuuieron los Caualle- ros amortecidos, al cabo dla qual se le- uataron tan buenos y sanos, como si mal alguno no vuieran passado: ya que el verdadero febo: relumbrado nascia y muy espatados, no sabiedo si era ver- dad o si lo auia son~ado: se metieron en su barca: porque Arbol ni cosa alguna no parescio: saluo ser toda de arenas: y siendo dentro: auiendo contado a Don Briajes lo que les auia acontescido: la barca se comenc'o a mouer a do la vetu- ra la quiso guiar, y saber de quie la guia- ua enderec'ar la quiso. {RUB. % Capitu .xxxij. como el principe don Silues dela Selua y Lucedus y don Briajes: enla enca- tada barca llegaro ala ysla aueturo- sa: de las quatro aueturas, y lo q alli les acontescio.} {IN4.} SIendo la Fortuna casada de contrastar aquellos muy so- beranos principes: fue conte- ta de echar a don Silues fazia la Libia enla ysla aueturosa delas qua- tro auenturas, donde las princesas es- tauan encantadas, auiendo adado tres meses por la mar: en busca de muchas y muy diuersas auenturas: venciendo brauos y esquiuos Jayanes con tanta fama, assi de don Silues dela Selua, como del Cauallero del basilisco: que d otra cosa no se hablaua enel Mundo: fue pues desta manera. Que al cabo d aql tiempo vna man~ana la barca paro ante vna isla la mas estran~a que jamas fue vista: porq toda era cercada de dos muros, y si[ ]no andaua todo el muro ala} [fol. 96r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]xcvj.} {CB2. redoda era impossible poder entrar de- tro que esta era la isla delas auenturas dode os diximos q fueron encantados todos los principes: muy admirados pues fueron don Silues y Lucendus de ver la estran~a auentura y mas que la barca se puso ante la puerta q de fermo- so jaspe era muy bie obrada: y mirado vieron sobre la puerta vna piedra tosca con vnas letras enella muy bien talla- das: la piedra era de color blanca y las letras negras que assi dezian. % Enel tiempo que las griegas palomas enla escura selua aueturosa ecerradas fuere por los cueruos marinos: en venganc'a delos muertos y despedac'ados lobos Ruxianos seran redemidas porel ma- so y dorado cordero, auiendo a todos en virtud y esfuerc'o sobrepujado / y el libre basilisco porel otro de natura hu- mana sera captiuo para mayor libertad suya. Auiedo leydo las letras aquellos principes, do Briajes suplico al Princi- pe don Silues que fuesse el el primero q aquella auentura prouasse. Lo qual le fue luego otorgado por don Silues / y armado assi el como los otros do bria- jes delas armas que en la barca halla- ra: y Lucendus delas suyas del Basi- lisco: y el buen don Silues dela Selua delas suyas muy fortissimas del vello- cino dorado que enla infernal boca ha- llara / y llegando la barca alos escalo- nes dela puerta. Todos tres salta- ron dentro: y comenc'aron a andar por medio del callejon que ta ancho como vna lanc'a seria: hasta que llegaron ala primera torre, donde hallaron al bue- no y esforc'ado Cauallero don Galdes rey de Rodas q la guarda dela prime- ra torre tenia, todo armado d muy bue- nas armas, y sobre vn poderoso cauallo debaxo del arco de vna torre que alli se hazia estaua, y don Brianjes que la pri- mera batalla tenia mouio para el su es- pada ela mano: y el cauallero dla guar-da} {CB2. se apeo del cauallo: y metiendo ma- no a su espada junto se co don Briajes muy furioso, hiriendo le de muy gran- des golpes a marauilla: empero alli acotecio vna gra marauilla q del p<>mer golpe del espada: don Brianjes fue al suelo encantado. Que todos pensaro ser muerto, y Lucendus mouio contra el Cauallero dela guarda su espada en- la mano: pero al tanto le auino como a don Brianjes: de que don Silues dela Selua fue muy san~udo / y metiendo ma- no a su rica espada embrac'ando el bue escudo del vellocino dorado, se fue pa- ra el cauallero dela guarda: conel qual comienc'a vna rezia batalla: pero lo que mas hazia marauillar a don Silues de la Selua era q el cauallero dela guarda se guardaua q<>nto podia de recebir gol- pe enel yelmo con la fuerc'a del encata- mento: y don Silues conel auiso que de su espejo tenia: procuraua herirlo enel quato podia, pero tato no se pudo el ca- uallero de la guarda guardar / que don Silues no le tocasse con la espada enel yelmo / y el cauallero cayo enel suelo / sin acuerdo alguno: & yedo sobre el do silues le quito el yelmo dela cabec'a, y queriendo sela tajar: luego conoscio q era don Galdes de Rodas de que mu- cho fue marauillado: y viendo que assi el como los otros estaua encantados / determino de passar ala segunda torre tomando porel camino delos muros / q a el yua: al qual en poca piec'a llego: y delante del arco que debaxo dela torre se hazia vido vn apuesto cauallero. El qual de don Silues dela Selua fue por las insignias de su escudo conocido ser el Soldan de Niquea Anastarax: por que jamas dexaua el escudo del infier- no ((como ala hermosa princesa Siluia su esposa selo prometiera)). Boluiendo pues a nuestro proposito: embrac'ando su escudo y su espada enla mano: se fue para el principe Anastarax. El qual se} [fol. 96v] {HD. Dozeno. +} {CB2. vino para el, pero como don Silues tu- uiesse ya conoscida la virtud de su bue- na espada quiso darle vn golpe sobre el yelmo, pero Anastarax dio vn salto al traues que le hizo perder el golpe: mas don Silues doblado el golpe le dio so- bre el canto dl escudo: de tal suerte que vna raja del vino al suelo: y de alli comi- enc'a vna braua batalla: porque anasta- rax era vn muy preciado cauallo como enel processo desta gra historia mas lar- gamete se ha visto: pero no pudo ser ta- to que don Silues dela selua no le dies- se vn golpe sobre el yelmo, conel qual cayo enel suelo tal como muerto: & yen- do sobre el don Silues dela Selua le quito el yelmo dla cabec'a co lagrimas delos ojos: de ver alli aqllos grandes sen~ores encantados, y sin mas aguar- dar: ni tomar punto de descanso passo adelante al tercero arco. Enel qual ha- llo al tercero cauallero, el qual era el fu- erte principe Artaxerxes: y por no me detener vuo conel vna braua batalla. Pero al fin tocado le conel espada en- el yelmo cayo enel suelo tal como muer- to, lo mismo le acontescio conel Empe- rador Arquisil q la quarta torre tenia / que os dire saluo que antes que la no- che viniesse auia ya passado catorze tor- res. Las quales guardauan los princi- pes que arriba contamos. Pero ala sa- zon que acabaua de passar porel arco dela torre del fuerte Ajesilao: auiendo conel vna muy aspera y cruel Batalla: le anochescio y el quedo tan cansado q apenas se podia tener: y recostadose so- bre el escudo: su yelmo puesto sin osar selo quitar dela cabec'a: no fiado se dela tierra: creyendo todos aquellos prin- cipes fuessen fantasmas passo toda aq- lla noche entre si co muchos y diuersos pesamietos: sin dormir suen~o alguo ha- sta que la man~ana fue venida con tanta claridad: como para ta gran auentura conuenia: y don Silues dela Selua se} {CB2. leuanto: y embrac'ando su escudo se fue para la decima quinta torre: y contra si vido venir vn cauallo: auq no era muy grande de cuerpo: mas muy bien talla- do a marauilla: y metiedo mano abos a sus espadas vierades vna soberana lid de muy riguorosos golpes a marauilla que veynte caualleros parescia que pe- leauan: pero la ventura fue tan fauora- ble al buen don Silues dela Selua que pudo darle vn golpe aunq pequen~o so- bre el yelmo: con el qual el cauallero ca- yo enel suelo tal como los otros: y qui- tado le el yelmo, vido como era el esfor- c'ado rey Amadis: y doliedose mucho en su corac'on, aunque no lo tenia por ci- erto passo ala otra torre: dla qual vido salir otro cauallero muy apuesto: coel qual assi mismo vuo muy aspera bata- lla a marauilla, pero por euitar prolixi- dad: al cabo de dos horas que andaua en su lid cayo como los otros enel sue- lo tal como muerto, y quitandole el yel- mo vio como era el Emperador Espla- dia su visabuelo: y besandole sus arma- das manos, assi como estaua co mucha piedad de verlo tal passo ala otra guar- da dela torre. Enla q<>l estaua el bue em- perador Lisuarte de Grecia su abuelo conel qual assi mismo vuo vna aspera & peligrosa batalla, que passadas de dos horas y media turo. Mas como la bon- dad del principe don Silues dela Sel- ua fuesse tanta, y mas su buena fortuna porque su valetia cotra tan soberanos principes poco aprouechara. Si su bue- na espada y armas no le valieran, con la qual siendo tocado Lisuarte vino al suelo con la fuerc'a delos encatametos de Medea: y siedo le quitado el yelmo vido ser el emperador Lisuarte su abue- lo: y no curado de aguardar mas conel desseo q de dar fin aqlla auentura tenia por ver lo que seria passo adelante, que os dire: sino que por euitar prolixidad antes que la Diosa dadora de suen~o d-xasse} [fol. 97r] {HD. de Amadis. \ [.]xcvij.} {CB2. su acostumbrada huyda del hijo d Latona viniendo a dar mortal suen~o a los mortales: don silues auia acabado de passar todos veynte arcos dlas tor- res con el ayuda de su marauillosa espa- da. Porque si porella no fuera: no pu- diera acabar ta gra hecho / porque en las tres torres postreras hallo al exce- lentissmo emperador Amadis de gre- cia su padre, y a florisel d niquea su her- mano, y al muy valiente don Rogel de Grecia, con los quales vuo rigurosas batallas pero al fin no pudiero guardar se tato que dela punta dela muy proue- chosa espada: no fuessen tocados y muy alegre don silues por auerle tam[ ]bien su- cedido. Auiendo escurecido la Noche se recosto sobre su escudo: como la pas- sada: sin soltar su buena espada dla ma- no. Porque si la soltara ciertamente el y los demas fueran para siempre enca- tados. Pero conel gran casancio q te- nia: auiendo passado tan gran peligro quedo dormido, tal como muerto sin ds- pertar. Hasta que viendo ya Febo ser passado el limitado tiepo de su cotinuo nacimiento, comenc'o a salir algo alto / porque dandole enla cara al buen don Silues despertasse de su pesado suen~o Enel qual le parescio auer hallado a su sen~ora en muy fuertes prisiones y porel alegria del suen~o sin sentir punto de ca- sancio. Se fue para la puerta q ala ysla entraua, como agora contaremos. {RUB. % Capi .xxxiij. Como auiendo passado don Silues dela Sel- ua: porel muro entro enla ysla y acabo la primera auentura del castillo dela ju- sticia.} {IN4.} AViendo como os auemos co- tado: el buen don Silues de- la Selua / passado por la gu- arda de aquellos Principes tan grande y marauillosamente. Que} {CB2. cierto si por lo que os auemos cotado no fuera el no acabara tan gran cosa / el se hallo en vna puerta que ala ysla en- traua, q bien le parescio a el auer la an- dado ala redonda y mirando por la tie- rra adentro. Vido que toda era muy d- leytosa a marauilla cubierta de hermo- sas flores. Saluo que en medio della q no muy grande era, como por compas se hazian cinco castillos tan hermosos como adelante diremos: q<>tro y en me- dio vno mayor y mas eminente de vn castillo a otro echadura d vn arco, auia vn passadizo al castillo mas pricipal: ta marauillosamente obrado que bien pa- rescia ser fabricados por arte. Porq segu naturaleza no se podia sostener aqllos ta grades subtiles y bie obrados arcos y queriendo nuestro valiente principe mouer para alla. Sobre la puerta que ala ysla entraua: vido vnas letras en v- na piedra blanca muy bie talladas q as- si dezian. % Ninguno sea osado / pues- to que en bondad de caualleria a todos los nacidos passe las quatro moradas delas virtudes entrar si en virtud d jus- ticia, fortaleza: teplanc'a: con charidad a todos no passare. No se lo que ende auendra dixo don Silues: pero ami me conuiene ver el cabo de esta auentura / que no es possible pues su principio tal fue sino ql fin sea mas alto y diziedo esto mouio para vno delos castillos el que primero delante de si vido. Por medio de aquel muy hermoso Prado: que no mucho trecho de alli estaua: no sintien- do casancio alguno de caminar. Por ta deleytoso Lugar como aquel hasta que se hallo delante delas puertas de aquel Castillo, que muy ricas amarauilla era vna dlas puertas era toda colorada es- maltada de rosicler ensta puerta estaua vn Brac'o con vna Espada sen~alado q amenazaua: con vna letra que dzia: cru- eldad. La otra puerta era de vn muy fi- no verde, a marauilla esmaltado sobre} {CW. n} [fol. 97v] {HD. Dozeno +} {CB2. Oro: con vn ramo de Oliua sen~alado con vnas Letras que assi dezian. % Misericordia. Sobre las puertas es- taua de bulto hecha vna dama muy fer- mosa, que biua parescia / enla vna Ma- no tenia vna espada. Y enla otra mano vn peso / con vnas letras enel que dezia % Ygualdad. Todo el castillo era obra- do delas dos colores delas puertas. Vna muy gran piec'a estuuo el Princi- pe don Silues delas Selua / mirando tan marauillosa obra de aquel hermo- so: y fuerte castillo. Y llegandose ala pu- erta: toco enella conel preciado Pomo del Espada, y luego fueron abiertas de par en par / y el buen principe se hallo en vn portal muy bien obrado. Queri- endo entrar dentro: delante de si hallo en vn portal muy bien obrado. Queri- endo entrar dentro: delante de si hallo vn muy grande y dessemejado Animal medio Leon de medio cuerpo arriba, y medio. Tigre del medio abaxo. El q<>l se vino para Don Silues dela selua con sus tajantes Vn~as traseras de Tigre por despedac'arlo con demasiada bra- ueza. Porque el Leon es el mas fiero Animal de todo el mudo: y el que mas Misericordia tiene. E por el contra- rio el Tigre el mas cruel del mundo. Pero boluiendo a nuestro primer pro- posito el Tigreleo se fue para Don sil- ues dela selua, con tanta velocidad que no vuiera Cauallero que de su grande y dessemejada estran~eza, pudiera estar que pauor no rescibiesse. Pero el prin- cipe don Silues dela Selua lo rescibio bien embrac'ado de su Escudo co su bue- na y rica Espada enla Mano, lo agu- ardo: ((como si cosa poca fuesse)) pero el Tigreleo le asio del muy fuerte Escu- do con las manos y dientes. Haziendo las mayores brauezas del mundo don silues dela selua alc'ando su buen espa- da, dio tan gran golpe al Tigreleo que vna gran pen~a vuiera hendido. Pero el tigreleo no hizo mas sen~al que si mal ninguno le vuiera hecho, porque el Es-pada} {CB2. resurtio por arriba: y de alli comi- enc'an vna estran~a y braua pelea el Ti- greleo por herirle y don Silues dela sel- ua por defenderse. Mientras mas yua mas fiero se mostraua el brauo animal tato que la batalla turo mas d hora y media poco mas o menos. Pero sin du- da si porel prouechoso espejo de don sil- ues dela selua no fuera: el muriera alli de casado ya q por la fortaleza dlas bue- nas Armas no rescibiera dan~o enel cu- erpo y apartandose ala entrada dla pu- erta abrio el espejo que enla infernal bo- ca ganara ((que siepre consigo lo traya)) y auiendo enel visto la forma dla auetu- ra. Se entro dentro y el tigreleo se bol- uio a el con la misma braueza. Pero do Silues dela selua solto el escudo: y pu- so la mano conel espada en tierra ((por que soltarla no osaua)) hincando los y- nojos y como todas las cosas del mun- do el halago las amase: el Tigreleo se torno tan manso como vna oueja: y do Silues dela selua torno a tomar su Es- cudo, y sin detenerse. Se metio por la puerta: que al patio del castillo salia da- do gracias a Dios nuestro Sen~or por- que assi lo auia librado de tan grande y dessemejado Animal. Y entrando den- tro vido lo todo muy ricamente obra- do de muy hermosas figuras en medio dl estaua vn throno bie alto al qual por muchas gradas subia en cima del thro- no estaua vna hermosa donzella, ni mas ni menos que ala entrada dla puerta a- uia visto ricamente adornada a la redo- da della estauan muchas personas d ro- dillas que pedian misericordia. La do- zella del trono tenia vna corona: y ene- lla vnas letras francesas que dezian. % Justicia. Muy espantado estuuo el principe Don Silues dela selua de ver cosa tan marauillosa: y mirando ala si- niestra mano dela Justicia vido que es- taua vna Sala muy temerosa cerrada con vnas grandes y fuertes Puertas} [fol. 98r] {HD. de Amadis. \ [.]xcviij.} {CB2. de fuego cerrada: y ala diestra assi mis- mo otra, Pero las puertas della todas eran enrramada de muchas hojas de oro: que naturales parecia. Encima de la ardiente sala auia vnas letras que de- zian. % Infierno y pena de crueles / enla otra auia otras hermosas letras q assi dezian. Gloria de justos: pero en a- quel ynstante la ardiete sala se abrio de par en par, y dentro della vido don Sil- ues gran fuego. En medio dl qual auia infinitos antiguos passados: q en sus justicias muy crueles auian sido. Tal como aquel Neron: el cruel Agameno el cruel Eliogaualo / el cruel Theseo q a su mismo hijo mato. Y otros tantos que por prolixidad no cuento. Miran- do los quales don Silues estuuo vna muy gran piec'a, mirando muchos quel auia oydo dezir de sus crueles vidas. Conesto se boluio a la otra sala dela di- estra mano dela justicia: y la dla cruel- dad se cerro en continente: y Don Sil- ues vido dentro dela sala dla misericor- dia: que llena de muchas y muy oloro- sas Flores era: andar cantando co guir- naldas enlas cabec'as: todo quantos enel mundo de justicia con piedad auia vsado aquel buen emp(a)[e]rador Antonio pio marco aurelio, el bueno y justiciero Trajano: con otros muchos que la pie- dad en sus justicias continuamete vsa- ron que gran piec'a estuuo don Silues dela selua en[ ]verlos. Y boluiendo se d a- lli se fue pa el alto trono dela justicia: su- biendo por las gradas arriba: hasta do la justicia estaua. Ella se leuanto en pie y quitandose la corona la puso al buen Principe do Silues dela selua enla ca- bec'a: y tomando lo por la mano lo sen- to en su rica silla / luego ella desapare- cio y dlas salas assi dla crueldad como dela misericordia: salieron muy gran- des compan~as de gentes. Todos los quales trayan sus nombres sobre las cabec'as escritos, assi juntos hincaro} {CB2. los ynojos en tierra antel principe don Silues dela Selua. Y dentre ellos se le- uantaron dos. El vno de vna vanda / y el otro dela otra. Los quales comenc'a- ron a proponer ante el nueuo triumpha- dor de justicia, por muy biuas y subti- les razones, el vno defendiendo que la misericordiosa justicia: no era verdade- ra Justicia: mezclada con Misericor- dia no gozaua de tal nombre: porque el vno dzia que assi como el fiel del peso a vna ni a otra parte no se auia de acostar Assi la justicia: ni de crueldad ni miseri- cordia: saluo ygualmente auia de gozar suplicandole que diesse su determinaci- on en aquel caso / vn rato estuuo Don Silues dela Selua suspenso: al cabo del qual con mucha grauedad de pala- bras comenc'o a dezir como todo estre- mo en todas las cosas estremado: sea mas de reprouar que de aprouar. Digo que doy por mi difinitiua sentencia: y d- claro que la misericordiosa justicia / es mas justa que no la cruel: y esto mando que assi se tenga. No vuo acabado de dezir esto el principe don Silues dela Selua: quando el Throno y todo lo de mas desaparecio: y el con su Espada en la Mano se hallo en medio del Patio del Castillo & mirando: no vido sala ni cosa alguna: delo que antes auia visto / saluo ala vna parte vna muy ancha esca- lera que alo alto del grade y muy fuerte Castillo subia ((amanera de caracol)). Por la qual subio el buen principe Don Silues dela selua: vna muy gran piec'a hasta que enlas Almenas del Castillo se hallo. Y mirando vna Amena tierra que ala redonda parescia: con los her- mosos Castillos que alli estauan. y an- dado por la roda dl castillo fasta llegar al passadizo que alo alto del Castillo y- ua. Ala boca del qual hallo vnas letras encima dela Puerta que dezian. % Ninguno podra la Puerta vedada} {CW. n ij} [fol. 98v] {HD. Dozeno +} {CB2. dela justicia passar: hasta que la vna de las quatro en hermosura yguales, por ella salga: auiendo leydo Don Silues del selua las letras: q<>so entrar porella adelate. Pero no pudo mas que si vna pared delante sele pusiera: y viedo que su trabajo era en vano. Se torno a des- cendir hasta el patio y de alli se salio dl castillo no viedo al Tigreleo con quien se auia combatido, & saliendo del Casti- llo. Tomo la via del otro que mas cer- cano estaua: donde le acontescio lo que agora oyreys. {RUB. % Capi .xxxiiij. como el Principe Don silues dela selua entro enel Castillo dela segunda virtud, temperancia y lo que alli le acotescio: y co- mo acabo la seguda auentura} {IN4.} SAlido el principe don Silues dela selua del Castillo dela jus- ticia: auiedo triumphado. Co- mo os auemos contado. Se fue hazia el segundo Castillo / que ala mano siniestra frontero dl otro estaua por aql oloroso prado. Pero a esta sazo la Noche comenc'o a escurecer: y la lu- na muy hermosa salio, y Don Silues dela selua determino de esperar alli ha- sta la Man~ana: recostandose sobre su Escudo / en medio de aquel hermoso y fresco prado. Rogando a nuestro Se- n~or que le diesse gracia de librar aqllas tan altas princesas: y principes que ta- ta falta hazian enel mundo. Pensando en su sen~ora pantasilea / tanto que ene- sta meditacio se le passo toda la noche durmiendo algunos ratos, hasta que el mas que luziente Febo. Acompan~a- do de sus seruidores / su Dorada Casa auia dexado por dar al mudo su acostu-brada} {CB2. Lumbre. A esta ora don Silues dela selua se leuato de encima de aque- llas olorosas y fermosas Flores: sobre q estaua echado. y su espada ela mano se fue hazia el segundo Castillo / al qual llegado / estuuo vna gran piec'a miran- do su muy rica obra. Porque las puer- tas eran de Oro muy fino: todas esmal- tadas de blanco, enla vna dellas esta- ua sen~alada vna tajate hacha q vn bra- c'o co vna mano tenia: y enla otra puer- ta vna mao co vn escudo ql golpe dla ha- cha qria recebir, sobre lo alto dela puer- ta estaua vna hermosa Donzella alta y resplandesciente: vestida de blanco con vna corona sobre sus muy rubios y fer- mosos cabellos con vna letra que assi d- zia. % Temperancia. La vna mano te- nia enla Boca en sen~al de silencio. Lo qual visto porel principe Don Silues dela selua toco luego ala puerta dla vir- tud Temperancia, conel Pomo de su preciada Espada: y la puerta fue abier- ta de par en par. Y don silues dela sel- ua entro dentro: y queriendo mouer co- tra el patio del castillo: contra si vido ve- nir vn muy fiero y dessemejado animal de dos Cabec'as. La vna traya sin len- gua y la otra traya con vna muy larga y muy harpada lengua. El animal era muy grade como vn poderoso Elefan- te del medio cuerpo abaxo: y del medio arriba como Sierpe de dos Cabec'as, el qual se vino para el principe don Sil- ues dela selua: con tan gran fuerc'a y ve- locidad: que co sus muy tajantes vn~as las piedras que de baxo de si cogia ha- zia poluos. Y el principe don Silues d la selua muy bien cubierto de su Escu- do ((como en bondad sobrasse a todos los caualleros del mundo)). Lo espero pero el Animal con la boca enla Len- gua lo comenc'o a apretar, y a morder muy reziamente, tanto que gran pena el sentia. Pero como ya de su bue espe- jo estuuiesse auisado, jamas alc'o el Es-pada} [fol. 99r] {HD. de Amadis. \ [.]xcix.} {CB2. para dar al animal golpe alguno. Pero el fiero animal no poresso dexa- ua de morderlo mas fieramente de to- do el mundo / dandole grades y pode- rosos y crueles bocados. Tanto al fin duro el Principe Don Silues dela sel- ua en sufrir la cruel boca dela intempe- rancia quel animal, el propio co sus pro- pias bocas se rasgo su mismo corac'on: y se mato y do Silues qdo muy casado de aquella pelea y mirando el por tal vi- do lo todo muy bien obrado encima de la puerta auia vnas letras q assi dezian % El mas que virtuoso cauallero, con sobra de esfuerc'o que la segunda mora- da delas quatro hermanas entrare: sie- do con corona de temperancia corona- do, el jardin auenturoso entrando: ha- llara detro el fin de su desseo. Auien- do leydo las letras el principe don Sil- ues dla selua. Sin mas aguardar se me- tio enel patio: en medio dl qual vido o- tro muy fermoso throno semejante al del primer Castillo, muy adornado de muy riquissimos y preciados Pan~os amarauilla. Encima del rico throno es- taua vna muy apuesta y hermosa don- zella, ricamente atauiada / como la que ala entrada dla puerta viera: con la vna mano en su boca afirmada. Y en su cabe- c'a vna corona de mucha pedreria ador- nada con vnas letras enella delas mis- mas piedras, que assi dezian. % Tem- perancia. A cada lado del patio auia v- na sala. La dela mano yzquiera tenia vnas puertas de arambre: con vnas le- tras que assi dezian. % Esta es la mora- da de aquellos y aquellas que sin tem- planc'a en sus vidas biuieron. Y llegan- dose el principe don Silues alas puer- tas. Vido dentro infinitos millares de gentes de muy diuersas y estran~as ma- neras, todos los quales tenian los pe- chos ropidos: y enllos seles parecia los Corac'ones ardiendo en biuas llamas que con espesso humo salian. Assi mis-mo} {CB2. trayan las lenguas fuera de sus Bo- cas ardiendo enlas mismas llamas: ca- da vno conel nombre enla Cabec'a: que era todos aquellos que intemperados auian sido en sus vidas porque el lugar con que pecaron, esse pagaua: el corac'o con que pensaron, y la Lengua co que obraron. Alli estaua la reyna Fedra: q por su mala lengua murio: su buen ente- nado Ypolito: alli Filomena, que con- tra su cun~ado Thereo tan gra maldad ppuso, alli elena q tan gra traycion pe- so y obro: contra Menalao su marido y otros muchos que querellos contar seria gran prolixidad. Auiedo visto do Silues los q ela sala y pena dela intem- peracia estaua. Se boluio contra la o- tra sala que vnas ricas puertas de oro y azul tenia enellas auia vnas letras ta- lladas: que assi dezian. % Gloria delos que en temperancia, sus vidas gastaro co gloriosa fama de sus hechos. Auien- do leydo don Silues dela selua las le- tras que enla rica sala estaua. Tocado conel pomo de su espada enellas. Lue- go fueron abiertas, dentro vido andar algunas gentes. Assi hombres como mugeres: con tanta gloria que no os lo sabria hombre contar y lo que mas era que cada vez que hablauan cayan infi- nitas rosas por sus bocas. Lo qual cau- saua estar lleno todo aquel suelo d mu- chas y olorosas flores. Quie os sabria contar la riqueza dela sala saluo que to- da la pared estaua figurada de muchas hystorias de Oro y de Azul el techo d razimos de Oro. Alli andaua el buen Marco tulio que con su Lengua libro su patria de su seruidumbre. Alli el bue Marco aurelio: con el bue consul mar- co pio / y la muger Romana: que la cos- piracion de Lucio Catilina descubrio con otras tantas y tan diuersas hysto- rias que gran piec'a estuuo el Principe Don silues dela selua muy suspenso / mirando las. Y quitandose de alli se} {CW. n iij} [fol. 99v] {HD. Dozeno. +} {CB2. fue para el gran Throno subiendo por las gradas arriba hasta dode la hermo- sa dozella estaua la q<>l se leuato a el y q<>- tada su fermosa corona dla cabec'a la pu- so sobre la de do Silues dela selua y lue- go desparecio: y el principe don Silues dela selua: se sento enel assiento dla tem- perancia, y luego delas dos salas salie- ron todas aquellas Gentes y hincando los ynojos antel dela manera que enel castillo dela justicia de cada parte salio vn hombre anciano y comenc'aron a[ ]co- teder qual era mejor el hablar, o callar Pero como el silencio de su parte, tan- ta justicia tuuiesse el nueuo triumpha- dor de virtud: los mando callar / y sen- tencio que la taciturnidad era verdade- ra virtud: y acabado de dezir esto, todo saluo el Castillo desaparecio: y don sil- ues torno por vna escalera de husillo q alo alto del castillo subia. Por la qual subio fasta el anden del castillo que to- do hermosamente era obrado / y porel anduuo, hasta que llego al passadizo q al castillo principal yua: y ala boca del ((q todo era de boueda)) encima dela pu- erta auia vnas letras de oro en vna pie- dra christalina muy blanca que assi de- zian. % Ninguno sea osado la presente puerta dela segunda virtud temperan- cia entrar hasta que la segunda delas q<>- tro Donzellas mas principales / sin te- ner otra salida la presente buscar: auie- do leydo don Silues dela selua las le- tras: quiso entrar por la puerta adelan- te. Pero jamas pudo passar y viedo ser vano su trabajo: se torno a boluer hasta que salio del castillo, tomando la via d la tercera morada. Como agora conta- remos. {RUB. Capitu .xxxv. Como don Silues dela selua llego al terce[r] castillo dela virtud: charidad y lo q alli le acontescio, y como dio fin ala tercera auentura.}} {CB2. {IN4.} AViendo don Silues dela sel- ua. Como os auemos conta- do, salido del castillo dla tem- perancia: se fue contra la ter- cera morada ((que no menos fermosa le parescia que las passadas)) toda blanca como la nieue: de vna bron~ida plata, las puertas eran delo mismo, sin otra pin- tura alguna enellas: saluo que encima dlas puertas envn arco triumphal esta- ua vna donzella: toda vestida de blanco La qual tenia enlos brac'os dos nin~os que con mucha piedad les daua sus fer- mosas & blancas tetas. Sobre la cabe- c'a tenia vn titulo que assi dezia. % La piedad. A sus pies tenia vn letrero: fer- mosamente tallado en vna piedra: con vnas letras que assi dezian. % Quado el triumphador dlas dos primeras vir- tudes. A la tercera de piedad llegare: a- uiendo con fuerte Animo las cosas de dentro vencido: podra al quarto casti- llo dla quarta y fuerte hermana passar auiendo leydo aquellas letras don sil- ues dela selua: luego toco alas puertas las quales le fueron abiertas de par en par: y el entro dentro, Pero delante de si vido vna muy fuerte Leona: que qua- tro Leoncillos que enel suelo como mu- ertos estauan con sus bramidos: procu- raua recordar. La qual assi como a don silues vido, se vino pa el con tata feroci- dad y rauia q<>l jamas se vido en semeja- te animal. Pero el como en ligereza so- brasse a todos los cauallos del mundo Dio vn salto al traues: sin poner Ma- no al espada. Porque cierto si Mano a el espada pusiera: jamas de alli salie- ra. Porque tal auia sido la voluntad d quien aquellos encantamentos hizo. Boluiendo pues a nro proposito / no vuo don Silues dado el salto, quando la leona se torno vna muger y los q<>tro leoncillos: q<>tro nin~os chiq<>tos: la q<>l se vino para do silues diziendo / aguarda veras lo q has ganado por estoruar tu} [fol. 100r] {HD. de Amadis. \ [.]c.} {CB2. mi llanto, y tomando los nin~os los co- menc'o a despedac'ar, de que don Silues fue mouido a tanta misericordia q fue a tomar la donzella porel brac'o: por q<>- tarle los nin~os diziendo. Ay por Dios donzella no hagays tal crueldad enlos ynocetes nin~os: y tomad en mi la enmi- enda que por bie tuuieredes. Pero a aq- lla sazon por la puerta que al patio salia entro vn sayon con vn gran nauajon en la mano diestra, el qual se vino para la donzella, y asiendo la por los Cabellos sin ser don silues parte para estoruallo le corto la cabec'a: de que don Silues d la selua rescibio tanto enojo de piedad dela dozella: que por poco de puro eno- jo y pesar muriera, y como vn desespe- rado. Se fue para el sayon: que la due- n~a auia muerto. Pero el se metio por dode auia salido: y el principe don Sil- ues dela selua se hallo e vn grade patio desapareciendosele el sayon. En me- dio dl patio se hazia vn theatro, al qual por vnas gradas subian. Enel q<>l q todo cubierto de ricos pan~os de oro era: es- taua vna dozella: ni mas ni menos que la que ala puerta auia visto: dado d ma- mar: dos nin~os: En su cabec'a sobre sus hermosos cabellos vna muy rica coro- na de oro, con vnas letras que dezian. % Misericordia. Y mirando vido ala diestra mano dela donzella Misericor- dia: dos salas muy grades amarauilla Ni mas ni menos que las de los otros castillos. La vna tenia vnas puertas d color de muy fina sangre, y al parescer todas estauan sangrientas. Las qua- les siendo tocadas por don silues dela selua, fueron abiertas. Auiendo leydo vnas letras que enlas Puertas estaua que assi dezian. % Esta es la pen~a dlos q sin misericordia sus tristes vidas pa- ssaron. Luego el buen principe don sil- ues dela selua entro dentro: viendo in- finitas gentes con muchos y muy di- uersos numeros de crueldades: vnos} {CB2. contra si y otras contra sus mugeres: y contra sus propios hijos: porque alli es- taua / Medea despedac'ando sus mis- mos hijos / alli estaua a Pigmaleon cu- n~ado dela Reyna Dido / que a su mis- mo Hermano en la cac'a auia muerto / alli estaua la misma Reyna Dido con vna espada atrauessada: alli la muy fer- mosa Lucrecia: que por gozar el nom- bre de casta siendo violada de Tarqui- no se mato / alli Filis ahorcado: alli Fe- dra muerta: alli theseo q Ariadgne: en la ynabitada Insula dexo. Con otros tantos que seria prolixidad contar lo que gran piec'a passo don Silues dela Selua en verlo, vertiendo debaxo de su yelmo infinitas lagrimas de gran com- passion que de verlos tenia. Boluiedo se contra la otra sala. Vido todas las puertas de christal muy trasparete que parescia no poner obstaculo alguno ala vista: enllas auia talladas y esmaltadas vnas letras que assi dezian. % Gloria de aquellos que e piedad sus vidas pa- ssaron. Auiendo leydo el Principe don Silues dela selua las letras, las puer- tas fueron abiertas: y don Silues dela selua, se paro a mirar muchas gentes q dentro estauan tan~endo y catando que eran aquellos que en piedad sus vidas gastaron. Los quales por prolixidad no contamos: lo qual visto el Principe don Silues dela selua: se fue pa el thro- no: donde la Donzella piedad estaua. Y subiendo arriba: la donzella se leuan- to ael y quitadose la corona: la puso so- bre la cabec'a del principe don silues de la selua y luego el se sento enel assiento dela tercera virtud: mia. Siendo senta- do: delas dos Salas comenc'aron a sa- lir infinitas gentes. Los quales vnos de vna parte y otros dela otra, se pusie- ron proponiendo cada vno sus razo- nes. Al cabo delas quales por no me d- tener mucho don Silues dela Selua dio su sentencia / diziendo que los que} {CW. n iiij} [fol. 100v] {HD. Dozeno +} {CB2. en sus hechos d crueldad vsaro era me- recedores de aquella pena: y muy ma- yor: luego todo desaparecio y el se fallo como antes estaua sin parecer sala ni ge- te ni cosa alguna: saluo vna fermosa es- calera que alo alto del castillo salia: por la qual don Silues dela selua: comenc'o a subir hasta lo alto del Castillo: deley- tandose de ver el sol: que reberuarando ya que al occaso yua hazia fermosas vis- lumbres y andando ala redonda dl cas- tillo llego al Passadizo de boueda que al castillo mas principe yua sobra las puertas: del qual vido don silues vnas letras hermosas que assi dezian. % La tercera puerta dela salida dela tercera en virtud mas estremada d piedad juto con hermosura, no sera abierta hasta q por falta dlla: aqui la halle. Siendo ley- das las letras luego don silues se quiso meter por ella adentro: pero lo mismo que enlas otras le acontescio, no pudi- endo passar mas que si vna torre ante si tuuiera: y sin mas se detenerse salio d a- lli hasta estar enel prado delante del q<>r- to y postrero castillo estado alli le come- c'o anochecer y no queriendo passar de alli se acosto en medio de aquellas Flo- res sobre su escudo para passar lo poco que dela noche quedaua: esperando la man~ana. Como agora contaremos. {RUB. Capitu .xxxvj. Como don Silues dela selua entro enel quar- to Castillo dela Fortaleza & lo que alli le acontescio / y como acabo la quarta auentura.} {IN4.} YA las estrellas con la venida del causador de su resplador perdia su claridad: y Febo co- menc'aua a resplandecer: co mayor claridad. Quando don silues d la selua se leuanto auiendo dormido bie poco aquella noche: con no auer comi-do} {CB2. en todos aquellos tres dias cosa al- guna / y lo otro con pensar en su sen~ora Y embrac'ando su Escudo, fue para el quarto Castillo que de muy fino oro le parescia obrado con las puertas del mis- mo metal, adornado de muy ricos Fo- llages: ela vna dlas puertas auia vnas letras que assi dezian. % Morada dela quarta virtud Fortaleza, y sobrella en vn muy rico encaxe estaua vna dozella muy mas marauillosa que ninguna de las otras: toda armada de vnas armas de color de cielo sus hermosos cabellos por las espaldas tedidos, co soberana hermosura vna muy rica espada cen~ida y vn escudo al cuello / tanto que don sil- ues la sangre se le boluio / paresciendo le su sen~ora pantasilea: y con aquel pen- samiento. Dio del pie alas puertas que luego fueron abiertas / y el se hallo en vn portal d buen taman~o ricamente o- brado: enlas quatro esquinas estauan quatro caualleros dela fama: los mas fuertes que enel mundo fueron. El pri- mero era Ector, el qual estaua Arma- do de todas armas: vna espada cen~ida El segudo era el rey artur, el q<>l tenia su nombre sobre la cabec'a: y estaua arma- do de vnas muy fuertes y luzidas Ar- mas / con vna fuerte Mac'a enla Ma- no. El tercero: era el fuerte y muy esfor- c'ado Gigante Enceo que por hijo dela Tierra era tenido por su grandeza. A- la quarta Esquina estaua otro: no me- nos fuerte que hermoso Cauallero. El qual era el fuerte Ercules. Pero a pe- nas vuo entrado el principe do Silues dela selua, quando Ecthor leuantando se de donde estaua / metio mano a su es- pada, y don Silues dela Selua assi mis- mo ala suya y comienc'an se a juntar el vno conel otro, co tales y tan crecidos y dessemejados golpes que la tierra te- blaua: y todo aquel hermoso Castillo tremia como aql q lo auia co aql a quie todos los griegos capos no pusiero te-mor.} [fol. 101r] {HD. de Amadis. \ [.]cj.} {CB2. Alli vierades al esforc[']ado p<>ncipe do Silues dela Selua y a Ector que ha- zian la mayor: y mas cruel: y mas ren~i- da batalla que podia ser passada d vna ora turaron enella, al cabo dela qual co los pesados golpes: que Ector de don Silues dela selua rescibia, como aquel que en bondad de armas le passo y prin- cipalmete con la mucha virtud dsu bue- na Espada comenc'o assi a enflaquecer poco a poco tato que al cabo de vna pie- c'a don Silues dio con Hector a sus pi- es. Pero no vuo caydo quando desapa- rescio: y puesto que don Silues vuiera menester assaz holgar no pudo: porque el rey Artur consu pesada mac'a alta se vino para el. Don Silues lo recibio lo mejor que pudo: guardandose quanto podia de sus pesados golpes: pero por mucha que era su ligereza no podia ser tanta q el otro no le magullasse las car- nes: y le quebrasse los huessos debaxo delas armas. Lo que mas a do Silues dela Selua valio fue su mucha ligereza con la qual le hazia perder su Fuerc'a. Tanto al fin duraron en su batalla: que sintiendo se el principe don Silues dla Selua algo cansado, quiso poner lo to- do en auentura de muerte / y haziendo finta de aguardar vn poderoso Golpe dio vn salto al traues: y cruzo la espada con la mac'a: de que fue cortada por me- dio, pero a penas fue cortada quando Artus desaparescio: dexando al Prin- cipe don Silues dela Selua harto lasso Pero no se le aparejo descanso alguno Que luego aquel fuerte Enceo se leua- to para el diziendo le que dxasse su espa- da que enlas otras Batallas tato le a- uia de auer. Lo qual por Don Sil- ues dela Selua fue hecho: que dexado colgar la espada dela Cadenilla se fue a asir con Enceo. Y comienc'an vna lu- cha tan peligrosa quanto cada vno pue- de pensar. O Dios y como podre hin-chir} {CB2. de alabanc'as lo menos que este bu- en principe en si tiene. Que alabar pu- es la fortaleza de Hector. Ni menos la de artus. Ni la fuerc'a de Enceo no era bastantes a su mucha fortaleza sobre[+]pu- jar, si ya no dixessemos que la virtud dl Anillo causaua poderlos el vencer. Lo qual se puede bien creer. Boluiedo pu- es a nuestro primero proposito / mas anduuieron en su peligrosa Lucha En- ceo y el principe don Silues dela Sel- ua de tres oras, tanto que ya don Sil- ues dela Selua andaua muy desespera- do de si propio / y poniendo todas sus fuerc'as: y echando vn pie por de tras a Enceo / dio conel tan cayda que a don Silues le parescio los huessos a ver se le quebrado: y la sangre le rebeto por los oydos. Pero a penas vuo cay- do quando desaparescio Enceo, y don Silues dela Selua se leuanto del suelo assaz molido. Y el quarto cauallero dla quarta esquina se leuanto / que Herco- les era: y se vino a abrac'ar conel princi- pe Don Silues dela Selua con tan gra- des fuerc'as que a todos los passados sobre[+]pujaron y poresso no dexaua el bu- en Don Silues dela Selua de estar pue- sto en gran peligro conel por estar tan cansado. Pero viendo que antes le co- uenia Morir que mostrar flaqueza al- guna, puso todas sus fuerc'as de tal ma- nera que dio con Hercoles a sus pies, a penas vuo caydo quando desapares- cio como los otros / y el Principe don Silues dela Selua cayo assi mesmo a- mortecido dela otra parte, dela gran fu- erc'a, que puso que en mas de media ho- ra no torno en si. Pero al cabo della se leuanto como si mal alguno no tuuie- ra: y metiendo se porla Puerta que al patio salia: vido otro tumulo ni mas ni menos que el que enlos otros castillos auia visto: y sobre vna muy rica silla sen- tada otra donzella muy hermosa como la dela puerta armada de ricas armas,} [fol. 101v] {HD. Dozeno +} {CB2. saluo del yelmo vna corona en su cabe- c'a con letras de rubies que dezian For- taleza: al derredor della estauan infini- tos hombres: cuya fortaleza enel mun- do auia sido memorada: assi d romanos y cartagineses, como de otras muchas naciones, todos armados dela manera q enel mudo auia andado: y aun otros que por venir estaua: todos los quales do Silues dela Selua miro vna piec'a y al cabo della se metio por las gradas del tumulo dela fortaleza / y ella se leua- to a el y tomando lo por la mano lo sen- to en vna muy rica silla en q ella estaua y quitado la corona de su cabec'a: la pu- so enla del principe do Silues dela sel- ua. Pero apenas fue puesta quando to- dos desaparesciero: y do silues se hallo en medio del patio: del castillo que era muy hermoso: y delante de si vido vna escalera de alabastro que alo alto dl ca- stillo subia, por la qual comenc'o a subir hasta que fue enlo mas alto del castillo tan tarde que ya era casi noche, y amas andar se fue ala boueda que al castillo mas principal yua: sobre la puerta dl q<>l auia vnas letras que assi dezia. % Qua- do el dorado cordero hijo delos Leo- nes mas brauos, de Leon su hobre mu- dado en nueua forma / auiendo lo en- gan~os del engan~oso Jardin vencido. y entrado enel castillo veturoso podra la quarta y mas principal en hermosura: hallar por[ ]aqui salida para salir dela cu- eua dode esta encerrado. Auiendo ley- do don Silues dela Selua las Letras quiso entrar por aquella puerta: pero la entrada le fue vedada: ni mas ni menos que por las otras, y viendo que por alli le era escusada la entrada se salio de a- quel castillo: con pensamiento de otro dia yr al mas principal q en medio d to- dos parescia. Pero la habre le aquexo tanto aquella noche que comio de algu- nas yeruas q por aquel campo estauan ta sabrosas a su parescer que mucho lo} {CB2. consolaron: y recostando se sobre su es- cudo passo aquella noche, muy casado delas luchas passadas: donde lo dexa- remos reposar: por contar lo q el siguie- te dia le acontescio en aql engan~oso jar- din y castillo auenturoso. {RUB. % Capi .xxxvij. como el principe Don Silues dela Sel- ua entro enel castillo venturoso, y como vecio los engan~os del en- gan~oso Jardin y como hallo las princesas.} {IN4.} Muy casados se sintio don Sil- ues dela Selua toda aquella noche tanto que otro dia qua- do acordo. El sol yua bien al- to: pero desseoso de saber el fin de aque- lla auentura: se leuanto y tomado el ca- mino del Castillo que en medio estaua que mucho mayor era y de mas hermo- sura. Porque el era hecho de cinco tor- res: y en medio vna del omenaje: todo el castillo era cercado de vna huerta de vn muy alto muro que ala redonda del Castillo estaua. En la huerta auia vna puerta grande y bien hecha: pero vn po- co antes de la puerta vido don Silues dos padrones de alabastro, hincados enel suelo vno cerca del otro. Encima del vno dlos padrones estaua vna figu- ra de hombre viejo con la barba blanca y encima del otro padro estaua vna mu- ger anciana. Los quales tenian entresi vna tabla d alambre con las isquierdas manos: y con las derechas sen~alauan vnas letras que enla tabla estaua escrip- tas que assi dezian. % Enel venidero ti- empo quando el leon su hombre muda- do en maso cordero aqui llegare las ca- sas delas virtudes auiendo sobrado: si su gra esfuerc'o alos soberanos miedos del engan~oso jardin sobrar pudiere: ve- ciedo la bestia dessemejada: ala cumbre} [fol. 102r] {HD. de Amadis. \ [.]cij.} {CB2. de sus desseos podra llegar. % Auiedo leydo el principe don Silues dela Sel- ua las letras: vido que en sendos libros que los sabios tenian debaxo delos so- bacos estauan sus nombres escriptos q assi dezian % El gran sabidor Zirfeno Enel otro libro dezia. la sabia Zirena y sin mas aguardar se metio por do las ymagines estaua / pero a penas vuo pa- ssado quando las ymagines desapares- cieron: y el llego ala puerta dela huerta del castillo: & sonando vna gran aldaua la Puerta fue abierta de par en par / y entrando don Silues dela S(a)[e]lua den- tro: se hallo en vn portal muy grande a marauilla: al vn cabo del qual vido vna bestia echada encima de vna gra cama de hojas. Lo qual puesto que todo fue hecho por arte y fantastigo, aquello no lo era. Que los sabios la auian alli tra- ydo por sus artes. La qual era dela for- ma que agora os contaremos: porque ella era tan grande como vn Elefante: la boca con toda la cabec'a de Puerco: con dos tan grandes colmillos que es- panto ponian / el pescuec'o muy largo como de camello / el medio cuerpo ha- sta alli de toro: y lo de abaxo a manera d Leon: con tan tajantes vn~as que sola vna bastaua a hender seys hombres ar- mados / toda era guarnescida de vnas conchas a manera de escamas tan fuer- tes: que no cuydo auer arma que pasar las pudiesse. Saluo que enla barriga te- nia el cuero algo mas delgado. Desta manera que os dezimos era esta grade y espantable bestia. La qual assi como a Don Silues dela Selua vido se leuan- to de sobre las hojas en que estaua echa- da: y muy ligeramete(te) arremetio para el buen principe don Silues dela Sel- ua por coger lo entre sus fuertes y taja- tes vn~as. Que puesto que don Silues dela Selua guardar se quisiesse. La be- stia vino co tan gra fuerc'a q no le dio lu- gar alguno: antes dio conel por el suelo} {CB2. y passo muy rezia sobre el. Pero a pe- nas vuo caydo quando se torno a[ ]leuan- tar co toda presteza / y la bestia boluio para el: y el le dio vn gra golpe sobre el lomo que poco le aprouecho, que la Es- pada resultio para arriba: y la bestia lo cogio entre sus brac'os tan brauamente que lo molia / y pugnaua por llagallo quanto podia: que si por las fuertes ar- mas del vellocino dorado no fuera, im- possible fuera no morir. Pero el que en tanto aprieto se vido llamando a Dios nuestro sen~or en su corac'o lo mejor que pudo se dscabullo della, y embrac'ando su Escudo se puso delante dela Bestia. La qual se lo lleuo en los colmillos pro- curando quebrarlo. Pero como el en- cantamento fuesse mas fuerte: que la fu- erc'a dela bestia no le pudo hazer dan~o alguno, mas tanta era la braueza q tra- ya que enel suelo daua tales vn~aradas q grades hendeduras hazia. Ta cruel fue aqlla batalla quanto jamas otra en el mundo auia sido, y tan dessemejada que mas d dos oras turo la batalla: sin que el principe don Silues dela Selua mal alguo a aquella dssemejada bestia pudiesse hazer: al cabo del qual tiempo el buen principe don Silues dela Sel- ua, que enla puerta de en medio que al Jardin auenturoso entraua: se mampa- raua lo mejor que podia: viendo quan poco aprouechaua: su trabajo estando alli retraydo, y que auia tato tiempo q la batalla era comec'ada, comenc'o a de- zir. Ay de ti cauallero sin vetura el mas que jamas nascio, y como no solamen- te la vetura no te quiso otorgar q conos- ciesses padre. Pero aun te hizo el mas desdichado que quatos armas trae. O mi sen~ora patasilea, y como no me duri- ades pciar: q<>ndo mi couardia sabreys. y conesto arremetio pa la bestia. La q<>l co la fuerc'a que traya se lanc'o el espada por la barriga enderecho del corac'o q todo selo passo, y con la mortal herida} [fol. 102v] {HD. Dozeno +} {CB2. comenc'o a hazer tales cosas y tan gra- des brauezas: que a don Silues le con- uino ponerse enla puerta: que al jardin entraua por no recebir algu dan~o que bien sintio la bestia ser mortalmente he- rida. La qual tardo en morir vna gran ora echando espan~adas de sangre de si con las cosas que hazia. Que todo aql portal estaua lleno de sangre hasta que fue muerta / y don Silues hincando los ynojos dio muchas & [i]nfinitas gracias a Dios nuestro sen~or por las grandes mercedes que[ ]le auia hecho en librarlo de aquel cruel diablo. Puesto que algo casado estuuiesse: no dxo de meterse por la puerta donde su reparo auia hecho. Hallandose en vn portal que antes que enla huerta entrasse se hazia. El qual se sostenia sobre doze pilares muy blacos amarauilla: todo el techo era labrado d oro muy fino, el portal estaua hecho de seys Arcos delo mismo que los pilares de luengo dela puerta que para entrar enla huerta: por fuera auia d passar por todos. Debaxo de cada arco auia vn gi- gante que la cabec'a enel arco tenia hin- cada por grande que era. El primero d los Gigantes tenia vn cuchillo enla ma- no: y otro delante de si enl suelo echado Antes del auia vn padron de jaspe con vn retulo enel que assi dezia. % Ningu- no sea osado del padron auenturoso en- trar / si primero las seys guardas sin sa- carles sangre algua no venciere con sus mismas armas. Auiendo leydo don Sil- ues aquellas letras / se fue para el pri- mer Gigante tomando el cuchillo que ante si vido: aunque assaz pesado era / y vierades vna delas crudas y peligro- sas batallas de su manera: que enel mu- do podian ser: porque el buen principe don Silues dela Selua cargaua de ta- les golpes al Gigante: que vna muy du- ra pen~a bastaua a[ ]heder: y no fazia mas sen~al enel que si con nada no le diera: ta- to duro esta batalla dandole el Gigan-te} {CB2. muy crueles golpes: que ya el Prin- cipe don Silues dela Selua tenia las carnes muy magulladas a marauilla / y enel Gigante esso parescia ala postre que al principio / y viendo que su traba- jo nada aprouechaua: se aparto algun tanto a fuera, y abriendo su espejo vido enel lo que le conuenia hazer: & tornan- do para el gigante: tornaro a su batalla Pero Don Silues mirando lo que le cumplia, al tiempo que el gigante le qui- so tirar vn golpe: don Silues entro co- nel y le echo las Manos al brac'o: tan fuertemente que a pesar del Gigante le lleuo dela mano el cuchillo / pero a pe- nas se lo vuo lleuado quando el Gigate desaparescio dando vn gran baladro: y sin mas se detener se fue para el segudo arco. Al qual guardaua el segundo Gi- gante. El qual tenia vna gran mac'a de hierro enla mano: y delante de si otra ni mas ni menos, y don Silues la tomo: & comenc'aron a esgremillas el vno con- tra el otro muy reziamente: que el ayre con sonoroso zumbido retumbaua tan- ta era la priessa que el gigate traya que don silues no se atreuia aguardarle gol- pe alguno: y puesto que el quisiesse vsar conel del ardid que conel primero giga- te auia vsado no le daua lugar pa lo po- der hazer. Antes le conuenia andar sal- tando de vna parte a otra: conla mayor priessa que podia, passada de media ho- ra al cabo dela qual el dio al gigante de traues tan gran golpe sobre ambos bra- c'os que la mac'a fue saltando por el sue- lo: y el gigante desaparescio delate: con el mismo baladro que el otro. Y el buen Principe don Silues dela Selua passo al tercero arco del tercero gigante el q<>l tenia en sus manos vna Partesana tan grande que tres hombres no pudieran alc'ar la del suelo delante dl estaua otra dela misma suerte. La qual tomo el bue Principe don Silues dela Selua enla Mano / y el Gigante le comenc'o a ti-rar[l]e} [fol. 103r] {HD. de Amadis. \ [.]ciij.} {CB2. golpes mortales. Pero lo q mas a don Silues dela Selua valia / era lo vno el gigante no mouerse de vn lugar: assi el como los otros: lo otro su gra li- gereza. Pero como el supiesse tanto dl esgrima barahustauale quantos golpes el gigate tiraua, hasta que vna vez vien- do ser tiempo, se la barahusto: y desliza- do porella tuuo lugar soltando la suya de asir dela de su contrario: con tanta fuerc'a que se la lleuo enla mano: y el Gi- gante desaparecio de delate del: y el pa- sso al quarto arco del quarto Gigante. El qual tenia vna hacha de armas d in- creyble grandeza: y otra delante de si. La qual por el buen principe don Sil- ues dela Selua tomada se fue a jutar co el gigante: descargando tales golpes q por mucho que el principe quiso huyr / no pudo escusar, que no fuesse atordido Pero viedo que alli era menester todo su esfuerc'o: torno en si y comiec'a a hur- tar algunos golpes al Gigante: y dalle otros: hasta que por euitar prolixidad le quito al cabo de vna piec'a la hacha d la mano: y desaparescio como los otros auian hecho. Tanto hizo pues nuestro buen principe don Silues dela Selua que por euitar prolixidad lo mismo le a- contescio con los de[+]mas no dexado do Silues de quedar cansado. Mas vien- do que el dscanso para alli no era, se me- tio por la huerta q al parecer le parecio ta deleytosa que otro parayso terrenal podia ser dicho: oyendo las cantilenas que las aues con sus muy harpadas le- guas hazian: por riberas de vn arroy(t)o que por entre diuersos arboles corria. hasta que se hallo envna muy rica fuen- te a marauilla redonda: en medio dela qual nascia vn padron y encima del pa- dron / auia otra pequen~a pila de alaba- stro / y encima dela pila estauan dos fi- guras vna de hombre y otra de muger passados por medio del cuerpo co vna espada: dela herida della salia vn grues-so} {CB2. can~o de agua tan blanca como la nie- ue: que leche muy blanca parescia: dela herida dl salia otro can~o no menos gru- esso que en lugar de sangre, soltaua vn can~o de vn vino como haloque. Lo qual aunque todo junto caya: cada licor sa- lia por sus partes por sus can~os: y enla mas baxa pila estaua apartado cada v- no dellos. Ambas a dos ymagines que de espaldas estaua: estauan coronados con vna corona de Oro muy rica / y al drredor dla corona vn retulo q assi dzia % Tisbe y piramo que con engan~o de su amor co gra desdicha muriero. Muy espantado fue don Silues dela Selua de ver ta hermosa y estran~a obra como aquella: y llegandose ala espada tiro de- lla muy fuertemente tato que la saco en la mano: y el agua y sangre comenc'o a caer: y hazer tan gran sonido que muy gran espanto tomo don Silues, y par- tiendose de alli: entre vnos espessos jaz- mines vido vna cama hecha de carmesi raso toda bordada de oro, co vnas cor- tinas todas cerradas: las quales don Silues dela Selua abrio, y dentro en cima dela cama vido vna gran Sierpe echada. La qual assi como a don silues vido dado vn siluo muy grande salto d la cama: y dio a correr por la huerta: y don silues empos della. Pero d traues salio vn cauallero co doze canes d tras delos q<>les salto cotra la sierpe, y ellos la asieron fuertemente por muchos ca- bos, tanto que le hazia dar gritos a ma- nera de muger de que Don silues vuo gra pesar, y queriendo herir los canes porq dexassen la sierpe, el cauallo cac'a- dor se le puso delante co vn espada enla mano muy rica y su escudo embrac'ado y dio a don silues tal golpe sobre el yel- mo q mucho lo cargo, y el metio mano a su Espada: y comienc'a a herir al Ca- uallero de suerte que le hazia retraer lo mas q podia: cotra vna casa que en me- dio dla huerta se hazia: q sobre veynte y} [fol. 103v] {HD. Dozeno. +} {CB2. quatro pilares se sostenia en medio de- lla enel suelo auia vn pequen~o lago por el qual assi la sierpe como los Perros se lanc'aron: y el cauallero que con don Silues dela Selua peleaua hizo lo mis- mo: que ellos auian hecho, y queriendo dentro entrar, Don silues: vido que ar- rimado en cada pilar estaua vn gruesso tiro de artilleria, que todos apuntauan contra quien quisiesse entrar. Pero to- do aqllo no basto a[ ]poner temor alguno a nuestro Principe. Antes sin mas agu- ardar se metio por el arco dela Casa: y los tiros sonaron con tanto impetu: q si por su buena espada no fuera: alli mu- riera de solo espanto. Pero cobrando nueuo esfuerc'o, assi se tuuo quanto pu- do por no caer enel estaque: mas no pu- do tanto que no diesse enel de Manos y todo se sumio enel de forma, que vino a dar de manos enel suelo: de vna qua- dra no muy grande pero bien hermosa Enla qual auia vna puerta pequen~a: no vuo caydo don Silues dela Selua: y le- uantando se. Quando por la puerta de la quadra entro vna donzella muy her- mosa cauallera sobre la sierpe que don Silues dela Selua primero viera. La qual con vna espada que enla mano tra- ya. Dio ala sierpe entre ambas orejas de suerte que se paro muy braua contra don Silues dela selua, y raspando el sue- lo fue por tomar lo entre sus vn~as: pero el que la boca le vido abierta, le puso el espada porella que assi como le toco la sierpe desparecio de delante: y la donze- lla que encima venia se torno vn Caua- llero bie armado. El qual con vna espa- da enla mano se vino para el buen prin- cipe Don Silues dela selua: que bien conoscio que era el Cauallero cac'ador que primero conel peleara, y apretado la espada enla mano se fue para el caua- llero cac'ador, y comienc'an se a[ ]cargar de muy grandes y pesados golpes: q es- pato pusiera aqualquier que los viera.} {CB2. Pero como el cauallero cac'ador no lle- gasse co mucha parte ala bondad de do Silues dela Selua / de vn gra golpe q le dio. Estado ya muy llagado cayo en el suelo como muerto: pero a penas vuo caydo quando se leuanto ta bueno & sa- no como si mal alguo no vuiera tenido ates la fuerc'a se le doblo otro tato mas que quando la batalla se comec'o, porq tal era la propiedad del cauallero enca- tado. E de aquel suelo leuantandose se boluio para don Silues / al qual hallo poco perezoso / y comienc'a otra pelea no menos cruel que la primera. Antes mucho mas braua. Que os podre con- tar sino que tres vezes fue de aqlla mis- ma manera al suelo. Hasta q por no me detener: acordandose don Silues dela Selua, delo que su libro dezia se asio a brac'os conel cauallero cac'ador: ponie- do todas sus fuerc'as, que aunque har- tas tenia. Bie las vuo menester: y dio co el a sus pies tal como muerto y arrastra- do lo saco por la puerta que el caualle- ro auia entrado. Pero apenas vuo sa- lido quado desaparecio delante. E don Silues vido vn escalera de caracol que para lo alto yua, por la qual comenc'o a subir hazia arriba vna piec'a, al cabo de la qual salio enla misma huerta que an- tes andaua / y porella comec'o a andar vna piec'a. Al cabo dela qual se hallo ca- be vnos jazmines muy entretexidos: en- tre los quales vna puerta se fazia: & por ella comec'o don Silues a entrar: pero ante dela puerta vido vna tabla blanca colgada / y enella vnas letras escriptas que assi dezian. % Este es el laborintio de Dedalo morada del famoso Mino- tauro, quien de aqui salir quisiere, y dar fin al auentura aqui le conuiene entrar. % Leydo q vuo don Silues las letras se dio a andar porel laborintio, dando tantas bueltas a[ ]vn cabo y a otro / que mas de vna hora tardo: y todo por mu- chas y infinitas puertas texidas de ro-sas} [fol. 104r] {HD. de Amadis. \ [.]ciiij.} {CB2. y arrayhan: y otras muchas y muy olorosas yeruas, hasta que al cabo de- ste tiempo se hallo en vna quadra redo- da dela misma suerte del otro, y a vna parte aquel Minotauro, que la reyna pasiphe pario medio hombre medio to- ro: cubierto de hojas de azero y vn taja- te cuchillo enla mano. El qual se vino para el que casi Jayan era. Pero Don Silues que nada perezoso era lo salio a recebir: y enel camino comienc'a vna braua Batalla. mas como la bondad de don Silues dela Selua fuesse estre- mada: en poca piec'a mato al Minotau- ro co vna estocada q enla barriga le dio y queriendo salir por do auia venido / las puertas dela redoda y olorosa qua- dra se entreabriero: y el se hallo por do- de auia entrado: y muy marauillado d lo que auia visto torno a seguir su cami- no porel Jardin sin poder hallar mas auentura: hasta que auiendo lo rodea- do todo se hallo ala puerta que al casti- llo entraua donde le acontescio lo que agora oyreys. {RUB. Capi .xxxviij. Como auiendo dado el buen principe do Silues dela Selua fin alas auen- turas del castillo auenturoso ha- llo las Princesas y del plazer que todos vuieron.} {IN4.} TOdo el hermoso jardin cerco don Silues dela Selua sin ha- llar auentura mas delas que auemos cotado hasta que lle- go ala puerta del castillo. La qual esta- ua cerrada co vnas puertas de fino A- zero: y queriendo mouer para alla Do Silues dela Selua de entre vnos rosa- les q alli estauan, salio vn puerco espin el mayor y mas fuerte q en su vida don Silues oyo dezir: porq el era mayor q vna gran azemila y todo el cerro lleno} {CB2. de aquellas puyas que ellos suelen te- ner: saluo que todas eran de fino azero muy teplado. El qual como vido a do Silues dela Selua comenc'o a lanc'ar en el tatas q si[ ]no estuuiera armado de sus muy fuertes armas no dexara de morir Porque todas a do quiera que yuan a dar, aunque enlas puertas de azero di- essen passauan de claro en claro. Mas todas las que enlas armas y escudo de don Silues dauan: resurtian para ade- lante: y don Silues se junto conel de su- erte: que de vn golpe que le dio le corto vn pie: y sintiendo se el puerco herido con los nauajones quiso herir a don sil- ues dela selua. Mas el se salio a fuera lo mejor que pudo, y diole otro golpe que la mayor parte dela cabec'a le corto y el puerco cayo muerto enel suelo / y don Silues se llego ala puerta del casti- llo: y sonando vna gran aldaua que alli estaua. Las puertas fueron abiertas y don Silues entro en vn gran portal y a penas vuo entrado: quado se sintio car- gar de golpes de espadas, porras, y ha- chas que le hazian dar de manos, pero cobrando todo el corac'o que pudo, co- menc'o a herir de todas partes, que pu- esto que no via quien lo heria no dexa- ua de dar golpes en armas: desta mane- ra con gran trabajo passo hasta que pu- do salir de aquel portal al gran patio: y siendo dentro del vido que era muy bie obrado a marauilla: enel auia vna veta- na assaz grande con vna rexa de hierro porla qual vn Jardin se parescia peque- n~o, cabe la ventana auia vna puerta cer- rada co vn candado y la llaue colgada dl, y elas mismas puertas vnas letras muy hermosas que assi dezian. % Enel tiempo que el bienauenturado caualle- ro salido dela Selua delos Leones su nobre de Leon en maso cordero muda- do passando los apossentos dlas virtu- des coel castillo y jardin aueturoso aq<> llegare lleuara el gra tesoro q aq<> esta} [fol. 104v] {HD. Dozeno +} {CB2. encerrado. % Auiendo leydo don Sil- ues las letras miro por la rexa dela ve- tana: y dentro en aql jardin al drredor dela fuente vido todas las princesas, y infantas: y dozellas con aquellos dos honrrados viejos jayanes: y otros seys infantes nin~os pequen~os dlas manos los viejos estaua sentados entre la rey- na Oriana y emperatriz Leonorina y leuatado se las tomaron delas manos diziedo mis sen~oras vamos q ya el tie- po de vuestra libertad es llegado porq aquel cauallero que alli esta sen~alando contra do Silues os la ha dado: y lue- go las puertas fueron abiertas / y por ellas salieron los dos sabios delante q os dire de do Silues quando aquellas princesas vido, sino que tal como atoni- to quedo: q primero llegaron a el aque- llas altas princesas, que el palabra ha- blasse que toda via pensaua ser encata- meto / y la reyna Oriana con gran ale- gria se llego a el diziendo. Por dios ca- uallero que me perdoneys que no pue- do hazer lo menos d forc'aros enesto: y co aqllo le quito el yelmo: y conociedo quien era vierades el estremo plazer d todos. En especial dela reyna Finistea viendo tener tal hijo / que auia dado ci- ma donde toda la caualleria del mudo auia fallescido. Que os dire de Pata- silea, sino que cada vno puede pesar lo que estos amates passaria: & todos sen- tiria: viendose puesto en libertad. No dize mas Galersis sino que por no saber como lo diga determina callar lo: saluo que don Silues dela Selua a todas be- saua las manos / ellas lo tenia abrac'a- do / que vnas no daua lugar a otras: en especial aquella sin par Fortuna q dela criac'a que ambos auia hecho mucho amor se tenia / puesto que mucho mas se confirmo quado supiero el gra paren- tesco que se tenia como adelante dire- mos. Boluiendo a nuestro proposito Mucho mas fue su plazer quado supie-ron} {CB2. q todos los principes sus esposos Sen~ores y maridos hijos: y parientes estaua ta cerca: sino que como sandias estaua de gozo, a esta sazon tomando la Reyna Oriana alos Sabidores delas manos co quien tata amistad tenia con- firmada los lleuo ante don Silues dela Selua. Los quales echados a sus pies se los besauan / y la reyna y las de[+]mas les rogaro que los perdonassen: y el los perdono tomado los por verdaderos amigos como adelate lo fuero: gra pie- c'a tardaro en aquellos rescibimientos pero los sabidores tomaro a su cargo d hazer saber a los Principes su libertad Los quales en breue los truxeron alli por sus artes a todos assi como estaua Los quales como aquellas princesas viessen se va a abrac'ar coellas / cayedo de gra gozo algunos dellos tales como muertos enel suelo / ya podeys pensar lo q alli passaria: sino q ala discrecio de cada vno se remite. Alli dixero a aqllos sen~ores quie era aqllos peqn~os infan- tes: que ver lo que do Rogel con su hi- jo Esferamundi hazia / y Ajesilao a su hermoso hijo Amadis de Astra: y don Florisel a su hermosa hija Policena y los otros a sus hijos con aquel amor q cada vno puede pensar, y entre tato do Silues dela Selua: y su sen~ora Panta- silea estauan en muchas platicas: pero el amor que aun en ta apartados luga- res no quiso dxar de mostrar su poder hizo de suerte que al tiempo que el prin- cipe. Lucendus llego a hablar ala her- mosa princesa Fortuna: viedo lo verda- dero dela figura que enel espejo viera le parescio que vna flecha le auia llagado en medio dl corac'o de tal llaga q jamas della sano como adelante diremos tan- to que todos le sintiero su desmayo: pe- ro viedo los sabios que ya era muy tar- de / dixeron a todos aquellos sen~ores con quien gra amistad: siendo perdona- dos auian confirmado: que si manda-uan} [fol. 105r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cv.} {CB2. se entrassen a reposar: lo q<>l assi fue hecho, q luego se entraron enla barca del castillo y en vna fermosa sala senta- do cada vno co aqlla q mas amaua: pas- saron algua parte dela noche hasta que a peticion del sabio se sentaron alas ta- blas: dode fuero tam[ ]bien seruidos co- mo si en Constatinopla estuuiera y muy mejor, especialmente con el cotentami- ento q todos, saluo Lucendus tenian el qual q<>si no ceno por mirar a su sen~o- ra, y siedo acabada la cena: cada vno se fue al aposento q le fue sen~alado co sus mugeres que todos saluo don Silues y lucendus y do briages las tenia alli los quales passaron con desseo de semejate gloria que los otros passaua. Dode los dexaremos por contar lo que otro dia acontecio. {RUB. Capitu .xxxix. como se partiero aquellos principes dela ys- la auenturosa: y como el encantamen- to fue acabado y deshecho.} {IN4.} EN gra solaz passaro aquella noche todos aqllos Princi- pes y co demasiada gloria co aquellas que tanto amaua y auian desseado contandose sus auentu- ras cada vno dllos hasta el siguiete dia el qual venido, todos se juntaron enla sala real en q la noche antes auia cena- do rescibiedose co las mismas cerimo- nias: que el dia ates padres con hijos: hermanos co hermanos, maridos con mugeres: y alli el sabidor les pcuraua de dar todo el solaz que podia a aqllos principes: hasta que fue hora de yatar q conel mismo concierto que la noche an- tes fueron seruidos de muy preciosos majares a marauilla sin saber como les fuessen traydos ni de que manera esta- do todos admirados dela sobrada bon-dad} {CB2. de do Silues, y delas cosas q los sabidores en su loor dzia: los quales sie- do las tablas alc'adas: el sabidor come- c'o a dezir: como las cosas porel alto se- n~or ordenadas no puede dexar de pas- sar: segu su diuina ordenacio: assi la pre- sente de agora. La qual puesto q mi in- tencio de dan~aros en todo lo que pudie- se fue mudada: mi volutad y de suerte q de enmigo mortal, assi por auerme mu- erto mis hijos y mis parietes como por otras muchas cosas os fuesse verdade- ro amigo: lo que al presente q<>ero, es re- cebir el agua de spiritu sancto, y esto he- cho q nos vamos dode reposeys, que de mi os digo: que yo y mi muger solo vn punto de vuestra compan~a no parti- remos: y esto no creays que lo fazemos por temor alguno: pues claramente sa- bemos vuestra virtud ser tata que no q- rades cosa algua contra nuestra volun- tad, saluo cosiderando: que solo aquel que a este soberano principe dio poder de acabar ta grandes cosas, es el ver- dadero dios y nuestro: auiendo el sabi- dor acabado de fablar esto todos le die- ro las gracias y el Rey Amadis le res- pondio: en nombre de todos. Alabado le su proposito, y sin mas se detener lue- go alli fueron baptizados: siendo do fa- langes de astra y do Florisel de Niquea y Amadis de grecia: y el empador d ro- ma con sus amadas mugeres: Alastra- xarea: y la Reyna Sidonia: y Emper- atriz niquea y empatriz de Roma. Los padrinos con tan grandissima fiesta de todos q era verdadera fiesta, por salir del corac'on hasta otro dia. El qual veni- do los sabios dixero: que era tiempo q se partiessen, y tomado ala hermosa in- fanta Fortua: y ala fuerte y fermosa pa- tasilea, y ala fermosa Diana: conla prin- cesa Leonida: les dixo que a ellas con- uenia acabar aquella auetura para po- der salir todos de alli: q alli su gra her- mosura valdria tato: como el soberano} {CW. o} [fol. 105v] {HD. Dozeno. +} {CB2. esfuerc'o de do silues dla selua: y subido alo alto del castillo hallaron quatro bo- cas de cueua elos passadizos que alos castillos dlas quatro virtudes yua. Ca- da boca d cueua passo vna d aqllas qua- tro hermosas princesas: mandandoles que a[ ]vn tiempo entrassen: y co cada v- na: parte de aqllos sen~ores porque no tuuiessen miedo alguo: lo qual assi fue fecho, q metidos por los arcos fueron hasta salir alos castillos, marauillados todos dlas letras y fermosa obra d to- do, y esto fecho tomaro el camino assi a pie dla mar fasta q llegaro ala puerta d los muros: y por alli comec'aro a adar reposando a trechos: hasta q salieron por la otra q ala mar yua dode viero es- tar la ardiete barca: la qual ala sazo se comec'o a menear andado el agua muy alta porel ayre arriba se comenc'o a em- prender enella el fuego ta grade q toda parescia qmarse: haziendo tales braue- zas que espatado estaua don Silues q jamas tal le vido hazer como etoces pe- ro a esta sazo todo el fuego poco a poco se fue cosumiendo, y en lugar dla barca parecio vna muy estran~a cosa y era vna sierpe semejate ala q do Silues mato en la roca infernal, la qual era ta grade co- mo vna nao y la cola eroscada: en alto drecha a manera de mastil d[ ]trinqte: en medio del lomo tenia vna gra esfera do- de todos los planetas y costelaciones celestiales parescia coel sol y la luna: co tato resplandor que de noche estaua en la mar el galeo ta claro como de dia: en medio dela esfera estaua vn mudo muy grade. Toda la sierpe era de infinita hermosura que todos fueron de su gra fermosura espatados luego la sierpe te- diedo su largo pescuec'o puso la boca en tierra. Mis buenos sen~ores dixero los sa- bidores vamos de aqui enesta gran fu- sta dela sierpe, y luego todos se metiero por la boca dla sierpe, aunque no sin al- gu temor de aquellas sen~oras y entra-dos} {CB2. fueron muy espatados delos diuer- sos aposentos que enella auia: especi- almente viendo las ricas camaras y le- chos que enllas auia: y la esphera y el mudo que naturalmete parescia al que el principe Espheramudi tenia sobre el corac'on: especialmete que enel mundo auia vna puerta pequen~a ela qual auia vnas letras que assi dezian. % Los secretos del mundo encatado y Esphera no sera jamas descubiertos hasta que enel otra vez sean juntos los rezie nacidos leoes: co la paloma luzie- te: de cuya fama de sus hechos: juto co hermosura el mundo sera lleno. Muy admirados fuero todos delas letras q enel mundo estaua: y bien vieron que dezian por los principes Espheramun- di y Amadis de astra. Delo qual enla trezena parte desta gran hystoria, se co- tara mas largamente auiendo pues vi- sto estas cosas el sabidor dixo a aqllos sen~ores que mirassen la ysla, y q verian marauillas. Lo qual fue assi hecho que poniendo los ojos todos enella dla ma- nera que la cera: ante los rayos de Fe- bo se deshaze: assi en vn punto todo su edificio se comenc'o a deshazer y consu- mir / hasta que solamete quedo la ysla como de ates era toda d arena sin hedi- ficio ni sen~al algua del: ni menos que lo vuiesse auido, y la Sierpe alc'ando sus grandes alas comec'o a nauegar por su mar adelante, cogiendo el viento cone- llas: como si quisiesse bolar. Donde les acontecio lo que agora os contaremos. {RUB. % Capitulo .xl. Como la gran Sierpe con aquellos Prin- cipes aporto ala ysla dlos estremos de amor: y como se prouaron en aq- lla auentura.}} [fol. 106r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cvj.} {CB2. {IN4.} COn gran velocidad camina- uan aquellos principes detro enla sierpe del esfera del mun- do: la qual fue obrada porel sa- ber dlos sabidores, y dlla la trezena par- te haze muy gra mencion d aquella ma- nera pues fuero ocho dias a gran vicio passando jutos el dia en muy fermosas salas que enla sierpe auia, y de noche e muy ricos aposentos co tanta abunda- cia de matenimietos: como si enla mas populosa ciudad del mundo fueran sin saber como ni quie los siruiesse aun que fuessen muy real y altamete seruidos: al cabo del qual tiepo vn dia se hallaro ca- be vna ysla muy deleytosa a marauilla d todas arboledas y fructas: aunq no muy grade: por medio dela ysla yuan a dar ala mar tres arroyos todos jutos por vna reguera d jaspe: saluo q el vno dllos corria sangre muy fina / y el otro vn agua ta blaca como vna muy quaja- da leche, y el otro arroyo corria vna a- gua ta negra como vn carbon: o tinta q todo junto al cabo yua a dar ala mar. Muy admirados fuero todos los q en la sierpe venia d ver aqllo: y luego les to- mo codicia de saber el fin de aqlla auen- tura y el sabio viedo ser su volutad: les dixo q saliessen en tierra, y ellos assi lo hizieron: que la gra Sierpe dl esphera se llego cerca de tierra y tediendo su lar- go pescuec'o, porel saliero todos en tier- ra: y tomaro el camino riberas dl arro- yo armados todos d sus armas: lleua- do dlas manos cada vno a su muger, y las princesas paridas a sus hijos: y do Silues dla selua a su sen~ora patasilea q armada d vnas ricas armas venia y do Briages ala reyna Calpendra: y el prin- cipe Lucedus ala muy fermosa Infan- ta fortua: q teblado yua viedo tata her- mosura: sin jamas osarle fablar palabra algua, tocate a su pena: aunq elas mues- tras de su gesto: como la infanta For- tuna (s)[f]uesse muy discreta: claramete co-nocio} {CB2. su intencion. No menos yua don Silues dela selua con su sen~ora panta- silea: aunque algu atreuimiento mas q el principe Lucendus tuuo: para dezir le, mi sen~ora soberana princesa: perdo- ne vuestra merced mi atreuimiento de solo osar poner mis pesamietos en tan soberano lugar: como es en vos. Pero como las cosas por dios ordenadas: no pueden dexar de seguir su orden han he- cho en mi: de suerte q si[ ]no soy remedia- do: la vida juto coel poder de poderos seruir: aunque no la volutad morira / y auiendo dicho esto / quedo ta turbado como si ante si a todo el mundo tuuiera mas como la hermosa princesa Panta- silea le tuuiesse tanto amor. Puesto que alguna turbacion rescibiesse: no quiso darle tan agra respuesta que del todo desesperasse ni ta dulce que della [*p]u[*d]ie- sse tomar atreuimiento ates mas aspe- ra: que dulcemente comenc'o a dezir. Es- pantada estoy soberano principe Don Silues dela selua: como no mirado mi presumpcio: ni lo q a mi grandeza deuo assi tan abierta[+]mente me aueys decla- rado vuestros desseos / creedme. O principe, que si[ ]no mirasse a lo que os d- uo por los muchos seruicios de vos re- cebidos yo os daria con mi misma ma- no el pago de vuestra locura, pero para agora por pena harto os basta: la q en lleuarme con vos lleuareys. y co aque- sto callaron: porque auiendo vna piec'a subido por los arroyos arriba: etre los espessos arboles: salieron a vn llano no muy grande. En el qual auia tres fuen- tes de alabastro muy grades: y sobre ca- da fuete vna figura de persona metida debaxo devn chapitel muy bien obrado assentadas sobre muy ricos padrones del mismo jaspe: y queriendose allegar mas cerca: viero que la vna delas fuen- tes tenia sobre la pila mas alta vna figu- ra de muger atrauessada co vn espada: y por la herida salia tata sangre, que ca-yendo} {CW. o ij} [fol. 106v] {HD. Dozeno +} {CB2. enla pila mas pequen~a, yua por doze can~os ala mayor, y de alli cayedo enla pila mayor yua a dar ala mar por el vno delos arroyos, que era el que de sangre parecia: en vna mano tenia aq- lla reyna vn retulo que dzia. % La leal Reyna Dido: q por no[ ]violar la cama d su marido Sicheo: quiso morir atraue- ssada co espada. Puesto que alguo mi fama con desonesta muerte ensuziasse. La espada era muy rica a marauilla, y enla frontera dela fuente auia vnas le- tras que assi dezian. % Esta es la fuete dela lealtad de amor ninguo que enlla no sea estremado, no se llegue: porq co- tra su volutad, sera lac'ado. No me ayu- de dios dixo el rey Amadis si la auetu- ra no es hermosa: y si agora no auemos de ver quien sea mas leal: y luego el rey don Floresta y la Reyna Sardamira su muger prouaron los primeros: pero la reyna pudo llegar a la Espada: pero don Florestan fue lanc'ado con mucho impetu al suelo, que la reyna dido dela fuente le dio con la mano enlos pechos. Mal aya el auentura dixo don Flo- resta, y quien la hizo que por desonrrar nos creo que deue de ser fabricada: pe- ro consuelome que tendre hartos com- pan~eros a mi parescer. Y con tanto do Galaor llego ala fuente por tomar la es- pada: pero por mucho que tiro: no la pudo sacar: ates a el y ala hermosa rey- na Briolanja hizo dido gran mesura: y ellos se quitaron a fuera. Y luego se lle- garo el emperador de Roma Arq<>sil y el emperador Esplandian: y Lisuarte de grecia, co todos los otros principes pero a algunos dellos quitandose la ri- ca corona que la Reyna Dido tenia: la ponia en sus cabec'as y luego sela q<>ta- ua: y a otros delos caualleros los lac'a- ua d si muy lexos: en especial a amadis de grecia y a do Florisel de niquea, y a don Rogel de grecia: que mucho fuero alac'ados: pero a quien mas acatamie-to} {CB2. hizo: fue ala Reyna Sidonia: y a dia- na y a Leonida, puesto q todos fuessen saluo Ajesilao lac'ados: assi fueron has- ta que llegaro el principe Lucendus y la hermosa infanta fortua a q<>en la yma- gen hizo muy gradissimo acatamiento y les puso a ambos la corona: pero no porque acabar la pudiessen: hasta q lle- go el estremado principe don silues co la estremada princesa pantasilea, pero assi como llegaron: el principe don Sil- ues asio del espada y la saco muy lige- ramente y la ymagen dela reyna, quita- dose la corona, la puso sobre la cabec'a dela princesa pantasilea desaparescien- do todo, saluo la corona y el espada que muy estremada era: la qual el principe don Silues dio ala princesa pantasilea y ella sela cin~o que muy riquissima era y de alli mouiero contra la segunda fu- ente. La qual era dla misma suerte, sal- uo que la figura era de muger, assi mis- mo con vna corona enla cabec'a: y vn re- tulo ela mano que assi dezia. Penelope la que mejor y mas y con mayor leal- tad amo enel mudo: enla frontera dela pila auia vnas letras que assi dezian. % Ninguno que en amor con mayor amor y castidad a todos no sobrare no sea osado dla presente auetura de leal- tad prouar si en lealtad a todos los del mudo no passare. Auiedo leydo las le- tras todos comec'aro a prouar el auetu- ra: y el primero que ala ymage dela cas- ta penelope llego fue el esforc'ado rey Amadis: co su amada muger la hermo- sa reyna Oriana. Y luego la figura d pe- nelope, quitado la corona de su cabec'a la puso sobre la de Amadis y Oriana / haziendoles gra acatamiento: se torno a poner la corona sobre su misma cabe- c'a y el rey Amadis y la reyna Oriana se quitaro a fuera: y luego el emperador Espladian: y su amada muger Leono- rina se llegaro ala fuente dla reyna pe- nelope, y q<>tadose la corona y poniedo} [fol. 107r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cvij.} {CB2. la sobre sus cabec'as: les hizo el mismo acatamieto: q al Rey Amadis y Oria- na auia hecho: y luego llegaron ala Y- magen el valiente emperador Amadis de grecia y la hermosa emperatriz niqa y la ymagen de Penelope hizo gra aca- tamiento a la emperatriz niquea: ponie- dole la corona sobre su cabec'a. Lo qual no hizo al empador Amadis de grecia por no tener los quilates d lealtad que deuiera. Mas por euitar prolixidad: to- dos aquellos principes y altos caualle- ros prouaron el auentura, auiniendo a vnos bien, y a otros porel contrario, se- gun que cada vno dellos auia amado / hasta que el principe Lucendus y la In- fanta Fortuna le dieron fin con gra glo- ria: assi dl vno como dl otro: porq alli co- nociero el amor que[ ]se ten[i]a, aunque no sin alguna sospecha no amasse otra per- sona: y de alli fueron ala tercera fuete. La qual tenia vna figura de hobre mas negro que la pez abierto porel corac'on y enl vna llaga: y de alli salia vna negra agua como el carbon, enla mano tenia vn retulo co vnas letras negras: q assi dezia. % Teseo el desleal: que ala amo- rosa Arriadgne se dxo ela dsabitada in- sula. Enla frontera dla pila mayor auia vnas letras muy negras, q assi dezian. % Ninguno sino aquel q en deslealtad sobrare podra la tercera fuente de desle- altad passar para mayor desengan~o fa- bricada. Auiedo leydo las letras: cada vno por si, mouio pa la fuente: pero no vuo tal dllos que pudiesse passar: saluo don Rogel de grecia: que passo adelan- te: y conel gra enojo que desto ouo asio dela figura de Theseo y dio coella por el suelo y luego sono vn gra ruydo con el[ ]qual toda el auentura fue deshecha: y a aquella hora comenc'o a anochecer, y todos se boluieron al galeon dela sier- pe del Esphera: y metidos dentro, el gra galeon comenc'o a mouer con toda velocidad.} {CB2. {RUB. % Capitu .xlj. como yendo porla mar adelante aportaro al reyno d[ ]esparta: y como fuero bien recebidos: y como don briages se q- do co su esposa, siedo velados y ellos se partieron pa la gra ciudad de Cos- tantinopla.} {IN4.} VEynte dias fue la Sierpe del esphera sin parar en algu ca- bo ni hallar auentura alguna que de contar sea. Al cabo dl qual tiempo vna man~ana se hallaro en vn puerto ate vna gra ciudad. Los mo- radores dela qual todos salian co gra grita por ver la sierpe que al parecer bi- ua les parescia: po luego la ciudad fue conoscida de don Briages de boecia q era la ciudad D[ ]esparta donde la infan- ta Melinda su sen~ora estaua, que por fa- llecimiento del Rey su padre era ya co- ronada por Reyna D[ ]esparta y co gra alegria lo dixo a aquellos sen~ores, juto con todo lo que passaua, delo qual don Rogel de grecia y don Filisel de monte espin fuera buenos testigos: y luego aq- llos sen~ores dterminaro de salir en tie- rra por ver a la reyna melinda q por a- mor de don Briages q muy preciado ca- uallero era la amaua mucho, y luego sa- lio el rey de Rodas por hazer saber la venida ala Reyna Melinda. La qual vuo tato plazer: que por poco ensandes- ciera que todo el tiempo con la soledad de don Brianges de boecia su esposo lo auia passado en cotinuo lloro: y luego hizo aparejar muchas caualgaduras, y quitar los pan~os negros q puestos es- tauan y aderec'ar todo el palacio de pa- n~os de oro y ella acompan~ada d todos los grades del reyno salio ala marina: donde hallo todos aquellos principes de[ ]quien fue muy bien recebida. Especi- almente de su esposo don Brianges de} {CW. o iij} [fol. 107v] {HD. Dozeno. +} {CB2. boecia q vna gra piec'a estuuiero abra- c'ados y caualgado todos en muy ricas y hermosas caualgaduras fuero lleua- dos al gra palacio: que muy rico a ma- rauilla era: y siendo todos sentados: se- gu couenia. Luego el rey amadis d gau- la: a peticio de don Briages de boecia concerto el dsposorio: el qual luego fue hecho por mano devn arc'obispo: y la fi- esta se comec'o muy grande que todo a- quel dia turo. Y la noche venida dspues de passadas grades danc'as, y alegrias que los ciudadanos hiziero: se retruxe- ro a sus aposentos, que ricamente ade- rec'ados hallaron: hasta el siguiete dia el qual venido do Briages fue jurado por rey D[ ]esparta y a su peticio estuuie- ron bien quinze dias esperado a que las bodas se aparejassen. Al cabo dlas qua- les dia de pentecoste, fuero celebradas como a tal principe conuenia siedo sus padrinos. El esforc'ado Rey amadis y reyna oriana. Y aql mismo dia con mu- cha solenidad: recibieron la crisma los sabidores: con harta deuocio que dspu- es fuero muy buenos christianos, y aq- lla noche durmieron jutos los nouios. Todo lo qual cocluso aquellos princi- pes de alli a tres dias acompan~ados dl rey D[ ]esparta do Briages: y dela Rey- na Melinda se metieron enla sierpe del esphera. La qual comenc'o a mouer co presteza: los quales dexaremos: por co- taros lo que en Esparta acotescio q de ay a dos meses la reyna se sintio pren~a- da y a su tiempo pario vn hijo y vna hi- ja de vn mismo vientre: la hija con todo extremo d fermosura: ala qual pusiero por nombre Lucela: al fijo q estremado cauallero fue: le pusiero por nobre Lu- cidamor de boecia. De quien enla tre- zena parte desta gran historia se hara muy larga y espressa mencio. Lo qual dxaremos para su tiempo: por cotar lo que mas ala hystoria conuiene.} {CB2. {RUB. % Capitu .xlij. Como todos aquellos principes aportaro enel imperio de costatinopla: y lo q antes que ala ciudad de Constatino- pla llegassen: les acotecio: y como lle- garo ala fuente dlos rosales y como las guardas fueron vencidas.} {IN4.} DEl Reyno d[ ]esparta se partie- ron aquellos principes ela si- erpe dela esphera y aduuiero a gra solaz vn mes al cabo dl qual auiedo vecido y sobrado muchas y diuersas aueturas entre todos ellos assi veciedo Jayanes[ ]muy fuertes co- mo otros diuersos cauallos: vna man~a- na aportaro a vn puerto no muy cursa- do q enl imperio de constatinopla era / lo qual luego fue hecho saber por los[ ]sa- bidores alos principes: de que ouiero soberano plazer: y luego q<>siero salir en tierra. Lo qual assi fue fecho que sin sa- ber como: dela sierpe salieron todos los cauallos que era menester y sin ver q<>- en los sacasse y luego todos saliero en trra y caualgaro en sus cauallos y pala- frenes lleuando en su compan~ia los sa- bidores q muy honrados d todos era. Pero antes que de alli mouiessen: viero que a vista de todos la Sierpe comec'o a hazer tales bramuras y tales cosas q la mar se[ ]leuato muy alta a marauilla y muy braua: y haziendo esto hinco la ca- bec'a enl agua y toda se sumio: que mas no fue vista por entoces, hasta en su lu- gar. Como adelate contaremos. Bol- uiendo pues a nuestro proposito, auien- do visto todos la marauilla dla sierpe tomaron su camino por aqlla floresta a- delate, que en todo aql dia no hallaron auentura algua que de contar[ ]sea ni me- nos camino que a poblado guiasse: an- tes aluergaro aquella noche dbaxo de vnos arboles en vna gra tienda cenan- do delo q los sabidores abudantemen-te} [fol. 108r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cviij.} {CB2. dela sierpe auia sacado hasta el sigui- ente dia: el q<>l venido todos tornaron a caualgar en sus cauallos guiadolos los sabidores hasta que saliero a vna carre- ra no muy ancha: por la qual vieron ve- nir al traues por otro camino dos caua- lleros y dos donzellas los q<>les se para- ron marauillados de ver ta hermosa co- pan~a como aqlla, y ellas los saludaron cortesmete y los caualleros alos princi- pes. Ay buenos sen~ores dixo vna dlas dozellas por parecernos horrada copa- n~a os acosejamos que no vays poressa carrera si[ ]no qreys ser presos delas tres guardas dela fuete del rosal: que a qua- tos por ay va mata: y prede. Dezidnos sen~ora dozella dixo Amadis de grecia que auetura es essa que como quiera q seamos estrangeros no sabemos d esso tanto como[ ]vos: plazeme dixo ella buen sen~or de deziros lo, y aueys de saber q en vna floresta q aqui se haze: ay vna de- leytosa fuente q delos rosales se llama por estar cercada d rosales, y es el mas passagero camino de costatinopla el q<>l aura cerca de tres an~os despues q nu- estras sen~oras las princesas fuero roba- das y los Principes y emperador salie- ron en su busca: llegaron tres cauallos hermanos: y algunos dizen q hijos del gigate macredo que el principe do Ro- gel mato quando vino el Rey de ruxia y a todos quantos toman si se defiende sin piedad ninguna los mata: y si[ ]no los meten en prision en vna cueua que dba- xo de tierra tienen hecha. Catad aqui se- n~ores lo que me aueys preguntado lo que os aconsejo es que tomeys otro ca- mino y dxeys este que no podeys sacar de alli mas que muerte. No se lo q ende auendra dixo el Rey Amadis: pero no qrria rodear mucho Camino por otro cabo: y luego dio dlas espuelas al caua- llo por la misma carrera y los otros pri- cipes tras del y don Silues dela Selua y Lucedus y la infanta Pantasilea ro-garon} {CB2. a todos aquellos principes que les diessen aquella ventura y ellos selo otorgaron de buena voluntad y assi co- mec'aro a caminar cerca de vna hora, al cabo dela qual se hallaron cerca de vn padro de cobre y enel vnas letras gran- des que assi dezian. % Ninguno sea osa- do de por aqui mas adelate passar si[ ]no dessea mas perder la vida q ganar hon- rra porque las guardas dela fuente del rosal lo amenaza con perpetua muerte en vida biuiendo. Poco seles dio de aq- llo a los tres principes ni alos dmas au q aqllas sen~oras yuan assaz temero- sas no les aconteciesse algua cosa: an- tes ellos las esforc'aua hasta que a poco trecho vieron vna fuete muy hermosa toda cubierta d vn chapitel muy rico la fuente era devna cristalina y sabrosa a- gua el chapitel se sostenia sobre tres pi- lares de marmol q fazia tres arcos bie obrados / y debaxo de cada arco viero vn cauallero armado, que auiendo vis- to la compan~a que venia de tres gran- des choc'as saliendo / alli se auia acogi- do sobre grades cauallos: luego q los principes vieron los caualleros cuyda- ro lo que podia ser que aquellas era las guardas dla fuente y do Silues tomo sus armas de la fortuna que para aque- llo auia dado las suyas dl vellocino do- rado a Patasilea y Lucendus las su- yas del Basilisco: sobre poderosos ca- uallos / elazado sus yelmos: tomaron sus lac'as y delate de si viero alos tres hermanos: el mayor ederec'o cotra do Silues y el otro contra pantasilea y el menor contra Lucendus: y dado dlas espuelas a sus cauallos enel camino se diero tales ecuetros do Silues y Dra- mado que el mayor assi se llamaua que Dramadon vino al suelo herido y don Silues hizo lo mismo: siedo quebradas las cinchas de su cauallo / por otra pte la fuerte y hermosa Princesa Pantasi- lea salio al encuetro al otro hermano d} {CW. o iiij} [fol. 108v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Dramado: de suerte que las lac'as fue- ron quebradas y juntadose de yelmos y escudos ambos vinieron al suelo, y si no fuera por las fuertes armas dl vello- cino dorado, ella lo passara mal. Luce- dus se encotro conel menor delos her- manos: que muy fuerte Cauallero era y vuo las armas passadas: y la lac'a se detuuo ela loriga: que muy fuerte era y el vino al suelo: pero el encontro al Ca- uallero vn tal encuetro que llagado en los pechos algun tanto: dio conel enel suelo, y como todos fuessen de biuos co- rac'ones en vn puto se leuataron en pie y embrac'ando sus escudos se diero ta- les golpes que las cabec'as coellos ba- xaua: hasta los pechos y las rajas de- los escudos saltauan: que marauilla e- ra de ver aquella mas estremada pan- tasilea heredera de aql primer nombre los golpes que daua ta fuertes: la lige- reza como vn aue con que se guardaua. Pues ver aquel principe Lucendus lo que hazia era marauilla, de ver que con su buena espada enla mano daua tales golpes: que las rajas dl escudo de su co- trario sacaua: q cierto el no los dexaua de recebir muy grades a marauilla: pu- es del bue don Silues dela selua: no ay que dudar sino aquel que a ta grandes hechos dio fin: no dexaria aqui de mos- trar su muy soberano esfuerc'o antes da- ua a su contrario tales golpes que mu- cho se sentia. Desta manera anduuiero passadas de dos horas sin poderse co- nocer mejoria algua enellos, saluo que nros principes les traya algua venta- ja, en especial la muy preciada pantasi- lea: que auiendo verguenc'a que tanto la batalla le turasse, tomando la buena espada d jasson a dos manos dio tal gol- pe a su contrario sobre el yelmo, que al- go lo desatino: pero no porque no resci- biesse el pago: que cierto si por las bue- nas armas no fuera alli mal lo passara. Pero ya andaua tan mal parado: y lla-gado} {CB2. por todas las partes d su cuerpo q no le aprouechaua la fortaleza de sus armas a los terribles golpes, que la fer- mosa infanta pantasilea le daua: que al- gun tanto enflaquecia. Lo qual sintien- dolo la princesa Pantasilea. Lo come- c'o a cargar de tales y tan fuertes gol- pes, que sin poder lo su cotrario resistir que ya no auia enel mas defensa de can- sado del trabajo dla batalla cayo a sus pies dela princesa, y ella sin ninguna piedad le corto la cabec'a, diziendo ada ve maldito al profundo que pluto te es- ta esperando: donde te pagara bien de los males que has hecho eneste mudo. Y conesto se aparto a vna parte dl cam- po por ver lo q passaua entre los otros caualleros: y miraua como hazia su ba- talla tan aspera y cruel el principe don Silues dela selua: y con quata ligereza se guardaua delos golpes de Dramado que era el hermano mayor del que ella auia muerto: y tabien puso los ojos en el principe Lucendus que muy cruda batalla hazia con su contrario, que vie- do que ya auia dado fin a su batalla: ha- ziendosele ya verguenc'a: cargo a su ene- migo de mortales golpes que desmaya- do su cotrario viendo a su hermano ya muerto cayo enel suelo. El qual no fue bien a buenas acabado de caer: quado ya le auia tajado la cabec'a: pero el bue don Silues dela Selua: viendo que su sen~ora la princesa lo miraua. Andaua ta san~udo viendo como vn solo caualle- ro tato le duraua. Afirmadose sobre las puntas delos pies, dio vn tal golpe a Dramadon que del gra golpe[ ]fue ator- dido. Y la espada del buen don Silues que la que dla fuente delos leales auia sacado era fue hecha muchas piec'as y queriendo cerrar con Dramado, el sal- to a fuera por herirle conel espada. Co mucho pesar de todos. En especial dela princesa pantasilea, que tan gran pesar vuo que sin saber lo que hazia. Y quasi} [fol. 109r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cix.} {CB2. fuera de seso: assi como estaua la cabe- c'a desarmada arremetio para Drama- don: pero el principe don Silues se le puso delante, rogandole que le dexasse fenecer la batalla: que mas valia muer- te con honra q vida deshonrrada y lue- go la princesa pantasilea se quito a fue- ra: rogado a Dios librasse al principe don Silues de aquel ta gran peligro / pues de tantos auia sido seruido librar lo: pero a esta sazon: tomo don Silues vn pedac'o de asta de lac'a del suelo por mapararse del junto co la parte q del es- cudo le qdaua, pero Dramadon muy alegre le dio tal golpe sobre aquel poco del escudo que todo selo hendio de arri- ba a baxo y el espada descendio al mus- lo y lo llago ela cabec'a, q mucho se sin- tio de aquel golpe do Silues dela selua y tomado lo que de su escudo le queda- ua dio conel tal golpe a su cotrario dra- madon sobre el yelmo que selo quebro enla cabec'a y lo desatento: y arremetie- do conel muy presto, le asio de su espa- da dela guarnicion, tirado ta fuerteme- te hazia si q sela saco dela mano: y Dra- madon puso las manos enel suelo por enderec'arse, pero el buen principe don Silues dela selua le dio ta grande gol- pe que toda vna mano le corto. Dado tata alegria a todos quato podeys pe- sar, de alli lo comec'o de cargar de tatos y ta grandes golpes de tal manera que ates de media hora dio conel a sus pies cortadole las correas del yelmo, y jun- tamente la cabec'a echadola de si roda- do porel capo: dio muchas gracias a dios: por la ayuda q le auia hecho a tal tiempo, y luego a el y al principe Luce- dus, le fuero tomadas las heridas jun- to ala fuete: porque los sabidores veni- an de todo apcebidos: y luego amadis de grecia, y los otros principes fueron alas choc'as donde hallaron algua gen- te d seruicio: y tomadolos a merced les pregutaron por la prisio y ellos les mo-straron} {CB2. vna gra cueua d donde en aspe- ras prisiones sacaro mas de cincuenta caualleros conoscidos todos del impe- rio: y otras donzellas y escuderos con que todos ouieron gra plazer, y por sa- ber que vna jornada de alli no auia don- de poder aluergar no passaron d alli aq- lla noche fasta el siguiete dia: como ago- ra contaremos. {RUB. % Capitu [.]xliij. como todos aquellos principes llegaro al ca- stillo del resplador: y como sacaron de prision alos dos amates: y como llega- ron a costantinopla.} {IN4.} OTro dia siedo[ ]venidos todos aquellos soberanos princi- pes quisieron tomar la via de constatinopla: que tres jorna- das de alli estaria coel dsseo que de ver se alla tenia: y lo mejor que pudiero pu- siero al principe Lucendus en vn bla- co palafren, que mas mal ferido estaua y el principe do Silues fue armado de sus buenas armas dl vellocino dorado que ya la princesa selas auia dado: y as- si tomaro todos el mas cierto camino dla corte: porel qual aduuieron todo a- quel dia hasta la noche / que ya queria escurecer, se hallaro envna floresta har- to deleytosa cabe vn fuerte Castillo: el mas hermoso q visto ouiessen, porq era cercado de alto y fuerte muro: y en me- dio dl parecia vna torre mucho mas al- ta y mas eminete que lo otro, redonda no muy gruessa. En aqlla torre mas al- ta: parecia estar fixada vna gra estrella muy resplandesciente mucho a maraui- lla. Mucho holgaron todos de hallar alli aluergue, por no quedar enel capo aquella noche y enderec'aron pa el cas- tillo, a tino de aquella grade claridad. Tato que q<>ndo alla llegaron ya era la noche muy cerrada: y viero muy clara-mete} [fol. 109v] {HD. Dozeno +} {CB2. la estrella que tato resplador desi daua. Que puesto que fuesse de noche parescia ta claro como de dia. Muy sus- pensos estuuieron todos mirandolos pero los sabidores dixeron ala prince- sa pantasilea: y ala soberana Reyna Alastraxarea: y ala esforc'ada Reyna Calpedra madre dela fermosa infanta Patasilea, que a ellas todas tres coue- nia prouar aqlla auetura que era muy estran~a: porq sin ellas jamas auria fin: pero primero quisiero ellas que prouas- sen la ventura otros de aquellos princi- pes y don Rogel de Grecia se llego al Castillo, y vido sobre la puerta del vna gra losa: con vnas letras talladas: las q<>les el pudo bie leer por causa dl respla- dor que assi dezia. % Los secretos del castillo del resplador no sera a nadie ds- cubiertos, ni los dos amantes puestos en libertad, y sacados dela crueldad dl cruel padre: hasta que las tres Leo- nas en armas mas extremadas, siedo dela cueua ecerrada: co soberanos bra- midos del leo dela selua: salidas con su alta bondad sacarlos pueda, porende ninguno sea tan osado dlas puertas dl respladeciente castillo tocar sino aq<> se le amenaza: con perpetua carcel. % No vuo bie leydo las letras don Rogel de grecia. Quado enlo alto del castillo co- menc'aro a sonar bozes, y de rato en ra- to tocauan vn cuerno a manera de vela- dores, y decin~iendose su espada do Ro- gel de grecia: siedo auisado por los sabi- dores: q no la lleuasse por la virtud que dicho os auemos la dio a guardar: y to- mado otra de vno de aquellos princi- pes: toco alas puertas: y don Rogel en- tro detro y las puertas se tornaro a ce- rrar, como antes estaua y don Rogel q- do encantado. Como adelate diremos tras el prouo el auentura Don Fili- sel de monte espin: y el fuerte Principe Artaxerxes aunque contra volutad de sus esposas y don Falajes de astra y do} {CB2. Florisel de niquea de que cierto rescibie- ron gran pesar: si los sabidores de su li- bertad: no lo certificara, y luego dixero aquellas princesas que antes auian se- n~alado que fuessen cotra el castillo y to- mado la espada de don Silues dela sel- ua la dio a Patasilea y el buen anillo a Calpedra y la espada de do Rogel de grecia ala estremada reyna Alastraxa- rea. Puesto caso que despues don Sil- ues dio el anillo a su sen~ora Pantasilea que mucho le aprouecho, como de algu- na cosa en su tiempo haremos mencio. Boluiedo pues a nuestro proposito to- das tres princesas sin par: se llegaron ala puerta del castillo: y Pantasilea to- co coel pomo de su espada enllas y lue- go fuero abiertas d par en par y todas tres princesas entraro enel primer por- tal donde hallaron todos aquellos p<>n- cipes enl suelo tedidos encatados / de que gra lastima ouieron / y cierto tam- bien lo fuera ellas si[ ]no fuera por las p- uechosas joyas que lleuaua: y passan- do de alli entraro en vn gra patio muy bien obrado. El qual todo ala redonda estaua lleno de Sillas a manera de co- ro y enlas sillas sentados infinitos ca- ualleros: duen~as y donzellas, q era to- dos aquellos que hasta alli lealmente auia amado: alli estaua Paris el troya- no: alli estaua Aquiles, Elena la muy fermosa, Fedra y Ariagne con la bella policena: alli estaua priamo y la desdi- chada Tisbe: co otros muchos atiguos todos estaua con fuertes arcos enlas manos y flechas: como que apuntaua contra vn cauallero y vna duen~a q an- te vn gra trono que en medio de aquel coro estaua de rodillas. Sobre el tro- no estaua vna figura de vn Cupido dla manera que los atiguos lo fingen nin~o vendado, cruel a[ ]lado y desnudo co v- na saeta y vn arco enla mano, con que continuamente tiraua a aquellos dos amates cauallo y duen~a q dlate dl esta-ua} [fol. 110r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cx.} {CB2. de rodillas: y tenian todo el cuerpo atrauessado con saetas: ellos estaua a- brac'ados: y de rato en rato co dolor da- ua grades gemidos a marauilla: dizien- do cosas el vno al otro q grade lastima enlas princesas puso: al lado dl cupido estaua otra ymagen de duen~a muy her- mosa a marauilla, a manera de cac'ado- ra con vna corona de Reyna enla cabe- c'a: y vn fuerte arco: y co su aljaua de sae- tas, con vn retulo que dezia. Venus. La qual parescia: que estaua teniendo las manos a su hijo el dios de amor cu- pido: porque no hiriesse alos dos ama- tes con tanta crueldad. Lo qual visto por aquellas ta altas princesas todas tres entraron en aquel patio. Pero a penas fueron dentro quando todas las ymagines q ala redonda estauan tira- ron sus saetas cotra ellas etonces aco- tecio vna gra marauilla: y fue que nigu- na delas saetas dio sino ala reyna Cal- pendra, y la causa era porque nunca el amor enlla tuuo poder saluo q Cupido lac'o la suya enla hermosa Pantasilea: q todas las armas le trauesso y ella sin- tio de aquella llaga tanta dulc'ura y glo- ria qual en su vida tuuo, lo mismo aco- tecio ala preciada Alastraxarea con la diosa y dsleal venus: y co aqllo vna por vna parte: y otra por otra llegaron so- bre el tumulo donde las figuras de Ve- nus: y Cupido estauan: y asiendo delos arcos que enlas manos tenian selos q<>- taron: pero a penas fue hecho quado se dio: vn tal estampido y trueno tan gran- de que conel todos los principes que primero auia sido encatados y las tres princesas con los dos amates que dela- te del trono de Cupido estauan se halla- ron enel campo delate del Castillo: y le- uantandose se rescibiero los vnos alos otros con mucha alegria viedose sin pe- ligro alguno: y assi mismo hablaro al ca- uallero y donzella: desencatados amo- rosamete, y mirado contra el Castillo} {CB2. vieronlo cerrado y que el luzero respla- decia: muy mucho mas que ates y que por las almenas dela torre de en medio y por todas las cercas parecia infinitas luminarias y bozes que dezia. Biua el Principe del esphera: q porel ha de ser deshecho este encatamento y enlas pu- ertas quedaro otras letras que assi de- zia. % El castillo del resplador y secre- tos del secreto amor, no seran jamas ds- cubiertos a nadie hasta q el mas estre- mado cauallero del mudo aqui llegue con sobrado esfuerc'o pa desengan~o del engan~o de su egan~adora. Muy espata- dos fueron todos de aquella auentura y luego cuydaron que era el principe es- pheramudi: y assi por ser ya tarde como por ser el lugar aparejado entre los ar- boles reposaron aquella noche hasta q otro dia tomaron el camino para Cons- tantinopla, lo qual dexaremos por con- tar que auentura fue esta dl resplador. Cuenta pues la hystoria que enel impe- rio de Costatinopla a aqlla parte abita- ua vn sabidor muy estremado enlas ar- tes. El qual fue sen~or de aql Castillo / y tuuo vna hija muy fermosa: y auria qua- tro an~os poco mas o menos, que alli a- porto vn buen cauallo: el qual fue muy enamorado dla fermosura de su fija / y tato hizo que desposandose secretame- te coella la ouo a su voluntad. Lo qual luego por sus artes supo astidor: y cega- dole el enojo la razo estando ellos jun- tos hizo el encantamento que aueys oy- do: creyedo que jamas por alli vedria tres personas de aqlla suerte: y pa ma- yor memoria suya quiso que fuesse mas perpetuo el encatamento. Como la tre- zena parte desta gra hystoria hara mas mencion, quado delos hechos del prin- cipe Espheramudi hablare. Lo qual de- xaremos para su tiempo por contar lo que mas acontescio.} [fol. 110v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. Capitulo .xliiij. como todos aquellos principes llegaron ala ciudad de Costatinopla, y como los sa- bidores Alquife y Vrganda fueron li- bres del encantamento: y lo q con su ve- nida acontecio.} {IN4.} DElante del castillo del respla- dor como os auemos cotado reposaron aqllos Principes aquella noche hasta la man~a- na que el hijo de latona: auiendo su her- mana desterrado con augmeto desu lu- bre salio co nueua vida pa su vieja mu- erte y tornaro al camino que ates lleua- ua para constatinopla: lo qual no pudo ser ta secreto que del buen viejo Nora- del q gouernador del impio era: no fue- sse ates sabido, el q<>l los salio a rescebir quatro leguas dela ciudad con tata ale- gria, quata lealtad y amor aquel viejo rey siempre les tuuo acompan~ado d to- dos los grades del reyno, que no os sa- bria hobre cotar lo que alli passo: saluo cada vno lo puede pensar no auiedo se visto tato tiempo auia: y de alli tomaro el camino dela ciudad: donde llegaron vna hora de noche y ates q ala ciudad llegassen vieron el encatamento enque el sabidor Alquife y Vrganda estauan de que vuieron tanto pesar todos que no vuo alguno que de gra compassion no llorasse con la gra amistad que aque- llos sabidores tenia por los muchos ser- uicios dllos recebidos: por quie mas sentimieto mostro fue el rey Amadis y el emperador espladian. Lo qual visto porel sabidor Zirfeo que assi se llama- ua: aunque se baptizo: baxando del pa- lafren el y la sabidora zirena su muger, se fueron a hincar de ynojos ante don Silues: diziedo. Agora estremado prin- cipe es tiempo de acabar de hazer me se- n~aladas las mercedes, sacando estos} {CB2. dos honrados sabidores d donde esta don Silues los leuato de dode estauan diziendo que haria su poder, y ponien- dose su yelmo y lac'a enla mano, que la claridad que del fuego del encantamen- to salia era tata: que bien lo podia fazer arremetio pa el fuego del encantamen- to salia era tata: que bien lo podia fazer arremetio pa el fuego y de en medio de la ardiete llama salio a el vn cauallero sobre su cauallo: que en todo a su padre el emperador amadis parecio: y el esta- ua como espatado de ver su figura. La qual traya enel escudo vna ardiente es- pada, ni mas ni menos: q la q el y do sil- ues enel pecho tenian: pero al tiempo del encontrar: pensando don Silues que fuesse verdaderamente el Empera- dor amadis su sen~or: que por padre no lo conoscia: mas de sospecha al tiempo del juntarse, alc'o la lanc'a don Silues y la figura dela aridente espada lo eco- tro enel escudo: que si[ ]no fuera ta bueno lo vuiera muerto, pero assi el vno como el otro viniero a tierra cayendo vno de vna parte y otro de otra: pero no fue- ron perezosos en leuatarse. Antes sus espadas elas manos, que la que el ca- uallero encatado traya, en nada dla de Amadis de grecia discrepaua, se diero tales golpes: que las cabec'as inclinaro hasta los pechos, y de alli comienc'a a herirse de suerte. Que puesto q ningu- no dellos por la virtud y bondad dlas armas no recibiesse herida no dexa de lastimarse muy mal. Pero que va que por mucho q don Silues trabajaua q<>n- do pensaua hallar mas flaco a su cotra- rio lo hallaua co mayor esfuerc'o y bra- ueza que tales golpes daua como al p<>n- cipio. Que os dire sino que ya era passa- da de media noche que se combatian: y no se conocia mejoria algua enllos, mas que andar don Silues muy ligero y co- metedor: y valerle mucho las bueas ar- mas q el escudo d su cotrario tenia roto por muchas ptes: y las lorigas tabie / po a esta ora el dela ardiente espada al-c'o} [fol. 111r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxj.} {CB2. el espada y dio tal golpe a do Silues sobre el yelmo que dio conel redodo en el suelo / y la espada fue hecha veynte piec'as por ser ya llegada la ora en q a- quel encatamento auia de auer fin: pe- ro do Silues que en tal peligro se vido medio desatentado se leuato: y apreta- do la espada se fue pa la figura de Ama- dis de grecia por darle vn muy cargado golpe, pero como los encatamentos o- uiessen auido su efeto: ella se metio porel fuego y do silues tras ella hasta q fue de- late los dos padrones: en q el sabidor Alquife y vrgada estaua, en su cotinua rehierta: pero los quatro canes que a- lli estaua arremetieron co don Silues: pero el dio de traues a vno tal golpe q vna pierna cercen le corto, y de alli dio otro golpe al mismo q hendido por los lomos dio conel enel suelo y los otros lo asieron: y comenc'aro a morder por todos cabos: po el dio co la puta a otro por la barriga que muerto lo echo enel suelo y de alli se metio entre los otros, d suerte q en breue los mato, puesto que muy grades y muy ferozes fuessen: y d alli se fue para el cauallero q entre am- bas colunas estaua y diole tal golpe q aunque fuera la mas dura yunque del mudo ouiera hedido: pero entoces aco- tecio vna marauilla semejante que la q al emperador Amadis acotecio quado en costatinopla, por causa dela Empe- ratriz Abra: con su hijo Amadis de gre- cia se cobatio: y fue que el espada le co- mec'o a arder muy fuertemente, pero a aqlla sazo vino por alli vn aguila muy hermosa bolado: la qual lanc'o vn agua muy fermosa y olorosa sobre el: la qual tuuo tato poder que el encantamento conella fue deshecho y don Silues y los sabidores quedaron amortescidos enl lugar que el auentura auia sido y llega- do aquellos principes todos alli halla- ron a aquellos sabidores, porque don Silues dela selua conel gran ardor que} {CB2. sentia estaua tal como muerto: pero Al- quife y Vrgada lo remediaron de pre- sto diziendo publicamete: cuyo fijo era y con quata lealtad fue auido: y esto di- cho don Silues se leuato en pie recibie- dolo todos: puesto que mucho le deuie- ssen y quisiessen con mayor amor q ha- sta alli, pues ver como los sabidores al- quife y Vrgada fueron recebidos de to- dos aquellos principes. No ay lengua que cotar oslo pudiesse: saluo que alli se confirmo entre los quatro sabidores Alq<>fe y Vrgada: y Zirfeno y sabidora Zirfena muy gran amistad, oluidados todos los enojos passados: se abrac'aro con gra amor. El qual para siempre les turo, como el processo de nuestra hysto- ria dara entero testimonio: mayormen- te enel trezeno libro quado el auentura se acabo: entraro por la ciudad, dode era tatos los fuegos: y luminarias q auia que parescia toda la gete estar sandia d gozo: assi llegaron co harto trabajo ala ciudad: dode aunque fuesse muy tarde reposaron auiendo todos cenado muy abundatemete, como a tales mesas per- tenecia hasta la man~ana: la qual siedo venida: y todos leuatados algo tarde de nueuo se recibiero los vnos alos o- tros recibiedo assi mismo muchas y al- tas duen~as y dozellas que a verlos ve- nia: no cessando las fiestas dela ciudad por mas de vn mes mediate el qual tie- po vinieron infinitos reyes y grades se- n~ores todos aquellos de quien esta gra historia ha hecho mencion: todos con gra desseo de ver aquellos altos princi- pes que auian estado encantados, reci- biendose conel amor que siempre se tu- uieron. Donde los dexaremos por con- tar lo que mas a nuestra historia faze al caso, y las mortales cuytas y desseos q don Silues y Lucendus padecian.} [fol. 111v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. % Capitu .xlv. como el principe don Silues dela selua / y el principe Lucendus padecian mor- tales cuytas por sus sen~oras: y como les escriuieron ciertas cartas: y las respuestas que ellas embiaron.} {IN4.} HArtos dias turaro las fiestas por la venida delos princi- pes en costantinopla: media- te los quales don Silues de la selua, y el principe Lucendus se auia tomado infinito amor: que jamas d en vno se partian / y assi auian descubier- to su corac'o el vno al otro: y puesto que mucho importunasse cada vno asu sen~o- ra no por esso dellos fauor alguno rece- bian: y especial el principe Lucendus q tanta era la presumpcion dela Infanta Fortuna que a cosa terrenal no se esten- dia: antes en si auia presupuesto de ser monja, aunque su voluntad. Como ela trezena parte mas largamete se cotara no se pudo efectuar, porel amor q al p<>n- cipe Lucendus ouo. Como adelante co- taremos: viendo pues aquellos princi- pes que cosa alguna, alas volutades d sus sen~oras no podia hazer: determina- ro escreuir a sus sen~oras sendas cartas y embiallas con Busendo el Enano de Amadis de grecia: que por parecerles muy discreto: sele auia descubierto y da- do parte de su hecho q Ximiaca su mu- ger: y el buen Darinel, dias auia que eran muertos: y coneste pensamieto es- criuiero sendas cartas. Las quales bu- sendo lleuo alas dos princesas Panta- silea y Fortuna q en vn mismo aposen- to posaua: por el amor q ambas se auia tomado, estado enel encatamento por ser dela misma hedad la vna dela otra: y tomado las cartas: y haziedo salir a Busendo fuera las leyeron q assi dezia.} {CB2. {RUB. % Carta. del principe don Silues dela Selua para la estremada princesa pantasi- lea.} {IN4.} PVes mi vetura assi lo ha orde- nado: alta y soberana prince- sa q tu soberana fermosura de mi fuesse vista, y q tu vista assi me llagasse: no me deues negar tu pie- dad: pues alos vecidos de tu rigurosa espada jamas la negaste, quato mas a mi q no solo vecido, mas muerto soy: po no es marauilla serlo de aqlla ante qui- en las fieras y fuertes jayanes temero- sos encantametos, poder alguno no tie- ne, pero ni aun las mas hermosas don- zellas osan hablar. Mira alta y precia- da princesa que si herre en mirar: yo lo tengo bie pagado: solo te pido lugar pa- ra con mas espacio poderte recontarlo que siento, y con tato cesso besando tus fuertes & hermosas manos. % No fue- ron de tan poca eficacia estas palabras enel corac'on dela hermosa y valerosa princesa: que elo mas secreto de sus en- tran~as no rasgassen y con lagrimas die- sse sen~al delo que dentro dellas auia lue- go descubrio ala infanta fortuna lo que en si sentia. La qual no solo no selo des- uio: pero antes loo tanto a don Silues dla selua: q acreceto enel amor que ella le tenia: y luego tomaro la carta que pa- ra la infa[n]ta fortuna venia que assi dezia. {RUB. % Carta del principe Lucendus ala fer- mosa infanta Fortuna.} {IN2.} AQuella soberana hermosura, de quien Dios nuestro sen~or, sobera- na Infanta dotar te quiso tuuo poder de passar lo mas secreto de mis entra- n~as con vn amoroso fuego en que me si- ento arder. Pero ay de mi: y quanto me valdria mas callar que hablar: si habla- do, no he de hallar remedio ami mal: ni agua de misericordia pa socorrer a ta en-cedido} [fol. 112r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxij.} {CB2. fuego, como el de q soy abrasa- do: bie conozco auer errado: bie conoz- co tu fermosura sobrar a mi merescimie- to, po supla tu bodad lo q faltare: vsan- do d aqulla piedad q de ti se espera. Y co tato cesso, tus hermosas manos besan- do. No menos fuerc'a tuuieron aqllas palabras enel animo de Fortuna, q las de don Silues dela Selua en la princesa Pantasilea: y no menos sen~al que ella dio, antes rindio todas las fuerc'as d su voluntad al amor: y tomando aparejo, ambas en vna misma carta respodiero a aquellos principes y dadolas al ena- no: que las lleuasse alos principes. De los quales fue rescebido, conel alegria que podeys pensar y abierta viero que assi dezia. {RUB. % Carta dela Infanta Fortuna y dela princesa Pantasilea, para los principes don Silues y Lu- cendus.} {IN2.} % La princesa Pantasilea & infanta for- tuna: a vosotros los mas locos princi- pes del mundo. Salud para q conella a nosotras dys que burlar a vosotros q sentir. No sabemos porcierto de que tomastes atreuimieto de escriuirnos: si- no de vuestra demasiada locura, pues d piedad sin crueldad co nosotras mismas no podemos vsar: quato mas que seme- jate piedad: menos q de baxo de titulo de esposas: no se sufre: dl qual titulo, os queremos fazer merecedores: por vsar de aquella piedad que pedis. Por tato si del os sentis merecedores: venid esta noche porel lugar de nuestro aposento ala vetana del jardin: donde nos halla- reys para saber el fin de vuestras inte- ciones. Leydo que ouieron aquellos principes la carta. No se os podra con- tar el plazer que ouiero. Sino que esta- ua como locos, y salidos ala sala supli- caron al Rey Amadis y a todos aque- llos emperadores: tuuiessen por bie de-madar} {CB2. que se apregonassen vnos torne- os generales por el mundo todo, con se- guro: para todos los que a el quisiessen venir. Lo qual les fue cocedido, para dende a dos meses primeros siguietes q seria dia de nuestra sen~ora de agosto. Lo qual dxaremos para su tiempo por cotar lo que aquella noche al Princi- pe don Silues dela selua: y al principe Lucendus acontescio. {RUB. % Capitu .xlv[j]. como aquella noche el principe don Silues dela selua y la princesa Pantasilea, y la Infanta Fortuna y el principe Lu- cendus fueron desposados: y lo que aquella noche entre todos passo.} {IN4.} NO con pequen~o dsseo espera- ua el principe don Silues de la selua y Lucedus: la noche por cumplir el madado d sus sen~oras: passando el dia en embiar me- sajeros por todo el mudo: para que pu- blicassen los torneos. Paresciedoles a ellos que el sol tardaua demasiado en dar su acostubrada buelta: pero no por esso dexo de tardar lo q auia acostum- brado fasta q la noche vino: como para su intencion couenia y ellos se acostaro por assegurar su gete hasta la media no- che, la qual siendo venida don Silues y Lucendus que poco dormia se leua- taron en calc'as y jubon con sendas ro- pas roc'agates por vna falsa puerta ba- xaron al muy fresco jardin delas infan- tas y siendo detro se fueron porel fasta la ventana que sus Sen~oras les auian mandado venir. La qual ventana tenia vna fuerte rexa: aunque baxa: y llegado se a ella, luego delas princesas fueron oydos q alli estaua espadolos: y abierta la vetana por mano d patasilea q como} [fol. 112v] {HD. Dozeno +} {CB2. de varon tenia el esfuerc'o, se pararo lle- nas de hermosura / como quado diana con la claridad de apolo enel medio de su carrera co su hermoso rostro se mue- stra, tato que ellos quedaron tan suspe- sos q palabra algua no pudiero fablar saluo hincar los ynojos ante aqllas pre- ciadas princesas que bie sintiero su tur- bacion: aunque la hermosa infanta for- tuna no lo sintio menos: antes mucho mas la princesa Patasilea dixo. Como caualleros en tal tiempo ta poco esfuer- c'o: acordad, y mirad que teneys enemi- gos delante. Es tanta la gloria mi sen~o- ra dixo don Silues dela selua q mi ani- ma siente que trasportada desta vida le parece gozar dla beatitud que ela otra se goza: pues no ay que dudar: sino que dudamos esta merced ser nos hecha sin- tiendo nos ta indignos dlla si enlla vue- stra mesura no suple. Esso bien vale por vos dixo Fortuna: pero del sen~or Lucedus: no se que se dize: digo mi se- n~ora dixo el. Que mi sen~or do Silues ha dicho el todo, pues en todo la honra les es deuida. Dexemonos desso le dixo Pantasilea y vegamos alas veras: y es que por vuestras cartas nos hezistes sa- ber, a esta alta y hermosa infanta y a mi vuestras voluntades. Las quales si son d tomar nos por esposas y mugeres: de- de aqui por tales no ofrecemos: dode no ni en nuestra presuncio otra cosa su- frirse puede: ni nuestra gradeza consen- tir lo deue. Son tantas las mercedes mi sen~ora dixo don Silues dla selua: q como indignos dellas, solo por tan al- tas mercedes, junto con rescebillas co- mo esposas: qremos besar vuestras fer- mosas manos. Y por la ventana ser ba- xa por entre la rexa don Silues dla sel- ua desposo al principe Lucedus con la Infanta Fortuna: y el principe Lucen- dus: ala estremada princesa Pantasi- lea, con don Silues dela selua con aque- llas palabras que la santa madre ygle-sia} {CB2. deua. Sen~ora hermana dixo do Sil- ues dela selua contra la Infanta fortu- na: ay os entrego esse cauallero, para q lo trateys con piedad. Y conesto se pu- so a hablar co su sen~ora patasilea y Luc- endus con la hermosa Infanta fortu- na: gozado delas manos: que sin licen- cia de sus padres: la Infanta Fortuna otra cosa no cosintio: ni la princesa pan- tasilea: sin licencia de su sen~ora Calpen- dra: hablando muy amorosas razoes, hordenaron que ellos las pidiessen por mugeres: q cierto creya no selas nega- ria. Lo qual se estoruo como adelante diremos: que no pudo ser ta cedo fasta enel principio dela trezena y gra parte desta hystoria. De aquella manera pas- saron: hasta que ya la hermosa diana se escondio por no ver a su hermano. El q<>l con su gran claridad la suya ocupaua q con muchas reuerencias se despidiero yedose a sus aposentos. Gozando por muchos dias los dos Principes do Sil- ues dela selua & Lucedus: de solo aque- llo que los dsposados gozar suelen: si la fortuna no diera su acostumbrada buel- ta. Puesto que dios nuestro sen~or como soberano que lo puede hazer: la tuuo q no la diesse del todo. Como agora con- taremos. {RUB. % Capitu .xlvij. como don Silues dela Selua: y los otros principes entendian enlos torneos y como ala corte llego vna gran aue- tura / y como ouo fin y quien la aca- bo.} {IN4.} ERa tanta la alegria de do Sil- ues dela selua y del principe Lucendus: viedose subidos enla cumbre de sus desseos co auer recebido por esposas dos tan so-beranas /} [fol. 113r] {HD. de Amadis. \ [.]cxiij.} {CB2. y hermosas princesas como Fortuna, y Pantasilea aunque enlo de- mas no gozaua ((como auemos dicho)) sino d fruta d desposados q jamas ellas les qu(e)[i]sieron hazer otro fauor alguno: saluo aquel. Pero conello se contenta- uan: esperando aque delo de[+]mas co to- do descanso pudiessen gozar: y con el a- legria que trayan hazian tantas fiestas y inuenciones que toda la corte alegra- uan. Y puesto que todos aquellos prin- cipes y grandes sen~ores quisiessen yr a sus tierras por ruego dlos otros no so- lo se quedaron: pero escriuiero a todos sus parientes y amigos que viniessen a aquellas grandes fiestas / alas quales de cada dia venian infinitos y grandes sen~ores y caualleros de todas suertes. Assi christianos como paganos gigan- tes y d todas maneras, porque para to- dos auia seguro: y conesto cada dia aq- llos principes hazian grandes merce- des & la ciudad de constantinopla esta- ua la mas poblada d cauallos y damas y toda manera de grandeza, que jamas estuuo. Assi fue pues que estando vn dia en la gran sala: todas aquellas prin- cesas y caualleros muy gran solaz con los quatro sabidores alquife / y Vr- ganda / y Theodoro, y Merlina: don Silues: y Lucedus por alegrar la cor- te. Ordenaro lo que agora os diremos y fue: diziendo que yua a cac'a ((como o- tras muchas vezes solia hazer)). Se fue- ron fuera dela ciudad: y en vn muy olo- roso y verde prado entre vna fresca y viciosa Floresta Se armaron de ricas y muy fuertes armas: todas diferentes de vnos soles de oro. Y tomaron vn es- cudero desconocido, y lo embi(e)[a]ron ala corte con vna corona muy preciada de oro enla mano. El qual entrado por la sala adelante. Hincando los ynojos an- tel estrado de aquellos altos y precia- dos Principes, comenc'o a dezir. Al- tos principes y caualleros: si soys ser-uidos} {CB2. q diga la demanda con que vego si[ ]no boluer me he por donde vine: buen escudero dixo el rey Amadis dzid lo q quisierdes que aqui os oyremos. En- tonces el escudero se leuanto del suelo y dixo. Los caualleros delos soles, cu- ya Fama porel mundo es tedida dizen quellos son venidos por horar esta cor- te con cierta demanda. Y es que dizen que ningun cauallero es merecedor de seruir a las que ellos siruen y que esto di- zen por no poner en condicion la fermo- sura delas q ellos sirue & que sobre esta razon: mantedra el campo: armados d todas armas sobre sus Cauallos. Con tal condicion que aquel que cayere no pueda por aquel dia caualgar a cauallo y dexe sus hombres, y que si viniere v- no: no sea obligado vecer mas dl vno y que si ellos fueren vencidos: el que los veciere lleuara esta rica corona para p- sentar a su amiga: y esto promete de ma- tener, oy todo el dia hasta puesto el sol. Hermosa demanda es essa dixo esplan- dian: yd y dezid a vuestros sen~ores que venga en buena ora & que su venida les agradecemos: que no faltara quien res- ponda a su demanda: y conesto se fue el escudero y dio la respuesta alos caualle- ros delos soles. Los quales se viniero al campo delas lides que ante los pala- cios era cercado de cadenas muy grue- ssas. lo que como de todos fue sabido luego los principes y aqllas fermosas y altas princesas se pusieron alos mi- radores. Espantados dela gran apos- tura de aquellos dos tan apuestos Ca- ualleros delos Soles que esperado es- tauan si alguno saliesse ala justa. Mas no estuuieron mucho esperando, quan- do vieron venir seys caualleros todos armados de armas azules. Los quales de dos en dos tocaron en aquella her- mosa y rica corona: q estaua sobre vn muy rico padro d alabastro ((q ala vna parte dl capo estaua)). Y puestos los ca-ualleros} {CW. p} [fol. 113v] {HD. Dozeno. +} {CB2. enla carrera: al mas correr de sus cauallos. Se vinieron a encotrar d tales encuentros que los caualleros a- zules quebraron sus lanc'as enlos caua- lleros del sol los q<>les diero tales encu- entros q los echaron porel suelo / y lo mismo hizieron alos otros quatro / y a mas de treynta caualleros delos mejo- res de todo el imperio, los q<>les todos dexauan sus nobres escriptos envna ta- bla, Pero no porque ninguo delos prin- cipes Griegos a ellos saliesse porq los sabidores: jamas los dexaron salir, sal- uo las dos estremadas princesas / Ala- straxarea y la hermosa Pantasilea: las quales viendo que mas de vna hora a- uia que ninguno contra los caualleros delos soles salia: secretamente se entra- ron en su aposento y fuero armadas de vnas ricas armas de q<>rteles dorados y caualgado en dos poderosos cauallos Salieron al campo: dado: tato conten- to de si: que todos dezia ser de gra bon- dad: tocaron la corona, y puesto en sus lugares. Se vinieron a encotrar sin co- nocerse y enel camino, se diero tales en- cuentros: que las Lanc'as fueron que- bradas y ellos se encontraron delos cu- erpos y escudos, de tal suerte que la pre- ciada princesa pantasilea, fue al suelo y el cauallo le tomo vna pierna debaxo y el cauallo de do Silues fue en tal mane- ra derregado que no se pudo mas leua- tar: el Principe Don Lucendus: & la soberana princesa Alastraxarea: caye- ron cada vno de su parte: y leuantados todos quatro aquellos dos tan valero- sos principes altas y estremadas p<>n- cesas Comienc'an vna tal: y tan braua Batalla que les couenia abaxar las ca- bec'as hasta los Pechos: y el fuego que saltaua de tal manera que si mucho tu- rara la batalla, fuera muy gra dan~o: lo qual visto por los sabidores que alli es- taua y muy bien sabian quien los caua- lleros eran Vsaron de sus artes y al ti-empo} {CB2. que se fueron a dar dos grandes y fuertes golpes las espadas se quebra- ron por medio todas quatro, y los yel- mos con la fortaleza delos golpes sal- taron porel suelo: y todos quatro que- daron sin yelmos. Que os dire del p<>n- cipes don Silues dela Selua viedo que se auia combatido consu sen~ora Panta- silea, sino que quedo el mas corrido ho- bre del mundo: y tomando la Espada q- brada por la punta: sela dio por la man- c'ana: juntamete con darle la honrra de la batalla: y ella lo leuanto del Suelo ((con aquella honra que a semejante p<>n- cipe se requeria hazer )) y lo abrac'o: y al tanto auino al principe don Lucendus co la hermosa: y preciada Reyna Alas- traxarea. Mas a aquella sazo todos los principes los despartieron. Sen~or tio dixo don Rogel d grecia contra do Sil- ues dela Selua. Pareceme que toda la honrra quereys para vos: pues lo que podeys ganar: no lo dexays para nadie No es mucho dixo el principe Anaxar- tes: que harto tambie aueys vos gana- do. Don Silues y Lucendus les rin- dieron las gracias: delo que dezia, y to- mando la coronas: suplicaro ala pre- ciadas Infantas que las rescibiessen. Bien sera dixo la fermosa princesa Pa- tasilea. Sen~ora Alastraxarea que reci- bamos la Corona en sen~al de auer nos cobatido con los dos mayores caualle- ros del mundo y conesto hablando to- dos estado en muy graciosas burlas, su- bieron alos grandes Palacios. Sien- do de todos aquellos altos Principes y grandes sen~oras muy bie rescebidos con muy grande solaz creyendo que la fortuna auia ya peruertido su orde, y q- ria ya tener segura su mudable & incier- ta Rueda: gozando se sus sen~oras y a- madas esposas, por quien tantos tra- bajos: y mortales cuytas auian pade- cido. Desta gloria gozauan todos los mas d aquellos principes, saluo el bue} [fol. 114r] {HD. de Amadis. \ [.]cxiiij.} {CB2. Don Silues & Lucendus que solame- te gozauan de noche: de sabrosa conuer- sacion enla huerta: por la ventana dela rexa mas de quinze dias. Al cabo dlos quales los Sabidores / Alquife, y Vr- ganda se quisieron yr ala insula no ha- llada. Lleuando consigo los otros sa- bidores con quie. Como auemos dicho tenian gran amistad. Y puesto que los principes se lo q<>siessen estoruar, jamas pudieron: los quales yuan con intenci- on de fazer cierta obra: q mucho al ser- uicio de todos cumplia, y antes que se partiessen dexaron quatro padrones d marmol. y enellos quatro profecias es- criptas muy escuras. Aunque en su tie- po muy claras parescieron. La del Sa- bio Alquife dezia assi. {RUB. Profecia del gra sa- bidor Alquife.} {IN2.} ENel tiempo que los rezie nacidos Leones: salidos dela obscura sel- ua: por mano del mayor Leon dela ver- dadera Selua salido, sus bramidos es- tendieren porel vniuerso: haziendo ca- llar los otros bramadores animales en cadenas: y crueles prisiones: sera meti- (ti)dos presos por mano delas garc'as delas sangrientas vn~as: y la Tortola ro- bada, hija dela egan~ada Aguila. Sera sacada de su encerramiento con mayor gloria suya y la magica lengua aura su verdadero fin. {RUB. Profecia dela gran sabidora Vrganda.} {IN2.} QVando la segunda del nobre d la primera que el hijo en vengan- c'a de su padre muerto mato, floreciere con mayor grandeza de sus vn~as. Ha- ra tal presa enel segundo Leon dela sel- ua hijo del mayor Leon dela Selua: y el Hijo del Cueruo Ruxiano. Vendra sobre la ynsula: donde hara tal destruy- cion que a poder de picadas: dadas co} {CB2. su Azerado pico ahuyentara el Aguila real: y el llagado paxaro vendra co tal pujanc'a que co la fortaleza de sus vn~as lo alcanc'ara dela vsurpada cueua para mayor gloria del paxaro llagado. {RUB. Profecia del gran sa- bidor Zirfeno.} {IN2.} ENel tiempo que el heredero del primero nombre de amar, conel fer- moso Girifalte: salido dela conjuncion de Diana recibieren la orden d caualle- ria. Por mano delas dos hermanas es- tremadas en beldad / daran tales cor- ridas en busca del primer Leon de su nombre: hasta que siendo por el Leon hijo del mas brauo Leon de grecia: ha- llado los pueda restituyr ala luz d su vi- da: eneste tiempo andara el fijo del real gallo en busca del Basilisco dla mortal vista, dando tales gemidos q el mudo conellos assombrara hasta q poniendo lo en libertad y restituydo a su primera cueua: sea con vn mismo yugo vn~idos eneste tiempo en Persia respladecera vn Luzero y estrella de tata claridad q la mayor parte dlos otros podra en es- curidad. El qual sera causa q muchos d los griegos paxaros mueran hasta q sea ayuntada al que de su real ayutami- ento sera merecedor. {RUB. Profecia dela sabia Zirfea.} {IN2.} QVando los dos Ossos marinos salidos del gran Selua y desier- to de tartaria, con imperial Corona de duro Venablo fuere herido y curado y la saludable medicina le fuere negada procuraran las dos pujantes y hermo- sas Garc'as / robar delas tajantes y ar- madas vn~as de cuyo robo siendo leon dela selua sabidor: dara tal corrida so- bre la hermosa sierpe: guiado porel ma- gico saber q podra alas garc'as y al gallo coronado q en su fauor auia venido en} {CW. p ij} [fol. 114v] {HD. Dozeno +} {CB2. perpetua libertad: hasta q la negra Cor- neja co coraje dl gallo y lastimada d sus picadas: poga en cruel prisio, al hermo- so basilisco d natura: siedo primero los dos hermosos paxaritos q codenados a ynocente muerte era librados por ma- no de dos Lobos mas sabios. % Todos fueron marauillados delas profecias que los sabidores alli dexa- uan: delas quales algunas vuieron fin enla trezena parte desta gran historia / la qual dio nuestro sen~or queriedo sal- dra a luz dela forma que el sabidor Zer- feno la escriuio. Boluiendo pues a nue- stro proposito, llegados los sabidores muy acompan~ados de todos alas ribe- ras dela mar. La mar se comenc'o a em- brauecer, d tal manera q la altura d sus ondas: con las altas nuues comunica- uan. y al cabo de vna piec'a dentre las ondas parecio la hermosa fusta dla sier- pe del esfera. La qual tedio su boca en tierra ((como lo acostumbraua hazer)). Y porella se metiero los quatro sabido- res: despedidos delos principes y la si- erpe comenc'o a mouer con gra veloci- dad. Dode los dxaremos hasta su tpo. {RUB. % Capi .xlviij. Como ala corte de Constatinopla vino vna do- zella: con vna demanda, y como el prin- cipe Lucendus fue conella.} {IN4.} PArtidos los sabidores como auemos cotado dela corte, d- xando la llena d infinitas ge- tes d todas maneras, q alos torneos venian de todas suertes, porq ya solos veynte dias faltaua. Estando todos sentados enla gra sala: en mucho solaz. Entro por al sala adelate vna don- zella: toda vestida de negro / con dos ho- bres ancianos que de brac'o la trayan. La qual assi como entro: la fuerte Me- dusa de que os auemos contado: come- c'o a hazer el mas dulce son del mudo en sen~al q su venida seria alegre. Porq co-mo} {CB2. os cotamos: assi lo solia fazer y etra- do que entro detro. La donzella comen- c'o a fazer el mayor llanto del mundo: & hincando los ynojos ante aqllos prin- cipes: arreziando su llanto comenc'o a dezir. Altos & soberanos principes: cu- ya fama sobre los altos Cielos se estien- de / mueuanse vuestros soberanos Co- rac'ones a piedad dela mas desdichada donzella del mundo: y que mayor agra- uio rescibe. Buena donzella dixo Ama- dis ((mouidos todos de gra piedad)) de- zid vuestra cuyta, que si aqui puede ser remediada a todo nuestro poder nos fal- tara el remedio. No en balde dixo la llorosa donzella vras famas esta tan en- cubradas. Y aueys de saber altos prin- cipes que yo soy hija del sen~or dela in- sula sola, que como todos saben ta bue sen~orio es: a mi padre llamauan Dore- dus el casto: por q dspues q a mi madre ouo por muger, y siendo ella muerta: jamas quiso recebir otra muger algua el q<>l es el mas piadoso hombre dl mun- do y q mas bie a todos los caualleros andates e su ysla llego: aura tres meses vn grade gigate: llamado Modrago: el q<>l y dos compan~eros suyos: fueron muy bien recebidos d todos los dela ysla co aqlla volutad q de seruir a todos tenia Pero el cruel Mondrago: no mirado la dmasiada horra q d mis padres auia recebido, leuatadose ala media noche armado el y los suyos, mataron a to- dos los dl castillo y a mi padre prediero lo qual como por mi fue sabido: me sali por vna vetana de mi aposento: y a mas andar me fue ala mar. Y tomando de ca- mino a estos dos caualleros ancianos mis parietes en vna pequen~a barca: me quise venir por pediros socorro en tan grade necessidad: pues a ello os obliga vra propria virtud. Muy mouidos a pie- dad dela dozella fuero todos aqllos p<>n- cipes: en especial el principe Lucendus} [fol. 115r] {HD. de Amadis. \ [.]cx(iiij)[v].} {CB2. que como fuesse muy noble / paresciole que no tenia merescimiento pa llamar- se cauallero d tan alta princesa como su Sen~ora Fortuna. Y leuantandose en pie fue a suplicar a aquellos Principes: le otorgassen aquella demana, lo qual e- llos hizieron: viendo ser aquella su vo- luntad / y luego se quiso partir cola don- zella. Lo qual no plugo nada a ala infan- ta fortuna: antes en su hermoso gesto se podia bien parescer lo que sentia. A qui- en enello bien mirara / pero Lucendus fue armado de todas armas co su sen~al del Basilisco, que jamas la dexo: y que- riendose partir. Don Silues le rogo lle- uasse la espada que en la barca encanta- da hallo: que buena era: que la de jason jamas de si la aparto y el encantado A- nillo. Como diximos tenia su sen~ora pa- tasilea que muy prouechoso era. Bolui- endo pues a nuestro proposito / siendo Lucendus despedido de todos bien a- compan~ado: se fue contrala mar donde la Donzella su barca tenia. Y metidos dentro: tomaron el camino que ala insu- la yua. Donde los dexaremos hasta su tiempo por contar lo que mas acontes- cio. {RUB. Capitu .xlix. Como ala corte llego la estran~a ventura de la encantada Sierpe, y lo que cone- lla acontescio.} {IN4.} PArtidos el principe Lucen- dus. Como os auemos conta- do: puesto que muy amado fu- esse de todos. No por esso de- xo de quedar la corte en mucha alegria saluo el animo dela infanta fortuna: ala q<>l mucho aprouechauan los consuelos de Pantasilea / y del Enano Busendo que gran solaz le daua sus dichos: y gra- cias / viniendo cada dia ala Corte nue- uas y estran~as auenturas: alas quales todos aqllos principes dauan loables fines: con acrecentamientos de sus en-cubradas} {CB2. famas: especialmente conlos torneos q de ay a doze dias se esperaua alos quales estauan juntos tan grades compan~as de caualleros d todas nacio- nes / que era cosa estran~a de ver. Delo qual no hazemos mencion alguna por no hazer a nro proposito, saluo que esta- do la gra sala llena d pciados cauallos porla ciudad comenc'o a sonar gran bo- zeria y rebuelta. Tanto q vino a oydos de todos aquellos principes y pregun- tando lo que era. Fueles dicho que la mas estran~a auentura del mundo: la q<>l se venia derecho al palacio imperial. Mas a penas fue dicho quando porla gran sala derrocando quanto topaua sin a nadie hazer mal alguno / entro v- na gran Sierpe de inestimable grande- za / toda cubierta de vnas doradas con- chas de gran fortaleza co vnas muy ras- pantes vn~as y grandes alas todas do- radas, que gran fermosura era verla en- tre las alas dela Sierpe venia sentada vna muy hermosa y apuesta y bie arrea- da dozella. La q<>l traya asida por el cue- llo ala sierpe convna cadena de fina pla- ta. Y assi como llegaro en medio del pa- lacio la Sierpe estuuo tan queda como si vna muy mansa Oueja fuera miran- do a todas partes con sus muy espeja- dos ojos. Saluo que enla propria fren- te dela Sierpe auia vnas letras bien fe- chas que assi dezian. % Enel tiepo que los dos en amor / y fortaleza a los dos Hermanos por fuerc'a de armas sobra- ren. Seran las dos por la tercera: y pri- mera en su primero ser bueltas. Leydo que ouieron las letras / la Donzella de la Sierpe salto abaxo: y asiendo dla ca- dena que al cuello dela Sierpe traya: e- chada muy mansamente llego con ella al estrado delos Principes: & las rodi- llas hincadas comenc'o a dezir assi. A- ueys de saber altos Sen~ores: y sobera- nos principes que enlos Reynos de A- rabia aura veynte An~os que reyno vn} {CW. p iij} [fol. 115v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Rey muy bue cauallero, assi en armas como en todas buenas maneras. El q<>l vuo dos hijas tan dotadas en hermosu- ra y buenas condiciones, quanto otra enel mundo fuessen ala mayor dellas / llamaua Garinda: y ala menor Darin- da, las quales ala fama d su estremada y grande hermosura, todo el reyno d ar- cadia estaua lleno de Caualleros entre los quales vinieron dos sobre todos es- tremados en armas: fijos del rey de lar- denia. Los q<>les fuero psos del amor de las dos hermanas. El mayor dellos que dareno se llamaua dla menor delas her- manas: y el menor que filo auia nombre dela mayor delas hermanas que procu- rauan de hazer les todos los seruicios que podian. Pero ellas jamas puesto q mucho amor les tuuiessen / no se lo mos- traron. Tanto que ellos de muy pena- dos: no mirando la razon dela honesti- dad de tan altas Donzellas. Antes gui- ados por los apetitos d su crudo amor Leuantados en pie el mayor delos her- manos comenc'o a dezir antel Rey y an- te todos los grades dl reyno que alli se hallaron que prometia de matener dos an~os el Campo a todos los caualleros que contra ellos quisiessen venir sobre razon que las hermosuras de sus Se- n~oras: Darinda: y Garinda era mayor que todas las hermosuras del mundo. Y acabado de dezir esto: armados de to- das sus Armas, se pusieron enel cam- po. Delo qual fue el rey tan san~udo: que vsando de sus artes ((enlas quales era muy sabio)) hizo esta Sierpe y dentro d- lla encerro alas dos Infantas sus Hi- jas con los dos caualleros sin que los vnos alos otros ver se pudiessen: por pe- na de su maleficio: porque para siempre anduuiessen alli dentro y tomando me a mi que parte deste secreto sabia me pu- so sobre esta muy grande y poderosa y fiera sierpe: enla forma que veys, y dan- [d]ome esta cadena enla Mano me dixo} {CB2. que fuesse: por todo el mundo: en busca de quien diesse fin a esta estran~a auentu- ra con la qual he andado mucho tiem- po sin jamas poder hallar el fin de mi d- manda, hasta que agora la Sierpe me ha traydo aca: la forma de la ventura es esta que tocando el cauallero la cabec'a dela Sierpe con su espada luego: salen los caualleros si vno viene vno sale y si dos dos y si mas no sale alguno, y han su batalla al cabo dela qual si los dos ca- ualleros no ha de acabar el auentura sa- len las dos hermanas: y asiendo a sus Caualleros delos Tiracoles delos yel- mos: los meten arrastrando enla Sier- pe y si es Donzella ha de quitar esta Ca- dena del cuello ala Sierpe: y siendo qui- tada y los dos Caualleros vencidos a- ura fin el auentura. Catad aqui sen~ores mi demada: mirad si soys seruidos que aq<> se prueue, porque yo y ellos seamos quitados de nuestro trabajo, y la gloria dela ventura quede enesta corte, muy es- pantados fueron de aquella estran~a a- uentura. Todos aquellos altos y exce- lentes y famosos principes: y el rey A- madis dixo contra la Donzella. Buen amiga estran~a auentura nos aueys con- tado: & holgariamos que ates aqui que en otro cabo vuiesse fin, y porque agora es tarde despues de yantar todos pro- uaremos el auentura. La donzella qui- so besar las manos por lo que dezia. Y luego fueron puestas las Tablas y en ellas fueron seruidos: como a sus esta- dos pertenescia, de diuersos manjares y siendo la comida acabada: la ventura se comenc'o a prouar: porque la Donze- lla puso la Sierpe en medio dela sala: y ella se aparto a vna parte: y luego vinie- ron todos los principes y Caualleros que se auian ydo a armar despues que vuieron yantado: que eran don galdes Rey de Rodas: don Florestan princi- pe de Roma: don Rogel: y Ajesilao: y otros muchos y preciados caualleros} [fol. 116r] {HD. de Amadis. \ [.]cxvj.} {CB2. entre los quales fuero la preciada rey- na Alastraxarea: y la reyna calpendra con la soberana Princesa Pantasilea. Puesto caso que pocas vezes Alastra- xarea se armaua: saluo entoces quel so- berano principe do Falanges de astra le dio licencia y el primero que ala Si- erpe: vino fue don Galdes rey de Ro- das / & don brianjes de boecia, El qual con su amada muger a aquellas fiestas auia venido / los quales se fueron para la Sierpe y ella se comenc'o a embraue- cer y raspar la tierra con las vn~as: y a- briendo su gran Boca salieron por ella los dos hermanos armados d armas doradas como al tiempo que la ventu- ra se hizo: sus Escudos embrac'ados, y sin palabra alguna hablar comienc'a v- na tal Batalla con los principes: que hermosa era de ver. Enla qual duraron vn quarto de hora / y al cabo della. De la Sierpe saliero las dos hermosas her- manas muy apuestas, y riquissimame- te atauiadas, y asiedo a sus caualleros delos tiracoles delos yelmos: los me- tieron enla sierpe. Puesto que do Bria- ges y el rey de Rodas los quisiessen de- fender: no pudieron y la sierpe torno a cerrar la boca, Pero luego se leuataro el principe Artaxerxes: y el buen Don Florelus de astra, los quales tocaron la Sierpe con las espadas. Y luego los dos hermanos salieron: sus Escudos embrac'ados, y sus Espadas enlas ma- nos: y comienc'an vna muy peligrosa lid y muy grande y fuerte batalla. Dan- dose mortales y poderosos y desseme- jados golpes que turo passada de me- dia hora. Al cabo dela qual las dos her- manas salieron: y tomando a sus Ca- ualleros por los tiracoles delos Yel- mos los metieron dentro en aquella ta poderosa Sierpe como alos otros a- uian hecho / y el principe Artaxerxes y don Florelus: se apartaron a vna par- te. Luego salieron Don Floralan de} {CB2. Tracia: y Artaxerxes. Y puesto que mucho su batalla durasse: al fin las dos hermanas lleuaron a sus Caualleros Y lo que mas es que entrando enla Si- erpe quedauan tan buenos sanos y des- cansados: como si cosa algua por ellos no vuieran passado. Tras dellos salie- ron el Emperador Arquisil de Roma y el Principe Don Florestan su hijo y auiendo auido su fuerte y combatida batalla / quedaron como los otros. Tras ellos salieron el rey don Galaor y el rey don Florestan su hermano, y o- uieron vna muy aspera y peligrosa ba- talla. Pero al fin las dos hermanas les lleuaro sus competidores / y sentados en sus lugares. Salieron el esforc'ado Rey Amadis y el emperador Esplan- dian su hijo: y al cabo de dos grandes horas que auia peleado, aunque a su al- ta, crecida y estremada bondad pocos llegassen: las dos Donzellas lleuaron sus caualleros: y ellos muy enojados se quitaron a fuera. E por ser ya noche la prueua cesso por entonces hasta el si- guiente dia, passando aquella Noche solamente en hablar dela estran~a auen- tura dela gran sierpe. Pero aquella no- che el estremado principe Don Silues dela Selua fue ala huerta: por la venta- na ((como siempre hazia)) dode hallo a- la princesa pantasilea su sen~ora con a- quella su sobrada hermosura acompa- n~ada: muy alegre: mas porel contrario ala hermosa Infanta Fortuna muy tris- te. Al qual el principe don Silues de- la selua dixo. Mi buena Sen~ora y her- mana sea la vuestra merced de mostrar su sobrada hermosura enla prueua de man~ana. Puesto que mi buen cormano don Lucendus no este presente: que yo espero en Dios que lo veremos muy presto y a tiempo de que todos mucho holguemos. Assi plega a Dios dixo la Infanta Fortuna. Y puesto que enel co- rac'on no lo tenga lo hare solo por man-darme} {CW. p iiij} [fol. 116v] {HD. Dozeno. +} {CB2. lo vuestra merced: y con aque- llo passaron en muy d(a)[u]lces palabras: y platicas en que concertaron la sobera- na princesa pantasilea: y el q ambos pro- uassen el auentura. Y conesto cada vno se fue a su aposento y muy ricamente ar- mados. Subieron ala gra Sala donde fue dicha la missa. E siendo acabada: y puestos el Principe Don Silues dela selua: y la preciada y soberana princesa Pantasilea, cada vno en su lugar. La prueua se comenc'o como el dia antes y aquel dia salieron muchos caualleros. Pero tales ouo, que solamente saliero los Caualleros y otros que no dauan sino vn golpe o dos. Cada vno segun e- ra en bondad. Al cabo delos quales sa- lieron. El principe don Florisel de niqa y Anaxartes: los Caualleros salieron: y la Batalla se comenc'o / qual podeys pensar, segun la soberana y estremada bondad de aquellos famosos y esforc'a- dos principes: dando se tales y tan cre- cidos y fuertes golpes: que las rajas d sus fuertes escudos: y malla delas Lo- rigas yuan por alto: tanto que muy bie pensaron todos aquellos estremados caualleros que acabaran el auentura Pero las dos hermanas salieron dela Sierpe, y tomando sus dos caualleros los metieron dentro y los dos princi- pes enojados, se quitaron a fuera y lue- go llegaron el buen perion Rey de tur- quia: y don Lucencio, marido dela fer- mosa emperatriz Axiana: y los caualle- ros serpentinos salieron, y vierades vna delas mas fermosas lides que po- dia ser, con los muy crudos y desmesu- rados y crecidos golpes que se dauan: y la mucha ligereza que los dos buenos y muy estremados caualleros trayan. Pero todo les presto muy poco, que al cabo de muy gra piec'a quedaron solos como lo otros auian quedado: y lue- go salieron el principe Anastarax: y do Falanges de Astra. Que armados esta-uan} {CB2. de ricas y preciadas Armas: sus buenas Espadas enlas Manos: y co- mo fuessen de tanto valor: comienc'an vna delas mas crecidas y agras Bata- llas que fasta alli hecho se ouiessen. Pe- ro poco a poco viero que las dos infan- tas quitaron de tan grade y estran~o pe- ligro a sus caualleros con lleuar se los delate, y luego los dos principes se sen- taron y el buen emperador Amadis de grecia, y el principe don Rogel de Gre- cia su nieto, salieron aprouar el auentu- ra: que todos aquellos sen~ores y precia- dos principes los que en la gran sala estauan: creyeron que ellos acabarian aquella estran~a Auetura, segun con la furia que andaua. Pero al fin quedaro como los otros: de que la Donzella esta- ua muy triste que jamas viera Caualle- ros d tan estremado valor como alli a- uia hallado: especialmente(te) viedo que don Arlanjes d[ ]espan~a: y Ajesilao: no la acabaron tan poco aunque turaron tanto en su Batalla que ningun caualle- ro. Saluo Amadis y el principe don ro- gel de Grecia turo tanto. Pero ala sazo la estremada Reyna calpedra: y la rey- na Alastraxarea: salieron alos caualle- ros. Auiendo tocado ala Sierpe. y co- mienc'an vna muy aspera: y crecida ba- talla: donde vierades los grandes he- chos, y estremadas bondades de aque- llas dos tan estremadas y soberanas princesas. Pero por mucho que hizie- ron. No pudieron tanto que no les fue- ssen lleuados los dos Caualleros de de- lante. Como agora diremos. {RUB. % Capitu .l. Como el auentura dela gran Sierpe se acabo: y como todos q<>tro fueron desposados: y como se entendia enlos torneos.}} [fol. 117r] {HD. de Amadis. \ [.]cxvij.} {CB2. {IN4.} PVesto caso q mucho turassen las dos estremadas Reynas en su batalla no pudieron tan- to durar / que saliedo las dos hermanas tomaron a sus Caualleros como solian hazer, y los metieron den- tro / y la donzella quedo muy triste vi- endo que todos auian prouado el auen- tura, y nadie la auia podido acabar: pe- ro a aquella sazon el principe do Silues dela selua, y la hermosa pantasilea en- lazando sus yelmos. Fueron contra la sierpe: y ella comenc'o a hazer tales co- sas y tantas brauezas, que todos fuero muy espantados, y daua tales Siluos que todo lo atronaua. Pero la Donze- lla dela Sierpe les dixo que si traya al- gua cosa q encatada fuesse la dexassen / y ellos dexaron. Pantasilea su anillo: y don Silues dela Selua su espada: y Armas que enla infernal boca ganara que como sabeys eran encatadas: y ar- mados de otras, se fueron cotra la sier- pe: dela qual salieron los caualleros ar- mados: y embrac'ados sus escudos co- mienc'a vna muy aspera batalla a mara- uilla tal que las rajas delos escudos an- dauan porel suelo sembradas: las lla- mas salian bien altas. Que os dire dla ligereza de aqlla soberana y fuerte prin- cesa pantasilea sino que solamente su li- gereza era tanta q infinitos golpes a su contrario hazia perder, y lo mismo aco- tescia al esforc'ado principe don Silues dela Selua: con el hermano mayor cu- ya bondad era tanta, assi dlos vnos co- mo delos otros: que las cabec'as co los yelmos se fazia baxar hasta los pechos y a vezes hincar las rodillas enel suelo fue tan ren~ida que tres oras anduuie- ron sin tomar huelgo. Al cabo delas quales las dos D(e)[o]nzellas salieron, y la vna tomo a su Cauallero con la vna mano porel yelmo y al principe Don Silues dela Selua con la otra: y arras- trado los metio a ambos enla sierpe: al} {CB2. tanto acotescio ala otra con la estrema- da princesa pantasilea y el otro Caua- llero, y siendo esto hecho la sierpe se as- sossego, y la donzella co mucha alegria diziendo que la primera auetura delos caualleros era acabada, quito la cade- na del cuello ala sierpe: y rogo a aqllas altas princesas que quisiessen prouar la seguda auentura. E luego comenc'aron algunas de aquellas altas donzellas a prouar el auentura: queriedo le poner la cadena al cuello ala Sierpe. Pero la Sierpe daua tales saltos: y hazia tales cosas que nadie podia llegar a ella ha- sta que se leuanto con buen continente la graciosa Lardenia: mas al tato hizo como alas otras. Tras dellas se le- uanto la Reyna de Rodas Grindaya y la hermosa Anaxara: La Reyna Ori- ana, la Emperatriz Leonorina con la Emperatriz Abra / y la muy hermosa Axiana: pero ninguna dellas hizo cosa alguna. Assi mismo llegaron Diana: y Leonida: y Siluia con la reyna Si- donia: la princesa Lucenia: y la reyna Darayda con la hermosa Garayda, y todas las otras Reynas: y hermosas princesas de quien enesta historia aue- mos hecho mencion. Mas al tanto co- mo las otras hizieron. Todo lo qual dexamos de escriuir por euitar prolixi- dad. Saluo que auiendo todas prouado el Auentura solamente quedaua aque- lla muy hermosa Infanta Fortuna. La qual con vnas biuas colores en su Ro- stro que mucho en su Hermosura acre- centauan. Se llego ala sierpe. La qual aunque antes muy fiera se mostraua q- do tan mansa ante la hermosa Infanta Fortuna: como si vna Oueja fuera: y la muy hermosa princesa aunque con al- gun temor se llego ala gran Sierpe: y to- mando la cadena de plata con sus muy hermosas manos la echo al cuello dela gran Sierpe, y quitandose a fuera a pe- nas le fue puesta la cadena al Cuello:} [fol. 117v] {HD. Dozeno +} {CB2. quando la sierpe rebento por medio del lomo que toda se abrio y detro della pa- rescieron dos sepulchros ta transparen- tes q de vidrio parescia, dentro del vno delos dos sepulchros estauan echados los dos principes dela Sierpe: y sobre del como quien esta durmiendo. El prin- cipe don Silues dela selua: enel otro se- pulchro estaua las dos hermanas muy hermosas que parescian dormir y dela misma suerte sobre la cubierta del esta- ua la hermosa Pantasilea: mas aquella sazon dela Sierpe se comenc'o a encen- der vn fuego: que puesto que grande fue- sse no daua su calor pena alguna. El q<>l turo vna piec'a: y consumio toda la sier- pe: que solamente quedaron los sepul- chros, y la Infanta Fortuna se llego a ellos y trauando a Don Silues por la mano le desperto, y al tanto hizo a pata- silea: como si de vn suen~o recordaran: y siendo apartados ellos. De encima de los sepulchros desaparecieron quedan- do solamente los principes, de Lande- nia enel suelo echados, y assi mesmo las Infantas. Los quales leuantados qui- sieron besar las manos a don Silues y a pantasilea. A esta hermosa Infanta Fortuna dixo pantasilea aueys de besar las manos que a todos nos ha librado Lo qual ellos hiziero rindiendoles las gracias Fortuna delo que auia dicho / y tras de aquello fueron muy bien rescebi- dos de todos aqllos principes hazien- doles mucha horra por ser caualleros de tan alta guisa. Y luego todos quatro pidiero q qrian ser xpianos: y fuero lue- go baptizados: siendo padrinos y Ma- drinas algunos de aquellos principes y princesas, y siendo baptizados luego fuero dsposados por mano devn obispo co lo qual las fiestas crecieron endema- sia: que en otra cosa no se entendia sino enlos torneos q se esperauan: viniendo cada dia a ellos infinitos caualleros: y grades sen~ores de todas naciones, los} {CB2. vnos por hallar se enlos Torneos: los otros por ver alguos de aquellos prin- cipes sus amigos. los otros por cobrar su amistad tanto que ya la ciudad y ca- pos ala redonda no bastauan a susten- tar tanta gente que no parecia sino que la ciudad estaua cercada cola multitud de tiendas y tedejones que al derredor della estauan puestas. Todo lo q<>l dexa- remos por contar lo que mas acontes- cio. {RUB. % Capitulo .lj. Como alos torneos vino el empera- dor Agria de tartaria y Leo- pate su hermano: y como fue- ron recebidos: y lo que mas con su venida acontescio.} {IN4.} DOs dias solamente faltauan pa el dia de nuestra sen~ora de Agosto en que los torneos se auia de fazer. Quando la ciu- dad resonaua con todos generos d ofi- cios, en especial d bordadores, herrado- res: armeros: y todos oficios que a aql exercicio tocan, y enlos Palacios auia muy gran fiesta por la fiesta por la venida del Rey don Lucidor de francia padre del esfor- c'ado principe don Lucendus. El qual traya consigo ala reyna su muger q por ver al principe su hijo venian: y tambie porque el os auia embiado a llamar co pensamieto de pedir ala hermosa infan- ta fortuna por muger / y puesto que alli no lo hallaron, y vuieron algu pesar di- simularon co pensar que con reposo no se ganaua la horra y encumbrada fama y estando todos enel palacio Imperial entraro por el doze hombre ancianos con ropas roc'agates de brocado: y co- ronas de oro en sus cabec'as. Los qua- les haziendo su catamiento. El vno de- llos mas anciano comenc'o a dezir. El gran emperador de Tartaria Agrian} [fol. 118r] {HD. de Amadis. \ [.]cxviij.} {CB2. Sen~or vniuersal dela Sagitaria gente aquien los Dioses saluen y guarden de mal: manda por mi dezir que el supo de los Torneos que aqui se hazen con segu- ridad de todos los que a ellos quisiesse venir que el esta en estos puertos con ci- en naos suyas: por tanto que si soys con- tentos que salga en tierra con solos qui- nientos de Cauallo que saldra / donde no que el se boluera. Porque el no vie- ne sino solo acrecetar estas fiestas / y to- mar la amistad con todos los Sobera- nos principes Griegos. Muy espanta- dos fueron todos dela demanda del em- perador de tartaria: especialmente aui- endo le muerto asu padre elas guerras passadas como os auemos hecho men- cion. Pero con todo esso el rey Amadis respondio alos mensageros en nombre de todos diziendo. Mis buenos Ami- gos dezid al sen~or Empador que todos le agradescemos su venida / y tenemos en mucho su amistad: y le rogamos que salga en tierra con la gente que dize, pa- ra lo qual assi para entrar como para sa- lir quando su voluntad fuere: le damos seguridad y con esto os podreys yr. E los mensajeros haziendo su acatamien- to se despidieron: y boluieron a su sen~or conel recaudo que trayan. El qual lue- go se aparejo para salir dela suerte que diremos. Todo lo qual dexaremos por agora por contar lo que los principes fi- zieron. Partidos que fueron los men- sajeros entraron en su consejo: y mada- ron proueer las Naos del puerto. Y la fortaleza de todo lo necessario para aql caso porque no pudiessen recebir algun reues: porque si el emperador de Tar- taria con alguna traycio viniesse: y esto hecho todos se aparejaron para salir lo a recebir, y auiendo acabado de yantar todos subiero en cauallos muy ricame- te guarnidos, acompan~ados de todos los caualleros y grandes sen~ores / assi auetureros, como delos q a verlos tor-neos} {CB2. era venidos y mouieron contra el puerto: y siendo ya fuera dla ciudad no muy gra trecho: encotraron al empera- dor d tartaria Agria El qual venia dela suerte que os contaremos. Delate de si traya dozientos hombres todos princi- pales muy ricamente atauiados con co- ronas de Oro enlas cabec'as al vso de su tierra / puesto que no fuessen Reyes, & ropas roc'agantes de brocado de mu- cha pedreria. Y luego venian los doze Ancianos que por el seguro auian ydo dela misma suerte. Saluo que lleuauan doze mac'as de oro alos hobros y esto- ques dorados enla otra mano. Tras d- llos venia veynte y q<>tro gigates co las mismas coronas enlas cabec'as: arma- dos de todas armas / y enla vna mano vn muy rico cetro: y sobre los ombros lleuauan vnas andas: saluo que no teni- an cubierta entera sino en la frotera del respaldo. Las andas eran d tata rique- za: de Oro: plata: y marfil tan altamen- te labrado que no siento quien cotar lo pudiesse. Encima de aquellas andas ve- nian arrimadas dos sillas sembradas de muchas perlas y piedras de gran va- lor que gran resplandor de si dauan: las quales se podian bien parescer por to- das ptes, porque el respaldo era labra- do de muy sutiles balaustres d oro. La parte del carro que sobre las Sill(l)as ca- ya era cubierto a manera de arco de su- erte que libraua dl calor alos que deba- xo venian: todo aquel arco era labrado de muy ricos follajes de Oro y plata, y enl yua engastadas muchas y diuersas piedras preciosas de muy gran valor. Tanto que quado el Sol daua enellas no se dexauan mirar. Encima de aquel arco venia puesta vna figura del Dios Marte Dios delas batallas: dela ma- nera que los antiguos poetas lo fingen Armado de tales armas que no tenian precio, ela vna silla venia el emperador de tartaria: y enla otra vn su hermano q} [fol. 118v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Leopante auia nombre ambos arma- dos de todas armas cuyo valor seria lo- cura querer lo escreuir: las manos y ca- bec'as trayan desarmadas. Lo qual ju- to con los escudos lleuauan dos peque- n~os enanos y muy feos que enla delan- tera del carro venia sentados. El empe- rador Agrian lleuaua en su cabec'a vna Corona Imperial de tres coronas y su hermano Leopante no lleuaua corona alguna por no tener sen~orio, de tras del carro venian otros dozientos y cincue- ta hobres enla misma forma. Desta ma- nera fueron hasta que llegado a donde los principes venian rescibiendo se co gran solemnidad: baxaron de aquel ca- rro los dos hermanos: y caualleros en dos vnicornios: en copan~ia delos prin- cipes tomaron la via de constatinopla Los quales puesto que fuessen mance- bos de veynte y quatro an~os. Eran ne- gros de rostro y assaz robustos de aqlla manera fuero hasta que llegaro ala ciu- dad donde apenas podia passar con la mucha gente que venia por ver los: y la manera con que venia, hasta que llega- ron alos grandes palacios donde sien- do recebidos de aquellas altas prince- sas con la grauedad q a tales personas conuenia: la gente fue mandada apo- sentar, pero que os dire del emperador sino que quando el y su hermano leopa- te llegaron a hablar alas dos princesas Fortuna y Pantasilea, sus animos assi fueron captiuos y presos que con aqlla llaga murieron como adelate diremos El empador Agrian dela hermosa prin- cesa Fortua, y su hermano el fuerte leo- pante dela estremada y fermosa prince- sa Patasilea: y casi sin sentido quedaro y su turbacion fue por todos sentida / mirando solamente aquellos enemigos a aquellas que tanto amauan: no mira- do que por ellas y sus parientes y va- ssallos auian sido sus gentes: y no solo sus gentes mas su mismo padre muer-to.} {CB2. Pero no ay enesto que marauillar a- quien bien siente el poder del amor que es tanto que el solo es el que deshaze to- do lo mas agro y lo allana por el suelo / y lo dificil torna no dificil. Boluiedo pu- es a nuestro cuento: tan embeuecidos estauan ambos hermanos en mirar las princesas que leuantando se en pie am- bos de vn mismo acuerdo: y todos los otros principes: assi mismo por horrar los Agrian comenc'o a dezir. No os de- ueys Caualleros marauillar de ver mi turbacion pues creo que si enla corte d los soberanos Dioses estuuiera no me hallara tan turbado: porq q diuinidad de tata hermosura puede participar co- mo estas mas que soberanas princesas en especial estas dos fortuna y Patasi- lea: que ya auian sabido sus nombres. Las quales dzimos q son las mas her- mosas: no solo que las mortales, mas q aun lleuan ventaja alas diuinales dio- sas y esto juramos por las deydades d nuestros Dioses de matener y cumplir despues de passados los torneos, ante esta ciudad: y poner veynte mil libras d oro labrado para el cauallero o caualle- ros que a ambos nos vencieren para q lo lleuen. Muy espantados fueron to- dos dela promessa que Agria y su her- mano auia hecho: y las princesas muy enojadas. En especial el Principe don Silues dela Selua: y la hermosa prin- cesa Pantasilea: que ya quisieran ver- se enla batalla con los dos hermanos y en putos estuuo de respoder le si[ ]no fue- ra por no parescer desmesurada: y tam- bien porque el rey Amadis le respodio agradesciendo le aql trabajo con muy corteses palabras, y por ser ya tarde ca- da vno se retuxo a su aposento hasta el siguiente dia: y aquella noche el princi- pe don Silues dela Selua: y Fortuna y Pantasilea rieron dela demada dlos dos hermanos: y concertaro de salir a ellos desconoscidas y hablado en mu-chas} [fol. 119r] {HD. de Amadis. \ [.]cxix.} {CB2. cosas: en especial enla venida del principe Lucedus: estuuieron toda la mayor parte dela noche hasta la man~a- na. La qual siendo venida: cada vno se boluio a su aposento. Por aderec'arse pa- ra lo que otro dia les conuenia hazer pa- ra el gran torneo. {RUB. Capitulo .lij. COmo el primero Torneo fue hecho y las marauillas que enel se hizieron: y como fue ornado y quien la vecio.} {IN4.} OTro dia ya que los ardietes rayos y luminarias del mun- do. La vna se auia escondido y la otra salido con gran her- mosura dado algun fastidio a sus egen- drados con su mucho calor se leuataro todos los principes, assi lo que auian de tornear como los que no auian / y a- uiendo oydo missa, y almorzado se fue- ron a vnos muy grades miradores po- niendo alli alas Princesas, infantas: y altas donzellas a tiempo que ya los co- trarios venian: fue ordenado que porq mejor el esfuerc'o y valetia de cada vno pudiesse ser notada que el primer dia so- lamente justassen: y el segundo torneas- sen a cauallo: y el tercero y postrero dia fuesse el Torneo de a pie: y esto assi he- cho estando todo aquel gran palenque lleno de caualleros cada vno a su vanda Los xpianos ala vanda de don Silues dela Selua y don Rogel de Grecia, y Ajesilao, y d otros buenos caualleros porque los otros principes mas viejos no quisieron salir: y dela otra vanda el emperador y su hermano: que puesto q passados de doze mil fuessen dela parte delos xpianos: al doble eran delos ene- migos: y los primeros que ala delante- ra a pedir justa salieron fueron el empe- rador Agrian y su hermano. Los qua- les puestos enla delantera. Mouieron} {CB2. para ellos dos cauallos. Pero ambos fueron por el suelo, y tras dellos passa- dos de otros veynte delos mas princi- pales: y esto hecho ambas hazes arre- meten los vnos contra los otros, y do Silues enderec'o para Agrian. Pero fue tanta la gente que en medio se puso que los encuentros no vuieron lugar / antes como si fuera vna gra batalla, fue el ruydo y bozes delos heridos y caua- lleros que salieron sin sen~ores junto con tan gran Poluareda que no se vian los vnos alos otros pero passada aquella primera furia: bien vierades lo que al- gunos delos mas principales hazia en especial el emperador Agrian: y Leo- pante su hermano: que como Leones andauan por la batalla derrocando ca- ualleros y cauallos, aunq las espadas eran botas los golpes que dauan eran tales que muchas vezes hazian los yel- mos pedac'os / por otra parte andaua el buen principe don Silues dela Sel- ua, y don Filisel de Monte espin: y do Brianjes de Boecia: y don Rogel de Grecia que otros no auia entoces que- rido entrar: haziendo tales cosas que por do quiera que yua hazia mucho lu- gar amarauilla. Pero como los dla par- te delos contrarios fuessen tantos Gi- gantes y fuertes caualleros: y muchos mas en cantidad que los xpianos passa- uan lo mal, y aun auia de ambas partes muchos hombres muertos. Que os dire sino que no parescia Torneo hecho por causa de tomar plazer: sino la mas espantable cruel y mezclada Batalla que enel mundo todo podia ser. Tan- to que con la gran priessa que trayan, y el heruor delos grandes golpes que se daua. Muchos caualleros de ambas partes que no podian tornear se salian del torneo o batalla por cobrar algu po- co de huelgo: y con doblada furia torna- uan. Pero por mucho que todos hazia ni los vnos ni los otros ganaua punto} [fol. 119v] {HD. Dozeno. +} {CB2. de tierra ni los vnos ni los otros por la gran virtud delos Capitanes puesto q gran trabajo con los muchos gigantes que por contrarios tenian su gete algo atemorizada estuuiesse, y comenc'assen a perder el campo. Lo qual sentido por don Silues se salio de priessa: y recogen- do alguos caualleros que no torneaua vio a Leopante y a Agrian las mara- uillas que andauan haziendo, y toman- do vna gruessa lac'a a tiepo que Agrian acabaua de derribar quatro Cauallos ante los miradores y tenia vna gruessa lac'a: dando le bozes se fue para el: y en el camino se dieron tales encuentros q las Astillas delas Lac'as con las altas nuues parescian comunicar / y ellos se encontraron delos Yelmos y escudos tan poderosamente: que puesto que no cayero quedaron desacordados. O va- las me Dios dixo el rey Amadis y que poderosos encuetros: cierto el tartaro es de gra bondad pues contra don Sil- ues ha podido turar. Pero a esta hora Leopate hermano de Agria viedo los poderosos encuentros: auia encontra- do por vn costado a do Silues que si la lanc'a no fuera de roqte le vuiera muer- to. O valas me dios y que gra villania dixo Patasilea ((que secretamente por si menester fuesse debaxo dlas ropas ve- nia armada)) no passara menos q si am- bos le acomete no le vaya ayudar: y mi- rado vido como don Silues dela Selua del poderoso encuetro auia caydo del cauallo / y los dos hermanos andaua por matar le que bie sabian: que en aql estaua gra parte del vencimiento: pero aquella sazon do Silues que no era pe- rezoso: dio tal golpe al cauallo de Leo- pante que la cabec'a le corto / y Leopa- te cayo enel suelo / y de alli tuuo lugar de saltar sobrevn cauallo suelto que cer- ca de si vido y queriedo se meter por la batalla Leopante y Agrian se le pusie- ron delante y ambos le comienc'a d he-rir} {CB2. de que el cobro tanta san~a: que apre- tando la espada enla mano los comien- c'a a herir. Pero Leopante y Agrian era buenos caualleros, y cierto don sil- ues[ ]lo passara mal: sino que enaqlla ora assomaro por la plac'a dos Caualleros El vno alto y bie tallado todo armado de fuertes armas blacas: y el otro mas mebrudo. Los q<>les el q mas dispuesto era se vino cotra Leopante: y el otro se fue por socorrer la gente: que a mas an- dar se retraya. Puesto que don Rogel y don Filisel / y don Brianjes hiziessen mucho. Pero los gigantes eran tatos que no les daua lugar: y el cauallero bla- co comec'o a hazer tanto que antes que la lanc'a quebrasse: drroco tres gigates y mas de quinze caualleros: y quebran- do la lanc'a metio mano ala espada y hi- zo tanto que co su ayuda: los suyos co- braron el campo y aun hizieron retraer algun tanto los enemigos: y el otro ca- uallero blanco se fue contra Agrian: y arrojando la Lac'a porel campo muy fuertemente / y metiendo mano al espa- da comenc'o a herir a Agrian: de tal su- erte que le conuino dexar a don Silues por defenderse del cauallero blaco. El qual daua tan poderosos golpes al em- perador: que puesto que su ardimiento fuesse muy grade: todo le era menester y aun mas si fuera. Valas me dios dixo el emperador Amadis, y quien sera los caualleros blancos que tam[ ]bien lo ha- zen, y a tan buen tiempo socorrieron: yo diria dixo el emperador Lisuarte: que es la hermosa patasilea: que denan- tes la vide leuantar muy apriessa: y su madre la reyna Calpendra la otra. Si esso es dixo el emperador Esplandian no me creays si ella y don Silues no se ama. Si se ama dixo el rey Amadis de derecho haze que ambos son pa envno y co esto boluiero a ver los caualleros que conel tropel delos dela parte de A- grian no pudieron fenescer su batalla:} [fol. 120r] {HD. de Amadis \ [.]cxx.} {CB2. pero ambos juntos assi como estauan: se metieron entre sus enemigos dando muy grandes golpes a diestro y a sinie- stro: juntandose assi mismo con do Ro- gel de Grecia, y don Brianjes de Boe- cia: y don Filisel de Monte espin / y el otro cauallero blanco. Que cierto si el torneo turara mas por los principes fue- ra el vencimiento. Pero aquella sazon delos miradores tocaron las trompas y al son dellas cada vno delas hazes se retiro a su parte: sin pelear mas y se sa- liero por las puertas dela palizada, que- dando tantos muertos y heridos. Assi delos cauallos como delas espadas co- mo si vna muy gran Batalla alli vuiera sido: y don Rogel de Grecia, y do Sil- ues dela Selua, y los otros Principes rogaron alos caualleros blancos que se quitassen los yelmos: y ellos lo hizie- ron. Pero que os dire quando conosci- eron ser la estremada princesa Pantasi- lea, y la reyna calpendra su madre: si- no que le quisiera besar las manos. No se mi sen~ora dixo el principe do Silues dela Selua lo mas quedo que pudo co- tra la princesa Pantasilea. Con que po- dre seruir las grandes mercedes que d vos recibo: en especial esta de agora. A mas q esto soy obligada dixo ella cotra do Silues dela Selua muy qdo Pero como el amor reynasse enlas entran~as de Agrian el emperador como en al no mirasse lo entendio, y cobro tanta ene- mistad con el principe don Silues dela Selua que no pudiendo lo sufrir: dixo cotra el. Bien pudiera esta hermosa in- fanta hazer las mercedes a otro: que ta bien y mejor las mereciesse. Enesso te- neys vos razon dixo el principe do Sil- ues dela. Selua, que segun el merecimi- ento de mi sen~ora la princesa poco es el mio. Pero en dezir que vos la mereceys mejor que yo, yo os lo hare bueno que mentis enello. Dixo el principe don Sil- ues dela Selua: y con aqllo metio ma-no} {CB2. a su espada: y Agrian assi mismo ala suya. Puesto que no tenian Yelmos: pe- ro aquella sazon todos aquellos princi- pes que delos miradores auia baxado se metieron en medio. y lleuaron asu po- sada al emperador Agrian: y don Sil- ues dela S(i)[e]lua se fue al palacio. Yendo Panta(~)silea tan enojada contra Agrian que ella quisiera tomar la batalla: pero sufriose lo mejor que pudo: por fablar a aquellas princesas que mucho burlaua conella: y allegando ala Infanta For- tuna muy passo le dixo tomando la dla rienda. Mi buena sen~ora este oficio q<>e- ro yo agora tener pues en tal abito me es deuido en lugar del Principe do Lu- cendus. En qualquier dixo la hermosa Infanta Fortuna qualquier gloria a ta soberana alta y hermosa Infanta es de- uida: y conesto llegaron a palacio don- de auiendo cenado concertaro que en el segundo torneo entrassen todos los principes: porque los contrarios el dia antes no auian entrado aun la mitad, y querian el siguiente dia entrar todos: y assi lo hizieron. {RUB. Capitulo .liij. Como el segudo torneo se hizo y co- mo antes del emperador A- gria y Leopante entraron en consejo sobre matar al princi- pe don Silues dela selua: y co- mo Agrian y los de su parte fueron vencidos.} {IN4.} MVy enojado se fue el empera- dor Agrian asu tienda delas palabras que con don Silues auia passado: mas ciego con el amor que a Pantasilea tenia, paresci- endole q fauorecia mas a don Silues q no a el, y luego aquella noche mando llamar a su tienda a todos los grandes} [fol. 120v] {HD. Dozeno +} {CB2. Sen~ores delos paganos y siedo senta- dos todos en sus assientos el Empera- dor Agrian comenc'o a dezir. Bie creo altos y poderosos Sen~ores que aun no se os han oluidado: ni caydo de vues- tras memorias ((pues que estos mis- mos capos en que al presente estamos aun esta mojados con la sangre de nue- stros padres / amigos / y hermanos: y parientes)). Las grades injurias que si- empre auemos recebido dlos: las qua- les nos obligan a vegarnos en qualqui- er forma que pudieremos: especialmen- te auiedo sido mi persona oy injuriada por don Silues dela Selua, queriedo ygualar la suya con la mia tan valerosa Esto digo porque pues agora tenemos el aparejo procuremos de vengarnos, para lo qual os pido q vuestro consejo me deys. Entonces de entre todos se le- uantaro dos jayanes hermanos de gra fortaleza delos que coel emperador a- gria auia venido al vno llamaua Mar- fondo el grande y al otro Marcafeo el feo. Y comenc'aro a dezir que ellos pro- metia de otro dia dar le la cabec'a de do Silues dela Selua / y con aquello to- dos se saliero del acuerdo: y yedo a sus tiendas comec'aron a aderec'ar todo lo que les conuenia assi de armas como d lo de[+]mas para el siguiente dia: reposan- do lo q dela noche quedaua. Alos qua- les dexaremos por contar lo que nue- stros buenos principes hizieron. Los quales venida la noche con aquella ale- gria que podeys cuydar: despues q vui- eron cenado con gra fiesta se retraxero a sus aposentos esperando al siguiente dia: mas aquella noche don Silues de la Selua y Pantasilea / y Fortuna se vieron en su aposento / por la Ventana dela rexa: donde don Silues le rindio las gracias delo que aquel dia auia he- cho: y alli concertaron que ella entrasse enel torneo el siguiente dia: no sin gran sospecha del emperador Agria y habla-do} {CB2. enestas y otras muchas cosas passa- ron hasta que el dios Neptuno recono- ciendo la venida de Febo con su carro de dos Ruedas guiado por los Delfi- nes con su triton la mar que soberuia si- endo mouido: la noche antes con los seruidores de Eolo muy masamente a- uia andado. A esta ora se leuataron to- dos los principes / y don Silues siedo buelto a su aposento: salio assi mismo a- la Real sala donde los hallo a todos. Assi a aqllos esforc'ados principes: co- mo soberanas princesas: y siedo dicha la missa caualgando en hermosos pala- frenes / y ellos adornados de muy for- tissimas armas. La hermosa Pantasi- lea que armada yua, tomo de rienda la infanta Fortua: y los otros caualleros a todas la otras reynas y emperatri- zes y altas princesas / y llegados alos miradores: y siendo puestas enellos aq- llas sen~oras: todos los caualleros que el dia antes auia torneado se pusieron enel campo a tiempo que ya el empera- dor Agrian y Leopate su hermano co todos los grandes sen~ores Paganos por la otra puerta del campo auian en- trado con todos los cauallos paganos q el dia antes no auia peleado: q por to- dos mas d .xxv. mil seria y los xpianos no passauan de diez mill, puestos aque- llos excelentes principes don Silues y do Rogel / y Ajesilao, E luego las tro- pas sonaron, y al son dellas se mouiero los vnos contra los otros con tanta fu- ria dlos cauallos que la tierra tembla- ua: y en medio del camino se dieron ta- les encuentros los vnos con los otros y la priessa fue tan grande juto coel pol- uo: y las astillas delas muchas lanc'as que hazia el cielo bolauan que priuaua dela vista alos que los mirauan / y mu- chos vuo q muriero delos encuentros delos cauallos, que mas cruel batalla que torneo parescia: y siendo passados aqllos primeros encuentros metiendo} [fol. 121r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxj.} {CB2. mano a sus espadas: comienc'an a dis- currir porel torneo adelante don Sil- ues y la fermosa Patasilea: que mas de diez cauallos delos encuetros dlas lanc'as, auian muerto junto con los o- tros principes & caualleros que ancha carrera hazia por donde quiera que y- uan derrocando cauallos y cauallos / por otra parte adaua el emperador A- gria: con todos los gigantes y buenos caualleros de su parte: haziendo gra es- trago por donde quiera que yua. Enes- pecial los dos gigates / Marfondo el grande / y Marcafeo el feo ((que no gu- ardado las leyes dl torneo)) mas d cin- cuenta caualleros auian muerto. Dis- curriedo por vna parte y por otra yua en busca del buen principe don Silues dela selua: el qual traya vnas muy fu- ertes armas / las que el Dia de antes auian metido: y la Hermosa pantasilea traya las fuertes armas del vellocino dorado. Conlas quales junto con su es- fuerc'o, hazia tales cosas que no siento quien contar las pudiesse. Saluo quel torneo se sostenia en peso: assi de vna p- te como de otra por virtud delos bue- nos Caualleros que de ambas partes auia sin poder se vecer. Mas el empera- dor Agria y su hermano Leopate que en otra cosa no tenia los Ojos sino en don silues, por lo que conel el dia antes auian passado / enderec'an contra el / y el assi mismo contra ellos delate dlos miradores, y el se fue contra Agrian y Leopante contra pantasilea: con sen- das lanc'as que cada vno dlas asterias tomo. Fueron los vnos contra los [o]tros, y enel camino se dieron tan pode- rosos encuetros que las lanc'as fuero hechas piec'as & las astillas bolaro ta altas que de vista se perdieron y todos quatro se encontraron dlos cuerpos y escudos q pescio a cada vno dllos auer se encontrado con vna fuerte torre: tan- to q algo qdaron desacordados todos} {CB2. q<>tro delos poderosos encuetros y los cauallos todos quatro vinieron al sue- lo muertos: y a sus sen~ores les conuino yr al suelo assaz quebratados dela cay- da: y apeados dllos mete mano todos q<>tro a sus tajantes y buenas espadas: y comienc'an vna tal batalla: que delos fuertes golpes: se hazian abaxar las ca- bec'as debaxo delos yelmos se atrona- uan, las rajas delos escudos saltauan bie altas: las mallas d las lorigas se des- hazia: tato q muchos dxaua d pelear por ver los cobatir. O valas me dios dixo el empador amadis: y q fuerte batalla es esta. Yo creo dixo el p<>ncipe lisuarte q si mucho tura, todos q<>tro morira / q al no puede ser: mas mucho estaua ma- rauillados todos dla ligereza de do sil- ues: y de aquella valerosa princesa pa- tasilea delos golpes q a sus enemigos daua. Mas a esta sazon los dos gigan- tes: Marfondo el grande, y Marca- feo el feo: que en busca de don Silues andaua, llegaron alli y como lo vieron pelear conel emperador Agrian luego lo conocieron. Y tomado dos gruessas lac'as en dos grandes bestias, arreme- ten por detras cotra los dos principes ((sin que nadie los viesse)). Pero nues- tro sen~or que para mayor bien guarda- ua aquellos dos p<>ncipes. No fue serui- do q alli muriessen. Antes los dos giga- tes herraro los encuetros y co los pe- chos delas bestias: diero porel suelo co el emperador Agria y con leopante su hermano y assi mismo con Silues y pa- tasilea: q peleado estaua: y las bestias trompec'aron enellos: y dieron con sus sen~ores muy grandes caydas enel sue- lo: y tornandose a leuantar todos qua- tro, y assi mismo los gigantes. Agrian y marfondo con su gra mac'a, se fueron para don Silues dela selua y Marca- feo el feo y Leopante se van contra pa- tasilea: y comienc'an los todos qua- tro aquexar de tal suerte: que si mucho} {CW. q} [fol. 121v] {HD. Dozeno +} {CB2. turara muriera el buen principe Don Silues y Pantasilea: ala qual aproue- charon aquel dia mucho las buenas ar- mas del dorado Vellocino, las quales bastaua a sufrir: no solo ala Espada de Leopate que no sabia co quien se com- batia: pero aun dla fuerte mac'a de mar- cafeo el dudado, lo qual en nuestro bue do Silues era al contrario: q por mas de dos lugares adaua mal llagado del espada del emperador Agria y las car- nes magulladas dela mac'a del fuerte Marfondo: los q<>les lo procuraua lle- gar ala muerte quanto podia: y lo que a el le dolia era no poder socorrer[ ]a su se- n~ora pantasilea viendo la en tanto peli- gro. Y con esto como hombre dsespera- do procuraua de defenderse quato po- dia. Entonces el emperador Agrian al- c'ando el espada dixo contra don Sil- ues. Agora veras captiuo quato vales tu ante mi para poder seruir a mi sen~o- ra / y con aquello le dio tal golpe que quanto alcanc'o del escudo echo al sue- lo y el gigate le dio otro golpe en descu- bierto del escudo, sobre el Yelmo q por poco lo ouiera muerto. Si dios a aqlla hora no traxera por alli al principe don Rogel y al fuerte Ajesilao. Los quales como de tal suerte viessen al buen Don Silues y ala fuerte y hermosa Pantasi- lea. Se arrojan delos cauallos abaxo y ponense con Agrian y Leopate: dan- do lugar a que don Silues dela selua y patasilea co los dos gigates pudiessen pelear. A esta sazon alli se comenc'o la mayor priessa del torneo, la reyna Cal- pendra con don Briajes y don Florisel q alli llegaron con otros muchos caua- lleros por socorrer a su hija y a do Sil- ues dela selua. Los enemigos que mu- chos y buenos cauallos auia por sus se- n~ores: vierades el Torneo mudado en muy sangrienta Batalla. Porque ya juntos de ambas partes morian: pero no porq puto de flaqueza en nadie ouie-sse.} {CB2. Do Silues que vido la buena ayu- da que Don Rogel, y Ajesilao les aui- an hecho a el y pantasilea tomaro los gigates delante: y comienc'an vna tal batalla que bien les dauan a entender quanta era su bondad dadoles muy fu- ertes golpes y guardadose d otros no menores que los gigantes les daua ha- sta que mirando vido don Silues que su sen~ora pantasilea a poder de fuertes golpes auia al Jaya Marcafeo con qui- en peleaua muerto a sus pies, y conel ayuda de su madre estaua a cauallo: en- tonces: el cobrando muy gran san~a de turarle tanto aquella batalla, tomado el espada con ambas manos. Dio tal golpe al gigate por la cintura que la mi- tad del cuerpo le corto: y tras de aquel el dio otro golpe q el yelmo y la Cabe- c'a le hendio, co la buena ayuda q la fer- mosa patasilea le daua. La qual toma- do vn cauallo por la rienda: dixo cotra do Silues. Subid aqui mi buen sen~or el qual ligeramete lo hizo: y metiendo se ambos a dos entre sus enmigos: de suerte que conel tropel que delante de- llos huya la batalla de agria, y leopan- te con do rogel, y Ajesilao fue departi- da y los enemigos comec'aua a perder el campo. A esta sazon las trompas so- naron muy reziamete: pero puesto que bien fueron oydas poco aprouecharon porq Agria y su hermano toda via pro- curaua de lleuar al cabo el torneo o ba- talla. Si a esta hora el alumbrador del mundo en su quarta esfera. No vuiera dado la buelta, escodiedo su Lumbre. A esta hora por no poder mas tornear o pelear muy cansados se apartaro to- dos aqllos cauallos los vnos dlos o- tros y el empador agria y todos los d su parte se fueron muy enojados a sus tie- das, y todos aquellos preciados prin- cipes se fuero alos palacios lleuado co- sigo a todas las Princesas: hablando sobre el torneo passado con mucha ale-gria} [fol. 122r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cx[x]ij.} {CB2. adonde auiendo cenado: passaron lo que dela noche quedaua. No oluida- do de entender y aparejar lo necessario para el torneo del siguiete dia. {RUB. % Capitu .liiij. Como el tercero y postrero torneo se hizo y como enl fuero los cotrarios venci- dos: y los principes vuiero la victo- ria: y como el empador Agr[i]an man- do entrar las gentes delas naos en la ciudad, por la q<>l causa todos los principes entraron enel torneo.} {IN4.} TAn~idas que fueron las trom- pas. Como os auemos conta- do. Venida la noche: la qual fue parte para apartar el com- bate: & ydos todos nuestros principes y altos caualleros al gran Palacio, el emperador agrian con todos los gran- des sen~ores de su parte se retraxeron a la tieda d agria y sobre muchos peceres Fue acordado que la gete que elas ciet naos venia del emperador Agrian sal- tassen en tierra aqlla noche poco a po- co: que mas de diez mil hombres seria lo qual luego fue puesto por obra: pero no pudo ser tan secreto que no fuessen sentidos por las guardas que para aq- llo los Principes auian mandado po- ner: y auiedo su acuerdo, a vnos les pa- rescio q se dilatasse el torneo y a otros que no: porque los contrarios no pen- sassen que de miedo lo dexauan: pero al fin fue acordado que todos torneas- sen el siguiente dia. Mas aquella no- che llegaron ala ciudad de Constatino- pla las mugeres dela hermosa pantasi- lea que en trapisonda auia estado, que passadas de treynta mil serian: con las quales fueron muy alegres: porque los enemigos no tuuiessen lugar de poder hazer alguna traycion: y mandaro que solas dos mil delas mas esforc'adas en- trassen enel torneo y q las otras todas} {CB2. estuuiessen puestas por guarda dl cam- po. Y esto assi concertado dexando bue- nas guardas: assi enlos palacios como enla ciudad. Y auiendo aderec'ado sus armas: todos se fueron a sus aposentos hasta que ya el luzero denunciador de- la rubicuda man~ana comenc'aua a salir y al mundo queria ya resplandescer / mostrando otros muchos matizes: a- partado los que diana auia dexado. A esta hora se leuantaro todos los princi- pes: y princesas: y auiedo oydo la mis- sa y dado alguna refecio alos cuerpos: fuero puestos los principes a cauallo y las princesas en ricos palafrenes, lle- uado delate de si la guarda delas ama- zonas dela reyna Calpedra q la noche antes auia venido muy riquissimamen- te armadas, y assi mismo todos los p<>n- cipes: hasta que llegaron alos mirado- res, y siendo puestas enellos aquellas princesas todos aquellos principes / co la preciada reyna Calpedra y la fer- mosa pantasilea baxaron al campo co todos los caualleros que auia de pele- ar, y entrando enel campo: por la otra entro la multitud delos enemigos: los q<>les no traya dsputados los hierros d las Lanc'as: ni botas las espadas con- forme ala condicio del torneo: pero afi- ladas: y siendo todos dentro las mu- geres que la guarda tenia. Se pusiero ala redoda: y los q auian de tornear se pusiero los vnos enfrente delos otros y luego sonaro las tropas y menestriles y al son dellos se vinieron a encotrar d tales encuentros: que no ouo caualle- ro dlos principales q no drrocasse tres o quatro delos contrarios y el empera- dor Amadis co enojo: delo quel dia an- tes auia passado. Enderesc'o contra Agria y enel camino fuero tales los en- cuetros que las lanc'as fueron hechas muchas piec'as: y ellos passaron el vno porel otro. Lo mismo acontecio al p<>n- cipe Lisuarte de grecia con Leopante:} {CW. q ij} [fol. 122v] {HD. Dozeno +} {CB2. y metiendo mano a sus espadas: auien- do passado aquellos primeros encuen- tros que co poluareda quasi no se ve- yan ni oyan. Comienc'an todos a discu- rrir porel torneo adelante: de tal mane- ra que por do quiera q yuan dexauan fe- cha ancha carrera por donde passar: d- rrocado caualleros: a diestro y a sinies- tro: pero el buen principe don Silues dela selua: que con gra yra andaua bus- cando a Agrian porel torneo se vino a topar con su hermano el emperador Leopante y viendose el vno al otro co- mo canes rauiosos: arremete el vno al otro sus espadas elas manos, y comie- c'ase a dar muy grades y poderosos gol- pes: pero ciertamente muy mal lo pas- sara leopante, si Agrian su hermano por alli ala sazon no viniera: co seys ja- yanes que en busca de don Silues ve- nia y viedolo. Llego por detras co vna gran mac'a enla mano por darle vn gol- pe: que ciertamente lo ouiera muerto si la estrem(e)[a]da Pantasilea viendo venir el golpe: no parara el buen escudo del Vellocino dorado: que jamas de cabe don Silues su esposo se apartaua: y lue- go comienc'an vna braua batalla. Pe- ro los Gigantes los aquexaran mal: si no fuera porel Rey Amadis: y el Em- perador Arquisil, y el Rey don Flores- ta, y el rey do Lucidor, coel rey do Ga- laor: y Espladian. Los quales se va pa- ra los gigantes que no torneauan / an- tes el torneo boluian en gra batalla / y cierto si mucho durara los gigates fue- ran muertos mas el tropel dela Gente fue tanto que no pudieron fenecerla / y siendoles dados los cauallos a todos quatro a cada vno por los de su parte q los otros fueron muertos / metieron se por sus enmigos a vna parte: y a otra tato que el torneo andaua muy brauo / porque dela parte delos christianos e- ran pocos: pero en su bondad suplian la muchedubre dlos enemigos, tato q la} {CB2. victoria y honrra del torneo a ninguna parte se acostaua: antes por todas par- tes cayan hobres muertos: mucha san- gre corria por cada cabo: todo andaua tan encendido y fuera de orde que mu- chos se salian del torneo por no poder pelear con la gran priessa, lo qual visto por el empador amadis d grecia: y por don florisel y don rogel y Lisuarte que juntos andaua: se salen del torneo y re- cogiendo obra de quinientos Caualle- ros, da por vn lado con tanta furia que a mas andar les hazia perder el campo q ni aprouechaua la valentia de Agria ni la fuerc'a delos golpes de Leopate ni menos la verguec'a de si mismos / ni los dos gigates q de su parte auia para q no comenc'assen a salir por la puerta del capo: lo qual visto por Agria como hombre fuera de sentido, arremete pa do Rogel de grecia: su espada alta enla mano: y sin poderse guardar le dio vn golpe sobre el yelmo abueltas del escu- do q la cabec'a le hizo hincar sobre los pechos: y batir los dientes: los vnos co otros: y algu tato desacordar: pero el tornado sobre si: apreto con gran yra su espada enla mano, y dio tal golpe a Agrian que muy mal se sintio del / y as- si comienc'an vna tal batalla y tan cru- el: como si de cient cauallos fuera. Por otra parte no estauan de vagar / Ajesi- lao: y Leopante. Antes andauan en otra no menos cruel batalla q aquella. Mas los principes ya auian lac'ada to- dos los cotrarios del campo, que sola- mente quedauan Agria: y leopate que co don rogel: y ajesilao fazia su batalla. Los quales por mucho que las trom- pas sonaua no se queria despartir: pue- sto que bien lo ouiessen oydo: pero co- mo fuesse ya muy tarde, la noche come- c'aua a venir: y la escuridad cercaua la tierra: y los Caualleros no dexauan su batalla / hasta que por mas no poder ni verse a combat(e)[i]r, se partieron los} [fol. 123r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxiij.} {CB2. vnos delos otros: que ciertamete ellos llegara al cabo la batalla si lumbre les dieran: pero siendo todos apartados sin hablarse palabra. Agrian y Leopa- te se va a sus tiendas, y los principes se boluieron al palacio imperial: con to- das aquellas sen~oras con gran alegria de todos: por auer tan a su saluo salido de aquellos hechos. Y luego el empera- dor Amadis de grecia y los otros Em- peradores y principes hizieron lo que agora os contaremos. {RUB. % Capitulo .lv. como el siguiete dia el empador Agrian y todos los grades sen~ores delos in- fieles: fueron combidados a comer y las fiestas que se hizieron, y lo que el emperador Agrian hizo.} {IN4.} MVy enojado se aparto el Em- perador Agrian, y Leopan- te en no auer podido fenecer su batalla y mas de ver que su gente era vencida: y retraydo a su tie- da. Luego viniero los d su pte y todos jurauan de vengarse a su voluntad: en especial los parientes del gigante Mar- fondo. Y estado todos assi: por la puer- ta dela tienda entro el conde Gandalin bien acompan~ado. El qual haziendo su acatamiento: les rogo de parte de aque- llos p<>ncipes sus sen~ores q otro dia fues- sen a recebir seruicio al gra palacio: lo q<>l el empador Agria acepto fingiendo enlas palabras, otro cotinente que no tenia enla volutad. Y luego aquella no- che se arreo lo mas ricamete que pudo y assi mismo Leopate su hermano, pas- sando lo que dela noche quedaua hasta q siedo venida la man~ana muy hermo- sa y clara. Mostrado el sol aquella ma- gestad quel summo pintor darle quiso acompan~ados de muchos reyes y prin- cipes: en hermosos cauallos: tomaron el camino delos Imperiales palacios que ala sazon ya aquellos sen~ores: y al-tos} {CB2. principes y emperadores salieron ala gran sala: y siendo muy bien rescebi- dos: q assi mismo estauan ricamente ar- reados. Luego aqllas hermosas prin- cesas comenc'aron a salir: haziendo se aquellos acatamientos que a sus gran- des estados eran deudores: pero que os dire de quando la hermosa Fortuna y la fuerte y hermosa patasilea saliero: sino que los animos delos dos herma- nos fueron muy turbados de su vista q cada vno pudiera muy facilmente co- nocerlo. Pero quien mas enello miro fue el buen don silues ((que saltos le da- ua el corac'on enel cuerpo de enojo)) y ci- erto si el pudiera vengarse: no lo dexa- ra por ningua cosa del mudo. Boluien- do pues a nuestro proposito: siendo sa- lidas todas aquellas Sen~oras, y muy altas Princesas que a todos dexaron admirados de sus grandes y estrema- das beldades. La missa se comenc'o co gran solemnidad / la qual dezia el Pa- triarca de constantinopla, con dos car- denales. Ala q<>l los moros estuuieron muy atentos: admirados dlas cerimo- nias delos Christianos: y siendo aca- bada la solemne missa: por ser ya tarde las mesas fuero puestas por todos los imperiales palacios: no solo para el em- perador Agria y los suyos: sino pa to- dos los que quisiessen a ellas assentar se. Dode assi los vnos como los otros fueron seruidos co tanta realeza, y ma- gestad como conuenia a semejante me- sa y a tan g[r]an fiesta: assi de preciadissi- mos manjarres: como de baxillas: y o- tras infinitas riquezas de Oro: plata: y piedras preciosas q gran piec'a tarda- ron en yantar y siendo leuantados: las ricas mesas fuero alc'adas. La fiesta se comec'o: d muchas dac'as: y otras mo- merias que la gete traya, y al son d mu- chos y muy acordados ministriles: sa- lieron a dac'ar muchos de aquellos p<>n- cipes y don silues, y don rogel ala vsan-c'a} {CW. q iij} [fol. 123v] {HD. Dozeno. +} {CB2. francesa danc'aron con Fortuna / y pantasilea: y despues fortuna torno y dac'o do don Silues delo qual Agrian y su hermano estaua tan enojados que qualquiera pudiera conocer su enojo y sin mas aguardar ambos a dos herma- nos Agria el emperador: y Leopante se leuantaron en pie y Agria comenc'o a dezir haziendo primero sen~al de silen- cio. No se os deue de auer oluidado al- tos & poderosos principes como el dia que yo y mi hermano Leopate por hor- rar vuestra corte y a vuestra ciudad ve- nimos juramos: y prometimos espan- tados dlas hermosuras dlas presen- tes de matenerlas enl campo. Lo qual agora d nueuo pmetemos, co las codi- cioes ya dichas dede man~ana por la ma- n~ana. Y dicho esto se tornaron assentar y el empador Amadis le rindio las gra- cias dlo que dezia. No sin gra pesar de don Silues: viendo la porfia de agria y su hermano y con mayor gana d(e) vegar se. De aquella manera passaron aquel dia hasta que siendo hora de retraerse a sus aposentos. Despedido el Empe- rador Agrian se fue a sus tiendas, y do Silues ala hora acostubrada, se fue por el jardin a hablar co su hermana fortu- na y con su sen~ora pantasilea: donde rie- ron mucho de su locura hasta que sien- do venida la man~ana ate los palacios. Enel campo que se dezia delas lides: a- manecieron puestas dos tiendas. La vna para la gete del emperador Agria y la otra para si y para su hermano. An- te su tienda estauan passadas de treyn- ta arcas, llenas de rica baxilla de oro: y plata: y el y su hermano se pusieron ar- mados ante sus tiendas sobre dos po- derosos cauallos pa esperar las bata- llas y los p<>ncipes auiedo oydo missa se fueron alos miradores a sazon que sus caualleros auian venido: pero no estu- uieron mucho que andado por la puer-ta} {CB2. del palenque entraro doze cauallos. Los quales todos sin mucho trabajo fueron por abos hros derrocados, y dexado sus yelmos y escudos con sus nombres se fueron. Que os dire sino q passados de cinquenta cauallos aquel dia por los dos hros fuero vencidos: y enlos otros dos dias siguientes mas de dozientos, delo qual cobraron tato orgullo, que claramente dezian lo que sentia: y se publicauan por Caualleros de aquellas dos soberanas princesas: delo qual auian ellas tanto pesar: que jamas alos miradores se qria parar: po no porq ninguo delos principes: ni pre- ciados caualleros a ellos quisiessen sa- lir. Lo vno por ser los mas casados, lo otro por no yr cotra la fermosura de aq- llas princesas que tanto amauan: delo qual cobraron tato orgullo los dos her- manos: creyedo que de miedo no salia a ellos q llamado vn enano muy feo y astuto y bie entendido: llamado Arde- no: le declararo su passion y junto cone- llo le prometieron grades mercedes si buscaua remedio a su passion, el q<>l por no me detener. Tomado dos cartas q Agrian y Leopante le dieron, se fue al aposento delas princesas Fortuna: y pantasilea, que bien lo auia deprendi- do: alas quales hallo como ala deman- da de su intencion conuenia solas a vna alta ventana: que sobre vn muy hermo- so jardin caya: la qual por ser muy alta no tenia rexa alguna, y estauan hablan- do en sus caualleros. Viendo pues el enano el oportuno tpo q tenia, se hinco d hinojos ate ellas, q no pudiero estar que no riessen de verlo y la fermosa pa- tasilea dixo cotra Ardeno. Amigo por tu fe q te leuates, pues q estado en pie apenas te pareces. No es marauilla fu- erte y fermosa princesa que yo en vues- tra presencia no me parezca. Pues los hechos dlos muy afamados Cauallos en vuestra presencia son como nada en} [fol. 124r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxiiij.} {CB2. especial del emperador Agrian: y Leo- pante su hermano: los quales mouidos. No por ver fiestas q hartas en sus tier- ras pudieran hazer: saluo por la sobe- rana fama de vuestras fermosuras son venidos a esta ciudad. Los quales os su- plican os dolays dellos: y para mas certinidad, que lo que digo es assi. Ca- tad aqui sendas cartas suyas con las q<>les tedio la mano. Grade fue el enojo q las dos soberanas princesas rescib[i]e- ron pensando q aun en aquello ofendia al amor y lealtad q a sus soberanos es- posos eran obligadas: y la fuerte Pan- tasilea los ojos como vnas brasas: dixo cotra el enano. Captiua criatura si a po- quedad no me fuesse contado ensuziar mis manos de tan vil cosa yo te certifi- co que la vida en pago de tus locas pa- labras quedara en mis manos. Pero yo te juro q si mas aqui estas, que en pa- go de tus locuras lleues el castigo q me- reces. Hermosa infanta dixo el enano / no hazeys derecho en no amar a quien tanto os ama: y tantas penas: y morta- les cuytas cada dia por vosotras passa. Esse derecho no guardare yo: mas con- tigo dixo pantasilea: y tomandolo por el cinto, las cartas sele cayero dela ma- no enel suelo, y ella alc'adolo en peso: lo lanc'o dentro en el jardin: que gran gol- pe dio abaxo: y la cara sele dessollo: y le- uatandose lo mejor que pudo se fue pa el emperador Agrian: y para leopante su hermano: y les conto como sus car- tas auian sido muy bien recebidas y o- tras cosas. Delo qual ellos rescibiero tanto orgullo que determinaron: fazer lo que adelante oyreys: porque el ena- no les dixo como ellas querian q se tor- nassen xpianos. Lo q<>l dexaremos por contar lo q las princesas Pantasilea y Fortuna hizieron despues de auer ar- ro(~)jado el enano: & riyedo mucho d ver lo abaxo. Mirando al suelo vieron a sus pies las cartas: y alc'ado las fortu-na} {CB2. las quiso romper porque nadie las leyesse. Lo qual pantasilea jamas con- sintio: sino que primero las leyessen y a- biertas: leyero la del emperador Agri- an que assi dezia. {RUB. % El emperador Agria ala hermo- sa infanta Fortuna. Salud.} {IN2.} SI alguna me queda para poderte la embiar ela mayor guerra q d tu hermosura rescibo. Auras de saber preciada y fermosa princesa que alla en el medio de mi tartara y sagitaria gete el amor que a nadie pdona me llago y hirio dela mortal llaga de tu soberana hermosura. Con la qual assi como el ci- eruo dessea ((siendo dela yerua tocado)) la fuente del agua biua donde su ponc'o- n~osa y venenosa herida refresque. Assi yo saliendo de mis tierras: quise buscar el remedio de mi llaga enla fue- te de tu florecida piedad: pero ay de mi si la hallo: seca que con puro veneno / y fistola de mi llaga, me couendra morir mira sen~ora q soy el emperador agrian solo merecedor de tu fermosa psona / y soberano ayuntamiento, y el q solo en- la alteza de tu merecimieto te puede po- ner. Si dizes sen~ora la diferecia dlas le- yes: dende aqui digo q dexada la ley y secta de mis dioses: quiero tomar la tu- ya. Lo q<>l man~ana mas por experiecia veras. Y con tanto cesso: besando tus hermosas y soberanas manos. % Leyda la carta de Agria: luego abri- eron la de leopante: que assi dezia. {RUB. % Leopante principe, y sen~or de Da- masco. Ala hermosa pantasilea. Di- ze salud.} {IN2.} POrque conella: o del todo me la q<>- tes, o del todo me la des. Pues pa- ra dalla y quitalla quando fueres serui- da entero poder tienes. Auras d saber} {CW. q iiij} [fol. 124v] {HD. Dozeno +} {CB2. que el dulce son d tu soberana fama: to- cando las mas subidas: y escondidas cauernas delas encubradas nuues fas- ta la esfera del alto jupiter hizo tal soni- do que tocando alas mas secretas par- tes de mis entran~as y corac'o tuuo po- der de aposentarse. De tal suerte que si por la muerte no: por otro no puede ser de tal lugar lanc'ado. Lo qual no dub- do que me causara si de tu mucha pie- dad no soy socorrido pues con los ven- cidos de tu rigurosa espada jamas la d- xaste vsar. Quanto mas comigo que co la tajante de tu soberana fermosura soy vecido: muerto y llagado: y esperado. Cesso besando tus muy fermosas y fu- ertes manos. % Auiendo leydo las p<>ncesas las car- tas las hizieron mil piec'as: burlado de la locura delos otros. Se fueron colas otras princesas: por no dar lugar aque otra embaxada les lleuassen fasta la no- che. La qual venida rieron mucho de- lo que el dia antes les auia acotescido. Especial dela cayda del enano: y cocer- taron quel postrer dia del termino que los dos hermanos guardauan el capo que serian de ay ados dias saliessen a ellos el principe don Silues y su Sen~o- ra pantasilea, lo qual dxaremos por co- tar lo que mas a nuestra historia couie- ne y como Agrian y Leopante se torna- ron Christianos. {RUB. % Capitu .lvj. Como el emperador Agrian, y Leopante su hermano se tornaro Christianos caute- losamente y los dones que pidieron: y lo que mas acontescio.} {IN4.} NOs podria hombre contar el sobrado plazer ql emperador Agrian, y su hermano Leo- nante tenian con la respuesta que el e(p)[n]ano les dio: pensando ser assi verdad. Que puesto que todo fues- se dela cayda derrostrado dixo: q auia} {CB2. caydo de vn escalera. Y co aquello aql dia q el quarto de su guarda era hizie- ron grades cauallerias: de que cobra- ron tanta fama que por vnos delos es- tremados caualleros del mundo eran tenidos. Y luego aqlla noche hizieron llamar a sus tiendas a todos los gran- des sen~ores paganos, assi de su pte y de los q conel auian venido: como delos otros. Alos quales declararo todo su negocio como passaua, declarandoles su intencion q era de tornarse xpianos por poder alcanc'ar el fin de su desseo: y que otro dia se hallassen presente enel palacio delos christianos y que nadie rescibiesse alteracion de dexar la ley de sus dioses. Lo qual todos selo prome- tieron de assi lo hazer: y bueltos todos a sus tiendas: reposaron lo que dla no- che qdaua fasta el siguiente dia el q<>l ve- nido muy claro y respladeciente. El em- perador Agrian fue vestido de precio- sas y riquissimas vestiduras: y assi mis- mo su hermano ((q rey de Damasco lo auia hecho)) y vestidos de oro con riq<>s- simas coronas e las cabec'as q no tenia valor. Y acompan~ados de todos los re- yes y principes q alli estaua se fueron al gran palacio, dode hallaron a todos aquellos muy altos principes y fermo- sas princesas y fueron bien rescebidos y la fiesta se comec'o solemne, a toda la q<>l el traydor de agria y leopate su hro estuuiero de rodillas las coronas pues- tas enl suelo de q todos estaua espanta- dos y luego la fermosa patasilea peso lo q podia ser, y buelta ala infanta Fortu- na que juntas estaua, le dixo que no res- cibiesse turbacion de cosa alguna q vies- se. Algunos autores ay que quieren de- zir que auia sido auisada delos quatro sabidores ates de su ptida. Esto afirma el coronista griego por el d dode yo tra- duxe como mas vdadero afirma lo co- trario por sutiles razoes: la q<>l por pro- lixidad aqui no pongo: y tambien por q} [fol. 125r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxv.} {CB2. no hazen a nro caso cada vno crea lo q quisiere. Basta que siendo la missa aca- bada, y todos sentados en sus assietos cada vno segu su estado, y siedo todos en mucho silecio el emperador y su her- mano Leopante se leuantaron en pie / y puesto que fuero muy rogados no se quisiero tornar a sentar, antes el empe- rador Agria comenc'o a dezir con gra magestad desta manera. Como el sobe- rano criado d todas las cosas hazedor de todo el mudo mueua las volutades delos humanos segun su diuino querer y volutad assi ha hecho a nosotros que estando enla pertinancia dela Secta de nuestros Dioses nos ha querido otor- gar gracia: y alumbrar nos dela cegue- dad en que estauamos: tomado el agua del sagrado baptismo: y assi ruego a to- dos estos sen~ores mis vassallos y ami- gos haga como yo: si mi gracia y amor quieren tener, vna sola cosa pido porla honra que en celebrar este sacramento enesta corte hago me otorguen vn don qual yo pedir quisiere a qualquier per- sona: y por cosiguiente otro ami herma- no: y dicho esto callo. Muy alegres fue- ron aquellos altos principes dla volu- tad del emperador Agria de Tartaria y a ruego de todos el emperador Espla- dian respondi desta manera. Mucha alegria es por cierto alto emperador la que recebimos todos en verte endere- c'ado enl camino dela verdad: porel q<>l no solo has ganado el anima pero au a nosotros por muy verdaderos amigos y esta amistad te prometemos dende a- qui, y de mi parte y d todos estos sen~o- res y altos principes: y en su nombre te otorgamos el don. Lo mismo dixeron todos los principes y princesas q nigu- no ni ninguna quedo. Aunque fortuna y patasilea bie cotra su volutad lo pro- metieron. Y esto hecho luego la yglesia fue muy bien aderec'ada: y el empador Agrian y su hermano lleuados ala pila} {CB2. acopan~ados d todos los principes fue- ro baptizados co gra solemnidad: y fue- ron sus padrinos el fuerte anaxartes / y do Falajes de astra: y el empador do floresta de roma, y el Solda de niquea Anastarax q ya era solda por la muer- te de su padre, y las madrinas dl empa- dor Agria fuero sus amadas mugeres la Princesa Oriana: y Esclariana, y Ala- straxarea: y la fermosa princesa Siluia: del Leopate fuero padrinos L(l)isuarte, y Amadis de grecia / y el rey Amadis de gaula: y Ajesilao: y el empador d ba- bilonia, Lucecio cosu padre Perion de gaula. Y las madrinas la reyna oriana y la graciosa emperatr[i]z Abra y la her- mosa princesa Diana / y la emperatriz Axiana. Assi mismo se baptizaro otros muchos delos altos principes y caua- llos: d q<>en aqllos altos pricipes y price- sas fueron padrinos y madrinas con muchos sonidos d instrumetos: y gran fiesta, y siedo aql sacrameto celebrado todos se boluiero al gra palacio donde siendo llegados y sentados en sus assi- entos. Ambos hermanos el empador Agria y Leopate se tornaro a leuantar en pie, y haziedo sen~al de silencio alos muchos instrumetos q sonaua comen- c'o a dzir sin quererse sentar por mucho que fue rogado. Bien sabeys altos y so- beranos principes: como mouidos del diuino zelo de vuestra fe auemos toma- do vuestra creencia dexando la adora- cion de nuestros ydolos: por lo qual to- dos nos soys en obligacion a mi: y ami hermano Leopate que presente esta de darnos vn do qual os quisiessemos pe- dir: el qual juto co las palabras todos pedimos: especialmete al empador A- madis q presente esta: y assi mismo ala reyna Calpendra: y lo q pedimos es q nos de por mugeres a mi ala p<>ncesa pa- tasilea: y a mi hro ala hermosa fortuna y a todos pido y ruego sea en hazer co- sa en q tato ganan, y esto dicho se torno} [fol. 125v] {HD. Dozeno +} {CB2. assentar como de primero quedando to- dos los principes como atonitos delo que el emperador Agrian de Tartaria auia demadado: y quien mas lo fue era el principe don Silues dela Selua que el quisiera responderle. Lo qual senti- do porla fermosa Patasilea por no dar lugar aque algun descocierto se fiziesse leuantando se en pie: boluiedo sus amo- rosos ojos contra don Silues, que co- mo vn leon estaua dissimulando el eno- jo que ella assi mismo sentia: comenc'o a dezir con voz muy mesurada leuatado se en pie los mas de aquellos principes por horrarla. Notorio es a todos sen~or emperador & rey de Damasco: q todos os somos en obligacion por lo que aue- ys hecho en dxar vuestra mala secta: & tornaros a nuestra santa fe: ala qual yo assi mismo dela misma gracia alumbra- da me torne: auque ala verdad vuestro proprio prouecho y de vuestra alma he- zistes si bien lo mirays. Porlo qual jun- to con vuestras personas soys meresce- dores de quanto aueys pedido: y pedir quisierdes y dende aqui digo en mi no- bre y dsta hermosa infanta que cabe mi esta por fortuna, que somos contentas de tomaros por maridos y esposos: co tal codicion que primero que con noso- tras os desposeys acabeys de matener nuestras hermosuras: solamete man~a- na q os resta: y si fuerdes vecidos que no seamos obligadas a casar con voso- tros: y si[ ]no lo fuerdes nosotras estamos prestas con licencia de mi sen~or el Rey y la reyna de hazer lo q pedis: y acaba- do de dezir esto se sento: y el emperador Agria y Leopate su hermano prometi- ero: no solo aqllo, mas q vn an~o si me- nester fuesse lo matendria / y que luego querian boluer al passo: y assi acompa- n~ados de todos aqllos principes caua- llos y grades sen~ores se boluiero al pas- so armados d fuertes armas, por guar- dar aql medio dia que les quedaua, y el} {CB2. otro siguiente: y todos los demas que- daron hablando enla demanda del sol- dan: y muchos determinaron de se pro- uar conel: en especial Don Silues que muy alegre estaua con la respuesta d su sen~ora pantasilea, aunque algo temia: no confiadose dela Constacia feminil y siendo puestas las mesas: y auiendo ce- nado como a tal mesa pertenecia: luego se fueron a armar los que coel empera- dor Agrian / y su hermano Leopante auian de pelear: y los otros co las prin- cesas se pusieron alos miradores, por ver lo q agria haria, q contino despues q Agria matuuo el capo lo hizieron as- si lo qual dexaremos, por contarlo que mas acontecio. {RUB. % Capi .l[vij]. como el em- pador Agrian, y su hro matuuieron el campo aquella tarde: y como don Sil- ues y su sen~ora se vieron aquella noche y como otro dia ouieron su batalla con Agrian y Leopate y los vencieron.} {IN4.} EStando como os auemos co- tado, esperando el Empera- dor Agrian y su hermano la batalla: bien passo mas de v- na hora q nadie a ellos vino: y co lo q<>l es- taua tan soberuios, q bien cuydaua sa- lir con su empresa: diziedo y faziedo co sus cauallos muchas bueltas. Pero a esta sazon assomaron por la gran plac'a dos caualleros sobre dos buenos caua- llos, y las armas fuertes sembradas d abrojos de oro, y luego entraron dode Agrian y su hro estaua: y tocado la co- rona: Agria les dixo. Jurad cauallos jurad. Que auemos d jurar dixero ellos q la fermosura d aqllas a q<>en seruimos es mayor q d todas las dozellas dl mu- do: y q nosotros las merecemos seruir y otros no. Agora le digo dixo el vn ca- uallero dlos abrojos q has dicho gra lo-cura:} [fol. 126r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxvj.} {CB2. no auiendo visto todas las donze- llas dl mudo juzgar a tu sen~ora por mas fermosa, y a ti porel mejor Cauallo: no auiendo prouado la volutad de todos y sobre esto tomare cotigo ciet batallas y no vna: y conesto bolteando los Ca- uallos: y poniedo se en sus lugares los vnos contra los otros se vinieron a en- contrar de todo el poder de sus Caua- llos: de tal manera que enl medio dl ca- mino se dieron tales encuetros que las lanc'as fuero hechas mil piec'as: y ellos se encotraron, de tal suerte delos cuer- pos y escudos q los caualleros delos abrojos fueron al suelo: y Leopate y su hermano perdiero cada vno vna estri- bera: pero los cauallos delos abrojos se leuataro en pie, y dixero cotra el em- perador y su hermano que se apeassen: y veria si era ta buenos delas espadas como dlas lac'as. Esso no haremos nos dixo agria mietras nros cauallos nos quisieren tener. Mas luego los juezes madaro alos caualleros delos abrojos q diessen los yelmos: lo qual ellos hizie- ron: y parescieron se los dos herma- nos dela sierpe encatada, y dexado sus nombres q Fileno y daremo era se fue- ron muy corridos jurado de vegarse a su volutad del empador y de su herma- no: y siendo salidos. Luego entraron otros dos caualleros muy apuestos ar- mados de armas verdes, y enlos escu- dos sendos oliuos de oro: los q<>les en- trando enel campo: y puestos en sus lu- gares se vinieron a encontrar conel em- perador Agria y su hermano de tales ecuetros q parecio auerse fecho piec'as y ellos se encontraron delos cuerpos y escudos, de tal suerte: q los caualleros delos Oliuos fueron a tierra: y a Leopa- te le conuino abrac'ar co las ceruizes dl cauallo por no caer: y tornandose a en- derec'ar muy marauillados delos encu-entros} {CB2. q auia rescebido los caualleros se quitaro los yelmos y paresciero ser el rey de rodas don Galdes: y el princi- pe artaxerxes q cierto el no cayera tan ligeramente si[ ]no fuera porq su cauallo tropec'o: y subiendose alos miradores passaro co muy graciosas burlas: y lue- go entraron enel capo tres caualleros armados de armas blacas: los quales metidos enel campo los dos dllos: aui- endo tocado la corona mouieron con- tra los dos hros al mayor poder d sus cauallos se dieron tales encuentros q los caualleros blancos vinieron al sue- lo: y los dos mantenedores perdieron las estriberas: y qdaro desacordados enlas sillas, y tornado sobre si passaron adelate y los caualleros blacos se qui- taron a fuera: y luego el otro cauallero se vino para Agria con vna gruessa lan- c'a a encotrar al son de vna trompa que contino tan~ian: de suerte q se dieron ta- les encuetros que parecio auerse fecho pedac'os, y el cauallo del cauallero bla- co fue derrengado: de suerte q no se pu- do mas mouer: y el cauallo de Agrian arrodillo y fue por caer: pero el le hizo leuantar y passar adelante, y luego los dos primeros caualleros fuero conoci- dos, que era Florendus de austria y do Briages de boecia: y el postrer cauallo don Filisel de monte Espin: el qual fue juzgado por los juezes que no se quitas- se el yelmo, por quato no auia caydo: y luego fue sacado del campo: y subido a los miradores. Que os dire sino q agria y su hermano vencieron aquella tarde doze caualleros delos principales sin poner mano a espada: los quales la his- toria calla por ser personas d mucha es- tima: y parientes delos griegos princi- pes, desta manera passaron hasta q ve- nida la noche, y auiedo cenado: en otra cosa no se hablaua sino dela gran vale- tia dlos dos hermanos hasta que cada vno se retruxo a su aposento, y don Sil-ues} [fol. 126v] {HD. Dozeno +} {CB2. y su sen~ora Pantasilea y Fortuna se vieron aquella noche y sobre muchas platicas concertaron de embiar sus ar- mas aquella noche a vna fuete que me- dia legua dela ciudad era. Y assi habla- do en muchas cosas, consolando ala in- fanta Fortuna: q muy temerosa estaua que no venciesse Agrian: que ates mu- riera que no passara aquel casamiento: hasta q cerca dela man~ana se boluiero a sus aposentos por reposar aquel poco de tiempo que hasta el dia les quedaua y leuatando se embio don Silues dos armaduras muy secretamete al lugar que tenian concertado: y siendo puesto enel campo Agrian y los Principes en sus miradores. Patasilea dixo que no queria salir aquel dia porq se sentia mal dispuesta: y tomando consigo vn escu- dero se fue ala fuete del Oliuo que assi se dezia: donde hallo al principe do Sil- ues dela Selua que la esperaua. El qual le beso las manos, y luego fuero por ma- no del escudero: armados dlas armas que el principe don Silues dela Selua mandara traer q muy fuertes y hermo- sas eran: todas sembradas de vnas .F. de oro enlazadas vnas co otras, y subi- endo en dos poderosos cauallos toma- do el camino dela Ciudad de costanti- nopla lleuando puestos los yelmos / y sendas lac'as muy fuertes elas manos y entrado por la ciudad fueron contra la parte dode el emperador Agria y su hermano mantenian el campo: y halla- ron que auian vencido seys caualleros entre los quales fue Rosafan Duque de Bauiara: y otros muchos: y entra- do los dos caualleros delas .F. En sus lugares, y el emperador Agrian con la soberuia que tenia: dixo que les queria hablar: y llegando se alos caualleros d las .F. Dixo jurad caualleros que la her- mosura de aqlla aquie seruimos es ma- yor que todas las hermosuras del mu- do: y que nadie sino nosotros meresce} {CB2. seruir las. Enesto has mentido dixo el vn cauallero delos delas .F. que tu no mereces seruirlas: antes pienso yo ser- uir las mas co que yo y mi compan~ero lleuemos vras cabec'as a presentarse las junto co esse tesoro. Agora digo di- xo Agrian que tu y essotros deueys de ser truhanes que por darme plazer aue- ys venido: y si me das esse cauallo tuyo yo te hare mercedes. Esse que tu tienes dixo el Cauallero delas .F. pienso yo q ayudara a lleuar tu tesoro. Sea con essa condicion dixo Agrian y apartandose todos quatro / cada vno en su lugar Agrian y Leopate tomaron muy grue- ssas lac'as, q puesto q aquello dezian / bien veyan que en ellos auia mucha bo- dad: porque eran de vn mesmo altor, y demasiada grandeza, pero boluien- do a nuestro proposito: a este tiempo so- no vna trompa: al son dela qual se vi- nieron a encontrar de tan rezios y po- derosos encuentros, que parecio auer se hecho mil piec'as: de tal suerte que todos quatro vinieron al suelo de gran- des caydas. Pero assi auino que Don Silues que con Agrian se encontro vi- no al suelo la silla entre las piernas, y Agrian fue desacordado: y Leopante vuo vna pierna tomada debaxo del ca- uallo, y pantasilea quedo algun tanto sin acuerdo: y tornado sobre si se fue pa su contrario: q todos pensaron que lo q- ria matar: mas ella lo q<>to de dbaxo del cauallo diziedo. Esto hago en nombre de aquella con quien pensauas casar, y Leopante leuantandose en pie. No mi- rando la honra, q auia rescebido, se fue contra pantasilea: y lo mismo hizieron Agria y don silues: y comiec'a vna pe- ligrosa batalla cargadose d fuertes gol- pes. Puesto que mucho hazia al caso la fortaleza de sus armas: pero todos los que los miraua dezia q los cauallos d las .F. tenia algua ventaja a sus cotra- rios: pero no se conocia en mas dela li-gereza} [fol. 127r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxvij.} {CB2. que sobre sus contrarios tenian rajado sus escudos, falsando sus armas echado muchas mallas delas lorigas al suelo, con tata crueldad q todos los que lo vian estauan muy marauillados dela gra valentia delos dos caualleros delas .F. q al cabo de dos grades horas que se combatia ya se conoscia alguna vetaja sobre sus cotrarios: pero no por que ellos no aduuiessen en demasia lla- gados por muchos lugares, mas el hu- elgo los faltaua ya alos cotrarios. Des- casemos vn poco si os plaze dixo agria contra don Silues. como emperador Agrian dixo don Silues con descanso piensas mantener la horra dela hermo- sura de tu sen~ora: no pieses de auer esse reposo d mi si p<>mero por tu boca no co- fiessas tu loco pensamiento. Pues agu- arda dixo el que agora auras el pago q meresces: y con esto se tornaron a herir con mayor crueldad que antes de suer- te que ya el suelo su color en sangrienta auia mudado. A esta sazo la ifanta pata- silea dio tal golpe a su enemigo que am- bos ynojos le hizo hincar en tierra: y el yelmo fue cortado: y la espada llego a- los caxcos: y el no fue tan desatinado q no reboluiesse la respuesta, mas q apro- uecha q la sangre lo cegaua, y lo hazia desatinar. Lo qual sentido por la estre- mada princesa Pantasilea le dio tal res- puesta que dio conel tendido a sus pies & yedo sobre el vido como estaua amor- tescido: y esperado a que el ayre le dies- se dixo. Confiessa cauallero ser mentira lo que mantienes. Esso no cofessare yo dixo el, antes quiero que mi cabec'a pa- gue lo que mis brac'os han faltado, pu- es otorgate por mi vecido dixo la prin- cesa pantasilea muy mouida a piedad del. Esso hare yo de muy buena gana di- xo Leopante con confessar que soy ven- cido del mejor cauallero del mundo / y conesto se leuato de sobre el la estrema- da princesa Pantasilea mirando al} {CB2. buen principe don Silues dela Selua que muy desatentado traya a su enemi- go procurando mas de defender se que de ofenderle, pero viendo el excelente principe don Silues dela Selua que su sen~ora auia ya vencido a su contrario / y el aun no auia hecho nada a su pares- cer comenc'o a dezir entresi. Ay de ti do Silues cauallo de poco valor: y como no eres merecedor delos fauores de ta alta sen~ora: pues ella con su estremada fortaleza a ciet batallas como esta vuie- ra dado fin / y tu no has podido dar ca- bo a vna ta solamente: y mas estado en su presencia: y de ta altos caualleros y sobre cosa q tanto le va: bien paresce en quantos mas q<>lates tu sen~ora te ama a ti que no tu a ella: y co aquello que de- zia el argullo le crecio en tal manera / q comenc'o a blandir el espada en la ma- no, como si entonces comenc'ara: y car- gar de tales golpes a su enemigo que muchas vezes le hazia sentir el espada enla carne, aunque ala verdad el no te- nia de que se quexar que la fortaleza dl emperador agria era mayor en muchos quilates que la de Leopante su herma- no. Tatos pues fueron los golpes que el principe don Silues dela Selua dio al emperador Agrian su contrario, que aunque el duro enla batalla mas q otro pudiera turar, toda via la sangre que le salia era tanta por los golpes delas he- ridas: y junturas delas armas q sin po- derse tener con gran flaqueza cayo d es- paldas enel campo, y viniendo sobre el don Silues dela Selua le puso la espa- da por la visera, pero viendo q no acor- daua, le quito el yelmo dela cabec'a cor- tado le las enlazaduras: y el ayre le dio enla cara: coel q<>l tornado sobre si abrio los ojos: y viedo al principe do Silues dela Selua sobre si con la espada enla mano dixo cotra el essecuta ya caualle- ro co tu espada mi muerte pues has da- do principio a ella: porque q mayor mu-erte} [fol. 127v] {HD. Dozeno. +} {CB2. puedo auer que verme vencido / y priuado delas cosas que mas amo. Ca- uallero dixo el principe don Silues de la Selua confiessa lo que dizes ser me- tira, y otorgate por mi vencido si quie- res escapar la vida: ni lo vno ni lo otro no entiendo de hazer dixo Agrian, por que quanto alo primero ya te he roga- do que me quites la vida co que me ha- ras mas gra que no en reseruarme la para mas muerte, enlo de[+]mas solo aql es vencido que no haze lo que deue. Pa- recen me ta justas tus razones dixo do silues: que si en lo demas quisiesses ju- stificarte yo holgaria d tenerte por ver- dadero amigo: y con aqllo se quito de sobre el, dandole los juezes la horra de la batalla: y a Patasilea y Fortuna por libres del con que al emperador Agria y a Leopante su hermano auia prometi- do: y esto hecho los fuertes caualleros delas .F. se quitaron los yelmos delas cabec'as, paresciendo ser la hermosa, y sin par en fortaleza la p<>ncesa patasilea: y el fuerte & indomado principe don sil- ues dela selua. De lo qual todos fueron muy espatados a marauilla que no pod- ian pensar quien fuessen los buenos ca- ualleros delas .F. Sola la hermosa In- fanta Fortuna era la que lo sabia, y los conoscio por las insignias dlas armas que nuca jamas se auia parado fasta en- tonces alos miradores: pero quien os contara lo que el emperador Agrian, y Leopate su hermano sintieron de que vieron que eran vencidos por el princi- pe don Silues dela Selua y la princesa pantasilea: sino que se matara si[ ]no fue- ra por los suyos que los tuuiero y los lleuaron a su tienda: consolando los lo mas que podian. Boluiedo pues a nue- stro proposito, y siendo conoscidos el excelente principe don Silues dela sel- ua y la estremada princesa Pantasilea. Luego baxaron todos los principes d los miradores al campo: y auiedo se re-cebido} {CB2. muy bie, por q seles yua mucha sangre los subieron alos palacios y do Silues fue desarmado por manos d aq- llas princesas que muy alegres estaua por ver libres aquellas altas princesas de tan desigual casamieto: y pantasilea fue desarmada por mano dela fermosa Fortuna, q no cabia en si de gozo: aunq con gran lastima de ver la tan llagada, y luego vinieron los mejores maestros dela ciudad, y siendo echados el princi- pe don Silues dla Selua y la estrema- da princesa patasilea en sus aposentos cada vno en su lecho fueron curados d sus heridas, pero Pantasilea fue cura- da de vna donzella que mucho sabia de aquel menester: q no quiso de otra ma- nera: aunq las llagas era muy peligro- sas. Los maestros pusieron a don Sil- ues, y la donzella a pantasilea tales vn- guentos que mucho descaso del dolor recibiero conellos: aunque ala verdad el mayor que tenia era no poderse ver: con lo qual y con la esperanc'a que los medicos dauan estaua todos los prin- cipes los mas alegres del mudo, y lue- go madaro dar al emperador Agrian, y a su hermano Leopate mucho recau- do y que fuessen muy bie aposentados ela ciudad embiadoles muy sabios me- dicos: y jamas ellos quisieron curarse ni recebir cosa alguna: ates el y todos sus amigos q alli estaua se etraro e sus naos con determinacio de hazerles to- do el dan~o que pudiessen a aqllos prici- pes de donde sucedio lo que adelate co- taremos: y sin mas detenerse se hiziero alo largo dexado espias enla corte que de todo les auisassen e vna cercana isla se estuuiero como delate contaremos todo lo qual sera bie dexar vna piec'a por contar como el emperador Agrian y su hermano Leopante: embiaron vno de sus enanos ala ciudad de Constati- nopla co vna carta d dsafio pa los grie- gos principes como agora cotaremos.} [fol. 128r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxviij.} {CB2. {RUB. % Capitu [.]lvij. como el Emperador Agrian de Tartaria embio a desafiar a todos los Princi- pes griegos por vna carta de dsafio y la respuesta q don Silues dela Sel- ua en nobre de todos le embio y del dan~o que Agrian y Leopate hazian con su armada.} {IN4.} COmo la ardiete fornaza por mano de su artifice: co gra fu- ror d fuego es encedida: assi el animo dl empador d tartaria Agria ardia con la gran yra que de ver se vencido por mano del principe Don Silues: y no menos el principe y nueuo rey de Damasco estaua triste por ver se assi mismo vencido: y por mano de su se- n~ora patasilea: tato q no se consentian curar de sus heridas: antes se qrian de- xar morir d pesar, hasta q a ruego d sus vassallos: y otros grandes sen~ores, sie- do metidos enla mar, como el capitulo antes deste os cotamos: se dexaro cu- rar de sus llagas: y aunque era grades al parecer no eran peligrosas. Mas to- da via les couino parar en vna isleta ds- poblada q quinze leguas dla ciudad de Constantinopla era / y saltando enella armaron vna rica tienda para el empe- rador y para su hermano donde fuessen curados: co proposito de estar alli: pa- ra hazer todo el mal que pudiessen a to- dos los xpianos: de suerte q no passaua nao ni otro barco que no lo tomassen y matassen a quanto xpianos dentro ve- nian, desta manera estuuiero ocho dias al cabo delos quales el empador agria y su hermano: tomado vn enano suyo le dieron vna carta para q lleuasse a co- stantinopla: y el enano se metio dentro en vn batel con dos marineros: y rema- do fuertemente otro dia por la man~ana llego al gran palacio, entrando ala ca- mara de do Silues, porq todos estauan} {CB2. conel: y sacado la carta del seno sin ha- zer mesura comenc'o a dezir. El gra rey y emperador de tartaria coel alto rey de Damasco su hermano mada por mi dezir: que el vino a vuestra corte de ba- xo delas seguridades q auiades dado, a todo el mudo. Las quales como fal- sos no aueys mantenido ni guardado, assi en matar al buen gigate marfondo y a su cormano Marcafeo con otros muy preciados Caualleros / y no solo esso: pero aun estado su psona harta de pelear embiar a don Silues y pantasi- lea para que lo veciessen cautelosamen- te, y que sobre esto os mada por mi dsa- fiar, para tomar cruel veganc'a en vras personas: y para mas certenidad d mi demanda, catad aqui vna carta: la qual abierta vieron que assi dezia. {RUB. % Carta de agrian.} {IN4.} YO el empador Agria rey y sen~or dela tartara gete: y mi soberano hro Leopante rey de Damasco. A vosotro[s] los griegos p<>ncipes indignos posseedores de ta real nobre: como qbratadores de vra fe: salud pa q conella la vengac'a de mi injuria aya su deuido efeto segun la obligacion que a mi mismo soy deudor contra los falsadores de su fe. Auiedo dado seguro alos que a vuestros torne- os viniessen, matastes infinitas gentes del paganismo: pero aun alos dos bue- nos gigates Marfondo y marcafeo mis vassallos: y sobre todo ello venciendo ta falsamete nras personas: y con tanto vituperio: por lo q<>l como mortales ene- migos os desafiamos con mortal guer- ra enla paz q co nosotros pudiera tener acabado que vuo el feo enano de dezir las palabras q os auemos dicho, y da- do la carta se voluio a sus sen~ores. Do-de} [fol. 128v] {HD. Dozeno +} {CB2. los dexaremos por contar lo que al principe Lucedus acontescio yendo en compan~ia dela donzella Doresia. {RUB. % Capitu .lviij. como yendo por la mar el principe don Lucendus: y la donzella aporta- ron ala insula sola: y del desafio q don Lucedus hizo al gigate Mon- drago y la cruel y espatosa bata- lla q ouiero: y como el gigate mo- drago fue muerto.} {IN4.} COntado os auemos como el principe Lucendus se par- tio conla donzella enla dema- da del Gigante Mondrago, que su padre tenia muerto. Metidos enla barca en que la donzella auia veni- do con los dos viejos: el viento les fue tan fauorable como les conuenia. De suerte que sin torcer via alguna camina- ron ocho dias: al cabo delos quales los marineros se hallaron enel puerto de- la insula sola, delante del castillo: prin- cipal que muy fuerte les parescio / pues- to que fuesse tan deman~ana que nadie no parescio. Luego Lucedus se armo de todas armas: y cauallo en su caua- llo se fue cotra el castillo sin compan~ia alguna: porque la donzella conel mie- do que tenia jamas q<>so salir en tierra. Antes con su barco se hizo a lo largo. Lucendus llego al castillo y llamado a vna gra aldaua estuuo gran piec'a / al cabo dela q<>l: se paro vn hombre entre las almenas por ver quien podia ser: y viedo al principe Lucedus dixo. Quie diablos eres tu q ta deman~ana llamas ala muerte. Dexate de esso dixo el prin- cipe don Lucedus dile al gigate Mo- drago q vn cauallero le busca aqui que le conuiene mucho hablar le. Esso hare yo de bue grado dixo el hobre & yendo se, al cabo de vna piec'a se paro el gigate a vna vetana: q era el mayor q Lucen-dus} {CB2. en su vida vido. El qual co vna boz muy roca dixo contra don Lucendus. Di captiuo q quiere q otra cosa ni vir- tud en mi no hallaras: sino la muerte. Lo que yo quiero dixo Lucendus es q dexes la mala adoracion de tus muy falsos Dioses / tornadote ala fe de je- su Christo nuestro sen~or: y haziendo lo assi yo te sere buen amigo: tornado esta ysla: a cuya es, dode no, q luego sela de- xes: y te vayas de aq<>: si[ ]no comigo eres enla batalla. O Apolino y Treuigante y como vosotros me aueys burlado so- lo en cosentir, q ante mi tales cosas me fuessen dichas: pero yo os dare el pa- go que mereceys: y metiedo se a detro no tardo que no traxesse en sus brac'os dos Dioses de piedra ta grandes que diez hombres no los rodeara. E toma- do el vno lo tiro contra el principe don Lucedus como si fuera vna piedra pe- quen~a: pero el tiro fue co tata braueza, que fue muy alto: y dexado caer el otro haziedo vascas se fue cotra dode sus ar- mas estauan: y armandose dellas con vn cuchillo assaz grande: segun su tama- n~o se salio por la puerta del castillo: pe- ro el principe Lucendus que tan gran- de y dessemejado lo vido: vuo algu pa- uor: pero embrac'ando su escudo y su es- pada enla mano se fue contra el gra Gi- gante Mondrago. El qual bien pen- so de solo aquel golpe partir su batalla Pero Lucendus que tan poderoso gol- pe vido venir: al tiempo que lo vido ca- er dio vn salto al traues: y el golpe dio en vna piedra que toda la hendio y gra llama de fuego salio della: y el bue prin- cipe don lucendus le hirio de vn gol- pe enla falda de la gran loriga: que peso d cortarsela toda. Pero no hizo enella mella alguna: y el Gigate Mondrago con gra san~a alc'o otra vez su muy gran- de cuchillo por dar fin a su batalla / pe- ro nuestro buen principe do Lucedus co la mayor ligereza q pudo se libro del} [fol. 129r] {HD. de Amadis . \ Fo [.]cxxix.} {CB2. y d alli comienc'a vna batalla ta cruel y dssemejada: q enel mundo mas no po- dia ser: y lo que mas a do Lucedus va- lia era su mucha ligereza: co la qual ha- zia perder al gigante los mas dlos gol- pes. Delo qual el andaua ta corajoso: y casado: que humo espesso echaua por las narizes y boca, pero no se podia do Lucendus tato guardar: que algunas vezes el gigate no le cogiesse: y cada vez lleuaua al suelo la carne y las armas, y quanto topaua, que bie conocia Lucen- dus: que si la batalla mucho turaua q el lleuaria lo peor dla batalla, y por aq- llo se matenia co mucho tiento, por po- der traello a su voluntad, q en otra ma- nera no tenia lugar: y co aquello se gu- ardaua: y a vezes lo heria: lo mas q po- dia, que ya le auia dado tres heridas en vn brac'o / de que algo dela fuerc'a auia perdido. Pero el gigate coel coraje fue a darle vn golpe: pesando de hender lo por medio: q cierto si lo cogera lo hizie- ra piec'as, el golpe fue tal q todo el cu- chillo etro por el suelo y el gigate: pug- no por sacarle. Pero do Lucendus que assi le vido ante que sacar lo pudiesse le dio tal golpe en aquella mano q cercen se la corto, y el gigate echo la otra mao con tata fuerc'a que pudo sacar el cuchi- llo bramando como vn toro: por verse sin la mano: y como co la otra no fuesse vsado a herir: no daua tan fuertes gol- pes como al pricipio: y do Lucedus lo heria mas a su saluo: en tal manera / q antes de media hora lo tenia ban~ado d sangre y el gigante Mondrago pugna- ua por tomarle entre sus brac'os: pero por mucho que Lucendus se apartaua: no pudo ser tanto: que no le asiesse con la mano en que el cuchillo traya: co la qual lo truxo parasi: y en tal manera lo comenc'o a afrentar que si mucho tura- ra la batalla: lo matara. Pero don Lu- cendus: sacando de de[t]ras vn estoque: dio conel por debaxo dela falda dela lo-riga} {CB2. al gigante, con lo qual, y co la mu- cha sangre que dela mano cortada le sa- lia: cayo enel suelo: & yendo sobre el Lu- cendus le corto la cabec'a. Pero a penas lo vuo hecho quando por la puerta del castillo salieron otros dos gigantes au q no ta disformes, como el primero, sus cuchillos cen~idos, y dos grades mac'as de fierro enlas manos: que puesto caso que tuuiesse mucha necessidad de repo- sar, no lo dexaro ates subiendo en su ca- uallo de donde se auia apeado por po- der se mejor aprouechar dellos y toma- do la lac'a que para la batalla del giga- te Mondrago auia dexado arremetio para ellos: y al vno hirio tan duramen- te conella que de parte a parte le pas- so la cabec'a y la capellina de que era ar- mado: pero el otro gigate le dio tal gol- pe sobre la cabec'a del cauallo que se la fizo pedac'os saliedo del Lucendus: se fue contra el otro gigante, el qual co su mac'a procuraua herirle quato podia, pero como ala bodad de do Lucendus pocos passassen: en breue tpo dio conel gigate muerto a sus pies y mirado por el otro vido que del encuentro dela la- c'a era muerto, y mirandose assi, vido q gran abundacia de sangre se le yua por las heridas: que grandes y peligrosas eran. Pero a aquella sazon llego la do- zella hija del sen~or dela ysla. La qual le quiso besar los pies por la merced, pero viedo le ta herido: fue muy triste: y con ayuda delos ancianos fuero al castillo donde fue rescebida como sen~ora, porq todos eran criados de su padre: que de fuerc'a mas que de grado seruian al Gi- gante. Los quales luego sacaron a Do- rendo el casto dela prision donde esta- ua: diziedo le la libertad que por mano de vn cauallero, q Doresia su fija auia traydo tenia: por lo qual el dio ifinitas gracias a dios / y siedo lleuado a dode lucedus estaua se echo a sus pies: y el lo recibio muy bie, dode luego vinierolos} {CW. r} [fol. 129v] {HD. Dozeno +} {CB2. mejores maestros que ela ciudad: que cerca estaua se hallaron: y puesto q pe- ligrosas fuessen las heridas ellos dixe- ro q las daria sanas: breuemete Dios queriedo: pero por poco que estuuo en la cama no fue tato que no fuessen dos meses: enlos quales fue muy seruido d todos los dela ysla / y siendo guarido en vna barca muy buena q le diero con seys marineros, tomo la via de Costa- tinopla, por ver a su sen~ora, por la q<>l pa- decia continuas passiones & dolores. {RUB. % C[a]pitulo .lix. Como el principe Lucedus llego al imperio de Constatinopla: y como predio ala encatadora Dragosina: y lo que mas acontescio.} {IN4.} MVy alegre yua el principe do Lucendus por la mar adela- te, pensando de ver muy cedo a su sen~ora Fortuna: coel q<>l tiempo aduuo passados de quinze dias con muy prospero vieto y al cabo deste tiempo vna noche ya q qria el sol dexar su claridad: el tiempo se comenc'o a mu- dar muy al cotrario delo que antes era y la tormenta se comenc'o a leuatar en gra cantidad y el viento a crecer: de tal forma que los sus marineros no se sabi- an dar remedio alguno, saluo encome- darse a dios dl cielo: y ala virgen santa maria su madre: desta manera fuero se- ys dias: al cabo dlos quales se hallaro cabe vna motan~a muy espessa de arbo- les, y el principe Lucedus dio muchas gracias a dios: y assi a pie se metio porla tierra a detro mandando alos marine- ros que lo esperassen ocho dias y que si enste tiempo no viniesse / se fuessen ala buena vetura: y co esto se metio por me- dio de aquella montan~a tan espessa sin} {CB2. ver camino ni senda alguna, por donde pudiesse guiar con tanta espessura que quasi no podia andar, q a vezes le con- uenia cortar las ramas. Desta manera fue el principe Lucendus tres dias co- miedo de alguas yeruas: hasta el quar- to dia: el qual ya que el sol yua bie alto salio a vn camino agosto no muy holla- do, porel qual ya cerca dela noche vido venir vna donzella: aunque no muy fer- mosa: sobre vn palafren andador bien arreada: la q<>l venia llorado de sus ojos y messando sus cabellos: tato que a do Lucendus mouio a piedad y llegando se ala donzella la saludo cortesmente: y ella le boluio las saludes. Dezidme se- n~ora dozella por dios dixo Lucendus la causa de vuestro duelo: que si por mi puede ser remediado: sin duda lo hare de buena volutad porla ley de cauallia q a ello me obliga. De Dios ayays el galardon sen~or cauallero dixo la donze- lla: y pues tato os doleys d mis cuytas os las quiero cotar, y aueys de saber q yo soy hija de vn cauallero sen~or de vn castillo que no muy lexos es, y viniedo de vn Castillo de vna mi tia yo y vn mi hermano donzel saliero a nosotros se- ys cauallos: los q<>les prediero a mi her- mano, y lo lleuaro a vn castillo que en vna torre quedo, y yo por la ligereza de mi palafre me pude escapar, vamos co- tra essa parte dixo don Lucendus: que yo os prometo de hazer todo lo que en su libertad pudiere. De dios ayays el galardo sen~or dixo ella: y con tato bol- uio el palafre, por dode primero venia y a su ruego el principe don lucedus su- bio alas acas del palafren. De aquella manera fueron todo lo que del dia que- daua hasta la noche que llegaro al pie de vn alto roqdo a marauilla: y por ser tarde reposaro debaxo de vn arbol lo q dela noche qdaua, por subir por la ma- n~ana a vn castillo que elo alto parecia mas e toda la noche no pudo el p<>ncipe} [fol. 130r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxx.} {CB2. Lucendus dormir suen~o alguno. An- tes passaua en diuersas exclamaciones hasta que venida la man~ana muy clara y serena dando el sol con su rubicundi- dad sen~al de su hermosura. A esta hora se leuanto el principe Lucendus y enla- zando su yelmo: comenc'o a subir alo alto delas rocas que ta agro era que a penas podia subir porellas, y la donze- lla se quedo a baxo fingedo gra miedo: de aquella manera anduuo don Luce- dus cerca de vna hora: y al cabo dlla se hallo en vn pequen~o llano, en medio dl qual estaua fundado vn bue castillo gra- de: el qual tenia las puertas de fino hie- rro: y estaua abierto d par en par: porq assi como los de dentro viero al princi- pe don lucendus: le abrieron las puer- tas y lucendus mouio cotra el castillo, a mas adar y llegado ala puerta entro detro: pero apenas vuo puesto los pies quado se sumio dentro en vn gra hoyo que gra golpe dio abaxo y mirando vi- do que era a manera de vna quadra pe- quen~a d fuerte ladrillo y enl suelo auia huessos de hobres muertos ala vna p- te dla quadra auia vna gran boca a ma- nera de cueua q porla claridad que por la puerta entraua bie se podia ver, pero a penas vuo Lucendus caydo quando vido entrar por la boca dla cueua vna animalia la mas dessemejada del mun- do que su gra esfuerc'o, no pudo escusar q no vuiesse miedo: viedo la muerte de- lante de si, porque el era dla suerte que os cotare. El tenia la cabec'a como dra- gon, saluo que allende de tener fuertes colmillos, tenia pico a manera de grifo tan duro que no auia azero tan fuerte y templado que mas q el fuesse: los bra- c'os era a manera de Leon con grades vn~as: y apretaua conellos: como si fue- ra hombre mortal, tenia cuernos a ma- nera de basilisco: y allende dsso el cuer- po q tan grande como vn toro era guar- necido: de tal cuero q no auia arma que} {CB2. cortar lo pudiesse. Desta manera era aql fiero animal. Boluiedo pues a nues- tro proposito: auiedo el principe Luce- dus de Fracia visto el fiero animal me- tio mano a su espada, y muy bie cubier- to de su escudo: espero al animal: el q<>l se vino para el con tata furia: por cojer lo entre sus vn~as: que si dios milagro- samente no lo librara: sin duda ningua fuera muerto: po el maldito animal yua ta rezio que passo por encima del princi- pe Lucendus: y leuatandose con muy biuo corac'o: no osado aguardar a otro golpe semejante aquel se puso ala boca dla cueua: por do el animal auia salido y alli co su espada se dfendia lo mejor q el podia: y el fiero animal hazia tales co- sas: y daua tales y tan grandes siluos que metia en grande espanto al princi- pe don lucendus, y la sierpe muy furio- sa por cojerlo que del gra estruendo: to- do aquello ressonaua: que parescia que- rerse hudir: que muy lexos se oya: y co las vn~as raspaua la tierra: y daua tales saltos y ta ligeros que era marauilla: y lo que peor era que la espada del princi- pe Lucendus no cortaua cosa algua en el cuero del animal mas q si fuera vna dura pen~a. Tanto que mas de vna ora passo sin que el fiero animal pudiesse fa- zer mal alguno al principe do lucendus porel amparo q tenia: saluo andar muy casado: q casi ya no podia madar la ma- no del espada dlas muchas heridas q al animal auia dado: y mas viedose sin escudo: porque del primer salto que el animal a el dio: tomandoselo del brac'o selo auia hecho muchos pedac'os: y vi- endose en tan grande peligro encomen- dadose a dios que es autor de todas las cosas y a nuestra sen~ora q vuiessen mi- sericordia de su anima: comec'o a dezir. O mi sen~ora y hermosa princesa fortu- na: valgame vuestra gran hermosura / contra este fiero animal: q mi esfuerc'o sin vos es ninguno / y enesto el animal} {CW. r ij} [fol. 130v] {HD. Dozeno. +} {CB2. arremetio pa el: Lucedus puso su espa- da delante, de suerte q el animal se me- tio el espada porel vn ojo que todo fue quebrado: y con la rauia que el animal sintio cerro con Lucendus echandole sus fuertes vn~as / por las armas que mal lo llagaua, y cierto el fuera muerto si el principe lucendus metiendo la ma- no ala daga no se a[+]lanc'ara por enfrete del corac'on: de suerte q el animal cayo muerto a vna parte, y el principe lucen- dus, assi mismo tal como muerto delas muchas heridas dela otra parte q mu- cha sangre dellas sele yua y cobrado al- gu poco de mas esfuerc'o viendo ala be- stia muerta dio infinitas gracias a dios por tan sen~alada merced como le auia hecho en librarle de aquel fiero animal y mirado para lo alto: vido que casi no auia remedio para subir: por dode auia caydo: y metiendose por donde el Ani- mal auia salido: anduuo vn poco, al ca- bo del qual se hallo en otra quadra dba- xo de tierra ala manera dela otra y ala vna parte la cama dl animal y ala otra vn escalera de piedra: por la qual don Lucendus comec'o a subir hasta q lle- go a vna puerta de hierro: y tetado por ver si estaua abierta la fallo cerrada co fuertes cadados y conel pomo del espa- da comenc'o a dar grades golpes, fasta tato que por d fuera oyo sonar vna boz de persona, que dezia: quie diablo eres tu q aca has podido llegar. Abre herma- no por tu fe dixo el principe don lucen- dus que alla fuera lo sabras: entonces por defuera quitaron los cadados que bien auian visto la bestia muerta por el lugar que el Principe Lucendus se su- mio. Y siedo quitados los candados y abierta la puerta: lucedus puso mano a su espada, q escudo no lo tenia: porq oyo de fuera ruydo de armas. En auien- do salido se hallo en vn gran patio: y de- late d si diez caualleros y seys villanos armados de hachas y capellinas. Alos} {CB2. quales vna mala duen~a vieja que en vn corredor alto estaua dzia. Ea mis caua- lleros dad la muerte a esse mal caualle- ro, que no pueda huyr de vuestras ma- nos, pues tuuo poder d matarla bestia que tato queriamos: con lo que los ca- ualleros se vinieron para el principe lu- cendus: y assi mismo los seys villanos y comiec'a lo de herir d pesados golpes a marauilla que las hachas y espadas le hazia sentir elas carnes, pero el se co- mec'o a reboluer entre ellos / de suerte que conociendo sus golpes no se osaua llegar a el tato como de primero, no do- nos traydores dezia lucendus no pen- seys de escapar assi de mis manos que morir os couiene: y diziendo esto dio a vno dlos cauallos: q mas cerca de si fa- llo tal golpe que la cabec'a conel yelmo fue hedida hasta el pescuec'o: y de alli se metio enlos otros, de suerte que a otro corto vn brac'o. Mas los peones lo car- gaua de tales golpes que le conuino fa- zer respaldo a vno delos pilares del pa- tio. Y lo que mas mal al buen principe lucendus hazia era no tener escudo co que mapararse, por lo qual mas a su sal- uo lo herian todos los peones, pero a vno que se tuuo por mas atreuido q los otros de llegarse a el: le dio tal golpe so- bre vn hombro que todo aquel quarto le derroco al suelo: y viendo que alli na- da hazia se metio entre ellos otra vez d tal suerte y con tanta furia, que de solos tres golpes echo tres caualleros muer- tos al suelo: y por euitar plixidad. Ta- to hizo nuestro buen Cauallero que so- lamente dos peones le escaparo que le pidieron merced dela vida. Pues guiad me dode esta aquella duen~a sen~ora del castillo dixo el principe lucendus. Lo qual los hombres hizieron: aunque co gra miedo della, y subiedo por vn corre- dor le dixeron al principe. Ay sen~or es- ta la duen~a por quien preguntays y do lucendus se metio por la puerta a den-trado} [fol. 131r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxxj.} {CB2. en vna gra sala y vido infinidad de libros de diuersas y fermosas guar- niciones: y en medio de aql estudio la duen~a sen~ora del castillo sentada cotra do lucedus ta fea y magra q vn palo pa- recia: y los ojos ta rutilantes q vna ha- cha pecia: q puesto q vna vetana vuies- se de mucha claridad enla sala: no dexa- uan de parecer q dellos salian biuas ce- tellas, alos pies dela vieja estaua la do- zella q a don lucedus alli truxera. La qual como a don lucendus vido conel miedo que ouo se lanc'o por la finiestra abaxo, y vuo el fin coforme a sus malas obras: y la sabidora dado aullidos ar- remetio pa do lucendus mudadose en muchas formas: pero poco espanto de aqllos recebia nuestro cauallero antes fizo fincta quererla matar: lo que el no hiziera por cosa del mundo: y la muger vuo temor dla muerte y le pidio merced dela vida. La qual Lucedus le otorgo aunque mas valiera que muriera pa ha- zer el mal que adelante hizo. Boluiedo pues al cueto auiedo la lucedus toma- do a merced: luego la mala duen~a man- do alos peones que sacassen todos los presos q enel castillo auia. Lo qual lue- go fue fecho que devna mazmorra saca- ron passados de dozietos hobres y mu- geres: todos muy mal tratados: assi d la habre y sed, como porque siempre es- taua metidos en agua muy hedionda, hasta los sobacos q gra lastima ouo de ver los tales: y las alegrias q hazia: sa- biedo ser libres: juto con besarle la fal- da dela loriga a lucedus: el qual mado curar delos presos y guardar a dragosi- na la encatadora q assi se dezia y por vn hombre delos dela prisio fue curado d sus llagas, y estado enel lecho: supo de vn cauallero viejo q preso auia sido de auetura. El qual le dixo que aquella en- catadora q dragosina auia nombre, era muy enemiga dlos principes griegos, porq enlas guerras de ruxia auian mu-erto} {CB2. a vn hijo suyo: y con desseo de ven- garse auia venido alli y tenia aqlla don- zella que sobrina suya era: pa q dla suer- te q a el truxo truxesse todos los caua- lleros q topasse y alguos era presos por el engan~o dla puerta: y otros para que comiesse la bestia / q ella por sus artes alli auia traydo: y los demas metia los en escuras prisiones fasta que los daua a comer ala bestia: por suerte. Muy es- pantado fue Lucendus de tal auetura y siendo guarido de sus llagas: que bie tardo treynta dias: mado a todos los caualleros y donzellas q de su parte p- sentassen la encatadora ala infanta for- tuna y se pusiessen en su mano, y esto fe- cho el se partio dl castillo dxando la te- nencia a vn cauallero viejo: y ela barca q auia venido se partio por su mar ade- lante. Como contaremos a su tiempo. {RUB. % Capitu .xl. como sie- do guarido don Silues y Pantasi- lea de sus heridas, todos aquellos principes salieron a cac'a: y lo que el traydor de Agria y su hermano hi- zo, y como predio ala fermosa infan- ta Fortuna y a pantasil(i)[e]a: y lo q mas acontescio.} {IN4.} EStuuieron treynta dias do Silues y su sen~ora Pantasi- lea enla cama q el desseo de verse les fizo sanar mas ayna enel qual tiempo eran muy visitados d todos aqllos principes y princesas ca- da vno en su aposento, y siendo guari- dos todo el tpo gastauan en cac'as. As- si fue pues q vn dia vinieron a dezir a to- dos aqllos principes, como en vn bos- q cerca dela marca ya auia visto abun- dancia de cac'a, especialmente de puer- cos moteses muy grandes y valientes que seys cac'adores auian muerto / lue-go} {CW. r iij} [fol. 131v] {HD. Dozeno +} {CB2. como ellos lo pusiero les tomo codi- cias dellos & hizieron aparejar para yr otro dia alla y lleuar a todas las prince- sas consigo pa lo q<>l hizieron hincar ci- ertas tiendas cerca dela mar: porq pen- saron estar alla alguos dias cac'ado to- dos co mucho plazer y otro dia muy de man~ana ates que febo comec'asse a bol- tear enel sino de picis de dode las tien- das estaua: se leuataro todos y puestos a cauallo con los abitos que para mon- teses requerian, aunque do silues jamas quiso yr sino armado. Por lo que en se- mejantes casos suele acontecer, toma- ron el camino del bosque: donde llega- dos: la cac'a se comenc'o con mucha ale- gria: pero como la fortuna jamas en vn proprio ser tenga cosa algua: quiso mos- trar su poder, como agora diremos. Ya os auemos contado, como siendo ven- cido el emperador Agria y su hermano se metiero en sus naos co proposito de dan~ar aqllos principes quanto pudies- sen: dexado espias que de todo los aui- sassen. Pues assi fue q partidos los p<>n- cipes ala cac'a las espias: aprediero bie el lugar / y metidos en sendas barcas co remeros que bien aquel oficio sabia hazer, se fuero para el emperador Agri- an y su hermano Leopante, que co to- das sus naos estauan en vna ysleta des- poblada diez leguas de alli esperando. Los quales assi como lo supieron / de- llo muy alegres quisieron mouer su ar- mada cotra aquella parte dode los me- sageros les dixeron: que las princesas estaua, y antes de quatro horas fueron alla, y con solamete quatro galeras lle- garon a tierra: saliendo dellas el epera- dor Agrian y su hermano leopante co dozientos hombres: guiandolos las es- pias llegaron al lugar dode las tiedas estauan y su dicha que lo quiso: ala sazo todos aquellos altos principes estaua enlas armadas que conellos no auia si- no alguos caualleros de poca nombra-dia,} {CB2. y essos desarmados: y entrando en vna tienda, donde todas las princesas estauan el emperador Agrian y su her- mano tomaron de entre todos ala her- mosa infanta fortua: y ala estremada y fuerte Princesa Pantasilea. Que pue- sto que puso sus fuerc'as todas por dfen- derse del emperador agrian: fueron ta- tos hombres los que coellas se abrac'a- ron que mal de su grado se fueron cone- llas a sus naos: que ciertamete si sus ar- mas tuuiera no lo acabaran conella co- mo cuydauan. Pero quien os contara los llantos de todas aquellas Prince- sas en especial dela emperatriz niquea y dela reyna calpendra y delas damas sino que el cielo con sus clamores hudi- an. Lo qual dexaremos por contar lo que ala dos hermosas infantas acote- cio. Las q<>les en especial la infanta for- tuna daua tales gemidos y gritos: que era manzilla. Puesto caso que la price- sa pantasilea con su brauo y fuerte cora- c'on ningu semblante hiziesse: hasta que las metieron enlas galeras y de alli en vna Nao dentro de vna camara muy ricamente aderec'ada donde los llatos dela infanta fortuna eran tatos que por la ventana dela camara muchas vezes se echara enla mar si[ ]no fuera por la pre- ciada pantasilea que mucho la consola- ua, pero no porq ella no temiesse algu- na fuerc'a serle hecha en su honrra co ta continuos desmayos dela infanta For- tuna que muchas vezes penso ser muer- ta. Lo qual dexaremos por contar lo q aquellos principes acontecio enla cac'a los quales luego supieron de algunos que alli fuero la triste nueua que cierto fue gran marauilla don Silues dela sel- ua no morir de pesar y cierto si[ ]no fuera por no mostrar alli punto de flaqueza: el diera ciertas sen~ales dlo que sentia: y puesto caso que como hombre sin senti- do quedo: no se echo d ver conlo que to- dos hazian que lastima era de ver en es-pecial} [fol. 132r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxxij.} {CB2. el emperador Amadis y do Flo- risel y todos los otros: y assi de cosuno mouieron para las tiedas, pero viedo don Silues que aqllo hazia poco al ca- so yr alas tiendas, y mas halladose ar- mado que siepre se yua el a cac'a por aq- lla floresta / tomo el camino dela mar: ala qual ates de dos horas salio harto mas abaxo de do las princesas auia lle- gado y llegado alli no viedo en que pu- diesse seguir: ni menos quie las vuiesse lleuado: estaua como hobre desespera- do q muchas vezes estuuo por echarse ela mar si[ ]no fuera por no pder su aia: d- zia. O mi sen~ora patasilea y como a ta gra traycio soys psa: q bie creo yo que si armada enel campo os tomara que a vuestro crecido esfuerc'o ninguno llega- ra / o mi sen~ora: y no sera mejor dar mi spiritu y cuerpo para que sin anima lo lleuen a dode vos estays: porque conoz- cays que miedo dela muerte no me ha- ze dxaros d seguir, y diziedo esto se yua a lac'ar enla mar si Dios nro sen~or que elas mayores cuytas alos q su acorro ha menster, como padre d piedad: acor- re y sin su volutad cosa algua no se pue- de hazer, assi fue pues que estando don Silues, como diximos con desespera- cion para se lanc'ar enla mar: la mar se comenc'o a embrauecer y lanc'ar las on- das que parescian con las altas nuues comunicar: y al cabo d vna piec'a en me- dio dela ondas parescio la gra Sierpe del esphera haziedo muchas brauezas de que do Silues fue tan alegre como podeys pesar, y poniedose la sierpe en frete de don Silues tendio su larga gar- gata y abierta la boca do Silues apea- do, se metio porella a dentro, y la sierpe comenc'o de mouerse aleando con sus alas con tata velocidad: que don Sil- ues que sobre ella yua estaua muy ma- rauillado: y porque dentro della no via a nadie. Donde los dexaremos estar por contaros lo que ala preciada y her-mosa} {CB2. Princesa Pantasilea & Infanta Fortuna acontescio / yendo metida en la nao. {RUB. % Capitu .lxj. Como yendo la infanta Fortuna y la prince- sa Pantasilea por la mar adelante la hermosa princesa Pantasilea hizo vna hazan~a la mayor y mas estran~a del mundo, con la qual fue libre y de la batalla cruel que con todas las ar- madas vuo.} {IN4.} MEtidas q fuero: como os a- uemos cotado enla camara dela nao: la fuerte y fermosa princesa patasilea, y la infan- ta fortua, no tardo mucho que el empe- rador Agrian y su hermano Leopante entrassen detro dode ellas estauan, que aun ellas no sabian quien ellos eran. Que os dire dela fermosa infanta For- tuna sino q viendose en poder de aquel traydor: cayo enl suelo amortecida. Ay traydores dezia la fuerte princesa pan- tasilea: y como con tal traycio procura- stes acabar lo que por vuestras bonda- des no erades merescedores: mas yo espero en dios q todos morireys a mis manos de muy cruel muerte: que si yo armas tuuiesse no os temeria, pero cre- ed que ya que la fortuna tan fauorable os fuesse, yo sacrificaria la vida dsta fer- mosa infanta con mis proprias manos y despues la mia: para limpieza de nras famas y honestidades. No sereys tan cruel dixo el empador Agrian: que co los muchos seruicios que os entiedo hazer a vos fermosa princesa: y a esta getil infanta, mi hermano & yo: oluida- reys los griegos principes. Ay malua- dos dixo la hermosa princesa / y como no es mucho que alos hombres haga} {CW. r iiij} [fol. 132v] {HD. Dozeno +} {CB2. traycion quien a Dios del cielo que lo crio la hizo. Infanta no seays ta dsme- surada dixo Leopante: si[ ]no hareys me a mi que co vos lo sea en tomar por fu- erc'a lo que de grado creya que nos die- rades. Ni esse grado ni essa fuerc'a ja- mas lo aureys de nosotras. Esperad di- xo Leopate y vereys quanto mas os valiera hazerlo de grado, lo q agora de fuerc'a hareys, y conesto arremetio co ella: y Agria con Fortuna: q aunq la ca- mara no era muy grade lo podia muy bie hazer: pero la fuerte y valerosa ifan- ta, no rehuso: antes se abrac'o ta fuerte- mete con el que sus fuerc'as no le valie- ro q no diesse coel enel suelo de la cama- ra armado como estaua, y asiendole de vn estoque que dtras traya le corto en vn punto la cabec'a: lo qual visto porel emperador Agria su hermano dio vna gra boz diziendo: O soberanos dioses y como co justo titulo por aueros rene- gado por vnas mugeres nos aueys da- do nuestro justo castigo: ay mi bue her- mano: y como por vra hazan~osa muer- te me queda tan poca venganc'a: pero vegare vuestra muerte, o morire: y por que la camara era algo estrecha no cu- ro del espada sino metiendo mano a vn estoque que dtras tenia fue por herir a Pantasilea, pero ella que en auiso esta- ua conel otro que ela mano tenia repa- ro el golpe: y asiendole del brac'o cerro tan presto conel que no tuuo lugar de otra vez herirla: y como tenia la cabe- c'a desarmada: diole tal golpe q toda se la hedio: y el empador Agria cayo enl suelo muerto: ay mi buena sen~ora: y a- miga dixo la infanta fortuna: y como to- das somos muertas si los del armada veen estos traydores muertos. Dexa os desso dixo Pantasilea, y entenda- mos enlo que a nuestra saluacion con- uiene: desarmemos estos traydores y armadme de sus armas: y luego fuero desarmados de sus armas: y Patasilea} {CB2. se vistio las de Leopante que muy fuer- tes era: y cin~endose el espada del empe- rador Agria por ser mejor, salio dla ca- mara haziedo ala infanta Fortuna que cerrasse la camara muy fuertemete por de dentro: porque no le fuesse hecho al- gun desaguisado: y subiedo sobre la cu- bierta: al primer cauallero que fallo de vn golpe le corto la cabec'a y desenlaza- dole el yelmo dela cabec'a en vn punto lo tomo y selo enlazo enla suya, y metie- dose entre todos los otros hombres. Los quales desque ouieron visto el ca- uallero muerto todos co sus armas in- dignados cotra ella venia, pero ella co- mo quiera q tuuiesse dsseo de vegarse d- llos, no rehuso la batalla: mas co la mu- cha fortaleza q mandaua en su podero- so brac'o, de solos tres golpes que dio derroco tres hombres muertos: y bol- uiendo se cotra los otros: poniedose en ofensa dandoles tales y tan fuertes gol- pes: de suerte que no auia ninguno que allegar osasse a ella. Pero vn hombre d la nao: q por escoderse fue alo baxo, y a la puerta dla camara vido a el emperador y a su hermano leopate muertos: come- c'o a dar las mayores bozes del mudo: que sus sen~ores eran muertos: y tomado vn farol fizo sen~al alas otras naos, y galeras que passadas de ciento eran: todas se llegaro ala capitana: y sabida la muerte de sus principes vierades el mas terrible y grande llanto dl mudo y junto con aquello saltauan tantos en la nao hasta que fue llena: que por fuer- c'a hizieron retraer ala preciada prince- sa enel castillo de popa: a sazo que mas de diez caualleros tenia ya muertos a sus pies: a aquella hora se comenc'o a d- fender: de tal suerte q el q por mas atre- uido se sentia y queria llegarse a ella en pena de su atreuimiento dexaua la vi- da: de manera que qualquiera procura- ua de guardar bie su cabec'a: porque ha- ziendose todos vn corro: tenian en me-dio} [fol. 133r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxxiij.} {CB2. (naa)[ala] fermosa dama: q no hazia ya al si[n]o(l) defenderse, de suerte que ante de vna hora ya estaua cercada d hombres muertos, y en alguas partes llagados pero de dode mas dan~o rescebia era de las gauias que muchos dardos y astas le tirauan, pero ella determino de ven- der bien su vida: y como que cosa ningu- na auia hecho: a ratos con mucha furia daua vnas arremetidas: dandoles mu- chos y poderosos golpes: de que los fa- zia retraer: lastimadolos en sus cuer- pos de crueles feridas: y q<>ndo ella se sentia algo casada boluiasse a su lugar: reparado los golpes q le eran tirados pero ella adaua ya ferida de quatro lla- gas. Puesto q mas de treynta caualle- ros a sus pies tuuiesse: estaua casada: y ciertamete ella muriera si nuestro Se- n~or no truxera por alli al buen principe Lucedus. El q<>l como os diximos par- tido dela insula sola por la mar adelan- te: auiedo deshecho muchos agrauios, y acabado algunas peligrosas auentu- ras. La ventura lo truxo por alli a aq- lla sazon. El qual como viesse aquella gran armada cercada toda de aquella nao: y estado assi parada mirado aque- llo que podia ser, de dode vido a vn ho- bre saltar de vna dlas naos en tierra: dl qual supo todo lo que era: y sabido por el como su sen~ora la infanta Fortuna y la fuerte Pantasilea estauan alli: y enl peligro que aquella valerosa princesa estaua: saltado de vna nao en otra, fue hasta llegar ala nao dode estaua aqlla multitud de gete toda remolinada: do- de entre medio della vido ala princesa pantasilea que peleaua con gra consta- cia: marauilladose mucho delo q hazia y delos golpes ta terribles q daua. Di- ze Galersis que dixo. O alto y soberano dios: y como quesiste mostrar tan gra- des marauillas en criar tan excelete: y soberana princesa como esta: que caua- llero puede esperar ganar fama alguna} {CB2. siendo esta estremada dozella enel mu- do, segunda Alastraxarea: y diziedo es- to metio mano a su espada: y comienc'a a herir alos enmigos por las espaldas d tal suerte q sintiedose lastimar todos se boluieron para el principe Lucedus el qual como leon brauo se mete entre ellos: de suerte que muy presto dio a co- nocer su bondad, q de solos cinco gol- pes derroco muertos o mortalmete lla- gados a cinco caualleros, y pugnando de jutarse con la preciada princesa pan- tasilea: pero los enemigos le dauan ta- ta priessa que aunque el les daua morta- les: los recebia el tales, que el muy bie los sentia: pero tabien se defendio y tan- to hizo que se vuo de jutar con la prince- sa pantasilea: dado vna grade boz dizie- do. A ellos mi sen~ora: q aqui esta el p<>n- cipe lucedus q pondra la vida por vro seruicio. Y coesto abos comec'aro a ha- zer tales cosas q infinitos mataua: po q va q por muchos q mataua no hazian megua: porq luego era la nao llena de otros q mas de ciet naos era las q los tenia cercados y ya los cauallos no po- dia andar sino sobre los muertos: lo q<>l visto por los dlas otras naos: y viedo q sus sen~ores era muertos: y q no tenia remedio alguo para poderse vegar de sus enmigos por fuerc'a de armas. To- mado fuego griego: lo lac'aro detro en la nao del empador / y todas las naos se hiziero por la mar adelate camino de su tierra plan~endo la muerte d sus sen~o- res: co proposito de vengarlo. Como adelante diremos: y la nao se comec'o a arder en biuas llamas de huego. Qui- en os cotaria el pesar de aqllos dos p<>n- cipes: q no les pesaua por auer de mo- rir de aquella cruel muerte: de aquella suerte sino por no poderse mejor vegar a su voluntad. Y con aquella rauia mie- tras el fuego andaua enla proa: todos los que estauan dentro enla nao mata- ro que ninguno se les escapo: y baxado} [fol. 133v] {HD. Dozeno +} {CB2. ala camara dela infanta Fortua. ya po- deys pensar lo que los dos amates sen- tirian: viendose enlos postrimeros ter- minos de sus vidas, sino q todos tres con muy gran tristeza plan~iendo la tan grade desuentura que les auia venido se pudieron enl castillo de popa por po- der gozar de vna poca de mas vida / q nunca cessaua de acuytarse: y maraui- llarse del repetino fuego q quemaua la nao y del infortunio que les auia veni- do. Que no sieto corac'o que no se que- brara: viedolos de aquella manera: pe- ro ya a aquella sazo el ardiete fuego se yua ya acercado: y acrecentando conti- nuamete mas su furia: y el principe Lu- cedus los ynojos hincados enel suelo: suplicado a nuestro sen~or dios y ala vir- gen sancta maria su madre, que los qui- siesse librar de aql gran peligro en que estauan: y viendo ya lo poco q les que- daua de biuir se fue hazia su sen~ora pidi- endole las manos, para postrimera ds- pedida: la qual lo abrac'aua con tantos c'olloc'os que el anima se le arrancaua. Los mismo fazia la fermosa y fuerte pa- tasilea: y cierto ella se tuuiera por muy coteta co su muerte: si alli a su sen~or y es- poso do Silues dela selua pudiera ver, estado todos abrac'ados / esperado ya la muerte que les estaua presente. Los quales dexaremos estar assi eneste tan grade peligro: por cotar como nuestro sen~or fue seruido en tan gran angustia y menester socorrerlos. {RUB. % Capitu .lxij. Como el principe lucendus y la fermosa in- fanta Fortuna y pantasilea fuero so- corridas porel galeon dela sierpe en que venia do Silues: y como boluie- ron a Constatinopla: y el gra plazer que con su venida ouieron.}} {CB2. {IN4.} COntado os auemos como do Silues se metio enel hermo- so galeon dela sierpe con tan gra angustia / el qual camino todo aquel dia con gran velocidad has- ta la tarde sin parar en cabo alguo que verdaderamete bolar parecia: hasta q Febo qria su media buelta acabar don Silues que elo alto dela sierpe yua vi- do de lexos vn gran fuego contra el q<>l la sierpe mouio: que en poca piec'a fue conel: y do[n] Silues q enla popa yua vi- do dos caualleros y vna donzella abra- c'ados que ya parte dlas vestiduras se les quemaua. Los quales luego fuero por do Silues conocidos que eran Lu- cendus y la princesa pantasilea su sen~o- ra: y su hermana la infanta fortuna, dlo qual fue tan turbado que por poco mu- riera de pesar de verlos assi. Mas ento- ces la hermosa sierpe dl esfera hizo alli vna gra marauilla: y fue que metiendo su gra boca enel agua la saco llena dlla y llegadose a la nao que se ardia, la co- menc'o a lac'ar enella con mucha preste- za q cada vez echaua passadas de diez toneladas: tato q con la mucha priessa que se dio y mas por la virtud de sus en- cantametos antes de vna hora el fuego fue muerto dela nao. Que os dire de aq- llos tres principes que sus vidas tenia ya por perdidas viendo el buen galeo dela esphera, sino que como de muerte a vida resucitados: daua muchas gra- cias a dios: conociedo a do Silues de la selua, q entre las alas dla sierpe esta- ua. El alegria dla fermosa patasilea fue tata como cada vno puede pesar y la si- erpe tedio luego su gra boca enla nao / dode los principes estaua, y do Silues les dio bozes que porella entrassen: lo qual ellos no dudaron de hazer: antes se metiero porella adentro como ya de ates la conociessen: y etrados vierades las grades alegrias que todos hazian los vnos co los otros: que no siento le-gua} [fol. 134r] {HD. de Amadis. \ [.]cxxxiiij.} {CB2. que bastasse ni pluma q escreuir lo pudiesse sino que cada vno lo puede pe- sar: co animo piadoso: alli coto la fermo- sa princesa Fortuna la grade y memora- ble hazan~a que patasilea auia hecho en matar al emperador y su hermano Leo- pate y do Silues dla selua fue admirado y sentados en vn muy rico estrado q de- tro enla hermosa sierpe q tales los auia yua en muy gra solaz gozando de sus se- n~oras de aquella preminecia: que hasta alli no auia gozado puesto q en sus hon- rras en cosa algua tocassen hasta que o- tro dia por la man~ana estando sobre la sierpe mirando la frescura dela mar vie- ron que la sierpe enderec'aua cotra vna gran barca que ala vela venia co mas d veynte caualleros detro della. Los qua- les presto fueron conocidos de Lucen- dus y de don Silues y de Fortuna y pa- tasilea. Que eran el Rey Amadis con todos los otros altos principes y caua- lleros q ala sazon en la ciudad de costa- tinopla se hallaron. Los quales auien- do conocido ala fermosa fusta dela sier- pe cotra ella guiaua: y viendo en ella a- los dos principes y pricesas: la grita fue ta grande, y el alegria tan crecida quan- to todos podeys pensar: y luego la her- mosa sierpe tedio la cabec'a ela barca, y por ella entraron todos detro della do- de vierades vn alegre y piadoso recibi- miento: que de alegria los vnos co los otros lloraua: es especial la pciada rey- na Calpendra con la princesa Pantasi- lea su hija y el emperador amadis d gre- cia con sus hijos Fortuna y do Silues d la selua: y el rey do Lucidor que alli ve- nia conel principe Lucendus su hijo y auiendo passado aquellos amorosos re- cebimientos y siendo todos sentados, La infanta Fortuna conto la forma d su libertad. De que todos quedaro como atonitos de oyr ta grande hazan~a junto co la marauillosa forma de su libertad y la venida del galeo dela esfera: y daua} {CB2. ynumerables gracias a dios y alos sabi- dores como medianeros por a tal tiem- po con ta buen socorro auerlos socorri- do, que ciertamente si por la sierpe no fuera todos fueran abrasados y quema- dos enla nao: y con gra solaz fueron a- quella noche cenado abundosamente de muy diuersos majares que enlas me- sas en vna sala q enla sierpe estaua ha- llaro puestos sin poder dormir suen~o al- guno con el gra plazer hasta la man~ana la qual venida se hallaron delate del pu- erto dela gran ciudad de constatinopla luego la sierpe puso la cabec'a en tierra y por ella salieron todos los principes en tierra. Mas la parlera fama bolan- do con gra velocidad coto a todas las princesas su venida que mas muertas q biuas estaua, las quales sin aguardar caualgaduras fueron assi a pie hasta el puerto: donde los recibimientos fuero de nueuo que no auia quien ala empera- triz sacasse a su hija Fortuna de poder y assi mismo a don Silues dela Selua que en lugar de hijo lo amaua: y el le be- saua las manos. No menos era de ver lo que la Reyna de Francia hazia co el principe Lucendus su hijo: y la reyna Finistea co do Silues dela selua y sien- doles traydos palafrenes en q fuessen y cauallos para los principes, ya que q- rian mouer contra la ciudad. Se oyero dar bozes dela sierpe, y etre las alas vie- ron subidos alos quatro sabidores Al- quife y vrgada y Zirfeno y Zirena y el sabio Alq<>fe comenc'o a dzir. Poderosos principes: no creo q dxays d conocer co- mo las letras y las armas por yguales ptes d vna misma glia goza por lo q<>l es- tado nosotros faziedo vna obra q mu- cho al seruicio de todos couiene vino a nra noticia el gra peligro en q estos p<>n- cipes estaua en la nao q se quemaua ju- to con la pena de todos vosotros: para lo qual hezimos yr enel galeo dla sierpe al bienaueturado principe do Silues, pa-ra} [fol. 134v] {HD. Dozeno. +} {CB2. q en ta gra menester los socorriesse y hezimos yr al principe Lucedus cotra aqlla parte: dode la fermosa pantasilea estaua. Lo q resta agora es q os apare- jeys a fazer lo q la fortuna q<>siere: porq cuple q la volutad d nro sen~or se cupla, y las pfecias q nosotros enssa ciudad dxamos aura fin. Parte dlas q<>les son cuplidas, especialmete la dla sabidora zirena: q psente esta q dsta maera dize. % Quando los dos ossos marinos sa- lidos dla gra cueua y dsierto d tartaria co impial corona: d duro venablo fuere feridos y curados: y la saludable medici- na les fuere negada pcurara alas dos pu- jates garc'as robar dlas tajates y arma- das vn~as d cuyo robo siedo el leo dla sel- ua sabidor dara tal corrida sobre la fer- mosa sierpe: guiado porel magico saber q podra alas garc'as, y al gallo corona- do q en su fauor auia venido en ppetua libertad. Lo dmas dsto esta cuplido: y poresso no lo dclaramos: y porq nra esta- da no faze aq<> por alguo nos yremos: do- de por agora no nos vereys fasta q con nra vista folgueys en dmasia. Y co tato la sierpe alc'o vn buelo muy alto: no na- dado como solia se fue porel ayre. Do- de los dxaremos hasta su tpo por cotar como los sabidores ydos los p<>ncipes se fuero al impial palacio: q q<>si no po- dia adar co la mucha gete q por verlos salia y llegados al palacio, y sentados en sus assietos etro por la gra sala vna copan~a d cauallos y dozellas q e medio traya vna vieja duen~a, y el vno dlos ca- uallos: dixo q<>en es la fermosa y sin par infanta Fortuna, y siedole mostrar to- dos: assi como venia se hicaro d ynojos ante ella, y vn cauallero viejo comec'o a dezir. Alta y soberana p<>ncesa nosotros venimos a ti a presentarnos por tus pre- sos d parte del estremado cauallo dl ba- silisco, el q<>l nos libro dla mas escura pri- sion del mudo d poder desta duen~a q la maga dragonesa ha nobre, el q<>l por su p-sona} {CB2. mato la bestia: cuyo cuero aq<> trae- mos: y luego subiero dos cauallos co el pellejo del animal q os auemos cotado y mato assi mismo las guardas d su cas- tillo, y te la embia pa q hagas della y d nosotros, lo q quisieres. Muy mara- uillados fuero todos de ver el cuero d aqlla animalila, y daua grades loores al principe lucendus: tato q a el le pesaua de oyrse tanto loar: pero quie mas ale- gria tenia era la infanta fortua: y co ros- tro muy mesurado les agradecio el tra- bajo q auia tomado, y por amor d luce- dus no solo pdono ala sabidora drago- nesa, mas la recibio en su amor: auq ella no lo hiziera: si supiera el dan~o q despu- es le vino porello: como en su lugar co- taremos, y alos cauallos, y donzellas dio muchos dones co q se fuero cotetos a sus trras. Y co la sabrosa vida q passa- ua lucedus y do silues co sus sen~oras / andaua los mas orgullosos hobres dl mudo, aunq no podia gozar mas delo q ellas les dauan licecia, de aquella ma- nera anduuiero mas de dos meses sin a la corte auentura algua venir: mediate aquel tiempo muchos de aquellos Re- yes y empadores se fuero a sus reynos y sen~orios q fuero el rey de fracia do lu- cidor co la reyna su muger y lucedus se qdo alli porq viero q era su voluntad: y assi mismo se partiero don Brianges d boecia, co la reyna Melinda su muger para su reyno de Esparta: assi mismo el Emperador de Roma lleuando consi- go la reyna Garaya esposa de don Flo- restan su hijo. Tambien se partieron el esforc'ado Rey don galaor, y don Flores- tan con sus mugeres la reyna Briolan- ja: y Sardamira: y el Emperador Luce- cio, y la emperatriz Axiana su muger / y assi mismo el rey perio su padre: tam- bien se partiero Anaxartes: y don Fa- langes de astra co la preciada Alastra- xarea su muger, y la hermosa Reyna Garaya: y principe Anastarax y prince-sa} [fol. 135r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxxv.} {CB2. Selina co otros algunos otros: aun que Agesilao quedo ay con don Filisel de monte espin, y otros algunos princi- pes: quedado en alguna manera la cor- te triste por la falta que aquellos sobe- ranos principes hazia. Puesto que do Si[l]ues y el principe lucendus con nue- uas inuenciones los procurauan ale- grar. Auino pues que estado vn dia to- dos en el gra palacio en mucho solaz en- tro por la puerta vn cauallero algo d cu- erpo mebrudo, armado de vnas armas negras: el qual luego fue conocido dela hermosa reyna sidonia que vn caualle- ro delos mas principales dla insula de guindaya era: el qual q<>tado su yelmo / y haziedo su deuido acatamiento: fue a hincar los ynojos ate la reyna Sido- nia su sen~ora, y besando las manos assi al principe do Rogel como a ella come- c'o a dezir mostrado gra tristeza ela ca- ra. Auras d saber alta y soberana sen~o- ra q el tu gra reyno dla insula de Guin- daya es pdido y tus vassallos todos o la mayor pte son muertos co la lealtad que te deuia tener: lo qual veras mejor por essa carta y sacado la carta sela dio ala reyna Sidonia: la qual estuuo vn rato suspensa con ta estran~a triste y do- lorosa nueua, mas mostrando aqlla fir- meza y gradeza de animo que siempre en todas sus cosas mostro co buen sem- blate, desechando la primera turbacio dio la carta al principe don Florisel pa- ra que la leyesse: el qual la leyo alto q assi dezia. {RUB. % Carta del Duque de Alafonte para la reyna Sidonia su sen~ora.} {IN4.} YO el duq de alafonte tu fiel y leal vassallo. Alta y muy pre- ciada reyna y sen~ora dla insu- la de guindaya. Te hago sa- ber como a tu leal reyno dela insula de guidaya ha llegado crecidos exercitos} {CB2. del nueuo rey de Ruxia Bultedus hijo del traydor del rey Bultasar de ruxia / el q<>l ha etrado qmado y derrocado vi- llas y castillos y lugares q cosa no to- pa: q no assuele por trra en vegac'a desu padre q dize q por tu causa fue muerto: y al psente tiene cercada esta gran ciu- dad de guindaya: de arte q si psto co de- uido socorro no socorres nosotros pa- garemos co la vida lo q a leales vassa- llos duemos pagado la obligacio y du- da de lealtad q te deuemos con la vida. % Mucho fueron todos aqllos altos principes q alli estauan turbados con la carta que el cauallero traya: no tato porel peligro que esperaua auer como porque les couenia apartar de aquello que tato amauan, y luego alli fue deter- minado q el mismo cauallero que las nueuas auia traydo boluiesse ala insu- la de guindaya y les diesse cierta espera- c'a de socorro: lo qual assi fue hecho que auiedo reposado el leal cauallo: solame- te vn dia con las cartas que do Florisel y la hermosa reyna Sidonia le dieron para el duque de alafonte: se partio pa- ra la insula de Guindaya: y entrado de- tro: aunque con gra peligro: dio las car- tas que traya: co las quales rescibiero todos los ciudadanos y leales vassallos tato esfuerc'o como si ya los tuuiera muy cerca en su socorro. La q<>l dexaremos agora por cotar lo q los principes hizie- ron despues que el Cauallero fue parti- do, q luego hizieron juntar passados de treynta mil hobres y no quisiero ellos yr alla por ver como sucedia: ates a rue- go del principe Artaxerxes: aunq con- tra volutad d su esposa Lardenia le die- ron la capitania general de toda aque- lla gente con la q<>l el principe Artaxer- xes se partio camino dla insula de guin- daya. Aunq nada cueta la hystoria dla yda dl principe Artaxerxes. No dize la coronica mas sino q quado llego ya to- da la insula era perdida y puesto q mu-cho} [fol. 135v] {HD. Dozeno +} {CB2. tiepo hizo guerra: no pudo tornar a cobrar aql Reyno porque Dios nues- tro sen~or, para otro lo tenia guardado. Como enel trezeno libro se cotara, espe- cialmete. Lo qual dxaremos por agora por contarlo que mediante este tiem- po el principe Lucendus: y don Silues con sus sen~oras passauan. {RUB. % Capitu .lxiij. delas mortales cuytas que Lucendus y el principe don Silues padescian por sus sen~oras: y como les escriuieron sendas cartas: y como se vieron por el jardin y lo que mas acontecio.} {IN4.} LA pena que el principe Don Silues dela selua: y el princi- pe don Lucendus tenian era grade por sus sen~oras que no les bastaua alegrar cosa alguna las fie- stas que en toda la ciudad se hazia: aun que todas las noches passaua en dulce couersacion con sus sen~oras, por la ven- tana dela rexa que mas lugar no les da- uan: aunq eran muy importunadas de- llos les quisiessen hablar en su aposen- to o en aql jardin: tanto que vna noche don Silues dixo contra las princesas. No se por dios mis sen~oras pa que nos quesistes poner ela alteza que estamos si[ ]no es pa q como el misero Rey Tan- talo: que estado cabe la fruta no puede gustar della para amatar su rauiosa ha- gre. Y estado cabe el agua no puede q<>- tar su sed. Assi nosotros estado puestos enla alta cumbre de nuestros dsseos no podemos matar el ardiete fuego d nue- stras passiones, si q<>era en gozar algun poco de preuilegio, mas dl que nos es concedido / y que vna insensible Rexa de hierro: no sieta el fuego que nos abra- sa, que bien creo que si sentido tuuiera: mill vezes fuera abrasada. Alo menos mouida de piedad de nosotros. E co es-to} {CB2. assi el como lucedus derramaua tan- tas lagrimas: que era la mayor piedad del mundo de ver que lo mismo hazian hazer a aquellas altas princesas: y lim- piadose los ojos dela amorosa agua q porellos auia salido patasilea le respon- dio desta manera. No se mi sen~or por q os quexays: pues el todo que en noso- tras es aueys hecho en darnos el sen~o- rio de nuestras personas: hasta que co- nel yugo dl publico matrimonio sin cul- pa nuestra: ni de nuestra honestidad, lo podamos hazer, pero pues quanto a di- os es hecho: y tabien por ser agora tar- de man~ana nosotras saldremos alla fue- ra a esse jardin cofiado mas en vuestra virtud que en nuestras mugeriles fuer- c'as y co aquellas y muy dulces besos: y palabras passaron lo que dela noche les quedaua hasta q la man~ana comen- c'o a venir muy hermosa, entonces Lu- cendus: y el principe don Silues se fue- ron a su aposento temblandoles las car- nes de muy alegres: delo que sus sen~o- ras les auian prometido: y con aquello aquel dia se mostraron mas loc'anos q nunca auian sido. A los quales dexare- mos por agora estar muy alegres por lo que auian passado con sus sen~oras las princesas. Por contar: lo que la prin- cesa patasilea y la infanta fortuna pas- saron despues que el principe don Sil- ues dela selua y el principe Lucendus se fuero q retraydas a su aposento y echa- das en su lecho q jutas dormia, passaro lo q dela man~ana quedaua en muchos acuerdos sobre si saldria al jardin mas el miedo dela infanta Fortuna fue tan- to q por mucho q la princesa Pantasi- lea le dezia no pudo acabar conella q sa- liesse. Desta manera passaro aql dia en muy gra solaz todos hasta la noche. La qual venida do silues y lucedus co gra desseo de ver llegada la hora despues d auer cenado coel empador se fuero a su aposento, y ala hora q era cocertada en-traron} [fol. 136r] {HD. de Amadis. \ Fo [.]cxxxvj.} {CB2. enl jardin: donde llegados estu- uiero aguardando toda aquella noche sin que las princesas saliessen / porque como os diximos la infanta Fortuna ja- mas q<>so salir: y por empacho ella ni pa- tasilea jamas se q<>siero parar ala venta- na dla rexa: ates passaro toda la noche sin dormir: los vnos y los otros con ta- tos y ta diuersos pensamientos que no os lo sabria hobre cotar viedo que sus sen~oras no salia como lo auian concer- tado: hasta que siendo venida la man~a- na se retruxeron a sus aposentos ta tris- tes quato cada vno puede pensar no sa- biendo por[ ]q causa sus sen~oras no auia salido / y llamando al enano que don Silues tomo a merced que parte dl se- creto sabia: por verlo tambie hablado: y escriuiendo dos cartas selas diero pa- ra que las lleuassen a sus sen~oras: el q<>l las tomo por seruir a do Silues y a lu- cendus: aunque con algun temor porlo que con patasilea le auia acontescido: q<>ndo lo echo por la vetana y conellas se fue pa el aposento dlas p<>ncesas y ha- llolas enel estrado ate su lecho, y hinca- do los ynojos comec'o a dzir. Bie se al- tas y hermosas princesas q holgareys mas co mi venida que no holgastes q<>n- do vine co las cartas de Agrian y leo- pate su hro, y por tato os suplico de par- te de los principes: que os dolays dllos q estan tales q creo que la muerte sera su vltimo remedio: y con aqllo les dio las cartas que traya: las quales tomo pan- tasilea y mandole q ala tarde boluiesse por la respuesta sin q ninguna de sus do- zellas lo viessen: lo qual hizo brusendo y siendo el partido: la princesa Panta- silea abrio la carta de do Silues que as- si dezia. {RUB. % Carta de don Silues para su se- n~ora Pantasilea.}} {CB2. {IN3.} LA muerte muy cruel soberana y fermosa princesa mi sen~ora deuie- ra venir pues tu soberana vista me fue negada pa hazer se me gustar mas verdaderamete: po ay de mi q no se si d ella sera seruida pa co mi misma ma- no essecutalla: pero quexome d fortu- na pues primero me subio ta alto para hazer me dar dspues mayor cayda: si tu piedad no socorre ela qual espero pues creo q tu palabra jamas deue faltar co- mo de ta alta persona: y con tanto cesso besando tus hermosas manos. % Acabado que vuieron d leer la carta aquella altas princesas no sin catidad de lagrimas. Abrieron la del principe lucendus que assi dezia. {RUB. % Carta del principe lucendus de Francia.} {IN2.} NI el encendido fuego en que mis entran~as arden hermosa y sobe- rana princesa mi sen~ora sufre tal espiriecia, ni menos el amor merece tal paga: po ay de mi q bien me sentia yo no merecedor dl alto grado en que vue- stra hermosura me ha puesto, y co tato temia la cruel cayda q la Fortua me ha aparejado: no qriedo me dar la muerte para en vida darme mil muertes. So- la vna cosa pido si dllo eres seruida me des co tu mano la muerte pa acabar de ponerme enl triunfo q d ser tu esposo se me seguira y con tato cesso besando tus hermosas manos. % Leydas q fuero las cartas por aq- llas hermosas Princesas luego rindie- ron las llaues de su voluntad y la forta- leza de su honestidad ante aqllos prin- cipes que tanto amaua y ambas a dos de vna misma volutad tomado tinta y papel respondieron vna carta a do Sil- ues y a lucendus: y siedo venido el ena- no sela diero y yedo a dode do Silues y lucedus estaua la rescibiero temblan- do y abierta vieron que dezia assi.} [fol. 136v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. % Carta dela princesa pantasi- lea y dela infanta Fortuna.} {IN3.} NI nosotras somos dignas d rep- hension ni menos nos deuiera ser atribuyda si antes quisieramos sa- crificar las vidas al encedido fuego en que somos abrasadas que no dar mues- tras de flaqueza, quanto a nuestra ho- nestidad: lo qual no ha podido ser: pues lo vno por lo que como a nuestros espo- sos, os somos deudoras: lo otro por lo que a tales principes se deue: nos es for- c'ado obedeceros, junto con pagaros la deuda que os deuemos: y nos dueys co la limpieza que nos soys deudores: por ponernos en vras manos: lo q<>l sera es- ta noche enel jardin de nuestro aposen- to ala hora acostumbrada: y co tato ces- samos besando vuestras manos: conel amor q como a nuestros soberanos es- posos os somos dudoras. Leydo que ouieron don Silues y el principe Luce- dus la carta. No os sabra hombre dzir ni contar el plazer que recibieron. Sal- uo q cada vno puede cuydar: viendose en vn punto tornados a su primera glo- ria, esperado la venidera noche con to- do cuydado. La qual venida ambos co- mo solian ser fueron ala rexa dode halla- ron a aquellas soberanas Princesas Fortuna y Patasilea sentadas sobre aq- llas olorosas flores: y Lucendus y do Silues hincaron los ynojos ante ellas tan desacordados: que no tenian otro sentido: sino regar con espessas lagri- mas las manos de sus sen~oras: hasta q passada de todos aquella turbacio y le- uatados dl suelo: no curado d muchos acatamietos, se abrac'aron con tan dul- ces y amorosos besos: q les semejaua a todos quatro q jamas de aquella glo- ria quiisera ser apartados. Diziedo pa- labras de tato amor como a tal acto p- tenecia: y el que de semejate gloria vuie- re gozado puede cuydar: y luego toma-dos} {CB2. dlas manos se fuero dbaxo d vnos frescos rosales y floridos arrayhanes gozado dl muy suaue olor de aqllas flo- res hasta q cabe vna fuente Lucedus y la infanta Fortuna: se sentaro: y el prin- cipe don Silues con la fermosa prince- sa pantasilea: cabe vnos olorosos jaz- mines: y alli comenc'aron a burlar y ju- gar con sus sen~oras: de tal suerte: q an- tes que la man~ana viniesse: las dos her- mosas p<>ncesas fuero tornadas duen~as aunque cotra su voluntad, al parescer y no sin falta d enojo. Todo lo q<>l por eui- tar prolixidad: tabien porque mas es cosa para sentir que no para dzir: no lo cuento. Saluo que tanto hizieron ellos que[ ]los perdonaro: y passaron lo q de- la noche quedaua en gran alegria, has- ta q ya que la man~ana queria venir, ds- pedidos los vnos delos otros: co dul- ces besos: y dexado concertado de ver- se alli. De ay adelate los p<>ncipes se bol- uiero a su aposento: y las p<>ncesas al su- yo, dode passaron lo que qdaua: con ta- ta glia de Lucedus y do Silues / que pensauan que lo auia son~ado. Todo lo q<>l dexaremos para su tiempo, por con- tar lo que mas acontecio. {RUB. % Capi .lxiiij. Como Patasilea y Fortuna se sintiero pre- n~adas: y como se descubriero ala sa- bidora Dragosina: y lo q ella hizo y como parieron vn hermoso Infan- te y vna infanta d estremada beldad y hermosura: y lo que mas acotecio.} {IN4.} YA os auemos contado enel capitulo passado: como auie- do gozado el principe Luce- dus, y do Silues dela selua dela gloria de sus sen~oras: se retruxero a sus aposentos Cuenta pues la hysto- ria que muy alegres estaua, viedose su- bidos enla cumbre de sus desseos: hazi-endo} [fol. 137r] {HD. de Amadis. \ [.]cxx(i)[xv]ij.} {CB2. se enla corte cada dia muchas jus- tas y torneos & otras inuenciones por donde parecia el contento que consigo traya: gozando cada noche de sus sen~o- ras debaxo de aquellos sabrosos arbo- les: mediante el qual tiempo ambas se sintieron pren~adas: delo qual recibiero mucho temor por lo q a sus honrras to- caua q enlo demas ellas se tenia por bie casadas en casar con tales principes co- mo don Silues y Lucendus: y luego se lo dixeron, como se sentian pren~adas / de que ellos recibiero mucho plazer, es- forc'andolas quato podian. Desta ma- nera yua d dia en dia creciedoles la ba- rriga. Tanto que apenas lo podian dis- simular ni menos sabian que remedio se tener en aquel peligro: saluo encome- dandose a dios nuestro sen~or para que como padre de piedad las socorriesse. Ya os auemos contado elos capitulos passados como el principe lucedus de francia por engan~o de vna donzella fue guiado al castillo dela sabia Dragosina y como auiendo muerto la bestia / ma- to assi mismo alos caualleros, y predio ala duen~a, la qual embio ala infanta for- tuna su sen~ora. Como os contamos pa- ra que quedasse en su seruicio. Cuenta pues agora la historia, que esta duen~a fa- zia tantos seruicios ala princesa Fortu- na q ella la amaua mucho y d nadie sino dlla fiaua su psona: y assi mismo d cose- timieto de don Silues y de lucendus le auia dado parte del negocio, aunque e- lla como muy sabia duen~a enlas artes: si sus traycioes la dxara: a esta duen~a pu- es determino la infanta fortuna y la fer- mosa Pantasilea de dezir como se sen- tian pren~adas, la qual les beso las ma- nos por la merced que le hazian / aunq en su corac'on jamas perdia el desseo de vengarse de lucendus, y confortolas di- ziendo q no temiessen d ser dscubiertas en ningua manera, y para mejor poder encubrir sus negocios ordenaron am-bas} {CB2. a dos pedir licencia al Empera- dor para yrse a holgar a vna casa q en vnos bosques estaua: lo qual el empera- dor les otorgo muy facilmente y acom- pan~adas de muchos Caualleros se fue- ron alla donde passauan la mas hermo- sa vida del mundo gozando assi de dia: como de noche d sus esposos q la duen~a fazia por sus artes: de suerte que no fue- ssen sentidos. Desta manera estuuiero passados de dos meses al cabo del qual tiempo vna noche enl mayor peso della alas Princesas les dieron los dolores del parto muy crueles: en especial ala in- fanta Fortuna ((que como mas dlicada fuesse)) lo sentia mas: mas venido el tie- po en que Dios nuestro sen~or fue serui- do de alumbrarlas co grandes y morta- les dolores las dos preciadas y hermo- sas princesas parieron dos infantes de estremada beldad co tanto gozo de sus padres y madres: quanto pudieron pe- sar, auiendo cogido el fructo de su tra- bajo: tomandolos enlos Brac'os los besaua muchas vezes / y tomado agua sus padres los baptizaron y al hijo de la infanta fortuna por su estremada be- lleza pusiero por nobre Fortunia el bel y al del principe don Silues pusieron Astropolo / y por ser ya tarde los die- ron ala sabia q los lleuasse donde fues- sen criados con todo el cuydado y dili- gencia q a tales y ta altos principes co- uenia. Y tomando los ella consigo / se fue camino dela mar con intencio d ma- tarlos o echarlos a algua bestia fiera por el dan~o q dl p<>ncipe Lucendus rescibio y tambien porq hallaua q por vn hijo d lucendus, o de do silues auia de recebir vn gra dan~o: y co aqlla intencion: se fue camino dla mar por matarlos, o echar los detro, y llegado ala orilla: qriendo poner en essecucio su maldito proposi- to por la orilla dela mar, oyo sonar gra ruido: y mirado por ver lo q seria. Vi- do q era vna leona: la qual se vino para} {CW. s} [fol. 137v] {HD. Dozeno +} {CB2. ella: y ella dio a correr porel campo con- tra donde auia venido: dexado los dos hermosos Infantes enel suelo, y la leo- na dexado los nin~os ((como fuessen gu- ardados por dios nuestro sen~or pa ma- yores cosas)) se fue tras dela mala y cru- el duen~a. Pero alla vido que la leona la seguia toda via, vsando de sus artes: se fue al castillo: no curado mas delos in- fantes creyedo q algua fiera los auria comido. E llegada alla: fue muy bie re- cebida delos principes: y princesas / y preguntandole por sus Hijos / ella di- xo q los dexaua a criar en vna villa cer- cana. Delo qual todos fueron muy ale- gres y abrac'aua ala sabia muchas ve- zes creyedo q era verdad. Todo lo q<>l dexaremos agora por cotar q se hizo de los principes q enel suelo qdaro echa- dos. Cuenta la historia q enel reyno de Palamor reynaua ala sazo vna buena duen~a: la qual tenia solamente vn hijo: y vna hija pequen~os. Esta reyna tenia guerra co vn rey su vezino muy cotinua ((q pariete dl rey su marido era)) porque dezia que el reyno d palamor le ptenes- cia por justo titulo: por lo q<>l assi los de el vn reyno / como los del otro salian a correrse las costas. Entre los quales salio vn cauallero natural del reyno de palamor, el q<>l por ciertas cosas anda- ua fuera dl amor dela reyna y corria la tierra del rey de Arcadia: que assi se lla- maua: y la vetura q lo honrdeno. Vn dia estado por la mar corrio ta gran torme- ta q los lanc'o ala costa de costatinopla ala pte dode la duen~a Dragonissa auia dxado los nin~os: y saltado en tierra por tomar algu refresco: oyero los gritos como d nin~os. Y atinado alla hallaro los dos nin~os chiq<>tos: embueltos en ricos pa- n~os. Y espatados d su belleza: los metie- ro en su nao: y tomado el refresco muy alegres. Se fuero coellos a su reyno de palamor, mateniedo los enl camino co leche d vna leona masa q ela nao traya} {CB2. y llegados alla co bue tpo: en breues di- as: aunq bie lexos era, hiziero presente dlos infantes ala reyna: los q<>les mado criar en copan~ia dl principe palamor su hijo y dla infanta rosalua su hija y porq traya escripto en vn pergamino sus no- bres q los p<>ncipes antes q la sabidora los lleuase a criar: selos pusiero los lla- maro Fortunia: y astropolo. Como os auemos dicho co tato amor dela Rey- na como si sus hijos fuera: q diferencia algua no hazia etrellos. En especial mie- tras mas crecia. Lo q<>l dxaremos agora por cotar lo q mas acotecio y tabie por q enla trezena parte dsta hystoria haze gra mecio dstos principes y d sus caua- llerias fasta q viniero a conocerse co sus padres. Como enl trezeno se contara. {RUB. % Capi .lxvj. como es- tando la corte en mucho solaz. Vino v- na dozella en busca de do rogel, y como lio lleuo cosigo por engan~o, y como fue encantado, y quien lo encanto.} {IN4.} DOs meses despues dl parto estuuiero las princesas For- tuna y Patasilea enl castillo antes que fuessen ala ciudad Al cabo dl q<>l tpo se boluiero al palacio impial: donde passaua en gra solaz: si la fortua q<>siera cosentir, y tener su rueda segura: y las princesas embiaua conti- nuamete ala sabia a saber d sus hijos y ella les dezia siepre buenas nueuas: vr- diedo siepre en su corac'o d hazer la gra traycio q dspues hizo. Boluiedo pues a nro proposito estado vn dia todos los p<>ncipes q en constatinopla estaua enla gra sala. Entro por la puerta vna doze- lla: y traya al cuello vnas correas y ene- lla vna espada d rico guarnimieto. Y en- trado, y haziedo su mesura: comec'o a d- zir. Aueys d saber altos sen~ores q yo soy hija d vn cauallo q vn castillo muy bue- no tenia. El q<>l ates de su muerte me ca- so co vn bue cauallo sen~or d vn castillo} [fol. 138r] {HD. de Amadis. \ [.]cxxxviij.} {CB2. y no mucho tiepo: dspues murio mi pa- dre y qdamos aquel cauallo mi mari- do & yo por sen~ores del castillo: y vn dia estando porel campo: vino vn mal caua- llero co otros seys & prendi a mi mari- do ya mi desonrome y dspues dixome que fuesse a buscar quien me vegasse mi injuria. Y puesto que algunos caualle- ros han ydo: mi enemigo es tan fuerte q luego los vece y los echa en prisioes: lo qual visto por mi me fue a vn gran sa- bidor q enel reyno de Arcadia moraua y contandole mi pena me dio esta espa- da que ami cuello traygo / diziendo me que nadie seria poderoso a sacarla dela vayna / sino aql solamente que podria remediar mi cuyta. Conesta demanda he andado mas de vn an~o sin que pudi- esse hallar el fin della: hasta q ala fama desta alta corte he venido aqui y por ta- to os suplico os dolays de mi, y reme- dieys mi cuyta si podeys. Amiga dixo el rey amadis yo holgaria q enesta cor- te vuiesse fin vuestra demanda: y de mi digo q sere el primero q el auetura prue- ue / y quitandose la donzella la Correa del cuello: se la dio ela mano y el rey A- madis puso la mano fuertemente enla espada. Pero no pudo sacarla dla vay- na, por lo que adelante diremos. Tras del prouo el auentura el emperador es- plandian: y al tanto fizo como el rey su padre. Luego prouo el auentura el em- perador Lisuarte / y lo mismo le auino y assi mismo el emperador Amadis de grecia, y Ajesilao: que ninguno fue po- deroso de mouerla dela vayna: aunque mucha fuerc'a pusiesse hasta que prouo el auentura el Principe don Rogel / el qual puso fuertemente mano al espada y la saco ta ligeramete: como si otra q<>l quiera fuera. De que la donzella fingio grande alegria, y luego dixo a don Ro- gel de grecia que se decin~iesse su espada y se pusiesse la otra. El qual lo fizo facil- mente y sin mas detenerse a pedimieto} {CB2. dela donzella: aunque con gra pesar de la infanta Leonida que su corac'on ade- uinaua lo que sucedio. Despedido de todos, sin querer lleuar otra compan~ia se fue en compan~ia con la donzella quel espada traya: la donzella en su palafren y don rogel sobre su cauallo. Lleuado consigo tan solamente al enano de don silues / que para en aquel camino le sir- uiesse. Y salidos dela ciudad, la donze- lla dexando el camino dla mar. Tomo otro camino sobre la Mano siniestra / por medio de vna espessa floresta de al- tos arboles. Por la qual fuero todo aql dia: y el otro siguiente hasta que ya cer- ca de medio dia se fallaro delate de vna tienda muy rica a marauilla: & yedo co- tra ella. Viero dela tienda salir vna fer- mosa donzella: vestida de ricos Pan~os amarauilla ((que parescio a don Rogel auerla visto())) pero no sabia a donde / ni se acordaua[))]. Y la donzella de la tieda di- xo contra don Rogel. Apeaos sen~or cauallero si mandays con nosotras / y rescebireys seruicio esta Noche aqui. Plazeme sen~ora donzella dixo don Ro- gel: aunque no fuesse por mas de por go- zar de tan hermosa copan~ia como la vu- estra q muy bien le parescia la dozella: y luego se apeo de su cauall(l)o, y toman- dolo por la mano la donzella / lo metio enla tienda. Pero a penas vuo entrado quando cayo encantado enel suelo: y lo mismo acontescio al enano. Luego la donzella lo mando poner en vnas adas y alc'ando la tienda. Se fue conel a vna ysla suya donde gozaua de sus amores hasta que fue desencantado. Como en- la trezena parte contaremos. Donde sera bien dexallo por daros cuenta qui- en era esta dozella q a don Rogel enca- to. Ya se os conto enla onzena parte ds- ta gran historia: como siendo el p<>ncipe don Rogel cauallero andante vuo a su volutad avna fermosa dozella llamada Sardinia Sen~ora delos quatro casti-llos:} {CW. s ij} [fol. 138v] {HD. Dozeno. +} {CB2. y como despues yendo con la In- fanta Pantasilea la topo enel camino, y lo que conella passo: y assi mismo ensta dozena parte os contamos lo q a do sil- ues conella acontecio quando la hallo ala fuente con la duqsa de borbon. Cue- ta pues la historia q esta donzella: pues- to q moraua elos quatro castillos. Era hijas de vna duen~a: sen~ora de vna fermo- sa ysla que se dzia la ysla hermosa: y sie- do muerta su madre y ella recebida por sen~ora dela ysla: los amores del princi- pe don Rogel de grecia la aqxauan mu- cho: y no sabiedo q remedio se tener pa- ra auerlo a su volutad. Hablo con vna gra sabidora enlas artes, y ella le dio el espada. Que os auemos contado: y as- si mismo vino conella. Donde co aqlla cautela lleuo al principe don Rogel: y assi mismo al enano q grades trabajos se passaron en su libertad fasta q el prin- cipe Esferamundi le dio la libertad. Co- mo en su lugar diremos. Todo lo q<>l de- xaremos por contar lo q mas acontes- cio: no estando a( )vn la fortuna conteta de perseguirlos. {RUB. % Capitu .lxvij. como ala corte viniero vn viejo y vna vieja y el do que demadaro al principe do Florisel: y como lleuaron ala hermo- sa infanta Policena: y la tristeza que todos ouiero: y quien era los viejos y lo que mas acontecio.} {IN4.} EN mucha tristeza estauan to- dos por la partida del princi- pe do rogel / aunq si de cierto lo supieran mas les pesara: y quien mas lo sentia era la hermosa leo- nida, q el corac'o le daua q algun gra da- n~o le auia venido: desta manera estaua cada dia esperado saber nueuas dl: aun que ta cedo no las supieron. Estado to- dos vn dia enel gran palacio: entro por la puerta vna vieja muy cana: cubierta de Pan~os de duelo / la qual venia ras-gando} {CB2. sus blancos cabellos y sacando los a manojos de su cabec'a: fueron mo- uidos todos a muy gran piedad de ver la duen~a ta triste y llorosa, la qual dere- chamente se fue a echar a los pies dl p<>n- cipe don florisel de niquea, diziedo. Ay buen principe flor[isel]: y espejo dela bodad y hermosura del mundo. Acorre ala mi sin ventura duen~a: pues jamas a nadie negaste tu acorro. Buena sen~ora dixo do florisel d niquea: muy mouido a pie- dad dela Duen~a. Pedid lo que fuere vuestra volutad: que nada os sera nega- do. Assi me lo prometeys dixo la duen~a Si prometo dixo el principe don Flori- sel. Lo que os pido dixo la mala duen~a es que me des a tu hija la infanta poli- cena, porque sin ella las cosas que mas amo recibiria la muerte muy cedo. Ay duen~a qu[ ]es lo que pedis dixo don Flo- risel: pedid por dios otra cosa: que esso no puede ser. No cale dixo la duen~a que no os soltare la palabra por cosa nigua ates me la madad luego entregar: si[ ]no por todo el mundo os profanare. Dixo el principe do Florisel: pues assi es due- n~a no plega a dios que mi palabra se de- xe de cumplir: y luego mado llamar al ama que ala fermosa princesa policena criaua: la q<>l la truxo con ta estran~a her- mosura / que ala sazo nueue an~os auia que no ouo alguno que no llorasse: y la grita se comenc'o entre todos tan gran- de como si muerta la tuuiera. Sola la hermosa Reyna Sidonia no hizo mas sentimieto de tomar ala princesa en sus brac'os y besandola dixo. O seguda pre- da, en sola alegria engendrada de aql que el todo de mi honestidad pudo ro- bar. Y agora para cumplimiento de su palabra para la muerte entregada: ple- ga a Dios q el que te crio con do de ta crecida hermosura te quiera guardar / echando le la bendicion, y assi mismo el principe don florisel con cara muy se- rena: la entrego ala duen~a. La qual la} [fol. 139r] {HD. de Amadis. \ [.]cxxxix.} {CB2. tomo por vna de sus hermosas manos y conella salio fuera del palacio impial dexando dentro tanta grita como si ya la vieran muerta y algunos saliero por ver lo q la duen~a haria / la q<>l assi como fue enel campo ante los palacios. Sa- cado vn libro comec'o a leer porel / y en breue decendio porel vn carro de fuego muy grande en que venian vn~idos dos Grifos muy grades y fuertes, & los gri- fos pusieron el carro alos pies dela due- n~a la q<>l tomando la princesa policena por la mano quiso entrar dentro. Mas assi como ella lo fue a hazer: porel mes- mo cabo decendio otro carro de fuego detro del qual venian vn viejo y vna vie- ja que bien fueron conocidos ser el sa- bidor Zirfeo y la sabidora Zirfena el carro traya q<>tro Dragones, y baxo co tanta velocidad que le vieja no tuuo po- der de entrar en su carro. Antes conoci- endolos q enel carro venia se mudo en vna dssemejada leona y los dos viejos q enl carro venia e otros dos mas fieros y comiec'a vna sangrieta y peligrosa ba- talla co la leona q daua tales bramidos q todo lo atronaua. A esta sazon ya los carros ambos se auian buelto por el ay- re: y los tres leones no dexauan su ba- talla tan cruel. Pero quien peor lo pas- saua era la Leona: la qual como vido q tan poco sus fuerc'as cotra las otras va- lian, sacudiendose: y erizadose se torno vna Garc'a y comenc'o a bolar muy alta porel ayre adelante pero los dos Leo- nes se tornaro dos fermosos Halcones y alc'ando su buelo: rodea la garc'a en tal manera que la pudieron sen~orear: y abatiendose el vno dellos sobre la gar- c'a le dio tal golpe que muy mal se sintio Mas la garc'a las vn~as para arriba no se dexaua de defender ni los buenos fal- cones della con sus coruados picos / q era la cosa mas hermosa de ver del mu- do y ya todos los principes auian sali- do a Campo por ver tan hermosa cac'a.} {CB2. y tenia ala bella policena con sigo y ro- gauan a dios nuestro sen~or q diesse vi- toria alos halcones, q bien sabian ya q eran los sabidores Zirfeo & Zirfena. Mas la noche comenc'o entoces a escu- rescer: y la garc'a se fue por el ayre dan- do grandes aullidos, y al tanto fizieron los sabidores Zirfeo: y Zirfena en for- ma de Halcones. Lo qual dexaremos por contar lo que los Principes hizie- ron: y quien era aquella duen~a. Parti- da que fue la batalla dla garc'a y los fal- cones: los principes se voluieron al pa- lacio con muy gran alegria: lleuado co- sigo ala hermosa princesa policena: que hasta alli por cosa ninguna auia hecho mudanc'a saluo obedecer lo que sus pa- dres le mandaua: y el alegria fue dobla- da viendo ser libre de tan gran peligro Por lo qual todos estauan tan alegres que no os lo sabria Hombre contar / y luego fueron puestas las mesas. Y esta- do cenando: por la puerta entro vna do- zella, la qual hincando los ynojos ante aquellos principes. El rey amadis lo co- nocio: & dio vna gran boz: diziendo. Ay mi buena amiga alquifa y que buena ve- nida es esta: que siempre vuestras veni- das nos traen plazer. Y luego la abrac'o y lo mismo hizieron los otros Princi- pes & Princesas: y ella les besaua las manos. Mi buen[a] amiga dixo amadis y que tales quedan vuestros Padres Alquife y Vrganda. Muy buenos a vuestro madado dixo ella aunque ocu- pados / en cosas que a vuestro seruicio tocan. E sacando vna carta se la dio: la qual el Rey Amadis leyo alto que assi dezia. {RUB. % Carta delos sabidores Alquife y Vrganda.} {IN3.} MUy altos sen~ores, y poderosos principes. Estando nosotros en- tendiendo enlo que a vuestro ser-uicio} {CW. s iij} [fol. 139v] {HD. Dozeno +} {CB2. toca vino a nuestra noticia el ro- bo dla muy hermosa y pciada princesa Policena por mano dela loba que cier- to fuera gran mal si consu intencion sa- liera porque nuestro sen~or la tiene gu- ardada para mejor seruicio suyo. y por tato hezimos alos sabidores zirfeo / y zirfena vuestros seruidores que fuessen a executar su libertad no resta mas sino apartaros para sufrir con paciencia los casos que la fortuna quiere aparejaros con aquella fortaleza que siempre en to- do aues tenido, hasta que dios sea ser- uido remediaros enel tiempo de vues- tra mayor cayda co perpetua paz. Del excelente principe don rogel no tenga- ys cuydado: por que el esta bueno y sa- no y al mayor contento que en su vida estuuo: aunque no en su libre poder. % Mucho agradecieron alos sabido- res todos el buen socorro / dandoles muchas gracias porel: & dadole exceci- uas dadiuas ala donzella alquifa, se bol- uio para los sabidores sus padres. Do- de los dexaremos hasta su tiempo por contar quien era la duen~a q ala princesa Policena lleuaua robada. Ya os conta- mos como el emperador Agrian de tar- taria salio de sus tierras para venir a co- stantinopla / este emperador tenia vna tia / hermana de su abuelo muy vieja ta seca como vn palo / muy gran sabidora enlas artes / la q<>l morauan en vnos gra- des desiertos: donde hobre jamas llego sin su volutad por poder alli mejor exer- citar sus artes. Esta embio a dezir al en- perador su sobrino: padre del Empera- dor Agrian, quando vino en ayuda del rey de ruxia que no hiziesse aquel cami- no: porque moriria enel. Assi mismo en- bio a dezir al emperador Agria que no passasse el: ni leopate su hermano a Cos- tantinopla: porque serian muertos por mano delas cosas que mas amarian. Aunque no lo quisieron creer / puesto que tan verdaderas salieron sus pala-bras} {CB2. Como os auemos contado: y sa- biendo la muerte del emperador Agria y de su hermano Leopante. Tomo tan gran pesar porello que se queria dexar morir: y determino de vengarse: auque del anillo encantado: que don Silues de la selua su esposo le dio. Y echando sus juyzios hallo que otra persona de su li- naje auia de ser muerto / por causa dela princesa Policena. Y por aquella causa tomando forma de duen~a de no tanta e- dad, vino al imperial palacio y pidiedo el don q aueys oydo le fue cocedido cre- yedo ciertamete ser buena po era mal su intecio si dios por su misericordia no fuera seruido de dar poder alos sabido- res zirfeo: y zirena: pa q lo remediassen dla manera q aueys oydo. Todo lo q<>l se- ra bien dexar por contar algo delo que mas acontecio enla corte de constatino- pla: no queriendo tener la inconstante fortuna su rueda, muy mudable segura y lo que la duen~a Dragonissa en venga- c'a dela injuria que del principe don Lu- cendus de francia auia recebido. {RUB. % Capi .lxix. Como la duen~a Dragonissa con gra enojo del principe don Luce- dus de Francia robo ala fer- mosa infanta fortuna su espo- sa estado durmiedo sobre sus haldas enel jardin de imperi- al palacio: sobre el Carro de los Cisnes / y como la lleuo al Castillo Dragontino dela alta roca: y delos grades en- catamentos que sobrella fizo y lo que mas acontescio.} {IN4.} NI las buenas obras: y trata- mieto q la buena dragonissa dela fermosa infanta Fortu- na recebia: eran bastates a d-sarraygar} [fol. 140r] {HD. de Amadis. \ [.]cxl.} {CB2. d sus entran~as la mala volu- tad que contra el principe Lucendus te- nia. Antes continuamente buscaua oca- sion por donde pudiesse hazer le algun dan~o: & jamas hallo conuiniente apare- jo, hasta que vn dia estado enla gran hu- erta: tomando algun deleyte todas las princesas. Quando el sol estaua en me- dio de su carrera / ala hermosa Prince- sa Fortuna: le tomo grande suen~o / y ha- ziendo sentar ala sabia Dragonissa de- baxo de vnos Rosales ((que como a ma- dre la tenia)) se echo en sus haldas: & co- menc'o a dormir muy sossegadamente. Entonces la mala duen~a dragonissa pe- so de hazer vna gran traycion: solamen- te por dan~ar al principe don Lucendus y fue / que sacado vn libro que con aque- lla intencion contino en los pechos te- nia. Comenc'o a leer por el y a hazer ta- les signos: y conjuros / junto con tales carateres, & de tanta fortaleza q el sol q al presente muy claro y hermoso lo ha- zia. Comenc'o a n~ublar / y escurecer / y vna espessa nuue cubrio toda la huerta y parte dela ciudad. Y en medio dela nu- ue: salieron vnas andas, que quatro her- mosos Cisnes trayan tan blancos co- mo la nieue: atados con cuerdas d O- ro / los quales venian cantando co gra melodia dela forma: y con la dulc'ura q lo suelen hazer enlas riberas delos Ri- os quando su fin sienten ser venido. Las cuerdas eran todas de vn resplan- deciete oro amarauilla. Y assi como los Cisnes con las Andas venian se pusie- ron cabe la sabidora Dragonissa: la q<>l tomando ala infanta fortuna muy passi- co la metio enel hermoso Carro. y assi mismo entro ella enel carro. Toman- do vna varita de oro toco alos Cisnes los quales alc'ado el buelo se fuero por cima dela huerta tan altos como vna la- c'a del suelo hasta donde la Emperatriz Niquea estaua tan temerosa quato fue triste de que vido ala infanta Fortuna} {CB2. enlas andas delos cisnes q toda via dor- mia. Y luego parandose los cisnes enel Ayre aleando sin hazer ningun ruydo: comenc'o a dezir. No te deues maraui- llar alta y fermosa emperatriz niquea si quise vengar mi corac'on delos muchos agrauios que del Principe Lucendus auia auido: quitado me de mi honrra, y matando me mis caualleros, con lleu- ar esta princesa: qu[ ]es la cosa del mun- do que mas ama: lo qual por otro respe- to que poreste no fago: sola vna cosa te juro & prometo q la sen~ora Princesa va tan segura en su persona y honra como si en tu gran palacio estuuiera: y assi se- ra seruida en mi poder como su gran es- tado merece. Y pues sabeys la causa por que lo he fecho: yo me q<>ero yr por dar algun sin sabor aquel principe. y con a- quello dio con la vara de Oro alos cis- nes: los quales comenc'aron a alc'ar en alto: con la misma melodia de suerte q los perdieron de vista. Todo lo qual d- xaremos agora por contar lo que la em- peratriz Niquea y los otros principes y princesas hizieron, viendo se roba- da la hermosa infanta fortua. En especi- al el principe don Lucendus: y don sil- ues dela selua con la hermosa y valien- te princesa Pantasilea: Cuenta la histo- rias que viendo la emperatriz Niquea lleuar assi la hermosa Princesa Fortu- na su hija: y auiendo entendido sus pa- labras. El dolor que rescibio fue ta gra- de que cayo enel suelo tal como muer- ta sin sentido alguno y todas la Due- n~as y donzellas que ala redoda estaua comenc'aro alc'ar tan grande grita: cuy- dando que muerta fuesse. Que todo el jardin resonaua y luego fueron las nue- uas ala reyna Oriana y ala reyna Si- donia, y ala emperatriz niquea y la fer- mosa p<>ncesa diana: y ala muy hermosa Leonida. Las quales sintieron tan gra- de turbacion con aquellas tan grandes y tristes nueuas por mucho amor q ala} {CW. s iiij} [fol. 140v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Princesa Fortuna tenia que en vna pie- c'a no se pudieron mouer: y queriedo re- mediar con su discrecion, enel mal psen- te pues el futuro no tenia remedio, porq la vida dela emperatriz niquea no fizies- se fin junto con la perdida dela infanta Fortuna: se fueron para el jardin, dode la hallaron tal como os auemos con- tada: con tan gran grito ala redonda: vi- endo tal ala emperatriz niquea: q mas por muerta, que por de vida la juzgaua todos / y con muchos remedios que le hazian tornaua algun tanto en si. Mas luego boluia a su primero desmayo: y vi- endo esto, y porque se pusiesse remedio la hermosa princesa fortuna tomado vn escudero lo embio al bosque, donde to- dos los principes estauan enla cac'a pa- ra que les contasse tan tristes nueuas co- mo aqllas, lo qual el escudero hizo. Pe- ro por mucha priessa que se dio: ya ellos lo sabian: y venian contra la ciudad, to- do lo que dexaremos por contar lo q la sabia Dragonissa hizo con la fermosa infantas fortuna lleuando la enel carro porel ayre adelate como os auemos co- tado sin despertar: ni vn solo puto: se fue conella hasta llegar a vn alta roca: que enla mar se hazia: que parecia su altura comunicar co las nuues: la qual estaua en medio dla mar envna isleta que muy poco mayor era que la Roca podia to- mar ala redonda. Alli paro la Duen~a dragonissa: y vsando de sus artes en bre- ue edifico vn Castillo: qual os diremos Sobre lo mas alto dla roca: y cerco la muy alta roca: toda ala redonda de vn alto y fortissimo muro ala redonda to- do el muro parescia fecho de fino y relu- brate alabre amarauilla. Enla vna par- te tenia vna hermosa puerta: no mayor que quato vn hombre a pie pudiesse en- trar y alli hizo muy fuertes encantame- tos y enla roca por su arte: hizo vna bo- ca amanera de cueua muy estrecha: por la qual subian alo alto dela roca: donde} {CB2. el alto castillo estaua, el qual era el mas fortissimo que podia ser. Porque el mu- ro & las torres todo era d hierro muy fi- no / y etre cada almena tenia vn mara- uilloso y dssemejado gigate covna muy fuerte y pesada mac'a d hierro en su ma- no. El castillo era todo cercado de an- chas / y hondas cauas ala redonda lle- nas de agua clara a amarauilla / la qual Agua procedia de vna hermosa y muy clara fuente: que en aquel pequen~o es- pacio de campo que ante el castillo esta- ua. Parecia ser fecha de tanta y ta gran estran~eza. Assi por ser el agua en lugar tan alto. Como por su riquissima obra Como diremos ela trezena parte desta historia: y alli metio ala fermosa infan- ta Fortua: y a su ruego no la quiso enca- tar: antes la seruia con muy grade y en- tran~able amor. Y aun algunos escrito- res dizen que le dio vn espejo en que via todas las vezes que queria al principe don Lucendus de francia. Lo qual se puede muy bie creer. Porque no dexa- ua aquella sabia de reconocer el bien q della auia recebido. Puesto que quan- do hizo el dan~o y enojo co desseo de ven- garse: le ofusco la razon. Baste que so- bre todos aquellos lugares hizo muy grandes y marauillosos encantametos especialmente dentro del gran castillo antes que al hermoso jardin donde la hermosa princesa fortuna estaua: llegas- sen: dode la sabidora dragonissa la auia puesto: en compan~ia de otras hermosas donzellas que alli con ella auia puesto. Aunque ala verdad todas eran hechas por el arte dela sabidora Dragonissa. Como enel trezeno libro desta grande historia se contara / mas por estenso. Todo lo qual dexaremos hasta donde digo: por contar lo que los principes fi- zieron quado enla cac'a supieron la per- dida dela infanta fortua / y quie la auia robado.} [fol. 141r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlj.} {CB2. {RUB. % Capi [.]lxx. Como el principe don Lucendus se partio en busca dla hermosa princesa Fortuna su esposa / y lo que le acontescio hasta q vuo vna carta del sabidor al- quife} {IN4.} YA os contamos con quatos gritos: y gemidos quedauan todas las duen~as, y dozellas del palacio viendo el robo d la sin par princesa Fortuna, y maldezia ala duen~a Dragonissa porque auiendo recebido tanta honra de aquella fermo- sa princesa tan gra traycion auia hecho y los gritos delas duen~as y donzellas fueron tatos especial viendo ala empe- ratriz Niquea tal como muerta: que al- gunos caualleros fueron al mas correr delos cauallos a dar la nueua a aqllos principes enlas paradas donde estaua porq como auemos dicho todo su tiem- po gastauan en cac'ar. Pero como la fa- ma sea ta parlera: prestamete le embio vna de sus cien lenguas que diessen la nueua a aquellos altos Principes lo quales assi como lo supieron dexado la cac'a se bueluen ala ciudad, y entrando detro enel Jardin hallaron a aquellas sen~oras tales como muertas. Pero que os dire del principe do Lucendus sino q assi como oyo la nueua cayo enel sue- lo tal como muerto, haziendo tales co- sas que no lo sabria hombre contar que poco le aprouecharon los consejos del Principe don Silues dela selua, ni co- sa alguna que le dixessen Antes caual- gando en su cauallo se fue contra la cib- dad / y entrado se en su camara se echo sobre la cama. Dode lo dexaremos ago- ra por contar lo q el emperador Ama- dis: y todos los otros principes hizie- ron de que entraron enel jardin, que el emperador Amadis se abrac'o co la em-peratriz} {CB2. Niquea consolandola lo mas que podia / aunque mas auia menester consuelo. Lo mismo hazian todos los otros principes con las otras sen~oras que dolor era de ver los a todos: & lue- go proueyeron todos en yr a buscar las princesas, y estado assi en gra angustia y trabajo, por la puerta dela tienda en- tro vn enano el qual les dio vna carta: y haziendo su acatamiento se torno a sa- lir: y abierta la carta vieron que era del Sabidor Alquife y Vrganda y Zirfeo y Zirena que assi se dezia. {RUB. % Alquife y Vrgan- da y Zirfeo: y Zirena a vosotros los griegos principes. S.} {IN2.} NO deueys de recebir pena altos y soberanos principes por lo que Dios nuestro sen~or es seruido de ha- zer. Antes os deueys de conformar co su voluntad como buenos y catholicos christianos: pues son secretos que nin- gun humano deue presumir de saber y aunque quisiesse no podria: enlo demas ninguno trabaje de buscar ala hermosa Princesa fortuna: porque nadie sera ba- stante a hallar la. Saluo el principe do Lucendus al qual por el alto sen~or su a- yutamieto esta otorgado y por su mano ha de ser. Leydo que vuieron la Carta aquellos principes algun tanto de ale- gria vuieron: y luego se fueron ala gran sala: y el principe don Lucendus se mo- stro algun tanto alegre: y concertaron otro dia siguiente se partiesse don Lu- cendus en busca dela hermosa Fortuna El qual venida la man~ana lo hizo / ar- mandose de vnas armas negras con la sen~al del basilisco: se despidio de todos los principes con muchas lagrimas: y quado se quiso apartar de don Silues se abrac'aron mucho: y Lucendus man- do traer su espejo que enla Roca infer- nal gano. E assi mismo la vayna de su} [fol. 141v] {HD. Dozeno. +} {CB2. espada & diose lo al principe don Lucen- dus porlas virtudes que tenian: la vay- na contra encantametos porque la mis- ma propiedad dl espada tenia: y el espe- jo para lo que la historia ha deuisado q tanto le aprouecharon que ciertamete si porello no fuera: no pudiera acabarlo que en aquella jornada acabo, como la Trezena parte desta historia deuisara. Boluiendo pues a nuestro proposito: auiendo se Lucendus despedido de to- dos: & subiendo sobre su cauallo tomo vn camino por vna floresta sin lleuar co- sigo persona alguna que lo siruiesse: tan triste que no lo sabria hobre cotar: mas cada vno lo puede pensar. Desta mane- ra fue dos dias sin comer ni beuer boca- do: ni menos tener lo en voluntad sola- mente contemplando en su sen~ora For- tuna diziendo. O mi sen~ora Fortuna la mas hermosa de todas las mugeres dl mundo, y como a ta gra traycio aueys sido presa y robada / pero no me haran ami mis hados ta cotrarios que no me otorguen poderos hallar. Mas o tray- dora y cruel Dragonissa: y porque si yo te auia enojado no exercitauas tus yras en mi, que te merecia mi sen~ora fortuna de quien tantas buenas obras auias re- cebido. Pero ay de mi que no lo heziste sino por vdaderamete hazer me gustar la muerte: porque si ami me la quitaras poco mal me hizieras / y en apartar me de mi sen~ora fortuna me has fecho todo el dan~o que has querido. Pero yo te p- meto que si otra vez vienes a mis manos no escapes como piensas: y conestas y otras muchas cosas que yua diziendo yua tal como muerto / que cierto si por la esperanc'a que los sabidores le auian dado no fuera, el muriera sin comer co- sa alguna: y por aquello tomaua algun tanto de mantenimiento delas yeruas del campo: que otra cosa puesto que qui- siesse no la auia. Desta manera fue siete} {CB2. dias por muy espessas montan~as desui- ando se delos caminos quanto podia: hasta que al octauo oyo a su mano sinie- stra gritos de mugeres y hombres: pue- stos en gran menester: y guiando cotra aquella parte que los gritos sonauan: vio que eran dos fieros jayanes que en tres grandes carros lleuauan muchas gentes, y conellos yuan ocho Peones que los carros guiauan. Lo qual visto porel principe don Lucedus luego cuy- do lo que podia ser, y poniendose el yel- mo salio dela Floresta delante delos Ja- yanes: y llegando se a ellos dixo. Jaya- nes dad me cuenta que gente es aques- ta que aqui lleuays forc'ada. Por Dios triste cauallero dixo el vno delos Jaya- nes que yo creya que venias a deman- dar la misericordia que en nosotros no hallaras por ende si quieres escusar la muerte ponte en nuestra prision. Esso no hare yo dixo el buen principe don lu- cendus. Yd mis hombres dixo el vno d los dos Jayanes & prended me aquel Cauallero. Entonces los ocho peones rodearon al buen principe Don Lucen- dus. Mas el con la Lanc'a so[ ]mano al vno dio tal golpe que no aprouechando le las Coracinas cosa alguna dio con el enel suelo muerto: & sacando la lanc'a d aquel al tanto hizo al otro: y metiendo mano a su buena espada por guardar la Lanc'a para los Gigantes, dio tal golpe a otro conella que la cabec'a le hedio y a otro le derroco todo vn lado: y ponien- do la Lanc'a enel ristre: y batiendo las piernas al cauallo fuertemente, arreme- tio para los Jayanes / que viendo sus Hombres muertos para el se venian y enel camino se dieron tales encuentros que el principe don Lucendus vuo vna llaga en vn brac'o, y el encontro a vn ja- yan que con vna mala herida vino al su- elo: y al tanto hizo al otro Jayan: & Lu- cendus si[ ]no se tuuiera alas crines de su cauallo sin dubda cayera: & saltando del} [fol. 142r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlij.} {CB2. cauallo en tierra se fue para dos Jaya- nes que para el venian: el vno dellos co vna fuerte hacha de azero: y el otro con vn cuchillo muy grande: y el vno delos dos Jayanes / dexo caer el golpe sobre la cabec'a dl principe don Lucendus que si[ ]no se apartara lo vuiera muerto: mas el dio vn ligero salto al traues / y hirio al jayan enel vn brac'o de tal poder que le hizo vna gran llaga / y de alli comien- c'a conlos Jayanes vna lid tan fiera & dssemejada que era marauilla. Pero lo que mas a nuestro bue principe don Lu- cendus valia era su muy gran ligereza / con la qual segun andaua delos golpes de sus enemigos: y los heria muy fuer- temente: quando mejor podia. E los ho- bes que enel Carro venian rogando a Dios nuestro sen~or que diesse victoria al cauallero delas armas negras y dora- do basilisco. El qual en aquella sazo aun que andaua vn poco llagado: sus enemi- gos lo andauan mucho mas desus ma- nos / que el campo estaua ya sembrado de rajas delos escudos y mallas delas lorigas, y dela mucha sangre que delos Jayanes salia. Los quales andaua ta corajosos que como Leones mugian. Pero el principe don Lucendus que no andaua perezosos dio tal golpe al vno de los fuertes jayanes en vna pierna que no se podia mas tener sobre ella: y le co- uino hincar los ynojos enel suelo y de dos golpes que le dio le hizo saltar el yel- mo dela cabec'a y del otro se la hendio / & buelto al otro Jayan como era solo, lo comec'o a cargar de tan crecidos gol- pes que cada vez le hazia sentir el espa- da enla carne: y lo traya algun tanto de- satinado / y no curando de me detener. A pocos golpes dio conel a sus pies / & yendo sobre el le corto los lazos del yel- mo: y tras dellos la cabec'a, y llegando se ala gente que enel carro venia en gra- ues prisiones ellos le besaron las ma- nos muchas vezes: & vno dellos comen- c'o a dzir. Aueys de saber sen~or cauallo} {CB2. que somos vassallos dela duqsa Dro- sina y estando nos deportando en nue- stros castillos: y la Duquesa con noso- tros llegaron tres Gigantes estos dos sen~or que aueys muerto: y otro mucho mas disforme q atras queda. Los qua- les prendieron ala Duquesa nuestra se- n~ora y a nosotros co ella: y metiedo nos enste carro nos embiaron adelate porq el Gigante sen~or destos que mucho ma- yor & mas dessemejado es: dixo q queria tomar primero solaz cola duquesa nue- stra sen~ora por parescer le hermosa due- n~a. Muy marauillado fue el Principe don Lucendus: assi de hallar se tan cer- ca de su reyno de Fracia: & dela maldad del Gigante: & muy desseoso de enmen- dar aquel tuerto: dixo a vno d aquellos que enel carro venia que caualgasse en vno delos cauallos delos gigantes lo guiassen a donde el otro gigante queda- ua enel castillo. El qual lo hizo aunque con gran temor de ser muerto. Dexado desatados tres hombres de aquellos: para que soltassen alos otros, y luego el y el hombre que lo guiauan tomaron el camino del castillo. Al qual en poca pie- za llegaro por ser muy cerca: y hallaron que el Gigante lo tenia abierto confian- dose en su fortaleza, no mirando el casti- go que por la diuina mano auia de venir sobre el por sus malas obras: y entran- do dentro en vna gran quadra que enel patio estaua: vido el principe don Lu- cendus que el fuerte Gigante tenia ala hermosa duquesa por sus largos y her- mosos cabellos asida: & con vna boz te- rrible & ronca le dezia. Duen~a cumple mi voluntad sino por los Dioses inmor- tales te juro de hazer te morir muy ma- la & deshonrrada muerte. Esso no haras tu Gigante dixo el principe don Lucen- dus atan honrrada & buena Duen~a: co- mo es la sen~ora Duquesa que primero no mueras por ello. Captiua y vil cria- tura & por quien dexare yo de hazer mi [vo]luntad dixo Yracundo el fiero q assi se} [fol. 142v] {HD. Dozeno. +} {CB2. dezia. Porq dios del cielo no es serui- do de tus malditas obras dixo lucedus por mis dioses juro dixo yracudo el fie- ro de hazeros morir qmados a ambos a dos. Toma tus armas bestia deseme- jada dixo Lucendus si[ ]no quieres ha- zer fin assi sin ellas a tu mala vida. Espe- ra vil criatura dixo el gigante contra lu- cendus veras como escaparas de mis manos: y co su gran soberuia sin tomar armas algunas arremetio para Lucen- dus pensando de deshazer le entre sus muy fuertes brac'os. Mas el Principe lucedus dio vn gra salto a tras: y metie- do mano al espada dixo. Ya no te q<>ero guardar bestia dessemejada mas premi- necias: y diole tal golpe que la Cabec'a como des(e)[a]rmada estuuiesse fue hecha dos partes / y el Gigante cayo muerto enel suelo de tan gran golpe: como si vn edificio cayera: y la hermosa Duquesa se fue a hincar de ynojos ante don luce- dus: y el la leuanto del brac'o: diziendo le como sus vassallos eran libres de po- der delos gigates y aunque el no dixo quien los hauia muerto / luego cuydo ella q<>en podia ser: y daua muy muchas gracias a dios nuestro sen~or porello: y el principe don Lucendus quiso luego partir sin aguardar ni solamente a cu- rarse de sus llagas se despidio dela du- quesa que otra cosa no pudo acabar co el, y se metio por el camino que la ventu- ra lo quiso guiar contra la Mar, a don- de vido vna floresta por la qual se dio a andar porella la qual era muy espessa: donde le acontecio lo que agora os con- taremos. Partido el principe Lucen- dus del castillo dela Duquesa: tomo su camino por vna aspera sierra a maraui- lla / toda llena de espessos Arboles: y Bren~as por que por tales lugares pen- saua de hallar mas ayna el fin de su des- seo y yedo de aquella manera salio a vn gran llano porel qual anduuo vna pie- c'a al cabo dela qual vido venir contra} {CB2. si vna vieja muy cansada que casi no se podia mouer con sus cabellos tan blan- cos y canos como copos d nieue d tras della venia vn viejo con vna Espada en la mano tan viejo y flaco que no pares- cia que se mudaua. La vieja daua muy grandes bozes al principe don Lucen- dus que la socorriesse y libertasse dela muerte: y el buen principe don Lucen- dus se fue para el viejo / y dixole padre por Dios no hagays mal a essa duen~a si q<>era por ser muger. Ya por vos no lo dexare dixo el Viejo si[ ]no me otorgays vn don. Yo os lo otorgo dixo el Princi- (ci)pe don Lucendus si[ ]no esta en mas de esso. Pues el don que me aueys otorga- do dixo el viejo es q os apeeys de vues- tro cauallo y nos subays ami, y ami mu- ger encima porque podamos salir dsta espessura. Entonces el principe don Lu- cendus. Tomando al viejo embrac'os lo puso sobre la silla de su cauallo, y ala vieja las ancas. Los quales assi como fueron encima del cauallo el viejo dixo contra el principe don Lucendus. Ca- uallero otro dia tomad mejor cosejo en no fiaros de quien no conosceys: que si no os fiarades dla sabia dragonissa no vuierades venido a donde a[+]veys veni- do / y poniendo las piernas al cauallo del principe don Lucedus, el y la vieja se fueron al mas correr del cauallo / y el Principe don Lucendus quedo tan ad- mirado delas palabras que dixo el vie- jo. Que quando miro porellos ya esta- uan buen rato lexos: y lo mejor que pu- do siguio tras ellos: y ellos lo esperaro vn buen trecho. E assi como el Princi- pe don Lucendus llego cerca dellos. Tornaron otra vez a aguijar el cauallo otro trecho. Y el principe don Lucedus siguiendo los toda via dando muchas bozes: hasta tanto que conel peso delas armas y mucha calor que hazia, ya yua tal como muerto quando aquellos dos Viejos llegaron ala orilla de la Mar} [fol. 143r] {HD. de Amadis. \ [.]cxliij.} {CB2. y pararon alli conel cauallo muy suda- do: y luego fueron conocidos de Luce- dus que eran. El sabidor Alquife y Sa- bidora Vrganda la desconoscida. Los quales abrac'aro a Lucendus diziendo perdonad me por dios mi bue sen~or si al- gu enojo aueys rescebido de nosotros: que por conortaros: y porque venis can- sado: ates q otra cosa os digamos sera bien q comays algu bocado: y luego vr- gada saco dela maga bien de comer dlo qual comio Lucendus aunque co har- ta tristeza: y los sabidores comiero con el por alegrar lo algu tato: y auiendo co- mido el sabidor Alquife comec'o a dzir No creays mi bue sen~or que a nosotros sea oculta la pena q por la perdida dela hermosa infanta Fortuna vra esposa te- neys ni menos adode esta: lo qual por a- gora no podeys saber: porq assi es la vo- luntad del muy alto sen~or jesu xpo que sea hasta q la halleys aunque con gran- des trabajos q aueys de passar, Basta que aueys de buscar la mar porq enella ha de auer sin vra demada, pa lo q<>l os aparejamos este remedio, y tomado lo por la mano le mostraron vn barco que seys saluajes guiaua co fuerte remos q cotra ellos por la mar venia. Enste bar- co mi bue sen~or dixo Vrgada os couie- ne yr / y despedidos del cauallero dl ba- silisco: se metieron en vna nuue / y el ca- uallero del basilisco enla Barca delos Saluajes / y los saluajes tocaron con los remos enel agua y la barca comec'o a mouer con gran velocidad por la mar adelante donde lo dexaremos hasta en la trezena parte desta historia. Enla q<>l se haze gra mecion delo que eneste via- je le acontescio: hasta ser libertada su se- n~ora Fortuna junto con otras muchas cosas. La qual saldra a luz en breue tie- po si Dios nuestro sen~or y su sancta ma- dre fueren seruidos. Todo lo qual dxa- do a pte cotaremos lo q mas acotecio.} {CB2. {RUB. % Capitu .lxxj. Como se criaua los principes. Esfe- ramudi y Amadis de Astra y lo q yendo a Cac'a con vna dozella les acotescio, y el gra desseo que por ser caualleros tenian.} {IN4.} HAsta agora nunca por fablar en otras c(a)[o]sas os ha dado cu- enta la historia dela criac'a d los bienau(a)[e]nturados princi- pes Esferamundi y Amadis de Astra los quales se criaua conel regalo y alte- za que a tales Principes conuenia y en mostrar les todo lo que los sabios prin- cipes para bien gouernar su republica conuenia como enel exercicio delas ar- mas enlas quales estaua ta diestros q a muchos y grades maestros que de di- uersas ptes venian por mostrar los en breues dias passauan delo qual estaua muy alegres el principe Ajesilao: y los de mas aunque co algunos contrastos dela fortuna, estauan algun tato tristes por lo qual enlo que mas los dos princi- pes Esferamundi y Amadis de Astra se exercitauan era en yr continuamente donde matauan muchas y diuersas ani- malias, acontecio pues a ser que vn dia como eran acostumbrados saliero a ca- c'a: el principe Esferamundi, y el princi- pe. Amadis de Astra acompan~ados d muchos caualleros / y estado puestos enla parada / y comenc'ando la bozeria delos monteros por aquella parte que los Principes estauan vieron venir vn muy gran puerco el mas dessemejado q podia ser. El q<>l auia muerto a dos mo- teros, y mas de diez Lebreles con los nauajones, y a vn cauallero mato el ca- uallo, y los dos principes esferamundi y amadis de astra como traya los caua- llos ligeros lo comenc'aro a seguir: y el Puerco se metio por lo mas espesso de} [fol. 143v] {HD. Dozeno +} {CB2. la montan~a y los principes / en de[+]mas como el puerco fuesse muy ligero en bre- ue lo perdiero de vista: mas toda via lo siguiero porel rastro ellos solos co gra cobdicia de matar lo de tal manera que todos los moteros se quedaron sin po- der los siguir: y los principes se metie- ron por la montan~a adentro d suerte q quado acordaron por mirar donde esta- uan se hallaron en vna espessura ta gra- de y fuera de camino q no supieron q se hazer: y los Cauallos no los podia lle- uar: y el principe Esferamundi toco vn cuerno muy fuertemete mas la gete es- taua ta lexos q no lo pudieron oyr: y an- dando devna parte a otra de aqlla espe- ssa motan~a, vieron vn arroyo de hermo- sa agua: y porella arriba subiero en bus- ca dela fuete por tomar enella algun po- co de descanso mas no vuieron andado mucho q<>ndo viero la fuete: y el gra pu- erco q enella beuia a muy gran sabor, y los principes q lo viero muy alegres se apearo delos cauallos / y el principe es- feramudi arremetio al Puerco: el qual viedo q no podia huyr en ninguna ma- nera lo espero: y esferamudi le tiro el ve- nablo ta fuertemete que le passo vna es- palda: y el puerco q se sintio herido ar- remetio contra el principe Esferamudi por cojerlo con los nauajones: mas co- mo este principe no tuuo par en ligereza dio vn salto al traues ta grade: que el pu- erco no lo pudo coger: y al passar le dio tal golpe sobre vna pierna q cercen sela corto: y el puerco boluio sobre el / y Es- feramundi lo espero / y al passar q el pu- erco passo le hurto el pie, y le dio ta gra golpe enel pescuec'o que la cabec'a cerce cortada vino al suelo(r)[:] y limpiando el cu- chillo de mote lo metio enla vayna. Ay mi bue cormano dixo Amadis de astra q tal os sentis: porq hasta alli no le auia ayudado por pecerle couardia. Bueno mi bue sen~or dixo Esferamudi: y abra- c'adose que mucho se queria se sentaro} {CB2. enla fuete lauado se las manos y caras enla fresca agua: mirado el puerco que grade y dssemejado era: mas no vuiero estado descasando mucho quado por la floresta viero venir vna donzella hermo- sa a pie corriedo contra dode ellos esta- uan: en su seguimieto venia vn fiero leo y la dozella venia dado bozes cotra los principes q la valiessen. Entoces el prin- cipe Amadis d Astra se leuato: y ponie- do mano al cuchillo de mote se fue con- tra el leo q casi ya alcac'aua ala dozella y el leon se vino pa el. Pero el principe Amadis d Astra tedio el mato cotra el leon, y el leon le asio del con las vn~as y dientes muy fuertemente: y el principe le dio tal golpe q la cabec'a le hendio, y quitado se a fuera vido como cerca del leon se abrio enel suelo vna gra boca de cueua a marauilla / y como la dozella q huyedo venia tomado el leo acuestas se metio por la cueua adetro dado gritos O valas me dios dixo Esferamundi y q gra marauilla es esta: y no dexaria por cosa ninguna del mundo de ver el fin de- sta auentura / y embrac'ando los matos el y Amadis de astra sus cuchillos elas manos se metiero por la cueua adetro la qual era ta escura q no vian por dode yuan hasta q al cabo de vna piec'a viero claridad: y entrado se hallaro envn her- moso patio ochauado: labrado todo de hermosos follajes a marauilla. Enel pa- tio solamete parecia vna riquissima sala de gran hermosura / y viedo la sala am- bos guiaron pa alla / y entrado dentro viero que toda la sala era llena de riqui- simos pan~os amarauilla de oro y seda: en medio dela sala estaua vn trono d pa- n~os de oro, y encima del estaua dos ri- cas sillas y enellas sentados vn viejo & vna vieja no de mucha edad co imperia- les coronas enlas cabec'as: q la graue- dad de sus personas manifestaua la gra- deza de sus estados, alos pies delos an- cianos emperadores estaua dos donze-llas} [fol. 144r] {HD. de Amadis. \ [.]cxliiij.} {CB2. de ta estran~a hermosura: que como suspensos quedaro los dos principes mirado las, porq las dos hermosas do- zellas no auia ala sazon cada vna cator- ze an~os: y el cruel cupido como el gusa- no dela carcoma poco a poco comenc'o a roer en sus etran~as: ta pasmados am- bos dela hermosura dlas dozellas que no podia acabar cosigo d mirar la mul- titud de fermosos cauallos: y apuestas damas que por alli estaua: tan embeue- cidos estauan en ver las figuras de aq- llas q despues tantas penas les causa- ron: y estado assi por la puerta dela sala entraro vn viejo y vna vieja de antigua edad con dos libros enlas manos: los q<>les llegadose alos p<>ncipes les dixero Que os pesce fermosos dozeles q au la fermosura de aqllas q alli veys os cau- sara a vosotros mortales cuytas y pe- nas. Mis buenos sen~ores dixo Esfera- mudi cotra los dos viejos por Dios q me digays q auetura es esta: q segu me parece mas sabeys dello vos q no noso- tros. Esso no puede ser dixero los sabi- dores q lo sepays por agora hasta q sea- ys caualleros: y tornado a mirar al tro- no: no viero cosa algua delo q antes vie- ra / delo qual quedaro ta tristes q bien selos conoscieron los viejos. Y la vieja dixo: buenos donzeles no cureys de to- mar pena ta cedo q tiempo harto tene- ys para podella tomar: mas andad aca vn poco con nosotros: si quereys ver el fin delas marauillas dl castillo: y toma- do los delas manos los viejos se metie- ron por la sala donde el trono estaua: y vieron a vna parte vna pequen~a puerta porla q<>l entrados se hallaron envn gra capo, enel qual viero muchas y muy di- ueras cosas: ala vna parte dl campo a- uia infinitas naos, peleando vnas con otras: y dellas caya tatos hobres den- tro q la mar se tornaua de color de fina sangre: a otra parte enla tierra auia mu- chos exercitos: a otras partes batallas} {CB2. de vno por vno tantas y tan diuersas q mucho eran espantados los principes de verlo, y queriedo pregutar alos vie- jos que alli los auian guiado que cosas eran aqllas no los vieron ni menos co- sa ninguna delas que antes auian visto antes se fallaro apar dela fuente donde el fuerte Leon auian muerto: y ambos estauan como atonitos sin poderse ha- blar palabra alguna de muy espatados de ver las marauillosas cosas que les a- uian acontecido: y mas presos dela her- mosura delas dozellas que auian visto: co determinacio de ser cauallos y bus- carlas por todo el mudo: aunque poco trabajaro e buscarlas como al p<>ncipio dl trezeno contaremos: y estado assi ha- blado sobre las hermosas dozellas d q<>- en vecidos estaua llegaro alguos caua- lleros y monteros: los q<>les fuero muy alegres hablando alos p<>ncipes q mu- cho temor tenian de su vida por las mu- chas fieras animalias q en aquella mo- tan~a auia: y muy marauillados dla gra- deza del dessemejado y muy grande pu- erco el qual cargaron sobre vn azemila y conel fueron camino dela ciudad aun que los dos principes jamas dixero co- sa alguna delo q les auia acontescido a ninguo delos otros principes q todos se criaua jutos: antes lo tuuiero en gra secreto: y llegando todos los donzeles entre los q<>les yua el principe dardanio y el Principe don Arlante hijo de don Arlajes de Espan~a / y el Principe don Florenio de Roma / y el principe Lin- danarte y otros muchos donzeles, en- presentaron el puerco al rey Amadis, el qual los rescibio con mucho plazer / abrac'ado a sus fermosos nietos: creye- do que auia de ser de muy alta bodad / por la muestra que de si dauan. Lo qual salio muy verdadero como diremos a su tiepo. Todo lo qual dexaremos por cotar lo que mas acontescio enla corte de Constantinopla.} [fol. 144v] {HD. Dozeno. +} {CB2. {RUB. % Capitu .lxxij. como el rey Amadis y el emperador Esplandian estado en cac'a ma- taron dos caualleros que vna donzella estaua ac'otado: y co- mo fueron conella.} {IN4.} LAs variables bueltas y mu- danc'as dela inconstante for- tuna algun tato auia entristes- cido el animo del valiente / y esforc'ado rey Amadis: aunque muy fe- cho a sufrir semejates golpes de fortua y por mejor dzir por la diuina mano em- biados tuuiesse el escudo de su volutad conformando la con la de dios, pero to- da via no dexauan los corac'ones de sen- tir la humana tristeza: assi por la yda de don Rogel: y no auer sabido mueuas al- gunas del, como por la perdida dela in- fanta Fortuna que tan amada era de to- dos: aunque algun consuelo con la car- ta delos sabidores auia tomado, y con esto el mayor passatiempo que el Rey Amadis, y el emperador Esplandia y los otros principes: especialmente los hermosos donzeles Esferamundi: y A- madis de Astra tenia era con cotinuar la cac'a por muy hermosas florestas do- de los dos principes: aunque de tierna edad matado algunos fieros animales dauan a entender la fortaleza de sus co- rac'ones muy fuertes, auino pues a ser que estado todos los caualleros en sus paradas se solto vn muy grande y her- moso cieruo: el q<>l vino a salir por la ve- reda q el emperador Amadis y Espla- dian estaua: y ambos le tiraron sus ve- nablos: de suerte que lo llagaron: y el ci- eruo comenc'o a correr por lo mas espes- so dela floresta: y el emperador Espla- dian / y el rey Amadis empos del cier- uo: que como trayan buenos cauallos presto los perdieron de vista los suyos: solo el buen conde Gandalin los pudo} {CB2. seguir: de tal suerte que presto fueron a- longados delos suyos muy gra piec'a, y con la espessura dla motan~a el cieruo se perdio de vista, y a su mano siniestra oyero dar bozes: como de persona muy menesterosa: y atinando hazia la parte donde los gritos se dauan vieron que dos caualleros tenian por los cabellos vna donzella colgada de vn arbol: y co Varas la ac'otauan muy cruelmente. Mas la donzella que vido al rey Ama- dis y al emperador Esplandian les dio bozes que por las cosas q mas amaua la librassen de poder de aquellos caua- lleros. Muy mouidos fueron a piedad de ella: el rey Amadis y el empador es- pladian de ver la dozella / y puesto que no lleuassen otras armas: saluo los cu- chillos de monte: y aljubas juto con la grauedad de sus reales personas: se lle- garon al cauallero, y el rey Amadis di- xo. Caualleros por la orden de caualle- ria q os obliga: allende de vuestra pro- pria virtud a no fazer mal ni dan~o a due- n~a ni a donzella que no essecuteys vues- tras crueldades enella. Caualleros di- xeron los que herian la donzella. Qui- taos de ay dexanos dar la muerte a tan falsa hebra. Esso no hareys vos a todo nro poder dixo Espladia: pues veamos como lo defenderas tu dixo el vno dlos cauallos / y poniedo mano ala espada q<>so dar vn golpe al empador espladia. Al tato hizo el otro al rey: po el empa- dor tomo el golpe del cauallo en su cu- chillo / y le dio tal golpe en vn muslo q sin poderse tener sobre el pie cayo muer- to en tierra. A esta sazo ya el rey Ama- dis de vn golpe auia hedido la cabec'a al otro cauallero q desarmada la tenia: y el conde Gadalin desato la donzella: la qual porlas nueuas que dellos tenia bien conoscio Espladia: y al rey Amadis: y fingedo no conocer los se echo alos pies dellos: y selos co- mec'o a besar llorado: y comec'o a dezir} [fol. 145r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlv.} {CB2. ay por dios buenos caualleros pues pa- ra dar mamparo a tod(o)[a]s las personas atribuladas nacistes socorredme a mi la mas sin vetura donzella del mudo. Bu- ena donzella dixo el rey Amadis noso- tros somos contentos d socorreros en vuestra necessidad vamos primero a la ciudad de costantinopla que aqui cerca es: no requiere tanta dilacio mi trabajo dezia la donzella llorando contino d sus ojos. Pues assi es buea amiga dixo espla- dian vamos enel nobre de dios y luego mandaron a Gandalin que desarmasse al cauallero muerto y el se llego al otro que herido estaua y poniendo le el espa- da al cuello le dixo: que le dixesse porq mal trataua assi ala dozella. Ay merced sen~or cauallo dixo el cauallero ferido q yo os lo contare. Aueys d saber que vi- niendo mi compan~ero & yo por esta flo- resta topamos esta donzella: ala q<>l pre- guntamos donde yua y ella nos dixo q a hazer morir mala muerte los mejores caualleros del mudo: lo qual oydo por nosotros porque no passasse adelate su gran Maldad la paramos qual vis- tes / catad aqui sen~or lo que me aueys preguntado. Entonces el Emperador mando al conde gandalin que desarma- sse assi mismo al Cauallo herido no cre- yendo sus palabras: asi que mas valiera que lo creyeran y ellos ambos se arma- ro delas armas delos caualleros dexa- doles su aljuuas y Cauallos q mas va- lian que sus armas y en compan~ia dela donzella tomaron el camino dela mar q muy cerca era y auiedo llegado fallaro vna barca co dos marineros que la gui- auan que era dela donzella donde se me- tieron el rey Amadis y el emperador Esplandian y el conde Gandalin que o- tra cosa no pudiero acabar co el y alc'a- do las velas sin saber donde yua toma- ron la via que la dozella queria. Dode los dexaremos por cotar lo que los ca- ualleros hizieron y como supiero la par-tida} {CB2. del Rey Amadis y Emperador es- plandia. Ya os cotamos como muchos caualleros yuan en seguimento del rey Amadis y emperador Esplandian: los q<>les por la ligereza delos cauallos pre- to los perdiero de vista y anduuiero to- do aquel dia por el monte a vn cabo y a otro en su busca sin que nueua algua pu- diessen hallar: ni menos que se auia he- cho hasta que ciertos caualleros acerta- ron a llegar ala parte donde los Caua- lleros heridos estaua viendo alli las al- jubas de monte y los cuchillos y aquel cauallero muerto y al otro tan mal heri- do le preguntaron al cauallero por los Caualleros cuyas aljubas eran aque- llas: y el les coto todo lo que passaua como yua en compan~a de vna mala do- zella co todo lo que la historia ha diuisa- do: delo qual todos vuieron mucho pe- sar y assi muy tristes se boluiero ala ciu- dad y hizieron saber a la reyna Oriana y Emperatriz Leonorina todo lo q pas- saua: delo qual recibiero grade pesar, y por alli entendieron parte dela carta de los Sabidores: aunque con el animo que ya tenian hecho a passar semejates tragos por no dar pena alas otras prin- cesas que ta apassionadas estaua en es- pecial la hermosa Princesa Leonida q tan triste por la perdida del Principe do Rogel y la emperatriz niquea por la perdida dela sin par Fortuna aunq con lo que el Emperador Amadis y los o- tros Principes las consolaua algun ta- to de aliuio sentia en sus penas en espe- cial la Princesa y fuerte patasilea q con la conuersacion del Principe don Sil- ues dla selua todos los otros cuydados se le oluidauan puesto q tato auia senti- do la perdida dela Princesa Fortuna co- mo la historia ha deuisado todo lo q<>l dexaremos por contar lo que al Rey amadis acotecio y quie era la donzella que lo lleuaua ael y al emperador espla- dia su hijo. Ya os ha diuisado la historia} {CW. t} [fol. 145v] {HD. Dozeno. +} {CB2. como vna sabidora q hermana fue desu abuela del emperador, Agrian vino ala ciudad de costatinopla: y engan~osame- te quiso lleuar ala Princesa Policena si no fuera socorrida por los sabidores co- mo os auemos contado. Cuenta pues agora la historia, que viendo pues esta mala Duen~a que no auia podido cum- plir su voluntad embio vnas donzellas por el imperio de constantinopla: entre las quales fue vna aquella dozella que al rey Amadis lleuo creyedo ser perso- na principal conel qual detro en su bar- ca lo lleuo donde su sen~ora estaua y ella los metio a el y al emperador Esplandi- an: y al buen conde Gandalin dentro en vn soterran~o con otros caualleros q ds- pues prendio dadoles vna vida que era mucho peor q la misma muerte, assi en hazer los muchas molestias: como en darles a comer poco y malo: y esso no siempre, ela qual vida estuuiero. Hasta que en la trezena parte desta historia fue- ron libres por mano del muy Esforc'a- do principe espheramundi: como en su lugar contaremos. Todo lo qual dexa- remos hasta su tiempo por cotar lo que mas acontecio enel imperio de costanti- nopla dspues q la perdida del rey ama- dis supieron y del emperador esplandi- an porel Cauallero que herido auia q- dado. {RUB. % Capitulo .lxxiij. del gran desseo que los principes Esphe- ramundi y Amadis de astra tenian de ser caualleros: y del do que al em- perador Amadis demandaron.} {IN4.} LA grande tristeza passada no era bastante por cierto a des- pintar y borrar dela memoria del principe Amadis de astra y del hermoso principe Espheramundi la figura delas princesas que ela cueua vieran: antes andauan en contino pesa-miento} {CB2. como las podrian yr a buscar: y muchas vezes lo platicaua entre si, pe- ro ningun buen medio para ellos halla- uan, porque si se quisiessen yr no podia por la continua guarda q el emperador sobrellos tenia temiendo no lo hiziessen y si pedian la orden d cauall(a)[e]ria temian que no se la darian con temor que no se fuessen: y poresso tenian continuo cuy- dado solo tomauan passatiepo ambos solos en hablar enla gra hermosura de las dos hermanas: tanto que coeste pe- samiento ya no tenia las burlas y passa- tiempo que con los otros principes te- nia de que no poco admirados andaua todos: y vn dia el principe Amadis de astra comenc'o a dezir assi al principe es- feramundi. No os deue ser oculto sen~or hermano que siepre assi se llamaron co- mo nuestra edad nos demada cosas ma- yores que no estas dela cac'a en que no exercitamos, y que nos armemos caua- lleros para que la gloriosa fama d nues- tros atepassados en nosotros no haga fin co q lleue aquel augmento que a no- sotros somos deudores, tambien porq podamos yr a buscar aquellas que assi ha catiuado nuestras libertades y cora- c'ones y esto sera que ambos juntos pi- damos vn don al emperador Amadis nuestro sen~or y abuelo: y sea que nos de la orden de caualleria pues de otra ma- no mejor que la suya, no la podemos re- cebir. Muy bien parecio al principe es- pheramundi el cosejo dl principe ama- dis de astra su cormano: y luego dtermi- naron de ponerlo por obra: y tomando se por las manos se fuero al real palacio donde hallaron todos los principes y princesas que auia qdado, aunque assaz tristes y entrado ambos por la sala assi juntos fueron a hincar los ynojos ante el emperador amadis: el qual los quiso leuantar besandolos en sus hermosas fazes mas ellos jamas cosintiero hasta q les otorgasse vn don. Yo os lo otorgo} [fol. 146r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlvj.} {CB2. mis buenos hijos dixo el emperador Amadis. El don que vuestra alteza nos ha de otorgar dixo el principe Esphera- mundi es: que luego man~ana vuestra al- teza nos de la orden de caualleria pues ya nuestra edad: y corac'o nos la dema- da y parece mal no comenc'ar a pagarla deuda q a nosotros mismos somos deu- dores, mucho peso al emperador Ama- dis delo que Espheramundi: y amadis de astra le auian pedido por verlos d ta tierna edad q no passaua d catorze an~os aunque ta grades que parescian de mu- cha mas edad que no tenian: pero aqui en mas peso de aquel don fue alas her- mosas Princesas Leonida y Diana, que bien lo mostraron conla mudanc'a que sus hermosos rostros hizieron y esperaro a[ ]verlo que el emperador ama- dis respoderia: el qual abrac'adolos co- menc'o a dezir. Plega a dios amados fi- jos que esta orden que tanta cudicia te- neys sea pa adelatamieto d vuestras fa- mas que assaz trabajosa es de matener pero pues assi qreys que sea: yo soy co- tento de daros la orden d caualleria: co- mo vos la pedis, y porque mejor recau- do ayays sea el dia dla magdalena que d aqui a ocho dias es: y assi mismo se ar- mara cauallos el principe Dardanio y don Florinio de roma: & los otros do- zeles vuestros cormanos. Co la tal res- puesta fueron ta alegres espheramun- di, y Amadis de astra y don florenio & dardanio: y los otros pricipes que lue- go se (l)[s]alieron a enteder enlo que les cu- plia pa ser armados caualleros assi de armas & d cauallos: como delo de[+]mas ta regozijados: quanto desseo de ver se puestos en aquella honrra tenia, y qua- to ellos estauan de alegres: estaua de tri- stes todas las princesas: creyedo que como sus hijos fuessen caualleros: lue- go querria yr a buscar las auenturas. Cumpliendo conel oficio d madres que posponen la immortal fama que sus hi-jos} {CB2. por estran~as tierras podrian gozar de su dulce vista: lo qual enel Principe Agesilao era al cotrario, antes cudicia- ua ver a sus hijos puestos enla cumbre de sus desseos. Desta manera co plazer passaron hasta la bispera dela magdale- na: en que el otro dia se auia de celebrar la orde de caualleria, que estado todos enla gra sala: con alguna mas alegria q hasta alli co la perdida de aquellos prin- cipes auia estado: aunque enel animo d Leonida jamas entraua platicando lo que mas sabor auian. Por la puerta de la gran sala entraron doze donzellas ri- camete guarnidas de oro y piedras pre- ciosas de inestimable valor: cada vna d- llas traya colgada dlos pechos vna figu- ra de donzella, solamente la cabec'a tan bien fecha q biua parecia: la qual venia esculpida sobre oro: de tata hermosura que todos fuero marauillados dla her- mosura dela donzella que todas trayan que mucho se parecia la vna ala otra: co- mo si vna misma fuera: detras delas do- zellas entro vna duen~a d anciana edad vestida d pan~o negro con muy largas to- cas todas assi la duen~a como las donze- llas venia vestidas al trage d psia: y en- trando que entraron enla gran sala: sin hazer mesura alguna: las doze dozellas se fizieron vna procissio: y por medio de- llas passo la duen~a al estrado delos em- peradores: y alc'ado la boz comec'o a d- zir. No os marauilleys altos y esforc'a- dos Emperadores: si[ ]no os hago la me- sura q vuestros altos estados merecen que es lo vno: porq ate esta diuina yma- gen que estas dozellas que comigo vie- ne traen: nadie merece ser honrrado lo otro porq os desamamos como amor tales enemigos. Mas dezidme si aqui esta el principe don Rogel: porque a el traygo madado. Buena duen~a dixo el Emperador Amadis: la hermosura d la dozella es porcierto muy grade a ma- rauilla: enlo de[+]mas no se por[ ]que causa} {CW. t ij} [fol. 146v] {HD. Dozeno +} {CB2. nos desamays el principe do rogel no esta aqui que dias ha q no sabemos del Bien se que no esta aqui dixo la duen~a y alos dioses tomo por juezes que quisi- era hazerle esta notificacion en su perso- na, pero tato basta dziros lo a vosotros y luego comec'o a dezir. La alta empera- triz de persia la infanta Persilea: mada por mi desafiar al Principe don Rogel d grecia su esposo como a falso y quebra- tador de su fe: porque auiendose casado y desposado conella tomo por Esposa ala princesa Leonida: y jura y promete d no sacar a su hermosa hija clara estre- lla: cuya ymagen es esta que aqui trae- mos: si[ ]no fuere co aquel que su cabec'a en arras y dote le diere: hasta el qual ti- empo estara encatada en tal encatame- to que del no podra salir fasta que la ca- bec'a del Principe don Rogel este pre- sente. Todo lo qual vereys por esta car- ta sellada con vn sello de oro con las ar- mas imperiales de persia. La qual car- ta el Emperador Amadis tomo para leer, y abierta vido que assi dezia. {RUB. % Carta de desafio dela emperatriz Persilea.} {IN4.} YO la triste y sin vetura epera- triz persilea: ati el falso y desa- gradecido falsador dela fe: q como mi esposo me eras deu- dor salud: pa q conella pueda tu cabec'a pagarme lo mucho q mi honestidad dti se siente qxosa: sabras q dela falsedad q comigo vsast(a)[e] para vengac'a de su triste madre nacio vna hija dotada del do de hermosura q los dioses a psona criada jamas concediero. La qual esta puesta en vn tal encantamento de dode jamas saldra: hasta q tu cabec'a le sea dada en arras: para complir con la obligacio q a ella, y a su madre son deudoras: y con tanto cesso embiadote la paz co tal gue- rra: como cotino me dexaste, siendo ta} {CB2. alta donzella. % Acabada que fue de le- er la carta, todos fuero mouidos a ma- zilla dela infanta Persilea, y quien mas lo fue era la hermosa Reyna sidonia a- cordadose de quando su Morayzel co semejante engan~o la dexo, dla Infanta Leonida os digo, que la color se le mu- do oyendo la carta dela Emperatriz de persia Persilea. Pero la duen~a y las donzellas sin hazer mesura se tornaron a salir por la puerta del palacio: y se fue- ron delante delos palacios enel campo delas lides y sacado la duen~a vna redo- ma chiquita de la maga le echo enel ay- re, y se alc'o vn humo ta alto q vna piec'a turo: al cabo dela qual no parecieron la duen~a ni las donzellas: saluo que las colunas del campo y las cadenas q an- tes de marmol solian ser se tornaro d fi- no oro: y las cadenas de plata ricamen- te labrada: y de cada pilar que doze era quedo colgada vna ymage delas q las dozellas trayan: por tal arte que no po- dian ser quitadas de alli en ninguna ma- nera del mundo y en baxo de cada yma- gen auia vnas letras que dezian. Este es el campo delas lides dla infanta cla- ra estrella de Persia: donde ninguno q sobre esta demanda no viniere no se po- dra entrar ni combatir, muy marauilla- dos quedaron todos dela auentura de la infanta Clara estrella, y assi mismo d su gran hermosura: y por ser muy tar- de: los principes Esp[h]eramundi y ama- dis d astra: y el principe Dardanio: y el principe don Arlante de espan~a hijo dl esforc'ado principe don Arlanges de es- pan~a: y el principe do Florenio d roma hijo del principe don Floresta y dela rey- na darayda, y el principe lindanarte de rodas hijo del rey do Galdes de rodas y dela reyna Grindaya: fuero armados de ricas armas blancas, como noueles y fueronse ala yglesia mayor: y ela capi- lla imperial se pusiero a velar las armas todos ellos muy acompan~ados de aq-llas} [fol. 147r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlvij.} {CB2. Princesas que por tenerles compa- n~ia conellos q<>sieron estar: donde toda la noche estuuieron de rodillas: rogan- do a dios los fiziesse tales que en algo a su linaje pareciessen, rezado muy deuo- tas oraciones. Assi ellos como todas aq- llas sen~oras y altas Princesas hasta la man~ana / la qual siedo venida muy cla- ra y rubicuda, El emperador Amadis y don Florisel de niquea y Ajesilao y Lucendus y los otros principes: que a aquella sazo alli se fallaro: se leuataron de sus lechos, y vestidos d muy ricas y preciadas armas el Emperador Ama- dis para fazer aquella solenidad: se fue- ron ala capilla imperial: y luego la mis- sa se comec'o a dezir por vn obispo y dos arc'obispos con gra solenidad: como a tal acto couenia. Y siendo la missa aca- bada el Emperador Amadis quiso ar- mar cauallero al Principe espheramu- di. Pero luego entro vna dozella por la capilla la q<>l venia ricamete guarnida / la qual luego fue conocida del Empera- dor Amadis y de todos, que era la do- zella Alq<>fa. Detras dlla venia dos ena- nos co dos lios cubiertos d pan~os d oro y assi como la dozella Alq<>fa llego hazi- endo su mesura a todos / se hinco de y- nojos ante el emperador Amadis y an- te Lisuarte de grecia: y comec'o a dzir Esforc'ados y altos eperadores: el sa- bidor Alq<>fe mi padre co su muger vrga- da os manda por mi dezir, que a vos no couiene de dar esta honrada orde alos Principes / mas conuiene que la resci- ba por mano del Emperador: que enla cueua vieron, y porque ellos entendera esta palabra: mejor q no vosotros / no os la declaro y para quando reciban es- ta horden: les embia mi padre vnas ar- mas para espheramudi y otras pa ama- dis de astra y conuiene que luego comi- go vayan enel galeon dela sierpe del es- phera que enel puerto dexe donde la or- de de caualleria reciba y para mas cer-tinidad:} {CB2. catad aqui vna carta delos qua- tro sabidores. {RUB. % Carta delos sabidores Alquife y Vrganda y Zirfeno y Zirena.} {IN2.} NOsotros los sabidores Alquife y Vrganda y Zirfeno y Zirena vuestros leales vassallos altos y sobe- ranos Principes os hazemos saber co- mo estando enla ysla dela Ximia vino a nuestra noticia como los Principes Espheramundi y amadis de astra que- rian recebir la horden d caualleria por mano del excelente Emperador Ama- dis. Pero cumple que la voluntad del muy alto sen~or se cumpla, porq en otro cabo recebiran la orde de caualleria pa- ra execucion: delo qual couiene que en- tren enla nao y sierpe del esphera co es- sa donzella Alquifa, solamete Esphera- mudi y Amadis de astra, luego sin mas dilacion. % Leyda la carta delos sabi- dores Alquife y Vrganda pusieron en execucion lo que en ella dezia: y el empe- rador Amadis dio la orden de caualle- rias al principe Dardanio y al Principe Florenio de roma: y al principe don Ar- lante y al principe Lindanarte co muy gran solennidad: enlos quales fue tan bien empleada. Como enla trezena par- te dsta historia se dara etero testimonio dllo: y siendo acabada aqlla solenidad y traydos cauallos y palafrenes esphe- ramudi y amadis de astra se desnuda- ron aquellas armas y fueron armados delas que la donzella Alquifa les traxo que muy fortissimas era: saluo que las del principe Espheramundi traya sem- bradas porellas vnas planetas y muy pe- quen~as, y las del principe Amadis d as- tra era assi mismo blancas saluo q eran sembradas de estrellas de oro: y enel es- cudo vn corac'on atrauessado con vn es- pada: y enel pun~o del espada tenia vna} {CW. t iij} [fol. 147v] {HD. Dozeno. +} {CB2. hermosa mano de donzella sobre el yel- mo de Espheramudi estaua vna esfera muy bien obrada: y sobre lo mas alto d- lla vn dios cupido que dende el cielo ti- raua muchas saetas a vn cauallero que enel mundo parecia estar ricamete figu- rado: y siedo armados de aquellas her- mosas armas salieron todos aquellos principes y princesas dela yglesia: y so- bre buenos cauallos y palafrenes, toma- ron el camino dela marina donde llega- dos vieron el hermoso galeon dela sier- pe el mas triumphate que jamas pare- cio: su cuello alto batiendo las alas que parecia qrer bolar: y luego pudo su gra boca en Tierra: y luego el principe Es- pheramundi se dispidio de su madre to- mando su bendicion con tantas Lagri- mas que no os lo podria hombre cotar y assi mismo de despidieron de todas las otras princesas: y princ(e)[i]pes: y el princi- pe Agesilao echo la bendicion a su hijo y assimismo el emperador lisuarte: y el Emperador don Florisel de Niquea a sus Nietos y despedida assi mismo la Donzella se metieron enla Sierpe con los dos pequen~os enanos que despu- es muy bien siruieron a sus Sen~ores / y la sierpe comenc'o a mouer con gran velocidad por la mar adelante donde presto la perdieron de vista y muy tris- tes se boluieron al gran palacio, y auie- do comido los noueles y otros caualle- ros y mancebos hizieron vn Torneo muy estran~o a marauilla donde hizie- ron grandes marauillas en especial el principe don Arlante de Espan~a: y el principe Dardanio. Todo lo qual de- xaremos por contar como antes d mu- chos dias todos aquellos principes se partieron en busca de sus aueturas por muchas partes delas quales hara me- cion la trezena parte desta gran historia por contar lo que mas acontescio en co- stantinopla.} {CB2. {RUB. Capitu .lxxv. Como llego ala gra Ciudad de Costatinopla la Reyna de Galdapa con el Principe don Argantes su hijo: y como fue arma- do cauallero y vuo vna peligrosa bata- lla con vn gigante, y como lo mato y se partio en busca de sus auenturas.} {IN4.} EN algua tristeza quedo la cor- te d costatinopla por la parti- da delos principes Esphera- mundi y amadis de astra: y d todos los otros Principes, Y Caualle- ros macebos y estaua entoces muy so- la y dsacopan~ada sino era d caualleros viejos auino pues a ser assi que estando enel palacio imperial todos aqllos pri- cipes y caualleros q ala sazon alli se ha- llaron vinieron a dzir como enel puerto d costatinopla auia aportado vna pode- rosa nao: y como enlla venia la Reyna de galdapa conel principe do Argates su hijo, y luego determinaron todos aq- llos principes d salir a recebir a ella y al principe don Argates su hijo: q eran el Emperador Lisuarte y el Emperador Amadis de grecia: y el principe don flo- risel d niquea y el principe agesilao: y el principe do Silues: y otros principes y caualleros: y llegado ala playa hallaro ala reyna de Galdapa que acabaua de desembarcar: y en vn palafren acompa- n~ada de alguos caualleros venia cami- no dela ciudad de costatinopla ala rey- na su madre Traya de rienda: el princi- pe don Argates que ala sazon auia di- ez y siete an~os, el q<>l era muy alto de cu- erpo y bie fecho: y en estremo hermoso y muy parecido al Principe don rogel d grecia su padre el q<>l venia vestido de riq<>ssimos pan~os d oro a marauilla y lle- gados los vnos cerca dlos otros se fizie- ro sus acatamietos, y do Argantes qui- so besar las manos al emperador Ama- dis y al Emperador Lisuarte y al prin-cipe} [fol. 148r] {HD. de Amadis. \ [.]cxlviij.} {CB2. do florisel: mas ellos jamas cosin- tieron antes lo abrac'aro marauillados de su gran apostura: que les parecia ver al Principe don Rogel aunque nadie lo sabia ser su fijo saluo la reyna sidonia que lo creya y auiendo se fablado co a- quellos acatamientos que eran deudo- res a sus estados tomaro la buelta dela ciudad de costatinopla donde llegados se fueron al gran palacio aunque no sin ynumerables getes q por ver los salia y siendo llegados al palacio la Reyna fue baxada dl palafre por mano dl prin- cipe Agesilao y ella le dixo muy passo / no es mucho soberano principe que os conceda agora este pequen~o fauor pues en otro tiempo os quise coceder otros mayores y con esto subieron al palacio imperial y siendo dentro a los corredo- res la saliero a recebir todas las otras princesas Emperatrizes y reynas que en estremo les parescio hermosa Rey- na la de galdapa y recibieron se co gra- des acatamietos: en especial la Reyna de galdapa y la Reyna Sidonia y assi mismo aquellas Princesas hablaro al Principe don Argantes marauilladas de su estran~a apostura y porello confir- mo mas en su corac'on la Reyna Sido- nia que era hijo del Principe don Ro- gel: viendo quanto sele parecia: y assi le hablo con mucho amor, y luego etraro enl gra palacio imperial: & sentados en sus aposentos por ser tarde aql dia no se contendio en cosa algua fasta el sigui- ente dia: el qual venido: y auiendose di- cho la missa muy solene: estando todos sentado en sus assientos: la Reyna de galdapa comenc'o a dezir: enderec'ado su habla al Emperador Amadis de gre- cia. No os dueys marauillar altos y po- derosos principes si de ta lexos tierras me moui a traeros al principe don Ar- gantes mi hijo a esta corte para que re- cibiesse la orden de caualleria: pues co mas justo titulo de nadie due recebir la} {CB2. orde d cauallia por muchas cosas las q<>- les el tiepo descubrira: la vna dlas q<>les es para q reciba la orden d caualleria de mano del emperador Amadis d gre- cia que presente esta pues aliende dela alteza de su estado por su alta bodad le es deuida esta honra: al qual suplico lo tenga por bueno. Acabado que ouo de hablar la reyna d galdapa el eperador Amadis le respodio desta manera. En grade obligacion os somos por cierto hermosa y poderosa reyna por auer ve- nido a visitar assi nuestra corte: y co ver- dad vuestra: pues todos somos vros seruidores: y en gra merced tego la ho- ra q de mi days, y alo de[+]mas yo soy co- tento de hazer lo q por bie tuuieredes y de dar la orden de caualleria al Princi- pe don Argates: porque creo que sera enel muy bie apreciada, entoces do ar- gantes le quiso besar las manos por la merced, & la reyna le rindio las gracias y fue concertado que aquella noche ve- lasse las armas ela capilla imperial y si- endo puestas las mesas: comieron con gra solaz: enel qual estuuieron hasta la noche: que siendo venida el principe do Argates fue armado d vnas armas bla- cas muy fuertes como a nouel couenia y lleuado ala yglesia, donde le hizieron compan~ia, toda aquella noche muchos buenos caualleros de gra estima, y assi mismo muchas altas dozellas y prince- sas: y el principe don Argates passo to- da la noche en oracio: hasta que vino la reluziete man~ana con gran claridad, la q<>l venida todos los otros principes se leuataron y ricamete guarnidos se fue- ro ala yglesia mayor, dode luego vinie- ron las princesas q alli no auia estado y la missa se comenc'o muy solene, y sie- do la noche de antes confessado el prin- cipe don Argates de todas sus culpas y pecados y auiendo comulgado d ma- no de vn arc'obispo que la missa auia di- cho, hinco los ynojos ante el eperador} {CW. t iiij} [fol. 148v] {HD. Dozeno. +} {CB2. Amadis: y el le dixo: hermoso donzel q- reys ser cauallero. Si quiero dixo el, y no desseo cosa mas. Pero jurad dixo el emperador amadis: d no negar vuestro fauor a todos los q lo vuiere menester Si juro dixo don argates. Entonces el eperador le calc'o el espuela diestra y sa- cado el espada le dio vn pequen~o golpe coella: y besandolo ela faz le dixo Ago- ra soys cauallero y podes tomar el es- pada de mano de quie quisierdes: ento- ces el principe don Argates hinco los ynojos ante la hermosa Policena. La qual lo hizo co biuas colores en su ros- tro que dauan mayor matiz a su crecida hermosura, y tomando el espada de so- bre el altar se la cin~o diziendo. Plega a dios que os haga tal que a todos alcan- ce parte de vuestra buena andac'a. Assi plega a dios dixo don Argates: y luego co son de muchos menestriles se boluie- ron al gran palacio imperial: donde lle- gados las mesas fuero puestas y ellos se sentaro a ellas por su orden dode fue- ron seruidos como a tales mesas perte- necia: y siendo leuatadas las mesas es- tando todos en gran solaz entro por la puerta dela gran sala vn jayan: no muy alto de cuerpo: pero mebrudo y de gra- des fuerc'as, armado de fortissimas ar- mas de azero co vna corona enla cabe- c'a: detras del venian dos escuderos q le trayan las armas que el vno le traya vn escudo d azero y el otro vna gruessa lanc'a devn espejado hierro enla mano: el escudo era de fino azero, y enel pinta- da solamente vna estrella: porq todos los q enla demada de Clara estrella ve- nian trayan la misma sen~al: y llegado q llego en medio dela sala mirando a to- das partes: sin hazer sen~al d mesura al- gua comenc'o a dezir. Esta aqui el prin- cipe don Rogel de grecia. Cauallero di- xo el emperador Lisuarte el no esta ago- ra aqui de que estamos assaz tristes. Bi- en via yo dixo el gigante que mi fortua} {CB2. me auia de ser cotraria enesto para po- der alcanc'ar el fin de mis desseos: pero no se me escondera que no muera a mis manos por la gran maldad que contra la emperatriz d persia cometio, y assi ju- ro por mis dioses. Grade yra fue al que recibio el Principe don Argantes: y la sangre se le boluio enel cuerpo y leuan- tandose en pie dixo cotra el gigante. Ca- uallero mal parece pfac'ar en ausencia a tan alto principe: como es el principe don Rogel que bien creo que abaxara si aqui estuuiera vuestro gra orgullo. Y demi digo q de buena gana tomare con- tigo la batalla sobre razon que el princi- pe do Rogel es muy leal cauallero. Ra- paz dixo el gigate en punto estoy d aco- ces castigar tu gran locura que a otros ciento tales como tu no tedria en nada Gigate dixo don Argantes no pienses de escusar la batalla por palabras: mas cata aqui mi gaje: y luego tendio la fal- da de vna ropa roc'agante de Broca- do que tenia vestida: y el gigate tendio la falda de la loriga: y luego dixo el giga- te que qria la batalla por castigar la lo- cura de aql loco: a todos peso dla bata- lla del principe don Argate con ta fie- ro diablo: y mas ala Reyna d Galdapa su madre pero luego fueron traydas las fuertes armas con q auia recebido la or- den de caualleria: y prestamente fue de- llas armado: por mano de aquellas her- mosas princesas, y caualgado sin poner el pie enl estribo envn ligero y fuerte ca- uallo bien encubertado: y haziedo enci- ma del cauallo muchas getilezas: de q mucho plazer auian aquellas sen~oras de verle ta apuesto: y assi se fue al capo ecantado delas ymagines: acopan~ado d todos los pricipes y las princesas se pusiero alos miradores, y luego el Gi- gante entro por la vna puerta del capo por la qual hasta alli nadie no auia po- dido entrar: ni despues entraron enel sino eran aquellos que sobre aquella} [fol. 149r] {HD. de Am[a]dis. \ [.]cxlix.} {CB2. demanda venian: y luego don Argates fue metido enel campo por los juezes: q dos ricos hombres del imperio eran y siendo dentro: y puestos en sus lugares y siendoles el sol partido: el gigante di- xo a don Argantes: catiuo cauallero ve te para mi veras como castigo tus locu- ras. y baxando sus lanc'as se vinieron a encontrar el vno conel otro del mas po- der dsus cauallos: y enel camino se die- ron tales encuentros que las lac'as bo- laron muy altas cotra el cielo, y el giga- te lleuo su golpe baxo d forma que le pa- sso la cabec'a al cauallo, y don Argates dio ta poderoso encuetro al jayan q vn troc'o de[ ]lanc'a le metio porel muslo y en- contrandose delos cuerpos y escudos cada vno dellos cayo a su parte, queda- do desacordados: y todos fueron mara- uillados delos poderosos encuetros q los caualleros se auia dado: y luego do Argantes: como fuesse biuo de corac'o y mas viendose ante tan altos Princi- pes se leuanto en pie, y metiendo mano a vna muy rica espada que tenia cen~ida se fue para el gigante, el qual aquella sa- zon tornaua en si: y poniedo mano a vn cuchillo muy pesado y tajate que tenia cen~ido se va el vno para el otro: y comi- enc'anse a cargar de tales golpes: y tan crecidos, que todo quato se alcanc'aua echaua al suelo sin piedad ninguna: pe- ro lo que mas al buen principe don Ar- gantes valia era la gradissima ligereza con que se guardaua delos golpes de su contrario: y por el consiguiente le heria el gigante de tan terribles golpes / que cierto si por ella no fuera muy mal lo pa- ssara el bue principe don Argates dsta manera anduuieron passadas d dos ho- ras que la batalla se comec'o: y otra me- joria alguna no se conocia: sino solamen- te la ligereza co que se guardaua delos golpes desu enemigo que el campo an- daua ya poblado con la multitud delas rajas delos escudos y delas mallas de} {CB2. las lorigas que por el andauan, y la tar- de comenc'aua ya d caer: y el gra Jaya con la gra sana que traya mugia como vn toro quado es agarrocheado y con los grandes golpes que daua en vazio traya el brac'o muy atormetado: y no da- ua los golpes tan fuertes como al prin- cipio. Lo qual sintiedolo el principe do Argantes, con doblada fuerc'a lo heria pero no que el gigante no truxesse mal llagado por algunas partes: pero al fin deste tiempo el principe don Argantes dio al gigate tan grade golpe sobre vna rodilla que muy mal lo llago: y el gigan- te cayo enel suelo de manos, po no vuo aun caydo quado el fuerte principe do Argates le dio con las manos enlos pechos tal golpe que el gigante cayo de espaldas tedido en el suelo, y antes que el jayan se pudiesse leuantar don arga- tes fue sobre el: y quitadole el yelmo de la cabec'a: en vn punto le corto la cabe- c'a: con tanto plazer y alegria de todos quanta podreys pensar, y assi mismo d sus mismos escuderos: que muy cotra su voluntad lo seruian: y luego el gigan- te fue sacado del campo & quemado ala costumbre de su tierra, y el principe don Argantes acompan~ado de todos los principes con son de muchos menestri- les con grade triumpho fue sacado del campo: y lleuado a los reales palacios donde fue rescebido con muy grande alegria de todos, y luego ela misma ho- ra vinieron muy grades maestros que le catassen las llagas: por ver si eran pe- ligrosas, los quales dixeron que no te- nia peligro ninguo y que en breue seria sano dellas: y mediate el tiempo que en la cama estuuo fue muy visitado de to- das aquellas altas y hermosas Prince- sas: aliende de ser tan alto principe: por amor dela Reyna su madre: que mucho la amauan. Todo lo qual fue muy gran- de aliuio para que el fuerte Principe don Argates sanasse mucho mas ayna} [fol. 149v] {HD. Dozeno. +} {CB2. de sus llagas, y vn dia ya que dl todo es- taua bueno estado enla gran sala impe- rial hablando assi enla batalla del giga- te como en otras cosas: y como jamas auia podido saber su nobre por la puer- ta dla sala entro vna apuesta dozella ve- stida al traje d aleman~a: la q<>l venia ador- nada de pan~os de duelo: y haziendo su mesura comenc'o a dezir. Altos y pode- rosos principes pues jamas falto en vo- sotros el acorro para todas las duen~as y dozellas del mundo aunq de baxa ma- nera: socorred agora por dios ala fermo- sa princesa Esclarimena que en prision esta por la mayor traycion del mudo: y porque mejor entendays lo q digo. Aue- ys d saber altos y poderosos principes q yo soy donzella dela hermosa Esclari- mena d alemania hija del emperador d alemania, que vna delas mas hermosas donzellas del mundo es: tan nin~a que a la sazo no ha sino quinze an~os. y fue de esta manera q cerca del imperio de Ale- man~a ay vn marques q se dize de mote claro, el qual tiene vn hijo que Monti- bel se llama: el qual viniedo ala corte dl emperador: su padre fue muy enamora- do dela princesa Esclarimena mi sen~o- ra, y por todas las vias dl mudo ha pro- curado auer la voluntad de mi sen~ora la princesa, la q<>l no solo no lo ama mas antes lo desama de todo corac'o: lo qual conocido por el maluado d Montibel no sintiendose por poderoso como qui- siera de mantener aquella tan gra tray- cion: hablo con su cormano, que no me- nos malo que el era que Dorieno ha nombre: los quales acusauan a mi sen~o- ra la Princesa Esclarimena ante su pa- dre el emperador, y su cosejo. Lo qual sa- bido porel Emperador Federico mi se- n~or mando prender ala hermosa Prin- cesa: y siendo presa hallose por su sente- cia y consejo, que diesse tal cauallero q} {CB2. porella sobre aqlla razo tomasse armas y lidiasse porella enel campo con Dori- eno / y esto dentro de tres meses: y que si dentro deste termino no lo diesse: que fuesse degollada: y porel consiguiente si su cauallero fuesse vencido. Catad aqui altos y poderosos sen~ores: mi demada lo que os pido: es que os dolays de vna donzella tan alta y que tan falsamete es acusada de ta falsos caualleros: y con esto lloraua ta agramente: que piedad era de ver: y a mucha manzilla fuero to- dos mouidos, y mas el Principe don Argantes el qual se leuato en pie y su- plico le fuesse otorgada aquella auentu- ra: la qual de muy buena gana fue otor- gada, y por ser aquel dia muy tarde: la dozella fue muy bie aposentada: y otro dia por la man~ana don Argates fue ar- mado de sus armas que muy bien ade- rec'adas estauan: saluo que enel escudo lleuaua vna Donzella en prisiones por aquella por quien la batalla auia de ha- zer y conesto despedido de todos aque- llos principes y caualleros: y d toda la corte: en compan~ia dela donzella. Delas cauallerias del qual: y delo que le acon- tecio / no haremos mencion: hasta enla trezena parte de esta gran hystoria sal- uo que luego se boluio a su reyno la rey- na de galdapa su madre: fasta que supo que el principe don Rogel de grecia era libre dela prision en que auia estado co- mo enel trezeno libro muy por esteso se contara: si dios fuere dellos seruido, que dando los Principes en constantino- pla, solamente gastado el tiempo en ro- gar a dios y a su bedita madre que qui- siesse librar alos dos Principes hazi- endo porellos grades plegarias y pro- cessiones a Dios nuestro sen~or porque se tornassen a ver juntos sin los contra- stes con que la fortuna hasta alli los a- uia contrastado: aunque jamas dexo de vsar sus costumbres. Como muy lar- gamete enla trezena parte contaremos} [fol. 150r] {HD. de Amadis. \ [.]cl.} {CB2. Todo lo q<>l sera bueno dexar por agora por dar fin a esta dozena parte: y amay- nar las velas y echar las ancoras en ta profundo y tempestuoso mar: como ha- sta agora auemos nauegado por dar p<>n- cipio ala trezena parte desta gran histo- ria de Amadis: dode: se habla dlos gra- des hechos destos principes Esphera- mudi y Amadis de astra: y assi mismo delos principes Fortunian: y Astrapo- lo que en el reyno de palamor se criaua} {CB2. con las grades marauillas q este excele- te principe don Argates hizo con otras grandes auenturas q estos Principes todos hizieron andando por el mundo para lo qual el diuino auxilio imp[lo]ro, y el fauor del begnino lector demando[: y] sobre todo sea dadas las gracias a dios nu- estro sen~or y a su bendita madre sancta maria, y alos bienauenturados aposto- les sant Pedro y sant Pablo por siem- pre jamas Amen.} {CB1. Finis. % Aqui se acaba la dozena parte del esfor- c'ado cauallero Amadis de Gaula: que trata delos grandes hechos en ar- mas del principe don Silues dela Selua: junto con el fin delas crueles guerras Ruxianas: y del nacimieto delos principes Espheramun- di, & Amadis de astra: co los nacimietos d otros estremados principes y hermosas infantas. Fue impresso el presente libro, ela muy noble y muy leal ciudad de Seui- lla e casa d Dominico d Robertis q aya glia Acabose a catorze dias del mes de Junio. An~o del na- cimieto d nro salua- dor d .M.D. y .xlix. {SYMB: cruz.}}